Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AMORES ROBADOS por desire nemesis

[Reviews - 110]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Shinya estaba atrapado y no solo por estar encarcelado, se sentía peor que antes porque le había sido arrebatada la única luz que le quedaba y que iluminaba su vida en esa oscura celda. Si bien no era una luz real, sino imaginaria porque Guren en varias ocasiones aceptó que amaba a Mahiru, eran los recuerdos que le quedaban lo que lo habían hecho despertar cada mañana con una razón para sonreír.

Shinya estaba atrapado y no solo por estar encarcelado, se sentía peor que antes porque le había sido arrebatada la única luz que le quedaba y que iluminaba su vida en esa oscura celda. Si bien no era una luz real, sino imaginaria porque Guren en varias ocasiones aceptó que amaba a Mahiru, eran los recuerdos que le quedaban lo que lo habían hecho despertar cada mañana con una razón para sonreír.

 

Pero ahora todo aquello había sido definitivamente manchado por los recuerdos más recientes y lo que lo hacía sentir peor era la forma en que sus sentidos se habían revelado a su voluntad con cada toque de Kureto. Ahora se sentía un traidor a sus propios sentimientos y con ello, en esa inmensa depresión en la que se estaba hundiendo, surgió la idea de que ya no tenía fuerzas de soportar todo aquello. La lejanía de Guren y el trato de Kureto hacía que todo se viera frío y oscuro alrededor. La esperanza parecía tan lejana.

 

¿Terminar con su vida? ¿Pero de qué manera? Los guardias tenían cuidado de no dejar objetos a su alcance que fueran peligrosos debido a la seguridad. La comida era pasada por un compartimiento en la puerta blindada. Intentar escapar era inútil. La idea era muy fácil para alguien con la mente de Shinya. Solo había una manera de llevar a cabo su objetivo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kureto entró como antes y miró al peliblanco que estaba tirado en su catre sin más. Le dio furia ver derrotado al idiota y se le acercó.

 

Levantando su cuerpo por la solapa le preguntó--¿Qué acaso estás así por no poder ver a tu adorado Guren?—

 

El otro solo ladeó su cabeza para mirar a la cama y no a él en un distintivo intento de decir “¡Has lo que quieras! ¡No me importa!”

 

Esa actitud enfervorizó al general quien lo azotó contra la cama de la pura furia. Se notaba que el otro estaba triste y sabía perfectamente por quien era.

 

Desde chicos siempre los observó. Aunque él era dos años mayor siempre ese peliplateado y Guren habían llamado su atención. Al principio era su seguridad de que ambos tramaban algo que beneficiaría a su hermana en la lucha de poder que ellos llevaban.

 

Con el tiempo, el siempre ver como el ojos azules lucía tan cordial y abierto con un Ichinose le empezó a molestar. Aunque lo mantenían oculto él lo sabía bien porque siempre había tenido la habilidad de ocultar bien su presencia y los había observado sin que se percataran.

 

El que tratara a la escoria de Ichinose como su mejor amigo le era repudiable. Sobretodo sabiendo que ambos estaban relacionados con Mahiru. Él no había creído nunca en lo que ellos dos habían aparentado. Sabía que su hermana urdía cosas a su espalda constantemente pero un día sus secretos caerían en sus manos.

 

Se propuso vigilar de cerca a esos dos y por ello que cada vez su malestar fue mayor. Primero por ver a Shinya como un espía de Ichinose y después poco a poco ese malestar fue algo que hizo que el solo hecho de verlos conversando lo molestaba.

 

Kureto no era idiota. Con el tiempo se dio cuenta de su fijación con Shinya. Al principio lo vigilaba cuando estaba con Ichinose. Luego cuando estaba solo y finalmente llegó a la conclusión de que sentía molestia por ver la diferencia del trato con Guren y el que le daba a él.

 

¿Te duele mucho que no venga a visitarte?—preguntó con encono después de levantarlo de nuevo de las solapas esta vez con sus dos manos mientras una pierna permanecía hincada en el borde del catre.

 

Los ojos de Shinya parecían tener la mirada lánguida de siempre pero algo dentro del pelinegro le dijo que eso era solo un reflejo. Que en realidad eran los de una persona adolorida y vencida.

 

¡Ese no era el Shinya de siempre!

 

Pero ese cambio no era por él. No. ¡Era por Ichinose!

 

La rabia crispó más su enfurecida cara, su ceño se volvió mas profundo en su fruncimiento y azotó de nuevo el cuerpo contra la cama para de nuevo tomar con su mano la garganta del otro que lo miraba con la frialdad de alguien lejano.

 

¿Crees que no puedo hacerte lo que una vez te hice?—preguntó Kureto.

 

¡Adelante! ¡No me importa!—le respondió Shinya con una voz igual de fría, sin ánimos ni ganas de combatir.

 

¡No juegues con mi paciencia!—le advirtió el ojirrojo antes de abrir su camisola rasgándola para dar por sentado un hecho.

 

El otro solo miró a un lado y el general se arrojó sobre él victima de la ira que le causaba su desprecio—Voy a hacértelo tan fuerte como antes pero esta vez no habrá preparación previa—dijo, ansiaba sus nos, sus declaraciones de amor por Guren. Sus negativas eran el resuello de energía que le diría que él todavía no se había alejado lo suficiente.

 

Empezó salvajemente sus embestidas mirando cuidadosamente la cara del otro para ver emoción alguna en él. Algo de tristeza reflejaban sus ojos lejanos pero su rostro no mostraba emoción alguna. Era como el de una persona ida.

 

El general no era ningún idiota y se preguntó realmente que pasaba cuando se detuvo en su tacto. Agarraba firmemente las caderas del peliblanco y algo le llamó la atención.

 

De pronto le pareció muy ligero el peso del cuerpo que había alzado aunque lo había desechado como parte de la fuerza que da el enojo. Ahora al mirar el cuerpo bajo él notó las costillas y la fina cintura. Aunque siempre había sido delgado tenía muy presente que el cuerpo que sostuviera días antes era algo más atlético del que este era.

 

Una idea invadió su mente y miró la cara ida y los ojos sin vida le dieron fuerza a su sospecha.

 

De pronto se levantó alejándose del otro y con apuro se vistió para salir de allí.

 

El guardia de la oficina se puso firme al verlo entrar. Nunca esperó que de una lo agarrara de la solapa--¡El prisionero Hiiragi! ¿No come verdad?—

 

¡Sí, mi… mi general!—dijo todo cohibido el otro.

 

¿Por qué no dijeron nada?—preguntó Kureto enfurecido.

 

Al ser un prisionero… no pensamos que le interesaría a…--dejó de hablar cuando el general lo soltó de golpe y volviéndose agarró unas llaves maestras que había sobre un tablero--¡Señor espere!—dijo el guardia y Kureto volteó a mirarlo con sus ojos llenos de advertencia--¡Esas… e…!—se cayó al desistir y el general se fue con las llaves.

Notas finales:

Lamento la espera

XD

mala mia

es que no tuve mucho tiempo y no me senti bien como para escribir con coherencia esto

espero ahora este bien escrito

y que les guste

muchas gracias por los hermosos revs que me mantuvieron en pie

ahora vimos lo que pasa por la mente de Kureto

les gusto el cap?

ja ne y gracias

espero sus revs ansiosa

n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).