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Natural por Ojou_Sama_F

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Notas del capitulo:

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La enorme cúpula que mostraba la historia, cayó, permitiendo que la lluvia alcanzara a los presentes también. Los sacerdotes y guardias, estaban impactados por todas esas revelaciones; Miley estaba al lado de Didik, tratando de mantenerla estable, junto con otro de los sacerdotes, pero sentía repulsión por el hombre que aún estaba sujeto por las lianas. Skoll estaba tan atónito que no podía articular palabra, pero, estaba seguro en los brazos de Nyrn, quien no lo había soltado en ningún momento; Bartod seguía atrapado, pero su rostro estaba hacia abajo, parecía avergonzado por todo lo que habían descubierto de él.
 
-Tu hija está enterrada en el cementerio – aseguró el ojiverde – junto con su pareja – sentenció – sus espíritus se fueron juntos y, yo me encargué de darles un entierro digno, a sabiendas que, aun en la muerte tu intentarías separarlos, por eso no pudiste encontrar sus cuerpos cuando viniste a buscarlos en la mañana – explicó.
 
-¿Por qué? – la delicada voz de Skoll apenas se escuchó, debido al sonido de la lluvia – ¿por qué no me lo dijo? – preguntó en un sollozo.
 
-Lo siento, mi hermosa flor – Nyrn le besó la sien – no quería que sufrieras al enterarte de todo, por eso, trataba de decirte las cosas de otra manera…
 
-Me mentiste… – reprochó el niño.
 
-No – negó el mayor – no podría mentirte – aseguró – solo estaba retrasando el momento de decirte las cosas – se excusó – te prometí que verías a tu hermana, así que llegado el momento, te iba a llevar a su tumba, pero esta es la verdad – dijo con total convicción – tu padre jamás te ha querido, por eso intentó ahogarte varias veces en el manantial – contó – por eso te obligaba a pasar horas en esa agua helada, aunque ninguno de los otros sacerdotes lo hizo en realidad, él solo esperaba que enfermaras y murieras – prosiguió con su explicación – a él no le importa su linaje, solo le interesa él… Su vida es una mentira, todo lo que lo rodea es falso, lo único que tiene es una reputación, gracias a sus ancestros, pero lo que él ha hecho, no es más que un castillo de arena, que tarde o temprano se iba a desmoronar…
 
Skoll se mordió el labio y hundió el rostro en el cuello de Nyrn; le dolía darse cuenta de la realidad. Su padre lo odiaba al grado de querer matarlo; su madre lo amaba tanto como para alejarse, con tal de que su vida no corriera peligro y, su hermana, había sufrido gran parte de su vida pero, de todas maneras, mientras pudo, también intentó protegerlo.
 
-Perdón… – el susurro de Bartod apenas se escuchó, pero levantó la voz para que todos lo oyeran – ¡perdón! – gritó y todos le pusieron atención – solo quería ser alguien en la familia – confesó – haber sido el segundo hijo fue un estigma, pues todos decían que mi hermano era mucho mejor que yo y quise demostrar lo contrario… Por eso lo maté, para tener la oportunidad de ser el sumo sacerdote…
 
Todos se sorprendieron ante sus palabras.
 
-¡Mi matrimonio con Didik fue un error! – gritó – pero mi padre me lo impuso, a pesar de que yo quería Aela – soltó con desprecio – si me hubiera casado con ella, ¡nada de esto habría pasado! – se excusó – pero me obligaron y no encontré otra manera de sobrellevar el dolor que sentí ¡al perder a la mujer que amaba! – su voz era desesperada – por eso me comporté así, por eso no me importaba si destruía nuestro legado, ya había perdido a Aela y a Seren… ya no tenía nada más que perder…
 
Nyrn lo miró con desprecio, pero Skoll sentía que su padre estaba sufriendo.
 
-Por favor… – Bartod levantó la mirada y buscó a Skoll con ella – hijo, perdóname…
 
El corazón bondadoso del menor le hizo tener piedad.
 
-Por favor – el albino miró a Nyrn – libérelo mi señor, ya es suficiente.
 
-No – negó el ojiverde – merece un castigo.
 
-Ya aceptó su error – defendió el peliblanco – creo que mi padre ya entendió que hizo mal – la mirada roja suplicó clemencia y Nyrn asintió, no podía negarle nada a ese niño que tanto quería.
 
Las lianas empezaron a bajar el cuerpo de Bartod con lentitud.
 
-Tolkser, Gloth – llamó el ojirrojo a dos sacerdotes – ayuden a mi padre, por favor…
 
Ambos jóvenes parecían reacios a acercarse, pues sentían repulsión por el peliazul, pero, ante la orden de Skoll, no podían negarse. Ambos caminaron hacia Bartod y le ayudaron cuando estuvo en el suelo, pero el hombre parecía no tener fuerzas y se dejó caer de rodillas; los sacerdotes se quedaron tras él, esperando indicaciones.
 
-Mi señor, bájeme, por favor…
 
-¿Para qué? – indagó el rubio confundido, ante la petición de Skoll.
 
-Quiero acercarme a mi padre – sonrió con dulzura.
 
Nyrn iba a negarse, pero después de un suspiro de resignación, lo dejó con suma delicadeza en el piso húmedo; se sentía más tranquilo, pues la pequeña herida en el vientre del niño, había dejado de sangrar y ya estaba mejor.
 
Skoll caminó hasta Bartod y se hincó delante de él – si de verdad te arrepientes, yo te perdono, padre…
 
El peliazul, levantó la mirada y, por primera vez en su vida, le sonrió a Skoll, mientras asentía; el peliblanco le devolvió la sonrisa y lo abrazó con algo de temor, pues jamás hubo un abrazo entre ellos. Bartod pasó la mano por la espalda del niño y besó su sien.
 
-Gracias, hijo – sonrió.
 
Mientras estaban en el abrazo, un sobresalto cimbró a Nyrn, fue casi un susurro de alerta; sin pensar, corrió y alejó a Skoll con rapidez. El menor tenía un semblante de desconcierto, pero no por el movimiento, sino por la herida en su vientre, de la cual brotaba sangre y un líquido verdoso, la savia de su semilla; sin que nadie lo notara, en medio del abrazo, Bartod había apuñalado a su hijo con otra daga, misma que aun estaba en la mano del mayor.
 
-Skoll… – Nyrn lo sujetó entre sus brazos y lo llamó con ansiedad – ¡Skoll!
 
El ojirrojo no podía responder; sus ojos estaban llorosos y llevó una mano a su vientre, tratando detener la hemorragia, a pesar de que no tenía fuerza. Ulltek y Hakon llegaron corriendo hasta la pareja, asustados al ver que la sangre del menor brotar por su boca.
 
-Tenías razón – el peliazul sonrió de lado, burlándose del rubio y soltando la daga manchada con la sangre de Skoll – no me importa mi linaje, ni mi hijo, mucho menos mi Dios – dijo con desprecio.
 
La ira se apoderó de Nyrn – ¡vas a pagar!
 
-¡No! – Hakon sujetó el brazo que el ojiverde estiro hacia Bartod – salve a mi señor Skoll primero, sigue vivo… ¡No permita que muera! – dijo con desespero.
 
-Usted es un Dios – dijo el anciano Ulltek – muestre misericordia ante ese hombre y use su poder para salvar a nuestro joven señor… Nosotros nos encargamos de la sentencia de Bartod, le aseguro que no quedará sin castigo – prometió – pero, no pierda tiempo – suplicó.
 
Nyrn observó cómo los parpados de Skoll se cerraban con lentitud y entendió cual era su prioridad; sin esperar más, se puso de pie junto con el cuerpo del albino. Si quería curarlo, debía llevarlo a su lago con rapidez.
 
El rubio se perdió en el bosque con su preciada carga, dejando a Ulltek y Hakon al mando.
 
-¿Y qué harán? – preguntó con burla el peliazul – sigo siendo Bartod Eroim… No pueden hacer nada…
 
-Ha confesado sus crímenes, así que podemos juzgarlo – soltó Ulltek con rapidez.
 
-Ustedes no pueden juzgarme – se burló – pediré una audiencia con el emperador y él me dará su absolución…
 
-No lo hará – uno de los guardias que lo había acompañado durante todo ese tiempo, se puso de pie y se quitó el casco – yo soy Iskar Sten Leigh – dijo con frialdad – sobrino del emperador, y estoy de testigo que usted cometió todos esos crímenes y él – señaló a Naruk – es uno de sus cómplices – con esa frase, los otros guardias obligaron al ex sacerdote a incorporarse – así que, tengo total libertad de actuar como mi tío lo haría en un caso como este – gruñó – sacerdotes de este bosque – habló para Ulltek y los demás – como miembro de la familia real, exijo que se castigue a Bartod Eroim por los crímenes que ha confesado, por haber asesinado no solo a su padre, sino al legitimo Sumo Sacerdote, Bantok Eroim, antes de tomar posesión de su cargo, por adulterio, incesto y violación de una sacerdotisa e intento de asesinato de su hijo, el actual Sumo Sacerdote del bosque de Nyrn, así como del futuro Dios del mismo.
 
Bartod estaba atónito ante tal acusación.
 
-¿Cuál es la sentencia? – presionó Iskar.
 
-La sentencia ante tales atrocidades, es la muerte – aseguró Ulltek con frialdad.
 
-Pero, eso sería una recompensa para él – espetó Hakon – por lo tanto, solicito que se realice “el castigo del peregrino” – los otros sacerdotes asintieron, secundando la moción.
 
El peliazul tembló al escuchar el nombre de ese ritual; era poco conocido, pues nadie había cometido crímenes tan atroces en siglos, como para ser llevado a cabo.
 
Durante “el castigo del peregrino”, el acusado debía hacer un peregrinaje a pie, obligado por los sacerdotes que lo condenaron, quienes lo escoltarían a caballo, recorriendo los bosques sagrados, presentándose ante cada sumo sacerdote, quienes lo juzgarían en una ceremonia, frente a todos los líderes políticos de su país dirigente y los plebeyos que acudieran a la ceremonia; según fuera el veredicto, un verdugo debía cortarle una parte de su cuerpo y cauterizar la herida con fuego en ese momeno, para que no muriera y siguiera su camino, hasta volver a su bosque natal, donde la ejecución sería lenta y dolorosa, aunque al final, le costaría la vida. Pero lo peor de ese castigo, no era el daño físico; todas las personas, no solo de nivel social alto, escucharían sus faltas y presenciarían dichas mutilaciones, de esa manera, todo el mundo conocería su pecado y moriría repudiado, además, su nombre sería borrado de cualquier texto donde se le vinculara como un anterior Sumo Sacerdote.
 
-Hagan los preparativos – ordenó el anciano Ultek, con ello Tolkser y Gloth asintieron y sujetaron con fuerza a Bartod, quien, en su estado de confusión, no puso resistencia – por el momento, debemos ayudar a la señora Eroim y a los heridos – prosiguió el peliverde – Señor Sten, necesitamos de su ayuda para llevar a Miley y la señora Didik al palacio y prepararnos para lo que se avecina.
 
-Cuenten con ella – asintió Iskar – mis hombres  y yo, estamos a sus órdenes.
 
La lluvia empezó a caer con fuerza, mientras se dirigían al palacio; Hakon observó hacia el bosque y apretó su puño.
 
-Mi señor, Nyrn – susurró – salve al joven Skoll, por favor – suplicó, antes de seguir a los demás.
 
 
* * *

Notas finales:

Les recuerdo que en mi página web ya está este fic terminado, por si quieren leerlo allá.

http://ojousama.weebly.com/natural.html 

(Se que no se puede copiar los links, pero otras personas si han llegado a mi página para terminarlo antes, gracias a esto)

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Y además, ya terminó el evento de las chocopreguntas para este fic, por si a alguien le interesa...

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Y tengo un One shot nuevo solo en mi página, llamado "Profesor" : http://ojousama.weebly.com/profesor.html

por si quieren leerlo, es shota XD

 

Muchas gracias por su tiempo y, nos leemos luego ^..^ 


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