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Mi Señor por CaedesDarkParadaise

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Tom Riddle convoco a los consejeros de Slytherin tres semanas después de su coronación, había encerrado a todos los mortífagos de Thomas en Azkaban una vez acabaron los juicios sin derecho a fianzas por crímenes contra su pueblo. Ahora casi todos estarían encerrados hasta el final de sus vidas, y otros que no lograron encerrar a su tiempo, estaban en busca y captura tanto en Hufflepuff y Ravenclaw. Solo faltaba el reino de Gryffindor.

- Hemos arrestado a Yaxley en la frontera de Slytherin.-le comunico Narcisa a Tom, cansada.- Mañana volveremos a salir en búsqueda de mas mortífagos y espero no llegar tarde a mi cama o esos capullos me escucharan.

- Eso espero yo también.- Tom se acaricio el puente de su nariz.- ¿Hemos tenido alguna noticia de Gryffindor?

- No han dado señales de intentar llegar a un acuerdo.- dijo Severus Snape.

- Pues tendremos que ser nosotros quienes demos ese paso. Y nos les culpo la verdad.

- Mi señor.- se levanto un auror.- Porque no esperamos a que ellos sean los primeros que den ese gran paso. Si les exigimos una paz que pidieron hace mucho y se rechazo, no sería muy precipitado exigírselo ahora.- sugirió con voz densa.- Debemos darles tiempo a que sanen las heridas.

Tom analizo sus palabras con detenimiento.

- Puede que tengas razón, Rosier.

- Mi señor, solo quiero lo mejor para el reino.- Y Lucius, Rabastan y Regulus le miraron con malos ojos. Evan solo los ignoro.- Ahora si me permite, me retirare de Slytherin.

- ¿Otra vez de viaje, Evan?- Arabella pronuncio la última palabra con tono sedoso.- Tráeme un recuerdo, adoro los regalos del extranjero.

- Si, mi señora.- Y Tom asintió hacia él por lo que se fue ondeando su capa.

Rodolphus le sonrió con diversión a Arabella, quien le guiño un ojo.

- ¿Cuando quieres que empecemos a entrenar a los nuevos aurores, Tom?- le insto Regulus.- Yo preferiría mañana mismo si es preciso, no hay que tardar demasiado en asegurar el reino y el pueblo se sentirá mas seguro.

- Está bien, Black.

- ¿Que pasara con Grindelwald, Tom?- Ethan camino hasta la ventana de cristal y se sentó en el banquillo del piano.- …l fue el primero en escaparse cuando tu padre murió. Y no es buena idea dejarle a su merced.

- Estoy completamente de acuerdo con Ethan, Tom.- le aseguro Rabastan.- Creo que salir en su busca será lo mejor, no podrá esconderse siempre. Y estaremos justo en el momento en que salga.

- Es un asesino, un loco sádico y uno de los mejores duelistas de Slytherin.- enumero Lucius.- Debemos encerrarlo de una vez por todas.

- O dárselo de comer a Nagini.- rió Bartemius. Y Tom formo una sarcástica sonrisa.

- De todas formas negociaremos eso de dejar el tratado, Riddle.- le indico Rodolphus tomándose un trago en vino.- No creo que alargar el asunto sea buena idea.

- Les daremos el plazo de un mes.- dijo Tom neutral.- y si no vemos acercamiento por su parte, nosotros seremos los primeros en ayudarles con su decisión.

Rodolphus cabeceo poco satisfecho.

- Entonces concluiremos la reunión de hoy.- anuncio Tom. Y salieron todos menos Ethan, quien comenzaba a tocar notas de la Op.17 de Robert Schumann.- Has mejorado con los años, Nott.

- Gracias.

Y Tom salió preparado para ir a descansar.

Había sido un día agotador.

Después del golpe de estado contra la tiranía de su padre, la gente de su pueblo exigió saber que había ocurrido con Thomas Riddle señor. Tom, con el nerviosismo corriéndole por su cuerpo, se encamino a las calles y declaro la paz entre los reinos dándole la oportunidad que tanto quisieron. Y Tom vio a muchas mujeres y hombres llorar a lagrima viva pues por fin habian sido liberados. Nunca se había sentido tan satisfecho consigo mismo hasta ese día, y el pueblo lo aclamo con pleitesía.

Tom pudo respirar tranquilo.


Horas antes, James Potter se dirigía hacia el castillo de Slytherin con el temor cociéndose en sus entrañas, llevaba un camuflaje muy seguro de ropas simples y menos costosas de las que usaba habitualmente. Escondiendo su rostro de los guardias de la calle, siguió con paso seguro sin parecer sospechoso mezclándose entre el gentío que parecía celebrar con regocijo. Y James no supo porque. Sin apenas mirarles, corrió lo que sus piernas pudieron hasta la entrada y ahí había dos guardias reales, firmes y serios, que le miraron curiosos.

- Vengo a por el trabajo de criado.- les informo seriamente. Y un guardia alzo la ceja.- Me podría decir quién es el encargado.

- Vaya muchacho, tu también.- el guardia se rio suavemente.- Estará muy bien pagado. No eres el único que ha venido hoy a por este trabajo, si hubiera sabido que estaba tan solicitado yo también habría querido hacerlo.

- Ve por esa puerta.- El otro hombre le señalo una puerta de madera muy alejada de la puerta principal.- Habla con Molly. Ella es la encargada del castillo.

- Estupendo.- susurro.- Gracias.

- De nada, precioso.

Y James los ignoro.

No les extrañaba que estuvieran sorprendidos por la cantidad de sirvientes que habían recibido hoy, parte de ellos eran los amigos y guardianes de James. Después de pensar mucho y repasar el plan con Remus mil veces, decidieron que la mejor forma seria infiltrarse sin ser vistos como sirvientes procedentes de lugares lejanos. Convencer a Kingsley de formar parte en su locura, le costó a James tres días. Y cuando lo despidió estaba menos convencido aún. Pero Kingsley quería lo mejor para Gryffindor, y James le encargo que dirigiera su reino por él. Su primo lo haría con mano de hierro y supo que no lo decepcionaría.

Toco tres veces a la puerta y una mujer, regordeta y ojos marrones con sonrisa amable le abrió la puerta. James no pudo hacer otra cosa que devolverle el gesto.

- ¡Pasa, chico! ¿Como te llamas?- le pregunto, excitada.- Yo soy Molly, ama de llaves de Slytherin.

- Me llamo James.- se presento alargándole la mano, y Molly lo ignoro, ofreciendole en vez de eso, un abrazo.- Vine por el puesto de sirviente.

- Estupendo. Necesitamos más manos en el castillo, todo está muy sucio y los criados anteriores no daban a vasto.- explico Molly.- Nunca te he visto por Slytherin.- James se tenso.- ¿Otro forastero?

- Eh, si.- trago en seco.- me crie en Londres, y decidí venir aquí por trabajo.

- Oh, por supuesto.

James suspiró al ver que no le hacía más preguntas.

Observo atentamente la cocina, amplia y limpia, en la que se encontraba. Decidiendo no mirar mucho a sus amigos, se puso al lado de Peter, quien callado escuchaba las instrucciones de Molly.

- Hoy les asignaremos a quienes deberán atender en el castillo en caso del rey y su consejo.- Los merodeadores se quedaron paralizados en su sitio.- El primer encargado que llego es Remus.- este apretó los labios.- por lo que le asignaremos al Lord Lucius Malfoy.

James había oído hablar sobre Lord Abraxas Malfoy, el mejor mortífago de la era de Thomas Riddle temido por los tres reinos, y sabían que tenía un hijo, el cual crió como a su igual. Y James temió por Remus.

- Recuerda esto Remus, al señor Malfoy le gusta que su habitación este ordenada y limpia como los chorros del oro. Nunca lo olvides.- Y este asintió tensamente.- Peter, tu habitación será la de Lord Bartemius Crouch. A él le gustan los baños calientes cada noche.- Peter se sonrojo.- Lily, querida. Atenderás a Lord Rabastan Lestrange, mantén sus ventanas abiertas y no hables con él. No le gusta.- ella cabeceo ante la sugerencia.- Sirius, cariño. Serás asignado para Lord Severus Snape, recuerda no entrar a su estudio, el señor odia que lo hagan. La habitación de Lady Arabella será encargada por Amos, su preferencia son los sirvientes masculinos.- y a Amos le dio un tic en el ojo.- Y como Frank y Arthur serán ayudantes de cocina y ya encargue a otros sirvientes para las habitaciones de Lord Rodolphus, Lord Ethan, Lady Cissy y Lord Regulus. Tu, James, te encargaras de la habitación del rey Tom.

Y James ahogo el gruñido que iba a brotar de sus labios.

"Un rey sirviéndole a su verdugo", pensó con amargura.

- ¿Estáis de acuerdo?- Ellos afirmaron con la cabeza, y Molly sonrió dulcemente.- Pues, ¡A trabajar!-dio dos palmadas y fue hasta la mesa a por sus llaves.- Es hora de preparar la cena.- le indico al cocinero.- Por mientras os enseñare vuestras habitaciones, queridos. Luego os mostrare la de los lores. No olvidéis ser respetuosos, y pacientes.-les aconsejo.- Asi.- se palmeo la frente.- el desayuno se sirve a las seis de la mañana, la comida a la una y media y la cena a las siete.

Cuando Molly se alejo, James les indico a los demás que se acercaran lentamente sin dar sospechas al cocinero y a los pinches.

- Activamos el plan, ya no hay vuelta atrás.- murmuro.

Y siguieron a su nueva jefa, despidiéndose de Frank y Arthur con la mano, se dispusieron a escucharla. Molly les mostro donde vivirían por los próximos meses aunque James esperaba que su estadía en Slytherin no se alargara demasiado. Después de enseñarle sus cuartos, Molly los subió a las habitaciones principales. Dejo a Peter, Lily, Sirius y Amos ordenando sus respectivos cuartos y dejándoles advertencias, y continuaron el camino.

- Remus te dejo aquí.- dijo Molly.- El señor Malfoy vendrá dentro de un rato, no le gusta ver a gente rondando en su habitación así que tendrás que presentarte formalmente y salir sin causarle molestias.

"Que él no me moleste a mí", la contrario en su mente.

- Bien, James.- le señalo una habitación a dos puertas de la de Remus.- Mañana os daremos vuestra indumentaria.- murmuro para si, analizando las ropas de James con disgusto.- Entra ahí, querido.

- Si.

James se asombro ante la hermosa habitación de tonos negros y verdes, era muy grande y tenía una cama en mitad de esta en la que podían caber cinco personas. No había ni un solo cuadro, ni flores que aromatizaran el ambiente. Al contrario, había muchos papeles, y muchos libros ordenados en una varias filas alejados en una esquina. James no vio mucho que limpiar, más que unas cuantas botas de cuero, y la cesta de la ropa sucia a la que por cierto miro con despectivo asco.

- A trabajar.- se dijo sin ánimo.

James se agacho para acomodar los zapatos, tirados de cualquier forma. Y lo primero que diviso Tom al entrar en su cuarto privado fue el trasero mas redondo y bonito que alguna vez contemplo en su vida no habiendo, para su decepción, muchas de las que presumir. El muchacho parecía canturrear una canción, y luego cuando noto que lo estaban observando, se tenso como un palo y se enderezo. James giro sobre los pies, y jadeo cuando sus ojos se encontraron con unos preciosos ojos verdes esmeraldas. Analizo de pies a cabeza al atractivo hombre de pelo negro como un cuervo y alto como un roble, y al darse cuenta de su escrutinio agacho la cabeza sumisamente para no demostrar interés.

Tom, al contrario, escudriño al delicado muchacho, esbelto y de estatura media con ojos castaños. Era una hermosura, tenia los labios rojos como fresas y las mejillas sonrosadas. Y cuando escondió su mirada de la de él, quiso levantarle la mandíbula y tocar la fina piel de porcelana.

Aclaro la garganta antes de hablar, ya que este repentinamente había quedado seco.

- ¿Quién eres tú?- le interrogo, un poco mas despierto.- ¡Respóndeme!

James apretó los labios con fuerza, escondió los puños blancos de enfado detrás de la espalda e irguiéndose le dirigió una desafiante mirada. Tom creyó haber visto fuego en sus ojos, y lo estremeció de placer.

Era un muchacho extraño.

Tom esperaba respuesta, y escuchar el melodioso tono de su voz solo logro excitarlo:

- Me llamo James, mi señor.- compuso una mueca.- Su nuevo sirviente.

Supo que estaba perdido.

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