Tony sabía que había sido un idiota al pensar que Loki y él podrían superar esto sin más problemas de parte de la prensa. La siguiente conferencia de prensa que sostuvo se suponía debía ser sobre el desarrollo de una nueva pieza de tecnología de Industrias Stark. En lugar de ello, se había centrado en el desarrollo de su vida amorosa.
Una multitud se había reunido a protestar (en su contra, se dio cuenta, y ese fue un descubrimiento desgarrador), y justo cuando pensaba que se había librado de la prensa, tuvo que enfrentarse a la gente. Los reporteros y camarógrafos se quedaron a mirar.
Tony forzó su mejor sonrisa «mediática», pero había demasiada rabia en la multitud por Loki, por la destrucción que había causado con su pequeña... rabieta.
Trató de disculparse, para calmar las cosas, pero terminó siendo abucheado.
—Mi esposa murió en ese terremoto.
La multitud se silenció cuando un hombre corpulento se abrió camino hacia adelante. Los lentes de las cámaras resplandecían en puntos brillantes sobre su cabeza rapada y en las lágrimas contenidas que brillaban en sus ojos. Sus manos estaban apretadas y sus labios fruncidos y temblorosos.
—¿Me están diciendo —dijo—, que ese monstruo no tendrá el castigo que se merece porque está acostándose con un mujeriego multimillonario?
La multitud se volvió hacia Tony nuevamente con gritos y abucheos, y todas sus palabras se atoraron en su garganta.
—Lo siento —dijo, pero el fornido viudo simplemente cerró los ojos y sacudió la cabeza.
Happy logró escoltar a Tony afuera mientras la multitud empezaba a lanzarle tomates en la cara.
****
Tony se escondió en su taller (aunque prefería la palabra «aisló») y dejó que Pepper se encargara de la empresa. No podía enfrentar el mundo exterior en este momento, no así, no cuando no estaba seguro de si se sentía culpable por estar de parte de Loki o culpable por pensar en no estar de parte de Loki, aunque solo fuera por un momento.
Estaba tratando de mantenerse ocupado cuando J.A.R.V.I.S. anunció que Loki estaba en camino, y maldijo entre dientes, aunque sabía que no podía esconderse aquí para siempre. Le dijo a J.A.R.V.I.S. que le desbloqueara la puerta y esa puerta se abrió un instante después.
—Hola —gritó Tony por encima del hombro, trató de sonar alegre y de parecer ocupado. Se sentó en su escritorio y jugueteó con los gráficos del último diseño de su traje, tratando de incorporar un escudo anti-magia que no cancelara la poca magia de la que disponía (gracias, Loki). Ahora simplemente seguía agregando y suprimiendo la misma parte una y otra vez.
Escuchó a Loki suspirar directamente detrás de él.
—Te molesta —dijo Loki. Expresión inescrutable cuando Tony se volvió para mirarlo.
—¿Qué me molesta? —preguntó Tony, haciéndose el inocente. Loki simplemente levantó una ceja, poco impresionado. Tony se desalentó ante esa mirada y se encogió de hombros, se frotó la nuca y se removió en su asiento—. Bueno, sí, me molesta —murmuró—. Quiero decir, murieron personas, Loki. Personas que significaban algo para otras personas.
Observó a Loki, esperando una reacción mientras decía esto, pero la mirada de Loki se apartó de la suya, expresión inerte como una piedra, cerrada. Tony odiaba y envidiaba que pudiera hacer eso.
—¿Qué importa? —murmuró Loki, jugando con la taza de café ahora fría en el borde del escritorio—. Solo eran...
—Si acabas esa frase con «mortales», terminamos, ¿entiendes? —espetó Tony. Loki cerró la boca y frunció los labios, mirando hacia abajo y lejos—. Solo tenemos una vida, sabes —dijo Tony—. No tenemos «otras oportunidades» como ustedes los dioses. Esto es todo. En cierto modo, eso hace nuestras vidas más valiosas que las suyas, ¿no crees?
Loki apretó los dientes y se frotó la frente.
—¿Estás tratando de hacerme sentir culpable, Tony? —gruñó.
—Creo que sería un buen comienzo, sí —replicó Tony—. Y exactamente no has mostrado mucho remordimiento que digamos.
—Bueno, tú y yo venimos de familias y crianzas muy distintas, Tony —respondió Loki bruscamente—. En caso de que lo hayas olvidado.
—Oh, no, constantemente me lo recuerdas. —Tony se puso en pie y empezó a caminar, dándole la espalda a Loki. Ver a Loki así de frío por algo que todavía lo mantenía despierto en la noche le molestaba. Le molestaba más que el mismísimo terremoto, que el desastre con el Teseracto. Podía perdonarle que hiciera algo estúpido siempre y cuando se sintiera realmente culpable por ello.
Loki miró hacia su espalda, y Tony lo observó en el reflejo del cristal del panel de la ventana, vio sus hombros encorvarse, abatido visiblemente. Vio a Loki observándolo con una mirada perdida, máscara deslizándose ahora que pensaba que Tony no podía verlo. Y eso también le dolió, la forma en que Loki resguardaba tan cuidadosamente sus sentimientos. «Un burro hablando de orejas»*, pensó Tony y supo que no podía culpar a Loki por ello.
—¿Qué quieres que haga, Tony? —preguntó Loki. Sonaba resignado—. ¿Quieres que me entregue?
Tony cerró los ojos y soltó un suspiro, volviéndose lentamente hacia Loki.
—No, por supuesto que no —dijo, frotando las palmas de sus manos en sus párpados—. Solo quiero que esta pesadilla termine.
Loki no respondió, pero sus ojos brillaron como lo hacían cuando estaba tramando algo. Tony decidió no insistir en ello.
****
Observó a Pepper eludir a la prensa y a la multitud amotinada desde la seguridad de su sala, rostro iluminado con el brillo de la televisión y mente borrosa por el alcohol. La luz brillaba a través del cristal del vaso en su mano, en la superficie del whisky recién servido, refractándose en diminutos caleidoscopios de color que se movían y cambiaban por las paredes al compás de la lenta rotación del cristal.
Pepper se estaba frustrando, lo sabía, podía notarlo por la forma nerviosa en que seguía poniendo su cabello detrás de su oído. También podía escuchar una pizca de miedo en su voz, y entonces se sintió culpable, sabiendo que la había arrojado en la línea de fuego solo para salvar su cobarde trasero.
Y entonces la multitud se quedó mortalmente silenciosa, y Tony se inclinó hacia adelante, con los codos sobre las rodillas, para observar mejor la pantalla.
—¿De qué delitos me acusan?
A la alcoholizada mente de Tony le tomó un largo momento reconocer aquella voz suave y nítida como la de Loki.
Para entonces, la pantalla se había nublado y vuelto a enfocar mientras la cámara giraba hacia el dios, que estaba de pie en un estrado a buena distancia de donde Pepper se encontraba. Vestía su armadura asgardiana, menos la lanza, con la barbilla levantada en un ángulo altivo, luciendo completamente como el dios y el príncipe que era.
—Mierda —murmuró Tony, pasándose una mano por el rostro y deseando que estuviera alucinando. Rezó para que Loki no terminara matando a más personas.
Loki repitió sus palabras nuevamente, voz resonando fuerte y clara a través de la multitud.
—¿De qué crímenes me acusan?
Durante un angustiante largo momento, nadie se atrevió a hablar, y después todos comenzaron a hablar al tiempo; voces gritando, hombres y mujeres ganando fuerza en la rabia rodeándoles.
Loki apenas parpadeó.
—¿Asesinato? —dijo, arqueando una ceja. La multitud volvió a silenciarse—. ¿Destrucción de la propiedad? ¡Por Dios! —Rio suavemente—. Creo que fue el terremoto el cupable de eso, ¿no? —Sonrió con esa sonrisa amplia y hermética que a Tony le recordaba a un tiburón—. ¿Quién dice que tengo algo que ver con eso?
La multitud retomó sus gritos indignados con una intensidad renovada.
—Para que sepan —dijo Loki, y de nuevo la multitud enmudeció—. Para que sepan, estaba tratando de detener el terremoto. Es raro por aquí, sí, pero no inusual. —Miró los rostros que lo observaban silenciosamente, y la multitud esperó.
En su sala, Tony también esperó, mordiendo la uña de su pulgar.
—Lo que crean que haya pasado —dijo Loki—, tendrán que probarlo en un tribunal, ¿no? ¿Así es como funciona su sistema legal?
Tony se movió nerviosamente, inseguro de si debía estar impresionado o preocupado porque Loki supiera aquello.
—Si encuentran alguna prueba de que un hombre como yo haya podido crear semejante terremoto —continuó Loki—, estaré encantado de testificar, como ustedes dicen, sea o no sea ciudadano de su país. Pero entonces también tendrán que demandar a Thor por todos los daños causados por sus tormentas, o por cualquier tormenta, a menos que puedan encontrar una manera de especificar cuáles fueron causadas por él. Y entonces tendrán que hacer lo mismo con cualquier tormenta y con todos los fenómenos climáticos de todo el país, y realmente, ¿vale la pena el esfuerzo?
Las cejas de Loki se elevaron en una pregunta, en un desafío, pero nadie contestó.
—¿Lo vale? —preguntó de nuevo.
El silencio fue tan completo que Tony apenas se atrevió a respirar.
Y entonces Loki sonrió, sacudió la cabeza y desapareció, y los periodistas comenzaron a lanzar preguntas a Pepper nuevamente, quien parecía muy sorprendida y confundida cuando las cámaras volvieron a enfocarla.
Tony no se sorprendió cuando unos dedos largos se envolvieron alrededor del vaso en su mano y lo apartaron de su agarre. Loki se sentó a su lado, vestido ahora con unos pantalones y una camiseta (una de las camisetas de Tony) y luciendo como si nada fuera de lo común hubiera sucedido. Tony lo miró por un largo momento, observó cómo Loki se bebía su whisky, y rio suavemente, sacudiendo la cabeza.
—Habrías sido tremendo abogado —dijo, y pensó que tal vez habían cosas mucho peores que Loki podía ser en lugar del Dios de la Travesura.
Una lenta sonrisa reptó por el rostro de Loki. Desapareció nuevamente al siguiente momento, y se giró para observar a Tony, atravesándolo de una forma que Tony (amaba) odiaba. Sus dedos recorrieron los contornos del vaso en su mano de una de manera que expresaba incomodidad, y bajó la mirada hacia el vaso, a sus manos, mientras decía:
—Quiero que sepas, Tony, que... —Hizo una pausa para lamer sus labios—, que el que no demuestre algo no significa que no lo sienta. —Se removió en su asiento, aún sin mirarlo, y Tony sabía que esta confesión le estaba poniendo incómodo.
A Tony le tomó un momento comprender de qué estaba hablando. Entonces recordó su confrontación anterior en el taller.
—¿Te refieres a toda —dijo, gesticulando vagamente— la cosa de la culpa?
Loki pareció ligeramente ofendido por la palabra, pero asintió, ahora ceñudo.
—Nunca disfruté asesinar, sabes —murmuró, haciendo un gesto con el vaso. Más cómodo ahora, advirtió Tony por ese movimiento. Le sonrió suavemente y asintió, animándolo a continuar—. Es solo que... —Loki miró hacia la nada y logró parecer antiguo y perdido al mismo tiempo. Cansado, se dio cuenta Tony. Después, Loki alzó la mirada nuevamente hacia él. Tony no pudo leer todas las emociones que pasaron por aquel rostro expresivo, y entonces se le ocurrió que Loki se bloqueaba, no porque no sentía nada, sino porque sentía más y más explícitamente que cualquiera. Porque sentir de esa forma dolía, y era más fácil a veces cerrar su corazón completamente. Tony lo sabía mejor que nadie.
Loki le sonrió, una sonrisa lenta y agridulce.
—La forma en que me miras —dijo suavemente, y algo en su voz y en esas palabras hicieron vacilar a Tony—. Me hace desear saber qué es lo que ves en mí. Tony, yo... yo quiero intentarlo. —Se detuvo, y Tony vio su manzana de Adán moverse mientras tragaba—. Quiero tratar de ser la persona que crees que soy.
Tony lo miró durante un largo momento, tratando de comprender.
—¿Qué quieres decir? —preguntó en una voz igualmente suave.
Loki sonrió torpemente y respondió:
—Quiero decir que no más... —Agitó la mano hacia la TV, que ahora estaba mostrando escenas del «terremoto»—. No más de eso. Siempre he pensado en mí como un monstruo y actúo acorde a ello. Tú no me ves como un monstruo y— y quiero ser digno de ello.
Tony suspiró, sabía que Loki estaba pensando nuevamente en su herencia jotun y en aquellas malditas profecías. Quería encontrar a estas perras «Nornas» y decirles unas cuantas cosas. Tú haces tu propio destino, siempre lo había creído. Esta era América, después de todo.
Y entonces comprendió lo que Loki estaba tratando de decirle.
—¿Te refieres a...?
—Sí.
Se dio cuenta que esto era Loki rindiéndose. Agitando la bandera blanca. Dejando todo el número del supervillano.
Observó sorprendido al dios y se preguntó: «¿era esto realmente todo lo que necesitabas, que un borracho con tendencias autodestructivas pudiera ayudarte?». Se preguntó cuánto se odiaría Thor si algún día lo sabía.
Se preguntó si Fury había visto los cambios en Loki y había aceptado perdonarlo porque había anticipado este momento.
Los ojos de Loki se entornaron, y levantó un dedo en advertencia mientras decía:
—Pero no me estoy uniendo a los Vengadores. Me rehúso.
La sonrisa de Tony se ensanchó y se tornó diabólica.
—Eso es lo que todos decimos, Loki.
Los ojos de Loki se abrieron como platos.
—No —insistió él, apuntando su dedo hacia el rostro de Tony.
—Pásate al lado oscuro, Loki —dijo Tony, esquivando el dedo e inclinándose.
—¡No! —repitió Loki, escabulléndose por el sofá.
Tony lo siguió hasta que tuvo a Loki inmovilizado y acostado mientras cantaba:
—Uno de nosotros, uno de nosotros.
Loki lo golpeó ligeramente y fingió luchar, riendo todo el tiempo y repitiendo:
—¡No! Me rehúso.
Al final silenció a Tony acercándolo en un beso.
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Clint entró y los encontró besuqueándose en el sofá, parpadeó y salió inmediatamente.