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Lo que una vez fui por Evaamaelyaoi

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Pasaron unos dias desde el pequeño accidente. Zero ya estaba más relajado y había vuelto a cuidar a los dos bebes, aunque no se separaba de Rose ni a un paso.
Zero arropó al pequeño Aaron, quien dormía en su habitación desde que comenzó a ser su ñiñero.
Comprobó que los niños estuvieran dormidos y salió de la habitación. Vió a Yuuki subiendo las escaleras, seguramente para ver a Aaron.
-¿Están dormidos ya?
-Sí, quise esperarte para que lo acostaras, pero Aaron tenía mucho sueño.
-No importa. ¿A donde vas?
-A darme un baño y luego me acuesto.
-Yo también voy a acostarme, solo esperó a que Kaname llegué y me voy a dormir. Buenas noches Zero.- Dijo Yuuki volviendo a las escaleras y bajando al recibidor donde ya se oía a Kaname llamando a su esposa.
Zero le sonrió a Yuuki y entró al baño. Pusó la habitación a calentar,  ya que hacía bastante frio, y decidió bajar a comer algo mientras esperaba a que se llenara la enorme bañera.
Al bajar la escalera pudo oir claramente a Yuuki y a Kaname discutir. No quería interumpir pero el nombre de Rose saliendo de la boca de Yuuki le llamó la atención. Se acercó un poco más sin arriesgarse a que lo vean.
-¿Cuanto más tengo que esperar?- Yuuki intentaba hablar en voz baja pero el oido de Zero estaba muy desarollado por su condición de caido, y no le costaba escuchar lo que los Kuran decían.
-Ya te dije que estoy esperando la oportunidad perfecta.-Esta vez fué Kaname quien habló.
-¡Ha habido ya muchas oportuniades perfectas Kaname!
-No lo entiendes Yuuki, tenemos que distraer la atención de Yagari para que no sospeche. Ya me resulta muy difícil mantenerlo lejos de aquí.
-Pues acaba con él.
-Eso es lo que estoy intentando. Pero no es tan fácil.
-Vale, le matamos, ¿y luego?
-Hacemos que Zero tenga un accidente y decimos que la niña murió también. Así nadie la buscará y podremos hacer la operación tranquilos...
Zero se llevó una mano al pecho, sentía su corazón detenerse y un enorme malestar se instalo en su pecho. Retrocedió lentamente y no se dió cuenta del estante detrás suya. Se quedó estático al escuchar el ruido sordo de un libro chocando con el suelo. Todo quedó en silencio durante unos segundos.
-¿Que fue eso?- La voz de Kaname sonaba angustiada.- ¿Zero?
-No puede ser él. Esta en el baño.
-¿Estas segura?
Zero se giró y corrió sigilosamente por las escaleras. Se metió en el baño y encendió el grifo de la ducha. En unos segundos oyó pasos acercandose a la puerta.
-Te dije que se estaba bañando.
Zero soltó el aire que estaba conteniendo y se desplomó en el suelo. Esto no podía estar pasando. "¿Como pudo ser tan estupido?" se preguntó mentalmente para después cerrar el grifo y salir del baño.
Entró a su habitación y, sin hacer demasiado ruido, hizo una maleta con sus cosas y las de Rose. Cogió a su pequeña intentando no despertarla.
Salió de la habitación y bajó las escaleras con cuidado. Podía oir a los Kuran en el salón. No tuvo muchos problemas para salir de la mansión. Sabía que no podía salir corriendo cargando a la niña y la maleta. No tuvo más opción que subir a uno de los coches caros de los Kuran. Sin encender los faros y sin pisar mucho el acelerador, salió de los límites de la mansión. Cuando ya no se veía la enorme casa, aceleró todo lo que pudo, no bajo la velocidad hasta estar seguro de que se encontraban muy lejos. Paró en el primer pueblo que encontró y abandonó el coche en un sitio poco transitado.
Rose ya estaba despierta y miraba a Zero con curiosidad, parecía como si le preguntara con la mirada que es lo que estaba pasando. Zero sonrió a su pequeña y la cargó en brazos.
Caminó sin rumbo por varios minutos. Sabía que no tenía mucho tiempo pero no sabía que hacer. O mejor dicho, sabía que hacer pero no estaba seguro de hacerlo.
Solo había dos opciones. Dos sitios seguros a los que podía acudir. Cross y Alan. Pero una ya le había fallado una vez. Solo quedaba uno.
Ya estaba decidido. Volvería.
Después de deambular por largo rato, encontró la parada de trenes. Solo dos horas después el tren paró. Cogió un taxi y en media hora estaba delante del enorme edificio.
Llamó a la puerta aunque ya sabía que Yagari había sentido su precencia. Un segundo después la puerta se abrió-
-Zero...-Una tímida sonrisa se dibujó en los labios de Zero.
-Te heche de menos Alan.
La mirada oscura de Alan se posó sobre el bulto en brazos de Zero y también sonrió.
-Es igual a como me la imaginé.
-¿Lo sabias?
-Lo sentía. Es mi hija. La reconocí como mía cuando nació, aun sin estar allí.
-No me buscaste.
-Necesitabas tiempo, yo lo entendía. Fueron demasiadas cosas. Aunque si te busqué. Sabía donde estabas y supe que venías aquí en el mismo momento en el que saliste de esa casa.
-¿Me has estado espiando?- preguntó divertido Zero mientras se relajaba al ver que Alan no estaba enfadado ni le reprochaba nada.- Siento haber sido tan egoista. Debí haber pensado un poco en ti.
-Bueno, ya era hora de que fueras tu el egoista.
Alan se acercó y cargó a su hija en brazos y dejaba que Zero entrara en la casa. Nada más pasó el umbral cuando unos brazos le rodearon el cuello. Rodeó con los brazos a su hermana y la apretó en un fuerte abrazo.
-Te quiero.- Susurró Sara en su oido.- Estaba tan preocupada.
-También te quiero.
Se separaron el uno del otro sonriendo y fué entonces que Zero notó el abultado vientre de Sara. La miró sorprendido.
-¿Recuerdas a Rick?- preguntó Sara con un leve sonrojo señalando a una copia más adulta de Alan.
-Pero, él estaba...
-Sí, bueno, no... habrá tiempo de hablar de eso. Ahora, dejame ver a mi sobrina.- Dijo mientras ella y Rick se acercaban a Alan y le arebataban a Rose.
-¿Me contarás porque decidiste volver?- Dijo Alan sentandose con Zero en uno de los sofas de la sala de estar.
-Querian matarla. Por eso me aceptaron, porque planeaban quedarse su corazón.
Alan miraba serio a su esposo.
-Ahora todo estará bién. Nos iremos en unos dias. Volveremos a nuestro verdadero hogar. Por mucho que lo intenten, allí no podrán tocarla.
Zero sonrió. Las cosas estaban tensas entre Alan y él. Y no le culpaba. Le había dejado y había tenido a Rose sin decirle nada, solo porque no quería confiar en nadie, porque tenía miedo de confiar en alguien.
-Pensé que Sara estaba enamorada de ti. No quería que por mi culpa sufriera. No soportaría fallar a Sara también.
-Lo de Ichiru no fué tu culpa. Lo sabes. Y lo de Sara... ella no soportaría hacerte daño a ti, asi que, estais a la par.- Dijo sonriendo un poco. La tensión disminuyó considerablemente. Ahora que lo había dicho notaba a Alan más relajado al saber que no fué su culpa que Zero se fuera.- Tienes cara de no haber dormido nada.
-Esque no lo hice.
-Deberias descansar. Ves a dormir un rato.
-Antes quiero hablar con Yagari.- Dijo Zero mientras se levantaba. Alan le miró sorprendido.
-¿No lo sabes?- Zero lo miró sorprendido.- Yagari murió, lo mataron unos nivel-e. Volvió al cielo, ya que su cuerpo humano ya no era capaz de seguir funcionando.
-Pero, eso es imposible, yo lo sentí, sentí su precencia al llegar aquí.
Alan le miró negando con la cabeza.
-Estoy seguro de que se ha ido Zero, me ha llegado una carta del consejo comunicamdomelo.
Zero estaba sorprendido, él seguía sintiendo a Yagari, como si estuviera cerca de él.
"No me iré a ninguna parte"
Yagari le había jurado que no lo abandonaría y eso es lo que estaba pasando, Yagari seguía allí, con él.
Zero sonrió y se dejó guiar por Alan a la habitación. Se moría de sueño y estaba seguro de que Sara sería capaz de cuidar a su hija por unas horas.

Se despertó unas horas después por unos ruidos que provenian del salón. Alan no estaba a su lado, asique cogió a Bloody Rose y bajó con cuidado de no hacer ruido. Caminó con cuidado hasta al salón pero un golpe seco en su nuca lo hizo perder el equilibrio y caer al suelo.
Su Bloody Rose le fué arrebatada. Levantó la vista y lo que vió le dejó helado.
Yuuki y Kaname estaban en el centro de la sala. Yuuki sujetaba su pistola y Kaname a su hija. Rick estaba tendido en el suelo inconciente y Sara estaba inmovil con unas cadenas. Su estado de embarazo no le permitía hacer mucho.
Vió como Yuuki le sonreía siniestramente mientras le apuntaba.
-¿Creias que podias escapar? ¿Que alejarias mi oportunidad de salver a mi hijo?
-Yuuki...-susurró Kaname- Baja la pistola, ya tenemos lo que queriamos.
-No.
-Yuuki...
-¡He dicho que no!
De repente se oyó un ruido de disparo. El cuerpo de Kaname cayó al suelo. A su lado estaba Alan con Rose en sus brazos. Sus ojos estaban rojos como la sangre y miraba con furia a Yuuki.
-Y tu, ¿creias que te dejaría hacerle algo a mi familia?
Un grito desgarrador se escucho por todo la mansión. Yuuki presa de su furia empezó a disparar a Alan, pero este ni se inmutaba.
-Estas usando un arma antivampiros para matar a un caido. Usted no se caracteriza por ser muy lista, ¿vedad princesa?- dijo Alan con sorna.- No eres rival para nosotros, nose como tuvistes la estupida idea suicida de venir aquí.
Yuuki tiró el arma rendida y se arrastró asia el cuerpo de su marido mientras lloraba y gritaba incoherencias.
Alan se acercó a Zero y le ayudó a levantarse.
-La asociación de vampiros está en camino. La encerraran de por vida en un loquero.
***********************************
3meses después.


Zero miró a la mujer que tenía delante con tristeza. Desde que la habían encerrado Yuuki no había dicho una palabra. Ahora estaba sentada delante de él mirando a la nada, ignorando su precencia.
-Estuvimos en el médico hoy.- Dijo Zero.- Los genes de vampiro se antepucieron a los de humano. Tu hijo está sano, Yuuki.
Vió como una lágrima bajaba por la mejilla de la bella mujer castaña y no pudo evitar sentir pena por ella, aun después de todo lo que había hecho.
Salió de la sala y se dirigió a la salida.
Alan estaba sentado en un banco con Rose en sus brazos, viendo correr a Aaron. Le sonrió cuando se acercó.
-¿Está bién?
-Como siempre. Pero olvidemoslo, hoy es el cumpleaños de Rose, estoy deseando conocer a su guardian.
-Creo que ya me conoces.
Zero se giró rapidamente y se tiró a los brazos de su antigua maestro.
-Yagari-sensei...
-Oh, vamos, la paternidad te ha quitado lo duro.
Zero le dió un golpe en la espinilla ofendido.
-Vale, retiro lo dicho. Voy a ver a la niña, me gustaría ver si tiene potencial como guerrera.
Zero sonrió resignado mientras veía como su antiguo guardian cogía en brazos a Rose y se alejaba un poco para ver como Aaron le daba patadas al balón. Una manera de darle privacidad a su esposo y a él.
-Yagari se equivoca, sigues estando duro. -Dijo Alan mientras le apretaba el culo. Un sonrojo cubrió la cara de Zero.
-¡Ainsworth!

                                                   ¿FIN?


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