Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Juego De La Oscura Pasión por MeikoShion

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡He vuelto! Y no, no me olvidé para nada del contrato, tres caps han sido subidos de Mi Mejor Venganza: Amor, así que, lógicamente, toca uno mío.

Me duele la cabeza, he dormido toda la anterior semana apenas dos horas, me voy a morir.  Dx

Bueno, no los retraso más, ¡pasen! 

VI

Mi Maldito Rival Del Amor

 

Después de mi agradable y casi quimérica aceptación, nosotros caminábamos muy felices, hasta que Touko llegó caminando en la dirección contraria, cantando con su vocecita dulzona e irritante, y la muy… distraída, regó las bebidas que traía, específicamente sobre Mitoki.

Y aunque la enana se disculpó, Mitoki ya estaba mojado y pegajoso. No, no. Esas palabras no eran las que quería decir, porque ahora mismo vienen malos pensamientos.

—“¿Por qué no aprovechamos la situación, y le compramos ropa?”— fue la exultante idea de la pequeña pelirroja, para reparar el daño que había hecho.

Y es ahí cuando caminamos hasta las boutiques más cercanas, para comprarle ropa a Mitoki. Esta vez, yo daré el dinero, porque la enana me ha mostrado su cartera sin un solo centavo, cosa que es obvia, ya que con su dinero ha comprado los anillos de compromiso.  Ah, amo a la enana fastidiosa, al llegar a casa, le pagaré el doble.

—“De… ¡De verdad no es necesario!”— dice Mitoki, tratando de frenar nuestra caminata hasta esa tienda de ropa.

—“Pues, por mí no hay problema. Puedo verte desnudo, o con una de mis camisas, ¿ya dije que tus piernas son tan…?”— Touko me golpea en el costado, y hala a Mitoki hasta el interior de la tienda.

Bufo por lo bajo y entro también. Al llegar, observo a la asistenta, la cual sonríe y le enseña varios tipos de ropa.

—“Tiene un rostro muy hermoso”— le dice la mujer a mi Mitoki, mientras le enseña una amplia sonrisa, que arruga un poco sus ojos.

—“¿Verdad que sí?”— la apoyo, mirando al bello chico fijamente, mientras este me gruñe a la vez que está ruborizado.

Finalmente, Mitoki toma el conjunto de ropa que la joven le ha recomendado, mientras se encierra en esa pequeña habitación.  Una vez que sale, muestra que las prendas le quedaron tan bien. No son tan ceñidas, ni tan holgadas, y aún así, muestran que  posee una figura tan sensual, el color negro sienta tan bien en él. Ah, me estoy enamorando.

—“¡Ya deja de mirarme!”— me exige Mitoki, y aunque doy mi mejor esfuerzo, no puedo apartar la vista, no de esas piernas tan sensuales y torneadas, y eso se nota aún bajo la ropa. 

—“¿Tiene conjuntos parecidos? Deme ocho más, por favor”— le pido a la chica, y esta sonríe coquetamente.

—“No puedes comprarle ropa parecida, tonto. Déjamelo a mí”— Touko me  empuja y es ella quien se aventura en la tienda de ropa, mientras la chica me habla muy cercana, diciendo que tal vez esa camisa me sentaría muy bien, combinándola con un jean negro y blah, blah , blah. Y aunque trato de escucharla, ni puedo, no cuando observo a Mitoki mirarse al espejo, como si no reconociera al que está en el reflejo.

¿Qué le sucede? Ahora mismo me pregunto eso, mientras espero que Touko acabe de recolectar todo lo que su gusto le permita.

·

·

·

Ahora que hemos acabado de hacer las compras, parece más que hubiese acompañado a una compradora compulsiva a realizar sus acostumbradas caminatas por las tiendas de moda en la ciudad. Bueno, no importa, es sólo dinero, Mitoki es muchísimo más importante.

Y aunque él insiste que entre sus pertenencias tiene algo de valor, no me importa que me pague. Con que él esté a mi lado, basta. Bueno, y mi hermanita también, ella no es fanática de las compras, pero simplemente está tan entusiasmada, que cuando mira algo que le quedaría bien a Mitoki, arrastra a este último y compra lo que ha divisado.

No me molesta gastar dinero, pero creo que ellos dos se han olvidado que quién está haciendo de burro de carga soy yo. Ah, siempre yo, que sátira.

Doy gracias al cielo, porque por fin se detienen en lo que parece ser una heladería. Entran corriendo, como  si tuviesen prisa, y  en cosa de nada, regresan con tres helados. Qué irónico, considerando que no tengo ninguna mano disponible para tomar el helado que me ofrecen como “disculpa” por ser quien lleve las cosas.

—“Te puedo ayudar con la mitad”— sugiere Mitoki, mientras acerca el helado a mis labios.

—“Descuida, no pesan. Sólo estorban”— digo, antes de darle una lamida al helado.

A la enana le ha dado por desparecer a cada rato, pero por lo menos está vez es una razón más considerable, pues ha traído un transporte, y es ahí cuando aprovecho la situación y subo todas las cosas que han comprado.

En el camino he tratado de distraerme, lo juro, trataba de distraerme por todos los medios con tal de no estar mirando con cara de idiota a Mitoki, y por supuesto que he fallado, porque luego noto muchas cosas en él, yo ya sabía que tenía una sonrisa muy bonita, y su cuello es fino y elegante, y aunque lo he mordido, las marcas de la herida no están. Pero no, eso no, ahora en la claridad de la mañana, puedo apreciar una que otra cicatriz en su bonita y nívea piel, casi imperceptibles, en las manos, en el cuello… no lo había visto, apuesto a que tiene más. Pero no ahora, no se lo diré, no mientras ríe y juega con Touko.

Y aunque hemos llegado a casa, él mira estupefacto, y me cuestiona con su mirada confundida.

—“La casa de la otra noche no era mía, sólo estuvimos ahí mientras hacíamos la misión”— le explico.

Mitoki desvía la mirada, ayudando a bajar todas las bolsas de compras. Parece que ha cambiado su humor completamente, antes se veía alegre, pero ahora, es como si estuviese encerrado en algún lugar. Acabamos de meter todas las bolsas dentro de la casa y la enana sale corriendo hacia su habitación, como si buscase algo. Pero debo regresar al tema de Mitoki, no quiero que se sienta así en lo absoluto, así que decido preguntarle lo que le sucede.

—“¿Qué ocurrió? Te ves molesto de repente”— él sonríe tristemente y niega con la cabeza, tratando de mentirme con sus esmeraldas ojos que todo está bien. Pero he aprendido a leerlo en poco tiempo, no del todo bien, pero sé que no está como pretende hacerme creer.

—“Es que… recordé lo que escuché, cuando me acerqué a la puerta. Cuando hablabas con aquella mujer, ella te preguntó por mí. Y como te dije, él me está buscando”—

—“No te va a encontrar. Ella tenía una foto tuya y no vio algún parecido”— Mitoki ladea la cabeza, como lo hace Touko cuando está confundida —“Sí, usamos magia de ilusión, aunque tuvimos un desacierto…”— susurro, y Mitoki esboza una mirada de horror.

—“¿De qué se trata?”— pregunta aterrado, esperando lo peor, por la expresión que esboza.

—“Tratamos de cambiar muchas cosas de ti, pero aún seguías siendo hermoso. Creo que finalmente no se puede hacer nada con eso, porque es de nacimiento”— Mitoki se ruboriza y frunce el entrecejo.

—“No me parece divertido, Tami”— refunfuñe, y me acerco para abrazarlo —“Ah, no…”— gime, y es ahí cuando recuerdo algo muy importante, algo que no debí haber olvidado por nada en el mundo.

—“¿Te duele el cuerpo por lo de ayer?”— le pregunto, y  él niega, sonrojándose demasiado.

—“S–Sólo un poco. Touko en la mañana hizo que tomara dos pastillas para el dolor”— mi hermana es un ángel, y es ahí cuando me recrimino ser tan descuidado.

 —“¿Fui muy duro en la noche?”— arqueo una ceja —“Lo siento”— me disculpo, recordando que si perdí el control un poco, pero sólo un poco, ¿de acuerdo?

—“Descuida”— murmulla él, y se abraza a sí mismo —“Yo te rasguñé la espalda, lo hice sin intención, discúlpame ¿Te duele?”— otra vez me hace sonreír, y es que no entiendo que sucede con esa actitud agridulce que tiene. Aunque ahora que lo noto, él en verdad es bastante dulce, su tono de voz es suave, él es muy amable y preocupado. Cuando se enoja, más que dar miedo, me enciende.

—“Nop, no duele. Además, fue por una buena causa, así que me da igual”— me encojo de hombros, mientras lo atrapo y obligo a sentarse en mis piernas, mientras el sofá aguanta nuestros pesos.

Suavemente acaricio un mechón púrpura rebelde, y lo acomodo mejor. Él está demasiado sonrojado, oh, y pasmado también, porque no ha podido moverse un centímetro del lugar en el que está.  Y aunque está mirando fijamente al otro sofá que se halla al lado, he visto el amago que han hecho sus ojos, para tratar de mirarme.

—“¿Te está intrigando solo lo que me contaste antes?”— murmullo, y él niega cabizbajo, aún con aquel encantador rubor tiñendo sus mejillas.

—“¿Tú también lo notaste? ¿Sobre mí presencia?”— me detengo a pensar, probablemente lo noté y no le di importancia. Pero ya sé de qué se trata, y es el hecho de que yo lo confundí con un humano la primera vez que nos encontramos, lo que me lleva a especular que él…

—“No tienes presencia”— recito atontado, notando que por estar ensimismado en Mitoki, ni me percaté del detallito de su presencia —“¿Pero no es eso algo bueno? Es mejor,  para que no te puedan encontrar”— ahora, muerde su labio inferior, mientras continúa sonrojado.

—“Lo sé. Pero tengo un mal presentimiento con esa chica, parece que a ella le gustas”— balbucea y me hace esbozar la sonrisa que determina cuando estoy verdaderamente feliz.

Maldita sea… ¿por qué es tan perfecto? Es este el verdadero Mitoki, dulce, preocupado y algo asustadizo. Aunque debo admitir que me encanta cuando se pone tozudo y hasta algo violento.

—“Para mí, eres el único”— murmullo en su oído y beso su cuello. Él suelta uno que otro suspiro, y ya empiezo a perder la cordura. No, debo controlarme, tengo que controlarme, no puedo hacer estas cosas, o no en la sala. Touko me va a matar si me ve acosando otra vez al lindo Mitoki.  Mi sed comienza a despertar, al sentir su tibia piel, y aunque sé que no debo, me empieza a matar las ganas de morderlo de nuevo.

—“Sí quieres, puedes hacerlo…”— dice con voz quedita, y yo niego al instante. No quiero lastimarlo.

—“Ni creas que tomaré un pago por las cosas que compramos”— lanza una risita encantadora, y niega suavemente con la cabeza.

—“No es por eso, pero si no bebes sangre… te vas a morir”—

—“No soy tan débil como para morir por no tomar sangre un día. Para que lo sepas, he sido entrenado de tal forma en la que he soportado sin alimentarme de nada, ¿comprendes? Y eso por un largo mes”— refunfuño,  al observar su sonrisita divertida, como si de verdad no me creyera.  

—“Claro, claro”— pronuncia, con un tono dulzón e irónico —“Ayer lo demostraste muy bien”— ríe suavemente, mirándome divertido, y parece, no, no parece, en definitiva sus preciosas alhajas verdes están sonriendo también.

¿Qué debo hacer para no matar el momento? No, definitivamente no le preguntaré sobre las cicatrices, y tampoco haré menciones sobre su actual identidad. Eso para después, una ocasión oportuna seguramente vendrá, ahora no es el momento, y si lo pienso con más profundidad; hasta creo que podría dejarme besarlo… ¿y quién sabe? Extenuar lo que hicimos ayer en la noche.

—“Mitoki… ¿puedes levantarte un momentito?”— le pido, notando el porqué de mi incomodidad.

—“L–Lo siento… ¿soy pesado?”— se disculpa, tratando de levantarse.

—“Si sigues sentado sobre mí, se me va a pa…”—  me detengo, notando como un cojín viene volando a toda velocidad en mi dirección, y en efecto, quien lo ha lanzado es la enana, la que no me permite ser tan insolente como deseo.

—“¿Qué tal si dejas de lado las perversiones, y le enseñas a Mitoki su nueva habitación? Oh, cierto. Será mejor que le empecemos a decir “Kiryl”, no queremos que se nos escape el nombre real en algún momento, ¿estás de acuerdo, Mitoki?”— el susodicho asiente lentamente con la cabeza, enseñando la sonrisa que tenía desde hace rato.

—“No tengo problema alguno con ello”— musita suavemente, mientras levanta el cojín que lanzó Touko.

Desganado, me levanto y tomo la mano de Mitoki para mostrarle su ‘su nueva habitación’, la que seguramente usaremos sólo para colocar sus pertenencias. Mientras subimos las gradas, puedo notar como tiembla ligeramente.

Una vez que entramos en la habitación, Mitoki se queda callado, debatiéndose entre hablar o no.

—“D–De verdad lamento las molestias”— se disculpa, mientras juega con sus dedos. Sus ojos verdes se quedan fijos en el piso, mientras sigue jugando con sus manos, nervioso.

¿Pero de qué molestia me está hablando? Me acabo de quedar impresionado con todo su ser, ¿y él dice que es una molestia? Debe estar bromeando. 

—“¿De qué molestia hablas?”— pregunto enarcando una ceja —“Soy yo quién te rogó estar a mi lado, así que no digas eso, pero eso si te advierto, todos dicen que estoy algo loco”— arquea sus perfectas cejas y sonríe.

—“De eso no hay duda”— asiente, sonriendo por fin. Ah, dios, me estoy enamorando de esa sonrisa —“Pero no es grave, es decir, sólo eres impredecible, eso no es… locura”—

—“Ya, claro”— bufo, apartando mi mirada de la perfección personificada, no tenía idea de que me podía poner así, digo, sólo lo miro un ratito y ya me pongo a estar delirando como un loco, bueno, tienen razón en ese sentido. Me siento algo decepcionado de mi mismo, porque se supone que soy el mejor cazador que tiene La Unión, pero vaya idiota resulté ser en el amor.

—“Tami, tengo una pregunta…”— dice temeroso, y yo me siento en la cama, observado calmadamente cada uno de sus movimientos felinos y elegantes —“Touko y tú son vampiros, y el sol… no les hace daño, ¿por qué?”— sonrío, por ver la curiosidad en sus bonitos ojos color berilo.

—“Sólo a los vampiros débiles les hace daño el sol, y aunque la mayor parte de mi ser es vampiro, no podrías siquiera soñar matarme con agua bendita, ajo, plata, o alguna de esas tonterías, eso déjaselo a los vampiros de clase baja, aunque Touko puede morir si la dañas demasiado”— abre un poquito su linda boquita, aún con ese brillo curioso en sus ojos hechizantes.

—“¿Entonces cómo te pueden matar a ti?”— su pregunta es inocente, no veo malicia en sus ojos ni en el tono de voz, y aún así, mis sentidos que están casi dormidos a su lado se han despertado al escuchar eso. ¿Matarme? ¿A mí? La palabra muerte es muy buena compañera de mi nombre, pero no exactamente porque sea yo quien deba morir.

—“Para mí, sería un placer morir si eres mi asesino, pero… yo no puedo morir, me regenero aceleradamente, soy… inmortal”— lo que he dicho, hace que frunza su ceño y me mire con enojo.

—“No lo decía para matarte”— gruñe, como si estuviese desconfiando de él, aunque no es así, sólo quería molestarlo un poco —“Aún así… es bastante interesante que poseas inmortalidad”— sonríe, mirando algún lugar en el suelo, que desconozco.

—“Es un fastidio”— niego, bostezando y recostándome en la cama.

—“¿De verdad? Eso es algo que yo deseo, estuve a punto de morir varias veces, pero… la idea de rendirme no me agradaba”— sonríe melancólicamente ahora,  no, no quiero verlo triste —“Era bastante confuso, ¿sabes? Muchas veces traté de suicidarme y no pude, y otras, iba al fin a morir, pero me aferraba desesperadamente a existir”—

—“¿A eso se deben las cicatrices?”— deje escapar la frase, soy un maldito idiota.

Aparta su mirada del suelo, y me mira con sus brillantes orbes verdes, al fin conectamos nuestros ojos otra vez, pero yo desearía no verlo de esa forma, no con esa tristeza que odio, y que aún así, no puede opacar su belleza refulgente.

—“La principal habilidad de un espía, es su capacidad para recolectar información, por todos los medios. Pero, ¿qué sucede cuando te capturan y obligan a decir todo? No debes decir nada, y para eso me entrenaron en todos los aspectos”— suspira, tratando de contener lágrimas que hacen brillar aún más a sus globos oculares.

Me levanto de la cama, y lo abrazo protectoramente, haciéndole saber que no dejaré que lo lastimen. Ya no, eso quedó en su pasado.  Y aunque el corresponde el abrazo, no para de llorar.

—“Sé lo que se siente, para La Unión, no soy más que un juguete irrompible y de gran utilidad.  Pero quiero que sepas que no voy a dejar que nadie más te lastime, lo prometo, juré protegerte y es lo que haré de ahora en adelante, aún si tendría que usar mi último recurso, lo haré, así que… ya no llores, por favor, te ves hermoso de todas formas, pero prefiero tu sonrisa”— entre sus suaves sollozos, escucho su risita.

Se separa, sonriendo divertido, mientras se enjuga las lágrimas que se deslizan en sus mejillas de porcelana. Y aunque  trata de reír, sólo logra que salgan más sollozos.

—“¿Qué tengo de especial? No tengo gracia alguna”— dice, en un suave runruneo.

—“Pues, para mí,  todo”— confieso, embelesado por la combinación de felicidad en sus labios y de tristeza en sus ojos —“Por tu presencia, no sé que eres. Pero estoy convencido que eres la encarnación de Narciso, o algo así…”— digo mis teorías sobre su inexplicable belleza, mientras me rasco la cabeza, tratando de pensar más.

Mitoki ríe un poco, mientras colorea sus mejillas de una suave tonalidad roja.

—“Estás exagerando”— murmulla, entre dulces risitas.

—“No, no estoy exagerando… ¿De verdad no te has visto a un espejo? Es que no hay como explicar con palabras como me pone sólo verte, me haces sentir idiotizado y fascinado, algo así como si con ver tus ojos, me hipnotizaras. ¡Y tu voz! Tu voz es dulce, melodiosa, agradable… con sólo oírte, me pongo como estúpido a estar delirando. Tus labios son dulces, carnosos…  tentadores. Y ni se diga ese cuerpo… ¡digo!, tienes una figura muy bonita”— trato de reparar lo último, ya no es mi culpa, definitivamente trato de no ser tan estúpido, pero me sale y ya.

Y aunque pensaba que Mitoki iba a quedar disgustado por tantas insinuaciones acosadoras hacia su persona, simplemente se queda mirándome entre impactado y desconcertado… sus mejillas están rojas, y respira pausadamente… como si le hubiese recitado algún poema erótico. Bueno, mis palabras eran algo así… pero lo decía en el buen sentido, ya con lo último no se puede hacer nada. No es mi culpa, es la verdad y sólo lo dije.

—“Pues… gracias…”— dice, no tan convencido de ello, mientras distrae sus ojitos en todo que no sea yo —“Y gracias por protegerme… aunque, si te llega a pasar algo me sentiría terriblemente culpable, yo no he visto al Gran Fray, pero he oído que él es muy poderoso y…”— levanta la mirada, y se calla, mientras observa mi rostro confundido.

 —“¿No lo has visto?”— niega suavemente con la cabeza, sin apartar su mirada.

—“Íbamos a conocernos la anterior noche”— musita confuso, mordiéndose después el labio inferior, cosa que hace cuando está temeroso o desconcertado.

Bien, maldita sea… ¡bien! Llegué a tiempo, Mitoki no ha visto al Gran Fray, pero seguramente él sí lo ha visto y por eso pidió su mano, cuando este aún era muy pequeño. Sí, tiene sentido. Pero es algo malo a la vez, porque si Mitoki no sabe como es, debemos ser cautos frente a todo desconocido. Maldita sea, la existencia de ese tal Fray se empieza a tornar un fastidio.

El timbre de la casa está sonando, pero no le doy mucha importancia, debido a que Touko está en la planta baja.

Mitoki también escucha atentamente, mientras frunce el ceño. ¿Qué sucedió? ¿Por qué se puso así?

Y aunque trato de conjeturar lo que está pasando,  me detiene el estruendo que logra la puerta abriéndose de prisa. Es Touko, que me comunica algo en lenguaje de señas.

—“Mierda…”— maldigo, al acabar de leer el mensaje. Ella fue clara, mencionó: ‘Chitoge espera en la sala, junto a un hombre de presencia muy, muy poderosa, ¿sabes quién es? No me gusta la actitud de Chitoge, dice que quiere vernos’

Mitoki me mira asustado, porque probablemente también sabe el lenguaje, es obvio, mencionó que los espías deben tener medios para conseguir información, y probablemente él, sabe muchos idiomas.

¿Qué voy a hacer? Se supone que Mitoki es mi prometido, pero… que no esté en casa será muy, muy sospechoso. Claro, es obvio que ella se daría cuenta, es lista, desaparece Mitoki y aparece Kiryl, así que tengo que darme prisa e inventar algún plan muy bueno, para que ella al fin se convenza de que Kiryl y Mitoki son “diferentes”.

—“Distráela unos segundos, vamos a bajar enseguida”— le digo a Touko, mientras asiente con la cabeza y baja rápidamente —“¿Sabes actuar?”— por su rostro, sé que sí, pero probablemente odia hacerlo —“Bien, vamos a allá”—

Mientras bajamos las gradas me repito no decirle a mi bello prometido ‘Mitoki’, sino, ‘Kiryl’, sí, no debo desconcentrarme y aunque la idea de presentarle a otra persona a MI bello Mitoki, me hace sentir la sangre hervir, debo hacerlo. ¿Por qué tengo que hacerlo? Ah, sí. Porque quiero que esté a mi lado. El plan marcha desde que Chitoge me vea bajar las gradas, bueno, nos vea, Mitoki juega un papel muy importante en la estrategia. 

—“Chitoge”— murmullo, fingiendo sorpresa —“No sabía que venías, y peor acompañada. Me hubiese puesto más presentable”— la primera frase sí que es verdad.  Y aunque trato de mirarla, se me está volviendo terriblemente molesto que actué de esa manera, y de hecho, creo que lo reflejé en mi voz, da igual, así es como soy con todos.

Ella sonríe, aunque efímeramente, porque apenas observa a mi bello prometido, hace una mueca entre odio y asco.

—“Lo siento por no haberme presentado antes, soy… Kiryl Astăzi Di Călugărul”— le sonríe Mitoki, haciendo sonreír a Touko, quien sirve tazas de té en la mesita de centro.  

Nos sentamos en un sofá, juntos, y yo me quedo casi pasmado, porque Mitoki actúa demasiado bien.

—“No, no. Yo antes fui muy grosera por la sorpresa, soy Chitoge Hiryū, la dirigente de La Unión Sagrada, y él, es Frederick Jansen Van Arnauld”— sonríe también, es muy buena actriz he de admitir, porque ahora que me estoy concentrando lo suficiente, puedo sentir que transmite odio en sus ojos. Buen intento, Chitoge.

—“Un gusto”— saludo al desconocido con un apretón de manos.

Es un hombre joven de cabellos y ojos negros. Es muy apuesto, pero… no entiendo porque siento mis sentidos afilarse cuando lo vi, no tengo un buen presentimiento. ¿Qué edad tendrá? De lo que estoy seguro, es que es mucho mayor a mí, tengo diecinueve, él quizá unos veinticinco, aunque eso no quita que siga siendo apuesto.

—“Qué pena me da tomarlos de improviso. Ahora que estaba de regreso, quise saludar a Chitoge, y a la vez, a los que nombra siempre como los mejores cazadores de La Unión Sagrada. Soy el Gran Fray de La Orden de la Santísima Abadía, en verdad es un placer conocerlos”— sus palabras galantes nos dejan perplejos a todos… ¿qué es esto? ¿Era lo que mi intuición me estaba gritando? No puede ser… él es el Gran Fray de La Orden de la Santísima Abadía…

Y aunque de reojo observo a Mitoki, puedo notar casi con claridad como su sonrisa se deshace en cuestión de segundos, quizás porque estamos muy cercanos fui el único capaz de ver aquello, pero sé porque está así… y es  porque él también lo ha notado.

El hombre de cabellos negros lo está mirando fijamente, mientras sonríe, casi fascinado.

Él es... mi maldito rival en el amor.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Cómo pueden ver, amo dejar las cosas en situaciones en como éstas. XD  Les dejo la foto del rival de Tamiya:

Frederick Jansen Van Arnauld  (Pueden terminar amándolo u odiándolo, una de dos, no hay de otra XD)

Como prometí, les dejaré tres ¿chismes? XD, de Mi Mejor Venganza: Amor

1. La historia existía en ese de los finales del 2014, y no es originalmente una historia centrada en La Unión Sagrada y los otros tres mundos, sino, muestra el noviazgo de Tamiya  y Mitoki, los cuales empiezan a tener problemas cuando Mitoki va a la misma academia que Tamiya, y empieza a ser acosado (sexualmente) por otros chicos que odian a Tamiya al ser el más atractivo de la academia. Seh, ese Tami es todo un divo XD

Se torna muy, muy interesante, les juro que estos mangas están  REPLETOS de  hard, porque es un tipo harem de Mitoki. Está en un grupo cerrado de facebook, por lo que no puedo pasar el link uwu.  Y eso no es todo, aquella historia toma un tanto de “novela visual” porque siempre que Mitoki hace o no hace algo, termina con otro chico, que obviamente no es Tamiya.  Hasta la actualidad se han hecho cinco rutas, de doce. En una de ellas, Mitoki se suicida.

2.  Tamiya es un cazador y se lo oculta Mitoki. Por eso es que en uno de los finales, asesina a todos los que… hacían… ejem, "eso" con Toki.

3. En todas las historias, los padres de Mitoki no aparecen, algo así como insinuando que quizás no tiene, dado a que es hijo del Emperador Demonio.  

4. (Bonus XD) Para escribir esta novela, estoy tomando varios elementos de las “rutas” de Mitoki. XD

Eso ha sido todo nwn, muchas gracias por leer. Y gracias a los reviews de Nickyu, LoshiieKT y los dos lindos anónimos que escribieron, los quiero un montón ♥

Traeré más noticias para la próxima.

Cuídense mucho mis corazones, y espero que ya suban los tres, para yo tratar de subir el mío. C:

Meiko Shion


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).