Kuroko se encontraba familiarizándose con el sistema, estaba nervioso, era su primer día ahí y definitivamente no iba a dejar una mala impresión, se detuvo por unos minutos y miro su escritorio, comenzaba a imaginar cómo lo decoraría. Una planta y un portalápices no le harían mal. Además que pondría a primera vista una fotografía de su amadísimo prometido.
-¡¡Hola!! ¿Eres el nuevo?
Una vocecita energética se hizo escuchar a un lado de el. Un hombre con porte elegante pero casual se encontraba a su lado sentado, pantalones de mezclilla color crema, camisa de manga larga amarilla y un saco del mismo color que los pantalones hacían que aquella persona se viera impecable.
-¡Mucho gusto! Mi nombre es Kise Ryouta
-El mío Kuroko Tetsuya –Hizo una reverencia –Un placer.
-Así que Kuroko… Sé que nos llevaremos muy bien –Le sonrió ampliamente
-Espero lo mismo –Le regreso la sonrisa, pero una más discreta.
Comenzaron a platicar sobre el trabajo. Reglas, sanciones, hora de almuerzo, comida y salida, mismas que Kuroko olvido. Mientras seguían su plática, Kise de estar sonriendo y hablado muy alegremente, su voz bajo y su expresión cambio a una molesta.
-¿Pasa algo? –Pregunto Kuroko
-Viene ese maldito… -Kise no despegaba la vista furiosa.
Al lado derecho de Kuroko se encontraba otro joven castaño, muy tímido a decir verdad. No había hablado nada y se la había pasado tecleando desde que el llego, Kuroko rápidamente volteo a ver quien estaba ganándose aquella mirada de odio por parte de Kise.
-Vamos Sakurai –Dijo poniendo unos papeles sobre el escritorio de este –Es tu turno de acompañarme
-¡E…enseguida voy Aomine-san! -
Sakurai trataba de tomar algunos folders y su portafolio pero temblaba tanto que le era imposible, también algo que noto Kuroko al instante fue que aquella persona se sonrojo tanto apenas vio llegar al contador que justo ahora parecía que su cara se iba a incendiar.
Kuroko levanto la mirada, noto como Aomine ya no miraba a Sakurai si no que ahora miraba a alguien más con el rostro burlón. Kuroko se giro, viendo que ahora era Kise quien quería matarlo con la mirada. Kuroko giro la cabeza más de 2 veces sin entender que pasaba ¿Se odiaban? Definitivamente algo había pasado entre ellos
Sakurai se levanto torpemente y sin levantar la mirada se puso a un lado de Aomine, Kuroko definitivamente no entendía nada.
-Oye Ryouta –Dijo Aomine con tono burlón
-Dígame contador Aomine –Respondió Kise en el mismo tono
-Explícale a Tetsuya sobre los acompañamientos cada día de facturación –Sonrió descarado –Pronto comenzara a hacerlo también.
Kise volvió a darle una mirada seria, Aomine se volteo y tras de el Sakurai comenzó a cambiar.
-… ¿A qué se refiere? –Decidió romper esa tensa escena
- Para empezar, mantente lo más alejado posible de el Kurokocchi
- “¿Kurokochi?” –Pensó Kuroko - … Eh… ¿Por qué?
-Ese tipo es un mujeriego
-Pero Aomine-kun es hombre
-Eso no importa, para él, mujeres como hombres está bien, mientras tenga un lugar por donde metérselas.
Kuroko frunció el ceño, ciertamente, aquella persona se miraba desvergonzada, pero lo imagino alguien totalmente heterosexual.
-Además, es casado, su mujer es alguien, delgada, alta y de muy buen ver, un hombre no podría pedir más. Pero este imbécil le gusta divertirse con las demás personas
-¿De qué manera?
-Es decir, las ilusiona, juega con ellas, las pone de una forma… de otra… y así hasta que se aburre. Oh simplemente basta con que lo diviertas y te dejara. Pero ten por seguro que al día siguiente estará hablando aquí con las demás personas de todo lo que te hizo
-¿Aomine-kun es así? –Lo que Kuroko estaba oyendo no lo podría creer.
-Lo es, así que Kurokocchi, mantente alejado de el.
Kuroko miro hacia su mano, ahí había un hermoso anillo de compromiso, el no tenía el porqué preocuparse por nada.
-Está bien, a mi eso no me va
-Eres hetero supongo –Kise le sonrió
-No…
-¡¿NO?!
-Pero… justo ahora me encuentro comprometido… -Las mejillas de Kuroko se sonrosaron- Me casare en pocos meses, es por eso que no estoy interesado en nadie mas que en mi prometido.
Kise le miraba atento, escuchar eso de alguna manera le daba consuelo. Kuroko levanto la mirada.
-Además quienes hacen eso son personas fáciles…
-¡Así es Kurokocchi!
-Estaré bien Kise-kun –Kuroko saco su celular y comenzó a teclear –No soy asi de puto, además se nota que tu lo odias ¿Verdad?
-¿Tanto se nota? –Dejo salir una sonrisa juguetona.
Kuroko guardo su celular, puso sus manos nuevamente sobre el teclado y se dispuso a continuar su trabajo, quería saber el porqué pero aun no creía oportuno el momento de preguntar, tan solo era su primer día. No quería estar de entrometido.
Kagami escucho sonar su celular, un mensaje no le quitaría mucho tiempo debido a que estaba trabajando. Lo saco y una sonrisa boba se formo en su boca tras leer el mensaje
“Kagami-kun, cada día menos para nuestra boda. ¡Te amo mucho!”