El día de ayer me la pase observando detenidamente a aquel hombre de semblante serio y mirada asesina, nunca jamás me hubiera imaginado encontrarme tan cerca de él y mucho menos frente a frente y, este no intentará matarme en un intento desesperado de acabar de una vez con mi vida. El único escenario que podía imaginar sería él y yo en una pelea final, ya saben cómo en las películas, donde siempre tiene que morir uno, o si no, mueren ambos. Como sea, el no, o mejor dicho, ellos no son mi objetivo, yo voy por algo mejor.
Quiero causar aún más temor entre las personas, hacerles perder la poca fe que les queda, mirarlos a la cara y que supliquen por su vida, hacer que lloren de desesperación, que jamás logren completar ninguna de sus metas y que mueran en una agonía eterna, eso logrará equilibrar las cosas.
Kenny Ackerman, tutor de Levi y Mikasa Ackerman, después de que sus padres murieran. Líder de la más poderosa cadena de policías y miembro importante de una de las más peligrosas mafias de Francia.... asesino de Carla y Grisha Jaeger, culpable de dejar a un niño de 6 años huérfano y a cargo del gobierno.
Hace años ese niño juro venganza, y ahora más que nunca lo estaba consiguiendo... lo estoy consiguiendo.
-¡Qué aburrido!- me queje incontables veces sobre el sofá, llevaba más de 58 minutos dando vueltas sobre este. Armin estaba en la universidad, Mikasa estaba otra vez con el caso ``Esmeralda´´ o el caso ``sin nombre ´´ pero, si tenía nombre, ya le habían puesto uno, tal vez debieron ser más originales en eso, aunque no creo que les interese mucho pensar en el nombre de los casos.
Eran las 2: 58 p.m. me encontraba más que aburrido. Me levanté con flojera del sofá y me dispuse a salir de ese lugar... era aburrido estar sólo... siempre eh estado sólo.
Las calles estaban repletas, con suerte conseguí pasar hacia la siguiente calle y eso empujando a las personas. El clima era fresco y la brisa soplaba ligeramente en mi cara, eran de esos pocos días en que olvidaba todas las cosas que había hecho. Me sentía miserable y a la vez excitado y complacido cuando asesinaba y torturaban a alguien, sentía culpa y tristeza, a mis padres no les hubiera gustado nada de esto y por otra parte, siento una gran satisfacción al hacer que las personas que estuvieron en el caso para investigar su terrible ``accidente´´ paguen, que su agonía llene mis oídos y su sangre manche todo cuerpo.
Mis pasos eran tranquilos y tan repentinamente el clima cambio, el aire era tan fuerte que algunas personas no podían ni tan sólo estar en equilibrio por tanta cosa que traían encima.
La buena noticia era que yo traía un abrigo, la mala noticia era que está empezando a llover y no traía nada para cubrirme la cara del agua.
La gente comenzó a correr, las calles se vaciaron de poco en poco, dejando sólo a unos cuantos que, consigo llevaban sus paraguas y podían protegerse de la lluvia. A mí, en lo personal no me molestaba mojarme un poco el cabello, la gente siempre me decía que me veía sexy en esa forma y no había razón para no creerles, después de todo la gente siempre dice cosas hirientes y el que te den un cumplido es algo válido, ¿cierto?
Las nubes se habían tornado aún más negras y los rayos y truenos se veían, se oían en el cielo oscuro que se había formado. Cerré los ojos unos momentos para apreciar aún más aquel momento y sentir las finas gotas de agua, eran como las lágrimas de agonía de todas esas personas que había matado a sangre fría, la mejor sensación que podía sentir en esos momentos. Quería seguir de esa forma, pero un grito me saco de todos mis pensamientos.
-¡Mocoso ridículo!- abrí mis ojos rápidamente al reconocer esa voz. Era nada más, ni nada menos que el capitán Levi, el mejor oficial de policía de la historia.
-¿eh?- nos vimos a los ojos, me miraba con indiferencia mientras se acercaba lenta y tranquilamente hacia a mí.
-Así pretendes gustarle a Mikasa, te vas a enfermar y será asqueroso- el volvió a acercarse a mí y ambos quedamos bajo el mismo paraguas. La escena mi puso los pelos de punta, estaba nervioso como nunca antes.
-realmente... ¿cree que Mikasa me atrae de ese modo?- hice una mueca de intriga, era verdad, Mikasa era hermosa y tenía una belleza inigualable, pero no para mí.
-bueno, no creo que con ese cuerpo quieras sólo amistad- me miro con semblante calmado mientras la lluvia se oía de fondo. Me estaba poniendo muy nervioso, ¿por qué su tan repentina cercanía?
-las chicas como ella no me van, sólo es eso, además ella es amiga de mi mejor amigo, Armin Arlert- voltee un poco mi cabeza, ya no podía evitar su contacto, en todos mis años como asesino, jamás me había topado con una persona que me matara del susto con tal sólo verla.
-¿Qué quieres decir con eso?- arqueo una ceja y formó una expresión de duda. Esperaba mi respuesta, como decirle que me gustaban tanto las chicas, como los chicos, no era algo realmente fácil.
-Ella no me atrae ni fiscal, sentimental, ni siquiera sexualmente, sólo la veo como una amiga- trate de esquivar la pregunta antes dicha, me desvíe del tema sutilmente para que no lo notará tanto.
-Eso no fue lo que me dijo...- bien, ahora sabía que esta plática se haría muy extensa, tal vez por horas.
La lluvia comenzaba hacerse más y más fuerte, el me guío hasta su coche y subí en el. No sabía a donde iríamos y eso me apretaba un poco.
-Disculpe, ¿por qué tan repentino este comportamiento hacia a mí?-
- Lo dices por lo de la noche anterior, ¿cierto?-
-si-
-Bien, lo diré, no suelo llevarme muy bien con las personas, eso es obvio y no creo un mocoso estúpido lo comprenda. La primera impresión que me diste fue la de un muchacho basura, sin nada bueno a futuro, con un sueldo miserable que no podría ni mantenerse el sólo, idiota, mocoso ingenuo que no sabe nada de la vida y que lo...- él se detuvo al ver mi ceño fruncido. Me molestó que se expresara así de mí, no podía juzgarme de ese modo, ahora sé porque Mikasa no lo soporta.
-no creo que con esas palabras logre caerme bien- me gire hacia la ventana, cruce mis brazos y mi cara se puso roja del coraje.
-berrinchudo e infantil, que no puedo cuidarse sin alguien a su lado, necesitado de alguien que lo entienda, sientes soledad extrema todos los días a pesar de estar con alguien, ¿es verdad?- terminó de hablar. Eso me dejó sin habla, realmente había visto todo eso con tan sólo unas horas.
-acaso se la pasó toda la noche observándome-
-te analizaba, nada del otro mundo, sólo te analizaba- sentí como poco a poco él se perdía en sus pensamientos. El viaje fue tranquilo, lentamente puede ver cómo, él nos alejaba de la civilización y entrábamos en una carretera poco transitada y él iba cada vez más lento.
-¿Qué hace?- detuvo el carro en seco y volteo a verme.
-Conoces bien a Armin- no era la respuesta que yo esperaba y, no se a donde quiera llegar con todo esto.
-si-
-quiero a tu amigo-
-¿Qué?- lo soltó sin más, ¿qué mierda quería con Armin? Esto no me gusta nada.
Continuará...