—Tenemos que decirle a Fury.
Thor, Clint y Natasha miraron a Steve ante esta declaración. El Capitán sostuvo cada mirada evaluadora, y sus labios se prensaron en una delgada línea.
—Claro —gruñó Clint a través de su hamburguesa—. Si por «decirle a Fury» quieres decir: «irnos a México antes de que todo se vaya a la mierda».
Las cejas de Steve se levantaron gradualmente, pero parecía más resignado que sorprendido.
—Lo digo en serio —dijo, y Clint puso los ojos en blanco—. Esto es peligroso.
Natasha robó una de las patatas fritas de Clint. Thor frunció el ceño y jugueteó con su martillo.
—Sí, bueno, dile eso a Tony —murmuró Clint. Observó los dedos errantes de Natasha, pero sabía bien que no debía quejarse.
—Para ser justos, mis amigos —rugió Thor—, mi hermano no ha causado tantas travesuras desde que Tony Stark empezó a cortejarlo.
Clint tosió y se burló de la palabra «cortejo», y Steve le lanzó una mirada penetrante.
—Es un punto justo, Thor —dijo Steve—. Pero ¿cuánto tiempo durará esto?
—Bueno, si sigue quedándose aquí, podemos vigilarlo—replicó Natasha. Hizo girar la patata frita en sus dedos y luego la mordisqueó en la punta—. «Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca» y todo eso.
—Sí —refunfuñó Clint—. Excepto que cuando tengan su primera pelea de novios, probablemente destruyan la costa este. México se ve cada vez mejor.
Natasha ladeó la cabeza.
—¿Por qué México? —preguntó.
—Bueno, ¡no me voy a ir a Canadá!
—Nadie va a ir a México —suspiró Steve, frotándose las sienes—. Y en realidad no es asunto nuestro interferir en este momento, de cualquier modo. Solo digo que deberíamos avisarle a Fury.
—Probablemente deberíamos avisarle a la costa este —murmuró Clint.
—Clint.
—Como quieras, mi valiente líder.
****
Loki hizo un gesto con la mano y la imagen de los Vengadores conspirando en la cocina se desvaneció de nuevo en el aire claro. Se echó hacia atrás, usando el firme estómago de Tony como almohada.
—Tus amigos tienen mucha fe en nosotros —dijo irónicamente.
Tony frunció el ceño hacia el aire donde la imagen había estado antes, sus cejas se surcaron mientras pensaba.
—¿Qué esperabas? —Inclinó la barbilla para dirigir la pregunta hacia la mata de cabello negro contra su estómago.
—Oh, horcas y antorchas, a decir verdad. Tus amigos lo están tomando mucho más calmados de lo que esperaba. Qué aburrido.
Tony levantó una ceja y pasó una mano por el liso cabello negro de Loki.
—Trata de no sonar tan decepcionado —dijo—. De todos modos, todavía queda el asunto de Fury. Dudo que lo tome «con calma».
Tony sintió los labios de Loki curvarse en una sonrisa contra su piel.
—Te sorprenderías —dijo. Tony miró la parte posterior de la cabeza de Loki y frunció el ceño, tratando de descifrar eso.
Tras de un momento, Loki rodó sobre su costado para así quedar mirando a Tony, ojos verdes titilantes mientras estudiaban su rostro. Para Tony, todavía no era fácil sostener una mirada tan intensa, pero se obligó a no apartar la vista.
—¿Te molesta? —preguntó Loki en voz baja. Tony trató de descifrar qué estaba pensando, pero el rostro de Loki estaba magistralmente vacío.
—¿Qué me molesta?
—Que tu amo me considere tu enemigo.
—Bueno, en primer lugar, Fury no es mi «amo» —respondió Tony automáticamente, soltando la lengua mientras trataba de averiguar cómo responder a esto. Había estado temiendo esta conversación. Era el equivalente a «La conversación» entre un superhéroe y un supervillano. Dejó que su mirada viajara por las hermosas líneas del rostro de Loki y bajo la elegante curva de su garganta. Su mano imitó a su mirada un momento más tarde, su pulgar se detuvo donde se unían los labios del dios.
—Y... sí, sí –sí me molesta un poco.
Los ojos de Loki brillaban, y el Tramposo separó los labios para mordisquear la punta del pulgar de Tony. Tony perdió el hilo de sus pensamientos por un momento.
—Uh. —Se aclaró la garganta y miró esos maliciosos ojos sonrientes—. Quiero decir, no quiero cambiarte —eso nunca— pero. —Tomó la mejilla de Loki y moldeó su palma para se ajustara al hueco bajo su pómulo. Loki lo miró con precavida diversión—. Pero tampoco quiero ser tu enemigo.
Contuvo la respiración y se quedó mirando a Loki, esperando una reacción —cualquier reacción. En lugar de ello, Loki siguió con su cara de póker y continuó observándolo en silencio. Eventualmente, frunció el ceño y se volteó para mirar hacia el techo en su lugar. Tony bajó la mano hacia el pecho de Loki. Podía sentir incluso el ritmo regular de su respiración, sus pulmones expandiéndose y contrayéndose, y se sentó, paralizado, en silencio durante un momento.
Volvió en sí cuando los largos dedos de Loki se unieron con los suyo y cerró los ojos, dormido.
****
Steve trató de no agitarse demasiado bajo la mirada de Fury. Era como si el hombre compensara la falta de su ojo observando con el doble de intensidad con el que le restaba. Esa mirada hizo que Steve se sintiera pequeño de una manera que no se había sentido desde sus días pre-suero... o desde su última conversación con Peggy Carter.
Parpadeó y se sacudió, obligándose a ignorar el dolor que le sobrevenía al recordar aquellos ojos marrones y aquellos labios rojos. Todavía podía ver su rostro si cerraba los ojos...
—El Agente Coulson dice que deseas decirme algo.
Steve levantó la mirada hacia el Director Fury, y los recuerdos se astillaron bajo el peso de la realidad. Observó alrededor del búnker de hormigón e intercambió miradas con Natasha y Clint antes de componer su mandíbula y observar aquel único ojo.
—Sí, señor, tenemos algo que decirle —dijo, siempre como un soldado. Fury inclinó la cabeza en una pregunta silenciosa. Steve respiró profundamente, esperando que Tony le perdonara por esto. En realidad, esperaba que Tony entrara en razón y dejara de fraternizar con el enemigo de una vez por todas, pero sabía que Tony no siempre pensaba con cabeza fría—. Nos hemos enterado que Loki y Tony han estado, eh... besuqueándose.
Steve no apreció el resoplido burlón de Clint. La expresión de Fury se tensó. Su mirada se deslizó hacia Clint y Natasha.
—Y por «besuquearse» —añadió Clint oportunamente—, el Cap quiere decir que están «follando como conejos».
Natasha puso los ojos en blanco pero no dijo nada.
—Gracias, Clint. —Steve casi gritó. Todo esto ya era bastante incómodo como estaba.
Esperó la explosión. Nunca llegó.
En lugar de ello, Fury suspiró y se frotó la frente.
—Eso escuché —se quejó.
Los Vengadores se miraron recelosos.
—¿Escuchó? —repitió Steve.
¿Quién podría haberle dicho?
—¡Oh, Capitán, mi Capitán!
Steve sabía que no debía estar tan sorprendido de escuchar la voz de Loki. Se dio la vuelta para ver al Tramposo apoyado en el marco de la puerta, labios torcidos en una sonrisa gatuna. Natasha murmuró algo en ruso.
Luchó contra el impulso de agarrar su escudo. Se conformó con una mirada penetrante.
—Loki —dijo en una voz grave, uniforme—. ¿Qué estás haciendo aquí?
La mirada de Loki se deslizó para señalar a Fury. Steve le lanzó una mirada inquisitiva a su superior y Fury le sostuvo la mirada con una expresión de profundo sufrimiento.
—Hemos llegado a un acuerdo con Loki —dijo—. Nos dará información y apoyo de vez en cuando, e ignoraremos sus crímenes pasados.
La mente de Steve dio vueltas ante esto. ¿Qué?
—Señor. —Se inclinó sobre el escritorio de Fury hasta que estuvieron cara a cara. Susurró—: Usted sabe que romperá su parte del trato en cuanto se convierta en un inconveniente para él.
—Sí —respondió Fury—, pero considerando la mierda que sabe sobre el resto de los villanos del mundo, incluso una tregua temporal con Loki tendrá beneficios duraderos. —El único ojo de Fury observó los de Steve y por un momento Steve se sintió como el pequeño chico escuálido asmático que solía ser—. Además —añadió, arqueando una ceja—, ¿quieres lidiar con él y con Tony?
Steve frunció el ceño, haciendo una pausa para considerar esto. Después de un momento se empujó en posición vertical y se dirigió hacia la puerta, haciendo una pausa para mirar los divertidos ojos verdes de Loki.
—¿Qué ganas con esto? —gruñó—. El perdón de S.H.I.E.L.D. por tus crímenes nunca te importó antes.
Loki ladeó la cabeza, y Steve se dio cuenta de que la mirada de Fury no se comparaba con la de Loki. Trató de no mover sus pies como un niño pequeño.
—Y no me digas que es por Tony. —Las uñas de Steve se clavaron en las palmas de sus manos. Pensar en Loki, en este pequeño manipulador... este pequeño... lo que fuera, jugando con su mejor amigo le hacía apretar los dientes. Ni por un momento dudó que Loki tuviera motivos ocultos para «salir» con Tony Stark.
Loki frunció el ceño.
—Oh no, lo hago por mí —respondió alegremente—. Y no es porque no pueda «salir» con Tony, como dirían ustedes, humanos; sino para tener la libertad de elegir salir con Tony, si así lo deseo. Además su confusión me divierte.
Steve miró a Loki y trató examinar estas palabras, trató de ver a través de sus motivos. Siempre había demasiadas variables cuando Loki estaba involucrado, y rápidamente se ganó un dolor de cabeza.
Loki rio y palmeó la mejilla de Steve.
—Ta —dijo, y cuando Steve parpadeó, ya se había ido.
Detrás de él, Clint murmuró:
—No hay una puta manera de que esto vaya a terminar bien.
Steve no pudo evitar estar de acuerdo, y sospechaba que también lo estaban Natasha y Fury.