Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En el lugar del gruñón/idiota por desileo

[Reviews - 67]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Aquí les traigo un nuevo capí, con la interación de nuestros lindos ukes y uno de nuestros semes.

La pequeña hada bailoteaba en la oficina de Isaka, en espera de que este llegara, ya que antes de irse le había pedido reunirse con ella. Antes de pensar en buscarlo, Isaka apareció en la puerta, con una sonrisa que twinkle conocía como amenazante.

Sin perder el tiempo, Isaka habló con la pequeña hada.

─ Muy bien, como  ya sabes por qué te cité iré directo al grano: haz que Onodera y Yokozawa regresen a sus cuerpos y evita una catástrofe en sus respectivas áreas.

Esperando un estallido así, twinkle confesó.

─ No puedo. El hechizo que les puse evita que alguna persona o hada intervenga hasta que resuelvan sus diferencias, en pocas palabras, el hechizo se acaba una vez que ellos se conozcan y no puedo mover ni un pelo para quitárselos.

Irritado, Isaka preguntó.

─ ¿Y de pura casualidad no se te ocurrió que ellos se odiaran lo suficiente como para no querer saber nada del otro, sin importar que estén en el cuerpo del contrario?

El hada reflexionó por unos momentos, para responder con tranquilidad.

─ No se me había ocurrido, pero no te preocupes, todo está yendo tal y como lo planee.

Antes de que Isaka atentara contra la vida de twinkle, unos golpecitos en la puerta distrajeron al presidente lo suficiente para que el hada escapara.

Asahina a veces podía ser tan oportuno.

---------------------------------       

Yokozawa y Onodera estaban nuevamente en la sala de juntas, haciendo el trabajo correspondiente del otro, en un silencio relativamente pacífico.

Cada uno preguntó acerca de cómo fue el compromiso del otro (Onodera omitiendo haber sido descubierto por Hiyori y Yokozawa no mencionó cuando casi mata a su mangaka) haciéndolos sentir más cómodos.

Pronto, esa paz se vio interrumpida por el celular de Onodera, provocando que ambos dejaran de lado su trabajo para ver de quién se trataba. Para sorpresa de ambos, quien llamaba era Takano.

Curioso por este giro de los acontecimientos, Yokozawa respondió al celular, siendo recibido por un grito enojado de su mejor amigo.

─ ¡Onodera! ¡¿Dónde demonios estás?!

Sacando su lado gruñón, Yokozawa respondió como normalmente lo hacía cada vez que discutía con Masamune, provocando una cara sorprendida de Onodera.

─ ¡Y a ti que rayos te importa! ¡Ni que fueras mi madre para que te responda eso!

Temiendo las implicaciones que eso tendría en su trabajo, Onodera intentó quitarle el celular a Yokozawa, fallando estrepitosamente cuando este esquivó los brazos del otro, completamente concentrado en la discusión que estaba teniendo.

─ ¡Pero soy tu jefe, así que mueve tu estúpido trasero hasta Emerald antes de que decida ir por ti!

Recordando que ahora él era más alto, Onodera apresó a Yokozawa para luego alcanzar su celular, pero no fue lo suficientemente rápido para quitárselo antes de que Yokozawa pudiera decir.

─ ¡Buena suerte con eso porque no pienso ir hasta el maldito piso que bien puede hacerse pasar por un manga shojo barato!

En cuanto el celular tocó sus manos, Onodera colgó, en espera que Takano no se tomara tan en serio lo que Yokozawa le había dicho. A quien quería engañar, Takano se iba a tomar personal todo este asunto y su trabajo se iba a ver afectado (por no decir otra parte más sensible de su anatomía).

Molesto por el causante de que lo fueran a castigar, Onodera regañó a Yokozawa.

─ Yokozawa-san, no puedo creer que le dijera todo eso a Takano-san, ¡Siendo que se supone que yo jamás le hablo así!

Recordando que no se encontraba en su cuerpo, Yokozawa intentó justificarse.

─ Es una reacción natural. Cada vez que Masamune utilizaba ese tono, significaba que estaba en uno de sus momentos malos, por lo que ser condescendiente con él empeoraría la situación así que adopté la costumbre de adquirir el mismo tono que utiliza.

─ Pero yo jamás le hablo así a Takano-san en el trabajo, a menos que intente imponerse sobre mí. Ahora por su culpa, voy a ser castigado. Eso en la mejor de las situaciones.

En ese momento, a Onodera le llegó una idea, por lo que rápidamente le contó su plan a Yokozawa.

─ Si queremos arreglar esto, tendremos que fingir que estábamos discutiendo, antes de que Takano-san venga. Tal vez crea que por estar enojado contigo contesté de esa manera tan cortante.

Sin encontrar otra solución y aceptando la culpa de la situación (además de que él sería el que recibiera el castigo en caso de no arreglar la situación), Yokozawa estuvo de acuerdo.

─ Muy bien pero, ¿Cuánto tiempo crees que tarde en llegar?

Analizando todo lo que sabía de Takano y su inoportuna manera de encontrarse, Onodera respondió.

─ En cuanto encuentre a alguien que le sepa decir mi localización, en pocas palabras Kisa-san, así que ya estará muy pronto por aquí.

Casi al terminar esa frase, se pudieron escuchar unos pasos acercándose rápidamente, por lo que Onodera comenzó a improvisar.

─ ¡Onodera, maldito cabeza hueca ya te he explicado más de diez veces cómo hacer eso!

Siguiéndole la corriente a Onodera, Yokozawa contestó.

─ ¡Pues usted no me explica de manera clara lo que tengo que hacer!

─ ¡Y para eso tenías que llamar a Ta…Masamune! ¡Para que salve tu inservible cerebro!

─ ¡Yo no lo llamé, él fue el que llamó!

Justo en ese momento entró Takano completamente furioso, pero en el momento en que vio la discusión de su amante con su mejor amigo, pronto su cara se trasformó en una de molestia.

Interviniendo en la falsa discusión,  gritó a ambos.

─ ¡Ustedes dos ya dejen de pelear! Con que lo hagan casi cada vez que se ven es más que suficiente.

Dirigiendo su mirada hacia el cuerpo de Onodera, comentó.

─ Aunque eso explica por qué Onodera contestó tan enojado.

Hablando al que creía su mejor amigo, Takano preguntó.

─ ¿Qué estás haciendo con él en este lugar?

Rápidamente, Onodera ideó una excusa plausible para su jefe.

─ Lo que pasa es que este idiota me pidió consejo para las juntas, en vista de que no puede hacer algo tan simple como defender el número de copias de su manga.

Comprendiendo la situación, Takano asintió mientras tomaba de la mano a Yokozawa.

─ Si me disculpas, yo continuaré con esa enseñanza en mi piso. Hay que admitir que no tienes paciencia con las personas adultas.

Antes de que cualquiera de los dos pudiera decir algo, Takano llevó a Yokozawa casi a rastras a través de los pasillos, intentando alejarlo de Onodera.

En cuanto subieron al ascensor, Takano preguntó calmadamente.

─ ¿Por qué fuiste a pedir su ayuda? Creía que no lo podías verlo ni en foto.

Intentando utilizar la lógica de Onodera, Yokozawa contestó.

─ Porque no quería molestarte y distraerte de su trabajo.

Takano quedó callado, como si analizara lo que había dicho Yokozawa, provocando que este sintiera que había dicho algo equivocado. Las puertas del ascensor se abrieron justo en el piso de Emerald, haciendo que ambos bajaran, sin embargo, Yokozawa se vio arrastrado nuevamente hacia una sala vacía.

En cuanto Takano cerró la puerta, comenzó el pequeño interrogatorio.

─ Dime la verdad, ¿Por qué no me pediste ayuda?

Con esas simples palabras, Yokozawa pudo confirmar que su excusa no había funcionado por lo que, recordando la advertencia de Onodera, intentó nuevamente convencer a Takano.

─ Porque no quería quedar a solas contigo.

La cara de Takano cambio de una seria a una provocativa, haciendo que Yokozawa se arrepintiera casi de inmediato lo que había dicho. En un abrir y cerrar de ojos, Yokozawa se encontraba contra la pared, siendo acorralado por Takano, quien había puesto sus dos manos a ambos lados de su cabeza.

Con un tono lujurioso, Takano contestó.

─ Eres realmente lindo cuando eres tímido.

Yokozawa intentaba idear la mejor manera de salir del enorme lio en el que se metió, pero todo pensamiento salió volando en cuanto Takano le dio un beso, mientras que su mano paseaba por debajo de su camisa.

Antes de que las cosas avanzaran más, el celular de Onodera sonó, provocando que ambos se separaran, para gran alivio de Yokozawa, ya que era imposible ignorar la llamada, a causa de que podía ser alguna de las mangakas que solicitaba su ayuda.

Antes de que Yokozawa pudiera contestar, Takano advirtió.

─ No creas que te has librado de esto. Cuando terminemos nuestro trabajo, te llevaré a beber. Ni se te ocurra escapar, te estaré vigilando para que eso no pase.

Sin esperar la respuesta de Yokozawa Takano se fue de la sala, dando oportunidad de contestar el celular. Suponiendo de quién se trataba, Yokozawa contestó la llamada.

─ ¡Yokozawa-san! ¿No ha pasado nada malo?

Sabiendo que Onodera merecía saber la verdad y reconociendo que necesitaba ayuda, Yokozawa contestó.

─ Masamune me acorraló contra una pared, pero no pasó a mayores gracias a que interrumpiste el momento.

Desde el otro lado de la línea se pudo escuchar un suspiro aliviado, puesto que Onodera conocía las manías de Takano, por lo que supuso que intentaría una maniobra así después de la “pelea” con Yokozawa.

Pero ese alivio duró relativamente poco tiempo, en cuanto escuchó la segunda parte.

─ Sin embargo, me ha forzado a ir a un bar con él después del trabajo. ¿Algún consejo sobre eso?

Onodera se puso pálido ante lo dicho por Yokozawa. De todos los escenarios en los que había estado con Takano, el que siempre se le salía de las manos era cuando había alcohol de por medio por lo que, en un intento de no parecer tan patético, Onodera contestó.

─ Solamente que no beba demasiado, mi cuerpo no soporta mucho el alcohol. Creo que en ese sentido, usted sabe manejar mejor a Takano-san cuando esta ebrio que yo.

Un tanto decepcionado por lo que Onodera le aconsejaba, Yokozawa respondió.

─ Está bien, desempolvaré todo el conocimiento sobre esa área. Tú por el momento, procura no meterte en problemas y evita lo más que puedas a Kirishima, así que ve directo a mi departamento.

Sin otra cosa más para decirse, Yokozawa colgó el teléfono, mientras que su corazón tenía un mal presentimiento acerca de todo esto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).