Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El diablo que ya conoces por Pandora_Von Christ

[Reviews - 74]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya saben que nada me pertenece. Los personajes pertenecen a Marvel y la historia, que es una traducción, a MaverikFlame ;)

Loki miró el teléfono Stark sobre el mostrador como si tuviera los secretos del significado de la vida. Las puntas de sus dedos estaban unidas delante de su rostro, dedos índices golpeteando distraídamente contra sus labios.

Habían pasado dos semanas, y Loki quería llamar desesperadamente a Tony, teletransportarse delante de él, escucharlo, verlo, follárselo y después estrangularlo hasta matarlo.

Pero no. Tony tenía que venir a él, rogarle, preferiblemente de rodillas.

La paciencia no era una de sus virtudes.

 

****

 

El escritorio retumbó y Tony se despertó de un sobresalto. ¿Quién necesitaba una alarma cuando tenías a Pepper dejando caer libros pesados en tu cabeza?

—Eres un idiota.

Tony resopló y parpadeó como un búho hacia Pepper. Estaba parada delante de él, elegantemente vestida y cabello perfectamente peinado, con una mano en su ladeada cadera y la otra golpeteando un ritmo entrecortado contra su escritorio.

Tony se frotó sus ojos soñolientos y sintió marcas donde su mejilla había estado presionada contra el teclado.

—No sabía que esto fuera nuevo para para ti —dijo—. ¿Cuánto tiempo llevas trabajando para mí?

—Demasiado tiempo —contestó ella, cruzando los brazos sobre su pecho y frunciendo los labios de una forma que Tony sabía significaba problemas. La miró cautelosamente.

—¿Qué hice esta vez? —preguntó.

—¿Y te atreves a preguntarlo?

Tony miró hacia sus manos, sacando pelusa del teclado.

—¿Te das cuenta de que estás enamorado de Loki y, qué, ¿decides que se acabó? ¿Qué es momento de dejarlo?

—No —respondió Tony, aunque su voz sonó débil incluso para él.

Pepper se inclinó sobre él para mirarlo a los ojos.

—Tony —dijo ella, ira disminuyendo en exasperación—. Necesitas dejar de huir de esto. Dejar tus problemas de compromiso de lado, necesitas recordar que tuviste algún tipo de efecto estabilizador en Loki.

Tony la miró sin estar convencido.

—No es que él lo admita —prosiguió Pepper irónicamente—. Pero piensa en ello. Desde que ustedes dos oficializaron, dejó toda la cosa del supervillano. ¿Te das cuenta de eso? Tú le das algo que al parecer necesita, y si sigues apartándolo... —Pepper no terminó la oración, ojos muy abiertos mientras sacudía la cabeza.

—Genial —murmuró Tony—. Así que si jodo esto, ¿será mi culpa cuando intente apoderarse nuevamente del mundo?

Pepper cerró los ojos y se frotó la frente.

—Tony —dijo ella—, eso no es lo que estoy diciendo. Lo que estoy diciendo es que él te necesita. —Se inclinó sobre su rostro y añadió—: Así que madura.

Pepper se volvió y se marchó, sus tacones chasqueando contra la piedra.

Tony se quedó mirando hacia la distancia. Ella tenía razón, y lo sabía, pero...

Después, decidió. Arreglaría las cosas después.

 

****

 

Cubierto de invisibilidad, Loki se paró en la acera y dejó escapar un suspiro estremecido, dejando que la vista–los sonidos–el caos le invadieran. Su apartamento estaba silencioso y tranquilo como una tumba. Ni la música ni la televisión midgardiana le atraían, pero durante horas los había hecho resonar al mismo tiempo solo para combatir el silencio. Tras un tiempo incluso esto se había convertido en poco más que ruido blanco para él, y estaba asustando, tan asustado de la quietud que le seguiría.

Durante meses, Tony Stark había sido su distracción; caprichoso, exasperante —un rompecabezas sin fin. Si Tony supiera con cuánta frecuencia Loki había observado en secreto sus movimientos, sus gestos y manierismos, cómo a veces quería desarmar la mente del humano y armarla nuevamente solo para ver cómo funcionaba, probablemente correría lejos, muy lejos.

Y ahora Loki tenía que arreglárselas sin su distracción favorita, y tras el aburrimiento y el silencio venía algo mucho más oscuro.

Por un tiempo, la sobrecarga sensorial de las multitudes le tranquilizó y calmó el temblor en sus manos. Pero luego llegó la noche, y la multitud disminuyó y disminuyó hasta que...

Silencio.

Las sombras se alejaron de las luces de la calle y de los faros de los coches que transitaban, y en la oscuridad, Loki vio el Vacío, los mundos intermedios por los que había caído durante siglos y segundos. La noche era cálida, pero se estremeció.

«Mira a lo que te ha reducido este humano —dijo una parte suya, enojada —siempre enojada— indignada—. Y tú dejaste que lo hiciera».

—¡Silencio! —murmuró Loki, pasándose una mano por sus ojos. Incluso su voz tembló.

«Siempre tan débil».

—Cállate.

«Débil comparado con Thor, ahora débil comparado con un maldito humano».

—¡Cállate!

Un hombre que pasaba saltó y miró a la noche por un momento, desconcertado. Continuó caminando, indeciso, y la mirada de Loki se clavó en su espalda.

—No soy débil —murmuró.

«Entonces, pruébalo».

Loki cerró los ojos reprimiendo una mueca.

—No necesito hacerlo —dijo. No había convicción en su voz.

«Mírate. Te ha dominado».

Y Loki pensó en todo lo que había estado evitando durante tanto tiempo.

—Por las barbas de Odín —murmuró Loki. Había renunciado a interpretar al «supervillano», su forma de vida, por la aprobación de un simple mortal.

«Un mortal que te ha abandonado».

Ningún ser humano debía tener este tipo de poder sobre él, y ya era tiempo de quitárselo. Tony obviamente estaba apartándolo, y ya era tiempo de que el humano se diera cuenta —y de que Loki se convenciera— de que él no era tan importante para el dios como su gran cabezota parecía pensarlo.

«Sabes quién eres. Qué eres».

Loki sintió la magia crujir en la punta de sus dedos e incineró un automóvil con un chasquido de sus dedos. Rio, alto e histérico, ante los gritos de los transeúntes y observó cómo los humanos se dispersaban como una bandada de palomas.

Lágrimas se agruparon en las comisuras de su sonrisa mientras hacía arder dos coches más. El fuego era lo suficientemente luminoso como para apartar gran parte de la oscuridad, para desterrar los demonios sin rostro que ahuyentaban su sueño.

Odiaba esta parte suya despectiva y destructiva, pero era la parte que le era más familiar, la parte que las profecías le habían dicho abrazaría quisiera o no.

Contempló las llamas y sintió el calor lamiendo su rostro. Con un chasquido de sus dedos el edificio detrás de él explotó, vidrio y escombros chocando inofensivamente contra su burbuja personal.

—Trata de ignorar esto, Tony.

 

****

 

La mansión tembló, fotos y tazas de café resonaban contra las paredes como dientes castañeando, y Tony suspiró, apartando su plato del borde de la encimera mientras sacaba su pan de la tostadora. Se detuvo mientras untaba mantequilla en su pan tostado al recordar que estaba en Nueva York, no en California, y que en Nueva Inglaterra generalmente no habían terremotos.

—Vengadores —sonó la voz de Fury por el intercomunicador. Tony cerró los ojos y reprimió un gemido—. Hay un supervillano de gran poder creando un terremoto artificial en el centro de la ciudad. Vamos a necesitarlos a todos en esto.

—¿Quién es el objetivo? —preguntó Tony en medio de apresurados mordiscos a su pan.

Una larga, larga pausa que hizo que a Tony se le helara la sangre.

—Stark —dijo Fury con una voz ligeramente menos irritada que de costumbre—. Es Loki.

Steve lo empujó dos minutos más tarde, diciéndole que dejara el maldito pan y se pusiera su traje.

 

****

 

«¿Yo hice esto?» se preguntó Tony mientras miraba fijamente a la figura vestida de verde y negro flotando encima de ellos. Culpa y pánico, como plomo caliente, se agruparon en la boca de su estómago.

Flotó justo por encima del suelo, que temblaba y se sacudía debajo de él. Los otros luchaban por mantenerse en pie, piernas abiertas y dobladas, brazos extendidos para conservar el equilibrio. Thor flotó en el aire a su lado y Tony intercambió una mirada con él, agradecido de que su visera ocultara la culpa que estaba seguro estaba pintando todo su rostro.

—Vamos a tener que someterlo —dijo Steve sombríamente.

Ante esto, Tony finalmente halló su voz.

—¡No! —Agarró la muñeca de Steve mientras este buscaba su escudo—. Solo dame la oportunidad de hablar con él.

Steve intercambió miradas con los demás, y Tony trató de no erizarse ante la mirada de desconfianza en su rostro cubierto.

—Tony —dijo—, estuvimos aquí antes, Thor ni siquiera pudo...

—¡Bueno, yo no soy Thor! —gritó Tony. Thor pareció dolido, pero Tony no tenía tiempo para halagar egos heridos—. Solo dos minutos, por favor.

Steve ya estaba sacudiendo la cabeza.

—Tony, sé que crees que puedes ayudar, ¿pero alguna vez se te ocurrió pensar que tal vez todo este tiempo Loki simplemente estaba—?

Steve —dijo Tony en un gruñido bajo y mordaz. Su agarre se apretó en la muñeca del Capitán, y la expresión de Steve se tornó cautelosa—. Eres mi mejor amigo y te quiero, pero si terminas esa frase, te daré una patada en el trasero que sentirás hasta el próximo martes.

Steve frunció el ceño pero no dijo nada. Intercambió miradas con Thor, quien asintió.

—Dos minutos —dijo.

Tony ya estaba en el aire antes de que Steve hubiera terminado de hablar. Se detuvo cuando estuvo a la altura de Loki y guió su traje hasta que quedó flotando delante de él. Se preparó para escapar de ser necesario, pero Loki ni siquiera reconoció su presencia. Sus verdes ojos miraban fijamente al suelo, hundidos, vidriosos y obsesionados.

—Loki —murmuró él. Su traje transmitió el sonido, pero Loki no respondió. Bajó la mirada y la tierra aún se agrietaba, retumbaba y temblaba mucho más abajo. Observó a Loki y también lo vio temblando.

Se acercó más, luchando por mantenerse firme frente al rostro de Loki.

Loki —dijo, más fuerte, más firme.

Ojos verdes parpadearon y se movieron para observar hacia alguna parte sobre su hombro, pero todavía tenían esa vidriosa y desenfocada expresión. La preocupación envolvió dedos aplastantes alrededor de su corazón.

Se estabilizó con un brazo extendido para equilibrarse y utilizó el otro para acariciar suavemente la barbilla de Loki, giró la cabeza del Tramposo hasta que estuvo mirando directamente hacia su máscara de acero. Deseó tener una mano libre para levantar su visera.

Loki parpadeó, una vez, dos veces, e inhaló una profunda y estremecedora respiración, como si acabara de despertar de un sueño. Aún parecía confundido e inseguro, pero sus ojos se aclararon al mirar al humano.

—Tony —dijo Loki en una voz temblorosa. Así de cerca, Tony pudo ver el fino brillo de sudor en su rostro.

—Hey —dijo Tony suavemente, aún sosteniendo la barbilla del dios—, ¿quieres decirme qué está sucediendo?

Loki miró a su alrededor aturdido, como viendo su entorno por primera vez, sus cejas se fruncieron, confundido.

—Yo solo... necesitaba algo —murmuró, y Tony tuvo que aguzar el oído para escucharlo. La tierra seguía temblando.

—Está bien —dijo Tony, guiando nuevamente a Loki por la barbilla para que le observara—. ¿Por qué no apagamos la magia por un momento?

Algo oscuro y feo brilló detrás de sus ojos al escuchar aquello, y Tony se tensó, otra vez listo para escapar.

—¿Por qué? —preguntó el Tramposo inocentemente.

—Porque creo que necesitas descansar —dijo Tony con una calma que no sentía.

Y era cierto. La piel de Loki estaba pálida como la muerte, sus mejillas hundidas y macilentas. Sospechaba que no había estado durmiendo ni comiendo, y Tony había aprendido suficiente sobre magia durante los últimos meses para saber que Loki estaba usando una cantidad alarmante de energía. A la velocidad en que iba, sin un conducto mágico como el cetro, Loki sería una cáscara seca en poco tiempo.

—Loki, por favor —dijo, sin importarle que su desesperación destilara en su voz.

Una risita aguda, de hiena, brotó del pecho de Loki. Su expresión estaba dividida. Sus labios estaban retorcidos en una sonrisa maníaca, pero sus ojos estaban rojos y abiertos de terror. Ayúdame, decía ese rostro, y Tony quería apretarlo entre sus manos y abrazarlo contra su pecho, sostenerlo y nunca dejarlo ir mientras el mundo a su alrededor se iba al infierno. Pero Loki estaba demasiado rígido, su contorno era todo aristas cercadas y Tony se quedó suspendido anticipando un gesto reconfortante que probablemente nunca iba a dar.

—Pero necesito el caos —dijo Loki con una voz que temblaba y se sacudía—. ¿No lo ves? Este mundo es plano y aburrido y tan predecible. —La sonrisa tembló, los ojos se abrieron, brillantes y lejanos—. ¡Puedo ver muchas cosas que nadie más puede, y es demasiado, y necesito —necesito— que se detenga, y el dulce, dulce caos nunca es aburrido y predecible! Pero

Levantó la visera de Tony y pasó una mano por su mejilla, dedos ligeros y trémulos, y aquella expresión aterrada cambió, se convirtió en algo suave y desesperado y por favor Tony sálvame de mí mismo

—Tú —continuó Loki suavemente, reverentemente—, nunca eres aburrido.

Entonces Loki tomó el rostro de Tony con ambas manos y lo mantuvo firme, mirándolo fijamente, muy fijamente, como si el rostro de Tony fuera lo único que lo anclara al universo de la cordura. Por lo que Tony sabía, probablemente era así.

Y eso fue desembriagador. Desembriagador como–si–probablemente–nunca–más–pudiera–ser–capaz–de–embriagarse–nuevamente, y Steve y él podrían llegar a tener algunas inútiles noches de copas juntos y—

Tony no estaba acostumbrado a tener a alguien necesitándolo así. Dios, era por esto que no le gustaban las relaciones. Confiar en él era como construir sobre una base de arena o... o usar un castillo de naipes como un mueble para la tele.

Entonces miró aquellos ojos desesperados y llorosos y pensó que tal vez —simplemente tal vez— con el equilibrio y la distribución de peso correcto, después de todo, este castillo de naipes podría sostener esa maldita televisión. Si alguien podía hacerlo, sería el Jodido Tony Stark, genio–multimillonario–mujeriego–filántropo.

Excepto que la parte del «mujeriego» quedaba fuera, ¿cierto?

—Loki —dijo, acariciando las manos del dios con las suyas. Las palabras le fallaron más allá de esto.

El apriete de Loki se tornó aplastante, y Tony se contrajo de dolor mientras los dedos se presionaban fuertemente en sus mejillas. Los ojos de Loki estaban muy abiertos, oscuros y salvajes.

—Me dejaste —dijo en un siseo irritado, dientes blancos desnudos en un gruñido.

—¡No! —balbuceó Tony antes de que esos dedos pudieran dejar abolladuras en su cráneo. El agarre seguía siendo doloroso pero no se presionó más profundo—. Yo solo... ¡Solo me asusté! No te dejaría.

Tony miró a Loki a los ojos y le apretó las manos, rezando para que el dios le creyera.

—Entonces, ¿por qué has estado evitándome? —dijo Loki en un siseo tembloroso.

—No he —«estado evitándote», Tony empezó a decir, pero el fuego verde en los ojos de Loki ardió en su cráneo. Desvió la mirada, pero todavía podía sentir el peso de sus ojos—. De acuerdo, así es. Lo hice. Lo siento. —Loki disminuyó la intensidad en sus ojos un nivel pero aún mantuvo al humano sujeto bajo su mirada—. Es solo que estoy...

«Estoy aterrado».

—¿Estás qué? —gruñó Loki. Su voz era tensa y aguda, como un puñado de cristales rotos.

Tony tragó saliva.

—Soy un cobarde —dijo—. Cuando se trata de estas cosas, de cierta forma.

¿Y eso no era simplemente irónico? Tony Stark, consumado temerario, aterrado de saltar de cabeza hacia algo que en realidad no podía matarlo. No físicamente, de todos modos. Dios, pero por esto haría puenting* sin cuerda elástica cualquier día de la semana.

Los ojos de Loki se entornaron, pero su cabeza se inclinó en una pregunta.

—¿«Estas cosas»?

—Relaciones —aclaró Tony, tratando de no retorcerse bajo los dedos hundidos de Loki—. Nosotros.

—¿Por qué esto es un problema ahora? —espetó Loki, sacudiéndolo—. ¡Estabas bien —parecías estar bien—durante todos estos meses! ¿Qué, dime por favor, ha cambiado?

Y bajo la ira y la locura, Tony vio que Loki también estaba asustado. Asustado de perderlo, de entre todas las cosas. Sabiendo que de alguna manera eso hacía todo más fácil.

—Lo que ha cambiado —dijo Tony suavemente, forzándose a decir las palabras—, es que ahora yo... yo creo que te amo.

Tuvo que empujar la palabra con «A» por sus labios. Sonaba ridículamente cursi, pero sabía que ninguna otra palabra funcionaría.

Loki lo miró fijamente, su agarre se aflojó una fracción. Al principio ninguna reacción más que aquellos ojos muy abiertos y labios separados en una aguda inhalación de aire. Entonces su aliento comenzó a volverse rápido y superficial, sus ojos brillando con la amenaza de lágrimas.

—¿Esto es un truco? —preguntó en una voz enojada y ahogada.

Tony pudo ver las paredes que Loki estaba colocando frenéticamente a su alrededor. Las manos del dios fueron a la garganta de Tony esta vez.

—Cómo te atreves, ¡cómo te atreves! —gritó Loki, presionando y presionando, haciendo que el metal se retorciera bajo sus dedos y en la garganta de Tony. Tony se ahogó, ojos entornados y asustados, mientras miraba a Loki.

—¿Qué? ¡No! —graznó. Buscó los brazos de Loki, pero el dios se apartó como si le quemara. Esto alivió la presión en su cuello, pero las huellas de Loki seguían presionadas en el metal—. ¡Maldita sea, Loki, mírame!

Los ojos de Loki se movieron de un lado a otro, como los de un animal acorralado, pero al final aterrizaron sobre él, aún abiertos y cautelosos y vidriosos con lágrimas potenciales.

—Loki —dijo Tony más dulcemente—. No estoy mintiendo, no estoy— no estoy jugando contigo, te amo. Me asusta como un carajo, y todo esto es seriamente jodido, pero— te amo. De verdad.

Las palabras se sentían menos extrañas para él cuanto más las decía. Algo en la expresión de Loki vaciló, y Tony aprovechó esta ventaja.

—Mira, lo siento, he sido un idiota —dijo—. No merecías eso. Es solo que— esto me asustó un poco. Quiero decir, Pepper me importó en su momento, pero tú eres... —«Exasperante–maravilloso–hermoso–roto–cínico–inteligente»—. Todo.

Más grietas en la fachada de Loki, y Tony pudo ver su corazón roto y frágil a través de ellas. Tomó su rostro con ambas manos como si pudiera sostener físicamente a Loki.

—Te amo —dijo otra vez, porque nunca había sido más cierto que en este momento.

Labios fríos contra los suyos. Violentos. Sofocantes. Perfectos.

El agarre de Loki era dolorosamente hermético contra la parte de atrás de su cabeza y alrededor de su cintura. Siguió el ritmo del dios, pero contrarrestó su ferocidad y desesperación con una ternura que usualmente evitaba.

Entonces Loki retrocedió bruscamente con un hálito dolido, dedos apretando abolladuras en los hombros del traje de metal, y Tony lo sintió temblando más violentamente que antes. Miró hacia abajo y recordó que la tierra seguía temblando.

—E–Está bien, Lokes —dijo con una sonrisa temblorosa—. ¿Podemos apagar la magia ahora?

—Tony —dijo Loki con una voz pequeña y ahogada—. Yo...

Sus ojos se tornaron blancos, y la magia alrededor de ellos se disipó, chasqueando como una cuerda elástica. Tony cogió a Loki por la cintura mientras empezaba a caer, acercando la forma sin fuerzas contra su pecho mientras descendía lentamente.

Ni siquiera notó que el mundo había dejado de temblar.

Notas finales:

*Puenting o salto bungee.

Ey, nos leemos en unos días. Si notan algún error por ahí o algo no les cuadra no duden en preguntarme.

Como siempre, gracias por leer, por sus comentarios y por seguir ahí.

¡Cuídense!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).