Kuroko iba sentado en el lado del copiloto acomodando los papeles en el folder, Aomine lo miraba de reojo y sonreía. Para él era como ver un sirvo puro, aun sin ser corrompido totalmente.
-Así que dime… ¿Qué te han dicho de mí?
-Nada fuera de lo común, usted es el contador de la empresa. No hay más que agregar.
-Eh notado que Kise te está mal influenciando.
-Para nada.
-¿Qué te ah dicho? ¿Que soy un mujeriego? Que con cualquiera me acuesto y cosas así.
-Lo único importante aquí es que usted es casado, es todo.
-¿Qué hay de ti? ¿Estás con alguien Tetsu?
-Si, actualmente tengo una relación con alguien. Me casaré dentro de poco.
-Y ¿Es linda?
Kuroko guardo silencio.
-Es más ¿Qué te parece si salimos el próximo sábado al cine?
Kuroko volteo a verlo con el seño fruncido ¿Para qué salir?
-A decir verdad…
-De esa manera podremos llevarnos mejor laboralmente, no sé qué te abra metido ese rubio a la cabeza pero nada de lo que te dijo es cierto. Solo está molesto conmigo y yo necesito llevarme bien con todos los trabajadores, como podrás ver tenemos mucho contacto –Aomine le sonrió.
Pero el sabia que esa sonrisa no había sido de amistad, realmente no sabía de que había sido, pero le dio escalofrió. Aunque por una parte tenía razón, debían llevarse mejor, igual y Kise estaba exagerando, aunque parecía que incluso el mismo rubio lo odiaba.
El auto doblo a la derecha y entro al estacionamiento de la empresa, el motor se apago y Aomine salió, Kuroko levanto una ceja ¿Pensaba dejarlo ahí con tantos documentos? Bueno, era le contador y de seguro estaba acostumbrado a sus miles de sirvientes. Fue grande su sorpresa al ver que Aomine estaba ya abriéndole la puerta y cortésmente ofreciendo su mano para que saliera.
La acepto y tras salir del auto y cerrar la puerta Aomine tomo los portafolios y los cargo el mismo, Kuroko estaba impresionado, no esperaba nada así del moreno, no después de como Kise lo describió, él pensaba que sería el típico conquistador creído y mal hablado pero no, era todo un caballero, quizás tan solo Kise tenía una mala imagen de él.
Caminaron hacia la empresa de temas triviales, al entrar notaron que la mayoría del personal ya se había ido y algunos aun se estaban yendo, Kise venia platicando con otro trabajador.
-Tetsu, toma estos y déjalos en mi oficina, no tardare.
Kuroko hizo lo indicado y sin darse cuenta de quien venía se dirigió a la oficina de Aomine. Mientras tanto este camino derecho y se topo a Kise de frente, el compañero con quien venia se despidió.
-¿Qué quiere?
-¿Por qué me hablas de usted? Ya te lo eh dicho Kise, no somos de edades tan separadas.
Kise se dio cuenta de algo, a lo que frunció el seño.
-¿Dónde está Kurokocchi?
-Esperándome en mi oficina –Sonrió.
-¿Qué esta?...
Aomine tomo del mentón a Kise y lo hizo levantar a verle.
-¿Qué has andando contando de mi?
-Lo que es –De un manotazo le quito la mano de encima -¿Oh le eh contado mentiras? Ahora déjeme –Le rodeo y siguió caminando.
El moreno le miro irse, no pudo ocultar la risa. De todos los empleados de esa empresa Kise Ryouta era el único que no había caído…aun.
Bueno que más daba, un ciervo nuevo lo estaba esperando en su oficina.