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Natural por Ojou_Sama_F

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Notas del capitulo:

Recta final... no quiero dar spoiler, así que, ya no pondré nada de avance...

 

- - - - - 

 

 

 
A mitad de camino de llegar a las piedras sagradas, una ligera brisa llegó hasta el grupo; Skoll sonrió complacido por la frescura de la misma, posiblemente,  Nyrn estaba ocupado con los últimos preparativos para esa noche, en el lago dónde sembrarían su semilla, o preparando su lago para la llegada de sus hermanos.
 
-¡Skoll! – el grito y la voz femenina, consiguió que el grupo detuviera su andar; girando el rostro para buscar a la dueña de la voz.
 
-¡Mi señor, Skoll!
 
El segundo grito los puso en alerta completamente, especialmente al ver a las dos figuras femeninas que se acercaban corriendo y, tras ellas, un grupo de hombres a caballo, se acercaban a gran velocidad.
 
-¿Madre? – el ojirrojo se sorprendió, pues la primera voz que había escuchado, era la de Didik y, tras ella, iba Miley.
 
A unos pasos de llegar, Miley cayó debido a una flecha que uno de los sujetos le disparó a su pierna.
 
-¡Miley! – Skoll quiso correr hacia ella, pero Hakon y Ulltek lo evitaron, colocándose frente a él, protegiéndolo con sus cuerpos.
 
Los otros sacerdotes se pusieron a la defensiva, mientras uno de ellos se acercaba a la pelirrosa que se quejaba por la flecha en su muslo, pero, además, tenía una herida en el rostro.
 
-¡Skoll! – Didik llegó hasta su hijo, estaba agitada y sus ojos llorosos – ¡tienes que huir! – apremió con desespero – tu padre… ¡tu padre se ha vuelto loco!
 
-Mamá, ¿qué sucede? – el albino no entendía a qué se refería.
 
La ojiazul se percató en ese momento del vientre de su hijo y el susto la invadió – es cierto… – dijo en un murmullo – Skoll, tienes que irte, ¡rápido! – lo sujetó de la mano para tratar de guiarlo hacia el bosque, en busca de protección, pero era demasiado tarde.
 
Bartod llegó, junto con otros doce hombres, entre ellos, Naruk, rodeando a la pequeña caravana.
 
-Mi señor, Eroim – Ulltek se acercó, tratando de entender esas acciones – ¿qué…?
 
-¡Silencio! – el peliazul le dio al anciano un golpe en el rostro, con la fusta del caballo, tumbándolo al piso.
 
Tolkser corrió a levantar al sacerdote mayor, mientras Hakon y los demás se colocaban frente a Skoll, en clara señal de protección; incluso Didik trató de poner a su hijo tras su cuerpo.
 
-¿Lo ve mi señor? – Naruk señaló al peliblanco – su hijo está enfermo y ellos no le avisaron de ello.
 
Bartod bajó de su caballo e intentó acercarse a su hijo, pero los sacerdotes no se lo permitieron.
 
-¡Háganse a un lado! – ordenó.
 
-¡No! – Ulltek ya estaba de pie y se había recuperado del golpe, aunque su mejilla estaba notoriamente marcada – No dejaremos que toque a nuestro señor – sentenció y, con esas palabras, todos los sacerdotes, especialmente Hakon, se mostraron más reacios a moverse.
 
-Quítense – el hombre habló entre dientes – o daré la orden de que les disparen…
 
Los sujetos a caballo se observaron entre ellos, pero, con la señal de uno, prepararon sus ballestas.
 
-No se atrevería – retó Hakon.
 
-No… si lo hará – aseguró Didik con miedo.
 
-¡Lastimó a Oren! – acusó Miley entre lágrimas – y quizá… ¡está muerto en este momento! – sollozó.
 
Todos los presentes observaron al peliazul con asombro.
 
-¡Quítense! – repitió Bartod, en una clara amenaza de que no esperaría más.
 
-¡Basta!, no es necesario que hagas nada, padre – Skoll intentó alejarse de su madre.
 
-No… – suplicó la mujer.
 
El albino le sonrió condescendiente, pero se apartó con suavidad de su agarre. Caminó entre los sacerdotes con paso firme y llegó ante su padre, manteniendo la mirada en su rostro; ya no iba a agacharse ante él, ni ante nadie más.
 
-Es cierto… – el peliazul fijó su mirada en el vientre abultado – estás enfermo… la maldición de la familia también te afectó.
 
-No sé qué te haya dicho Naruk, ni lo que tú crees que es – el ojirrojo pasó la mano por su abdomen – pero esto que llevo en mi vientre, es una bendición de mi Dios, llevo su semilla en mí y he de protegerla hasta que termine este día, pues será una deidad en el futuro…
 
Todos los presentes se quedaron sin habla ante la confesión del niño; los guardias que acompañaban a Bartod, bajaron las armas y se miraron entre sí, con asombro. Ellos no eran trabajadores de la familia Eroim, pero conocían bien la reputación del albino, así que, empezaron a temer por su seguridad.
 
-¡Mientes! – soltó su padre con ira.
 
-No – Skoll negó – jamás mentiría en algo así – dijo con total seriedad.
 
-Bartod – Didik se acercó – por favor, déjalo en paz – suplicó.
 
-¡Silencio! – la mano del hombre se estampó en la mejilla de la pelimorada y logró tumbarla al piso.
 
-¡Madre! – Skoll intentó ayudarla pero ella se negó.
 
-Hice todo lo que querías – reprochó la mujer con lágrimas en los ojos – me alejé de mi hijo y cuide solo de Seren, a cambio de que no le hicieras nada a Skoll – ella se puso de pie – aún así, no podía evitar que lo lastimaras, pero esta vez, ¡no voy a dejar que le hagas nada! – aseguró, poniéndose frente a su hijo.
 
Bartod sonrió – Didik… – dijo condescendiente – cariño… – se acercó a ella, desconcertándola un poco – no voy a hacerle nada a nuestro hijo – aseguró y la abrazó – solo, voy a liberarlo de la maldición.
 
El peliazul sacó una daga de su cinturón y la clavó en el costado de su esposa. En cuanto Bartod soltó a Didik, ella se desplomó en el césped, después de que el peliazul sacó la daga de su cuerpo.
 
-¡Madre! – Skoll se hincó a su lado, notando como la sangre manchaba con rapidez la túnica dorada que ella portaba y también su rostro, pues de la comisura de sus labios un hilillo del líquido carmesí, se estaba haciendo presente – mamá…
 
-Skoll… – ella negó – corre… – pidió con debilidad.
 
-¡No!
 
El grito de Hakon consiguió que el ojirrojo levantara la mirada, observando cómo su padre intentaba atacarlo con una espada; el pelimorado empujó a Bartod y el filo del arma solo alcanzó a cortar la trenza de cabello blanco del menor, cerca de la nuca.
 
Mientras Hakon y Bartod peleaban entre sí, Didik empujó a su hijo con la poca fuerza que tenía – corre… – repitió en una suplica.
 
Skoll se puso de pie con dificultad, no quería dejar a su madre, pero tenía que preocuparse por lo que podía pasarle a él y su semilla, especialmente si su padre no estaba entendiendo razones.
 
-¡Disparen! – ordenó Bartod aún en medio de la disputa en que estaba.
 
A pesar de la duda, los guardias que lo seguían obedecieron, cuando los sacerdotes fueron hacia ellos para bajarlos de sus caballos; las flechas solo rasgaron las túnicas de los sacerdotes, quienes se interponían tratando de que no le sucediera nada al albino.
 
Bartod hizo una herida profunda en el brazo de Hakon, consiguiendo alejar al sacerdote para correr tras su hijo, con espada en mano. El niño no podía huir con rapidez, por eso, intentó llegar a la razón de su progenitor, una vez más.
 
-Padre, detente – suplicó girando para verlo de frente – ¡esto es un designio de nuestro Dios!
 
-Nuestro Dios, no existe – aseguró el mayor e intentó darle una estocada a Skoll.
 
El niño se movió hacia un lado, evitándolo, pero la espada alcanzó a rozar la túnica, haciendo una herida superficial en el vientre abultado; Skoll cayó al suelo, sentado y pasó la mano por dónde la sangre empezaba a brotar.
 
-Voy a purificar nuestra sangre – el peliazul se puso frente al niño – sea lo que sea que lleves en tu interior, no puede seguir existiendo…
 
-¡Nyrn! – el grito de Skoll se escuchó, al momento que se abrazaba a sí mismo, tratando de proteger la semilla con sus manos, apretando los parpados, para no ver cómo su padre amenazaba con herir, a ese pequeño ser que tanto amaba.
 
Bartod gritó, sorprendiendo a todos y, cuando el albino abrió los parpados, observó como unas lianas gigantescas habían brotado de la tierra, atrapándo a su padre y enredándose en su cuerpo, para levantarlo y alejarlo de su hijo, con suma rapidez.
 
Nyrn llegó a gran velocidad hasta Skoll, abrazándolo con firmeza, en un claro intento de protegerlo; todos los presentes, creyeron que el rubio había aparecido de la nada.
 
-Perdona mi tardanza, mi hermosa flor – sonrió condescendiente – pero estaba algo lejos aún…
 
-Mi señor – el niño empezó a llorar y se aferró al cuello del mayor con desespero.
 
Nyrn tenía abrazado a Skoll contra su cuerpo, pero, alcanzó a notar la herida en su vientre; los músculos de su cuerpo se tensaron por el coraje, pero, pudo constatar que solo era algo superficial.
 
-¿Quién…? – Bartod estaba aterrado de ver a ese ser verde, al lado de su hijo – ¿quién eres?
 
El rubio se puso de pie, con Skoll en brazos y levantó el rostro con altivez – ¿quién soy? – sonrió de lado – tienes años adorándome y ¿no sabes quién soy, Bartod Eroim? – reprochó – yo soy ‘ese’ al que le rinde culto tu pueblo, yo soy el Dios del bosque al que le rezabas por obligación, más que por convicción, yo soy la deidad, a quien has decepcionado desde mucho antes de ser sacerdote – sentenció – yo soy Nyrn, protector y guardián de este bosque…
 
Con esa afirmación, tanto sacerdotes, cómo guardias, se hincaron ante el rubio, pues ya no habían seguido con las hostilidades, y menos ahora, teniéndolo enfrente.
 
-Yo… – prosiguió Nyrn – soy el padre de la semilla que Skoll lleva en su interior y, no voy a permitir que lo toques… Te he tenido consideraciones, porque desde hace tiempo, dejaste de lastimarlo, pero en esta ocasión, no puedo perdonarte…
 
-Mientes – el peliazul negó – ¡Mientes! – gritó con todas las fuerzas que tenía, tratando de safarze de las lianas que lo aprisionaban, sin mucho éxito – ¡el Dios del bosque no existe!
 
-Yo no miento – siseó el ojiverde – yo detesto las mentiras, las aborrezco con todo mi ser – aseguró – es por eso, que tu eres el peor de todos los sacerdotes que he tenido.
 
Bartod tembló ante esas palabras – no… no sé de que hablas…
 
-¡Basta de mentiras! – el semblante de Nyrn era de ira contenida – ¡Basta de engaños! Es hora de que la verdad salga a la luz y recibas tu castigo…
 
 
* * *

Notas finales:

Les recuerdo que en mi página web ya está este fic terminado, por si quieren leerlo allá.

http://ojousama.weebly.com/natural.html 

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Además, proximamente, estaré haciendo el evento de las 'chocopreguntas' para este fic e día de hoy y mañana.

Y tengo un One shot nuevo solo en mi página, llamado "Profesor" : http://ojousama.weebly.com/profesor.html

por si quieren leerlo, es shota XD


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