Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Drive my car. por Galaxy Diamond

[Reviews - 98]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola de nuevo. 

Capitulo nuevo y hay YoonMin, no lemon, pero si YoonMin, y seguirá. 

Jimin observaba a Suga, de reojo, haciendo todo lo posible porque éste no se diera cuenta de su mirada.

Hacía tiempo que lo había aceptado. Le gustaba mirarlo. Para él, Yoon Gi era un clásico ejemplo de belleza masculina. Piel suave, cremosa como helado de vainilla, que le inspiraba un enorme deseo de lamerla. Ojos oscuros, entrecerrados y gatunos, sumamente tiernos. Labios delgados, pero sensuales y un cuello largo que le gustaría morder y… en fin, un hombre demasiado sexy y guapo.  

De pronto, se levantó bruscamente y salió del lugar.

-       “¡Es increíble que sea tan patético¡” – Pensó de pronto.  

¡Después de todos los rechazos que le había hecho Suga, él seguía sintiéndose completamente idiotizado en su presencia!

¡En verdad, era un hombre sin auto aprecio!

 

Caminaba rápidamente, tratando de alejarse lo más pronto posible de él. Quería dejar de mirarlo, porque sabía que sus pupilas lo delatarían y no permitiría eso.

 

Cuando iba a entrar a su vehículo, una mano sobre su hombro lo detuvo. Se giró para mirar a la persona que se atrevía a tocarlo y vio el rostro de Suga frente a él.

-       ¿Qué quieres, Yoon Gi? – Le preguntó, molesto.

 

-       Hablar contigo. – Le contestó, poniéndose frente al menor.

 

Cuando Suga vio que Jimin salía tan molesto del restaurante, se levantó de inmediato para detenerlo.

Había estado recibiendo y leyendo los mensajes de una chica que conoció la noche anterior en un bar tratando de, como siempre, eludir los sentimientos que Jimin le causaba.

Sin embargo, cuando lo vio levantarse e irse, se dio cuenta de que nuevamente estaba a punto de dejarlo ir y entonces decidió seguirlo, y tratar de arreglar las cosas entre los dos.

-       ¿De qué quieres que hablemos? – Le preguntó Jimin, completamente descolocado.

 

Estaba muy sorprendido y jamás esperó que Suga hyung lo siguiera hasta su coche.

 

Tenerlo tan cerca, colocando su mano sobre su hombro y mirándolo directamente a los ojos, lo ponía demasiado tenso.

 

Así que optó por separarse lo suficiente como para que Suga lo soltara. Luego, cruzándose de brazos y mostrándose lo más duro posible, esperó.

-       Antes que nada, Jimin… quiero pedirte perdón. – Comenzó el mayor.

 

-       ¿Perdón? – Preguntó Jimin, aún sorprendido.

 

-       Sí, perdón. Sé que no merezco que me hables siquiera, pero quiero comenzar a reparar lo que eché a perder. Quiero… quiero que me des la oportunidad de ser tu amigo. – Le pidió. Miraba a Jimin directamente a la cara. Con pena, pero tratando de que viera en su mirada sinceridad.

 

-       La verdad… no sé qué decirte, hyung. – Le respondió al fin el menor, desviando la mirada.

 

-       Solo dime que… que lo pensarás. Que tratarás de compadecerte de mí, y dejarás de odiarme. – Le pidió.

 

Para Jimin era tan extraño, tan diferente ese Yoon Gi que tenía frente a él, que simplemente no podía pensar claramente.

 

Por supuesto que deseaba ser amigo de Suga, y no solo eso. Pero también se daba cuenta de que el muchacho frente a él era demasiado voluble y que, si ahora le pedía perdón y una oportunidad de ser amigos, tal vez en un mes, cambiara completamente de opinión. Simplemente, no confiaba en él.

-       Yo… yo no tengo en realidad nada que perdonar. Si tú no sientes nada por mí, pues no es algo que yo tenga que disculpar. Solo lo he asumido y ya. – Comenzó desviando la mirada, tratando de no demostrar su dolor.

 

Suga lo miraba fijamente, con sus ojos oscuros, directos y ansiosos, haciéndolo dudar de sus palabras.

 

-       Por otro lado. – Continuó antes de permitir que Suga dijera nada. – Eso de ser amigos, no sé. Te conozco y sé que quizás no encajemos. – Terminó.

 

-       Entiendo que no confíes en mí. Yo mismo, sé que soy demasiado imbécil a veces, y confundo a la gente.  Pero te aseguro que puedo ser un buen amigo. Un buen hyung para ti. – Terminó, tratando de que su tono no sonara a súplica.

Jimin pensaba. Su cerebro trabajaba a mil por hora, tratando de mantener su dignidad y su orgullo, pero al mismo tiempo, deseando que Suga siguiera ahí, hablando con él.

 

-       ¿Entonces, Jimin? – Preguntó de pronto, acercándose un paso más al menor.

 

-       Tengo que pensarlo. – Le dijo al fin, sin mirarlo. – Luego te veo. – Y subió a su coche rápidamente, huyendo de sus propias emociones y dejando al otro de pie, mirándolo alejarse.

 

Suga apretó los puños, y trató de relajarse.

 

En verdad, le había costado bastante pedir perdón y una oportunidad. No era propio de él, pero sabía que había cometido un gran error al perder la confianza de Jimin, y él podía ser muy orgulloso, pero no idiota.

 

No permitiría que su vanidad se interpusiera en su felicidad, y al fin, había comprendido que Jimin era esa persona que podía hacerlo feliz por siempre.

 

Mientras enviaba tontos mensajes con esas chicas, había mirado de reojo al menor, y notó que éste lo miraba con deseo y con amor.

 

Y eso, en lugar de despertar su soberbia, lo hizo comprender.

 

Entendió que alguien como Jimin, capaz de conservar un amor por alguien como él, por tanto tiempo y a pesar de todas sus groserías, era una persona especial, una de esas raras personas que saben amar… Y que él necesitaba tanto.

 

Nunca había estado enamorado antes. Ahora se daba cuenta que lo que sentía por los romances pasados solo había sido deseo, o posesión, pero ahora, viendo a ese hermoso muchacho mirarlo con tanta intensidad, se daba cuenta de que todo lo anterior habían sido solo tonterías. Que ahora sí, estaba frente al amor de su vida y no estaba dispuesto a dejarlo ir. Por nada ni por nadie.

 

Por eso salió tras él, para pedirle perdón, y estaba dispuesto a pedírselo cada vez que lo viera. También estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para ser amigo del menor y después, si era posible, llegar a ser algo más para él.

 

Pero esperaría, pues estaba consciente de que tendría que construir confianza en Jimin, nuevamente.

 

Por lo tanto, se dirigió a su coche y, con esa firme convicción, se fue a su casa.

 

Mientras tanto, Jimin llegó a su loft y se quedó completamente confundido. No entendía las intenciones de su hyung, pero le hacían palpitar el corazón y hacerse ilusiones, cuando bien sabía que no debía dejarse envolver de nuevo.

 

Suga era como una enfermedad crónica en él. No se iba, por más antibiótico que tomaba y de pronto, cuando se encontraba con él, renacían todos los síntomas. Su corazón latía acelerado, sudaba, se excitaba, en fin, se dejaba vencer por lo que sentía por él.

 

-       ¡Demonios, Suga, lárgate de mi mente! – Gritó, aventando su chamarra. Luego se desnudó y entró a ducharse, tratando de tranquilizar su mente y de olvidar ese encuentro, pero no lo logró.

 

Se acostó semi desnudo, y no pudo evitar recordar a Suga de nuevo, su olor, su hermosura, y su voz, que siempre le gustó. Y entonces, desesperado, comenzó a llorar, pues se daba cuenta de que era un caso perdido y que nunca podría arrancarse al mayor de su corazón y de su vida. Nunca.

 

Al día siguiente, todos los muchachos del despacho se volvieron a reunir en el despacho de Owol. Tenía noticias para ellos.

-       De las diez empresas que habían prometido material, solo tres nos lo enviarán. Prometieron tratar de surtir la cantidad necesaria para los proyectos. – Comenzó Owol.

 

Jimin estaba sentado junto a él y sonreía. Tenía un saco azul eléctrico y un pantalón negro con el que se veía muy bien.

 

Suga estaba también ahí. Miraba la manera en la que interactuaban los dos, y sentía muchos celos; celos y envidia, pero no dijo ni hizo nada. Aguantaría.

 

Jin miró a Jungkook, serio.

 

Desde el día anterior habían estado callados y el menor, conociendo el temperamento de Jin, decidió dejarlo meditar las cosas y hablarlas con calma después.

 

Así que ese día no estaban especialmente acaramelados, como siempre.

 

Nam Joon veía todo, con su corazón equilibrado, tratando de no intervenir de ninguna manera. Solo pensaba en la forma de salir del lío que tenían.

 

En eso, Jungkook recibió una llamada. Era de Su Wong un compañero de la escuela, requiriéndolo para ir a hacer un trabajo que tenían pendiente.

 

-       Me tengo que ir a la universidad, hyung. – Le susurró a Jin. Éste lo miró y asintió. – Te veré en la noche. – Lo miró, esperando una sonrisa, pero Jin estaba muy preocupado por lo que estaban haciendo y solo lo miró rápido.

 

Jimin lo miró también y le hizo un gesto de despedida, pero hacía unos cálculos en la computadora junto a Suga y Owol, así que no pudo ponerle más atención.

 

Jungkook salió corriendo, pues se le hacía tarde, luego tomó un taxi y llegó hasta su escuela. Entró a la biblioteca y estuvo ahí por dos horas.

 

Cuando salió, era hora de comer. Pensó en llamar a Jin, pero se daba cuenta de que estaría ocupado y dudó. Entonces escuchó una voz detrás de él.

 

-       Hola, Jungkook. ¿Cómo estás? – Era Taehyung.

 

Jungkook lo miró, y al principio se asustó un poco. Esperaba ver en ese muchacho demasiado enojo contra todos ellos, pero no, la actitud de ese hyung era tranquila y sonriente.

-       Bien, y tú hyung. ¿Cómo estás? – Preguntó,  tratando de estar tranquilo.

 

-       Vine a inscribirme a la universidad. – Le comentó, enseñándole unos papeles que llevaba en la mano, como cualquier mortal.

 

-       ¿De verdad? ¿A qué carrera?-

 

-       Administración de empresas. – Le sonrió. – No sé nada de eso, pero si me haré cargo de las empresas de mi padre, pues… debo aprender. – Lo miró, dudando. Su mirada era pensativa y eso llamó la atención del menor.

 

-       ¿Qué sucede, hyung? – Jungkook solo sonrió. La mirada de Taehyung era evidentemente, curiosa.

 

 

-       Pensé que cuando me vieras, te alejarías de mí. Suponía que me odiabas. – Le contestó sincero.

 

-       No me gusta lo que estás haciendo, pero… te entiendo. La verdad, sé que debes estar demasiado enojado con Hoseok hyung, por lo sucedido con tu oppa. –

 

-       Él… él mató a mi appa. Jamás lo perdonaré, pero me enteré que ya se fue de la empresa. ¿Por qué no me han llamado para hacer un acuerdo? – Preguntó curioso.

 

-       No sé. Creo que es algo que tiene que ver con la lealtad. –

 

-       Como Owol. – Ratificó.

 

-       Si, como él. – Miró a Taehyung. – Hyung, por favor, deja de obstaculizar los negocios de Jin. Por favor. – Le pidió, tratando de convencerlo.

 

-       Pero él decidió apoyar a Hoseok. Yo se los advertí. – Le dijo, sin más.

 

-       Pero Hoseok ya no está con ellos. Solo… deja que sigan trabajando, sin ponerles más obstáculos. Sé que para ti, ellos no son importantes, ya lograste que Hobi hyung se fuera. ¿Qué más quieres? –

 

 

-       Nada. A decir verdad, supe que salió de ahí, pero… no sé, esperaba que vinieran corriendo a pedir un acuerdo, y sin embargo no han hecho nada. Son algo orgullosos. –

 

-       Son leales a su amigo. Pero… quizás si tú los llamaras. –

 

-       No soy yo quién quiere un acuerdo, Kookie. Son ellos, así que ellos deben llamarme. –

 

Jungkook bajó la mirada, triste y Taehyung lo miró, dudando, pues en verdad ese chico le agradaba. Le parecía leal y excelente persona, así que sonrió.

 

-       Está bien, los llamaré. Me pondré en contacto con ellos y les propondré trabajar juntos. – Le dijo, haciendo que Jungkook lo mirara feliz.

 

-       ¿De verdad, hyung? –

 

-       Yo nunca miento. Creo que es lo único que realmente aprendí en el seminario. – Lo miró, serio.

 

-       Lo sé. – Seguían mirándose a los ojos. - ¿Te puedo preguntar algo? –

 

 

-       Sí, claro. –

 

-       ¿Te estás vengando de Hoseok por lo de tu appa… o porque no te amó? – Le dijo, y Taehyung lo miró sorprendido por la franqueza del menor, cosa que le gustó. 

 

-       Quizás son ambas cosas. – Sonrió con tristeza. – Yo lo amé, mucho, demasiado. Le entregué mi primera vez y mi confianza absoluta.  – Le explicó.

 

-       Él te ama. Lo sé. –

 

-       No es cierto, ama a su querida Sarita. – Sonrió con maldad. – Pero pronto la perderá también. – Le dijo, dejando al menor con más preguntas, que no hizo porque se le hizo demasiado.

 

-       No la ama. Lo sé. Yo amo a Jin y se cuando alguien ama a otra persona y Hoseok no la ama… la quiere, pero amor, amor apasionado no es. – Le respondió. Caminaron juntos hasta las oficinas.

 

-       Debo registrarme y entregar papeles. – Le dijo Taehyung, pero dudó. - ¿Te podría ver otro día, para comer juntos y platicar? –

 

-       ¿Quieres verme de nuevo? –

 

-       De todas las personas que conocí aquí, tú eres el único que realmente me agrada. Además de Jimin, claro. – Sonrió, recordando cuando éste le coqueteaba descaradamente. – Sin embargo, dudo que él me quiera ver, pues amenacé a su querido Owol. –

 

-       Jimin no está molesto contigo, hyung. Lo sucedido con Hoseok no le agradó, pero más que nada, por Suga hyung que no hizo nada por detenerlo. –

 

-       Vaya, eso me causa alivio. De verdad. – Le dijo, meditabundo, pero luego recordó que tenía que irse. - Bien… ¿Podríamos vernos otro día? –

 

-       ¿Cuándo? –

 

-       Tal vez… el fin de semana. El viernes, salir al cine o a cenar. – Le invitó.

 

Jungkook dudó, pero luego recordó que Taehyung había aceptado ayudarlos, y que no pedía demasiado, así que solo aceptó.

 

-       Yo creo que sí. Solo le avisaré a Jin y te llamo en la tarde. – Le sonrió. – Gracias, hyung. Gracias por aceptar ayudar a Jin. Él es todo lo que amo en ésta vida. –

 

-       Lo sé. Y me agrada ayudar a dos personas que se aman. Te veré el viernes, entonces. Hasta luego. – Le contestó sonriente y luego de despedirse con la mano, entró a las oficinas.

 

-       Hasta luego, hyung. – Le contestó Jungkook, demasiado sonriente y feliz.

 

Se fue con Su Wong para comer juntos y platicar. El otro chico le había insinuado alguna vez que le gustaba, pero ahora que tenía una pareja, solo eran amigos y hablaban de todo.

-       ¿Ese hombre con el que hablabas, es Kim Taehyung, el famoso hijo del millonario? – Le preguntó curioso.

 

-       Si, era él. – Le contestó simplemente.

 

-       ¿Y es muy amigo tuyo? –

 

-       No, solo somos conocidos. Amigos no. – Lo miró y sonrió por la curiosidad del otro. - ¿Y a qué se debe tanta curiosidad, hyung? –

 

-       Pues… me sorprendió. Supe que está en el mismo negocio que tu novio y que son fuerte competencia. –

 

-       Así es, hyung. – Respondió, pero no quiso dar más información sobre algo que pensaba que a Su Wong no le importaba.

 

-       Es un hombre muy guapo. – Observó el otro mientras caminaban hacia la avenida. Salían de la universidad para irse cada quién a su casa.

 

-       Ciertamente lo es. Pero Jin es mucho más guapo que él. –

 

-       Pues… te diré. ¿Y entonces lo vas a volver a ver? –

 

-       No sé. – No quiso contestar más, molesto por las preguntas tan insistentes. – No sabía que eras tan… curioso hyung. – Le dijo, sin poder contenerse.

 

-       ¿Piensas que soy un metiche? –

 

-       La verdad, sí. Taehyung no tiene nada que ver contigo. –

 

-       Pues… podrías presentármelo. No solo es guapo, sino millonario y que yo sepa, no tienen novio o novia. Así que si me haces ese favor, te quedaré eternamente agradecido. –

 

-       Lo pensaré. – Sonrió. – Le diré que quieres conocerlo y él me dirá si acepta o no. – Vio un taxi que se acercaba y lo llamó. – Te veo luego, amigo. – Y sin más, subió al taxi que lo llevó hasta su casa.

 

Jimin, Owol y Suga fueron a comer para detallar algunas situaciones importantes. Owol fue al baño cuando terminó la comida y los dejó solos.

 

-       ¿Pensaste en lo que hablamos, Jimin? – Le preguntó Suga cuando estuvieron solos.

 

Jimin lo miró fijamente. Durante la noche anterior, había decidido mantenerse firme. No cedería tan fácilmente con Suga, aunque también decidió hablar con él, como si nada.

 

-       Me gustaría que me contestaras algo, hyung. – Le dijo.

 

-       Lo que quieras. –

 

-       ¿Para qué quieres mi perdón, y ser mi amigo? Yo no tengo poder, ni dinero ni puedo influir en nadie importante. Entonces. ¿Qué esperas de mí? – Le preguntó directamente.

 

 

-       ¿Tan mala persona crees que soy, que solo puedo buscar la amistad de alguien poderoso, de alguien que me convenga? – Le preguntó, dolido.

 

-       Pues… en realidad no te conozco, por eso te pregunto, pero te digo la realidad, para que no creas que siendo mi amigo, ganarás algo. – Le contestó, hiriendo a Suga.

 

 

-       No sabes cuánto me lastiman tus palabras, Jimin. Demasiado. – Le dijo, y su rostro realmente reflejaba decepción y dolor.

 

-       No fue mi intención, hyung. De verdad. – Le dijo arrepentido.

 

-       No te preocupes. Siempre me ha gustado que seas tan directo y tan sincero. – Se levantó para irse. En realidad, no quería que Jimin viera su rostro tan triste, y deseaba huir de ahí.

 

Jimin lo observó y se levantó también. No quería verlo así, lastimado y herido. Él era un chico demasiado sensible y bueno como para divertirse con algo así.

-       Perdóname, hyung. No debí decir eso, es solo que… - Pero no pudo continuar.

 

-       Te entiendo. Es solo que siempre doy esa impresión, y no te culpo, no te apures. – Sacó el dinero de su cuenta y se giró para irse, pero Jimin lo detuvo.

 

-       No te vayas así, hyung. Por favor, perdóname. – Le pidió.

-       Está bien, Jimini. – Le sonrió, tiernamente. – No te apures, de verdad, debo irme. – Lo miró.

 

-       ¿No terminarás los cálculos con Owol y conmigo? – Le preguntó.

 

-       Creo que ustedes dos lo hacen muy bien, yo… debo irme, con permiso. – Y luego se fue, dejando a Jimin perdido entre la decisión de ir o no por él.

 

Owol regresó y los vio. No dijo nada, pero se daba perfecta cuenta de cuan afectado estaba Jimin.

 

-       ¿Qué pasó? –

 

-       Soy una mala persona, hyung. – Le dijo, mordiéndose los labios, muy preocupado.

 

-       No lo eres. ¿Qué pasó? –

 

-       Ofendí a Suga y ahora él… se fue muy triste. –

 

Owol sonrió por dentro, pero no dijo nada. Luego le puso la mano en el hombro a Jimin.

 

-       Debo ir a Busan. Creo que tú debes quedarte aquí y terminar los cálculos con Suga. – Le informó, como si nada. Fingiendo que no le afectaba dejar a Jimin con Yoon Gi.  

 

-       ¿Me quedaré aquí? –

 

-       Si, por ahora. Cuando termines de ayudarlos, regresas allá conmigo. ¿Te parece? – Le preguntó, sonriendo.

 

-       Está bien. ¿Pero estás seguro que no me necesitarás allá? –

 

-       Yo siempre te necesito Jimin. Pero creo que ahora tú necesitas arreglar tu mente, entre otras cosas y no quiero llevarte así. Cuando decidas lo que harás, entonces yo estaré allá, esperándote. – Le acarició la mejilla y luego de sonreírle de nuevo, salió del lugar, dejando a Jimin parado en medio del lugar.

 

Por la noche, Suga estaba en su departamento, solo y con un vaso de cerveza en la mano. La odiaba, pero quería emborracharse, perderse en la niebla del olvido y tratar de dejar de pensar en Jimin y sus palabras.

 

-       Jimin piensa lo peor de mí. – Decidió. – Lo mejor de todo es que, tiene razón. Soy un... idiota. - Decía en voz alta.

-        

Eran las diez de la noche y, desde que había llegado en la tarde, se había echado en el sillón, como un gato deprimido y luego se durmió. Al despertar, compró unas botellas de alcohol para emborracharse y tratar de superar lo que sentía.

 

De pronto, unos toques en la puerta lo distrajeron.

-       ¿Quién? – Gritó, sin ganas de levantarse.

 

-       Soy yo, hyung. Jimin. – Escuchó, y entonces Suga se levantó como de rayo, para abrir la puerta.

 

Encontró al chico frente a él, muy serio y preocupado.

-       ¿Qué sucede, Jimin? – Le preguntó asombrado.

 

-       ¿Puedo pasar? –

 

-       Claro, perdón… pasa. Estás en tu casa. – Y le abrió la puerta, dejándolo entrar.

 

-       ¿Qué sucede, Jimin? – Repitió.

 

-       ¡Esto no puede seguir así… no puede ser! – Le dijo Jimin, dejándolo desconcertado.

 

-       ¿A qué te refieres? –

 

-      ¡A ti, a mí, a lo que haces conmigo, yo…! - Lo miraba y sus ojos estaban cristalizados, lucía completamente desesperado. – ¡Yo no quiero sufrir más por ti! – Le dijo, haciendo que el corazón de Suga se acelerara y se sintiera como un gusano. - ¡Justo comenzaba a olvidarte, a no sentir nada aunque pensara en ti, y tú, solo regresas y me afectas de tantas formas, y yo… yo no quiero sentirme como antes! ¡No quiero, por favor, no lo hagas de nuevo! – Y sin más, se cubrió el rostro con sus manos y comenzó a llorar frente a su hyung, con la completa desesperación de alguien que ha sido rechazado tantas veces.

 

Yoon Gi lo miró así y, sin poder decir nada, lo abrazó con fuerza, tratando de consolar a ese hermoso chico que lo único malo que había hecho era, precisamente, enamorarse de él.

 

 

Notas finales:

Ok, mil disculpas pero no había incluido el YoonMin porque no me salía el momento adecuado. Pero los recompensaré con mucho YOONMIN de ahora en adelante. Lo prometo. 

Y también, pues... no se si les guste el VKook, pero quizás haya un poco, digo... tal vez. 

De todos modos. gracias por leer y por sus comentarios. 

Eso si que me anima mucho. 

BESOS. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).