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En el lugar del gruñón/idiota por desileo

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Aquí está el nuevo capítulo, más el aviso que solamente quedan 2 capítulos más para terminar (Lo sé es corto, pero creo que así es mejor).

Onodera y Yokozawa  caminaban juntos hacia la editorial, en espera de que todo el malentendido con Kirishima se solucionara. Como estaban decididos a decirle lo que ocurría, Yokozawa le propuso a Onodera encontrarse en la misma estación, para llegar juntos.

Yokozawa esperaba que su pareja les creyera, sino él terminaría con el corazón roto nuevamente, irónicamente sin ser culpa de alguno de los dos.

Mientras que Onodera estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de reparar todo el daño que había hecho a la pareja, incluso si tenía que pasar por la vergüenza de declarar su amor hacia Takano.

Una vez en el lobby de la editorial, Yokozawa detuvo a Onodera, intentando comprobar que no habría fallas en el plan.

─ Onodera, ¿Recuerdas lo que hay que hacer?

Entendiendo la inseguridad del oso gruñón, Onodera contestó.

─ Vamos hasta la sección shonen, llamas a Kirishima-san para una “reunión” con Emerald mientras yo voy a una de las salas de juntas a esperarlos. Llegas con él y le explicamos lo que pasa realmente.

Tranquilizándose un poco, Yokozawa dio un asentimiento de cabeza, indicando en silencio que pusieran manos a la obra. Subieron al ascensor hasta el piso de shonen, en donde Onodera se quedó dentro del ascensor para ir al piso de las salas de juntas, mientras Yokozawa bajó de este.

A pesar de su nerviosismo, Yokozawa caminó confiadamente, como si realmente le hubieran dejado ese encargo por parte de su sección.

Llegó al lugar en donde trabajaba Kirishima, encontrándose con la sorpresa de que Kirishima no se encontraba en ninguna parte. Confundido por esto, intentó recordar lo que Kirishima tenía ese día, pero pronto fue interrumpido por uno de los editores de menor rango.

─ Onodera-san, ¿Qué está haciendo aquí?

Reuniendo toda la tranquilidad que pudo, Yokozawa preguntó.

─ Estaba buscando a Kirishima-san a causa de que Takano-san quería ponerse de acuerdo en un proyecto que está haciendo la editorial.

Con una enorme sonrisa en el rostro, el editor contestó.

─ Onodera-san, creo que se le han adelantado.

Confundido, Yokozawa no pudo evitar preguntar con un dejo de incertidumbre.

─ ¿A qué se refiere con eso?

─ Es que en cuanto llegó Kirishima-san a la editorial, dejó sus cosas y nos avisó de que iría a ponerse de acuerdo con Takano-san con dicho proyecto.

Completamente aterrado, Yokozawa preguntó.

─ ¿Hace cuánto fue eso?

─ Mmm, hace quince minutos más o menos.

Fingiendo una sonrisa, Yokozawa respondió.

─ Muchas gracias, entonces lo voy a buscar.

Sin esperar respuesta, Yokozawa comenzó a caminar hacia la salida, sin embargo, en cuanto salió de la vista de los editores, Yokozawa comenzó a correr hacia el ascensor, como si de eso dependiera su vida.

Una vez dentro, marcó rápidamente a Onodera, en espera de que sus peores temores no fueran ciertos.

─ Yokozawa-san ¿Ya vienen?

─ Necesito que veas las otras salas de juntas y me digas si ves a Masamune o Kirishima.

Onodera obedeció al mayor sin preguntar, pues su voz parecía preocupada. Una por una, el editor revisó las salas, sin encontrar a ninguno de los mencionados, por lo que respondió.

─ Lo siento Yokozawa-san, no está ninguno de los dos.

Yokozawa maldijo mentalmente una y otra vez los celos de su pareja, mientras instruía rápidamente a Onodera.

─ Necesito que los busques en cualquier lugar que se te ocurra que Masamune pueda frecuentar, mientras que yo haré lo mismo pero con Kirishima…

Interrumpiendo a Yokozawa, Onodera pregunto.

─ Yokozawa-san ¿Qué está pasando?

─ Al parecer, Kirishima fue a reunirse con Masamune para hablar de un proyecto, pero si he de conocer a Kirishima, sé que lo va a confrontar para pelear por mí.

Ingenuamente, Onodera respondió tranquilamente.

─ No creo que sea algo de lo que hay que preocuparse. De seguro que Takano-san resuelve el problema sin que nosotros tengamos que decirle la verdad.

Yokozawa se sintió irritado ante esas palabras, pero pronto cayó en la cuenta de que Onodera no conocía la faceta celosa de su pareja, por lo que comenzó a explicar.

─ No entiendes, Kirishima es extremadamente celoso, tanto que tuvo celos de su propia hija. Si todos los incidentes que he tenido con él con sus celos me han enseñado algo, es que ni siquiera va a dejar hablar a Masamune e irá directamente a golpearlo.

Antes de que Onodera pudiera preguntar, Yokozawa completó.

─ Y eso sería realmente malo porque él practicó artes marciales en su juventud.

Onodera quedó callado por un momento antes de responder.

─ Tenemos que encontrarlos.

Con esas palabras, ambos colgaron con la nueva misión de encontrar a sus respectivas parejas.

Onodera lo fue a buscar en su lugar de trabajo, encontrándose con Kisa haciendo desesperadamente su trabajo. En cuanto el editor lo notó, soltó un pequeño grito asustado, mientras intentaba no caerse de su silla.

Sabiendo que él era la persona indicada para decirle el paradero de Takano, ignoró la actitud de su superior para preguntarle rápidamente.

─ Kisa-san, ¿Sabes dónde está Takano?

Kisa lo vio con asombro, ya que era extraño que el oso salvaje de Marukawa no estuviera gritando y exigiendo saber el paradero de su jefe. Sin saber cómo reaccionar ante esa nueva faceta, Kisa respondió.

─ Este…mmmm… hace poco vino Kirishima-san para llevárselo a una junta, pero… no fueron hacia el ascensor, sino hacia la sala de descanso de este piso. ¿Le pasa algo…?

Onodera no le dejo terminar la oración, partiendo hacia el lugar que Kisa le indicó, mientras comenzaba a marcarle a Yokozawa, el cual contestó casi al instante.

─ ¿Los has encontrado?

─ Si, están en el área de descanso del piso de Emerald, aunque será mejor que nos apresuremos Yokozawa-san; no hace mucho que ellos se fueron.

Con toda la rapidez que le permitieron las piernas de Onodera, Yokozawa corrió hacia el lugar indicado, usando las escaleras para evitar contratiempos con el ascensor.

Después de lo que a Yokozawa le pareció una eternidad, llegó hasta la sala de descanso del piso de Emerald, encontrándose a Onodera a punto de abrir la puerta.

En cuanto notó la presencia de Yokozawa, Onodera se sintió mucho más tranquilo, pues no tendría que enfrentarse a ese problema él solo. Yokozawa dio un ligero asentimiento, dándole permiso mudo de que abriera la puerta.

Sin muchas opciones, Onodera abrió lentamente la puerta, sin saber lo que les deparaba al otro lado. Antes de que cualquiera de los dos pudiera entrar, fueron detenidos por el sonido de gritos furioso de ambos hombres.

─ ¡QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE KIRISHIMA!

─ ¡NO TE HAGAS EL DESENTENDIDO! ¡TEN UN POCO DE DECENCIA DE ADMITIR LO QUE HAS HECHO!

Rápidamente, Yokozawa y Onodera entraron al lugar, encontrándose en él un gran desastre. Se podía apreciar varios jarrones rotos por el lugar, junto a unas plantas que yacían deshojadas por el suelo, sumándose sillas y bancas volteadas y llenas de tierra además de un par de lentes rotos pertenecientes a Takano.

Junto a todo ese desastre se encontraban los autores de dicha escena: Takano estaba recargado contra una pared, con un ojo morado y la camisa rota por uno de los hombros, mientras que Kirishima estaba cerca de este, con el labio partido y la ropa completamente desarreglada, jadeando para llevar aire a sus pulmones.

Sin notar la llegada de terceros al lugar, Takano continuó.

─ ¡Creo que ya has comenzado a chochear con la edad Kirishima! ¡TAL VEZ POR ESO INTENTAS HACERME RESPONSABLE DE LO QUE SEA QUE LE HAYAS HECHO A YOKOZAWA!

─ ¡TU, MALDITO BASTARDO!

Antes de que cualquiera de los dos intentara nuevamente golpearse, Yokozawa y Onodera detuvieron a sus respectivas parejas, provocando que ambos los miraran con sorpresa.

Rápidamente, Yokozawa comenzó a regañarlos.

─ ¡Ya paren los dos! ¡Parecen un par de mocosos de primaria en una pelea! Estoy seguro de que esto es un enorme malentendido.

Ambos estaban por replicar, pero fueron interrumpidos por Onodera.

─ Takano-san, Kirishima-san, tan solo denos un minuto para aclarar todo este lio. Por favor, mantengan la mente abierta.

Kirishima quedó completamente anonadado por la manera tan respetuosa con la que le había hablado Yokozawa a él y a Takano, mientras que el editor en jefe de Emerald lo veía de manera calculadora.

Una vez logrado calmar a ambas partes, Onodera y Yokozawa comenzaron a relatar su historia, desde el día en que habían cambiado sus cuerpos, el plan que idearon para no levantar sospechas de ambas partes, cómo hicieron para continuar con sus respectivos trabajos, las pequeñas eventualidades que cada uno tuvo con respecto a lo que hacía el otro, hasta el día en que Onodera confesó sus sentimientos a Kirishima (omitiendo gran parte de la historia para no dar tantas ilusiones a su jefe).

Después de escuchar la narración, ambos se quedaron callados, contemplando tanto a Onodera como a Yokozawa. El primero en hablar fue Takano.

─ Lo sabía, aunque pensé por un momento que era producto de la borrachera. En definitiva, conozco demasiado bien a Onodera como para saber que estaba actuando demasiado raro, incluso para ser él.

Molesto por el comentario, Onodera no pudo evitar exclamar.

─ ¡Takano-san! ¡No soy extraño!

El siguiente en hablar fue Kirishima, el cual pudo conectar todos los puntos en su cabeza.

─ Eso explica por qué casi no me regañaba por la cantidad de mensajes o por entrar a la cocina sin supervisión o que se equivocara en el momento de decir sus frases favoritas. En realidad, debí darme cuenta desde el principio que no estabas actuando tan gruñón como de costumbre.

Yokozawa simplemente frunció el ceño, estando completamente en desacuerdo con su pareja.

Resuelta la disputa, Kirishima preguntó.

─ Muy bien, ¿Cuándo van a volver a sus cuerpos?

Onodera y Yokozawa se vieron entre ellos, siendo Onodera el que contestara.

─ Ese es el problema Kirishima-san. No sabemos cuándo podremos volver a nuestros cuerpos.


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