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Lo que una vez fui por Evaamaelyaoi

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9 MESES DESPUÉS
Zero estaba acariciando su ahora de nueve meses barriga. Sentía a su bebe moverse un poco. Seguramente se estaba acomodando para dormir. En estos últimos meses había notado que su bebe era muy dormilón. No le causaba ningún problema y casi no había tenido antojos en todo el embarazo, algo que agradecía ya que no quería molestar a Yuuki con sus problemas. La chica ya hacía suficiente con dejarle vivir en su mansión alejado de Alan y su hermana.
La tristeza le volvió a envolver cuando recordó a Alan. Las cosas no le cuadraban, se suponía que Alan era su pareja destinada entonces ¿porqué le había traicionado?
Se lo había comentado a Yuuki peró esta solo dijo que en los tios la polla manda más que el corazón.
El peliplateado se levantó del bancó en el que estaba sentado y entró en la mansión caminando en dirección a su habitación. Iba a tomar el ejemplo de su bebe y dormir un rato. El médico le dijo que el estres que sentía podía perjudicar a su bebé y una siesta era lo mejor para tranquilizarse.
Una voz le hizo detenerse. Provenía de la habitación de Aaron, el hijo de un año de Yuuki. Entreabrió la puerta en silencio para ver a Yuuki acunando a su hijo mientras le cantaba.
Duerme mi niño
Mama no dormirá
Mama su corazón te dará
Cerró la puerta con cuidado y se fué a su cuarto. Le preocupaba el comportamiento de Yuuki. La había oido muchas veces dicutiendo con Kuran, recriminandole que todavía no tuvieran un corazón para su hijo.
Por muy mal que le cayera Kuran, le daba pena verlo así. Con la culpa en los ojos y haciendo lo que sea para que Yuuki sea por lo menos un poco feliz. Se había dado cuenta de que Kuran, aun siendo un idiota manipulador, amaba realmente a su familia.
Cerró la puerta de su habitación con cuidado y se sentó en un pequeño sofa que tenía en la teraza, el sueño se había ido de su sistema.
Miró la entrada a la mansión Kuran y por un momento le pareció ver a Yagari allí. Cerró los ojos fuertemente y volvió a mirar. Ya no había nadie. Recordó la grran discución que tuvo con su guardian por haber aceptado irse con Yuuki. Yagari no se creía que Alan le hubiera traicionado y no confiaba en los Kuran. Zero le suplicó que no le dijera a donde había ido a Alan si este venía a buscarle. Después de una larga discución que acab'o con un Zero llorando y gritandole que ya había perdido a Ichiru, no quería perder también a Sara, Yagari había accedido a dejarlo irse no sin antes decirle lo idiota que era a su alumno favorito. No accedió a irse con ellos. Dijo que tenía cosas que arreglar, que pronto iría a verle. De eso hacía nueve meses y Yagari no había dado signos de vida. Al principio pensó que no sabía donde estaba la mansión de los Kuran pero luego recordó que le había dado el numero de telefono de la mansión. No podía evitar pensar que Yagari le había dejó.
Volvió en si al sentir una presencia en su habitación.
-¿Que quieres Kuran?- preguntó secamente al vampiro que se acercó a él lentamente.
-¿Así es como le hablas a la persona que te ha aceptado en su casa?
-Esta casa es más de Yuuki que tuya. Ella me contó que en realidad eres un antepasado suyo y no su hermano. Por lo tanto a quien le tengo que agradecer es a ella, no a ti.- Dijo con la voz más fria que pudo poner sin mirar en ningún momento al sangre pura.- ¿A que has venido?
-Mañana es el cumpleaños de Yuuki y vamos a ir a cenar a un restaurante. Queriamos pedirte el favor de que cuidaras a Aaron.
-Pensé que Aaron tenía una niñera.
-Resultó ser una ladrona. Le robó a Yuuki un collar que había heredado de nuestra madre.-Zero le miró sorprendido.
-¿Anfisa robó a Yuuki? Pero si parecía una señora inofensiva...
-Las personas no son siempre lo que parecen. Yuuki pensó en ti porque confía en ti más que en cualquiera de esta casa y además piensa que te será de ayuda practicar un poco antes de que des a luz.
-No necesitas convenserme, lo haré con gusto.
Kaname asintió y con un gesto seco de despedida se fué de la habitación
Al día siguiente todos en la mansión estaban corriendo de allí para allá cumpliendo todos los caprichos de Yuuki. Por su parte Zero le regaló una pulsera dorada con rubies, que había visto en una paginá de Internet, y que le recordó mucho a la sangre pura.
Por la tarde Yuuki y Kaname se fueron al restaurante del que le habló Kuran, dejando a Aaron con el peliplateado. Zero llevaba unas horas con el niño y realmente le parecía un bebé adorable. No causaba ningún problema y sonreía casi todo el tiempo. Si Zero lo viera sin conocerlo nunca diría que ese niño tuviera problemas de salud.
A las nueve acostó al niño y se quedó leyendo al lado de la cuna del bebé por si este se despertaba. Por las once de la noche oyó pasos acercandosé a la habitación del bebé y los Kuran ingresaron en la habitación. Zero pudo notar que Yuuki no estaba muy sobria que digamos ya que se tambaleba un poco al caminar.
-Gracias Kiryuu, puedes marcharte.- Dijo Kuran. Por su tono de voz las cosas no fueron tan bién como lo había planeado.
Saludó con un gesto a Yuuki y salió de la habitación.
Al día siguiente, Yuuki le pidió que siguiera cuidando de su hijo, ya que era muy difícil encontrar una niñera de confianza y Zero aceptó. Al fin y al caba era lo menos que podía hacer por ella.
Los días pasaron y el día tan esperado para Zero llegó. Dio a luz a una preciosa niña de ojos esmeralda y pelo negro como la noche. La llamó Rose, porque sabía que era así como Alan quería que su hija se llamara en honor a su madre.
Rose era una niña preciosa y muy tranquila, se pasaba el día durmiendo. Zero lo agradecía porqué así podía cuidar de los dos niños sin problemas, ya que todavía le costaba un poco moverse. Pasado un tiempo comenzó a sacar a los niños al jardin por recomendación del doctor de la familia Kuran. A los niños les haría bién estar al aire libre.
Había pasado casi un año desde que nació su pequeña Rose. Zero estaba en el jardin meciendo despacio a su hija en un columpio especial para bebes, que habían instalado los Kuran para los pequeños. Aaron estaba coroteando por el jardín bajo la atenta mirada de Zero y del guardia que les había puesto el Kuran por si aparecía algún nivel E y los atacaba.
-Zeooo-Zero miró al pequeño Aaron, que le llamaba para que viera algo que había encontrado en el suelo. Se aseguró de que Rose no podía caerse si la dejaba en el columpio y se dirigió al pequeño. Sonrió al ver que lo que le mostraba era un hormiguero enorme  pero su sonrisa se borró al oir un ruido seco seguido de un llanto. Se giró rapidamente y soltó un grito al ver que el columpio en el que estaba Rose estaba en el suelo. El guardia ya estaba allí cogiendo en brazos a la bebé que estaba llorando muy fuerte.
Zero cogió en brazos a Aaron que también empezó a llorar por el susto y siguió al guardia al interior de la mansión.
En unos minutos tanto él como los Kuran estaban delante de la puerta del despacho del médico. Zero no paraba de soltar gruesas lágrimas mientras Yuuki le consolaba diciendo que todo estaría bién.
Una hora depués, el médico salió con la bebe en brazos. La niña estaba tranquila aunque todavía tenía rastros de lágrimos en la cara. Tenía una tirita en la frente pero por lo de más estaba en perfecto estado.
-La niña está bién. Le tuve que dar tres puntos pero por lo demás no ha sufrido ninguna lesión cerebral ni nada por el estilo. No hay de que preocuparse.
La niña al ver a Zero estiró sus manitas asía él y Zero la cogío rapidamente apretandola contra su pecho. Le dió las grácias al doctor y después de dejar a Aaron con sus padres se fué a acostar a su bebé.
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Yuuki dejó a Aaron, ya dormido, en su cuna. Se acercó a la mesita y se sirvió una copa de licor. La llevó a su labios , pero volvió a dejarla en la mesita al ver entrar a Kaname  seguido del médico de la familia que llevaba un sobre con él.
-¿Y bién?- Preguntó Yuuki cuando el médico abandonó la habitación.
-Positivo.- Contestó Kaname.- Rose es el perfecto donante para nuestro hijo.- Yuuki sonrió ampliamente bajó la atenta y preocupada mirada del sangrepura. ¿De verdad estaba bién lo que estaban haciendo? Se preguntó el vampiro. Miró a su mujer y a su hijo y pensó que todo valía la pena por ellos.


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