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Mi One Piece. Regreso al mar de la realidad por albert2822

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s, ya estoy aquí con un nuevo capítulo. Espero que lo disfruten.

Ilusión Sexta. Estrategia

8: 39 a.m. Castillo de Saint Michel, Francia.

Él no tuvo tiempo de llorar su muerte. Como pudo, se apartó del ventanal y se dirigió a la puerta con la mayor frialdad que pudo aparentar. No era momento de ser débil. Él necesitaba ser el alma fuerte sobre la que el resto de aliados se pudieran sostener. Pero no pudo. De reojo, miró el cuerpo de su amado que yacía sobre la cama y una gota cristalina le recorrió el rostro de arriba a abajo. Pero no detuvo su paso. Empuñó con fuerza los pomos de ambas puertas de su habitación y abrió de par en par estas. Al otro lado, tres de sus sirvientes encargadas de guarecer la vida de su amo, estaban sorprendidas por los gritos provenientes del exterior y de la propia habitación.

-¡Belladona, Enishida! Llévense el cuerpo de mi habitación y pónganlo en un lugar seguro- ordenó el pelirrojo sin titubear- Kikyo, convoqué a todos en la cubierta exterior ahora mismo.

-Señor, ¿qué ha ocurrido? Escuchamos gritos provenientes de la habitación- dijo Belladona instantes antes de escuchar un grito de su compañera Enishida.

-¡¡¡Señor Mihawk!!!- gritó la chica rubia al ver el cadáver inerte de su amo y de esta forma se enteraron las otras dos- ¡Quien ha podido hacer semejante atrocidad! Debe estar destrozado, señor Shanks…

-¡¡¡Enishida!!! ¡Estamos en guerra y, en las guerras muere gente de ambos bandos!- a pesar del dolor que sintiera el pelirrojo en su corazón, lo había reprimido por el bien común, porque eso sería lo que su pareja más hubiese deseado- Ahora, márchense y realicen lo que les he pedido, por favor.

Las tres sirvientas asintieron con la cabeza y, sin más preguntas ni comentarios, partieron a realizar su labor. Del mismo modo, sin mirar atrás, el pelirrojo se adentró por los pasadizos hasta que su figura se difuminó entre las sombras. En ese mismo instante pero unos kilómetros más alejados de la fortaleza, los miembros más importantes de la armada oscura se reunían en el campamento base.

-Jajajaja, ¿Cómo estarás ahora que te he arrebato lo que más deseas, Pelirrojo? jajaja- se enorgullecía de su proeza el general de la armada oscura mientras lo celebraba con una copa de vino- ¡Venga, brindad todos conmigo!

Los nueve hombres y la mujer alzaron las copas y, posteriormente, bebieron hasta vaciarla. En un momento, la copa de Teach salió disparada tras recibir una patada inesperada. Inmediatamente, todas las armas apuntaron al agresor, en este caso, agresora.

-¡Maldito cabrón, Teach! ¡Me dijiste que no tocarías mi presa, hijo de perra!-gritó cabreada la agresora quien no se dejaba intimidar ni por la cantidad de armas que la apuntaban ni por la persona a la que dirigía las palabras.

-Cuide sus palabras, señorita Makino. No deseo volarle los sesos, aún no- amenazó uno de los hombres más leales al general, el tirador Van Augur, quien apuntaba a la mujer con su rifle.

-Bajar las armas. Makino no es nuestra enemiga, ¿no?- esta última cuestión la dirigió directamente a la joven atacante. Como si de una orden se tratara, sus subordinados dejaron de apuntar a la peliverde.

-Ella es mía- pidió sin titubear Makino.

-Como desees, pero…- el general siempre iba a velar por sus intereses y el hecho de que cediera a la petición de la mujer no iba a quedar así- Pero a cambio necesito que ejerza su papel de Oráculo, ahora.

Por la cara que puso Teach, no se trataba de una petición, sino de una orden que debía acatar si no quería perder la vida. Laffitte entregó a la joven pelirosa a los dos guardaespaldas que portaba la señora Makino. A su vez, esta preparaba el ritual para realizar sus predicciones. La forma de adivinar el futuro de Makino era realmente curiosa: necesitaba de una mente humana para poder predecirlo. A través del futuro de esa persona podría entrever los acontecimientos más significativos que ocurrirían alrededor de ella. En este caso, empleó la mente con la que podría llegar a predecir el final de la contienda, la mente del mismísimo general oscuro. Apoyó su mano derecha sobre la frente del general, y su mano izquierda la colocó sobre la suya.

-Capitán, deberíamos dejar estas estupideces y atacar de una vez- replicó uno de los miembros de la armada oscura con mejores cualidades física, el señor Burguess.

Pero no hizo falta más que una mirada asesina de su capitán para hacerle callar. Mientras mantenía las manos en las frentes, se posaron una soberana cantidad de imágenes en la mente del Oráculo.

-¿Qué ve?- preguntó intrigado Teach pero no recibió respuesta por parte de la mujer, quien estaba haciendo una cara extrañada-¡He dicho que qué ve!

La furia del general no tenía precedentes ni autocontrol. De un manotazo, apartó la mano de la Oráculo quien cayó al suelo por la fuerza del golpe.

-¡¿Qué hace?!- reprochó la mujer aun tirado por el suelo.

Sin embargo, no debía optar por esa actitud ante aquel hombre. Teach se levantó de su asiento y cogió por el cuello a la mujer.

-¡¿Cuál es mi futuro?! Dígalo- amenazó el general a la peliverde mientras esta intentaba forcejear- Le recuerdo que no la han matado mis subordinados gracias a mí, pero nada me daría más gusto que quitarle la vida con mis propias manos.

-Le…le augura una absoluta victoria… solo se han mostrados ante mí imágenes de nuestros enemigos siendo sepultados por la oscuridad- contestó Makino con agitada respiración a causa de las férreas manos que no soltaban su cuello.

Como si hubiera quedado complacido por esas palabras, Teach soltó a la mucha, quien cayó al suelo mientras recuperaba poco a poco el aliento.

-Jajajajaja, no se podía esperar otro pronóstico, jajajaja- alardeaba el general de su futura victoria- Que inicien el ataque. Estoy deseando oscurecerles, jajajaja.

-Sí, mi capitán- contestaron al unísono todos los subordinados allí presentes.

No obstante, la joven Makino, quien todavía respiraba con dificultad, no estaba conforme con su predicción.

-¿Qué han sido esas interferencias? No puede ser, mis predicciones nunca fallan, pero…- por primera vez en su vida, Makino tuvo miedo. No era a causa de las amenazas de muerte del general oscuro, sino que a lo que temía era al desconocimiento del futuro, su mejor arma hasta la fecha.

Mientras tanto, en el Castillo Saint Michel ya habían acabado de reunir a todos siguiendo las órdenes del pelirrojo.

-Señor Shanks, aquí están todos reunidos excepto…-la ama de llaves Kikyo no sabía cómo iba a tomar esto su amo, y más después de la muerte de su amado- Excepto el reno Chopper.

-Chopper…- ese nombre resonó en la cabeza de la veterana Dr. Kureha como si se tratará de una bala clavada en el corazón- No puede ser él… no lo es, ¿verdad?…

Sin embargo, sus palabras no tuvieron la suficiente fuerza para hacerse notar en esa situación, aunque sus sentimientos estaban más vivos que nunca.

-¿Dónde se ha metido ahora ese animal? ¿Alguien sabe dónde está? No podemos dejarlo solo, él es parte fundamental de nuestra victoria- a Shanks le preocupaba gratamente la desaparición del joven reno y no era el mejor momento para cualquier contratiempo.

-Dormía con nosotras cuando apareció el ejército enemigo. Su olfato encontró el rastro de algo y se marchó corriendo sin que lo pudiéramos detener- dijo la princesa rusa y ex bailarina Violet, quien también estaba preocupada por su amigo.

-¿Hacia dónde partió?- insistió nuevamente el pelirrojo.

-Creemos que por la dirección que tomó, fue hacia el bosque del norte- contestó ahora la pareja de la bailarina, la ex aliada Domino.

-¿El Bosque Sabaody? ¿Qué has encontrado ahí, Chopper?- dijo para sí mismo el general pelirrojo- Necesito que alguien vaya a traerlo ahora mismo. No puedo dejar que le ocurra nada.

-Violet, vamos- dijo la joven rubia a su pareja.

-Sí- respondió la bailarina sin dudarlo ni un instante.

-Yo también voy-intervino, para sorpresa de todos, la doctora.

-¿Qué se le ha perdido a usted allí, señora?- replicó un joven gallo de cresta verde-Además, debe quedarse en el castillo y organizar la unidad médica como se acordó anoche.

-¡Aprende modales, jovenzuelo!- de un puñetazo, la señora mayor mandó al suelo al pobre Bartolomeo siendo éste atendido por su hermosa pareja. Pero ahora, la doctora dirigió su mirado al general y dijo- Necesito ir, general.

-Ve y regresa con él, doctora- le permitió Shanks la partida ya que sabía cuan era de importante para ella.

-Gracias…- dijo agradecida la doctora justo antes de partir con las otras dos jóvenes, pero antes, volteó la cabeza y mandó unas últimas órdenes- En mi ausencia, Law te encargarás tú del campamento médico, que hoy pareces tener muchas energías.

-¡¡¡¿Cómo?!!!- se sobresaltó el Law al escuchar aquellas órdenes de su antigua mentora. No era solo por la responsabilidad que le había entregado, sino por esas últimas palabras que le había dedicado la mujer y que tan acalorado le habían puesto el rostro.

-Pues ahora que lo dices es verdad. Tiene la cara menos arrugada y el ceño mucho menos fruncido- Eustass Kid miraba detenidamente el rostro de su ex amor, como si lo estuviera analizando-Será que…

Pero Kid no pudo acabar de hablar cuando una de las manos de Law le tapó la boca. Además, no hay que olvidar la posterior mirada asesina del médico a su amigo y  las risas provocadas entre los asistentes a la escena. Pero ese ambiente más liviano duró poco o, más bien, fue detenido en seco por un golpe.

-No es momento de risas. En sus manos está el destino del mundo, recuérdenlo. Muchos han dado su vida por este momento…- explicó Shanks mientras el resto hacía absoluto silencio y le escuchaba atentamente- Sigamos. Necesito explicarles cual será nuestra estrategia.

-¿Por qué no usamos nuestra baza para negociar algún tipo de trato o algo parecido?- el capitán de los puros propuso una medida de acción, la cual, no le gustó a todos.

-Drake es un ser humano, ¿de acuerdo? No un objeto que podáis usar a vuestro antojo- recriminó el pelirrojo de Kid, a quien no le habían sentado bien esas palabras.

-Es un prisionero de guerra- insistió Smoker en su propuesta.

-¡He dicho que no!- se negó rotundamente Kid mientras se enzarzaba con el capitán inglés.

-¡Ya basta! No serviría de nada. Puede que sea una pieza importante pero de nada afectara a las intenciones de Teach. Solo podemos hacer una cosa, y es seguir la estrategia que ahora les explicaré- al final, las rotundas palabras del pelirrojo zanjaron la discusión y pusieron el centro de atención en las próximas palabras que iba a dirigir- Nuestro objetivo principal es conseguir tiempo.

-¿Tiempo?- no terminaba de entenderlo la joven reina de Inglaterra.

-¡¿Me estás diciendo que aceptas salvar la vida de nuestro prisionero y ahora nos sacrificas a nosotros como meros peones para ganar tiempo?!- dijo irritado el capitán Smoker, pero sus pensamientos eran recogidos más de una persona allí presente.

-Necesitamos aguantar el tiempo posible hasta que llegue la Tierra- el pelirrojo reveló sus intenciones.

-Espera sentado, general- dijo Izo, el guardián del Viento, de forma poco alentadora.

-Si ya fue difícil convencer al cabezota del llamitas, él será imposible, general- expuso Whitey Bay, la guardiana del Agua, mientras no perdía una oportunidad para meterse con su archienemigo Puzzle.

-¡Oye!- renegó Puzzle, el guardián del Fuego, por las palabras de la mujer.

-Vendrá. Lo sé. Es la única posibilidad que tenemos para ganar esta guerra. Necesitamos el poder de los cuatro elementos- dijo el pelirrojo dejando a un lado las pocas esperanzas de sus compañeros.

-Y ¿mientras qué? ¿Luchamos y morimos hasta que ese tal Tierra se digna a aparecer?- dijo Zoro quien simpatizaba con la actitud del capitán de humo.

-¡Zoro!- le reprochó su rubia pareja.

-Oye, ¿pero vosotros no habías arreglado las cosas? Al menos es lo que me pareció anoche- le susurró Nami a su amigo rubio.

-Y yo que sé… cada vez nos enzarzamos más fuerte por tonterías- contestó agotado Sanji al ver que a pesar de lo sucedido la anterior noche, seguían teniendo esas discusiones o diferencias tontas.

-Eso es amor- le provocó la joven de anarjandos cabellos.

-Calla- le reprochó el joven rubiales, intentando sonar fuerte cuando, en realidad, tenía el rostro totalmente rojo.

Sin embargo, había que volver al tema principal, ya que Shanks iba a resolver las dudas.

-Mientras que esperamos, nuestro deber principal es defender esta fortaleza. Sin ella, no podríamos canalizar la energía necesaria para lograr nuestra victoria- reveló el pelirrojo a los asistentes- No obstante, esa no será una tarea sencilla. Nuestros enemigos atacaran por todos los flancos posibles y os aseguro que empelaran las más viles artimañas para acabar con nuestras vidas.

-Comprendo- por fin, alguien con cabeza hacia acto de presencia en esa sala y no era otro que el general de la armada inglesa, Aokiji- Pero, ¿cómo protegeremos este castillo con apenas una treintena de hombres y mujeres contra un numeroso ejército?

-Podemos ganar con astucia y esfuerzo. Esa son nuestras bazas- contestó el pelirrojo aunque fue como si no lo hubiera hecho.

-Perdone señor Shanks, no quiero cuestionar sus métodos pero no creo que esta batalla se gane solo con astucia y esfuerzo- dijo la reina Vivi quien no quedó convencida ante las palabras del hombre.

-Entiendo que no sean grandes armas las que tenemos, pero son nuestra base. Además, somos los únicos capaces de derrocar el mal y por ello, hemos llegado hasta donde estamos- alentó el pelirrojo a sus “tropas”- Pero no solo emplearemos esos elementos en nuestra lucha. Recordad que ayer os entregué a cada uno de ustedes un arma única y específica para cada uno. Por ello estuvisteis entrenando todo el día con ellas. Aparte, tengo una forma de proteger el castillo.

Esto último que dijo el general dejó intrigado a muchos, pero poco tiempo tuvieron para pensarlo cuando lo iban a ver con sus propios ojos.

-¡Levantad, amigos!- clamó el pelirrojo al cielo como si de un loco se tratara.

De repente, la tierra comenzó a temblar por todo el castillo. Por cada uno de los puntos cardinales del castillo, comenzaron a desplomarse y a agrietarse los terrenos y por esos cuatro agujeros, unas estatuas de piedra empezaron a elevarse. Los enemigos retrocedieron ante semejante hazaña, e incluso el general oscuro quedó fascinado por lo que veía. Aquellas estatuas eran cuatro figuras humanas, de estatura hasta la mitad del castillo y con semblante nostálgico para el que se hacía llamar Halcón Rojo.

-¿Qué son esas cosas?- preguntó asustado el conde de Gales, el hombre de larga nariz que tenía por nombre Usopp.

-Esas cosas son mis compañeros, protegerán al castillo con una barrera que evitará la entrada de personas no deseadas- explicó Shanks- Os presento a Lucky Roo, Ben Beckman, Yasopp y Rockstar.

-¿Compañeros, esos pedruscos?- la capitana Hina no entendía bien que quería decir Shanks con lo de compañeros.

-Escuchad, aunque el castillo quede protegido por la barrera, un pequeño grupo de nosotros se quedará en él para protegerlo y para proteger al equipo médico que se quedará en el interior de éste. La unidad médica estará dirigida por la Dr.Kureha, aunque momentáneamente se encargará el joven Law de dirigirla, y estará conformada por ellos dos y el personal del castillo como Belladona, nuestra médica personal. El resto, nos dividiremos para defender cada flanco del castillo.

-No comprendo muy bien, ¿no estábamos en una isla? ¿Cómo nos vamos a defender por medio del mar?- preguntó intrigado el conde de Glasgow Ace.

-Estamos en una época donde las mareas en Saint Michel son impredecibles. Por lo que se ve, hoy están de nuestra parte y la marea ha bajado completamente, permitiéndonos combatir de frente. Eso sí, ha brindado al enemigo la oportunidad de acercarse más a nuestra impugnable fortaleza- explicó Shanks ante las dudas acontecidas. Sin embargo, todavía no había acabado las explicaciones- Ahora os diré como nos dividiremos. Un grupo partirá al norte, al Bosque Sabaody, y se unirá al grupo de la doctora y las otras dos chicas. Un segundo destacamento partirá a defender la Bahía de los Cabos Gemelos, al suroeste de aquí. Estoy seguro que emplearán armas y humanos que sepan defenderse bien en el agua. Estaros atentos y vigilar vuestras vidas. Por último, el grueso del grupo combatirá al este con el ejército oscuro de frente, bajo los Acantilados Invertidos donde se sitúa el campamento enemigo. Pero no todo será tan sencillo como pueda parecer en un principio, me temo que nuestro enemigo conozca muy bien cada secreto de cada uno de nosotros y de este lugar, tengo mis sospechas sobre una posible traición. Por eso, proteger este mundo y, ante todo protegeros a vosotros y a vuestros seres queridos, ¿entendido?

Pero si antes decía algo, antes comenzaba a destrozarse su estrategia. Un fuerte estruendo se escuchó de forma ensordecedora por toda la costa. De repente, la estatua del este, Lucky Roo, comenzó a desplomarse.

-¡Mierda! Tan pronto… no puede ser- se maldecía el general por la tan inesperada catástrofe.

En el lugar donde se hallaba la estatua…

-Buen tiro, Oimo- dijo uno de los atacantes, quien no destacaba por su aspecto a modo de vikingo, sino por la grandaria de éste.

-Gracias Kasi, celebrémoslo con una cerveza- le respondió su compañero, de la misma estatura que este.

De vuelta en la fortaleza, en el lugar de la reunión…

-Señor Shanks, hemos avistado por los prismáticos cinco individuos alados adentrándose al castillo por el agujero que se ha creado en parte este de la barrera.

-¡¿Es que las cosas no podrían salir peor?!- se desesperó de primeras el general.

-Tranquilo general, nosotros nos ocupamos de todo- una hombre de peliazul cabello puso su mano sobre el hombro del pelirrojo para calmarlo. Y lo consiguió- Vamos, querida Shyarly, ¿deseas acompañarme a patear algunos traseros alados?

-Por supuesto, querido, no vaya a ser que te líes con una pelandrusca por el camino- de nuevo, la mujer de Franky seguía con sus absurdos y enloquecidos celos.

La pareja partió hacia el interior del castillo para enfrentarse a los intrusos. El resto de personas ocuparon sus puestos. Todos excepto el general pelirrojo, quien debía encargarse de algo importante.

-Pienso vengarte, Lucky Roo- afirmó el pelirrojo quien iba en camino de la estatua destruida.

Pasaron unos minutos hasta que la pareja formada por Franky y por Shyarly se toparon con los intrusos, los cuales, no se los esperaban ni en un millón de años.

-¡Esperaba verla, señora Shyarly!- dijo una voz complacida perteneciente a uno de los alados intrusos.

-¡¡¡¿Enel?!!! ¡¿Qué haces tú aquí?!- lo dicho, la joven Shyarly no se esperaba toparse con un hombre de su pasado pero ahí lo tenía.

La dura contienda había iniciado por fin. Infames trucos, viles artimañas y las más astutas estrategias comenzaban a maquinarse en ambos bandos al mismo tiempo que se producían los primeros enfrentamientos. Sin duda, esta guerra iba a estar marcada por encuentros y desencuentros también, los cuáles, removerían el pasado más oculto de cada uno de los protagonistas.

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer el capítulo y por seguir la historia. Espero que sí tenéis tiempo me comentéis con un review y hasta otra. TO BE CONTINUED =)

 

 

 


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