Todas mis heridas se vuelven a abrir
Cuando vuelan hacia mí,
Cien recuerdos malos y uno feliz
Cuando pienso en ti sólo quiero huir
Nada podrá ser igual, me arrojaré al mar
Tiñes de noche mi hogar, vete lejos con tu oscuridad.
Pasaron los días tras esa fuerte pelea, y para variar, no habíamos peleado de nuevo, aunque en realidad ya no nos veíamos para nada, ese día, cuando él salió de esa habitación para verme, pensé por un segundo que el amor era lo único que no nos faltaba, y aunque sé que siempre he dicho que el amor puede contra todo… comienzo a pensar que tal vez no es cierto, a lo mejor no es tan fuerte, quizá sí necesitas otras cosas, como comunicación o sólo charlar.
Hace tanto que no platicamos, aunque sean banalidades, cosas tontas y triviales, ya ni eso somos capaces de contarnos, no nos contamos el nuevo programa de televisión, o el nuevo tema que vimos en alguna clase.
Lo único bueno de ya no vernos, es que no peleamos, aunque estoy seguro que está mal, no quiero cambiarlo, no tengo el valor de cambiar la situación, sólo queda una salida y no soy tan valiente.
La vida empezó a cambiar, la situación es igual,
Un sentimiento lleva a otro, nena empiezo a pensar,
Que quizá la monotonía nos esté afectando,
Pues las peleas a diario ya son un calvario,
Incluso he dudado si habernos casado fue buena decisión,
Si yo no mal recuerdo ahí fue donde todo comenzó,
Se derrumbó, se ató, ya todo se esfumó,
Pensaba que íbamos tan bien, pensé que esta relación podría dar más de sí, pensé que podría ser el amor de mi vida; pero el amor de tu vida… debería ser más fácil, ¿no? Al menos eso me repiten todos, que una relación sana con alguien que amas como jurábamos amarnos debería ser sencilla y llevadera, sí con peleas; pero no así.
No funciona así con nosotros, nuestra única interacción son gritos, y para ser honesto ya me estoy cansando, siento que ya no aguanto y cada vez soporto menos cosas, exploto más fácil y ocasiono más peleas, él por el contrario trata de tener más paciencia, trata de hacer tanto por esta relación. Él intenta ocasionalmente hablarme, aunque sea desearme un buen día antes de salir, cosa que ignoro, a veces trata de hacer desayuno para ambos, y yo sólo me sigo de largo. No porque no lo ame, sino que no quiero pelear, ya no quiero discutir con él, ya no soporto la sensación que me queda cuando le alzo la voz, ya no puedo seguir con estos sentimientos encontrados.
Se consumió mi amor, ya se largó,
Y el tuyo igual lo noto cuando me besas,
Esa pasión que existía comenzó a saber a tristeza,
En mi cabeza ya empiezo a dudar, de no casarme contigo
¿Quién estaría en tu lugar? Estoy consciente cariño,
Que tú no eres el problema; pero empezamos a hablar
Siempre evadimos el tema,
Porque me duele, porque sé que tú me amabas
Pero no era lo que esperabas.
No ha notado que últimamente salgo mucho, que no sólo voy a la universidad, sino… sólo salgo, salgo con personas, con amigos, con gente desconocida para mí a veces. Necesito distraer mi mente de tanta confusión, de todos los problemas que me persiguen desde hace meses, y yo tampoco le comento nada de mis salidas, él no sabe con quién salgo o dejo de salir, sólo no nos importa más.
----------------------------------------------Cambio de interlocutor-------------------------------------------
Últimamente nunca ha estado él en casa, yo voy a la universidad y cuando regreso tengo la esperanza de que esta vez sí se quede y tal vez charlemos, no hemos peleado desde hace unas semanas, me sabe raro; pero el problema va más allá de las peleas, el no vernos cada vez lo hace más doloroso.
Creí que la última pelea podría ser el inicio de una etapa mejor, de algo bueno; pero sólo nos alejó más. Durante estas semanas le he tratado de hablar, incluso le he preparado desayunos, y no se ha dado cuenta de nada. De hecho, al inicio aún le hacía comida y cena también, que sólo fue comida que se descompuso, pues ni siquiera la volteó a ver.
Sé que sale mucho, y aunque hace un año hubiera pensado de inmediato que no es nada, y que son sus amigos, ahora mi falta de confianza en él comienza a crear pensamientos negativos, cosas que quizá estaría mejor si ignorara.
Todas mis heridas se vuelven a abrir
Cuando vuelan hacia mí,
Cien recuerdos malos y uno feliz
Cuando pienso en ti sólo quiero huir
Nada podrá ser igual, me arrojaré al mar
Tiñes de noche mi hogar, vete lejos con tu oscuridad.
Ya es un día nuevo y me doy cuenta de algo diferente a los demás días, él no llegó a dormir, no estaba a mi lado como el resto de los días, y aunque me preocupo porque nada le haya sucedido, también pienso la peor de las situaciones si él estuviera bien. Sé que él es bisexual, siempre lo supe, y nunca me importó, hasta ahora. No puedo dejar de imaginármelo con alguna compañera suya o algún chico que él conozca, vamos, muchas personas quisieran mi lugar… si sólo supieran como son las cosas en verdad, dudo mucho que me envidiaran por la relación con él, en verdad no lo creo.
Salgo de la habitación en bóxers nada más, pues esa es mi pijama del diario, y lo veo, durmiendo en el sofá de la sala, y en ese momento todos mis peores pensamientos me caen como balde de agua fría, quizá sí me engaña, tal vez y eso comenzó cuando las peleas dieron inicio, a lo mejor es reciente, no lo sé.
Te duele pensar si en verdad era yo,
El hombre con el que querías compartirlo todo,
Besaste sapos, buscaste de lado a lado,
Pero entiende que no siempre el primer príncipe es el indicado,
Quieres decirme que esto no funciona, ¿verdad?
Pero recuerdas los buenos ratos y empiezas a dudar,
Te duele aceptar que esto va muy mal.
- Esto es algo nuevo en ti, ve a la cama, ahí no dormirás bien. – pronuncié en cuánto me acerqué a él y tuve el valor de despertarlo con unas ligeras sacudidas.
- Hmp. – la respuesta que siempre obtengo al hablarle.
Acto seguido se puso de pie y me miró fijamente, su cara se trasformó por una de asombro, cosa que no me tranquilizó nada, y aunque no estaba seguro de que me estuviera engañando, el presentimiento ya existía, y si antes íbamos mal, vendría algo peor.
- Lo siento. – me dijo volteándose para ir a la habitación.
Me había hablado, escuché su voz y sí que fue para mí, no había nadie más ahí, no supe bien cómo reaccionar al principio; pero opté por seguir hablando.
- ¿Irás a la universidad? – soné casi indiferente, y me arrepentí demasiado.
- ¿Eh? – volteó de nuevo, ahora a verme. – Claro, sabes que nunca falto.
- No lo sé, no sé nada de ti, ¿recuerdas? – mi dolor habló tan pronto escuchó su respuesta, no pensé siquiera lo que pudiera suceder.
Él se sorprendió, abrió los ojos como platos, y noté que ahora él dudaba en qué responder.
Pero quieres asimilar que es una etapa y luego se va a pasar,
Eso pensamos ya hace meses, meses,
Que notamos como nuestro amor se desvanece,
Y a veces es mejor desde el inicio,
Aceptar que esto ya no funciona
A enviarlo a un precipicio, pero es difícil
No tenemos el valor de aceptar que nuestro amor
Se ha convertido en un dolor,
De tanto buscarlo terminamos en tenerlo,
Un cuento de hadas convertido en un infierno.
- ¿Quieres desayunar algo? – preguntó después de unos minutos.
Mi rostro decía todo, estoy seguro, estaba tan sorprendido que por poco no creía lo que escuchaba, y él estaba parado aún, viéndome fijamente.
- ¿Quieres algo en especial? – pregunté ya nervioso.
- Sí; pero me refería… ¿quieres salir? – se acercó un poco más hacia mí, no supe cómo reaccionar y sólo miré con un poco de desconfianza, con miedo de que en cualquier segundo algo detonara una pelea… no la hubo.
- Seguro, sólo…
- Anda, báñate y yo te sigo.
Estaba tan nervioso de tenerlo cerca, de poder hablar con él después de tanto tiempo, así que huí de nuevo, tenía la oportunidad perfecta de tocarlo, de abrazarlo, de estar con él, y me acobardé en el último segundo.
Me dirigí al baño y me quité rápidamente los bóxers para entrar a la regadera, yo tendía a ducharme con agua helada, así que en cuánto entré abrí la llave y comencé a ducharme lo más pronto posible, estaba tan nervioso, cuál colegiala preparándose para su primera cita.
Apenas terminé estiré una mano fuera de la cortina de la regadera y tomé una toalla, me aparté del chorro de agua y cambié la temperatura a lo más caliente que había, así le gustaba la ducha a él. Me cubrí de la cadera hacia abajo y salí, lo miré apenas y él ya únicamente vestía bóxers, esperó a que saliera, lo noté.
Me vestí rápidamente y me recosté en la cama, tenía miedo y emoción al mismo tiempo, habíamos hablado, e incluso íbamos a salir a tomar el desayuno juntos, era mucho progreso de un día para otro… quizá sólo necesitábamos esta mala etapa, a lo mejor aquí es donde comienza lo bueno, y justo con ese pensamiento, alejé aquél otro donde supuse que él podría engañarme.
En cuanto escuché que el agua se detuvo, me salí de la habitación, casi corriendo del pánico, no quería verlo, aunque sí quisiera, era confuso. Esperé en la sala a que él saliera de la habitación, arreglado como de costumbre.
Todas mis heridas se vuelven a abrir
Cuando vuelan hacia mí,
Cien recuerdos malos y uno feliz
Cuando pienso en ti sólo quiero huir.
Y así comenzó algo nuevo, él no llegaba nunca de la universidad, seguía saliendo, y por las mañanas yo protagonizaba a su pareja, salíamos por el desayuno, a veces llegábamos tarde a nuestras respectivas universidades por estar juntos, incluso me hacía reír; pero por la tarde nuevamente no llegaba, dormía a mí lado; pero no sabía cuándo llegaba, no sabía de dónde venía, no sabía a dónde iba cada tarde.
Quizá yo era el que ocupaba sus mañanas; pero ¿quién ocupaba sus tardes? Se lo pregunté mil veces, y todas evadía la respuesta, me contestaba algo distinto, algo que no tenía nada que ver.
Y así estuve seguro, mi novio, mi pareja, el amor de mi vida, el chico del que me enamoré apenas lo vi hacía seis años, con el cual llevaba cinco años de relación, Sasuke Uchicha me engañaba.