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Natural por Ojou_Sama_F

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Notas del capitulo:

Después de todo lo que ha pasado, es hora de que Skoll empiece a ver por él y por alguien más...

 

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Miley despertó sobresaltada, al escuchar los golpeteos en la puerta de la habitación.
 
-¿Qué…? ¡¿Quién…?! – indagó levantando la voz y pasando la mano por su cabello rosa, haciéndolo hacia atrás, pues se encontraba desordenado; ni siquiera portaba su pequeña tiara, que hacía juego con su vestido.
 
-Los sacerdotes están aquí para ver al señor Skoll – anunció la voz de Oren desde el otro lado de la puerta – ¿está presentable?
 
La pelirrosa miró hacia la cama y no pudo evitar soltar un grito, al ver el lecho solo.
 
-¡No está!
 
Con esa frase, la puerta se abrió de golpe; Oren, Hakon y Ultek entraron corriendo y tras ellos, cuatro guardias del palacio, quienes no se habían apartado de la puerta en toda la noche.
 
-¡¿Qué pasó?! – Hakon observó a la chica quien estaba pálida, buscando una respuesta.
 
-¿Dónde está mi señor Skoll? – indagó el anciano Ultek con preocupación.
 
-Responde niña – apremió Oren con desespero – ¡no te quedes callada!
 
Miley estaba paralizada, sus lágrimas caían mientras su boca estaba abierta, pero no podía salir ningún sonido de ella. En ese momento la puerta del baño se abrió y el peliblanco salió con una bata semitransparente, cubriendo la túnica blanca que portaba abajo.
 
-¡Buenos días! – saludó con una sonrisa.
 
Todos los presentes se sorprendieron al verlo levantado y en perfecto estado.
 
-¡Mi señor! – Miley corrió hasta él y lo abrazó – ¡Perdón! ¡Perdón! – pidió con desespero – me quedé dormida, ¡lo siento! – sollozó y lloró con más fuerza.
 
-Está bien, Miley – el ojirrojo le pasó la mano por la espalda – desperté hace un rato y, al verte dormida, pensé que estabas cansada por velar mi sueño en la noche – explicó condescendiente – así que, preferí asearme solo, para dejarte descansar…
 
-Miley, ya deja a mi señor Skoll – Oren llegó hasta ellos y alejó a la chica con suavidad, para que dejara al albino y que éste pudiera llegar a su cama.
 
-Mi señor, ¿se siente bien? – Hakon también caminó hasta el menor, ofreciéndole la mano para ayudarle a llegar a su lecho.
 
-¿Cómo se encuentra? – indagó Ultek con precaución.
 
-Estoy bien – asintió el peliblanco, aceptando la mano para ir a su cama – lamento haberlos preocupado, solo estaba cansado y necesitaba dormir – mintió mientras se quitaba la bata transparente – pero, ahora tengo hambre – anunció mientras se sentaba en el colchón, recargándose en la cabecera y se cubría con las mantas, hasta su abdomen – Oren, puedes pedir mi desayuno, ¿por favor?
 
-Sí, mi señor…
 
-Miley – el ojirrojo le sonrió a la chica, quien no paraba de llorar – ve a descansar, lo necesitas y, no te preocupes, no hiciste nada malo.
 
Ante esas palabras la pelirrosa sonrió y se sintió mejor; con esas indicaciones, los guardias y sirvientes salieron de la alcoba, dejando al albino con los sacerdotes.
 
-¿De verdad se encuentra mejor? – el peliverde no podía creer la recuperación del niño, pues el día anterior la fiebre no había querido ceder del todo.
 
-Sí – asintió – no se preocupen, solo necesitaba descansar y ya lo hice, puedo volver al templo hoy mismo.
 
-Quizá, es mejor que descanse otro día – Hakon miró de reojo al anciano, casi en una súplica innecesaria, pues Ultek no iba a permitir que el niño volviera ese mismo día a sus actividades y quizá, tampoco el siguiente.
 
-No, mi señor – el peliverde negó – usted debe descansar, por lo menos un par de días, ¿qué tal si la fiebre vuelve?
 
Skoll bajó el rostro e, instintivamente, su mano derecha fue a acariciar su vientre, pero fue una caricia fugaz, para no delatarse.
 
-No creo que eso pase – el peliblanco negó – estoy seguro que el Dios Nyrn no permitiría que algo me pasara – ante esa frase, un ligero sonrojo cubrió sus mejillas.
 
-Yo creo que Ultek tiene razón – Hakon se inquietó ante el semblante del ojirrojo.
 
La puerta se abrió de golpe y el padre de Skoll entró con rapidez, tras él, un hombre de cabello rojo lo seguía de cerca, con un enorme maletín en la mano. Hakon y Ultek se alejaron del lecho, para permitir que los hombres se acercaran.
 
-Me dijeron que amaneciste mejor – soltó el peliazul al estar al lado de la cama.
 
-Buenos días, padre – el niño bajó la mirada, pues nunca se atrevía a verlo a los ojos – sí, me encuentro mejor, gracias por preocuparte.
 
-El doctor Altid vino a verte desde la ciudad – presentó al pelirrojo y después ignoró a su hijo – como ya está aquí, me gustaría que lo revisara, para evitar que enferme después.
 
-No se preocupe, señor Eroim – el hombre acomodó las enorme gafas que portaba – yo auscultaré a su hijo y le dejaré las medicinas que necesite.
 
-Bien, tengo cosas que hacer, en cuanto termine, lo espero en el despacho, uno de los guaridas lo llevará – Bartod caminó a la salida, dejando a los sacerdotes y al doctor en el recinto.
 
El pelirrojo dejó su maletín en una mesa y volvió a colocarse a un lado de la cama – si me permiten, me gustaría revisar al joven, a solas.
 
Hakon iba a replicar, pero Ultek se adelantó.
 
-Imposible – negó el anciano – el señor Skoll, es el sumo sacerdote del bosque de Nyrn y no puede quedarse a solas con un extraño, aunque sea un médico – gruñó con desdén – así que nos quedaremos a su lado, aunque eso le incomode.
 
-Perdón – el pelirrojo forzó una sonrisa – pero debe entender que, aunque creemos y adoramos a los Dioses, la ciencia médica no se basa en trucos baratos, ni el manejo anticuado de hierbas, es un trabajo demasiado serio, así que, vuelvo a pedir que se retiren, antes de solicitárselo directamente al señor Eroim.
 
-Yo soy el señor Eroim – Skoll habló con seriedad aun con su vista en sus piernas, cubiertas por la manta – sé que mi padre es quien lo llamó, pero ahora mismo, yo soy el sumo sacerdote del Dios Nyrn – levantó el rostro y lo miró con frialdad – así que mi palabra debe ser obedecida antes que la de mi padre – aseguró – mis sacerdotes no van a retirarse y, si eso le incomoda, entonces, puede irse – soltó con desprecio – pero le aseguro que de ahora en adelante, no prosperará jamás…
 
Ultek y Hakon se sorprendieron ante esa amenaza; era bien sabido que si un sumo sacerdote no tenía buena relación con alguna persona, esa familia caía en desgracia, pero no se imaginaban que el peliblanco lo diría de esa manera.
 
El médico pasó saliva con dificultad – dis… disculpe, joven – sonrió con nervios – si usted así lo dispone, entonces, sus sacerdotes pueden quedarse…
 
-Gracias… – sonrió el ojirrojo, volviendo a un semblante apacible, con lo que confundió al médico.
 
El pelirrojo sabía que no podía ponerse en contra de ese niño, menos, cuando su reputación era más que conocida, así que solo se limitó a hacer su trabajo, ante la vista de los sacerdotes.
 
La revisión de Skoll tardó casi una hora, pero el hombre no encontró nada extraño, aparte de unas marcas rojizas en el cuerpo blanco, las cuales, el niño volvió a mentir diciendo que se trataba de una urticaria a causa de unas plantas en el jardín; el médico le recetó un medicamento para esa alergia, que constaba de un ungüento especial, unas pastillas y mucho reposo, para evitar que volviera a desfallecer.
 
Antes de que el hombre se retirara, el albino le indicó que su padre no debía enterarse de esa “alergia”, y el pelirrojo asintió sumisamente, entendiendo que no era eso lo que lo aquejaba en realidad.
 
Ultek y Hakon acompañaron al médico para que le diera sus impresiones al padre del menor, dejando al niño a solas y que desayunara, ya que le acababan de llevar su alimento.
 
-Por fin… – sonrió y antes de comer, posó sus manos en el vientre con ilusión – yo también necesito comer – dijo con suavidad – espero que no te moleste que coma frutas y verduras – sonrió con diversión, pues al imaginar que era una semilla, podía molestarse por ello – pero es necesario, para que yo esté sano y pueda cuidarte…
 
Después de eso, disfrutó su desayuno; al terminar, se recostó en el lecho, necesitaba dormir y descansar, pues no lo había hecho durante la noche, por haber estado al lado de su deidad.
 
 


* * *

Notas finales:

Espero hayan disfrutado este capítulo; les recuerdo que tengo 6 capítulos de desfase con mi página web; Si quieres leer más, en mi página web tengo hasta el capítulo 31

http://ojousama.weebly.com/natural.html 

También, te invito a darle like a mi pagina de FB:

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Por cierto, ahi anuncié que la publicación de esta historia, sería diaria, hasta que la termine.


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