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En el lugar del gruñón/idiota por desileo

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Notas del capitulo:

¡Hola a todo el mundo! Aquí está el penúltimo capítulo del fic. Pero, por si le interesa a alguien, estoy trabajando en un nuevo fic, del cual solamente preguntaré:

¿Alguien le gusta los videojuegos de terror? 

Yokozawa y Onodera esperaban a sus respectivas parejas fuera de la oficina de Isaka, en espera de sus respectivos castigos. Lamentablemente para Kirishima y Takano, las cámaras captaron todo el enfrentamiento, además de todo lo que habían destruido, alertando a la seguridad del edificio.

En cuanto estaban dispuestos a arreglar el lugar, llegó seguridad a detenerlos, sin embargo, Isaka llegó al poco tiempo para evitar que dos de sus mejores empleados (y editores en jefes) fueran a la cárcel. En su lugar, mandó a llamarles a su oficina, para imponerles un “castigo”.

Después de un tiempo, ambos salieron de la oficina de Isaka, con cara de pocos amigos y acompañados por este. Mientras salían, Takano gritó.

─ ¡Eso es totalmente injusto e inhumano!

 Con una cara de satisfacción, Isaka respondió.

─ Oh Takano-san, si crees eso, mejor le llevo a la cárcel por destrucción de propiedad de la compañía.

Apoyando a Takano, Kirishima opinó.

─ Pero sigue siendo excesivo el que nos quite el sueldo de un mes ¡Tengo familia que mantener!

Sin cambiar su expresión, Isaka refutó.

─ Eso hubiera pensado antes de agredir a mi otro editor en jefe Kirishima-san. Ahora, si me disculpan, tengo una importante reunión con una vieja conocida.

Haciendo oídos sordos a cualquiera de las quejas de los dos editores en jefe, Isaka salió rápidamente, en busca del causante de este problema.

Yokozawa y Onodera se acercaron a sus parejas, deduciendo que su castigo había sido bastante malo.

Decidiendo acabar rápido, Yokozawa preguntó.

─ ¿Qué tan mal esta?

Kirishima soltó un suspiro resignado, mientras veía hacia Yokozawa.

─ Nos quitó el sueldo de un mes, para poder pagar las reparaciones de todo el lugar.

Contribuyendo a la narración, Takano continuó.

─ Además de que nos quitó las vacaciones aculadas que teníamos, sumándose que tendremos que trabajar hasta año nuevo, sin importar que nadie más lo haga.

Viendo directamente a Kirishima, Takano concluyó.

─ Y todo por tus malditos celos.

Defendiendo su causa, Kirishima contraatacó.

─ Si realmente tenemos que culpar a alguien, ese sería a tu “tierno” novio que no sabe decir las cosas en el momento indicado ni con la persona indicada.

Viendo avecinar una nueva pelea, Yokozawa los interrumpió.

─ No empiecen con eso. Den gracias de que no perdieron sus puestos, o peor, su trabajo.

Sintiéndose el responsable del lio, Onodera se dirigió a Kirishima.

─ En verdad lo lamento Kirishima-san, por hacerle pensar que Yokozawa-san todavía estaba interesado en Takano-san.

Interesado en el tema, Takano preguntó.

─ ¿Y exactamente qué fue lo que le dijo?

Onodera vio de manera suplicante a Kirishima, provocando que este quedara en total shock, pues su pareja jamás pondría una cara así. Antes de que Yokozawa pudiera evitarlo, Kirishima sacó su celular y tomó una fotografía, la cual quedaría guardada por el resto de sus días.

Recordando el motivo por el cual tenía esa cara, Kirishima puso manos a la obra.

─ Si no quieres que le diga nada a Takano, entonces pon más caras como esa. Al menos una tierna.

Completamente molesto, Yokozawa gritó.

─ ¡Ni se te ocurra hacer eso, porque en cuanto regrese a mi cuerpo te juro que no me tocarás lo que resta del año!

Queriendo la información de lo dicho por Onodera, Takano ofreció.

─ No vale la pena que haga eso Kirishima-san; Onodera no pone esa cara ni aunque esté en su cuerpo. Mejor, si me dice lo que Onodera le ha confesado, le doy todas las fotografías que tengo de Yokozawa cuando estaba en la universidad.

Kirishima pareció reflexionar sobre eso, calculando la mejor opción para él además, por supuesto, los beneficios que podría conseguir. Después de reflexionar por un largo momento, finalmente contestó.

─ Lo pensaré mejor si a esa oferta le agregas fotos vergonzosas de Yokozawa que tengas.  

Tanto Onodera como Yokozawa estaban sorprendidos ante la complicidad que mostraba el par, pues hace escasos momentos ellos dos estaban golpeándose con todas las fuerzas que tenían y ahora parecían amigos de toda la vida, por la oportunidad de obtener información de su pareja.

Perdiendo los estribos, Onodera les gritó a ambos.

─ ¡Por favor, este no es el momento de hacer esto! ¡Debemos enfocarnos en el verdadero problema!

Ambos hombres voltearon a verlo, riendo casi al mismo tiempo, sacando de quicio a Yokozawa.

─ ¡¿Qué les parece tan gracioso?!

Sin parar de reír, Takano respondió.

─ Lo que pasa e…ja…s que la actitud de…ja ja… Onodera no queda para nada bien con…ja ja ja ja ja… tu cara. ¡Te hace parecer más histérico!

Controlándose un poco, Kirishima respondió.

─ Sin embargo, tiene un buen punto. En verdad ya quiero que mi amante sea el mismo gruñón de siempre y moderadamente tsundere.

Secundando a Kirishima, Takano continuó.

─ Lo sé, extraño al Onodera extremadamente tsundere y tímido. Tenemos que hacer algo para reparar eso.

Un poco más tranquilo por la cooperación de sus parejas, Yokozawa preguntó.

─ Ya que nos van a ayudar, ¿Se les ocurre alguna idea para que podamos regresar a nuestros respectivos cuerpos?

Reflexionando por unos momentos, Onodera respondió.

─ Posiblemente tenga algo que ver con el golpe que nos dimos cuando caí por las escaleras.

Yokozawa meditó por unos momentos recordando dicha escena, dándole cierto crédito a Onodera. Todos estos acontecimientos comenzaron a partir de ese pequeño accidente.

─ Puede que tengas razón. A partir de ese momento fue cuando nosotros nos encontramos en el cuerpo del otro.

Sin poder evitarlo, Kirishima se burló un poco.

─ Parece el cliché de un manga que ya no sabe que publicar, aunque quién soy yo para criticar, después de todo, tengo la viva prueba de que esto es posible.

Reflexionando, Takano respondió.

─ Tal vez, si vuelven a hacer lo mismo que hicieron ese día, posiblemente puedan regresar a sus cuerpos.

Los involucrados mostraron una cara llena de dolor, pues ese golpe no había sido para nada suave. En contra de la idea de su jefe, Onodera preguntó.

─ ¿No habrá otra manera de solucionar esto?

Con una cara totalmente seria, Takano respondió.

─ Por supuesto que no. En los mangas, es la única solución para regresarlos a sus cuerpos; creo que necesitas leer más mangas, así que una vez que regreses a tu cuerpo, te dejare ese trabajo especial.

Intercediendo por el más joven, Yokozawa regañó.

─ Masamune, ¡Deja de aprovecharte así de tu puesto como jefe! Por eso es que Onodera no se te confiesa.

Como en los viejos tiempos, Takano respondió.

─ Mira quién lo dice, el hombre que no para de regañar a sus subordinados por estar de mal humor.

Subiendo la intensidad de la discusión, Yokozawa respondió.

─ Pero al menos yo no estuve buscando como idiota a mi amante por un nombre falso.

Interviniendo para que la situación no se calentara demasiado, además de que comenzaba a ponerse celoso por la cercanía de esos dos, Kirishima habló.

─ Dejando de lado esa discusión vana, ¿Podemos poner en práctica nuestro plan? Ya quiero tener a mi amante de vuelta en su cuerpo y recuperar todo el tiempo perdido.

Dejando de lado su riña, el grupo comenzó a caminar hacia las escaleras, pero una vez que Yokozawa y Onodera se adelantaron, Kirishima tomó del brazo a Takano, el cual lo vio con una mirada interrogante.

Con una sonrisa de suficiencia, preguntó.

─ ¿Hacemos el trato?

Sin pensarlo mucho, Takano respondió inmediatamente.

─ ¿Las quieres en digital o en físico?

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Isaka buscó por toda la editorial, en busca de twinkle, dispuesto a regañar a su vieja amiga. Comenzó a revisar debajo de las mesas, sillas e incluso entró a los baños de mujeres para verificar que el hada no estuviera escondida en dichos lugares, bajo la mirada de todos sus empleados que lo veían de manera extraña.

Finalmente, pudo encontrarla en una de las salas de junta, sentada sobre la mesa mientras comía un onigiri salido de quien sabe dónde. Antes de que pudiera volar, Isaka la tomó entre sus manos, y la llevó hasta el piso de Emerald, específicamente, la sala de descanso que terminó hecha pedazos por los dos editores en jefe.

Al ver tal destrucción, twinkle preguntó.

─ ¿Qué ha pasado aquí?

Con un tono molestó, Isaka respondió.

─ Eso, mi querida amiga, es el resultado de tu pequeño experimento. Tal parece que Onodera hizo un comentario indebido a Kirishima y, como buen novio celoso, confrontó a Takano justo aquí, dando como resultado esto.

─ No te preocupes, comprando las cosas y arreglando un poco el lugar, no es tan malo.

Isaka no sabía si reír, enojarse o llorar por ese comentario. El fundamental problema radicaba precisamente en eso; tendría que gastar una fortuna para reparar todo ese desastre.

Intentando tranquilizar a Isaka, la pequeña hada agregó.

─ Además, este asunto está a punto de resolverse. Muy pronto ellos regresarán a sus cuerpos y, por todas esas molestias, te voy a recompensar.

Escuchando lo último, Isaka respondió.

─ Tendrá que ser algo realmente bueno.

Misteriosa, twinkle respondió.

─ Oh, estoy segura de que te fascinará.


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