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Drive my car. por Galaxy Diamond

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─    Cualquier cosa que me metas en la boca, la perderás de un gran mordisco. – Le contestó Jimin al otro. A pesar de estar hincado, estaba furioso.

 

─    ¡Si te atreves a morderme, te clavaré los sesos y morirás, idiota! – Le dijo Yoon Gi furioso.

 

─    Cuando lo hagas, el reflejo pre - mortem cerrará mi mandíbula con tanta fuerza, que no podrán abrirla más que con unas pinzas. Olvídate de tu miembro, te volveré una soprano. – Y se rió, valiente como siempre.

 

─    ¡Idiota! – Le contestó el otro, pero en la duda, volvió a abrocharse el pantalón. Miró a Jimin ahí, hincado en el suelo por la fuerza, pero con sus ojos fijos en él.

 

─    ¡Levántenlo! – Y sus amigos, lo levantaron a la fuerza. Entonces Yoon Gi le dio un puñetazo en la cara que lo obligó a voltear el rostro, luego el menor volvió a mirarlo con la boca llena de sangre. – Dame el dinero, ahora. –

 

─    ¡No puedo darte nada, me están agarrando por las dos manos, idiota! – Le contestó, recibiendo un puñetazo en el estómago.

 

─    ¡No me hables de esa manera! – Le gritó Suga furioso. Lo esculcó en todos lados y al fin le abrió la cartera, sacó los dos billetes de cien dólares y luego le arrojó la billetera con el resto del dinero.

 

─    ¡Imbécil!  Primero estás ahí de baboso fisgón, excitado y luego quieres tu dinero. Eres un maldito muerto de hambre. – Le dijo Jimin. No le daba miedo el otro, porque estaba demasiado enojado.

 

─    ¡Deja de provocarme o no te quedará un solo hueso sano! –

 

─    ¡Tienes tu jodido dinero en tus jodidas manos, lárgate de una vez¡ –

 

─    Conque eres un mariquita con cojones. ¿Eh?-

 

─    No soy mariquita. Soy un hombre más hombre que tú. – Se defendió.

 

─    Eres un gay de mierda. Me das asco. – Le dijo Suga.

Jimin se zafó de los dos hombres que lo sujetaban, sin embargo no huyó, se acercó a Suga y le dijo, sonriendo:

─    Pero bien que lo disfrutaste hace rato, puto mentiroso. – Y al ver que lo iban a volver a sujetar, se echó a correr hacia el club, entrando por atrás.

 

─    ¡Ya me las pagarás, marica! – Le gritó, pero Jimin solo le mostró el dedo medio y luego entró al club.

 

─    Déjenlo, ya me las pagará ese… gay asqueroso. – Y luego de decir esto, se fue con sus amigos en el coche que llevaban.

Yoon Gi o Suga, era un homofóbico de hueso colorado. No soportaba a un hombre gay cerca de él y cuando vio a Jimin bailando en el bar, se le ocurrió que podría obligarlo a que le hiciera sexo oral, como una prostituta y luego humillarlo. Lo grabaría y subiría el video a Youtube, pero el chico se opuso y le dio temor que cumpliera su promesa de morderlo.

Era un arquitecto exitoso, amigo de Jin, Hoseok y Nam Joon, pero éstos no sabían su vida secreta, donde se reunía con otros homofóbicos los sábados por la noche y buscaba gays para molestarlos o golpearlos.

No le importaba nada más que terminar con esa basura que, según él, comenzaba a invadir el mundo de los hombres de verdad.

Así que ahora tenía a alguien en la mira para eliminarlo del planeta. Ese niño no sabía con quién se había metido, pero él le enseñaría a respetar a los hombres.

Jimin tenía la boca sangrando y le dolían las costillas, pero alcanzó a llegar a su camerino, donde se lavó la cara y se aplicó un poco de pomada en el pecho.

─    ¿Qué te ocurrió, encanto? – Le preguntó una de las meseras.

 

─    Unos tipos que me asaltaron, pero ya se fueron. – Le dijo. Luego se asomó y vio que el coche de Suga ya no estaba. 

 

─    ¿Quieres que llame a la policía, amor? –

 

─    No, déjalo. Me voy. Nos vemos luego. – Y salió hasta su coche, entró en él y se fue a su departamento para estudiar.

El lunes, tenía una entrevista de trabajo en la empresa de arquitectos donde le darían su primera oportunidad como ingeniero civil.

─    Ni modo, lo tendré que dejar tarde o temprano, así que más vale que consiga un trabajo decente, porque creo que éste es demasiado peligroso. – Sonrió, recordando a Suga. Le daba coraje que lo hubiera golpeado, pero al mismo tiempo le daba risa ver la cara de susto de Yoon Gi cuando le dijo que le arrancaría el pene. – “Maldito idiota” – Le dijo en su mente, mientras entraba a la ducha.

Por la mañana, se levantó, se duchó y fue a la empresa que estaba construyendo un edificio de departamentos. En el periódico se había publicado un anuncio pidiendo un ingeniero pasante, para ayudar al contratista en jefe. Se tenía que entrevistar con el arquitecto Jung Hoseok, así que fue directamente a su oficina.

─    Buenos días, ¿La oficina del arquitecto Jung? – Le preguntó al guardia de la puerta.

 

─    En el primer piso. Por el elevador. – Le informó y luego de registrarse, subió.

 

Hoseok estaba en su oficina, frente al restirador, tratando de concentrarse, pero la verdad se sentía algo aburrido. Tenía que hacer un diseño especial para el departamento del señor Bang, pero la verdad es que no se le ocurría nada especial.

De repente, miró al frente.

Cuando instalaron las oficinas en el edificio que ocupaban, observó que el departamento frente a su oficina estaba desocupado. Ese día, sin embargo, le llamó la atención ver gente moviéndose dentro del mismo.

Tenía las persianas desplegadas, así que se veía muy bien a la gente dentro del lugar. Metían muchas cajas en lo que parecía una recamara que quedaba exactamente enfrente de su oficina.

Era una familia de dos padres y un muchacho. El chico se veía muy feliz, sonriendo y bromeando con sus padres. Éstos le hablaban y el menor se iba a cada rato a su habitación que era el cuarto que quedaba frente a la oficina de Hoseok.

─    Perdón… ¿Arquitecto Jung? – Escuchó la voz de Jimin y tuvo que desviar la vista hacia el chico que estaba en la puerta.

 

─    Hola, si soy yo. ¿Y tú eres? –

 

─    Park Jimin. Vengo por el anuncio del periódico. – Le explicó.

 

─    ¿Eres arquitecto? ¿Pasante? – Lo miraba incrédulo.

 

─    Sí. – Sonrió y su risa le encantó a Hoseok. – Ya sé que me veo más joven que eso, pero le aseguro que estoy estudiando el último año de la carrera. –

 

─    Te creo. – Miró al chico y luego le ofreció un asiento. Miró de reojo por la ventana y entonces vio al menor del departamento de enfrente, abriendo la ventana.

 

─    Te llevaré a que veas la obra, me dejarás tus papeles y mañana te podré dar una respuesta. – Le explicó y luego, se levantó para salir con Jimin hacia la obra que estaba a un lado de las oficinas.

Subieron a la obra y Hoseok observó que Jimin se movía con agilidad entre los albañiles, los andamios y todo eso. Sonrió cuando le ayudó al maestro albañil a taladrar un madero que sobresalía, y se movía como si estuviera ahí todos los días.

─    Entonces… ¿Mi trabajo será aquí? –

 

─    Si, si te quedas con el puesto, trabajarías aquí. –

 

─    Me encanta. – Sonrió Jimin.

De pronto, una figura demasiado conocida se acercó a ellos.

─    Yoon Gi hyung. Él es Jimin, y viene por el puesto de ingeniero. – Le explicó Hoseok.

Jimin miró a Suga, y éste le devolvió la mirada. Ambos se retaban con los ojos, hasta que Yoon Gi le dijo a su amigo.

─    No lo necesitamos. Lárgate muchacho. – Y luego se fue de ahí, dejando a Hoseok completamente desconcertado.

 

─    Pero hyung… - Miró a Jimin que solo sonrió, amargamente.

 

─    Me voy entonces. – Completó Jimin, luego bajó ágilmente hasta que llegó al suelo y se fue de ahí, sin esperar a Hoseok.

Hobi corrió hasta la oficina de Yoon Gi para encontrarlo cómodamente sentado en frente de su escritorio.

─    ¿Me quieres explicar que pasó allá arriba? –

 

─    Nada, solo no necesitamos a alguien como… él. – Le dijo.

 

─    Yoon Gi, si no me explicas las cosas, pensaré que te has vuelto completamente loco. –

 

─    Es gay. – Le dijo sin más.

 

─    ¿Y? –

 

─    No quiero homosexuales en mi obra. Es todo. Busca hombres, no maricas. –

 

─    Pero… ¿Cómo sabes que es gay? –

Suga lo miró, fulminándolo con la mirada. Hoseok era su amigo, pero no le tenía tanta confianza como para informarlo de su secreto.

─    Solo lo sé. – Le contestó.

 

─    Pondré a votación del consejo la elección del aspirante. No puedes decidir en base a semejante… tontería. – Y sin esperar respuesta de su hyung, se giró y se fue.

Yoon Gi se quedó pensando. Si Jimin se quedaba en la obra, le haría la vida tan difícil que el mismo chico terminaría renunciando.

Sonrió, imaginando todas las maldades que podría hacerle teniéndolo tan cerca de él.

─    Ya nos veremos, Jimin. – Le dijo al chico, en voz baja.

 

Jin comenzó sus ejercicios de rehabilitación para poder caminar lo más pronto posible. Jungkook se dedicó al cien por ciento a eso, para que su hyung se restableciera lo antes posible.

Llevaban apenas una semana y Jin ya podía apoyar su pierna, pero necesitaba de muletas para equilibrarse.

Ambos muchachos se habían vuelto demasiado cercanos, tanto Jungkook como Jin sentían mucha simpatía por el otro. Hablaban de cualquier cosa, pero especialmente de ir al Everest y poder escalar.

─    ¿Más o menos cuanto se gastaría, hyung? – Le preguntó interesado.

 

─    Pues… al menos unos cincuenta mil dólares, un poco más, pero como vamos en grupo, podemos disminuir algunos gastos. Con esa cantidad se puede ir sin problemas. – Determinó finalmente.

Estaban en la tina, bañando a Jin. Su pierna sobresalía del agua y Jungkook la tallaba.

─    “Hay mucha diferencia entre mis dos piernas”. – Pensó Jin colocándolas juntas. En verdad, una de ellas se veía más fuerte y musculosa que la otra.

 

─    Con los ejercicios y masajes quedarán iguales, hyung. – Le dijo Jungkook, adivinando el pensamiento del mayor.

 

─    Hay que hacer muchos ejercicios. Te propongo que los dos entrenemos juntos. –

 

─    Claro, hyung.- Jungkook guardaba las cosas y ponía orden en la habitación.

 

─    ¿Sabes manejar, Jungkook? –

 

─    Si, hyung. –

 

─    ¿Podrías ser mi chofer? – Le preguntó de pronto. Se había vestido y se acomodó en la cama.

 

─    Claro, por supuesto. – Sonrió. De pronto le daba gusto seguir trabajando para Jin. Sin embargo, también le quitaría el tiempo para ir a la universidad.

 

─    ¿Cómo va lo de tu escuela? – Adivinó Jin.

 

─    Mal. No creo que pueda regresar cuando lo planeaba. – Le contestó.

 

─    Vamos a planear muy bien lo que haremos. Podrías llevarme a la oficina e ir a tu escuela, y cuando termines, regresar por mí. – Le explicó.

 

─    ¿De verdad? –

 

─    Sí, quiero que termines la universidad. No quiero ser un obstáculo para ti. – Le explicó.

Estaban platicando en la recamara del mayor, cuando entró una llamada de Hoseok.

 

─    Hyung, necesitamos que vengas lo más pronto posible a la junta del consejo para decidir sobre los candidatos al puesto de ayudante del contratista. – Le explicó.

 

─    Iré mañana. Convoca al resto de los socios. –

 

─    Pero mañana no podrás venir. Aún no puedes manejar ni nada parecido. –

 

─    Tengo un chofer muy bueno. – Contestó Jin mirando a Kookie con una sonrisa. El menor lo miró y sonrió también.

 

─    Está bien, entonces mañana te veré. – Le dijo Hoseok al fin.

 

─    Pues mañana comenzarás como mi chofer además de mi enfermero. En realidad, no sé qué haría sin ti, Kookie. – Y lo miró sonriendo de una manera que hizo que el corazón de Kookie se pusiera muy cálido.

 

─    ¿Quieres que use un uniforme o algo así? – Le preguntó el menor.

 

─    Claro que no. No eres mi chofer solamente, creo que después de todo lo que llevamos trabajando juntos, podemos ser amigos. ¿Qué te parece a ti? –

 

─    Amigos. Gracias, hyung, es un honor para mí. – Y salió para ir por la cena del mayor.

 

Luego fue al cuarto de su omma para ver como seguía.

La señora Jeon estaba mucho mejor. De hecho, se levantaba para hacer algunas caminatas y deseaba, próximamente, ir a trabajar.

 

─    Omma, no quiero que trabajes. Quiero que te tomes tu tiempo para descansar. –

 

─    Me aburre estar sin hacer nada. Una mujer me habló de un hombre que necesita terapia y una cuidadora, iré a ver el trabajo mañana. Además pagan muy bien y necesitamos el dinero, cariño. –

 

─    Está bien, pero no te excedas. –

 

─    No lo haré, corazón. –

Al día siguiente, Jungkook y Jin se fueron a la junta de Consejo en las oficinas de la empresa. La señora Jeon por su parte, se fue a su cita con la familia Kim, en el edificio frente a las oficinas de la empresa de arquitectos.

Ninguno de los dos, madre e hijo, suponían que trabajarían en lugares tan cercanos.

─    Ese chico es gay, no quiero tenerlo cerca de mí. – Indicó Suga cuando Hoseok comentó el caso de Jimin. Tenían dos candidatos más, pero algo en ese chico le caía demasiado bien a Hobi.

 

─    De acuerdo a su Currícula, Jimin es el que tiene mejor promedio y yo lo vi trabajar muy bien con los obreros, aquí en la obra. Yo voto por él. – Determinó Hoseok.

 

─    Yo voto por quién sea, menos él. – Dijo Suga.

 

─    A mí me da igual. – Dijo Nam Joon.

 

─    Bueno, entonces tenemos dos votos para Jimin, y uno en contra. Si yo votara por Suga, estaríamos empatados, así que dejaremos que el señor Kim, el otro accionista de la empresa, decida. Si él vota a favor de Jimin, lo contratamos. – Decidió el mayor de todos.

 

─    Pero Jin… -

 

─    Es lo justo, Yoon Gi. Siempre hemos sido disciplinados con las decisiones que tomamos en el consejo. Y lo seguiremos haciendo. Gay o no, si el señor Kim lo elige, lo contrataremos. – Los miró fijamente. - ¿De acuerdo? –

 

─    De acuerdo. – Contestaron todos. Luego, esperaron a que llegara el señor Kim que en ese momento, subía por el elevador.

Los cuatro muchachos se levantaron cuando vieron entrar al presidente del consejo, el señor Kim. Venía acompañado de su hijo, Taehyung.

─    Buenos días, caballeros. – Los saludó. – Les presento a mi hijo Taehyung. Acaba de terminar su carrera y está de vacaciones. -  

 

─    Buenos días, Hyungs. – Los saludó el muchacho educadamente, haciendo una reverencia.

 

─    Buenos días, Taehyung. – Saludaron todos.

 

El muchacho se sentó muy serio, ayudando a su padre para que hiciera lo mismo y luego, el señor Kim leyó los expedientes de los tres candidatos.

 

─    ¿Ustedes ya tomaron una decisión? – Les preguntó.

 

─    Si, ahjuma Kim. Solo necesitamos su opinión. – Le dijo Jin, sin agregar nada más para no influir.

 

─    Me gusta éste chico… Park, Jimin. Me parece el más adecuado y además tiene un expediente impresionante. – Terminó el señor Kim.

Hoseok aventó sus papeles al cielo y gritó:

─    ¡Viva, lo llamaré ahora mismo! – Y se levantó para ir al teléfono. Suga solo hizo un gesto molesto y luego se levantó diciendo un corto y seco. “Con permiso”.

Jin miró al señor Kim y como siempre, muy educado, le explicó la situación. El buen hombre sonrió y luego miró a su pequeño hijo.

 

─    ¿Ves lo que tengo que aguantar con éstos arquitectos, mi querido Tae? Son unos inmaduros, y a veces pienso que estoy más bien en una guardería que en una empresa seria. – Pero se rió con muy buen humor.

Tae también sonrió pero no dijo nada más. Era demasiado callado y solo escuchaba.

Al final se disolvió la reunión y el señor Kim regresó a su departamento. Su hijo lo acompañó y cuando bajaron del elevador en el primer piso, entró Jimin.

─    Buenas tardes. – Les dijo a los dos. Miró a Taehyung y sin más, le guiñó un ojo y sonrió. El menor también sonrió sin saber por qué. Ese chico le agradó desde que lo miró.

 

─    Buenas tardes, hyung.- Le contestó el muchacho serio. Jimin solo se atacó de la risa. Estaba feliz por haber conseguido el empleo y porque sabía que para Suga sería una afrenta.

 

─    “Pues al parecer nos estaremos viendo diario aquí, idiota, y me podré desquitar de lo que me hiciste, dólar por dólar” – Sonrió feliz de la vida. Amaba los retos y la competencia. Era un chico competitivo y optimista que siempre conseguía lo que se proponía, pues no se ponía trabas a sí mismo para hacerlo.

Jungkook estaba esperando a Jin parado en la calle, pues había regresado de la cafetería donde se había tomado un buen frappé.

Vio a los dos Kim saliendo del edificio, le dio risa el menor que ayudaba a su padre mientras caminaba, exagerando en los cuidados y haciendo que, por estar demasiado cerca de él, casi se tropezara.

─    Deja que él camine y solo dale tu brazo para que se apoye. – Le dijo cuándo los ayudó, sosteniendo al anciano con cuidado.

 

─    Perdón, appa. Pero en verdad… - Le dijo su pequeño al señor Kim, pero éste solo sonrió.

 

─    No te apures, Tae. La señora Jeon nos ayudará en el departamento. – Le dijo y Jungkook escuchó.

 

─    ¿La señora Jeon? – Preguntó.

 

─    Si, la señora que nos ayudará a cuidar a mi appa. – Le explicó Taehyung con seriedad.

 

─    Mi omma. –

 

─    ¿Tu omma? – Preguntó el mayor incrédulo.

 

─    Sí. Bueno… los dejo porque ahí viene el arquitecto Kim y debo ayudarlo, con permiso. – Jungkook les hizo una reverencia y luego corrió para ayudar a Jin con las muletas, meterlo al automóvil y luego llevarlo a su casa de regreso.

Taehyung observó a Jungkook mientras ayudaba a Jin y deseo ser tan eficiente como el menor. Luego, observó que además de cuidarlo era su chofer y entonces sintió mucha admiración por el chico. 

Notas finales:

Bien, espero poder subir más capitulos de manera más contínua. 

Mientras tanto, espero les haya gustado y espero sus comentarios. 

BESOS. 


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