Después de haber comido en completo silencio como en cualquier otra ocasión, Sehun se había pasado el resto del día en espera de la llamada. Antes de que Yixing partiera rumbo a su clase de la tarde Sehun se había asegurado de que quedara claro que él mismo rechazaría a aquellos sujetos porque "Hyung yo se manejar a las personas mejor que tú, no queremos que terminen convenciéndote", y a decir verdad no mentía, lástima que su primo le tuviera en tan buen concepto para pensar que Sehun se encargaría de rechazar la propuesta.
—Claro, el lunes a primera hora estaré ahí. —Dijo un muy sonriente Sehun tras haber respondido la llamada número tres, tras haber colgado las primeras dos de los alumnos de su primo sin tomarse la mínima molestia de saber lo que querían. —Muy bien, no olvidaré llevar los documentos. Oh... no, no se preocupe señorita Park, no es ningún problema identificarme al llegar, usted lo sabrá cuando me vea. —Era toda una suerte que no conocieran a su primo, de otro modo tendría que haber rechazado su plan desde un principio. "Gracias sistema anticuado", agradeció en su mente tras colgar el teléfono. Ahora sólo le restaba un punto más.
Acudió casi dando brinquitos por el pasillo hasta la habitación del mayor, bastante feliz para tratarse de Sehun, y encendió su laptop esperando pacientemente mientras la pantalla le dejaba ver una foto de su primo con su amado peluche de oveja. Tecleó un par de letras y números y finalmente pudo acceder sin problemas. Yixing era alguien bastante despistado así que sus contraseñas nunca eran complicadas, si no eran la fecha de cumpleaños del rubio eran simplemente su nombre o una combinación de ambos.
No fue más difícil que lo anterior el encontrar la carpeta con los documentos oficiales de su primo y fácilmente pudo enviarse toda la carpeta, sí, porque uno nunca sabe cuando necesite otro documento, directamente a su correo electrónico. Borró el elemento enviado y apagó el equipo para finalmente ir a su habitación, la cual se encontraba frente a la del mayor.
Tras tirarse en su cama tomó su celular y buscó entre los contactos al siguiente y único involucrado en su plan, Kim JongDae, o mejor conocido en el bajo mundo como Chen, una de los pocas personas que Sehun consideraba y podía llamar amigo.
—Sabía que no tardarías en llamar, ¿recién te levantas no? —Dijo una voz burlona al otro lado de la linea. ¿Acaso todos creían que Sehun pasaba el día entero durmiendo? Bueno, no creía que la gente lo conociera tan bien.
—Necesito tu ayuda... dime en cuánto tiempo tienes lista una identificación.
—¿Identificación? ¡Hey! ¿Acaso no conoces mis habilidades? Sólo dime los datos y ven por ella, para cuando llegues estará lista y yo muy ansioso por escuchar lo que harás Sehunnie. —Ese chico amaba las locas ideas que pasaban por la mente de su amigo, así terminaran envueltos en eventos extraños.
—Zhang Yixing, no necesitas más, lo conoces tan bien como a mi. Llego en una. —Y sin decir ni una palabra más colgó el teléfono para luego tomar el baño más rápido de su vida, se colocó unos jeans desgarrados por las rodillas y una camiseta negra sin mangas, además de sus zapatos deportivos en color negro para una vez hecho esto estar listo para subir los cinco pisos correspondientes hasta llegar al apartamento de su amigo. Sí, bastante lejos para su gusto teniendo en cuenta que el elevador tardaba demasiado para su gusto. Sin embargo, Chen amaba la vista desde su refugio.
Ni siquiera se tomó la molestia de llamar a la puerta, no era necesario teniendo en cuenta que ya sabía la clave para entrar así que simplemente entró hasta la habitación de su amigo, sorprendiéndose por encontrar en esta a un chico de ojos brillantes, grandes pómulos y cabellos despeinados, cubierto hasta la cintura con las sábanas de la cama de su amigo. Sehun rió ante el sonrojo del chico y su vano intento por cubrir su cuerpo mientras el dueño del lugar tomaba un pedazo de plástico de la impresora sobre su escritorio y se acercaba hasta el más alto.
—Ya regreso, no te atrevas a vestirte aún. —Ordenó el más bajo mientras le hacía una seña a su amigo para ir a la otra habitación.
—Aún le faltan unas diez rondas más... —Sehun se encogió de hombros alzando las manos como diciendo "lo siento amigo, así es Chen" sin necesidad de palabras, ante lo cual el intimidado chico sólo atinó a cubrirse el rostro con las sábanas y hacerse un ovillo bajo estas, sin alcanzar a ver la sonrisa burlona del más alto mientras salía y cerraba la puerta.
—Tal vez sean más rondas... —Su amigo continuaba mirando la puerta como si observara a través de esta a su víctima de la noche.
—¿Tan satisfecho te ha dejado?
—No quiero dejarle ningún rastro de virginidad... sólo eso... —El más bajo miraba sus manos para evitar más preguntas al respecto, Sehun enarcó una ceja cruzándose de brazos sabiendo que esa mirada y el hecho de que a esas horas el chico siguiera sin ropa sobre su cama no se debía sólo a eso, pero le restó importancia para comenzar a contarle su nuevo plan a su amigo.
*****
El día finalmente había llegado. Las manos le sudaban y temía lo peor por ese día.
Luego de haber pasado toda la tarde hablando con Jongin acerca del incidente y haber repasado los temas vistos en la semana su mente y alma habían quedado en la incertidumbre.
Sus buenas notas constantes en idiomas las debía prácticamente al profesor Choi y sus métodos, le costaba horrores tener que memorizar cosas que simplemente a él no le parecían lógicas y que sólo le daban más interrogantes en que pensar. Si el profesor Choi era a penas capaz de hacerlo obtener notas altas Baekhyun no podía imaginarse con un nuevo profesor, lo cual significaba nuevos métodos, nuevo acento y, en general, nuevos problemas. ¿Y si el profesor sustituto era un viejo anticuado? ¿Y si no soportaba sus continuas preguntas? ¿Y si no lograba entenderlo al hablar? ¿Y si el profesor Choi nunca volvía?
Su vista se encontraba fija en la ventanilla desde hace casi media hora, sin embargo, no miraba nada en concreto, tan sólo divagaba en pensar acerca del nuevo profesor sustituto. Si lograba mantenerse estable en esos dos meses el resto sería pan comido con el profesor Choi de vuelta, iba a poder aplicar a cualquier universidad fuera del país y así atender como era debido la empresa de sus padres. Si, por otro lado, sus notas bajaban considerablemente y continuaba sin masticar el idioma iba a lamentarse el resto de su vida.
"Dos meses", se repetía una y otra vez en su mente, "esto va a ser demasiado difícil". Dos meses parecían largos y el final de su tormento lejano como ningún otro.
Una voz le hizo salir de sus pensamientos y regresar a su realidad. Era momento de enfrentarse con su nuevo reto y comenzar a buscarle alternativas en caso de que fuera necesario, claro, un chico que todo veía con números y posibilidades debía tener sus planes alternos para tomar decisiones sabiamente, "Más vale prevenir". Dio un profundo suspiro y bajó del auto para de inmediato toparse con las y los alumnos que, como siempre, tenían obsequios para él, y, también como siempre, terminaban siendo tomados por Jongin en nombre de su amado, mientras un pobre Kyungsoo lo seguía de cerca ayudándolo con los obsequios restantes.
Una vez que se encontraron en el aula Jongin se dispuso a comer un par de chocolates, cortesía de los fans de Baekhyun, mientras los más bajitos tomaban asiento. Para Kim Jongin el que su pretendiente y mejor amigo fuera el presidente de clase era un plus, pero que fuera tan guapo y perseguido tenía recompensas, como todos esos obsequios.
—Escuché que el nuevo profesor es muy bueno... —Kyungsoo podía notar que su amigo estaba aun tenso por ese tema y ya que quería poder calmar a su amigo había investigado un poco acerca del sustituto. —Parece ser que nunca ha dado clases en un instituto, es algo... diferente...
—¿Diferente? —El moreno, quien no dejaba de comer chocolates, parecía ser quien más atención ponía al tema. —Habla claro Do, eso no va a calmar a Baekkie.
—Eso intento, no me interrumpas mientras hablo Kim~
—Basta, no importa. —Antes de que el moreno pudiera decir algo más la voz de Baekhyun lo interrumpió, sonando tan tranquilo como siempre, incluso les dedicó una sonrisa brillante como sólo él sabía. —Estoy bien, no tienen que preocuparse. ¿Acaso no confían en que mis habilidades han mejorado? —Ni siquiera él confiaba en eso pero al menos sus amigos creyeron en su palabra, o eso intentaron, asintiendo y sonriendo en forma de muda respuesta.
*****
Sería una mentira decir que Sehun era la persona más responsable, entregada, puntual e intachable del mundo, por algo había abandonado la idea de ir a la universidad o conseguir un trabajo, tomando en cambio la vía fácil: aprovecharse de la amabilidad de su primo, el buen Yixing. El chico era todo lo contrario a su desordenado primo, sus intereses y metas las tenía planteadas desde muy joven y fue por eso mismo que dejó su país natal para aventurarse en ir en busca de un mejor futuro, aunque terminara entre sus tareas mantener a su primo menor ya que este se había casi aprovechado de sus buenos sentimientos tan pronto como tuvo oportunidad.
Debido a esas malas costumbres suyas, Sehun se encontraba corriendo intentando sortear toda clase de obstáculos para lograr atravesar la corta distancia entre la parada del autobús y la preparatoria. Se había levantado con casi media hora de retraso y estaba casi seguro de que eso no era el concepto que la señorita Park tenía por a primera hora de la mañana. Llevaba ropa formal, que también había tomado prestada de Yixing "para meterme más en sus zapatos" y unas gafas sin aumento alguno, sólo para hacerse el interesante.
Por fin, luego de atravesar el campus, llegó a las oficinas y se dirigió a una muy linda chica que se encontraba bastante preocupada casi perforando su escritorio con la pluma que sus delgados y delicados dedos sostenían fuertemente golpeando una y otra vez contra la superficie de madera.
Cabello castaño muy claro, ojos expresivos, una tira de cabellos más cortos abarcando su frente y un cuerpo delgado y estilizado enfundado en un corto vestido negro. Definitivamente la voz dulce encajaba a la perfección con ella y Sehun casi dejaba un camino de saliva desde que la miró. No tardó ni cinco segundos en poner una pose de galán y sonreír demasiado engreído, olvidando por completo que la imagen que supuestamente debería tener era otra.
—Hola, soy...
—¡Profesor Zhang! —Los ojos de Sehun se abrieron de sorpresa, estuvo a punto de delatarse al primer instante pero reaccionó de inmediato y asintió tomando la delicada mano que se extendía frente a él.
*****
Caminaron el ancho y largo pasillos hasta el aula correspondiente para su primera clase. Al parecer los papeles sólo eran un trámite más ya que la señorita Park simplemente les dio un rápido vistazo y los guardó en un sobre color guinda, uno de los colores de la escuela, y se levantó de inmediato para poder llevarlo hasta su primer encuentro con los alumnos del último grado, aunque posiblemente también hubiera sido debido a su retraso. Su linda acompañante aun seguía impresionada al ver a un profesor con apariencia tan juvenil pero pensó que se debía a su nacionalidad, aunque tampoco podía notar un acento extraño o diferente, como el de la primera vez que habló con el profesor, pero lo atribuyó a que las lineas telefónicas distorsionan las voces y tal vez hasta los acentos.
—Muy bien, esta es el aula. Espero que su estancia en nuestro instituto sea fructífera para ambas partes. —La sonrisa de la chica dejó un poco perdido a Sehun pero asintió y dio una reverencia a modo de agradecimiento sin caer en cuenta aun de lo que a continuación seguiría. —Mucha suerte. —Dijo la chica antes de girar sobre sus talones y alejarse dejando solo a un recientemente asustado chico, quien miró la manija de la puerta como si esta pudiera quemarle al tacto o algo peor, pero finalmente se decidió a tomarla y girarla para dejarle a la vista una sala demasiado espaciosa llena con mesas al centro de esta, casilleros al fondo del aula y estantes llenos con libros a los lados.
Dio un suspiro y caminó hacia el interior obteniendo de inmediato que todas las miradas se posaran en él, sobre todo la de cierto chico castaño de pómulos marcados, quien casi olvidaba su deber hasta que un codazo en sus costillas le hizo reaccionar para dar las debidas instrucciones a sus compañeros para saludar al recién llegado.
Una sonrisa llena de satisfacción se plasmó en los labios del "profesor", quien jamás había tenido una muestra de respeto como esa, y asintió a modo de agradecimiento para proceder a presentarse.
—Buenos días jóvenes. Mi nombre es~ —Se mordió la lengua de manera rápida para evitar cometer el error antes librado y continuar. —Zhang Yixing. Su nuevo profesor. —Paseó su mirada por el aula y su sonrisa se deshizo al descubrir a cierto rostro familiar entre los alumnos, un chico que reconocería mejor sin ropa, aunque claro estaba que este lo reconoció muy bien desde el instante en que entró. "Mierda". Sólo eso le faltaba, el nuevo chico de Jongdae parecía estar entre sus nuevos alumnos y a juzgar por esa sonrisa parecía no ser tan inocente como pensaba.