Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Juego De La Oscura Pasión por MeikoShion

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bonjour mon amour~ ♥

Espero estén muy bien… ~

No se olviden de leer las notas finales, ¿sí?  ^^

Sin más, ¡a leer! ~

VII

Sorpresas Inesperadas

 

Oh, no… no, no, no. ¡Qué no maldita sea! ¿Por qué el universo goza joderme la existencia? Oh, ya sé por qué… y eso se debe a que ya he gastado mi suerte de un año en encontrarme a Mitoki. Dicen: ‘no hay mal que por bien no venga’ Seré estúpido, pero esa mentira no me la creo ni estando ebrio, cosa irónica; porque odio el sabor del alcohol… a saber por qué.

Bueno, ya. No pensar estupideces, ¡concentración! Es justamente lo que necesito… probablemente estoy haciendo la mejor de mis actuaciones, y Mitoki también, lo sé porque en este momento he tomado su mano, como la buena pareja comprometida que intentamos parecer, y él, él está más concentrado en apretar mi mano de la forma más dolorosa posible, mientras esboza esa mirada cautivadora que ha dejado al tal Frederick sonriendo más y más.

—“Es bueno que esté de regreso, señor. Ha sido un enorme placer conocerlo”— dice Touko, poniendo de su parte, porque debo confesar que es pésima mintiendo.

Y aunque el hombre de negros cabellos le sonríe  por  un instante efímero, otra vez regresa la mirada hasta el lindo Kiryl. Ganas no me faltan para lanzarme a golpearlo, por causarle todos esos males a Mitoki, y por encima, mirar casi tan atontado como yo, al que se supone es mi prometido. 

—“Para mí ha sido también gratificante venir”— musita con elegancia, mientras le da un sorbo al té que sirvió la enanita —“Tenía mucha curiosidad de conocerlos, y no esperaba encontrarme con su prometido, Tamiya. Con todo el respeto que se merece, debo decirle que es hermoso”— ya no sé si mi risa es una advertencia, o ha sido por  ‘cortesía’. Y aunque Mitoki se sonroja un poco, sigue apretando mi mano con esa fuerza que no parece tener.

—“Lo es”— es lo único que alcanzo a responder, en medio de mi ira —“Aunque él es maravilloso de todas las formas, no sólo es hermoso, sino, muy listo además. Es lo que más me atrajo de Kiry…”— casi me río al observar la ira mal contenida de Chitoge.

—“Es tan bonito, como el prometido del Fray…”— dice Chitoge, logrando alertarnos a los tres. Sus sospechas son muy buenas, sabía que no estaba del todo engañada —“No sé que me gusta más, si sus ojos dorados y sus cabellos plateados, o su dulce forma de comportarse”— Mitoki se queda helado por un segundo, y luego se ríe dulcemente de eso.

—“Están hablando de muchas cosas que no comprendo”— pronuncia Mitoki, respirando entrecortadamente —“¿La Unión Sagrada? ¿La Orden de la Santísima Abadía? ¿Qué es eso? Además… ¿quién es Mitoki?”— mi amplia sonrisa maquiavélica al escuchar esto es impresionante. Mitoki acaba de actuar de la forma en la que esperaba, fingiendo ignorancia, porque eso fue lo que le dije a Chitoge; que él es un humano y que no está relacionado con La Unión.   

—“Mitoki  es mi prometido, se extravió  ayer en la noche, cuando  atacaron en el  Sagrado Convento”— dice con pesadumbre el Fray, mientras mira fijamente el contenido de la taza —“En un bosque cercano, encontramos su ropa destrozada y teñidas con su sangre, marcas que claramente él hizo. Lo vi cuando tenía doce años, él era una belleza… ahora debe ser el doble de hermoso, y el corazón se me estruja al pensar que tal vez no está vivo”— Mitoki lo mira fijamente… y a mí… a mí se me detiene el corazón por unos instantes.  

—“Lo sentimos mucho”— balbucea con fingida  pena Touko, y le agradezco infinitamente, porque ni Mitoki ni yo estábamos en condiciones para responder algo —“No quiero desanimarlo, pero si se refiere al bosque que está cercano al  Convento, ahí hay muchas criaturas oscuras que devoran almas y cuerpos en la noche. Espero ese no sea el caso de su prometido”— la cruda confesión de la enana planea avalar y reafirmar que Mitoki está muerto.

—“Es lo que quiero creer”— Frederick sonríe melancólicamente ahora, apartando su mirada de la taza y desviándola al suelo.

Con aquella frase que ha dicho, se pudo percibir claramente la pesadez en el ambiente. No sé si sentirme triunfante o condolido, es decir, él llegó a Mitoki con muchísima anticipación que yo… ¿qué hubiese pasado si ellos se conocían ayer? ¿Se habrían enamorado mutuamente? Mitoki le habría dado su primera vez para que sea especial… ¿a él?

No.

Me niego a creerlo, o más bien dicho, a pensarlo. No puedo perder contra él. Yo soy mejor hombre para Mitoki, que él. Y aunque un aura de poder increíble tiene, y aparte es guapo, no me puede hacer competencia en lo porfiado. Yo le gano en eso, y no me va a quitar a Mitoki…

¿Y si Mitoki decide  que le gustó Frederick? Él es bastante guapo, parece ser inteligente también… ¿qué mierda? ¿Por qué estoy preocupándome por esto? ¿Tanto miedo tengo de perder contra él? No, no tengo miedo de perder contra él. Lo que tengo es miedo de perder a Mitoki.   

—“Tami…”— murmura Mitoki, sacudiéndome un poco —“Tami… ¿qué sucede, cariño?”— parpadeo con la rapidez de un rayo, no, no voy a dejarme amedrentar por  esto. Definitivamente no voy a perder.

—“Nada, amor”— sonrío como tarado, enamorado y feliz por la forma en la que Mitoki me nombró—“Estaba un poco triste porque debe ser terrible perder a tu prometido”— miento, porque definitivamente no voy a perder a Mitoki.

Y aunque Mitoki me abraza aparentando tranquilidad, al tener su pecho tan cerca del mío… puedo sentir cada uno de sus latidos acelerados.   Otra vez mi hermanita sonríe, y Chitoge pone esa mirada furiosa mal fingida que me mostró en su oficina. Luego aclara su garganta suavemente y se dispone a hablar.

—“Lucen lindos juntos”— y para hacer más creíble su mentira, sonríe de una forma tan encantadora, que si no hubiese visto la mirada que puso antes, seguro me convencía —“Aunque fue inesperado… no sentí su presencia cuando llegué”— pronuncia pérfidamente, aun con la dulce sonrisita. Mitoki se tensa de tal forma, que ahora ha palidecido. No Mitoki, no ahora, tienes que fingir para que podamos estar juntos.

 —“¿Sientes mi presencia ahora, Chitoge? ¿O la de Touko?”— le pregunto, sonriendo confiadamente. Este era el plan, necesitaba que ella esté confiada de que con aquella frase iba a derrotarme, pero no… porque fue en lo primero que pensé al enterarme de su no tan grata presencia aquí.

—“A–Ahora que lo mencionas… no”— dice totalmente confundida, frunciendo el entrecejo.

—“Estás tan acostumbrada a mi presencia y a la de Touko, que no te diste cuenta de que las había ocultado hasta antes de qué llegues. Es lo que hago  con Kiryl todo el tiempo. Cómo te mencioné, involucrar a Kiryl en esto me pone enfermo, no quiero que nada le pase. Desde ahora, ocultaré nuestras presencias. Lo que le pasó al prometido del Fray fue terrible”—

—“No me va a pasar nada, cariño”— dice riendo Mitoki —“No tengo idea de que hablas, ¿presencias? Siento que todos están hablando en otro lenguaje… ¿me estás ocultando algo, Tami?”— ahora me maravilla con una hermosa escena de confusión, que luego se ha tornado en desconfianza hacia mi persona. Bien jugado, Mitoki. Te seguiré el juego, pero ni creas salir victorioso.

—“N–No amor… ¿cómo crees? Y–Yo… ¿ocultarte algo…?”— y luego de tartamudear eso; claramente a propósito,  río de una forma tan nerviosa que ni yo podía creerme.

—“Somos prometidos… ¡¿Y me estás ocultando algo?!”— dice fingidamente ofendido, pero por sus ojos, puedo ver que está tan divertido como yo —“Nos vamos a casar, ¡no tienes derecho a ocultarme nada!”— gruñe, y se libera de mi abrazo, mientras se aparta con pasos rápidos, para finalmente sentarse en un sofá que está muy alejado del que estábamos.

Cruza sus brazos y hace un mohín enfurecido, que si no recordaba que estamos actuando, me hubiese lanzado a robarle un beso a esos labios tan tentativos que tiene, los cuáles  cómo castigo, está mordiéndose de una forma que me pone mal y empieza a excitarme de a poquito.

Sacudo la cabeza. Tengo que hacerlo tan bien como él lo hace. Toca la escena del novio que le ruega a su dulce amorcito enfadado, y es lo que haré. Apenas he desviado los ojos hacía ellos, pero se encuentran mirando esto con los orbes excesivamente  abiertos, y con una incomodidad latente.

Empiezo a imaginarme cosas que me impulsarían a rogarle a Mitoki. No hacía falta rebuscar algo pasado, porque el simple hecho de imaginarlo yéndose con el tal Frederick ese, me deja patidifuso y agónico.

—“No, Kiry… mi amor, no te enfades”— digo con voz temblorosa, tiritando ligeramente al continuar en mi mente con aquella escena trágica de Mitoki abandonándome —“Tú sabes que te amo, pero hay cosas que no debes saber, por tu bien, Kiry…”— le ruego otra vez, tratando de abrazarlo, pero siendo gratamente sorprendido por Mitoki, que me aleja como si de verdad estuviese enfadado.

—“¿Por qué no puedo saber? ¿Acaso no confías en mí?”— solloza, cambiando el enfado por una tristeza tan terriblemente  real, que me dio una punzada en el pecho.

Lo abrazo, y ahora soy el único que tiene acceso a su mirada, yo estaba dolido por esa voz, pero al mirarlo fijamente, desde un ángulo que soy el único afortunado de tener sobre Mitoki, puedo ver su sonrisita que hace que mi corazón no duela.

—“Tú sabes que confío en ti. ¿Mis sentimientos no te llegan? Mi corazón late rápido por ti, lo eres todo para mí, eres el dueño de mi entero ser… ¿cómo no podría confiar en ti?”— articulo con la voz queda, porque es la única frase que no he inventado en nuestro improvisado guión. Esa frase me salió del corazón,  y Mitoki lo notó, no sólo por el rubor que su perfecto rostro adoptó, sino también, porque he sentido los rápidos e impetuosos latidos de su corazón.

Ahora qué estamos así… abrazados de esta forma, con nuestros cuerpos simplemente separados por la ropa, tengo unas ganas terribles de besarlo. Y es justamente lo que hago, porque ya se acabó el teatro, se acabó desde que le dije algo verdadero en medio de tantas falsedades. 

Un beso suave… tierno. Un beso que confirma lo que le acabo de decir, talvéz  él no está enamorado de mí, es algo verosímil, yo fui el único que cayó enamorado, pero definitivamente… lo amo. Es la única y absoluta verdad aquí.

Él no puede apartarse, porque Chitoge y Frederick nos están observando. El suave movimiento de sus labios con los míos me hace sentir en el cielo… qué estupidez, sentir ‘mariposas en el estómago’, cuando días atrás me hubiese reído ante la idea de un ‘yo, siendo romántico’ El karma supongo, yo me reía de los enamorados. Pero aquí estoy, besando con toda la pasión y terneza a la persona que se va ganando poco a poco mi corazón.

Todo se termina alguna vez, por ejemplo; nuestro oxígeno. Nos hemos separado tan poquito, que nuestros labios  todavía se rozan dulcemente. Quisiera apartarme, pero no puedo… otra vez llega el hipnótico efecto de aquellos coruscantes y bellísimos ojos verdes, esos orbes que me hacen quedar  boquiabierto  cual baboso, preso en sus redes, porque Mitoki es muy, muy bonito, quizás el no lo crea pero… ¡dios! Nada más que mire como me pone, de seguro si estuviese en mi lugar ya no me objetaría nada, al contrario,  tendría compasión de mí.

—“Te creo…”—  escucho apenas su susurro casi inaudible, ha deslizado suaves palabras en su lengua, dulces… tan dulces, que puedo sentir la calidez en ellas y su sonrisa sincera, mil veces más hermosa que la que fingía frente a nuestros ‘invitados’.

 En momentos como estos, los amantes se abalanzan a la cama, y terminan consumando el acto máximo de amor. ¡Pero no! Porque aquí estoy yo, aguantándome las ganas de poseer el sensual cuerpo de Mitoki, y todo porque tengo unos espectadores nada deseados, entre ellos la enana; quién se ha levantado de su cómodo asiento, y eso sólo para apartarme de Mitoki porque seguramente ya presintió mis oscuras intenciones.

—“Otra vez sus ataques amorosos…”— ríe Touko, mientras se sienta en medio de Mitoki y de mí —“Recuerden que tenemos invitados, ¿de acuerdo, Tami y Kiry?”— Mitoki ríe suavecito, mientras se levanta.

—“Creo que mejor me voy. No entiendo para nada de qué hablan, y no quiero discutir con Tami, o sí no, definitivamente vamos a terminar peleando y no nos casaremos nunca”— ¿puse la cara de idiota otra vez? Creo que sí, porque Chitoge está estupefacta, mientras intercala la mirada entre el bellísimo “Kiryl” y yo.

Finalmente, Mitoki se disculpa y se dirige hasta su habitación. Yo me quedo atontado, observando cómo se aleja, bamboleando sus caderas. Ah, maldita sea. Se está alejando de mí, de esa forma tan sensual; y lo peor de todo es que intencionalmente.

Trago saliva, y desvió la mirada una vez que semejante divinidad ha salido de mi campo de visión.

Y aquí vamos, otra vez con las molestias. Touko sonríe una vez más y se dirige nuevamente hasta ese sofá en el que estaba, antes de evitar que saltara sobre Mitoki.

Suspiro, y me siento correctamente, lo más erguido posible para no empezar a dormir, porque en efecto, si me aburro; me duermo, es un efecto instantáneo e involuntario.

Y aunque esos tres siguen hablando “animadamente”, a mí no se me apetece seguir el hilo de la conversación. Touko, mi adorable y malvada hermanita… se las apaña muy bien para distraerlos, porque muy bien sé que ella odia muchísimo a Chitoge, y de seguro a Chitoge también le desagrada Touko. Muy buenas actrices las dos, porque alguien pensaría que son amigas, por supuesto alguien que no sea yo, porque cuando están frente a mí, y nada menos que frente a mí, me dejan presenciar esas escenas de pelea que me entretienen, pero sólo un poco.

Enfoco un poco la mirada hacia ellos, y aunque el tal Frederick parece ser buena persona, no bajaré la guardia. Ahora, me limito a escuchar la conversación, y se trata de Touko inventando una pomposa y romantiquísima historia de cómo conocí a Kiryl. Qué fue en un viaje a Rusia que hicimos hace algún tiempo, y con el típico cliché de qué: ‘Kiryl y yo tropezamos, y el dejó caer sus cosas, que aparte se lastimó y lo ayudé a llegar a su destino’ cosa que no puede sonar más típica y estúpida, y peor con mi nombre incluido en la historia de romance, porque debo confesar que hasta he sido muy mal novio con las pocas mujeres que alguna vez llamaron un poco mi atención.

Pero no, resulta que ni Chitoge nota la farsa, porque o finge muy bien o en definitiva se ha creído el cuento que le inventó la enanita.

—“Fue ya desde hace mucho tiempo…”— murmulla Chitoge, torciendo la boca un poco y sonriendo de esa forma linda y bien mentirosa —“De seguro Tamiya está enamoradísimo”— ríe, aunque es una risa que está entre la mala gana y la resignación.

—“¿Lo dices por la cara de tarado que hace cuando ve a Kiryl? Siempre se pone así cuando están cerca”— ríe Touko también, porque ha logrado engatusarlos muy bien.

—“Eso supuse”— susurra Chitoge, un poco sonriente mientras bebe por primera vez el té.

—“Su prometido mencionó algo de matrimonio”— al fin habla el maldito, pero ha abierto la boca para decir algo que no me esperaba —“¿En cuánto tiempo se van a casar?”— y ahora, fija sus oscuros y penetrantes ojos sobre mí, cosa mala por qué me quedo sonriendo entre confundido e incómodo.

Abro un poco la boca, para inventar algo, algo momentáneo está bien para distraerlos mientras tanto. Y justo cuando logré emitir un pequeñísimo y casi mortecino sonido, Mitoki gritó desde arriba, diciendo que lo ayude con un horrible animal.

¿Salvado por la campana? No, diría. Eso fue obra de Mitoki, porque al parecer muy buen oído tiene, lo cual se suma ya a la larguísima lista de cosas que tiene a su favor, aparte de la belleza. ¿Cuáles eran? Sensual, hermoso, porfiado, elegante, una increíble puntería y ahora, ¿un excelente oído?

Gruño por lo bajo, porque otra vez me estoy distrayendo. Así que antes de olvidarme que mi agradable prometido está gritando que encontró “un monstruo”, es que subo casi corriendo las gradas, esperando que se trate de una mera broma y poder hablar de nuestra ‘futura boda’.

Lo malo, es que cuando entro a la habitación de Mitoki, lo veo sentado con una tarántula del tamaño de mi antebrazo en su cabeza. Y aunque retrocedo un poco, Mitoki no muestra ni un atisbo de miedo. ¿Estará en shock? Seguramente, porque debo decir que nunca le tuve miedo a criatura alguna, pero… ¿ese animal es realmente real? Se está deslizando lentamente, hasta quedar en el hombro de mi prometido, bajando más y más, hasta finalmente estarse frotando con la mano de Mitoki, quién sigue estático, mirándome.

—“No te muevas”— le ordeno, mientras tomo el objeto más cercano a mí, que claramente es un florero. Y aunque me acerqué silentemente hasta el animalejo de color azul, cosa que osa estar acosando a mi bellísimo prometido, en el justo momento en que iba a golpearlo, Mitoki detiene mi brazo, mientras me mira, aún callado.

La encarnación de Narciso se ríe y toma al ‘menudo’ bicho entre sus manos, mientras lo asienta en la cama.

—“Es mío”— susurra tan bajito, que hasta me acerco, para escucharlo mejor —“Es mío y se llama Goliath, así que si lo matas, no te dejaré besarme nunca más”— se ruboriza un poco, y desvía la mirada.

Algo debía tener Mitoki, algo que desencajase de tal forma en su aspecto dulce y agraciado. Resulta que ahora le gustan los artrópodos, pero no los normales como los coccinélidos, las mariposas, las luciérnagas o cualquier otro bicho de aspecto  inofensivo, sino, las mismísimas pesadillas de mucha gente; las tarántulas.

Pero más impactado estoy, no porque le guste ese bicho azulenco de aspecto peligroso, sino, porque me amenazó; diciendo que si mato al animal, no me va a dejar besarlo nunca más, ¿me quiere muerto o qué? No iba a matarlo desde que me dijo que era suyo, y menos ahora, con semejante amenaza impuesta.

Asiento lentamente con la cabeza, mientras me siento a su lado, observando con horror como el arácnido se acerca hasta mí. No les tengo miedo a las arañas ni a las tarántulas, pero ver uno de este tamaño exagerado me pone un poco nervioso.

—“No hace daño, es muy dócil”— susurra dulcemente Mitoki, y ahora, ahora me mira, como pidiéndome que mencione lo que pasó abajo.

—“¿Oíste lo que dijo el Fray?”— asiente con la cabeza, mientras se sonroja más y más —“¿Qué fecha le digo?”— le pregunto, y él se encoge de hombros.

—“La que a ti te guste”— responde sin más, ocultando su rostro, ahora rojo.

—“¿Mañana?”— sonrío divertido, y él gira otra vez el rostro, para mirarme fingidamente molesto.

—“No tan pronto…”— se queja, mordiendo sus apetitosos labios —“¿Te parece en tres meses? Tres meses serían suficientes para…”— se calla, y agacha la cabeza, dejando que esos cabellos purpúreos, suaves y sedosos tapen sus hechizantes ojos.

Lo único que se ve, lo que no logran tapar los bonitos mechones, son sus sonrojadas mejillas. Me hubiese gustado saber que seguía luego de “para…”, pero en fin, me tendré que conformar en que el mismo haya puesto la fecha para la boda.

Una boda… yo… ¿casándome con Mitoki? La idea es tan perfecta, que de tan sólo imaginarlo, empiezo a sentir una felicidad, que obviamente no debería tener, porque esa boda es parte de nuestro bien montado teatro.

—“De acuerdo. En tres meses”— acepto, observando al bicho ese trepar las paredes —“Y por cierto, no sabía que te gustaban los arácnidos”— levanta por fin su rostro y esboza una sonrisa feliz.

—“Tengo más, pero Goliath es mi favorito”— sonrío nervioso, imaginando inevitablemente cuantos más tiene. No lo juzgo, pero que gustos tan… peculiares. Bueno, menos mal su belleza compensa tan excéntrico gusto.

—“¿Quieres bajar?”— lo invito, y él parece dudar, pero otra vez sonríe de esa forma divertida que tanto me encanta, mientras se acerca al animal azul ese y lo toma entre sus manos, entregándomelo.

Respiro aceleradamente, ¡por dios, es enorme! Pero bien dijo que era dócil, porque en seguida, el arácnido se hace el muerto entre mis manos, encogiendo las patas y poniéndose tan tieso, que hasta pensé que murió de verdad.  Y con la mirada severa de Mitoki, está dándome a entender que no le haga daño o me las hará pagar.

Qué ironía. Un animal muy peculiar se ha unido a mi familia.

Mitoki baja corriendo, con cara de espanto, mientras se sienta al lado de Touko, fingiendo estar asustado. La pobre enana pelirroja mira confundida, intercalando la mirada entre mi sensual prometido y yo, tratando de adivinar que han acordado nuestras desequilibradas mentes que muy bien se complementan.

—“¡Es horrible! ¡Sácalo de la casa, no lo quiero ver!”— gruñe asustado, mientras se abraza a Touko. ¿Mi turno de bajar? Oh, creo que sí, porque todos miran atentos a las gradas, donde hago mi aparición con el bicho, que muy buen actor es; igual que su dueño.

—“Bastaba con que lo saquen de la casa, no debiste matarlo”— musita con lástima Chitoge, mirando al animalito que aparenta estar muerto entre mis manos  —“Aunque es enorme”— dice finalmente, notando el no tan desapercibido detalle de que en efecto el bicho es gigante.

—“No me quedaba de otra, Kiryl le tiene pánico a muchos insectos”— respondo, llevándome al animal hasta el exterior de la casa, y dejándolo muy cerca de la ventana, en dónde entró silentemente, sin siquiera que Touko lo note.

—“Mi prometido amaba los arácnidos”— dice Frederick, sonriendo divertido ante la escena.

No otra vez... ¡Maldito sea ese Frederick! Con cada cosa que dice, está dándome a entender que conoce a Mitoki muchísimo mejor que yo, cosa no del todo cierta.

No cuando él y yo…

—“Tami, espero que lo hayas aplastado bien. Odiaría pensar que tenga que ver uno de esos feos animales en nuestra habitación otra vez”— dice, haciendo un mohín disgustado, que otra vez me puso a delirar como idiota.

Y otra vez, se va el muy maldito. Dejándome con unas ganas inquietantes de besarlo en ese mismo instante y de hacerlo gemir.

—“No nos dijiste cuando se iban a casar”— dice mi nada agradable jefa, una vez que Mitoki ha desaparecido elegantemente de la vista de todos.

—“Tres meses. Nos vamos a casar en tres meses”— contesto, asegurando dicho acuerdo con una sonrisa. Chitoge gruñe otra vez, y Frederick sonríe con sorpresa. Y Touko, mi pobre enana quizás es la más sorprendida, aunque finalmente sonríe con alegría.

—“Felicidades”— dicen al unánime, aunque Chitoge lo ha dicho con mala gana, y Frederick, con una sonrisa.

—“Qué agradable velada. Ha sido un placer conocerlos. Desearía quedarme más tiempo a charlar, pero tengo que ir a revisar unos papeles… de verdad es una lástima”— dice con resignación el hombre de cabellos ébano, mientras yo niego, de hecho, ya esperaba que diga eso ni bien vino.

—“No, no. El placer ha sido nuestro. Son bienvenidos cuando deseen”— la educación por delante, la enanita lo tiene muy claro.

Finalmente, los acompañamos hasta la salida, y nos despedimos. Una vez que se alejan lo suficiente, Touko y yo suspiramos al mismo tiempo, volteando hasta la casa y caminando hasta la puerta.

—“¿Puedes explicarme que fue todo eso?”— dice, confundida y sonriendo. Enarco una ceja, sin saber que responder. Creo que ni yo lo sé. Me encojo de hombros, sin saber muy bien qué decir, todo fue improvisado.

Al entrar a la casa, observamos a Mitoki sentado, jugando con la tarántula, y cuando nos ve entrar, borra instantáneamente esa sonrisa y se sonroja, avergonzado.

—“Kiry… ¿estás bien?”— le dice Touko, mientras se sienta a su lado,  él simplemente la abraza.

—“Estaba muy asustado y… no lo sé, él me miraba mucho, además, tengo un mal presentimiento…”— se detiene y observa su mano, con nuestro anillo de compromiso.

—“¿Qué sucede?”— pregunta Touko, mientras le acaricia el cabello —“¿Algo te está inquietando?”— mi dulce prometido asiente lentamente con la cabeza —“Tranquilo, Kiry… no voy a dejar que te pase nada”— asegura, robándome la promesa que yo le hice mucho antes.

—“Por cierto…”— musito algo cansado, tomando asiento en uno de los sofás —“¿De qué trata ese sobre al que nos invitaron? No presté atención”— confieso, mientras la enana se separa de Mitoki y abre el sobre, mientras extrae una tarjeta elegante de color blanco marfil.

Mitoki se acerca y ambos comienzan a leer a prisa la nota, mientras esbozan una mirada más y más asustada.

—“¿Qué? ¿Qué sucede?”— pregunto fastidiado, porque ni siquiera me han pasado la nota para enterarme de que trata.

—“A–Al parecer… se consiguió un nuevo prometido…”— tartamudea Touko, y Mitoki sigue asombrado, sin despegar sus esmeraldas orbes de la nota.   

—“¿Qué?”— pregunto más confundido que antes.

—“Dice qué… estamos invitados a su baile… que será en honor a su prometido…”— me levanto, perplejo mientras tomo la invitación, y me dispongo a leer para desmentir tan pesada broma, pero no…

Resulta que es verdad.

La carta, hace una clara invitación al baile… en honor a su… ¿prometido?

Las verdes gemas se chocan con mis ojos y nos miramos. ¿Qué es esto?

Ese Fray era una molestia sin aparecerse, y ahora que se ha aparecido…

Oh, no…

Algo me dice que esto es una trampa… 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Oh, sí… Frederick está complicándole las cosas cada vez más y más, esperemos que nuestra dulce parejita pueda afrontarlo…

Por cierto, probablemente algunos no estén relacionados con algunos términos que Tamiya mencionó, por ejemplo: coccinélidos, lo puse así, porque he viajado a varios países en dónde se les dice de formas distintas, por ejemplo, mariquitas, vaquita de San Antonio, Tortolitas, jaja y no sabía cómo ponerles, para evitar inconvenientes, me decidí por ese. Y artrópodo, cuyo término abarca animales invertebrados dotados de un esqueleto externo y apéndices articulados; entre otros, insectos, arácnidos, crustáceos y miriápodos. 

En el anterior capítulo, ( y en alguna parte de este) se menciona a Narciso, en dónde les dejo la historia, porque wikipedia es amigo de todos XD ya os podéis imaginar porque Tami le dice así a Mitoki XDD 

Saliendo del tema, debo ofrecerles una gran disculpa. Al parecer los confundí terriblemente al contarles del manga… bueno, para ponerlo en palabras más sencillas, es un manga creado por la autora Nickyu, por eso es lógico que me comuniquen que no lo encuentran ^^UUU

En fin, yo este capítulo lo tenía hecho hace antes de que Nickyu actualizara el segundo XD, pero mi orgullo no me permitía volver, o no con las manos vacías.

Estuve buscando por mi cuenta la historia, en el grupo que les mencioné, pero resulta que los cosmos se alinearon para gozarse de mi pobre existencia. Pero en fin, de tanto buscar y buscar, conseguí otras historias, menos la que les conté. Pero bueno, el que persevera, consigue, ¿no? Y les traigo una hojita de la historia part1 (sí no lo pueden ver, escribidme para enviárselos  por correo ^^), para que vean que lo dije muy enserio xD, muchísimas gracias a Kami-Chan por ayudarme con la hoja, aunque al momento de ampliarla, se estropeó los sombreados y la letra de Nickii no es exactamente la mejor XD, pero como podéis ver, lo he editado de tal forma en que se pueda ver… XD No se nota mucho la diferencia, pero descargadas sí que se ve…

Ésta --> part1original es la hoja original, con la letra de la autora, pero al parecer se baja la calidad al momento de enviarla, y en fin, por eso notarán que hasta el color le he cambiado, para que se aprecie mejor. Honestamente, yo hubiese querido conseguir las que ella hacía con la tableta digitalizadora, pero las hojas hechas a mano no se quedan atrás y tienen un efecto más acogedor y adorable ♥ Repito otra vez, si queréis alguna de las dos páginas, no duden en decírmelo <3

Esa escena que observáis ahí, es de la tercera ruta de Mitoki, si no me equivoco, y al parecer, muestra en la justa escena en donde Hisashi (el que está junto a Mitoki) lo secuestra, para… ¡bueno, ya os podéis imaginar! XD Con suerte, Kami-Chan me ayudará en la búsqueda, así que si consigo más, las traeré~ Espero conseguir hard, de ser así, editaré gustosa cualquier cosa XD ♥

Muchas gracias por leer mis testamentos jajaj, y por leer la historia~

Del mismo modo, un enorme agradecimiento para LoshiieKT, Nickyu, Tenmakiel y a Anónimo ♥

Amo leerlos, así que son libres de escribir cualquier cosa <3

Cuídense mucho mis bombones y nos estaremos leyendo muy prontito >w<

Meiko Shion 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).