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Drive my car. por Galaxy Diamond

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Notas del capitulo:

Pues aqui está el siguiente capitulo. 

Espero les agrade. 

Gracias a Michell, Ale, Lizeth, MiniMiniUsagi, Moonie y Fannyn, bueno a todas las que me han estado enviando sus comentarios que iré respondiendo durante el día de hoy. Sé que han habido otras personas más, pero ellas han estado constantemente aqui, conmigo, apoyándome y no puedo más que agradecerles. 

Una vez en Seúl, Taehyung llevó a Jin y Jungkook a la casa del mayor, donde se quedaban los dos.

 

Después, todos se irían a la torre Inteligente, donde Jimin acompañaría a Suga a su departamento.

 

-       Me quedaré con Yoon Gi hyung por ésta noche. – Le explicó a los demás, que lo miraban sorprendidos.

 

-       Claro. – Le dijo Taehyung, con una media sonrisa.

 

-       Ánimo hyung, la vida tiene que seguir. – Le dijo Jimin, al chico de enormes ojos, antes de ir con Yoon Gi.

 

-       Sé que la vida tiene que seguir, pero de alguna manera, la mía se detuvo cuando Hoseok murió. – Le susurró Taehyung suavemente.

 

Jimin lo miró sorprendido, pero el otro chico se metió al elevador para subir a su departamento en el pent-house.

 

Suga lo esperaba de pie, en la entrada de su departamento, sin parecer enterarse de nada.

 

En verdad, su figura lucía tan triste y decaída, que hacía que Jimin sintiera ganas de abrazarlo y cargarlo hasta la cama del mayor.

 

Jimin le tomó la mano a Yoon Gi para el lector de huellas dactilares que abría la puerta. Y al fin, entraron al lugar.

 

Como era un edificio inteligente, todos los aparatos comenzaban a funcionar no bien sentían la presencia de alguien en el lugar.

 

Las luces, las cortinas, todo se movía solo, pues estaban programados para funcionar con la presencia de la gente. Por lo tanto, el ambiente era caldeado y las luces iluminaban todo el lugar.

-       Toma un baño, hyung. Te prepararé algo para cenar. – Le dijo Jimin al mayor, acompañándolo a su habitación.

 

-       Gracias, Jimin. – Le respondió Suga, con tristeza.

 

El menor lo miró y luego, salió para darle privacidad. Llegó a la cocina y ahí le preparó lo que mejor sabía hacer para comer. Un sándwich de jamón, queso y lechuga.

 

Se preparó otro para sí mismo y, con el objetivo de destensar un poco el ambiente, encendió la televisión, dándose cuenta de que la noticia del accidente acaparaba todos los noticieros.

 

Se veían los restos del avión, y tomas de las maniobras que se habían realizado. Incluso se veía una lejana de Taehyung, pues las empresas Kim habían sido de mucha ayuda para los familiares de los pasajeros del avión y de la tripulación.

 

Observó el rostro triste del muchacho que, a las claras, se veía completamente devastado. Y sintió pena por él.

-       ¡Hipócrita! – Escuchó una voz detrás de su espalda y vio a Yoon Gi que, una vez bañado y cambiado de ropa, se secaba el cabello mientras veía las noticias.

 

-       ¡Hyung, me asustaste! – Le dijo levantándose y apagando la televisión.

 

-       Es solo actuación. En el fondo, está feliz de que Hobi haya muerto. – Rezongó el mayor.

 

-       Pues se ve muy triste. – Le sirvió un poco de leche caliente y el sándwich.

 

 

-       Solo finge. – Comía de su sándwich. – Está delicioso Jimin. No sabía que supieras cocinar. – Lo miró sonriendo.

 

-       No se cocinar, pero un sándwich creo que cualquiera puede prepararlo. –

 

-       Pues éste está… delicioso. –Le dijo, amablemente.

 

-       Gracias, Yoon Gi. Después de cenar sería bueno que te fueras a dormir. – Le sugirió, protectoramente.

 

El mayor lo miró y sin decir nada, terminó de comer todo lo que se le sirvió.

 

Luego, se levantó y lavó los platos que tanto Jimin como él habían utilizado. El menor secó la vajilla y al fin, se quedaron en completo silencio.

-       Vamos a dormir, hyung. Mañana nos espera un día largo y pesado. – Le dijo a Yoon Gi, tomando la mano del otro mientras lo jalaba tras él.

 

-       Jimin. – Lo detuvo y el otro se dio la media vuelta para mirarlo a la cara.

 

-       Dime hyung. –

 

-       Yo… solo quiero darte las gracias por haber estado ahí en éstos momentos tan difíciles para mí. La verdad es que no sé qué hubiera hecho sin tu compañía. – Lo miraba y sus ojos estaban tristes, pero trataban de expresar gratitud.

 

-       No es nada, hyung. Somos amigos. ¿No? – Le palmeó la espalda y al mismo tiempo sonrió.

 

-       Si, lo somos. – Le contestó Suga, serio.

 

-       Esto es lo que hacen los amigos. Y te prometí que te apoyaría ahora que perdiste a tu mejor amigo. Entiendo que debe ser demasiado doloroso. –

 

-       Lo es. – Bajó la mirada, pues hablar de Hoseok le dolía mucho aún.

 

-       Te puedo entender porque yo también tengo un mejor amigo que me dolería demasiado perder. – Le explicó Jimin.

 

-       ¿Jungkook es tu mejor amigo? – Le preguntó sin saber que más decir.

 

-       Si. Lo conozco desde hace tanto tiempo que la verdad no recuerdo un solo día sin él. – Se acercó y lo abrazó por los hombros, llevándolo a la habitación.

 

 

-       Debes tratar de dormir, hyung. – Le dijo.

 

Fueron al baño para cepillarse los dientes, y luego  levantando las cobijas de la cama y ayudo a Suga a acostarse.

 

-       Me tratas como a un bebé. – Observó Yoon Gi sonriendo por la actitud del menor.

 

-       Solo duerme, hyung. – Y luego de regalarle una sonrisa, salió de la recámara, apagando la luz y cerrando la puerta.

 

-       Hasta mañana, Jimin. – Se despidió del menor.

 

Era media noche y hacía algo de calor. Jimin se levantó para revisar el reóstato que controlaba la temperatura ambiental. Se sentía extraño. Algo lo había despertado

-       Todo bien. – Dijo en voz alta.

 

De repente pensó que era el clima, pero estaba perfecto.

 

Aguzó el oído y entonces lo escuchó. Eran gemidos y sollozos y, con el corazón contraído, se dio cuenta de que quién lloraba era Yoon Gi.

 

Fue a la habitación de su hyung y se acercó a la cama del otro, pero no lo encontró acostado en ella.

-       ¿Hyung? – Preguntó en voz alta. – Luces. – Dijo y todo el departamento se iluminó.

 

Se comenzaba a preocupar, pero luego vio al otro chico en la terraza, sentado en una de las sillas cerca del balcón, abrazando sus piernas y llorando con fuerza.

 

Jimin salió y se acercó al mayor, jalándolo para que se levantara y pudiera abrazarlo con fuerza.

-       ¡Hyung, ¿Qué haces?! – Le preguntó.

 

Suga se levantó y dejó que Jimin lo abrazara, acercándolo con sus propios brazos, tan fuerte que el menor sintió que le dolía, pero no dijo nada.

-       ¡Se fue, se fue para siempre y ni siquiera tengo un lugar para ir a llorarlo, ni una sepultura, nada! – Gemía el mayor, completamente desecho. Se apoyaba en Jimin, con su cabeza en el hombro del muchacho, con las rodillas temblando.

 

-       Yo estoy contigo, hyung. Sé que no es lo mismo, pero trataré de ser un buen amigo para ti, para que no lo extrañes tanto. Solo… solo déjame ser tu amigo, por favor. – Le pidió, sintiendo que sus ojos se llenaban de lágrimas, pues le dolía en verdad ver a Suga tan triste.

 

-       Es que… él… él era mi amigo Hobi. El amigo a quién siempre le contaba todo y sabía todo de mí. Y ahora… ahora se fue y yo… yo me quedo completamente solo. – Le explicó entrecortadamente.

 

-       Lo sé. Pero no estás solo, hyung. Yo… yo quiero estar contigo, y estar ahí para cuando quieras hablar o hacer algo especial. – Lo miró, limpiando las lágrimas del mayor con sus pulgares. - ¿Quieres que sea tu amigo, Yoon Gi? –

 

Suga lo miró y luego solo asintió.

-       Gracias, Jimin. Gracias, gracias. – Le dijo, repetidamente.

 

-       Shhhh, no me lo agradezcas. Ven. – Lo llevó de nuevo adentro y luego a la habitación.

 

Se sentó junto con él en la cama y lo siguió abrazando con fuerza.

 

Acariciaba su espalda con suaves masajes, y con todo el cariño que sentía por ese hombre que era tan especial para él.

-       Discúlpame, Jimini, pero… lo extraño tanto. Y luego, ni siquiera encontramos su cuerpo para darle sepultura. Debió de haberse asustado tanto al morir. – Pensó frunciendo el ceño.

 

-       Si. Debió estar muy asustado. Pero ahora está en el cielo o donde quiera que se vaya cuando uno muere. Ya no debes pensar en el con dolor, sino con felicidad, para que pueda descansar en paz su alma. – Le dijo, en suaves susurros.

 

-       ¿De verdad lo crees? ¿Crees que hay un Dios y un cielo para ir cuando uno muere? –

 

-       No creo en Dios. Pero si creo que al morir, al menos ya no sufres y eso es bueno. ¿No crees? – Lo miró sonriendo, tratando de animar al otro.

 

Suga lo miró y sonrió. En verdad, ese chico hermoso con unos ojos que lo miraban como si fuera un gatito tierno, solo podía hacerlo sonreír.

-       Yo lo que creo es que eres demasiado tierno y lindo para ser mi amigo. – Le susurró, acariciando su mejilla.

 

-       ¡Hyung! – Contestó Jimin, alejándose un poco, pues de pronto sintió pena por las palabras de Suga.

 

-       Discúlpame, no pude evitarlo. – Le contestó el mayor al verlo tan apenado con su caricia.

 

-       No me molesta, pero… creo que ahora no es el momento. – Le contestó con suavidad.

 

Yoon Gi solo asintió, sin decir nada más.

-       Vamos a dormir, y para que no te sientas solo, te voy a abrazar hasta que te duermas, hyung. – Le dijo el menor, y sin más, lo recostó en la cama y luego, él se metió junto a él, para abrazarlo bajo las cobijas.

-       ¿No estás incómodo, hyung? –

 

-       En lo absoluto, Jimini. – Le dijo, sintiendo mucho más calor del debido, al tener el fuerte cuerpo de ese niño atrás de él.

 

-       Entonces duerme. – Le ordenó y apoyando su cabeza en la espalda de Suga, trató de darle calor y cariño.

 

-       Gra… - Iba a decir Yoon Gi, pero Jimin lo interrumpió.

 

-       Deja de agradecérmelo. Solo duerme, anda. – Le susurro, haciéndolo callar.

 

Pronto el calor y el silencio les produjo mucho sueño a los dos y, finalmente, terminaron durmiéndose así, abrazados dentro de la cama, como dos buenos amigos.

 

 

Taehyung seguía recostado sobre su enorme cama, después de haberse duchado y cambiado.

 

No quiso cenar nada y solo se retiró a su habitación, tratando de contener su tristeza y no empezar a llorar como un niño.

 

En realidad, sentía tanto dolor, que no podía llorar. La angustia de saber que Hoseok había muerto y que ya nunca más podría hablar con él, lo llenaba al tope.

 

La terrible sensación de pérdida absoluta, de tener la certeza de ya no volver a ver a esa persona amada lo llenaba tanto, que lo ahogaba en angustia y depresión.

 

Quería salir y gritar que su vida ya no tenía sentido. Dejarse morir le parecía una buena idea, pero por ahora, la inercia, el cansancio y la oscuridad le hacían querer dormir y no despertar jamás.

 

Cerró los ojos y sin querer, comenzó a soñar con Hoseok, en los momentos más íntimos, cuando eran dos amantes que se daban todo en cuerpo y alma.

 

 

Después del accidente, Hoseok estuvo muy mal.

 

Tenía quemaduras graves, pero las hierbas medicinales de Jun Hong le ayudaron a sobrevivir.

 

No podía caminar muy bien, así que se apoyaba en un bastón y su cara, aunque no tenía quemaduras de tercer grado, si tenía una ligera hinchazón y abrasiones que le ardían si las tocaba.

 

-       ¿Cuál es tu nombre, hyung? – Le preguntó el menor, una vez que Hoseok fue capaz de estar despierto durante unas horas.

 

-       Me llamo… Jung Hoseok, pero por favor, no avises a las autoridades. Sé que me has ayudado mucho, pero necesito que llames a una persona y le digas que venga por mí. Él entenderá y vendrá. Incluso te pagará por lo que hiciste conmigo. – Le ofreció.

 

El muchacho se levantó molesto. No quería ni necesitaba el dinero de ese hombre.

 

Lo había salvado porque eso era lo que su abuelo le había enseñado: Compasión y ayuda a los necesitados. No quería aceptar el dinero de alguien por haberle salvado la vida.

-       No necesito tu dinero, hyung. Sé que te parecemos muy pobres, pero así estamos bien. Mi abuelo y yo vivimos de lo que pescamos y vendemos en el mercado. Guarda tu dinero. – Le dijo al fin, rechazando lo que se le ofrecía.

 

-       Discúlpame. No quise ofenderte. –  Le contestó apenado.

 

-       Dime el nombre y el número de ese hombre. Iré al pueblo y lo llamaré. – Le contestó, ignorando el incidente.

 

Entonces Hoseok le dio los datos de Yoon Gi. Le explicó a Jun Hong que no fuera a decirle a nadie su verdadero nombre.

-       Pero entonces… ¿Cómo te llamarás, hyung? –

 

Hoseok pensó un poco, pero no se le ocurría ninguno. De pronto la mente se le borró. Pero Jun Hong que también hacía esfuerzos por pensar, de repente lo miró feliz.

 

-       Kiro Osaka. ¿Te parece, hyung? Fue un amigo de mi abuelo. Ambos eran pescadores, y en una tormenta, Kiro murió y mi abuelo se quedó con algunas de sus pertenencias. Puedo dártelas y así incluso, puedes obtener papeles falsos. –

 

Corrió hacia un lugar lejano del cuarto y regresó con una cajita de madera llena de papeles de ese hombre.

 

Hoseok sonrió y luego le dijo.

-       Será perfecto. Desde hoy, me llamaré Kiro Osaka, pero a Yoon Gi le dirás quién soy yo en realidad, para que venga por mí. – Le explicó.

 

-       Claro. Tendré mucho cuidado hyung. Confía en mí. – Y se fue corriendo a la playa, para tomar la lancha que lo llevaría al pueblo y poder comunicarse con el amigo de su hyung.

 

Hobi sonrió. Saber que volvería a ver a Yoon Gi lo hacía muy feliz, además con esa nueva identidad, podría regresar a Seúl.

 

Tenía el rostro vendado y sus manos se habían quemado, así que sus huellas estaban distorsionadas.

 

Taehyung nunca sospecharía que en realidad era él y como seguramente ya lo daba por muerto, pues podría reiniciar una nueva vida, junto a sus amigos.

 

Mientras tanto, Yoon Gi y Jimin despertaron en la misma cama. Conscientes de la presencia del otro.

-       Buenos días, hyung. – Le dijo Jimin al otro, en su espalda.

 

-       Buenos días, Jimin. – Suga se giró para mirar al otro a la cara.

 

-       Iré a preparar el desayuno. – Dijo Jimin, pero antes de que se levantara, Suga lo detuvo por la mano y lo obligó a quedarse acostado.

 

-       No te vayas. Me gusta mirarte. –

 

Jimin se puso de mil colores y sintió de pronto, demasiado calor.

-       Yo… bueno… no… - Pero no sabía que decir.

 

-       Eres tan lindo. Tan bueno y lindo, que podría mirarte todo el día sin cansarme. – Acercó una mano a la mejilla del menor y la acarició con calma.

 

-       Hyung… Gracias. – Solo alcanzó a decir.

 

Yoon Gi estaba consciente de que lo que hacía, perturbaba a Jimin, pero ya no aguantaba más. Tenía que decirle que lo amaba y también, quería demostrárselo.

-       Anoche, mientras dormías, pensé en muchas cosas. – Le dijo al fin. – Entre otras cosas, pensé en ti. En lo que me haces sentir y en la forma en la que me siento contigo y me doy cuenta de que me gustas mucho, Jimin. Me gustas tanto, que solo con tu presencia me puedes hacer feliz. – Terminó.

 

El menor lo miró sorprendido, pero sonrió. Le gustaba lo que su hyung le decía, aunque aún dudaba.

-       No necesitas decir esas cosas para agradecer mi ayuda, hyung. Yo… yo de todos modos estaré contigo como tu amigo, siempre. –

 

-       Sé que eres tan buena persona que, incluso aunque yo he sido un imbécil, te portarías muy bien conmigo. Pero en realidad siento eso por ti, así que no lo digo para agradecerte nada. Solo es la verdad. – Lo miró con sus ojos gatunos que Jimin miraba fascinado.

 

-       Tú sabes lo que yo siento por ti. Por favor, por lo que más quieras, no digas nada que no sientas. Prefiero que solo seamos amigos, y poder estar cerca de ti de esa manera, a que me mientas solo para hacerme sentir bien. –

 

-       No te estoy mintiendo. Después de todo lo que ha pasado con Hoseok, no quiero perder el tiempo sin decirte que te amo. No quiero que, si algo me pasa, no haya podido decirte que eres la persona más importante del mundo para mí. –

 

Jimin lo miró, abriendo los ojos, sorprendido.

 

-       ¿Qué…? – Iba a decir el menor, pero los labios de Yoon Gi lo interrumpieron, con un apasionado beso.

 

-       Jimin, te amo. – Susurró en sus labios, devorándolos con tanta pasión, que Jimin sentía que le robaba el alma en cada beso.

 

Yoon Gi entró en la boca del menor y la hizo suya. Jimin tomó la cabeza del otro con sus dos manos y se pegó más al otro.

 

Ambos estaban acostados, de frente, besándose con avidez, como si no hubiera un mañana, conscientes de que al fin satisfacían un deseo largamente anhelado.

 

Cuando se separaron, después de unos minutos, ambos respiraban agitados.

 

-       Te amo, Suga hyung. – Confesó Jimin y volvió a besar al otro.

 

Las manos de Yoon Gi se paseaban por la espalda del menor, buscando tocar en cada parte que podían.

 

Jimin sentía la gloria, pues las frías manos de su hyung lo calentaban rápidamente, haciendo que deseara cada vez más y más.

 

-       ¿Quieres, Jimin? Te deseo tanto… - Le susurró mientras seguía tocando en cada parte del cuerpo del menor, haciendo que éste sintiera que no había tenido nunca antes momentos de placer.

Suga se levantó  y se arrodilló frente a él, mirándolo fijamente, con sus ojos entre cerrados, provocando en el chico una sensación demasiado intensa y cálida.

 

-       Yo también te deseo, Yoon Gi. Bésame. – Le pidió y éste, obediente, volvió a besarlo, demostrándole su deseo.

Jimin sentía que los besos de Suga, y sus manos, le daban una nueva experiencia y dejaba que lo tocara en todo su cuerpo, mientras él gemía suavemente el nombre de su hyung.

 

Poco a poco, sus cuerpos fueron calentándose a tal grado, que sudaban a chorros, como si estuvieran en una sauna. Al fin, Yoon Gi se separó un momento del menor para ir a buscar algo a su pantalón.

 

-       Yoon Gi… - Susurró cuando lo miró poniéndose el preservativo y el lubricante.

 

-       Solo un momento más, cariño. – Le susurró al otro, mientras se acomodaba entre sus piernas y al fin, entraba en él completamente.

 

Jimin soltó unas pocas lágrimas, pues el dolor no se alejaba y sus manos, temblaban por lo que sentía. De pronto, una mano de su hyung tomó una de las suyas y las envolvió con todo cuidado.

 

-       ¿Duele mucho amor? – Le preguntó preocupado.

 

-       Ya… ya está… pasando. – Le contestó, cerrando los ojos, y tratando de relajarse.

 

Luego de que pasó la molestia, el menor comenzó a moverse, permitiéndole al otro empezar con sus embestidas.

-       Te amo, Jimin. De verdad lo hago. – Susurró en su oído para morderle con suavidad, el lóbulo de la oreja.

 

El corazón del menor se aceleró con fuerza. Había deseado tanto éste momento, ésta sensación tan placentera con su hyung, que ahora que lo hacían, sentía que moriría del placer y de la felicidad.

 

Tenía a su adorado hyung haciendo el amor con él, y no solo teniendo sexo salvaje y crudo. Sentía, en lo más profundo de su corazón que en verdad lo amaban y esa certeza lo hacía tan feliz que quería estar así, eternamente junto a Yoon Gi.

 

 

 

Notas finales:

¡Ahhhh!, pues el amor es el amor como decía Pepe le Pu, el zorrillito de las caricaturas. 

Bueno, pues muchas gracias de nuevo por sus comentarios. 

Trataré de subir nuevamente en los días estipulados, pero es que ahora no puedo escribir en el trabajo y por eso me atrasé. Lo siento y una discupa. 

BESOS. 

Gracias por leer. 

BESOS OTRA VEZ. 


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