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Una breve historia por AliceSyd

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Notas del capitulo:

Hola, sé que prometí actualizar pero me cayeron encima los exámenes (los cuales ya acabé, aprobé todo, vacaciones, wuju!) xD Espero les guste el cap.

 

~~: esos signos saldrán en las conversaciones vía chat o mensaje de texto.

-- : Estos son los típicos de diálogos.

Hoy subo de madrugada si hay que arreglar algo lo hago mañana...zzz.

Estaban en un lindo parque de diversiones junto a él, Kusama Nowaki, luego de un poco de esfuerzo el chico lo convenció de llamarle por su nombre, sus ojos se comían y las sonrisas bobas abundaban, las intenciones eran claras. Cuando sus labios se toparon supo que quizás su felices para siempre había llegado…

 

Cuando sonó la alarma se sorprendió, hace solo un momento besaba a su misterioso Nowaki y ahora despertaba en su cama deshecha, con su casa hecha una porquería y él sintiéndose un estropajo. No recordaba en qué momento ni condiciones había llegado a la cama, decidió limpiar antes de ducharse, pero antes se lavó el rostro, el reflejo le devolvía una mirada cansada, con las yemas de los dedos recorría sus ojeras ya bastante oscuras, su piel trigueña se veía deslavada y algo amarillenta, los labios resecos y ásperos, junto a una jaqueca que podía romper su cabeza. O eso creía. Su cabello castaño era una masa pegajosa de quién sabe qué; corrió a hacer el aseo antes de continuar decepcionándose de su patética apariencia. Limpió a profundidad y enrolló la alfombra para enviarla a limpiar, lavó los trastes, comió unas tostadas con un café tan amargo como él y unas pastillas, la ducha fue lo más hermoso de la jornada, se sintió un hombre nuevo.

 

-Es hora Hiroki- se dijo a sí mismo - toma las riendas de tu vida y vive, solo vive- rió quedito ante su empalagoso comentario. Por ahora lo mejor que podría hacer es visitar a Usami y pedir disculpas, mientras se preparaba para salir recordó lo ocurrido antes de perder la conciencia, Nowaki. ¿Realmente le había enviado una solicitud? ¿Él había aceptado? ¡Dios, quizás qué cosas habrá hecho! Se lanzó como condenado en busca de su celular para poder revisar lo acontecido, y allí estaba, el perfil de su chico misterioso, se sentó en el sillón a revisar cual psicópata el perfil de aquel joven. Era bastante seco y reservado, su perfil se reducía a fotografías actualizadas cada varios meses, publicaciones con la misma frecuencia y comentarios ocasionales de sus amistades, nada sorprendente ni que indicará una relación, pero él chico no mentía, pudo haberle mentido y hacerlo su conquista de una noche, pero Nowaki decidió ser sincero, le creía. Mientras miraba un poco más de cerca las pocas fotografías su celular vibró, maldijo ante la sorpresa y saltó, dejando caer su celular que rebotó casi un metro, se levantó y miró insólito, era el chat y nada más y nada menos que Kusama Nowaki le hablaba:

 

~Hey, ¿cómo van esos derechazos? jaja~ Pánico era lo único que podía sentir, rayos debía responder.

~Jaja, bien. Fue tu culpa por molestarme eh, no quieras hacerme sentir culpable~

~Hoy estuve realmente ocupado con los estudios, mi cerebro está destrozado Hiro-san~ Su conversación fluía tan normal que parecían conocerse de siempre, Nowaki lo molestaba y esperaba su respuesta para volver a provocarlo, él solo se sonrojaba y reía a ratos, el chico atrevido el llamaba “Hiro-san”, qué insolencia. Cuando se dio cuenta de la hora sabía que debía despedirse, Akihiko merecía esa disculpa y un almuerzo decente, quizás hasta le compraría un oso para que agregara a su colección para lograr el perdón de su curioso mejor amigo, sí, eso haría, pero primero debía despedirse de Nowaki, rayos, iba todo muy bien

~Me debo ir. Tengo asuntos que atender, cuídate, ¿sí?~

~Hablemos pronto Hiro-san, que te vaya bien en tus asuntos, abrazos~ Instantáneamente su “amigo” se desconectó, bufó bajito ante la despedida fugaz y se dirigió a la puerta de su apartamento dispuesto a realizar unas debidas compras que alimentarán la colección de Akihiko, ganaría su perdón, eso era obvio, y trataría de hacerlo entrar en razon, una vez más, sobre Misaki. Ninguna guerra estaba perdida.

 

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Mientras tanto en la casa de Usami Akihiko había un desastre sobrenatural, muchas cosas se encontraban tiradas en el piso destrozadas, parecía que un torbellino había pasado por allí, pero no era más que el mismísimo dueño quien había causado tal desorden, estaba encolerizado, la había cagado y feo. Luego de que Hiroki se fuera, él sintió que cada palabra lo hería más y más, y debía reconocer que Misaki era su punto débil. Había conocido al chico en una de las clases de Hiroki, luego notó que trabajaba en una cafetería cercana, él no hacía más que stalkearlo, muchas veces fue como cliente y el chico lo atendía muy gentilmente, le sonreía y hablaba con parsimonia, en algunas ocasiones le daba una propina alta o lo elogiaba y el muchacho solo se sonrojaba y agradecía, él sabía como buen acosador que era que su niño necesitaba el dinero… Ah, Misaki, su historia era tan abrumadora, él y su familia habían tenido un accidente, solo sobrevivieron su hermano Takahiro y él, un tío los había aceptado en su hogar junto a su esposa e hijos, pero su vida allí era un infierno. Los hijos de aquel hombre golpeaban y se burlaban de Misaki, la esposa no hacía más que tratarlo como un sirviente, a un dulce niño de solo 10 años, el hermano mayor era obligado a trabajar como esclavo día y noche con horarios tan agotadores que apenas y podía ver unas horas a su pequeño hermano y el chico inocente intentaba plasmar la imagen de ser “feliz”, pero el monstruo ahí era el tío, en las tardes cuando llegaba del trabajo, su esposa y sus hijos iban a la iglesia, él se quedaba solo con su presa...inició lentamente con caricias indecorosas y bruscas que el niño sabía que no eran normales, la intensidad aumentó con el tiempo, lo tocaba, lo golpeaba y sí, lo violaba. Con moretones y heridas quedaba el pobre Misaki, nadie notaba su situación o nadie quería notarla. Hasta que un día Takahiro tuvo un colapso en su trabajo, lo enviaron a la casa y al llegar se llevó una amarga sorpresa al ver a su tío follándose a su hermano, desde entonces ya había pasado un año de agresiones diarias, recientemente el mayor había cumplido la edad suficiente para irse de casa, inaudito y shockeado por la situación se llevó a su hermano con él, un poco de dinero que había logrado ocultar del monstruo y las pocas cosas que aún poseían. Arrendaron una habitación barata de un motel por 2 años, hasta que el mayor tuvo trabajo estable, arrendaron juntos 2 años más un departamento, Takahiro se casó y se fue a vivir a un pueblo con su esposa, le enviaba un resto de dinero a su hermanito, el amor de su vida quería mucho a su hermano y deseaba su felicidad así que jamás se quejó de la decisión de quien dio todo por él. Ijuuin vive con él desde entonces, enamoró a Misaki con palabras de amor eterno, engatusándolo en una red de mentiras que el adolescente necesitaba para tener un guía, él iniciaba su carrera como mangaka, ganaba un resto pero igualmente el dinero les escaseaba. Él lo observaba desde que cumplió 15 más o menos, hoy ya tenía 18. Era su inspiración y su motivo para vivir, esos ojitos verdes que lo embelesaban con esos labios tan finos, una vez lo había besado. El castaño había peleado con Ijuuin, lo había pillado en su departamento con una chica semidesnuda, Usami acudió a su llamada y lo invitó a un bar donde ambos tomaron de más, luego fueron al penthouse del de ojos violeta. Allí ambos apenas podían mantenerse de pie, llegaron abrazados y el chiquillo reía sin motivo, después comenzó a llorar tan desgarradoramente y Akihiko lo abrazó, besó su frente, sus mejillas, sus lágrimas, su mentón, y su último punto fueron aquellos labios sabor fresa, Misaki por un momento guardó silencio, sus ojazos se abrieron de par en par atónitos, los hipidos cesaron.

 

-¿Estoy soñando, no Usagi-san? Eres un gran hombre, te admiro de verdad demasiado, ¿sabes?, creo que me hubiera enamorado de ti si no conociera a Ijuuin- Esbozó una sonrisa melancólica y se desfalleció en los brazos del mayor, quien se sentía roto, incompleto e incapaz. Al otro día Misaki no recordaba nada y él prefirió ignorar.

 

Hoy en día Ijuuin era casi tan famoso como él mismo, era un mujeriego indudable y Misaki un pajarito encerrado en una jaula sin llave de la que se negaba tercamente a salir, Kyo había sido casi otro hermano para él, que lo cuidó cuando se quedó solo, era una dependencia enfermiza en la cual el dominante se satisfacía al ver al pequeño a sus pies, lo quería pero hace tiempo ya no lo amaba. Pero aun quería poseerlo, le hastiaba que el grandísimo Usami Akihiko le arrebatara a su doncella del castillo, ya lo habían discutido y muchas veces intentó alejar a Misaki de él… pero él siempre volvía a entrometerse en su vida de una u otra forma. Desde que conoció a su amor se privó de cualquier placer carnal con un ajeno, él se guardaría para su pequeño, no es que no hubiese tenido relaciones antes pero ya no podía volver a tenerlas con nadie que no fuera su niño. Pero había líado todo, ahora era casi imposible que creyera en sus sentimientos, acababa de expulsar de su casa al mejor amigo del joven, Sumi. Este no era más que un chiquillo interesado que se fijó en Takahashi con la vista puesta en Ijuuin, a quien de hecho ya había obtenido, el premio gordo lo descubrió después, Usami Akihiko era un pez aún más gordo, se le había insinuado y entregado en bandeja una multiplicidad de veces. Cada una de ellas las había rechazado, Sumi sabía de sus sentimientos por el niño y se aprovechaba de eso; le brindaba información a cambio de salidas, no citas. Ayer fue una de aquellas y sin saber cómo acabaron en su penthouse desnudos, lo echó a patadas furioso en la mañana, el otro sonreía victorioso.

 

-Le contaré a Misaki de lo nuestro, de seguro se pondrá muy feliz Usami-san, siempre se preocupa por usted, ahora entenderá que está en buenas manos y debe apartarse de su camino e irse con Ijuuin a seguir siendo su perrito faldero por siempre- Maldito. Ofrecido, desgraciado, puto, rayos. Se odiaba a sí mismo por ceder a sus instintos más bajos, se imaginó a Misaki oyendo aquella perorata de su mejor amigo y lo odio. Ya no había nada que hacer. Cuando golpearon a la puerta fantaseó con que fuera su amor, que le cuestionaría la situación y eventualmente se declararía, demasiados sueños. Cuando abrió la puerta divisó a un cansado Hiroki con unos cuantos osos y una bolsa que supuso traía fuentes de comida.

 

-Pasa Hiroki, hoy ha sido una noche de mierda- El castaño miraba el lugar pasmado, sin preguntar ante la mirada fría de su amigo, se asentaron en una habitación pulcra y sin gracia, comieron y dieron comienzo a su charla. Ambos decepcionados y quebrados por dos chicos emparejados. Se contaron los últimos acontecimientos y Hiroki no podía creer que su mejor amigo cayera tan bajo con ese joven hormonal y ambicioso, sin ninguna gracia al lado del pequeño, polos opuestos o agua y aceite.

 

-Y lo follé - relataba Usami sin sentimiento que no fuera culpa - Misaki lo sabrá y ya ni siquiera podré sembrar la semilla de duda sobre su amorío con Kyo, esto es un desastre colosal Hiroki, perderé al amor de mi vida por un iluso desliz, me odio-.

Kamijou se detuvo a pensar, meditando en silencio ante su afligido compañero; quizás y solo quizás no todo estaba perdido para su mejor amigo, tal vez podría sacar provecho de aquella situación y hacer que el muchacho sintiera celos. Ideó un plan y supo que podría funcionar. Sonrió brevemente y llamó la atención de Usami.

 

-Ya sé que harás-.

 

Notas finales:

Ojalá les guste este cap, lea quien lea. Es totalmente improvisado, así que espero que les guste. Cariños <3

Alice.


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