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“Alguien dijo alguna vez que el olvido está lleno de memoria”.
—Ya te dijo que no te conoce, ¿no entiendes? -Preguntó Yusei molesto, a mí también comenzaba a molestarme.
—Pero Yugi… -Mencionó tratando de volver a tomar mi brazo, pero fue interceptado por mi novio quien le torció el brazo para que no hozara tocarme.
—¿Sabes qué? Estás loco -Dije molesto -Vámonos amor -Dije tomando la mano de mi novio para hacer que soltara a Atemu, pero no lo hizo
—No permitiré que vuelvas a tocar a mi novio, ¡¿escuchaste?! -Preguntó mirándolo con coraje aplicando más fuerza al brazo torcido del oji-rubí, este hizo una cara de dolor, pero no dijo nada.
—Yusei, no pierdas tu tiempo con él, suéltalo -Pedí tomándolo del brazo, a los segundos soltó a Atemu -Vamos –Dije jalándolo de la mano saliendo finalmente del salón.
No entendía que había pasado allá atrás, ese chico me había pedido que lo recordara y… ¿cómo sabía mi nombre?, además sus ojos me hablaban de un gran sufrimiento en su corazón… Eso comenzaba a ser demasiado extraño.
~*~
Había pasado una semana desde el incidente con Atemu, él no había vuelto a acercarse a mí, ni a hacer por hablarme, sin embargo, aún seguía con sus insistentes miradas, eso me hacía sentir algo extraño, me preguntaba si de verdad no lo conocía, si tal vez…
El jueves después del receso había tocado clase de deporte así que terminando de desayunar fuimos a cambiarnos rápidamente para dirigirnos a las canchas todo lo rápido que pudimos, nadie quería llegar tarde y tener que soportar alguno de los extremos castigos de Karita-sensei.
El sensei ya nos estaba esperando, así que nos formamos en una fila rápidamente y en silencio para escuchar su indicación.
—El día de hoy trabajarán en binas -Dijo revisando su lista -Harán 50 abdominales y 50 lagartijas, espero que sepan que castigo les esperará a quien no las realice completas -Al escucharlo todos hicieron un bufido -Yo ya me estaba preparando para trabajar con mi novio, sin pensar que eso no sería así -También les informo que yo formaré los equipos -Todos pusimos cara de disgusto, era obvio que ese tipo no nos pondría con ninguno de nuestros amigos.
—¡Debe ser una broma! -Mencionó el albino fastidiado.
—Más me vale a que me haga a la idea de separarnos amor -Dije mirando a mi novio sintiendo pena.
—No te preocupes amor, confía en que nos quedaremos juntos -Sonrío para hacerme creer en sus palabras.
—Yo no creo que eso pase… -Escuché decir a mi amigo oji-lavanda en voz baja mientras fruncía el ceño, yo tampoco creía que eso pasara, pero no perdía nada con esperar algo bueno.
—…. Bakura trabajará con Takahashi, Ishtar, usted trabajará con Fudo y Mutou, trabajará con Atemu -No me pude creer sus palabras, de todos los del salón tenía que tocarme precisamente con él…
El mencionado se acercó a mi lentamente para saludar.
—Hola Yugi -Mencionó en voz baja.
—Cuidado y vuelves a ponerle una mano encima a mi novio, ¿escuchaste idiota? -Advirtió mi novio que aún seguía a mi lado.
—No pienso hacerle nada malo -Dijo retándolo con la mirada -No puedo ni pensarlo, jamás haría algo para dañarlo -Me sorprendí enormemente con sus palabras.
Al final a mi amigo y a mi novio, Karita-sensei los mandó a trabajar lejos de Atemu y de mí para que comenzaran a hacer los ejercicios y también nosotros.
Después de terminar la rutina de ejercicios después de casi matarnos en el proceso sentí que el alma me había regresado al cuerpo, en todo el tiempo no había cruzado ninguna palabra con el oji-rubí y pensé que no me diría nada, sin embargo, no fue así.
—Yugi yo… -Comenzó a decir articulando palabras, yo lo miré atentamente -Quiero disculparme por lo de la vez pasada -Su rostro se veía afligido.
—No pasó nada -Dije restándole importancia a mis palabras.
—Entonces… ¿Comenzamos de nuevo? -Preguntó sonriéndome cálidamente.
—Claro, me parece bien -Dije imitándolo.
—Mucho gusto, mi nombre es Yami Atemu, pero solo llámame Yami -Su actitud de repente había cambiado a una más alegre.
—El gusto es mío, soy Yugi Mutou, pero solo dime Yugi -Dije sonriéndole, no sé qué había pasado, pero de pronto Yami ya no se me hacía un chico tan raro.
—Entonces… ¿Podemos ser amigos? -preguntó mirándome con una sonrisa.
—De acuerdo, lo seremos -Dije asintiendo, no me quitaba nada tratar de hacerme amigo de él.
~*~
Los días fueron pasando y a pesar de haber dicho que seríamos amigos, en el salón se mantenía alejado de mis amigos, de mi novio y de mí, pensé que era por la amenaza que le había hecho Yusei, pero bueno de igual manera no intentaba acercarme puesto que tampoco podía obligar a mi novio a convivir con él después del mal entendido.
Un cierto día Ry-chan y Mariku-chan trataron de acercarse un poco a Yami en receso, después de que les había contado que se había disculpado y que hasta parecía ser buena persona, al verlos a ellos intenté hacer lo mismo pero mi novio no me había dejado acercarme a él, por lo que permanecimos alejados de ellos, pero ahí mismo en nuestro salón mientras él me mantenía abrazado muy junto a él para que no fuera a ir a hablarle a Yami, eso me causaba gracia y un poco de vergüenza, pero no le decía nada.
POV de Yami
Un día de tantos cuando peor me sentía al ver a mi amado Yugi con alguien más los amigos de él se acercaron a mí para hacerme plática, no entendía por qué, pero no me costaba nada hablar con ellos.
—Atemu-san -Dijeron los chicos a coro sonriéndome cálidamente.
—Hola -Dije sin más.
—Gusto es conocerte, soy Ryo Bakura y él es mi amigo Marik Ishtar.
—Un placer -Dijo el oji-lavanda feliz.
—Bueno, como ya saben soy Yami Atemu, el gusto es mío -Dije esbozando una mísera sonrisa.
—Por cierto, perdona mi indiscreción, pero, ¿te sientes bien? Hoy más que nunca traes una cara de pocos amigos -Dijo el oji-lavanda notando lo obvio.
—Mariku-chan tiene razón, ¿podemos ayúdate en algo? -Preguntó el albino sonriendo.
—No chicos, pero gracias -Dije sonriendo levemente, volteando mi mirada donde se encontraba mi Yugi con Yusei, ver que estaba entre los brazos de alguien más me hacía sentir tan mal, me partía el corazón y también hacía que me hirviera la sangre.
—Atemu-san… si sigues mirando a Yugi de esa manera ten por seguro que Yusei no estará muy contento -Dijo haciendo que desviara la mirada de ellos rápidamente.
—Yo también eh notado que lo miras mucho, ¿lo conoces de algún lado? -Preguntó el peli-cenizo intrigado.
—Tal vez no me creerían si se los digo -Dije sin pensar sintiéndome afligido.
—¡Tal vez si! -Dijeron a coro.
—Cuéntanos, además estás mirando a nuestro mejor amigo, así que es algo que nos importa -Dijo el albino cruzándose de brazos.
—Bueno… No sé cómo decir esto… -Comencé a decir torpemente, los chicos tenían su mirada encima de mí -Verán… Hace mucho tiempo conocí a Yugi, hace que serán… 5 años -Dije sonriendo recordando aquellos momentos -Yugi y yo entramos al mismo curso en el último año de secundaria, el primer día nos pusieron a hacer un trabajo en equipo juntos, al principio me cautivo su timidez, pero a los días se fue desenvolviendo como una oruga que sale de su capullo para volverse una hermosa mariposa, así fue él, comenzamos a hacernos muy cercanos al grado de hacer todos los trabajos y tareas juntos en su casa o en la mía, inclusive si no eran en equipo, gracias a todo eso que pasamos juntos me enamoré, me enamoré como un loco de él y gracias a todos los Dioses él se enamoró de mí, así que no perdí tontamente más el tiempo y le pedí que fuera mi novio a lo que él accedió y así estuvimos juntos los últimos meses de la secundaria, pero…. -En ese momento recordé la parte mala de la historia -Mientras estábamos disfrutando de los últimos días en ese lugar hubo un campamento a las afueras de la ciudad por parte de la escuela, en ese lugar Yugi tuvo un accidente, al subir a una tirolesa que no estaba en buenas condiciones se cayó y quedó inconsciente -Solo de recordar ese momento me sentí enojado enormemente conmigo mismo por no haber previsto un accidente así.
—Así que eso pasó -Dijo el albino pensando, yo quise preguntarle si sabía algo, pero primero tenía que terminar de relatarles mi historia.
—Si… para desgracia mía -Dije apretado mis manos fuertemente -Rápidamente regresaron a Yugi a Domino para que lo atendieran en el hospital, pero por estupideces de los maestros nosotros tuvimos que seguir con lo planeado para el campamento, tuve que esperar cuatro días después desde el accidente para volver, cuando regresamos a Domino fui al hospital para saber cómo estaba Yugi, al llegar me dijeron que sus padres lo habían trasladado a un hospital a las afueras de la ciudad, pero no me quisieron dar más detalles, fui a buscarlo a su casa y los vecinos me dijeron lo mismo, que había sido trasladado a otro hospital y que por eso mismo se habían mudado… Y lo peor es que nadie sabía a donde, sentí morirme en ese momento, no podía creer que en tan pocos días pudiera pasar algo tan malo como eso trayendo peores cosas después.
—Atemu-san… -Mencionó el oji-lavanda mirándome afligido.
—Solo díganme Yami -Dije tratando de calmarme.
—Bueno Yami… -Comenzó a decir torpemente.
—Así que no sabes que pasó después ¿verdad? -Preguntó Ryo afligido.
—No… -Respondí sintiendo una gran punzada en mi corazón -Después de eso entre a la prepa a la que Yugi y yo queríamos asistir, pensé que algún día él regresaría, y entraría ahí para encontrarnos nuevamente, pero no fue así, así que pensé que él había pensado que lo había abandonado y por eso había decidido no volver a Domino, de cualquier manera siempre traté de buscarlo, pero nunca pude dar con él, después de un tiempo en la prepa, gracias a mis habilidades para tocar el piano desde pequeño, me gané una beca para estudiar en el Conservatoire de París(1), eso me recuerda que cuando estaba con Yugi, en nuestras tardes libres solía tocarle una melodía que había creado especialmente para él -Dije recordando los momentos en los que solía escucharme tocar para él por largas horas -Así que estuve estudiando fuera, pero nunca pude olvidarme de Yugi, apenas acabo de regresar porque la única hermana de mi madre enfermó y como soy cómo un hijo también para ella, mi madre quiso que regresara inmediatamente, así que aquí estoy de nuevo, lo único que se me ocurrió fue entrar a esta universidad e intentar encontrar a Yugi de nuevo aprovechando el tiempo, nunca pensé que realmente lo encontraría aquí, así que cuando vi a Yugi entrar a este salón después de tanto tiempo sentí millones de emociones dentro de mí, pero me extrañé mucho cuando dijo que no me conocía, en ese momento pensé de nuevo en mi hipótesis de que había pensado que lo había abandonado en uno de los peores momentos para él y que por eso lo decía, pero ahora ya no sé ni que pensar -Dije casi a punto de comenzar a llorar.
—Marik… hay que decirle -Dijo el albino serio mirando al oji-lavanda este solo asintió a sus palabras y después voltearon sus rostros para mirarme, yo solo los miré extrañado.
Fin del POV de Yami