Al día siguiente, Taehyung acudió a la cita que tenía con los miembros del despacho de Jin.
Éste, como director del despacho y responsable legal de los asuntos de la firma, creyó prudente que la reunión fuera en su casa, en la biblioteca, donde tenía un escritorio bastante grande y los asientos necesarios para que todos los presentes se reunieran.
Estarían presentes los cuatro accionistas del despacho de arquitectos, Taehyung, su abogado, y el abogado del bufete de BTS, nombre que le habían dado a su empresa arquitectónica.
El muchacho Kim llegó muy serio, acompañado del licenciado Bang, abogado de su padre y ahora suyo. Ambos iban susurrando en voz baja.
Hoseok estaba sentado en una silla muy alejada de la de Taehyung. Éste había saludado a todos en general, pero ni siquiera lo miró. Era evidente su enojo.
Jin los sentó a su derecha, primero el abogado y luego Taehyung. Después de éste estaba Nam Joon, Suga, Hoseok de su lado izquierdo, y finalmente su propio abogado.
- Buenas tardes a todos. – Comenzó Jin, presidiendo la reunión.
- Buenas tardes. – Saludaron los demás.
- Taehyung, queremos exponerte los proyectos que tenemos propuestos, esperamos que con esto te des cuenta de que ustedes también saldrían beneficiados, si continúan trabajando fusionados con nosotros. –
El muchacho lo miró, y luego asintió, pero no dijo nada. Su mirada era inteligente, no estaba enojado ahora, y quería saber más sobre los proyectos que su appa ni siquiera había alcanzado a ver.
Nam Joon y Yoon Gi expusieron de manera rápida, los ocho proyectos que les habían propuesto hasta ahora. Los ocho eran muy interesantes y sobre todo, convenientes desde el punto de vista económico.
- Y finalmente, queremos demostrarte con éste plan de negocios a dos años, que si te decides a quedar con nosotros, tus ganancias se podrían cuadruplicar. – Terminó Jin.
La sala estaba silenciosa. Taehyung no sabía nada de arquitectura y la contabilidad se le hacía complicada, pero se lo habían explicado de una manera tan fácil y simple, que entendió que la fusión con la empresa BTS era algo que le redituaría muchas ganancias.
Sin embargo…
- Gracias por la explicación. Fue muy buena. – Dijo con una semi sonrisa a Nam Joon y Yoon Gi, y éstos, solo correspondieron con una leve sonrisa. – Como todos saben, ayer el licenciado Bang me dio una hoja con la lista de los pendientes que tenía mi padre, antes de morir. – Les dijo, mirando a todos, pero específicamente a Hoseok. – Y en esa lista, lo primero era separar a las empresas Kim del despacho de ustedes. – Les dijo finalmente. – Me gustaría mucho hacer que la última voluntad de mi padre se cumpla. – Decidió.
Todos guardaron silencio, decepcionados y frustrados. Yoon Gi solo resopló. Estaba cansado, pues había pasado la noche entera simplificando en diapositivas todos los proyectos, calculando ganancias, y gastos, en fin, amaneció y él seguía preparando todo para que éste muchacho ignorante, pudiera entender.
Y, al parecer no había servido de nada.
- Sin embargo. – Continuó Taehyung, volviendo a ganar la atención de todos los presentes. – Hay algo que me podría convencer de invertir con ustedes por otros dos años, y que incluso podríamos hacer un acuerdo por más tiempo… digamos… unos cinco años. – Les propuso y todos se pusieron derechos sobre sus asientos.
- Lo que sea, Taehyung. Haremos lo que sea necesario. – Le dijo Jin, tratando de no sonar demasiado desesperado.
- Saquen a Hoseok de la empresa. Esa es mi condición. – Les soltó, haciendo que todos se miraran entre sí.
Hoseok miró a Taehyung y sonrió, aunque el menor seguía mirándolo muy serio. Comprendía muy bien lo que pasaba y entendía la posición del chico. Se levantó y dijo:
- Me retiro. No se preocupen, chicos. – Les propuso, caminando lentamente hasta la puerta, sin embargo, una voz lo detuvo, la voz de Yoon Gi.
- Un momento. – Le dijo, y todos lo miraron a él.
- Necesitamos hablarlo entre nosotros. El hecho de sacar del grupo a uno de los miembros principales, es algo que solo nosotros podemos decidir. Nadie más. – Le dijo a Taehyung, mirándolo fijamente.
- Como quieran. Yo esperaré por su decisión, creo que ustedes son los que tienen prisa, yo no. – Les dijo, levantándose de su asiento, junto con su abogado. – Cuando decidan, hablen con mi abogado aquí presente. Yo no estaré disponible por unos días. – Les dijo, tratando de salir lo más rápido posible.
Ni siquiera esperó a que les dieran de cenar. Solo quería salir de ahí, lo más rápido posible, pues sentía que cada palabra que les dirigía, era una traición a su appa.
- ¡Maldito mocoso! – Comentó Nam Joon, muy molesto.
- Por favor, ni lo piensen. Yo me voy del grupo, así ustedes podrán firmar con él. – Les dijo Hoseok, triste.
- No vamos a hacer la voluntad de un mocoso junior que solo quiere fregarnos la vida. – Intervino Yoon Gi.
- Somos un grupo. Cuando creamos el despacho, prometimos apoyarnos en las buenas y en las malas. Si vamos a hacer algo, que sea por votación, como siempre. – Dijo Jin. - ¿Quién vota por que Hobi salga del despacho? – Esperó, mirando a sus amigos, y poco a poco se dio cuenta de que nadie iba a votar a favor de eso. Entonces sonrió. – Como lo esperaba. Hobi se queda y las empresas Kim… que se jodan. – Les dijo, haciendo que los demás sonrieran.
Abrieron una botella de champaña, conscientes de que era el último lujo que podrían darse en mucho, mucho tiempo.
- Gracias, chicos. Yo… yo no sé qué decirles, pero solo quiero que sepan, que se los agradezco mucho. Su apoyo justo ahora, me es muy querido. – Les dijo Hoseok, mientras sonreía feliz al ver que sus amigos eran amigos de verdad.
Jin llamó a Jungkook para que brindara con ellos. Era el único con una pareja estable y aunque todos los miraban raro, en el fondo de su corazón lo envidiaban por haber encontrado a esa media naranja que lo hacía tan feliz.
El licenciado Bang llamó a Taehyung por teléfono una vez que Jin lo llamara a él, para informarle que habían decidido dejar a Hoseok en la empresa.
- ¿Con que decidieron apoyarlo? Entonces por favor, envíeles el finiquito del contrato. En una semana regreso para firmar el documento. – Iba camino a Daegu, pues le urgía realmente, hablar con su amigo.
- Tiene que firmar para que se pueda hacer el cierre, Taehyung. – Le dijo Bang.
- Yo les avisé que saldría de Seúl, así que tendrán que esperar. Regreso dentro de ocho días, mientras pueden hacer el papeleo y creo que habrá que hacer una auditoría, para que las cosas sean lo más transparentes posibles. Cuando regrese, revisaré los papeles. Gracias licenciado Bang. – Le dijo y cortó.
El licenciado Bang les informó que durante la semana irían los contadores de las empresas Kim para hacer la auditoría de la empresa fusionada. Cuando Taehyung regresara, se firmaría el fin de la sociedad.
- Está bien, licenciado Bang. Esperaremos a sus contadores mañana a primera hora. – Le dijo Jin y después de despedirse educadamente, cortó. Jungkook lo miraba y Jin lucía muy preocupado.
- Se acabó, entonces. – Le dijo.
- Si, se acabó. Apenas acaban de anunciar por la televisión la separación con los Kim, y cuatro de los ocho proyectos, se fueron al diablo. – Le informó al menor.
- Cuatro. Son muchos. – Comentó Jungkook.
- Sí, pero espero que esos sean todos o… - Pero se interrumpió, pues llegó un fax de otra empresa, cancelando el trabajo con ellos. – Cinco. – Dijo, sonando algo desesperado.
Jungkook se puso detrás de Jin para darle un suave masaje en los hombros. Estaba preocupado por su hyung, pues sabía que para él, la empresa BTS era demasiado importante.
- Tranquilo, amor. Ya verás que las cosas se resolverán. – Le susurró detrás de la oreja, haciendo sonreír a Jin.
- Puedo aguantar lo que sea, siempre y cuando estés conmigo. – Lo miró con fuego en la mirada.
- Saldremos adelante. Habrá que conseguir más proyectos, pero lo harás. Ya verás. – Le dio ánimos.
Hoseok tocó la puerta y luego entró, con la mirada triste.
Desde el día que habló con Taehyung, su mirada y su rostro habían perdido ese brillo que le era tan característico. Se veía cansado y desanimado también.
- ¿Cómo va todo Jin? –
- Hasta ahora van cinco empresas. – Le informó, mostrándole el fax de la última. – Solo tendremos tres proyectos. La cuestión es que podamos terminar los trabajos, pues sin el apoyo de los Kim, carecemos de materiales, contactos con las constructoras, en fin, me parece que dependíamos demasiado de ellos. –
- Si, hyung. – Dijo Hoseok. – Creo que lo mejor será que me vaya. De verdad, no quiero que ustedes paguen por un error mío. – Le comentó de nuevo.
- Y ya te dijimos que no te puedes ir así como así. Eres parte de los accionistas y no te irás solo por un capricho de Taehyung, o de su padre. – Le contestó molesto.
- Pero hyung… - Iba a protestar, pero Jin solo lo miró enojado.
- Ya basta de discutir sobre esto. Mejor ponte a llamar por teléfono a nuestros proveedores y las constructoras para que nos envíen el material que necesitaremos. –
- Claro, ahora mismo. – Y Hoseok salió de la oficina. Jin miró a Jungkook y en su rostro se reflejaba más que claramente, la molestia que Hoseok le causaba.
Jungkook lo vio mirándolo y solo se giró, para no mirar a su hyung.
- ¿Qué ocurre, Jungkook? –
- Ya sabes. No lo soporto. – Le respondió. Luego suspiró y agregó. - Debo ir a la universidad, regreso por la tarde. – Le dio un beso en los labios y luego se fue, sabiendo que Jin se quedaba ahí, tratando de resolver todos los problemas que el tonto de Hoseok había causado.
Mientras tanto, Jimin miraba las noticias desde Busan y muy sorprendido, escuchó que hablaban de la separación de las empresas Kim con el bufete de Yoon Gi.
Se sintió mal por ellos. Sabía que los Kim eran lo que de verdad soportaban todo el peso de los proyectos que se hacían y que, si se separaban, les causaría un grave daño, quizás irreversible. Probablemente el despacho tendría que comenzar de cero.
- ¿Supiste la noticia, Jimin? – Le preguntó Owol cuando lo vio en su oficina, tratando de contactar a Jungkook.
- Sí, quiero hablar con Kookie para que me diga lo que pasó. – Pero el teléfono del menor no contestó y al fin, Jimin lo dejó para después.
- Pensaba que era una sociedad bien afianzada. Cuando estaba con ellos en las juntas, el señor Kim hablaba maravillas de ellos. ¿Qué habrá pasado? – Preguntó Owol. Luego miró a Jimin y sonrió. – Vamos a cenar. – Le propuso.
- Claro, termino con esto y nos vamos. – Le respondió sonriendo.
Llevaban tres días en Busan y como tenían demasiado trabajo, no habían platicado de nada personal. Owol pensaba esperar al fin de semana para invitar a Jimin a conocer Busan. La ciudad era hermosa y cerca había una playa muy popular.
Observaba a Jimin algo serio, y en general, algo triste. Comprendía que el menor aún se sintiera herido por Suga, pero esperaba que al pasar el tiempo, las cosas cambiaran.
Yoon Gi estaba en su despacho, viendo como se iban desmoronando uno a uno, los proyectos que con tanto trabajo había realizado.
Tenía planes de comenzar a construir una hermosa casa en un terreno que había comprado en Busan. Era un proyecto que tenía desde niño, y ahora, no lo podría realizar debido a las pérdidas que tendrían que enfrentar.
No culpaba a Hoseok. Sabía que su amigo luchaba contra el sentimiento de culpa que lo agobiaba, pero también se daba cuenta que había actuado honestamente al ir a decirle personalmente a Taehyung lo que había sucedido, aun cuando pudo quedarse callado, tranquilamente.
Caminó hacia el despacho de Hoseok y lo vio ahí, tratando de convencer a las diferentes fábricas de cemento, ladrillos y el resto de material de construcción para que les vendieran a buen precio. Pero al parecer eso no estaba funcionando.
- ¿Qué sucede? – Le preguntó cuándo al fin lo vio colgar el teléfono, sentarse en su silla y tomar su rostro con las manos, en una actitud desesperada.
- Nadie quiere vendernos nada. –
- ¿Por qué? – Preguntó Suga, sin saber el motivo.
- Pues porque Taehyung les ofreció un cincuenta por ciento de sobre precio para sus productos, con tal de que no nos los vendieran a nosotros. Por eso. – Le explicó simplemente.
- ¡Maldito mocoso! – Gritó Suga, odiando al menor.
- Quiere destruirme. Es obvio. Y también es obvio que si me quedo con ustedes, terminará con el despacho y eso no lo podemos permitir. Me voy. – Determinó y se levantó de la silla, para comenzar a guardar sus cosas en una caja.
- No te irás. Eres parte del despacho. No te dejaremos. – Le dijo, tratando de convencerlo.
- No soy tan egoísta, hyung. Si me quedo, de verdad, las empresas Kim no les dejarán hacer ningún negocio. Firmen con ellos y tendrán lo que pidan. Durante cinco años, podrán hacer todos los proyectos que quieran. –
- Eso no es lo importante. No podemos permitir que él nos manipule con estúpidos chantajes y competencia ilegal. No lo permitiremos. – Le dijo y Jin se acercó, motivado por los gritos de ambos.
- ¿Qué sucede, pareciera que se quieren matar? –
- Taehyung, el muy hijo de… nos está quitando los proveedores también. – Le dijo Suga, y luego Hoseok le explicó detalladamente lo ocurrido.
Jin sintió que el estómago se le contraía. Si no podían comprar materiales, no podrían realizar ninguno de los proyectos. Y entonces se irían a la quiebra. Completamente.
- Iré a hablar con él. En cuanto regrese de su viaje, iré a hablar con él. – Dijo Jin, con total seguridad.
- Me voy, hyung. Es lo que él quiere y debemos dárselo. Me iré del despacho y entonces todo mejorará. No te preocupes. – Le dijo Hoseok, mientras seguía guardando sus cosas. – Le diré al abogado que prepare los papeles para que me deslinde de la empresa. – Les dijo y sin querer escuchar más, salió con su caja de cosas personales.
Suga y Jin se miraron y sin hablar, sintieron que el problema se estaba saliendo de sus manos.
Hoseok se iba a meter en su automóvil, después de guardar en la cajuela su caja. Entonces sintió una mano que lo detuvo.
- No te vayas, Hoseok. No permitas que él gane. – Le dijo Nam Joon. Lo había escuchado todo y siguió a su amigo hasta el estacionamiento.
- Taehyung tiene razón. Yo maté a su padre y es justo que tome represalias contra mí, pero no contra ustedes. Me iré para que los deje en paz. – Le dijo, tratando de ser fuerte. Dejar a sus amigos, le estaba costando demasiado, pues eran las únicas personas en las que confiaba.
-
- Tú no mataste a su appa. El señor Kim ya era muy viejo y estaba enfermo. –
- Y yo le dije cosas horribles que no le ayudaron mucho que digamos. No te apures Nam Joon, no dejaremos de estar en contacto, pero no puedo perjudicarlos a ustedes por más tiempo. – Terminó para subir a su coche y alejarse en la oscuridad de la noche.
Taehyung estaba hablando con Minjae en el confesionario. No le había dicho ninguno de sus planes de venganza, pero finalmente lo confesó todo, haciendo que su querido amigo se sorprendiera.
- Salgamos de aquí, Tae. – Le dijo el otro, con suavidad, tratando de no enojarse con el menor.
- Si, hyung. – Y ambos salieron hacia el jardín del Seminario.
Minjae veía a su amigo muy cambiado. Se sorprendio cuando lo vio llegar en una limusina, y pensó que en verdad, sentía que necesitaba de su ayuda. Después de enterarse de la muerte del Señor Kim, decidió dejar su viaje a Italia para otro momento, pues presentía que Taehyung requeriría de su compañía. Y ahora lo constataba perfectamente.