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El dinero ¿Compra el amor? por AndriiNaruu

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Notas del capitulo:

NO ESTABA MUERTA! Pero tampoco de parranda... No les hago larga la historia fueron demasiadas cosas pero tengan algo claro:

Ya les habia dicho que yo  NO VOY A ABANDONAR ESTA HISTORIA, por nada, yo puedo tardar por x's causa pero esta historia sera publicada hasta su ultimo capitulo, sin mas ¡A LEER!

MIL DISCULPAS!!!

GOMEN!

  Nagato besó el dorso de la mano de Konan y ella entró al edificio para dirigirse a su departamento, el pelirrojo había aparecido de repente diciéndole que fuera con él ¿Cómo podía negarse? Pero para su tranquilidad y alegría, Naruto y Deidara llegaron al poco rato al pequeño sitio, agradecía no estar a solas con el hombre. Lo que no se esperó fue que al llegar a la puerta se encontrara con Yahiko ahí recostado, esperando

 

-Yahiko… -El se enderezó de repente apenas oyó la voz de ella- ¿Qué haces aquí?

-Hola, discúlpame por venir a estas horas

-No importa… -Entonces el pelinaranja notó que el semblante de ella estaba algo apagado-

-¿Pasa algo? Porque solo venía a darte esto y si quieres me voy ya… -Le entregó una pequeña bolsa que ella tomó- Tu me devolviste la ropa que te presté aquella vez pero yo olvidé por completo devolverte la tuya –Ella no dijo nada, solo observó la bolsa- ¿Estás bien?

-… Gracias –Konan solo dijo eso, luego entró a casa dejando al pelinaranja ahí, como si nada con la palabra en la boca. Yahiko se dio cuenta, que la mujer estaba pasando por algo y aunque tenía curiosidad solo se dio la vuelta alejándose-

 

  Itachi al día siguiente notó que Konan estaba ausente y sabiendo que en ese momento estaba desocupada se dirigió al consultorio de la mujer, tocó un par de veces y luego del “pase” entró

 

-Itachi ¿Pasa algo?

-No, nada… Al menos conmigo –Dijo tomando asiento frente a ella, Konan no comprendió- ¿Qué te pasa?

-Nada

-No me mientas por favor. ¿Estás bien?

-… -Suspiró- Lo siento es que tengo la mente en otro lado.

-Dei me dijo… Que Nagato volvió

-…

-Es eso ¿Cierto? –Ella asintió. Itachi estiró una mano tomando la de ella haciendo que lo viera de frente- Esta bien, no estás sola

-Lo sé –Sonrió lo mejor que pudo, pero se veía triste-

-Sabes que cuentas conmigo. No te alteres por eso Konan

-Lo intento

-Bien –Sonrió dándole ánimos-

 

  Naruto ese día estaba libre y decidió dirigirse al estudio donde sabía Sakura estaría, al entrar ella simplemente lo saludó con una mano pues estaba en plena clase y no podía salirse de la formación, las mujeres y jóvenes que no estaban practicando en ese momento comenzaron a murmurar, ese hombre, ya lo habían visto otro día ¿Seria familia de Sakura? ¿O pareja?

  Cuando terminaron Sakura tomó todas sus cosas, ni siquiera se cambió y salió de ahí con Naruto

 

-¿Buena clase? –Ella bebió de su termo y luego respondió-

-Sí, buena en verdad –Sakura entonces estornudó- Lo siento, he estado algo resfriada

-¿Y por qué vas a clases así?

-No puedo dejar de ver o de dar clases Naruto… Menos por un simple resfriado

-Eres testaruda Sakura-chan –Se burló, causándole gracia a ella- Pero ¿Estás bien?

-Sí, lo estoy. Gracias por preguntar

-Bien –Sonrió-

 

   Siguieron hablando todo el camino, después de tomar el metro y llegar al edificio donde ella vivía, subieron…

 

-Me iré a bañar, estoy toda sudada y pegajosa

-Jaja bueno yo no quería decir nada…

-¡Naruto! –Ella golpeó su brazo-

-Era broma lo siento. Te espero…

 

  Sakura desapareció detrás de una puerta mientras que Naruto en toda libertad tomó algo de la nevera para beber, recorrió el sitio y se detuvo a observar las fotos en una estantería, Sakura bailando, con sus padres, con él, con Gaara, con amigos. La mujer apreciaba a su familia y amigos, eso era claro, debido al silencio pudo escuchar el agua caer, no era la primera vez que esperaba a la chica mientras se bañaba, o al revés algunas veces Sakura tuvo que esperarlo a él.

   Rió un poco cuando recordó que una vez cuando estaban en la secundaria quiso espiar, aprovechando que los padres de Sakura no estaban.

 

******Flashback******

  Naruto esperaba en la sala de la casa Haruno mientras la chica se bañaba, estaba aburrido y aunque veía televisión podía escuchar como el agua caía y una pregunta cruzó su mente “¿Cómo se verá Sakura-chan desnuda?” curiosidad adolescente al fin y al cabo.

  El rubio que siempre fue tan impulsivo no dejó que la idea se le escapara y con lentitud entró al cuarto de ella, la puerta del baño estaba cerrada pero cuando giró el picaporte notó que estaba abierto, se asomó con cuidado… No se veía bien a través de la puerta de la ducha pero se distinguía la figura femenina de la chica, Sakura tenía cuerpo de bailarina de Ballet, delgado, poco pecho, estómago plano, piernas largas y cadenas un poco más grande que la parte de arriba, no sería perfecta pero se veía bien.

  La recorrida de la mirada de Naruto por el cuerpo de la Haruno se vio interrumpida cuando ella notó que él estaba ahí

 

-¡Ah! ¡Naruto! ¡Vete! –Ella rápidamente tomó la toalla cubriéndose aún dentro de la ducha. Naruto reaccionó saliendo de ahí rápidamente y miró hacia abajo-

-Por suerte… -Suspiró, apenas comenzaban a venir pensamientos provocativos para encender su excitación cuando ella gritó. Sakura salió después vestida pero totalmente sonrojada-

-¿¡Cómo pudiste!? –Se abrazaba a sí misma- ¡Eso no se hace!

-¡Lo siento lo siento! –Naruto no encontraba las palabras justas-

 

********Fin Flashback*****

 

   Naruto rió solo, después de eso concentrarse en estudiar fue imposible, Sakura se mantuvo al margen con él por unos días antes de superar la vergüenza. En ese momento Sakura apareció ya cambiada y usando pantuflas

 

-¿De qué te ríes?-Preguntó peinándose el cabello, era más largo que antes-

-Es que… -No sabía si decirle y la risa lo dificultaba- ¿Recuerdas cuando te vi bañándote?

-¡No me menciones eso! –Gritó cubriéndose el rostro mientras reía igual- Jajaja ¡Eras un mirón!

-¿Era? –Bromeó, ella fingió sorpresa-

-¡Pervertido!

-Jajaja aún me disculpo por eso, lo siento jaja –Se rascó la nuca-

-Fue vergonzoso en su momento.

-¿Te duelen los pies?

-Algo… -Sakura usaba mucho pantuflas o medias cuando estaba en casa para descansar los pies y sentirse más cómoda-

-¿Masaje de pies? –Ofreció-

-No, no, no, sabes que no muestro mis pies

-Y por eso necesitas un masaje de pies

-¡Te darán miedo! –La vergüenza de la mujer por sus pies era obvia-

-Oye, le he dado masajes a acianos ¿Crees que no he visto pies feos?

-Ninguno de una bailarina

-De hecho… –Sakura rodó los ojos sonriendo-

-Nunca te das por vencido ¿Cierto?

-No jaja una señora dijo que había sido bailarina hasta que ya no pudo

-… Pues yo también soy terca y te digo que no, porque ayer me rompí una uña y no querrás ver eso

-Bueno, intenté hacerte un favor pero está bien… Despréciame

-Jajaja –Sakura se sentó a su lado y lo abrazó- Gracias por preocuparte Naruto

-No hay de qué…

 

   El rubio la abrazó levantándola y haciéndola girar, ambos comenzaron a reír, cuando Sakura logró zafarse empujó al rubio y este cayó acostado al sofá rápidamente la abrazó a ella haciendo que cayera sobre él, besó sus rosados cabellos y luego se los revolvió

 

-¡Naruto, no! Jajajaja ¡Me las pagarás!

-¡Eso crees!

 

  Naruto adoraba pasar tiempo con Sakura, después de todo, ella era su mejor amiga…

 

   Deidara intentaba en lo menos posible hablar de frente con Itachi, si tenía que comunicarse con él lo hacía por teléfono o cualquier otro medio que no fuera estar delante del moreno. No se atrevía a ver al moreno desde la última vez, aún no conseguía su anillo y estaba perdiendo las esperanzas de encontrarlo, decirle a Itachi sería lo correcto pero le aterraba la idea, no era un anillo cualquiera un objeto cualquiera ¡Era su anillo de compromiso! ¿Cómo perder algo tan importante? La idea parecía estúpida o de mentira…

 

-¡Maldita sea!

-¿Qué te ocurre? –Deidara quedo congelado cuando escuchó esa voz a sus espaldas-

-Nada… Nada, ¿Qué haces aquí Gaara?

-Ah, venía a ver a Naruto y la puerta estaba medio abierta

-¿En serio?

-Sí, deberías tener cuidado… -Deidara evitaba ver al pelirrojo pero Gaara ya había notado que el rubio estaba desesperado- ¿Qué te pasa? ¿Puedo ayudar?

-… -Deidara se lo pensó y mordió su labio inferior- Metí la pata… -Observó al pelirrojo- Gaara estoy totalmente jodido

-¿Por qué? –El rubio tardó en responder- Si puedo ayudarte te ayudo

-Yo… Perdí mi anillo de compromiso Gaara –Los ojos verdes del pelirrojo se abrieron de sobremanera- ¡Y me estoy volviendo loco! Si Itachi se entera…

-¿¡No lo sabe!?

-¡Claro que no! –Gritó alterado, Deidara gritaba con su actitud una cosa: “Desesperación”- Itachi me odiaría si se entera

-No es cierto

-Gaara, tienes que prometerme que no dirás nada, a nadie, ni siquiera a Naruto

-… Nadie lo sabe –El rubio negó con la cabeza, tomó las manos del pelirrojo viéndolo fijamente-

-Prométeme que no dirás nada, por favor –Gaara lo pensó y luego suspiró-

-No me pidas mentir –Alejó sus manos- No diré nada… -Deidara respiró tranquilo- Pero deberías decirle a Itachi no te odiará es tu novio, no, es tu prometido él lo entenderá

-¿Qué va a entender? ¿Qué el despistado e idiota de Deidara perdió el anillo de compromiso? ¿Así como si nada? ¡Ni siquiera tenemos fecha! ¡Llevamos solo un poco más de un mes comprometidos!

-Deidara… Itachi tiene que saberlo

-Prometiste no decir nada…

-Tu deberías hacerlo, no yo. Solo es mi consejo como amigo

-…

-¿En verdad no sabes dónde puede estar?

-He revisado todo…

 

   Nagato observó como Konan salía del consultorio sonriéndole a un niño que estaba en brazos de un hombre de cabellos naranja que vestía de oficial, ¿Por qué le sonreía aquel hombre? Se acercó a ellos como si nada

 

-Buenas… -Konan se sorprendió al ver a Nagato ahí, junto a ella ¿Cuándo había llegado?- ¿Interrumpo?

-No, no se preocupe ya íbamos de salida –Respondió Yahiko, Pein en sus brazos estaba acostado contra su hombro pero despierto-

-Disculpa Nagato no sabía que vendrías pero debo ir con el oficial, tengo que vacunar al niño más tarde y antes debo ir a la estación

-¿Estación? ¿Por qué? ¿Pasó algo? –Preguntó preocupado el pelirrojo-

-No, es solo sobre una orden de restricción… -Nagato se mantuvo sereno y luego sonrió, una sonrisa muy falsa- Claro, yo entiendo querida. Nos vemos después ¿Si?

-Sí, claro

-Vamos doctora… -Intervino Yahiko siguiéndole la corriente a la peliazul-

-Si…

 

   Nagato se quedó observando desde la entrada del hospital como Konan entraba a la patrulla y se iban… Quería creer que era verdad todo lo que había escuchado y prefirió quedarse con ese pensamiento. Subió a su propio auto y fue en dirección contraria.

   Pein en el asiento de atrás estaba medio dormido, Konan suspiró respirando mejor

 

-¿Me dirás porque me usaste de coartada? ¿O debo fingir que nada ha pasado?

-… Gracias… -Yahiko se detuvo en el semáforo y Konan tomó una de sus manos buscando ayuda- En verdad, te agradezco –Luego la soltó- Te contaré todo

-No tienes qué

-Quiero…

-Está bien…

 

   Yahiko bajó a Pein ya dormido de la patrulla mientras Konan observaba a ambos lados de la calle y pasó a la casa también

 

-¿No tienes que volver al trabajo?

-Mi turno terminó temprano hoy… Solo tengo que salir si me llaman de emergencia. Ya vengo… -Yahiko llevó a Pein a su cama y bajó otra vez- ¿Quieres algo de beber?

-¿Me das un poco de agua? –Preguntó viendo a través de la cortina-

-Claro… -La peliazul se sentó rozando sus manos, como pensando, cuando Yahiko volvió se sentó frente a ella en otro sofá. La observó beber lentamente el agua y suspirar, tomándose su tiempo- ¿Necesitas ayuda?

-… Yo, yo solo necesito que me escuches si en verdad quieres ayudarme

-Bien

-Nagato Matsumoto, así se llama el hombre del que acabamos de escapar… -Parecía que le costaba y Yahiko pensaba en detenerla pero algo le dijo que ella no dejaría de hablar después de haber empezado- Nagato es un hombre que conozco desde hace mucho, es amable, sobre protector, cariñoso, entregado, perfeccionista y algo retraído

-Suena a alguien muy bueno

-Lo es… -Yahiko no entendía- También es mi ex novio –El hombre se sorprendió- Y yo llevo más de dos años huyendo de él…

-¿Te maltrata?

-No… -Respondió de inmediato- Nagato jamás me lastimaría físicamente. Lo sé, todo suena extraño pero el problema es… Es que entre nosotros hay una relación tóxica. Y solo yo lo entendí, que a pesar de todo no debíamos estar juntos. Nagato me asfixia, él es demasiado absorbente y yo no soy la mujer que él merece

-Puedes poner una orden de restricción

-No me atrevo –Susurró casi al borde del llanto, por primera vez viéndolo fijamente- No puedo… ¿Cómo podría? No me maltrata, no me golpea

-¿Te acosa?

-Algo

-Eso sirve

-No puedo… No soy capaz de herirlo

-Lo amas –Afirmó, ella asintió evitando mirarlo y sintiendo una lágrima caer por su mejilla, la apartó-

-Claro que si, y esa es la parte difícil, que aún nos amamos. Pero no puede ser… Se ha vuelto algo obsesivo y mi amor pasa a ser miedo cuando está cerca. El me quiere –Sollozó- Y no me atrevo a alejarlo, siempre soy yo quien huye pero él siempre aparece… No es un mal hombre, el problema es que no lo merezco… -Yahiko realmente no comprendía pero la situación parecía más seria y profunda de lo que alguien creería-

-Yo supongo que han hablado

-No escucha –Susurró- Cuando le digo que no puedo, que debemos alejarnos, que todo debe terminar… El no me escucha y solo actúa como si nada, no le agrada tenerme celos. Es celoso y por eso observaba por la ventana, me sorprende que no nos siguiera, me da miedo lo obsesivo que se vuelve cuando algo se le mete en la cabeza. Lo siento Yahiko estoy fastidiándote con mis cosas y usándote para no estar con él…

-No te preocupes –Respondió sentándose a su lado y cubriendo con sus manos las de ella, Konan intentó alejarse pero él no la dejó- No tengas miedo, yo no te haré nada solo intento ayudarte…

-Gracias. Ahora entiendes por qué el otro día no te dije nada, o por qué lloraba… No soy capaz de decirle que no porque aunque digo no, él igual hace lo que quiere

-No te dejes pisotear, usar o algo así Konan. Nadie debe hacer llorar a una mujer

-No sé cómo ponerle fin…  Es algo difícil

-Se nota. Pero, si en verdad no quieres seguir atada a él, no te des por vencida –Konan observó en los ojos del hombre toda la confianza y el ánimo que ella necesitaba, además pudo distinguir… Determinación. No se dio cuenta pero a Yahiko lo hizo sonreir el que ella quedara en silencio solo observándolo con asombro y curiosidad- ¿Qué?

-¿Eh? –Entonces despertó avergonzándose de mirar de esa forma a alguien, alejó sus manos rápidamente y volteó el rostro- Nada… Gracias por apoyarme a dejar el hospital y escucharme

-No hay de qué, me gusta ayudar… Y me gusta tu compañía –Yahiko no pudo notar la sorpresa adornar el rostro de Konan. La peliazul volteó observando al hombre sonriente enseñándole su mano- Cuentas conmigo para cualquier cosa

-… -Konan intentó encontrar el truco o la mentira pero no pudo, sonrió agradecida y pasó a ser una gran sonrisa alegre y sincera, tomó su mano igual- Gracias, tú también cuentas conmigo.

 

   Naruto sonrió tomando de su chocolate, Sakura frente a él bebió de su té sonriendo igual, en ese momento apareció Gaara ya con un vaso de café en mano

 

-¿Hace cuanto no nos reuníamos así solo los tres? –Preguntó el rubio-

-Hace bastante… ¿De qué reían?

-Nada… -Gaara los observó a ambos intercambiar miradas y movió sus hombros-

-Claro, no me cuenten no importa.

-Jaja no te enojes Gaa-chan –El pelirrojo detuvo todo movimiento y observó molesto a Sakura, él siempre había odiado que lo llamaran así, los otros dos volvieron a reír- Lo siento, no te enfades ¿Ne? –Tuvo que mirar a otro lado pues Sakura ponía buenos ojos de cachorro triste y pocas veces podía no caer ante esa mirada-

-No me enfadé… -Dijo simplemente-

-Creo que el tiempo no cambia los gustos de las personas –Notó la pelirrosa apuntando los tres vasos-

-Ja, tienes razón. Siempre fue perfecto cada uno tenía cada bebida –Recordó el pelirrojo-

-Suenan nostálgicos… A viejos –El rubio bebió de su vaso-

-¡Como que vieja!

-Jajaja

 

   Sasuke bajó del auto pero apenas llevó la vista al frente notó una combinación extrañada, ahí frente a él estaba Naruto pero estaban también dos personas más… Su mirada se volvió dura, esos dos ya los había visto antes aunque no los tres juntos y aún así era el mismo resultado… Naruto se veía feliz, sonreía actuaba alegre ¿Quiénes eran ellos? ¿Y por qué tenían el cariño del rubio? El pelirrojo de mirada seria y la pelirrosa sonriente ¿Quiénes eran? ¿Qué los unían a Naruto?

  Observó a los tres pasar un buen rato y los labios de ella chocar contra la mejilla del rubio ¿Por qué? ¿Quién era ella? Seria quizás posible la idea… De que fuera la novia de Naruto, otra vez cabía esa posibilidad en su mente. Y él seguía dirigiéndose a ese sitio para buscar al rubio…

 

-Señor, ¿Está todo bien? –Escuchó a su chofer a su lado, volviendo a la realidad simplemente demostró seriedad y se dio vuelta para volver a entrar al auto-

-No, nada. Vamos

 

   Naruto alejó un momento la mirada mientras reía y observó… ¿Ese era Sasuke? Su risa paró y su mirada se quedó viendo al moreno entrar en el auto y luego el mismo ponerse en marcha ¿Qué hacía Sasuke por aquí? No solía frecuentar estos sitios, estaba seguro.

 

-¿Qué te pasa?

-¿Qué? –Volvió a la realidad por la pregunta del pelirrojo- Nada, nada solo me distraje –Sonrió-

 

   Sasuke se recostó en el asiento ¿Sería la primera vez que renunciaba a algo? ¿Debería mejor solo renunciar al rubio? ¿Podría? ¿Después de ya haber hecho tanto? No, Sasuke Uchiha jamás renunciaba, nada era más fuerte que él y nada era tan difícil como para que él no pudiera hacerlo pero… Pero Naruto parecía un nivel completamente diferente.

   La cosa estaba, en que la atracción por el rubio aún estaba ahí, sonrió con gracia ¿Cuándo había sido la última vez que una conquista le costaba tanto? No, darse por vencido no estaba en su vocabulario. Tal vez lo que debía hacer, era jugar nuevas cartas, intentar una nueva estrategia…

 

*****

 

-¿Puedo hablarte?

-¿Yahiko? –Sasori se sorprendió al ver al pelinaranja frente a su puerta- Claro, pasa. Vaya tenía tiempo sin saber de ti

-Si bueno, creo que es culpa mía –Bromeó-

-Siéntate, ¿En qué te ayudo?

-¿Cómo sabes que vengo por ayuda? –El pelirrojo alzó una ceja- Jaja, está bien si, venía a preguntarte algo

-Yo sabía…

-¿Qué me puedes decir de Konan Tenshi?

-¿Konan? ¿La conoces?

-Si –Sasori lo miró curioso-

-No entiendo ¿Por qué quieres saber? ¿Qué intentas?

-No me malinterpretes –Bufó- Es la pediatra de Pein, pero nos hemos vuelto amigos la cosa está en que sé que la conoces porque un día te vi pasar por ella al hospital

-¿Nos espias? –Preguntó poco interesado, Yahiko suspiró molesto-

-¡No! –Sasori sonrió con burla-

-Te creo relájate era broma

-Bueno, me habló de un tal Nagato Matsumoto –La atención de Sasori se posó sobre él- Sabes algo ¿Cierto?

-La conozco… -Respondió levantándose- Pero no somos los más unidos, si somos amigos pero quien puede hablarte de ella es Deidara, la conoce de siempre

-¿Deidara?

-Deidara Namikaze –Sasori comenzó a escribir en una hoja de papel en una mesa a unos metros del otro- Son muy amigos, él sabe más del tema que yo

-¿Cuál tema?

-Nagato… Yo solo sé que ellos fueron novios y que Konan guarda su distancia con él. Toma –Le entregó la hoja- La dirección de Deidara, y su número pero háblale de qué trata esto porque si no me matará por darte su número así como si nada

-Jaja, claro entiendo, gracias –Guardó la hoja- ¿Cómo has estado?

-¿Ahora toca que te preocupes por mi?

-Claro –Sonrió con gracia, el otro lo imitó-

 

   La espalda blanca y desnuda del hombre se tensó un momento resaltando sus músculos, unos segundos después se relajó y se tiró en la cama, su brazo de posó sobre sus ojos

 

-Karin, hace mucho no pasabas a verme -La mujer se sentó y se colocó el sostén, luego miró sobre su hombro al hombre ahí a su lado-

-Las mujeres también tenemos necesidades carnales

-Claro y siempre estoy yo de comodín ¿Verdad?

-Eso ya lo sabías –Dijo como si nada, se levantó solo vistiendo su ropa interior y se paró frente al espejo peinando su rojo cabello con cuidado- No sé por qué lo dices así, sabes que es solo sexo

-…

-Necesito un favor –Se dio la vuelta observando al hombre- Ve a hablar con Sasuke…

 

  Sasuke sonrió orgulloso y complacido observando la pantalla de su celular, su pie reposaba en su rodilla contraria cuando la puerta se abrió de repente

 

-¿Por qué tan alegre? ¿Más dinero? ¿O una nueva conquista? –Los ojos negros del Uchiha observaron al otro lado del escritorio, un traje algo desarreglado en color plomo y corbata negra, luego observó el rostro del hombre cuando se sentó y sonrió de lado-

-Suigetsu Hozuki. Vaya, cuánto tiempo –Apoyó su mentón en su mano observando al hombre frente a él-

-Sí, pasan muchas cosas cuando uno sale de viaje unos meses… ¿Algo que contar?

-No creo que más que tú

-¿Y? ¿Por qué estabas tan sonriente?

-Siempre tan metiche, sabes que solo una cosa me hace sonreír así –Suigetsu sonrió-

-Se trata de alguien, maldito rompecorazones

-¿Por qué Ino te dejó entrar?

-No lo hizo, esperé que se fuera y entré tranquilamente, no me dirás que te molesta verme…

 

   Suigetsu Hozuki, su cabello llamativo largo en picos y en color claro, casi blanco con toques azules, quizás gris claro y sus ojos de color morado llamaban aún más la atención, el hombre tenía el “gen de Alexandria”  de piel clara, alto, anti parabólico la mayoría del tiempo, entrometido y además burlón.

 

-¿Me contarás sobre esa persona? ¿Hombre o mujer?

-¿Por qué tan interesado? –Preguntó Sasuke observando la pantalla de su celular-

-Siempre pregunto ¿Qué te sorprende? Quizás es que simplemente estoy celoso –Dijo como si nada-

-Hombre, difícil

-¿Difícil? No me digas que encontraste a alguien que te puso los pies en la tierra

-¿A qué te refieres?

-Nada nada ¿Qué tan difícil? –Suigetsu sabía que eso hubiera sido milagro y ficción-

-Solo te diré… -Se levantó observándolo fijamente y sonrió con orgullo- Que aunque sea difícil, terminará en mi cama

 

   Itachi chasqueó la lengua frustrado, Deidara no contestaba y tenía días evitándolo, claro que se daba cuenta pero ¿Por qué? ¿Ahora qué? Lo peor es que últimamente había tenido tanto trabajo que apenas se había dado cuenta, y ahora parecía que el rubio estaba en otro mundo, no contestaba el teléfono, no lograba encontrarlo en el restaurante y ahora frente a la puerta del departamento ¡Nadie abría! ¿¡Donde estaba Deidara!?

   Pero porque se llamaba Itachi Uchiha que no se movería de ahí hasta que viera aparecer al rubio, así que simplemente colocó un pie contra la pared detrás de él y flexionó la pierna luego mantuvo toda su atención en su teléfono para perder el tiempo un rato.

  ¿Cuánto había pasado? ¿Dos horas? Comenzaba a desesperarse, suspiró y a punto de alejarse observó a Naruto aparecer

 

-¿Itachi-nii? ¿Qué haces aquí afuera? –Pregunto llegando frente al moreno-

-Buscando a Deidara –Dijo simplemente, Naruto alzó una ceja sin comprender-

-Bueno pasa, mejor esperar adentro que afuera –Sonrió entrando y dejando al moreno pasar tras él-

-Gracias.

-¿Pasa algo? ¿Estás bien?

-… No –Era obvio, aunque Itachi no hablaba tanto como él o Deidara, cuando hablaba tan poco y con tan pocas palabras era porque algo le preocupaba o molestaba- Deidara me ha estado evitando y no sé por qué –Le contó, Naruto lo miró sorprendido-

-No sabía. Pero supongo que ya no podrá evitarte más, ya te dejé pasar –Dijo como si nada tomando lo primero que encontró en la nevera, “Tengo que hacer mercado” pensó cerrando la nevera con un bocadillo en su mano- Algo me dice que quizás me odie por esto –Movió los hombros- Ya qué, no importa se le pasará-ttebayo –Sonrió. Itachi lo miró, sabía que el rubio intentaba levantarle el ánimo y relajar el ambiente, le devolvió la sonrisa Naruto era un buen hombre que no merecía su rabia. El no tenía vela en ese entierro-

 

   Naruto se bañó y salió suspirando de la ducha, que bien se sentía bañarse y que el agua se llevara todas las preocupaciones. Apenas tenía puesto el bóxer mientras caminaba por su pequeña habitación pasando una toalla por su cabello, Itachi no era un simple extraño así que no le molestaba dejarlo solo en la sala, el moreno le había dicho que no se preocupara por él. Su teléfono llamó su atención ¿Otra vez? “Sasuke Uchiha” leyó en la pantalla, llevaba casi todo el día hablando con el moreno y apenas ahora se daba cuenta.

  Sasuke no tenía su completo agrado pero el hombre tampoco lo molestaba, después de todo seguía respondiendo sus mensajes. Tal vez algún día podrían llegar a ser verdaderos amigos, sonrió luego de leer las palabras del moreno. Debería darle un pequeño voto de confianza al moreno, el siguiente mensaje que llegó no se leyó como Sasuke Uchiha…

   “Mensaje de: Teme”

 

    “Usuratonkachi”  Leyó Sasuke con gracia, parecía estúpido y algo inmaduro colocar así un contacto pero ¿Y? Así era como conocía y solía tratar a Naruto, con apodos ridículos y tenía que admitir que eso le agradaba. Naruto lo sacaba de sus casillas pero con humor y siendo quien era, en verdad le gustaba la forma en que el rubio lo retaba.

 Dejó el teléfono en la mesa de noche después de apagarlo y observó la puerta abrirse, tomó por el cuello al hombre y lo tiró sobre la cama del hotel, lo miró seriamente un momento, delgado cabello corto piel blanca ojos oscuros, no estaba mal. El hombre en la cama sonrió complacido cuando Sasuke dejó caer su corbata al suelo y se colocó sobre él…

 

  Deidara introdujo la llave y entró sin ver hacia adelante

 

-¡Naruto ya lle… -Su voz quedó a medias cuando al ver al frente se encontró con Itachi mirándolo seriamente, el bolso en su mano terminó de tocar el suelo- Itachi

-¿Cómo estás?

-… -Parecía extraño, era una escena extraña, más que pareja parecían dos desconocidos y el ambiente lo demostraba- No sabía que estabas aquí

-Lo sé. ¿Te quedarás ahí para siempre? –Deidara se acercó al moreno abrazándolo, solo entonces ambos pudieron respirar necesitaban eso pero algo aún parecía faltante… El rubio sintió el beso sobre su oreja y cerró los ojos, “Lo siento Itachi” pensó triste- ¿Qué tienes?

-Cansancio, mucho. Y sueño también –Itachi sabía que había algo más, esa solo era la excusa para su actitud- ¿Tienes mucho aquí?

-No… -Mintió, Deidara pasó de él Itachi se quedó mirando la mano que el rubio acaba de soltar, sabía que le ocultaba algo. El rubio tomó algo de agua y se quitó la filipina dejándola de lado un momento- Te estaba buscando, me has estado evitando –Al grano, como era él, sabía que engañar a Itachi era difícil ya él debía saber que estaba ocultando algo, y no se atrevió a darle la cara, solo se quedó de espaldas al moreno- ¿Por qué?

-… No es eso –Fue lo único que pudo decir- Tenía trabajo, lo siento

-… -Itachi se sintió mal, ¿Es que acaso Deidara no le tenía confianza?- ¿Quieres hablar?

-Claro –Observó al moreno y se acercó con él, se dirigieron al cuarto del rubio-

 

   Aunque Naruto escuchó a su hermano llegar, sabía que no debería salir y así lo hizo. Itachi movió un poco la cortina observando la ciudad. Deidara se tiró en la cama cerrando los ojos en realidad estaba cansado

 

-¿Cómo pasaste el día?

-Bien, últimamente he tenido mucho trabajo pero hoy solo tuve consultas ¿Y tú?

-Horrible. No sé, hoy el servicio de la noche fue demasiado caótico

-Fui al restaurante y me dijeron que no estabas

-Si… Es que solo hice el turno de la noche. –Itachi tenía tantas ganas de preguntarle ¿Por qué? ¿Dónde estuvo todo el día entonces y por qué no respondía? ¿¡Que ocultaba!?-

-Tus historias no concuerdan… -Las pestañas del rubio se separaron dejando ver sus ojos azules, Itachi sobre él lo observó fijamente buscando una respuesta-

-…

-Dijiste que no respondías por trabajo y ahora dices que solo hiciste el turno de la noche… ¿Por qué me evitas?

-…

-¿Me ocultas algo? ¿Te pasó algo? –Deidara negó con la cabeza y miró a otro lado- ¿Qué clase de confianza me tienes? –El rubio se sintió culpable y mordió su labio inferior, Itachi sabía que significaba, había algo malo- ¿Qué es?

-… -Deidara lo miró, Itachi se sorprendió ¿Por qué sus ojos mostraban tanto miedo? ¿Tanta tristeza?-

-¿Qué pasó? –Preguntó preocupado-

-Me odiarás… -La sorpresa no abandonó el rostro del moreno-

-¿Cómo podría odiarte? Si sabes que te amo. Dime, ¿Qué pasó?

-No puedo… -Susurró- No puedo –Con sus manos tomó el rostro del moreno- Soy egoísta, voy a perderte –Susurraba tan bajo que casi costaba oírlo- Y no quiero, no puedo soportarlo. Lo siento

-…

-Itachi, -Se acercó regalándole un beso al moreno- Yo te amo –Luego lo abrazó haciendo que el moreno cayera sobre él- Estoy bien y te amo como no amaré a nadie más, pero por favor no me hagas más preguntas… Por favor –Suplicó-

-…

 

   Itachi abrazó al rubio y escondió su rostro en la curva del cuello del rubio, no pudo darse cuenta de las lágrimas que Deidara no logró evitar soltar, “Lo siento” pensó una vez más el rubio, sabía que estaba mal ocultarle y mentirle a Itachi pero no se sentía capaz de perderlo, de soportar las palabras y miradas del moreno, no podía… ¿Pero y cuanto más podría ocultarlo? No sabía, por ahora solo tendría que aprovechar los momentos con el moreno… Lo más que pudiera.

   Itachi no pudo irse esa noche, no podía dejar al rubio ya bastantes días estuvieron alejados. ¿Qué le estaba pasando a Deidara? Le preocupaba porque era la primera vez que Deidara se veía tan decidido a no decirle lo que ocurría y parecía ser algo serio, pero por cuanto lo amaba y confiaba en él, no preguntaría y esperaría que Deidara lo dijera cuando lo creyera justo.

  Solo pudo abrazarse aún más al cuerpo dormido del rubio y esperar que no fuera algo grave…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Merece review? 

¿Asi sea para regañarme por perderme?

 


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