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Drive my car. por Galaxy Diamond

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Notas del capitulo:

Mil perdones por no haber actualizado antes. 

Jimin estaba en el despacho de Yoon Gi. Habían pasado más de cinco días y no se sabía nada de su hyung favorito. No lo decía, pero se dio cuenta de que lo extrañaba demasiado.

Trataba de hacer el trabajo que le habían encargado, sin embargo no podía alejar de su mente a Yoon Gi y sobre todo su mirada la última vez que se vieron. Era una mirada que le decía algo, pero no supo interpretar que era.

Miró la hora en su reloj, eran las ocho de la noche y ya tenía sueño, hambre, sed y bueno, quería irse a casa, pero estaba esperando a un amigo que había quedado de ir con él a cenar y luego al teatro. Quería olvidarse de Suga y la única forma era salir con alguien más.

Se puso su abrigo y luego salió hacia su coche que, como siempre estaba aparcado en la calle, encima de la acera. Se recargó en el cofre, esperando a que llegara su dichoso amigo que ya tenía como diez minutos de retraso.

─    “¡Maldito Jun, ya verá cuando lo vea!” – Maldijo en su fuero interno.

Entonces vio a un tipo que llegaba junto a él. Se puso en alerta pues aunque era una buena zona  donde estaba, no estaba exenta de robos o atracos. Pero el hombre solo lo vio, se subió el cuello del abrigo, y finalmente se alejó de Jimin.

Éste solo respiró aliviado.

─    Hola, Jimin. Disculpa el retraso, no me dejaban salir de la oficina, pero ya estoy aquí. – Jun llegó enfundado en su abrigo negro. Se veía muy lindo y Jimin sonrió pensando en lo parecido que era a Heechul de SUJU, pero no dijo nada, pues al menor no le gustaba que lo mencionaran.

 

─    Vámonos. No te preocupes, pero tendremos que cenar rápido. La obra empieza a las diez y debemos llegar temprano para que no nos aplasten los fans en la entrada. –

 

─    Claro, unas hamburguesas o algo simple. Lo que quieras, y por supuesto, yo invito. – Contestó Jun. Ambos subieron al automóvil de Jimin y se alejaron.

Unos ojos gatunos los vieron alejarse. Yoon Gi gruñó algo entre dientes y luego sin más, los fue siguiendo en su auto.

 

Llegaron al restaurante de comida rápida y pidieron dos combos de hamburguesas, papas y refrescos. Platicaron divertidamente mientras comían.

Se habían conocido apenas hacía unos días. SCoups los había presentado en la última cita de Jin y Jungkook al hospital. Como no siempre había estacionamiento, Jimin los llevó como chofer y los esperó afuera. Luego SCoups y Jun salieron junto con la parejita y entonces fue cuando le presentaron a Jun.

Platicaron por un rato y luego, mientras Jin y Kookie iban por unas medicinas, intercambiaron números telefónicos. Después de eso, Jun le habló tres veces, invitándolo a salir, pero Jimin no quería. Finalmente, esa tarde al fin aceptó.  

Así que ahora estaban dándose un verdadero atracón con hamburguesas, papas y refresco, para luego entrar al teatro y al final de la noche, quizás tener una buena noche de sexo. Al menos, ese era el plan.

 

Yoon Gi los había estado observando desde lejos.

Se auto recriminaba el ser tan estúpido de estar ahí, en la noche, como loco celópata viendo a Jimin con otro hombre, mientras comían hamburguesas y se reían como el par de estúpidos que eran, pero no podía evitarlo. Simplemente no podía dejar de mirarlos, aunque eso en el fondo le ocasionaba puro sufrimiento.

─    ¿Conque ya me olvidaste, verdad Jimin? – Le preguntó en voz baja, cuando vio que salieron y sin más, Jun tomó la mano de Jimin y éste se dejó hacer.

Caminaron así, tomados de la mano por una cuadra y entonces, cuando Jun se inclinó para darle un beso a su hyung, Yoon Gi no aguantó más.

─    ¡Aléjate ahora mismo o te romperé la cara, idiota! – Le gritó, ante el sorprendido Jimin.

 

─    ¡Hyung! – Le dijo Jimin, interponiéndose entre Jun y Suga.

 

─    ¿Y tú decías que te interesaba? No tardaste ni una semana en superarme, por lo visto. – Le recriminó Yoon Gi a Jimin.

 

─    No sé a qué te refieres. Pero ahora estoy con Jun y no quiero que nos interrumpas. – le contestó el menor, molesto por ver la actitud del otro.

 

─    ¿Te vas a ir con él? – Le preguntó Yoon Gi.

 

─    Sí. Vine con él, y me iré con él. Tú te largaste hace unos días y ni siquiera te dignaste avisar. Así que no sé qué tanto reclamas. – Le dijo, tan enojado que solo tomó a Jun de la mano y se alejó con él, dejando a Yoon Gi parado a media calle.

 

─    ¡Me lleva el…! – Gritó Suga, frustrado y celoso. Se fue a su casa y rumió toda la noche, por lo que imaginaba que Jimin haría con su nuevo amigo.

 

Sin embargo, Jimin no fue capaz de seguir con el engaño. Fueron al teatro y cuando la función terminó, lejos de lo que Jun esperaba, lo fue a dejar a su casa y luego se fue a la suya, frustrado y enojado contra Suga, que solo llegaba y le reclamaba, como si se mereciera una explicación.

 

 

Hoseok y Taehyung estaban en la casa del mayor. Después de que el muchacho hablara con sus padres acerca de su decisión y de lo que había hecho con Hoseok, la omma del chico le dijo que era mejor que se alejara de ella por un tiempo. El appa de Tae solo lo vio tomar sus cosas e irse de su casa, siendo recibido en la casa de su novio, Hobi.

Estuvieron cenando un poco de fruta, pues en verdad Taehyung no tenía ganas de comer nada. Su rostro estaba pálido y triste, sintiéndose muy culpable por todo lo sucedido.

─    Deja de culparte, Tae. Creo que lo que pasó ha sido lo mejor. -  Le dijo Hoseok, y entonces Taehyung lo miró con incredulidad.

 

─    ¿Acaso crees que lo mejor fue decepcionar a mi mamá y romperle el corazón? – Le preguntó incrédulo.

 

─    No es lo mejor, pero si lo más saludable. Tú y yo nos amamos. Y eso no iba a cambiar solo porque te ordenaras sacerdote, amor. – Le dijo, tratando de convencerlo, pero el menor se molestó.

 

─    Nunca pensé que fueras tan egoísta, Hoseok. – Lo miró molesto.

 

─    Sí, soy egoísta porque te amo. Te quiero conmigo porque sé que tú me quieres junto a ti, así que sí, soy egoísta, como lo deberías de ser tú. –

 

─    Pero yo no puedo ser así. Tengo familia y ellos… ellos ahora me odian. – Terminó, a punto del llanto.

 

─    No te odian. Tu madre está enojada, pero ya se le pasará. Y cuando se le pase, podrán hablar con calma y entonces sí, todos felices. – Lo miraba sonriendo. Taehyung seguía serio, sintiéndose mal.

 

─    Creo que… que mejor me voy a dormir. – Le contestó, tratando de no pelear.

 

─    Vamos a dormir. – Le dijo, mientras lo abrazaba, pero el menor estaba molesto, así que solo le pidió.

 

─    ¿Puedo dormir solo? –

 

─    Pero… -

 

─    ¿Por favor? –

 

Hoseok se dio cuenta de que Taehyung necesitaba un tiempo a solas, así que lo llevó de la mano a la habitación.

─    Usa mi recámara. Yo dormiré en el sofá. – Le dijo y haciendo una suave caricia en su mejilla, se dio la vuelta y lo dejó solo en la recámara.

Llevaban por lo tanto, cinco noches durmiendo así, separados pues ambos tenían varias cosas para reflexionar y esperarían para volver a tener sexo.

 

Jin y Jungkook tenían una relación perfecta. Se amaban y cómo vivían juntos, podían hacer el amor todos los días, o cuando quisieran.

No dormían juntos, pero a veces, se besaban o bien, se acariciaban suavemente, y luego, sin más, terminaban juntos, sin poder evitar necesitar la piel del otro.

─    Te amo  tanto, Jungkook. – Le dijo Jin en el oído, abrazándolo y con cariño.

 

─    No me amas más de lo que yo te amo a ti, hyung. – Le contestó, mirándolo con sus ojos brillantes y su carita de ángel.

 

─    Sigamos entrenando. Quiero llegar a la cima del Everest tomado de tu mano. Quiero conseguir esta meta junto a ti. –

 

─    Lo haremos, hyung. – Lo miró y sonrió. - ¿Y Suli? –

 

─    ¿Qué con ella? – Le preguntó mientras acariciaba suavemente su espalda.

 

─    ¿Piensas llevarla? –

 

─    Pues no. Ahora no me habla. – Le respondió y luego le dio otro beso. – No seas celoso. Solo te amo a ti, y lo sabes. –

 

─    Si, lo sé. Pero ella… ella te gustaba mucho. Tú me lo dijiste. –

 

─    Bueno… quizás me gustaba, pero no la amé jamás, nunca podría amar a alguien tan malvado como para amenazar a alguien y a su mamá. –

 

─    Lo sé. – Sonrió. – Eres un hombre muy bueno, Jin. Es una de las razones por las que te amo tanto. –

 

─    No soy bueno, pero no puedo tolerar la maldad solo porque sí. –

 

─    No era porque si, ella quería tenerte para ti, como yo te tengo ahora conmigo. – Se pegó más al mayor, y lo besó en el cuello. – Por eso me odiaba. – Siguió besándolo, haciendo que Jin cerrara los ojos por el éxtasis que sentía.

 

─    Jungkook. – Susurró, sintiéndose excitado nuevamente.

 

─    Jin. – Bromeó Jungkook, notando la erección de su hyung, señal inequívoca de su excitación.

 

─    Solo quiero amarte. Todo el día y toda la noche. Eres… eres demasiado para mí. – Le dijo, acariciándolo por todos lados.

 

─    Solo soy lo suficiente para ti, solo eso. – Y continuó girando sobre su hyung, haciéndolo perder la razón poco a poco.

 

 

Jimin despertó por la mañana con dolor de cabeza. Había llorado un poco, pensando en Yoon Gi. Pero luego decidió que debía olvidarlo.

La aparición de su hyung, así de repente, era una señal de que solo jugaba con él. No era posible que se fuera, dejando el trabajo tirado, para luego aparecer de pronto y sin ninguna razón, interrumpiendo su cita con Jun.

─    Está loco. – Decidió. Se levantó de la cama y luego tomó una ducha que mejoró su cabeza. Desayunó fruta y un poco de cereal, para finalmente, lavarse los dientes e ir al trabajo.

Cuando llegó, Jin, Hoseok, y Nam Joon discutían los detalles finales de la obra.

─    Suga regresó. – Les dijo, sin más.

 

─    Si, lo sabemos Jimin. – Le dijo Hoseok y entonces Suga apareció de pronto, bajando del piso superior.

 

─    Entonces ya no hago falta. Seguiré con mi trabajo. – Determinó el menor, saliendo del lugar, pero Jin lo llamó.

 

─    Espera Jimin. –

 

─    ¿Qué sucede, hyung? –

 

─    Has hecho un excelente trabajo, Jimin. – Le dijo Suga, mirándolo directamente a los ojos. El menor solo lo miraba, confundido.

 

─    Suga dice que tú debes continuar con su trabajo. Él solo vino a recoger sus cosas. – Explicó Nam Joon.

 

─    Me marcho definitivamente de la empresa. Vendan mis acciones o hagan lo que quieran con ellas. – Les dijo a todos los presentes, causando el asombro de ellos.

 

─    ¿Te vas? -  Preguntó Jimin sin dudar.

 

Su corazón estaba herido al pensar en que dejaría de ver a su hyung para siempre, y eso causó que sus ojos le ardieran, pero trató de aguantar las ganas de llorar.

 

─    Sí, me voy. Me doy cuenta de que no hago falta aquí y estoy cansado, muy cansado. – Les dijo a todos, pero miraba a Jimin.

 

Éste solo lo miró fijamente, pero luego, decidido a no suplicar ni a dejar que vieran su dolor, solo se dio la vuelta y se alejó para continuar con su trabajo.

 

─    ¿Qué sucede, Suga? Tú no eres así. Eres un hombre fuerte y acostumbrado a enfrentar los problemas no a huir de ellos. – Le dijo Jin.

Hoseok fue tras Jimin, dejando a Suga con Jin y Nam Joon.

─    Solo es cansancio. Como les dije, me doy cuenta de que realmente no hago ningún trabajo trascendente, cualquiera puede hacerlo. Ya ven que hasta Jimin que no es arquitecto, ha podido hacerlo igual de bien que yo. –

─    No te sustituye, solo hizo el trabajo que era necesario terminar. Pero no pretendimos que él ocupara tu puesto. –

─    Pues lo hizo muy bien, por lo visto. –

─    ¿Y por eso te vas? –

─    No, es que… - Pero no les diría que había descubierto que su orientación sexual era diferente después de haber conocido a Jimin. No aceptaría frente a sus amigos de años, que ahora le gustaban los hombres.

─    ¿Es por Jimin? – Preguntó Jin.

─    ¿Qué con Jimin? –

─    No sé. Tú dime. – Le respondió Jin, sin querer ayudarlo en nada. Suga mismo debía aceptar lo que sentía.

Entonces sonó el teléfono de Nam Joon.

─    Ahora vuelvo. – Les dijo para salir a contestar pues la señal era muy pobre ahí dentro.

─    ¿Tanto te afecta la presencia de ese chico? – Volvió a preguntar Jin.

─    Sí. – Aceptó por fin. – Me afecta de uno modo que… que jamás pensé que lo haría un hombre. Ahora solo sé que no puedo ni quiero dejarme llevar por éste sentimiento que para mí es tan… tan repugnante. –

Jin lo miró y solo sintió lástima por él. El hecho de que él mismo fuera homosexual, lo hacía sentir empatía por Suga, pero no podía ayudarlo si él mismo se negaba a aceptar sus sentimientos.

─    Si yo fuera tú, trataría de aceptar lo que siento. – Le sugirió.

─    Pero… pero Jimin es un hombre. Y no, no quiero tener un novio que sea hombre, no es normal, ni va conmigo. –

─    Esa es una tontería. Solo acepta que lo amas y ya, lo demás es lo de menos. – Le dijo sonriendo. – Jungkook y yo somos novios y no sabes lo feliz que soy desde que estoy con él. – Le confesó.

─    Pero Jin. Jungkook es un muchacho y tú también. ¿No se te hace raro acariciar un cuerpo masculino igual al tuyo, con pene y todo lo demás incluido? –

─    No se me hace raro… se me hace muy excitante. – Le dijo, sonriendo con lujuria, pues recordó a Jungkook y como siempre, su imagen lo enervaba.

─    Hyung, deja de sonreír de ese modo tan… pervertido. – Lo reconvino, pero Jin solo lo miró.

─    Pues tú te estás perdiendo de algo que no tiene ninguna complicación, pero es tu vida y tú decides. Por lo pronto, espera a que sea la inauguración del edificio y luego podrás deslindarte de la empresa y ver lo que haremos con tus acciones. Creo que eso no es pedir demasiado. – Le sugirió.

─    Está bien. – Le contestó y luego vio a Jin bajar la escalera, mientras Jungkook lo esperaba abajo.

Analizó la relación de sus amigos. Se veían como dos muchachos que se querían mucho e incluso se protegían mutuamente.

─    ¿Cómo diablos pudo pasar esto? – Se cuestionó a sí mismo. Luego se talló los ojos con la mano y al darse la vuelta, se encontró con un Jimin que lo miraba. Su rostro tenía un gesto de dolor y enojo al mismo tiempo.

─    ¿Por qué, hyung? – Le preguntó sin más. Su rostro aniñado, se veía tan triste que Suga se sintió mal, como si fuera un ser perverso.

─    ¿Por qué, qué? – Le contestó con otra pregunta.

─    Por qué te vas. ¿Tanto me odias que prefieres irte de tu empresa? – Lo cuestionó, sin querer escuchar la realidad, pero al mismo tiempo, deseando acabar de una vez con todas sus dudas. Su voz sonaba a punto de romperse y Suga se dio cuenta de esto.

─    No, Jimin. No te odio. – Le contestó con absoluta sinceridad. – Es solo que… que… ahora no me siento con ganas de seguir con esto y… - Pero fue interrumpido con otra pregunta más.

─    ¿“Esto”? ¿A qué te refieres cuando dices “esto”? – Preguntó Jimin, con su mirada fija en él.  

Pero Suga ya no pudo contestar. Solo miró al menor quién tenía el rostro contrariado. Sus hermosos ojos oscuros brillaban por las lágrimas contenidas y de pronto, dos gotitas resbalaron por sus mejillas.

─    ¡No, Jimin! ¡No es por ti, te lo aseguro! – Lo quiso consolar, pero Jimin solo se hizo para atrás. Negaba con la cabeza, y luego, alejándose rápidamente, bajó las escaleras para huir, literalmente, de su hyung.

─    ¡Jimin, no te vayas, Jimin! – Le gritó, pero el menor no se detuvo.

 

Jimin corrió hasta su vehículo y entró ágilmente. Luego,  encendió el motor y salió disparado. No deseaba estar por más tiempo ahí, donde lo habían lastimado tanto, solo quería encontrar un lugar para dar rienda suelta a su dolor y para dejar salir las lágrimas que sabía que no podría contener por más tiempo.

 

 

Taehyung tomó sus cosas y, dejando una nota en la mesa del comedor, abandonó el departamento de Hoseok.

Se sentía muy triste, solo y deprimido, pero no quería estar más tiempo ahí, como si estuviera bien haber roto las ilusiones de su omma y su appa.

No quería estar disfrutando de la vida, mientras sus padres lloraban por un deseo insatisfecho, en el cuál él era el culpable.

─    Hasta luego, Hobi. Te amo, pero no puedo estar aquí ahora. No puedo aparentar que todo está bien, cuando no es así. – Le dijo a la pared, pues el mayor se había ido a trabajar y ni siquiera se imaginaba lo que estaba sucediendo.

En la nota, le explicaba todas sus razones y le pedía perdón por dejarlo así, sin darle la cara, pero también le decía que si lo miraba otra vez, no tendría el valor de irse como lo debía hacer.

Así que simplemente cerró la puerta y se alejó.

Tomó un camión para irse a Daegu. No se ordenaría con sus demás compañeros, pero estaría ahí, porque era una misa especial y la ceremonia en si era preciosa. Así que decidió ir a disfrutar de ella.

Subió al camión y sin más, se durmió, mientras el camión lo llevaba a su destino.

 

 

Al medio día, Hoseok le llamó a la casa, pero nadie contestó, entonces lo llamó al celular, pero el menor no le respondió el llamado.

Con un mal presentimiento, regresó a su departamento y al abrirlo, de inmediato vio la nota en la mesa del comedor. Aventó las llaves al sofá y tomó la nota, aún antes de quitarse el abrigo.

─    ¡Taehyung! – Lo llamó, pensando que seguía ahí y lo esperaría en la habitación, pero no había nadie en el departamento. Entonces abrió la nota.

Se sentó en el sofá, para leerla con calma, aunque adivinaba que no sería nada agradable.

 

La leyó por tres veces. No podía entender del todo las palabras. Solo leyó, “adiós”  y “debo alejarme de ti”  y el resto de la nota se le hizo imposible de comprender.

Sabía que el menor tenía sus razones. Pero no las quería leer. Simplemente no podía darle la razón cuando se alejaba de él de ésta manera tan… cobarde. Sin siquiera darle la cara y enfrentarlo.

─    Me abandonó. Taehyung me abandonó. – Susurró lentamente y luego, rompió la nota con furia desmedida. – ¡Pues vete al carajo, Taehyung! – Gritó lleno de enojo, aventando los papeles al suelo.

Tomó su abrigo y volvió a salir del departamento, para dirigirse al primer bar que encontrara abierto.

─    Si tú puedes abandonarme sin que te importe una mierda, yo también podré. Te borraré de mi mente con la primera mujer que encuentre en el bar. Tendré sexo con ella y luego, le pediré que sea mi novia. – Le decía al recuerdo del menor.

Bajó del coche y entró al antro, dispuesto a cumplir lo que decía. Se sentó en la barra y ahí, vio a una chica hermosa de cabello negro y largo, con un cuerpo bien delineado.

La muchacha estaba sola, y se veía muy tierna. Así que solo se sentó junto a ella y la miró.

─    Un whisky doble – Ordeno al barman.

─    A la orden, señor. – Le dijo el hombre, mientras le servía de manera rápida la bebida.

─    Buenas noches, hermosa. – Le dijo, coqueteando abiertamente.

─    Buenas noches. – Le dijo la chica, sonriendo tímidamente. En cierta forma, le recordó a Taehyung por su timidez. Pero borró esa imagen de su mente.

─    ¿Estás sola aquí? – Le cuestionó.

─    Sí. Bueno, espero a mi hermana, pero no llega. – Le contestó, mirando la hora.

─    Pues mientras tanto, te haré compañía… preciosa. – Le dijo, mirándola seductoramente.

La muchacha lo miraba, sintiéndose subyugada por Hoseok y su varonil presencia.

Estuvieron hablando por un rato, hasta que llegó la hermana de la chica.

─    Mi nombre es Sara. Mi número telefónico está aquí. – Le dio una servilleta a la que, antes de darsela, le dio un beso. Luego le sonrió y se fue con su hermana.

─    Te llamaré, hermosa Sarita. – Le dijo. Llevaba como tres copas de Whisky y se sentía de ánimo para seguir buscando a una persona que sustituyera a Taehyung en su corazón, pero no podía evitar mirar a todo el mundo dentro del bar y no sentirse extraño sin Tae.

─    ¡Maldición, sal de mi mente, ahora! – le gritó, pareciéndole un loco a los demás.

─    ¿Algo más, señor? – Le dijo el hombre del bar.

─    No, mejor me voy. – Le pagó y luego, trastabillando, salió del bar.

Cuando iba a subir a su coche, una mano lo detuvo con fuerza.

─    No te irás manejando así, Hoseok oppa. – Le dijo Sara, quién lo había visto salir sin poder casi tenerse en pie.

─    ¡Sarita, eres tú! -  Sonrió feliz.

─    Sí, soy yo. Vamos, te llevaré a mi casa y mañana, sobrio, regresaremos por tu coche. – Y lo subió a su automóvil, para llevarlo sano y salvo a su propio departamento. 

Notas finales:

Hola. 

Soy una irresponsable. 

No había actualizado, pero no fue porque no quisiera, sino por los problemas del cambio de casa y de que solo estoy yo, prácticamente para sacar y acomodar todo. 

Disculpen. 

Sé que eso no cuenta mucho, pero es lo único que les puedo decir y que trataré de que esto no vuelva a pasar. 

De todos modos gracias por leer y si pueden comentar, pues qué mejor. 

BESOS. 


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