Kuroko abrazaba con gran amor a Kagami, lo pegaba a su cuerpo y empujaba cada vez más su lengua hacia Kagami, el pelirrojo hacia lo mismo, a estas alturas sería difícil separarlos, pero tenían que hacerlo, Kuroko debía ir al trabajo pronto pero a cómo iban las cosas seguras llegaría tarde oh definidamente no iría.
-Espera… Espera Tetsuy…
Kuroko se aferraba mas a él y a su cuerpo, abrió sus piernas y con las mismas lo encerro, enserio Kagami estaba luchando por mantener el control, pero no podía, con esa suplica definitivamente ahora era imposible.
-Después no te quejes…
Jalo su pantalón hacia abajo, a pesar de que ya estaban listos para salir a sus respectivos trabajos, 10 minutos de atraso no harían daño a nadie, y menos a ellos. Kuroko puso de su parte para dejar que el pantalón saliera, levanto el mismo sus caderas y abrió rápido sus piernas posicionándose en medio del cuerpo de Kagami besándolo con más pasión.
Kagami metió sus dedos en ademan de comenzar a dilatar, pero las manos de Kuroko empujaron las caderas del mayor hacia adelante.
-No tenemos mucho tiempo –Dijo casi en un susurro.
Le miraba atónito, Kagami no lo podía creer, Kuroko no solía ser así de dominante, ver eso era en verdad raro. Comenzó a sentir como apretaban su miembro, quería meterlo rápido, pero no solía ser muy agresivo, trataba a Kuroko con tanto cariño y cuidado. Jamás se atrevería a hacerle daño por un simple placer.
Comenzó a meterlo, lenta y cuidadosamente, hasta que se sintió totalmente adentro, y después poco a poco comenzó el vaivén, podía sentir los suspiros y leve quejidos de Kuroko, besaba con suma ternura la frente y mejillas de Kuroko, sus labios, incluso ellos tenían especial atención.
Era un acto de amor en su máxima expresión, finalmente las caderas de Kagami fueron apretadas por las piernas de Kuroko, señal que comenzaría a contraerse, venia el clímax.
Las embestidas comenzaron a cambiar su ritmo por unas más rápidas, Kuroko dejaba soltar sus gemidos de forma abundante dando más placer a Kagami quien se aferraba fuertemente a su cuerpo acunándolo en un abrazo para finalmente terminar los 2 al mismo tiempo.
-Te amo –Le dijo susurrando Kagami, mirándolo sonrojado.
Kuroko sonrió ante la tierna expresión.
-Te amo más.
*~*~*
Kise miraba impaciente el reloj, mientras tenía su ceño fruncido su rostro era de obvia molestia.
-Cuando llegue yo lo mando con usted.
-Está bien, puedo esperarlo aquí –El hombre frente a él sonreía de forma burlona.
-Bueno, si usted tiene tiempo para perder –Kise volvía a su estado tranquilo revisando unos papeles –Hay muchos que no, así que no me moleste mas.
-Oye rubio… -Aomine lo tomo del mentón para que lo viera a los ojos – Deja de hacerte el negado.
-¡No me toque! –Kise le dio un manotazo para que le soltara.
Está a punto de acabarlo con palabras cuando unos pasos apresurados se hicieron escuchar.
-¡Lo siento!, buenos días.
Kuroko venia un poco apresurado, mas sin embargo su porte impecable lo sostuvo, al ver que el contador se encontraba ahí se puso un poco nervioso, seguramente lo regañaría por los 15 minutos de retraso.
-¡Kurokocchi! –Kise se sintió aliviado, finalmente aquel hombre se iría.
-Tetsu –Dijo Aomine con toda la confianza del mundo –Arregla tus papeles, toma la carpeta A y en unos minutos te espero a mi oficina –Kise volteo a verlo con los ojos muy abiertos y el ceño fruncido – Me acompañaras a hacer los… -Kise se puso de pie
-¡¡Kurokocchi apenas tiene 3 semanas aquí!!
-Justo por eso debo empezar a llevarlo conmigo.
-¡Aun no hay necesidad! Tiene a más personal.
-¿Pasa algo Kise? ¿Te gustaría ir en su lugar?
Kise se dejo caer nuevamente en su silla, el le miraba de una forma molesta mientras Aomine le miraba con una sonrisa de oreja a oreja, Kuroko era el que no entendía nada, ¿Qué tenia de malo el acompañarlo?
-Nos vemos en 1 hora Tetsu.
-Si.
Kuroko fue hacia su escritorio, se acomodo y luego vio a Kise quien seguía con su mirada enojada.
-¡No vayas a dejarte engañar!
-¿De qué hablas Kise-kun?
-Kurokocchi ¿Recuerdas de lo que hablamos el primer día? Sobre Aomine, el es un mujeriego.
-Kise-kun, también te recuerdo que te mencione que no soy un cualquiera, se cuidarme, además –Enseño su mano, la cual portaba un anillo –Estoy comprometido.
Suspiro, Kise dejo caer su cabeza en el respaldo de la silla, quería creer que todo estaría bien, pero el mejor que nadie sabía de todo lo que era capaz esa persona, el mismo había visto a todas las personas las cuales les arruino la vida, y reputación.
-A todo esto, ¿Por qué llegaste tarde?
Kuroko volteo a verle en inmediatamente se puso rojo, el recuerdo le vino a la mente a lo que Kise le sonrió cómplice.
-Así que ¿hubo sesión de amor a primera hora de la mañana?
Kuroko puso su mirada en la pantalla de su computadora para disimular su nerviosismo y sonrojo.
-Algo así –comenzó a teclear.
-¿Tu prometido es lindo oh rudo en la cama?
-¡Kise-kun! –Kuroko volteo a verlo en una forma de regaño, pero su sonrojo solo lo hizo ver tierno
-Vamos Kurokocchi, es algo totalmente natural, por ejemplo a mí me gusta ser tierno y rudo a la vez.
Kuroko se quedo pensando un momento y después levanto la mirada
-Kagami-kun es muy tierno…
-¡Waaaa! Así que es del tipo tierno.
-Pues si –Kuroko sonrió levemente.
-¿Pasa algo Kurokocchi?
-No es nada.
-¿No está bien para ti eso?
-No es eso… -Kuroko volvió a pensar unos segundos y luego prosiguió – Amo que Kagami-kun sea tierno pero… a veces me gustaría verlo un poco rudo oh salvaje en la cama.
-¿Has intentado pedírselo? –Kise rio levantando una ceja juguetón.
-¡Claro que no! –Kuroko regreso su mirada al monitor.
-Debes hacerlo, no pasa nada…
Kuroko arreglaba los papeles que el contador Aomine le había pedido mientras escuchaba la parlamenta entusiasta de su compañero sobre cómo decirle a su prometido que se la metiera sin ningún cuidado, un poco mas y su cara estallaría de la vergüenza que estaba sintiendo, termino de arreglar la carpeta y la dejo sobre el teclado de su computadora.
-… Además, luego vienen las mordidas y un par de golpes juguetones…
-Kise-kun, iré al baño, si Aomine-kun vuelve por mi dile que no tardo
-Está bien Kurokocchii~ -Esto último lo dijo en un puchero dándose cuenta que su amigo no quería escucharlo más.
Kuroko se levanto y se dirigió al baño, Kise siguió tecleando y luego una idea invadió su mente ¿Estaba listo Kuroko para ir con ese bastardo? Bueno, realmente el no se miraba como el resto, además estaba comprometido y todo eso…
-… ¡Kise!
-¡Waaaaa! Takaocchi me asustaste… -Miro lo que la persona frente a el traia en las manos- ¿Y ese ramo de rosas?
-Esta lindo ¿Verdad? Lo trajeron para el chico de aquí, Kuroko.
-¡¿Kurokocchi?!
-¿Pasa algo?
-¡AAAAH! –Gritaron Kise y Takao al unisonó
-¡Avisa cuando llegues Kuroko!
-Lo siento, pero oí que me mencionaron
-¡Mira Kurokocchi! Te llegaron, son para ti
Kuroko se acerco a Takao, miro que en el cesto de las flores había una tarjeta, la tomo y abrió.
“Ten un lindo día en el trabajo ¡Te amo! Kagami Taiga”
Al leer eso se puso muy feliz, sonrió y luego volteo a ver a Kise en ademan de “¿Verdad que son lindas?” Sus compañeros curiosearon, las miraron y le dijeron más de 10 veces lo afortunado que era, hasta que alguien los saco de su ambiente.
-¡Tetsu!
Los tres voltearon, frente a ellos, estaba Aomine, listo para irse ya.
Kuroko tomo el folder de su escritorio.
-Kise ¿Puedes cuidarlas por mí?
-¡Claro que si Kurokocchi! Después de todo… -Volteo a ver a Aomine de una forma socarrona –Te las mando tu amadísimo prometido.
Aomine sonrió ante lo dicho y espero a que Kuroko se le emparejara para comenzar a caminar juntos.