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Drive my car. por Galaxy Diamond

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Notas del capitulo:

Como lo prometí, subo un capitulo y el siguiente lo subiré el viernes. Espero poder seguir el rítmo. 

ADIOS AMIGO

-       ¿Hyung? –

 

Suga estaba en su casa, esperando alguna noticia de Hoseok.  Entonces sonó su teléfono celular y contestó, para escuchar la voz de su querido amigo.

 

Había regresado a su departamento después de ir a ver a Jimin, y luego esperó para hablar con Hobi, sin embargo, éste no llegaba y comenzaba a preocuparse. Así que aunque ya era tarde, sintió mucho alivio al escuchar la voz de Hoseok.

-       ¿Dónde estás? Te estoy esperando en el departamento. – Le preguntó, algo exasperado por la larga ausencia del otro.

 

-       Estoy en la planta baja del edificio.  Llegué apenas y te hablé para ver si estabas ahí. – Le comentó como al pasar. - Como a veces sales y ni avisas.

 

-       Pero quedé de esperarte. Anda sube. – Cortó la llamada y suspiró aliviado.

 

Se levantó para preparar café.

 

Unos minutos después, escuchó el timbre de la puerta y le abrió a su amigo.

-       Pasa, anda. – Lo animó.

 

Cuando el otro entró, Suga lo miró y se sorprendió porque, en verdad, era impresionante la manera en la que ese hombre había cambiado. Apenas unos meses atrás, era el reflejo de la más pura felicidad y en cambio ahora, era solo un hombre desolado, pálido, cansado y angustiado.

 

-       Siéntate, amigo. Te daré un té. – Le dijo, pensando que el café no le ayudaría en nada a su amigo.

 

-       Mejor dame un whisky, creo que necesito algo más fuerte. – Le bromeó.

 

-       Claro, un whisky. – Lo miró, pero luego se dio la vuelta y fue por el té.

 

-       Pensé que te habías ido a divertir un rato. – Le comentó Hobi.

 

-       ¿Por quién me tomas? Yo soy un hombre trabajador y responsable. No voy a ir a divertirme, mientras tenemos el problema con Taehyung y debemos entregar los proyectos. –

 

-       Claro, solo bromeaba. – Le respondió el otro.

 

Suga se acercó con una taza de té, para Hoseok, y una de café para él mismo.

-       Te ves al borde Hoseok. Debes tratar de tomar las cosas con calma o Taehyung realmente acabará contigo. –

 

-       Lo sé. Ahora mismo, vengo de la estación de policía. – Le confesó sorprendiendo a Yoon Gi.

 

-       ¿Por qué? – Le preguntó asombrado.

 

Hoseok le platicó todo lo sucedido y él lo escuchó. Finalmente, Yoon Gi solo se quedó quieto, maldiciendo al menor con todo su corazón.

 

-       Te juro que él fue quién me secuestró. No me explico cómo puede estar en dos lugares al mismo tiempo, en realidad, pareciera cosa de brujería. – Le dijo, asustado.

 

-       No es brujería. Solo es cuestión de dinero. Él puede pagar a un doble que se haga pasar por él. No te dejes impresionar con tonterías. – Le explicó.

 

Hoseok estaba desesperado. Sus manos temblaban y casi hacen caer la bebida caliente de sus manos. Yoon Gi lo miraba y de pronto, entendió que su amigo realmente estaba mal.

 

No solo era el dinero que ya no tenía y que lo hacía lucir inseguro, sino también sus nervios y su salud, que se iban deteriorando poco a poco.

 

-       Debes irte del país. Tengo un amigo en Canadá que puede darte trabajo, lo llamaré ahora mismo. – Le dijo muy preocupado.

 

Pensaba que no se había comportado como debía con su mejor amigo, y que había dejado solo a Hoseok, frente a un enemigo tan poderoso como Taehyung, así que ahora, se dedicaría a sacar al muchacho del país, y a conseguirle un medio de vida.

-       ¡Gracias, hyung! – Le dijo Hoseok, con tanto entusiasmo que Suga solo lo miró, sin poder decir nada más. 

Marcó un número de teléfono, mientras Hobi se reclinaba en el asiento y luego se quedaba profundamente dormido.

 

Después de unos minutos, Suga logró contactar a su amigo y quedaron en que le enviaría todos los datos de Hoseok por e- mail.

-       Le daré trabajo, Yoon Gi, no te apures. – Le aseguró.

 

-       Gracias, Wang, ya te lo pagaré en otro momento. –

 

-       No digas nada, amigo, espero los datos de Hoseok, pero puede venir a Vancouver desde mañana. –

 

-       Gracias de nuevo, le avisaré. Mañana mismo saldrá para Canadá. Te debo una. –

 

-       Ni lo digas, buenas noches, hyung. –  Le dijo, antes de cortar.

 

-       Buenas noches. – Y también cortó.

 

Luego, miró a Hoseok tan dormido, que solo llevó una cobija al sillón y lo cubrió con delicadeza.

-       Duerme, Hobi. Mañana te irás del país y podrás olvidarte del infierno que estás viviendo ahora. – Le susurró, sonriendo al ver al otro dormir.

 

 

Mientras Hoseok y Suga hablaban, Sara y Yongguk fueron a bailar y luego él, caballerosamente, la llevó hasta su departamento.

 

Nunca nadie la había tratado así. Nunca, ningún hombre le había dado ese trato de princesa de sociedad que solo Yongguk le había podido otorgar.

 

Una cena magnífica, limusina, chofer, cubículo privado en el restaurante, y luego en el lugar de moda, ir a bailar y estar en brazos de ese hombre que olía tan bien y que le sonreía de una manera tan seductora.

 

Por toda esa noche, se olvidó de Hoseok.

 

Por toda esa noche, pensó que ella se merecía todo eso y más y que estaba dispuesto a venderle su alma al diablo, con tal de obtener ese medio de vida.

-       ¿Te veré mañana, Sarita? – Le preguntó Yongguk, después de abrirle la puerta, caballerosamente, y ayudarla a bajar del coche.

 

-       Claro, ¿También irás a la empresa? –

 

-       Si, por supuesto. Veré todo lo de tu traslado y también prepararé tu llegada a Busan. Si quieres, podemos irnos juntos en el avión privado de las industrias Kim. –

 

-       ¿Avión privado? – Sonrió feliz por la perspectiva.

 

-       Sí, claro. ¿Nunca has viajado en un avión privado? –

 

-       No, nunca. –

 

-       Bueno, pues entonces permíteme regalarte tu primera vez… en un avión privado. – Le sonrió, coquetamente, haciendo que la chica sintiera una corriente eléctrica en todo su cuerpo.

 

-       Si, por supuesto. –Le sonrió.

Llegaron hasta la puerta del edificio y entonces, cuando ella sacó su llave para entrar, la miró sugestivamente.

 

Sara solo sostuvo su mirada y sin más, se besaron apasionadamente, con deseo y con lujuria. De hecho, ninguno de los dos sentía amor, pero si tenían muchas ganas de sexo.

-       Te veo… mañana. – Le dijo ella, muy cerca de sus labios.

 

-       Claro, linda. Hasta mañana. – Y la volvió a besar, pero luego la soltó y la dejó con ganas de más, pensando que por el momento, era suficiente.

 

-       Hasta mañana. – Terminó Yongguk y se alejó de ella, subiendo ágilmente en la limusina, para perderse en la oscuridad de la noche y dejando a Sara deseando todo con él.

 

Por la mañana…

 

Hoseok despertó en el departamento de Yoon Gi, sintiendo que el cuello le dolía. Todo el cuerpo le dolía por dormir de lado, pero había dormido tan profundamente, que ni cuenta se dio.

-       Hasta que despiertas, bello durmiente. – Escuchó la voz de su hyung, mientras se sentaba.

 

-       Buenos días… hyung. – Le dijo, adormilado.

 

-       Buen día… perezoso. – Se rio.

 

-       Gracias por dejarme dormir aquí. Estaba demasiado cansado para regresar a casa a esa hora. –

 

-       Me di cuenta de eso. Y no hay de qué. Cuando quieras, puedes dormir aquí. Eres mi mejor amigo y lo sabes. – Le dijo, tratando de sonar neutral. Nada sentimental.

 

Hoseok lo vio muy sorprendido y sonrió, con su maravillosa sonrisa de siempre.

-       Creo que sigo soñando. Yoon Gi hyung no es una persona que diría algo así. –

 

-       Pues ya ves que sí. – Lo regañó, dándole un golpe en la cabeza. – Levántate, tienes que ir a empacar. Tu avión sale en… - Miró su reloj. – 5 horas y aún te falta decirle a Sara, bañarte, y todo lo demás. Yo mismo te llevaré al aeropuerto. –

 

-       ¿De verdad, tú amigo me dará trabajo? – Preguntó asombrado y feliz.

 

-       Si, Wang es lo mejor en industrias textiles. –

 

-       Pero yo soy arquitecto, no sé nada de telas. – Protestó.

 

-       Pues aprenderás. –

 

-       Pero… -

 

-       Es trabajo. ¿No era eso lo que buscabas? Pues ya lo tienes. – Le dijo, algo exasperado.

 

Hoseok solo lo miró y luego volvió a sonreír.

-       Gracias hyung. En verdad, con tal de trabajar, hasta de prostituto lo haría. – Bromeó, levantándose para desayunar de los huevos revueltos que preparó Yoon Gi y el café con leche.

 

-       ¿Tú? ¿Prostituto? Jajajajajajaja. – Yoon Gi se atacó de la risa.

 

-       ¡Oye, que no soy tan malo! Hasta ahora, ninguna chica se ha quejado. – Le respondió, siguiendo la broma.

 

-       Bueno, porque seguramente las emborrachas o algo así. Pero no, no es necesario que trabajes de prostituto, afortunadamente para la humanidad. – Le dijo, en tono dramático.

 

-       Siempre tan gracioso… y si, ya me apuro. – Le contestó al ver a Suga señalando el reloj.

 

-       Yo me aseguraré personalmente, de que subas a ese avión. – Le ofreció, terminando el desayuno y metiéndose a duchar.

 

-       Gracias. – Le dijo, por milésima vez.

 

-       Si quieres agradecerme, entonces lava los platos mientras me arreglo. Te llevo a tu casa, empacas y luego nos iremos a sacar dinero, cambiarlo a dólares canadienses y al fin, al aeropuerto. –

 

-       A Sara le dará mucho gusto que haya encontrado trabajo. Le pediré que venga conmigo. – Comentó, provocando que Yoon Gi lo mirara pero no contestó nada. Presentía que esa chica no era lo que su amigo pensaba.

 

Una vez que salieron del departamento de Yoon Gi, hicieron todo lo que éste indicó.

 

Llegaron al departamento de Sara, y ésta escuchó los planes de Hoseok, con su rostro escéptico.

 

Después de la tarde – noche que pasó con Yongguk, deseaba que Hoseok se fuera para seguir con su nueva vida y olvidarse de todos esos meses de frustración y pobreza.

 

Así que cuando Hobi le pidió que lo fuera a encontrar en Vancouver, solo le dijo, tratando de parecer triste.

-       Yo me iré a Busan, amor.  Será mejor que cada uno continúe con sus proyectos y… dar por terminada la relación desde ahora. – Le dijo, sin ninguna consideración.

 

-       Sara. Éste no es el momento. – Le dijo Suga, molesto.

 

-       Déjala hyung. ¿Quieres terminar ahora mismo? – Le preguntó Hobi, tratando de estar tranquilo.

 

-       Si. Yo… yo no quiero atarte a mí, y si te vas tan lejos pues… ya sabes lo que dicen “Amor de lejos es de pen….sarse” – Le sonrió, tiernamente. – Guardaré el mejor recuerdo de ti, amor, pero… no puedo seguir así, con una situación tan difícil. Simplemente… no puedo. – Le dijo al fin.

 

Hoseok solo la miraba y comprendía. Aunque para él, esa chica era importante, lo que le dolía era que lo abandonara en ese momento. Ahora sentía que volvía a fracasar.

 

Sentía que la vida le estaba haciendo que fracasara en todo y con todos, incluso en el amor. Pero, trato de sonreír para tranquilizarla.

-       Está bien. Como quieras. Yo… te deseo lo mejor del mundo y que encuentres a ese hombre que te mereces. – Le dijo, para luego hacer una reverencia y salir de ahí.  Pero Sara lo detuvo del brazo.

 

-       Yo también te deseo lo mejor,  Hoseok. Te quiero y podemos ser amigos, si quieres. – Le propuso.

 

-       No, amigos no. Discúlpame, pero una amistad sería una hipocresía, al menos de mi parte y no quiero ser así. Solo te digo adiós desde hoy y espero que todo te salga bien. – Y ahora sí, salió del departamento seguido de Yoon Gi quién, cuando pasó al lado de la chica, solo le hizo un gesto molesto y ni siquiera le dijo adiós.

 

-       Adiós, Hoseok oppa, Yoon Gi oppa. – Les dijo. Y luego, cuando cerró la puerta tras ellos, solo sonrió y batió palmas, pensando que ahora sí, podría comenzar algo con Yongguk.

 

Ambos muchachos bajaron lentamente en el elevador. Ninguno quería hacer algún comentario.

 

Suga solo veía que su amigo iba muy encorvado, sin levantar la mirada, y con una expresión de tristeza muy grande. Supuso que si lo miraba a los ojos, encontraría lágrimas contenidas, y entonces apretó los puños y se contuvo de regresar al departamento y golpear a la chica.

 

Subieron al automóvil del mayor, después de guardar las maletas en la cajuela y luego, salieron rumbo al despacho donde Hoseok se despediría de sus amigos. Yoon Gi les había avisado los planes de Hobi y todos deseaban despedirse y darle un abrazo de buena suerte.

 

El tráfico estaba algo pesado, así que estuvieron durante un buen rato en el coche. Hoseok miraba por la ventana, pensativo y Yoon Gi le dijo:

-       No quiero sonar machista o misógino, pero no debes preocuparte por lo de Sara. Hay muchas chicas en el mundo, seguro encontrarás a la que buscas y entonces ni siquiera la recordarás. –

 

Hoseok lo volteó a mirar, serio.

-       Lo sé, hyung. Pero la situación en que me encuentro no alienta a nadie para estar conmigo. Me doy cuenta de que no soy más que un fracasado que no puede ni conseguir un trabajo por sí mismo y que emigra a otro país, porque mató a un pobre viejo y su hijo no lo deja en paz. – Sonrió, amargamente. – ¿Quién querría estar junto a mi ahora? – Preguntó.

 

-       Yo quiero estar contigo, pero no puedo. Y si no fuera porque ya tenemos los proyectos contratados, te aseguro que me iría contigo y espero que no te confundas y creas que estoy enamorado de ti, porque lamento decirte que no eres mi tipo. – Le contestó entre broma  y en serio.

 

-       ¿De verdad? Pues lástima por eso. – Le dijo, continuando la broma.

 

-       Eres un hombre muy fuerte Hobi. – Tomó un tono serio. - Eres la persona más optimista que conozco y todos dicen que tu sonrisa es hermosa. No te desanimes y trata de seguir siendo el chico esperanzador que siempre nos anima a todos. Solo espera y verás que las cosas cambiarán. –

 

-       Eso espero hyung, porque te juro que si esto no funciona… no sé cómo voy a seguir con mi vida. – Le respondió, con la voz quebrada.

 

Estaban a unas cuadras del despacho y ya no había coches alrededor, por lo que Yoon Gi se estacionó en una acera y lo miró.

 

-       No digas eso. Puedes seguir. Si Wang no pudiera darte trabajo, yo iré contigo y buscaremos juntos, quiero que cuentes conmigo ahora y siempre, porque eres mi mejor amigo, y no quiero perderte. – Lo miraba de tal manera que Hoseok solo asintió y comenzó a llorar, no soportando más.

 

-       Lo siento, hyung. ¡Es solo que… que ya no puedo más, estoy al límite de mis fuerzas! – Le dijo, sollozando en voz baja.

 

-       Lo sé, pero también sé que eres fuerte y que sobrevivirás a esto, yo te lo prometo y debes confiar en mí, por favor. – Le acariciaba la espalda y al fin, lo abrazó con fuerza, tratando de hacer sentir bien a ese chico que había sido su amigo durante tantos años, que en realidad ya ni sabía cuántos.

 

Estuvieron ahí por algunos minutos, hasta que el menor se calmó. Luego, ambos sonrieron y sin decir palabra, continuaron con su camino.

 

Cuando llegaron al despacho, vieron estacionada la limusina de Taehyung.

 

-       Agáchate y escóndete. – Le indicó Yoon Gi.

Se acercó a la pluma del estacionamiento y el guardia de seguridad le abrió, asomándose y viendo que iba solo.

 

Luego manejó dentro del estacionamiento y se detuvo en un paso peatonal, donde había algunas personas que esperaban el elevador. Entonces Hoseok aprovechó para bajarse y perderse entre los demás, pues las cámaras grababan a todo el que entraba.

 

Cuando toda la gente se había metido en el ascensor, continuó su camino y se estacionó en su lugar, bajando él solo del coche.

 

Subió por el ascensor y fue a la sala de juntas, donde Jin, Nam Joon, Jungkook, y Taehyung con su abogado, estaban reunidos.

 

-       Buenos días, perdón por el retraso, pero tuve un percance. – Les dijo, sonriendo forzadamente. En verdad mirar a Taehyung le provocaba dolor de estómago.

 

-       Está bien. Ya terminamos. Solo estamos esperando que se haga el contrato con los nuevos términos y ya. – Le dijo Jin, sonriendo.

 

 

-       Si gustan, podemos ir a celebrar la firma del convenio a un restaurante de mariscos que acabo de adquirir. – Les dijo Taehyung, como al pasar.

 

-       Como quieran. Yo tengo que ir a ver a un amigo, pero los alcanzo en el restaurante. – Les dijo Yoon Gi.

Taehyung lo miró, sospechando de él, pero Yoon Gi le sostuvo la mirada y el menor solo sonrió, hipócritamente.

-       Claro, por el momento, me gustaría hablar con Jimin. – Les dijo y ahora sí, Suga lo miró fijamente.

 

-       ¿Qué quieres con él? – Le preguntó sin ninguna delicadeza.

 

-       Nada malo, hyung. De hecho, vengo a proponerle que dirija mis oficinas en Japón. Es toda una oportunidad, pero confío en él para ese puesto. – Le informó, sonriendo al ver la cara de sorpresa de Yoon Gi.

 

-       ¿Hasta Japón? – Le preguntó.

 

-       Si, acabo de ubicar un despacho allá. – Le explicó sin más.

 

-       Pero… está muy lejos. –

 

-       ¿Lejos? ¿De qué, o de quién? Que  yo sepa, Jimin está solterito. Seguramente allá podrá encontrar compañía, es un chico demasiado guapo y seductor. – Le daba risa la cara de sorpresa de su hyung, y le echaba sal a la herida, pues era obvio que Suga no quería que se fuera.

 

-       Está lejos de nosotros que somos sus amigos. Mejor envíalo a otro lugar, o bien, pon un despacho aquí. Te sobra el dinero, puedes ponerlo donde quieras. –

 

-       Si, podría… pero no quiero. – Y entonces entró Jimin, quién acaparó las miradas de todos.

 

-       Jimin, necesito hablar contigo, amigo. – Le dijo Taehyung, sin embargo, Jimin estaba algo molesto con él, así que solo le dijo muy serio.

 

-       ¿Sobre qué? –

 

-       Quiero proponerte la dirección de mi despacho en Japón. ¿Qué te parece? Tendrás un sueldo millonario y podrás realizar todos los proyectos que quieras. Anda, acepta. – Le pidió, sin más.

 

-       ¿Quieres que yo sea el director de tu despacho en Japón? – Le preguntó Incrédulo.

 

-       Sí, claro que sí. – Le sonrió.

 

-       Pues… - No supo que contestar, en verdad, estaba tan sorprendido que no supo que decir.

 

-       Piénsalo en lo que vamos a comer. – Se levantó y todos lo imitaron. – Me voy, ¿Alguien quiere irse conmigo? Tengo espacio suficiente en la limusina. – Les dijo, pero miraba a Jungkook.

 

Kookie miró a Jin. Éste lo veía en modo de interrogación. Aún no le había dicho lo de su encuentro en la universidad y en ese momento, se arrepintió más que nunca de ser tan distraído.

 

-       Me iré con Jin. – Le contestó al otro chico.

 

-       Pues Jin puede venir con nosotros. ¿Aceptas, hyung? – Le preguntó al mayor.

 

-       Claro, si me esperan unos… quince minutos, podemos irnos juntos. –

 

-       Bien, mientras tanto, atenderé algunas llamadas pendientes. ¿Me prestas tu oficina un momento Jin? – Le pidió, y Jin le abrió la puerta y lo dejó solo ahí, para que hiciera las llamadas que necesitara.

 

Suga les hizo una seña a los demás y cuando se quedaron solos, les informó que Hoseok estaba ahí para despedirse.

 

-       Llévalo al despacho que está en el piso de arriba. El que aún no acondicionamos. Ahí lo veremos y nos despediremos. No quiero que Taehyung lo vea. No sería adecuado. – Le comentó Nam Joon.

 

Todos estuvieron de acuerdo y Hobi fue llevado al lugar que quedaron los demás. La despedida fue algo apresurada, y todos, incluyendo Jungkook le desearon feliz viaje.

 

Para no llamar la atención de Taehyung, fueron de dos en dos y al final, Jimin y Suga subieron con el chico quién lucía algo asustado. El cielo se estaba poniendo muy oscuro y se esperaba una tormenta eléctrica.

 

-       No tengas miedo, hyung. Verás que todo sale bien y que esos rayos no harán nada. Es poco probable que suceda algo malo. – Le dijo Jimin para animarlo.

 

-       Claro, me de vergüenza ser tan cobarde. –

 

-       No eres cobarde, Hoseok. Solo eres demasiado aprensivo. –

 

-       Bien, hyung. Me despido, mucha suerte. – Y Jimin se le acercó y lo abrazó cariñosamente, siendo recibido por un Hoseok feliz de tener amigos que lo quisieran aún.

 

Suga los vio y los celos surgieron de inmediato. Se acercó a los otros dos y les dijo:

-       Es suficiente. ¿O quieres que los deje solos para que tengan espacio? – Preguntó grosero a Hobi.

 

Jimin solo  miró a Yoon Gi callado, pero Hoseok le tomó  las mejillas y se las apretó mientras le decía:

-       ¡Lo que más voy a extrañar son estas mejillas redondas y adorables! – Bromeó con el menor.

 

-       ¡Suéltame, Hoseok! Ya sabes que odio que me agarres los cachetes. – Le dijo, dándole un manotazo al mayor.

 

-       Deja a Jimin, Hoseok. No vuelvas a tocarlo o te irás a Vancouver con un ojo morado y no te verás nada bien. – Suga apartó a Jimin de Hoseok, jalando a su lado y luego  bajó con su amigo por las escaleras, para no llamar la atención de las cámaras.

 

Jimin los observó y luego, bajando con ellos les dijo:

 

-       Te acompaño, hyung. – Y se fue con los dos al automóvil del mayor, para despedir a Hoseok en el aeropuerto.

 

No supo por qué, pero pensó que Suga necesitaría de la compañía de alguien, después de dejar a su mejor amigo en el avión.

 

Notas finales:

oK, 

Gracias por sus omentarios, Michell, Mooni, AleCab, Fannyn, en fin, todos aquellos que me han comentado y ayudado en la dirección del fic. 

Veo que no les agrada el VKook así que lo suprimiré y desviaremos hacia otro lado, afortunadamente, siempre hay ideas y parejas para desarrollar. 

Bien, pues... gracias por leer y si pueden comentar, mejor. 

BESOS. 


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