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En el lugar del gruñón/idiota por desileo

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Lo prometido es deuda, aquí les traigo el capítulo sobre Onodera y los Kirishima aunque interactua casi por completo con Hiyo.

Espero que les guste

Onodera estaba en frente del edificio en donde vivían los Kirishima, leyendo todas las instrucciones que le había dejado Yokozawa. En ellas detallaba lo que debía hacer, sobre todo con la hija de Kirishima.

A decir verdad, esta parecía lo que su madre le decía o hacía cuando era más pequeño, con la pequeña excepción de que esta contenía lo que debía evitar para quedar en un momento “íntimo” con Kirishima.

Considerando que ya había memorizado todo, Onodera caminó dentro del edificio, en busca del departamento que estaba escrito en la hoja. Con cierta sorpresa, varias personas lo saludaron cordialmente, sin mostrarse aterrorizados por su aspecto.

Justo en frente de la puerta, a  Onodera le surgió una enorme duda: ¿Yokozawa tocaba la puerta del departamento o tenía una llave de esta?

Si comenzaba a probar todas, se llevaría mucho tiempo, además de que levantaría sospecha por parte de los otros inquilinos y mucho más por su aspecto tan amenazante.

Si Yokozawa tenía una llave y la utilizaba, siempre estaba la excusa de que lo había olvidado o perdido por su departamento.

Con cierto temor, tocó la puerta, en espera de que la hija de Kirishima le abriera la puerta. Solamente tuvo que esperar unos cuantos segundos antes de que la puerta fuera abierta por una pequeña niña no mayor de once años, con su cabello atado en coletas y con un vestido rosa con flores blancas.

Con una enorme sonrisa en su cara, pronunció efusivamente cada palabra.

─ ¡Onii-chan! ¡Bienvenido a casa!

Onodera no pudo evitar mostrar una cara llena de asombro y, al mismo tiempo, intentaba contener una sonora carcajada pues Yokozawa no encajaba para nada en la imagen de un Onii-chan.

Intentando actuar como Yokozawa, Onodera respondió.

─ Estoy en casa.

Por un momento, Onodera creyó haber dicho algo erróneo, ya que la cara de la niña cambió a una de confusión, pero inmediatamente fue suplantada por una sonrisa, haciéndolo pensar que fue su imaginación.

La niña retrocedió, dándole permiso de pasar a la pequeña casa. Con discreción, Onodera vio el departamento viendo que, a pesar de que Kirishima era un editor en jefe, tenía su hogar realmente ordenado.

En su pequeña exploración pudo ver a Sorata, el cual estaba acostado en el sillón, viendo de manera perezosa todo lo que hacían. Intentando parecerse más a Yokozawa, Onodera se acercó al gato, en un intento por acariciarlo, pero este fue arañado por el gato.

Onodera no se sorprendió de esto, pues era la reacción común que tenían los animales hacia él.

Al voltear, se dio cuenta de que Hiyori había presenciado toda la escena, con una cara pensativa, como si estuviera evaluando la reacción del gato. Al notar la vista de Onodera sobre ella, comentó.

─ Tal vez Sorata no está de humor.

Onodera suspiró para sus adentros, ya que nada de lo que hacía Yokozawa le estaba saliendo, aunque tal parecía que  Hiyori no estaba notando nada de eso. En un intento de arreglar las cosas, Onodera preguntó.

─ ¿Te puedo ayudar con la cena? A menos que la tengas hecha.

Con una enorme sonrisa, Hiyori aceptó la invitación.

─ Por supuesto ¡Nosotros dos hacemos un gran equipo en la cocina! Sobre todo si se trata de postres.

Rápidamente, Hiyori fue a la cocina, siendo seguida por Onodera, el cual no podía imaginarse a Yokozawa cocinando, mucho menos haciendo postres. Justo al llegar, Hiyori le tendió un mandil verde, sin adornos o imágenes mientras decía.

─Toma esto Onii-chan, no queremos que tu traje se estropee.

Onodera se colocó el mandil, todavía un poco perdido sobre cocinar, pues la gran mayoría de sus comidas eran comidas instantáneas, por lo que no estaba tan seguro que pudiera cocinar algo.

Como si hubiera leído la mente de Onodera, Hiyori le tendió una bolsa de papas junto con un pequeño cuchillo. Una vez en las manos de Onodera, Hiyori instruyó.

─ Pienso hacer puré de papa para la cena, así que pela las papas Onii-chan.

Un poco más confiado, Onodera comenzó a realizar su tarea asignada, viendo que no era tan malo para hacerlo.

Mientras tanto, Hiyori fue acercando todos los utensilios que necesitarían para la cena, haciendo la atmósfera un poco más hogareña.

Onodera intentaba sacar un tema de conversación con la niña, pero siempre estaba la posibilidad de que esta sacara un tema del cual el editor no tenía ni idea, por lo que prefirió seguir en silencio. Sin embargo, este fue roto por la más joven.

─ Onii-chan, ¿Cómo te fue en el trabajo?

Aliviado de que el tema fuera fácil, rápidamente inventó algo sobre su día.

─ Realmente no había mucho, por lo que pude acabar rápido. ¿Y tú día?

La niña dio una sonrisa mientras llenaba una olla con agua.

─ Nada especial, solamente ir y venir de la escuela.

Onodera se preguntó por un breve momento si la hija de Kirishima siempre era así de callada, pero esta continuó con otro tema que descolocó un poco al editor.

─ Recordé cuando cocinamos juntos por primera vez, ¿Lo recuerdas Onii-chan?

Siguiéndole la corriente a la niña, Onodera contestó.

─ Sí, como olvidarlo.

─ Recuerdo que llegaste a casa temprano junto con papá y quisiste ayudarme a cocinar, así que te di el mandil que llevas en ese momento y papá tomó muchas fotos.

En su mente, Onodera sintió que le tendían una trampa (el tiempo que llevaba con Takano lo había hecho sensible a eso) pero lo desestimó casi de inmediato al tratarse de una niña de al menos once años, por lo que con total confianza contestó.

─ Por supuesto, aquélla vez nos divertimos mucho.

Al terminar de pronunciar esas palabras, el ambiente se tornó pesado, como si lo que hubiera dicho fuera algún tipo de palabra tabú.

Después de un largo silencio, Hiyori colocó el agua en el fuego, con total calma. Una vez regulada la intensidad de esta, mostrando firmeza, Hiyori volteó a ver a su invitado.

─ ¿Quién es usted y que ha pasado con Onii-chan?

Onodera no pudo evitar sentirse asombrado y al mismo tiempo avergonzado. Tal parecía que aquello si había sido una trampa.

Intentando salvar la situación, Onodera preguntó lo más apacible que la situación le permitió.

─ ¿A qué viene eso Hiyori? Por supuesto que soy yo.

La niña simplemente levantó una ceja, (bastante parecido a Yokozawa cada vez que lo veía de manera despectiva) y con simpleza respondió.

─ No hay necesidad de fingir por más tiempo, sé que no es Onii-chan.

Derrotado, Onodera no tuvo más alternativa que responder a la pregunta inicial de la niña.

─ Soy Onodera Ritsu, trabajo en la misma editorial que tu padre y Yokozawa-san, aunque soy editor de mangas shojo. Todavía no sé qué pasó con exactitud, solamente que Yokozawa-san y yo terminamos en el cuerpo del otro por lo que, para evitar preguntas o momentos incómodos, nos estamos haciendo pasar por el otro.

Para sorpresa de Onodera, Hiyori asintió, complacida con la explicación del mayor. No cabía duda de que a veces los niños tenían una mente más abierta que la de un adulto.

─ Eso me tranquiliza un poco.  Al menos sé que Onii-chan está bien.

Intranquilo por ser descubierto, Onodera preguntó.

─ Por cierto, ¿Qué fue lo que me delató?

Con una sonrisa traviesa, Hiyori contestó.

─ El que hayas dicho “estoy en casa” tan fácilmente. Por lo general, papá y yo tenemos que insistir mucho para que Onii-chan diga esa simple frase. A veces me sorprende que ellos dos sean pareja, ya que papá suele ser desvergonzado, mientras que Onii-chan se avergüenza con cosas simples.

Onodera quedó descolocado por las últimas palabras de la niña, pues Yokozawa le había mencionado que Hiyori no sabía nada acerca de la relación que mantenía con Kirishima.

Antes de que pudiera formular la pregunta, Hiyori contestó.

─ A pesar de que papá y Onii-chan piensen que no sé nada, me acabé enterando desde que empezaron a salir. Pero siento que ellos no están tan cómodos con que conozca su relación ahora, por lo que prefiero guardar silencio hasta que ellos me lo cuenten. 

Onodera se sorprendió por las palabras tan maduras y comprensivas de la niña, pues a su edad ni siquiera ese tipo de temas le pasaban por la cabeza. Tal vez era resultado de no creer con su madre.

Desviando la vista hacia la olla que empezaba a calentarse, Hiyori comentó.

─ Será mejor que continuemos cocinando, sino papá sospechará. A veces puede ser un poco infantil, pero suele ser sutil en muchas más cosas, lo cual me hace preguntar cómo es que no te descubrió antes.

Recordando lo sucedido en la editorial, Onodera contesto.

─ En realidad, Yokozawa-san estaba cerca para ayudarme a contestarle.

Con una enorme sonrisa en su cara, Hiyori contestó.

─ Onii-chan siempre tan amable. Me pregunto cómo le estará yendo en su lugar.

Escéptico, Onodera preguntó.

─ ¿Él es amable contigo?

Con esto, la niña comenzó a enumerar todas las cosas que Yokozawa hacía por ella, haciendo que Onodera recordara lo que su madre hacía con él en su infancia.

Después de una larga charla y la comida completamente preparada, Kirishima irrumpió en el apartamento, haciendo que Onodera se sintiera perdido nuevamente.

Afortunadamente, Hiyori estuvo instruyéndole sobre lo que debería de hacer con pequeñas señas o palabras mudas. En cuanto terminaron de cenar, Hiyori dio pie a Onodera de irse (alegando que tenía trabajo por hacer) por lo que aprovechó la ocasión de irse.

Una vez en el tren, Onodera comenzó a reflexionar sobre Yokozawa y su vida secreta. Él parecía tratar a la niña como si fuera su propia hija y, además, ocupaba un lugar muy importante en la vida tanto de la hija como del padre.

Por lo visto, Yokozawa no era tan gruñón después de todo.


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