Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Drive my car. por Galaxy Diamond

[Reviews - 98]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos. 

Finalmente, el último capítulo y un epílogo como la cereza del pastel. 

Taehyung se fue a Daegu, pero no regresó después de un mes, como había prometido.

 

Hoseok y él hablaban casi diario por teléfono, sin embargo, no tocaban el tema de Kiro Osaka. Para ambos era una especie de tabú, que los hacía sentirse incómodos  y presionados.

 

Por otro lado. Jungkook le escribió una larga carta y la envió por e-mail, pero no recibió ninguna respuesta de parte de Tae.

 

Jimin le dijo a Yoon Gi que iría a Daegu para hablar con el menor, pero Suga le dijo que era mejor que Taehyung pensara las cosas lejos de ellos y que después de un tiempo, cuando regresara, podrían hablar con más calma.

 

Y así se fue pasando el tiempo….

 

Hoseok decidió que era hora de ir por Taehyung. No lo obligaría a volver si no quería, pero no podía seguir huyendo por más tiempo.

─    Taehyung no te hará ningún caso. – Le dijo Suga, cuando entre él y Jimin lo miraron empacar.

 

─    Si lo hará. Sé que me ama, lo vi en sus ojos la última vez que hablamos en la fiesta de los hijos de Jin y Jungkook, pero se siente de más aquí. Piensa que no nos importa. Que no somos sus amigos. Pero yo le quitaré esa estúpida idea de la cabeza. –

 

─    Tae está herido. Se siente traicionado por Kookie y por mí. – Contestó Jimin, apenado.

 

─    Ustedes no hicieron nada malo. Tú querías decirle, pero yo te pedí que no lo hicieras. Solo es un mocoso berrinchudo. – Se enojó Suga al ver a su novio tan afligido.

 

─    No debí ocultárselo. Debí demostrarle que es mi amigo y que yo soy su amigo. Tenía que demostrarle lealtad. –

 

─    Te agradezco el favor Jimin, y por eso a mí me toca resolver todo esto. – Le dijo Hoseok, tratando de hacer que Jimin se sintiera menos apenado.

 

─    Pero… - Iba a decir Yoon Gi, pero Hoseok terminó de empacar y luego les dijo.

 

─    Les encargo mis cosas. – Y luego salió para tomar el taxi que lo llevaría al aeropuerto.

 

─    Cuídate, hyung. – Le dijo Jimin, con una enorme sonrisa.

 

─    Ustedes también. – Y se fue.

 

Suga vio a su amigo partir y se preocupó. Jimin lo miró y le dio risa.

 

─    No pasará nada. No creo que el avión se estrelle. Solo es un corto viaje y a Hoseok ya le tocó su dosis de accidentes por un buen tiempo. –

 

─    Eso tú no lo sabes. –

 

─    No lo sé, pero no quiero mandarle malas vibras con mis pensamientos. Mejor vayamos a deshacer la cama, gatito. – Y lo besó con fuerza.

 

Suga lo siguió. Sentía los labios de su novio en su boca y su deseo aumentaba por segundos. Ambos seguían caminando mientras se besaban, hasta llegar a la habitación de huéspedes.

 

─    Lo mejor será que nos acostemos. – Propuso Suga.

 

─    Si, hyung. Quiero acostarme contigo, ahora. – Y Jimin cerró la puerta de la habitación.

 

Por la noche, en Daegu, tocaron a la puerta del monasterio donde se quedaba a dormir Minjae.

 

─    Hermano Minjae, un hombre te busca. Dice que es urgente. – Le dijeron al clérigo.

 

─    Ahora voy, hermano. Gracias. – Minjae se levantó, después de persignarse pues estaba rezando. Salió hacia la sala de visitas y ahí se encontró con Hoseok.

 

─    Buenas noches. Disculpa que te interrumpa Minjae, pero fui a casa de Taehyung y me dijeron que no estaba. ¿De casualidad estará aquí? – Le preguntó, esperanzado.

 

─    Tal vez esté en la iglesia. A veces se queda ahí, meditando. – Lo llevó hasta la iglesia y efectivamente, ahí estaba el menor, pensativo. Tenía la cabeza agachada y solo murmuraba suavemente.

 

─    Tae, tienes visitas. – Le dijo Minjae, acercándose a él, suavemente para no asustarlo.

 

Taehyung giró el rostro y miró a Hoseok que, muy serio y preocupado, lo miraba desde unos asientos atrás, junto a su amigo.

 

─    ¡Hoseok, qué sorpresa! – Se levantó con una enorme sonrisa. Luego se acercó a Hobi y lo abrazó con fuerza.

 

─    Taehyung, amigo. – Le dijo Hoseok, correspondiendo a su abrazo.

 

Minjae se retiró discretamente.

 

─    Vamos a cenar algo. Tengo hambre Hobi. – Le dijo y después de persignase respetuosamente, ambos salieron de la iglesia y caminaron hacia un puesto de comida callejero.

 

Hoseok lo seguía sonriendo, pero sin decir nada más. Cuando vio que el menor saludaba amigablemente a la señora que atendía el puesto y luego se sentaba, jalándolo con él, se sorprendió bastante.

 

─    ¿De verdad cenas aquí, seguido? – Le preguntó incrédulo.

 

─    Sí, claro. Aquí venden la mejor comida de Daegu. – Y sin más, encargó lo que al parecer era la especialidad del lugar. Luego miró a Hobi y ordenó lo mismo para su querido amigo.

 

─    Me sorprendes, Taehyung. –

 

─    No veo porqué. Me permití ordenar algo para ti. ¿Te molesta? –

 

─    No, claro que no. –

 

Les sirvieron dos enormes platos con una comida que olía delicioso. La señora les tendió unos palillos y luego, unos enormes vasos con un líquido caliente, que al parecer era café.

─    Comamos hyung. Luego podremos hablar. Provecho, hyung. – Y el menor comenzó a comer como siempre, con mucho apetito.

 

─    Provecho, Taehyung. – Le dijo Hoseok y devoro así mismo su propio plato de comida.

 

Terminaron rápidamente y luego de  hablar un poco con la mujer, y con sus ayudantes, como cualquier persona del pueblo, Taehyung les pagó las dos cenas, recibiendo las gracias de la señora y los demás.

─    Vayamos a mi casa, hyung. – Y caminaron hasta la casa del menor. Ahí, la señora Kim dormía en su habitación. Taehyung subió a verla y luego bajó para por fin, hablar con su hyung.

 

Hoseok lo observaba. Taehyung no se veía molesto, o triste ni nada parecido. Así que no se explicaba la larga ausencia del menor.

─    Te ves muy bien, Tae. Un poco tostado por el sol,  y con mucho apetito. Eso me da mucho gusto. – Comenzó Hoseok.

 

─    Apetito siempre he tenido. Me avergüenza decirlo, pero yo no dejo de comer para nada. ¿Y tú cómo estás? En realidad me ha sorprendido que llegaras así, sin avisar ni nada. –

 

─    Yo te he estado esperando desde hace mucho. Pensé que solo estarías un mes aquí, pero ya pasaron seis meses y no das trazas de regresar. –

 

Taehyung lo miró y sonrió.

─    Tal vez no regrese. La verdad, me siento muy bien aquí. Todos los días salgo a misa y luego me voy a dar largos paseos, veo como van las cuencas lecheras de mi familia y sigo caminando mucho. – Lo miró. – En realidad aquí me siento rodeado de gente buena que me acepta como soy. No hay nadie que se llame mi amigo, pero no lo necesito, porque no lo espero. – Le explicó.

 

─    En Seúl te extrañamos demasiado. Los chicos quieren platicar contigo, sobre todo Jimin y Jungkook. Están muy apenados y les gustaría aclararte algunas cosas. –

 

─    Diles que no tienen que estar apenados. Yo entiendo que la amistad tiene diferentes grados y yo apenas era un conocido de ustedes. – Lo miró fijamente. – La verdad es que aquí he reflexionado mucho. Demasiado. No les guardo rencor ni estoy molesto, ni nada parecido. Yo, guardo demasiados buenos recuerdos de todos ellos, pero por ahora, no me siento con ganas de regresar y recordar lo mismo otra vez. –

 

─    ¿Y yo? Pensé que no me odiabas. –

 

─    No te odio, Hobi. Al contrario, como te dije en la fiesta de Jin, te quiero mucho y me da tanto gusto que estés vivo, que todos los días le agradezco a Dios por tu presencia. –

 

─    Pero te extraño. Pensé que podríamos comenzar de nuevo, más que como amigos. Yo te amo, Taehyung, no me alejes de tu lado. – Le pidió.

 

Taehyung lo miró y acarició la mejilla de su hyung.

 

─    Yo también te amo, Hoseok. Eres… eres la persona más importante en mi vida. Y por lo mismo, no quiero representar un problema para ti y tus amigos. No quiero que tengas que escoger entre ellos y yo. –

 

─    Pero no tengo que hacerlo. Por favor, créeme que ellos son buenas personas, que te aprecian mucho y lo de Kiro solo fue una tontería. Solo quiero que nos des una oportunidad, por favor. – Le pidió.

 

─    No necesitas pedirlo. ¿Te puedes quedar por unos días o tienes prisa? –

 

─    Pensé que podría quedarme una semana o bien, regresar contigo. –

 

─    Quiero que veas mi nueva vida y así quizás, me puedas entender. – Le dijo.

 

─    Yo solo quiero estar contigo. Donde sea, o como sea. No me importa Seúl, me importas tú. Demasiado. – Y lo miraba con tanta pasión, que el menor se apenó.

 

─    Siempre has sido tan… -

 

─    Cursi. Sí, soy cursi cuando hablo de ti o del amor que te tengo, porque quiero decirte lo que siento, lo que me haces sentir. – Se acercó más al hermoso chico.

 

─    Hobi. – Lo miró cerca de él. Entonces, Hoseok lo tomó en sus brazos y lo besó con fuerza.

 

Ambos desahogaban en ese beso, todas las emociones que sentían el uno por el otro.

─    Te amo. De verdad, te amo tanto. – Le susurró Hoseok, volviendo a atrapar los labios del muchacho.

 

─    Yo también te amo, hyung. – Y siguieron besándose.

 

Al fin se separaron por la necesidad de más aire. Se miraron fijamente.

─    Si no quieres regresar a Seúl te entiendo, pero entonces me quedaré aquí contigo. No quiero volver a vivir sin ti, nunca más. –

 

Taehyung lo miró sonriendo por las palabras de Hobi.

─    Aquí vivimos muy modestamente. No hay los lujos de Seúl ni nada de eso. –

 

─    No me importa. Solo quiero un lujo y se llama Taehyung. – Sonrió.

 

─    De verdad eres tan cursi, cariño. – Lo besó de nuevo. – Pero así te amo. –

 

Hoseok lo empujó para acostarlo en el sofá.

─    Vayamos a la recamara, Hobi. ¿Quieres? –

 

─    No deseo otra cosa más que eso, amor. –

Ambos se pararon y abrazados, subieron por las escaleras.

En la habitación, Hoseok le quitó la chaqueta al menor y luego comenzó a besarlo en el cuello, mientras paseaba sus manos por el cuerpo del muchacho. Taehyung, también le ayudó a él a desnudarse.

 

Se daban cálidos y apasionados besos mientras se desnudaban. Las manos de los dos chicos se acariciaban por todas partes, impacientes y suaves pero apasionadas, sin dejar de tocar un centímetro de la piel del otro.

 

─    Te amo, Hobi. – Le susurró cuando se acostaron en la cama, para seguir amándose.

 

La piel de Taehyung era muy suave, pero se notaba todo el ejercicio que había realizado últimamente y sus piernas habían engrosado de manera notable. Hoseok sonrió pues le gustaba mucho el cuerpo de Tae, pero ahora lo hacía perderse en su piel.

─    Me gusta mucho tu cuerpo, amor. Te podría acariciar todo el tiempo, amor. – Le susurró, estremeciendo al otro.

 

─    Hoseok. – Le dijo, pues se perdía en las caricias que le prodigaba su hyung.

 

Finalmente, ambos se fundieron entre sí, remontándose hasta el cielo, sintiendo y dando tanto amor que pensaban que se volverían locos.

 

Por fin, cuando todo acabó, siguieron acariciándose con suaves caricias, tiernas y dulces, mientras se susurraban todo el amor que se tenían.

 

─    No quiero volver a separarme de ti, Taehyung. Nunca en mi vida lo volveré a hacer. – Le dijo en el oído.

 

─    ¿Aunque tengamos que vivir aquí, para siempre? – Le preguntó sonriendo.

 

─    Si. Aunque tengamos que vivir en la más miserable choza de Daegu. No me importará, mientras estés conmigo y me dejes darte amor. – Lo besó.

 

─    Hoseok, mi amado hyung. – Sonreía.

 

Hobi apoyó su cabeza en el pecho de Taehyung, dejando que éste acariciara su cabello suavemente. Luego, ambos se quedaron completamente dormidos.

 

Un mes después, los dos chicos regresaron a Seúl.

 

Iban en calidad de viaje rápido, pues habían decidido vivir en Daegu.

 

De hecho, Taehyung pensaba hacer algunas construcciones en su pueblo, como escuelas y hospitales, así que la presencia de su adorado hyung no sería en balde.

─    Ni creas que estarás de flojo, amor. Te voy a poner a diseñar todo un centro de salud y una buena escuela para los niños del lugar. –

 

─    Haré lo que sea. Tú solo dime lo que quieres. – Le dijo mientras lo abrazaba con fuerza, en la limusina.

 

Una vez que estuvieron en la empresa de Taehyung, fueron a la sala de juntas donde los esperaban Jin y los otros chicos.

 

Jimin y Jungkook estaban muy nerviosos. Esperaban una mirada llena de reproches por parte de Tae, pero éste solo entró y saludo a todos, con una enorme sonrisa.

 

─    Buenos días, y les agradezco que hayan venido de manera tan precipitada. Disculpen pero no pude avisarles antes. – Les explicó.

 

─    Está bien, Tae. – Le dijo Jin.

 

─    Quiero que firmemos otro contrato. En ésta ocasión, incluiremos  a  Hoseok y lo haremos por tiempo indefinido. – Les explicó.

 

─    Claro, por nosotros eso será perfecto. –

 

─    También quiero que nos ayuden a Hoseok y a mí para el diseño del centro de Salud que planeamos construir en Daegu. Necesitaremos que envíen a los topógrafos y en fin, ustedes ya saben. Pero quiero que sea su empresa la que desarrolle todo el proyecto. –

 

─    Guauu, eso sería muy bueno para nosotros. Nos dará una publicidad que no podríamos pagar. – Dijo Nam Joon.

 

─    Lo imagino. Y como las empresas Kim no necesitan de eso, pues les cedo el privilegio a ustedes. –

 

─    Gracias, Taehyung. – Le agradecieron todos.

 

Una vez que se pusieron a trabajar, Taehyung salió para tomar el aire. Se había acostumbrado al aire fresco y ligero de Daegu y Seúl le resultaba algo pesado ahora.

─    Gracias por todo, amigo. – Le dijo Jimin a sus espaldas.

 

─    No hay de qué. – Taehyung lo miró y luego siguió mirando la ciudad. – Voy por un frappe, ¿Vienes? –

 

─    Claro. – Los dos chicos caminaron en silencio por un momento. – Pensé que mandarías a algún sirviente. –

 

─    ¿Para qué, si no estoy haciendo nada? Esperaré a Hobi para que terminen y luego nos iremos a la casa. – Le dijo, mientras esperaban para que los atendieran.

 

─    Perdóname Taehyung. Yo quería decirte lo de Kiro, te lo juro. – Le dijo Jimin, ansioso.

 

─    Lo sé. No te preocupes. –

 

─    No lo digo solo porque si, sino porque en verdad lamento haberte herido. –

 

Taehyung lo miró y luego le dijo, serio.

─    Yo me sentí herido, porque pensé que me habías traicionado, al igual que Jungkook. Luego, todos estos meses en Daegu me ayudaron a colocar las cosas en su justa dimensión. –

 

─    Yo te quiero mucho, Tae. Fuiste alguien que me apoyó cuando Suga me maltrataba tanto. –

 

─    Lo hice porque me caíste bien, y no me arrepiento, tampoco te reprocho nada. Solo olvidemos el pasado y tratemos de hacer juntos un futuro diferente. –

 

─    ¿De verdad no estás molesto? –

 

─    De verdad. – Le contestó el menor, con sus hermosos ojos sonriendo al igual que su boca. – Llevemos frappe para los demás. – Le sugirió y pidieron los necesarios.

 

Regresaron a la empresa y finalmente, estuvieron ahí todo el día planeando, diseñando y llamando a las diferentes empresas de material de construcción.

 

El invierno en Seúl era demasiado frio.

 

La nieve cubría la mayor parte de la ciudad y Jin y Jungkook se aprestaron para irse de vacaciones a Daegu con Taehyung y Hoseok.

 

También Daegu era muy frio, pero la casa de la pareja era muy calientita, con una enorme chimenea eléctrica, y además paredes de madera.

 

Además los niños adoraban a Taehyung. Siempre jugaba con ellos y era el más paciente de todos sus tíos.

─    Hoseok dice que diario caminan tanto, que el frio se olvida. Y nos servirá para completar el entrenamiento para ir al Everest. – Dijo Jin mientras subían al avión cada uno con un bebé.

 

─    ¡Tae, quiero a Tae! – Gritó el otro bebé.

 

─    Y no dejarán de dar lata hasta que no vean a Taehyung. – Le dijo Jungkook, viendo que los dos niños exigían por la presencia de Taehyung.

 

─    Exacto. –

 

Cuando llegaron al pueblo, una limusina los esperaba afuera del aeropuerto y los llevó con Hobi y Tae.

 

Suga y Jimin llegaron un día después. Yoon Gi iba repelando de todo, pues lo único que quería era dormir y no viajar, pero Jimin no lo dejó salirse con la suya, así que ambos hicieron sus maletas y luego, se fueron con sus amigos.

 

Finalmente, Nam Joon y su nueva novia, Hyuna, una belleza de cabello negro y ojos enormes, llegaron en la noche antes de navidad.

 

Todos estaban celebrando que ese año había terminado bien para las empresas, y para ellos. Habían ganado amigos y habían perdido a otras personas valiosas, pero al final, como todo en la vida, había un equilibrio.

 

Y al fin llegó la navidad.

Era una celebración para los bebés principalmente. Sus cartas con peticiones hechas principalmente por Jungkook les aseguraba una navidad muy feliz y por supuesto, la mañana que destaparon sus juguetes fue mágica.

 

Al fin, parecía que todo saldría bien.

 

Taehyung estaba preparando la ropa que donaría para la iglesia, cuando de pronto encontró el sobre que su appa le dejara. La carta que jamás abrió.

Con toda curiosidad, se sentó para abrirla y leerla. Los demás estaban jugando con los niños, así que tenía unos minutos de tranquilidad.

Al parecer, la había escrito unas semanas antes de morir, cuando él estaba en Daegu, tratando de poner en orden sus ideas. Su appa, como siempre, preocupado por él, le escribió una carta.

 

 

“Querido Taehyung.

Sé que estas luchando contigo mismo. A veces, las emociones nos rebasan y no sabemos qué hacer con ellas y hasta pensamos que nos desvían del camino que deseamos seguir.

Sin embargo, es precisamente por eso, que Dios nos las envía. Cuando pensamos que existen obstáculos en nuestro camino, debemos darnos cuenta que solo son los planes de alguien que sabe mucho más que nosotros y quiere llevarnos a la felicidad. Para eso es nuestro Padre.

Yo, aquí en la tierra, te observo y adivino sus grandes planes. Y creo que lo has hecho bien.

Regresaste para experimentar y lo hiciste.

Y como en todo buen experimento, el resultado era imprevisible.

Pero yo me siento feliz, porque en verdad no me hubiera gustado que fueras sacerdote. Te prefiero aquí conmigo, y con una persona a la que ames. Hombre o mujer, pero con amor.

Cuando regreses, busca a Hoseok y se feliz con él. Olvídate de lo que tu madre y yo sentiremos, pues solo te deseamos felicidad.

Solo busca eso, tu propia felicidad.

Te amo, hijo mío”.

 

Taehyung terminó la carta llorando y luego, cuando escuchó que tocaban a la puerta, acudió a abrir.

─    ¿Qué pasa, amor? – Le preguntó Hoseok al verlo con los ojos rojos.

 

─    Nada, solo… solo soy muy feliz, porque estás aquí conmigo. – Lo besó. – Te amo demasiado, Hoseok. – Y lo miró lleno de alegría.

 

─    Yo también te amo, Tae. –

 

Ambos bajaron para estar con sus amigos.

 

EPILOGO.

Los dos muchachos avanzaban lenta y trabajosamente a través de la nieve.

Iban unidos por una cuerda, y detrás de ellos, venía otra pareja que también estaba unida a ellos.

Por último, un solo muchacho caminaba lentamente, cuidando la retaguardia.

Entonces vislumbraron la cima. Era el Everest con toda su enorme majestuosidad.

Jin y Jungkook se miraron fijamente, sonriendo a través de los lentes especiales para esquiar, y asintieron.

Luego, Jimin y Yoon Gi se les acercaron, junto con Nam Joon.

─    ¡Vayan ustedes primero y luego irá Nam Joon. Al final, nos tocará a Jimin y a mí! – Les dijo Yoon Gi con una voz que apenas se escuchaba.

 

─    ¡Está bien, hyung! – Les dijo Jungkook y se fueron, mientras los otros tres esperaban.

 

Había sido un sueño largamente acariciado y por fin se cumpliría.

 

Jin no había querido dejar a los bebés, pero Jungkook le dijo que Taehyung sería el niñero perfecto. Hoseok también se quedaría acompañando a su novio, pues no quería arriesgarse nuevamente.

─    Esperaré a que Taehyung quiera venir alguna vez. Espero convencerlo pronto. – Les dijo Hobi, cuando los fueron a despedir al aeropuerto.

 

─    Digan adiós a sus appas. – Les dijo Tae a los bebés que lloraban buscando los brazos de Kookie, pero éste haciendo de tripas corazón se dio la vuelta y se fue para abordar el avión, antes de que las lágrimas de sus hijos lo hicieran quedarse.

 

Y se fueron para ahora, estar a punto de llegar a la cima.

 

Se habían preparado con esmero y de pronto, llegó el momento en el verano siguiente.

 

Jungkook sentía la mano de Jin que lo sujetaba con fuerza y él, dando un paso más, lo siguió, sabiendo que siempre que tuviera la mano de su Seokjin en la suya, podría llegar a donde quisiera.

 

Tal era la fuerza de su amor.

 

FIN.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, pues es el final. 

Se que siempre les agradezco a los que tuvieron la atención de enviarme algún review y como siempre, quiero que recuerden que esos reviews nos ayudan a seguir escribiendo. Al menos a mi lo hacen. 

He estado un poco lejana ultimamente. 

Se que no les interesa mi vida personal, pero he tenido algunos problemas y he tomado decisiones importantes que me han dejado agotada. 

También les comento que estoy escribiendo mucho pero no solo de BTS, sino de Seventeen, aunque no lo he publicado porque quiero que queden mejor. 

Quiero que sepan que ustedes, con sus vistos y sus reviews, me hicieron sentirme acompañada y me ayudó a dejar un poco los problemas. Se que suena exagerado, pero así es. 

También sé a ciencia cierta que muchos están demasiado ocupados para enviar algún comentario y que por supuesto, lo entiendo muy bien. 

De cualquier forma, mil gracias por leer otro fic más que subo con todo mi cariño para ese gran grupo de chicos llamados BTS y con la esperanza de que para ustedes sea entretenido. 

De nuevo, mil gracias Ale por tus comentarios. Vales oro. 

Y los demás, todos los demás que se tomaron la molestia de comentar. Miles de besos para ustedes. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).