—Toma.
Algo negro se deslizó en la línea de visión de Thor y lo cogió por puro reflejo, sintiendo el plástico crujir bajo sus dedos. La miró cautelosamente, volteándola en sus manos. Parecía un arma, pero no sucedió nada cuando apretó el gatillo.
—Trata de no romperla.
Thor miró curiosamente a su hermano, que estaba parado detrás del sofá, brazos cruzados y expresión en blanco. Definitivamente, esta no era la primera vez que Thor deseó poder leer mentes.
—¿Qué es esto? —preguntó, blandiendo el juguete y oyéndolo traquetear mientras lo hacía.
—Es un arma falsa —contestó Loki increíblemente sin sarcasmo. Su rostro seguía siendo una máscara, sus pensamientos vedados a Thor—. Para un juego al que Tony llama... ¿«Láser tag»? — Inclinó la cabeza como inseguro del nombre.
Thor se tragó una risita.
—Ah, sí —dijo—. He jugado a este Láser tag antes, una vez, con Steve, Tony y Clint.
—Sí, que bueno —murmuró Loki, moviéndose un poco, apenas lo suficiente para que Thor percibiera su incomodidad—. Los humanos desean jugar; Steve, Clint y Natasha serán un equipo, lo que significa que Tony y yo necesitamos un tercero. —Miró significativamente a Thor antes de dirigir su mirada a la alfombra.
Thor observó primero a su hermano, luego al «arma», asombrado, sorprendido y luchando por no revelar su alegría. Sabía cuánto Loki detestaba que hiciera eso. Sin embargo, se permitió sonreír.
—¿Crees que eso es justo? —preguntó—. ¿Dos dioses en un mismo equipo?
Thor solo advirtió la sonrisa presumida que brilló en el rostro de su hermano.
—Tony insiste en que lo equilibra nuestra «falta de experiencia» con la tecnología midgardiana.
Thor rio.
—¡Muy bien! —bramó—. ¡Acepto!
Se puso de pie y palmeó a su hermano en el hombro, sin advertir su mueca, solo la débil sonrisa que la ocultaba.
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—Algunas veces vale la pena ser rico —dijo Tony mientras fijaba en su pecho el dispositivo parecido a un peto que registraría los disparos de sus enemigos. Loki seguía intentando averiar el suyo, pero Tony agarró su mano y le dio una mirada que decía, «me reiría de esto, pero tengo que dar ejemplo».
—¿Por así decirlo?—replicó Loki, maliciosamente. Tony sonrió ávidamente y ajustó su agarre en el arma que había elegido.
—Hey —dijo—, no hay mucha gente que tenga su propio juego de Láser tag, ¡ser un multimillonario es genial!
—Mmm —masculló Loki sin comprometerse, apretando unas cuantas correas—. Reservo mi opinión hasta ver lo «genial» que es este juego.
—Este es un juego que favorece a los tramposos —respondió Thor, demasiado alto, en su tono habitual—. ¡Sospecho que serás bastante bueno en él, hermano!
Palmeó a Loki en el hombro y lo empujó lo suficiente como para hacerle caer el arma. Loki le disparó una mirada a la que Thor permaneció felizmente ajeno.
—Está bien, chicos —dijo Tony, levantando su arma—. Tenemos menos de un minuto antes de que el infierno se desate. ¡Dispérsense!
Loki se precipitó en dirección opuesta a Thor.
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Tuvo que admitir que Thor tenía razón en una cosa. Era bastante bueno en esto.
Aprovechó su desconocimiento de las reglas del juego al máximo, usando Doppelgängers, ilusiones y teletransportándose para evadir al «enemigo», hasta que Steve gritó, por tercera vez, que usar magia era trampa y Tony, riéndose, le había dicho que lo «parara».
—De todos modos estamos muy aventajados —le susurró a Loki cuando se encontraron acurrucados en un rincón—. Dales oportunidad de alcanzarnos un poco o se pondrán todos cascarrabias.
Loki sonrió y lo saludó con su arma. Se volvió para irse, solo para pensarlo mejor.
—¿Cuánto tiempo crees que podríamos sentarnos aquí antes de que nos encuentren? —deslizó un brazo por los hombros de Tony para dejar clara su intención.
—No podemos —dijo Tony, incluso mientras sus ojos brillaban de una manera que insinuaban: «Esta bién, sí, tal vez podríamos».
Nunca lo averiguaron, porque Thor se metió en el rincón segundos después, golpeando a Tony en la cabeza cuando los encontró con los labios unidos.
—¡Anthony Stark! —gruñó—. ¡El campo de batalla no es lugar para semejantes cosas!
Loki arqueó una ceja, divertido ya que había sido excluido del regaño.
—De acuerdo, primero que todo, ay —gruñó Tony—. ¡Y segundo, en primer lugar, fue idea de tu maldito hermano!
Thor frunció los labios, agachándose para permanecer encubierto.
—Como sea —dijo—. Puede o puede que no haya guiado a los demás hasta aquí. —Apartó la mirada avergonzado.
Tony gruñó y se levantó.
—Muy bien —dijo—. Dispérsense. Quizá podamos flanquearlos.
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—Solo les queda una vida.
—Solo nos quedan dos.
Loki y Thor se miraron y luego a Tony. Su improvisada fortaleza constaba de dos paredes, las cuales se unían para formar un ángulo recto; cada uno de ellos tomó una esquina para custodiar, deteniéndose para tomar aire.
Loki miró alrededor de su esquina y se retiró cuando captó el destello de un láser apuntándose hacia él.
Sacudió la cabeza y resopló.
—Parece que Ojo de Halcón ha encontrado un nido —dijo. Señaló hacia arriba, detrás de él, en dirección al fuerte que Clint había reclamado—. Una ubicación ideal para francotiradores, para nuestra desgracia.
Tony murmuró de acuerdo.
—Él es nuestro mayor problema en este momento, y lo saben —musitó. Hizo una pausa para morder su labio—. Tienen una vida menos, así que las posibilidades son que Steve y Natasha le estén vigilando, ya que es su mejor tirador y ya tiene un lugar de primera.
—Podemos escabullirnos por el otro lado —añadió Loki distraídamente, su mente estaba calculando todas las posibilidades—. Tengo una idea...
Thor empezó a reír, y Loki le lanzó una mirada inquisitiva por encima del hombro al rubio idiota.
—¡Es como en los viejos tiempos!—dijo Thor, su susurro, de alguna manera, aún era demasiado fuerte. Se acercó para palmear a Loki en el hombro y apretarlo. Loki sintió oscurecer su semblante—. Mi valentía y tu cerebro. ¡Un dúo imparable!
Tony se aclaró la garganta.
—Me gustaría creer que ayudé un poco, sabes —se quejó.
—Thor —murmuró Loki, apartando la mano de su hermano—, me estás haciendo desear arrojarme al fuego amigo. —Miró a Tony por confirmación—. Ese es el término, ¿cierto? Aunque me parece que dicho fuego sería particularmente hostil.
—Sí, ese es el término, aunque contigo, supongo que sería fuego «hostil».
Loki miró de reojo al sonriente humano. Sospechaba que había un insulto allí, en alguna parte.
Thor simplemente sonrió y apartó la mano.
—Siempre tan cínico, hermano mío.
Loki abrió la boca para decir algo mordaz, solo para advertir a Tony por la esquina de sus ojos. Tony lo miraba suplicante, cejas levantadas solo un poco, y Loki frunció los labios y permaneció en silencio.
—Muy bien —dijo entonces Loki—. Esto es lo que haremos...
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—¿Ya empezaron a moverse?
Clint deseó que Steve dejara de merodear de un lado para otro y de lanzar una mirada por encima de su hombro cada vez que decía eso.
—No lo sé —murmuró. Entornó los ojos por encima del cañón de su arma—. Al menos, Loki todavía sigue ahí. Puedo ver el borde de su bota.
—No confío en eso —susurró Natasha, con los ojos fijos en el pasaje que conducía a su nido—. Probablemente nos está dejando verlo a propósito. Quiere que sepamos que todavía está ahí, para que creamos que los otros dos están allí también. Él es la distracción.
Steve asintió, ceño fruncido con sus pensamientos.
—Parece algo que haría —murmuró—. En guardia, todos.
—¡Ahí! —gritó Ojo de Halcón, jalando el gatillo mientras una raya rubia pasaba por delante. Maldijo cuando el Dios del Trueno se agachó detrás de otra partición. Para ser un objetivo tan grande, era sorprendentemente ágil.
Clint sospechaba que Thor ya habría caído si hubiera tenido su fiel arco. Blandir un arma era un arte completamente diferente, pero seguía siendo el mejor tirador del grupo. Thor salió a toda prisa nuevamente y Ojo de Halcón continuó disparando mientras Steve y Natasha disparaban detrás de él, el sonido irritante de los láseres pareció amplificarse repentinamente.
—¡Oh, me diste! —La voz de Stark resonó por el pasadizo a su espalda, y Clint sonrió, alternando su mirada entre el borde del zapato de Loki y la cabeza rubia de Thor. Una muerte más y ganarían esto.
Los láseres seguían resonando.
De repente, el juego había terminado y las luces de arriba de su peto parpadeaban.
—¿Qué demoni—? —farfulló.
Entonces Clint miró hacia abajo para ver a Loki colgando de una mano debajo de él en la ventana en la que estaba disparando, arma presionada contra la pieza de pecho de Clint.
—¿Cómo demoni—? —Clint volvió a mirar y vio la punta del zapato de Loki aún donde estaba.
Loki rio y se trepó en el fuerte, sosteniendo su arma y fingiendo soplar humo del cañón. «Tony le ha estado haciendo ver demasiadas películas», pensó Clint. Entonces, Loki levantó su pie derecho y movió los dedos. Thor se levantó, sonriendo, y agitó la mano desde su posición.
—Vamos —jadeó Tony, su sonrisa era demasiado pronunciada mientras palmeaba a Steve en el hombro—. Los ganadores compran la cena.
Envolvió un brazo en el hombro de Loki y ahí lo dejó mientras salían, deteniéndose primero para recuperar su zapato.
—Esos dos —suspiró Steve, sacudiendo la cabeza—. Son una combinación letal.
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Comieron juntos en un local de pizza cercano, una masa sudorosa abarrotada en una mesa demasiado pequeña. Si Loki compartía su pizza de carne con Thor, nadie emitía comentario alguno sobre ello, aunque Loki susurró: «me las pagarás esta noche» en el oído de Tony.
Más tarde, le enseñó al humano un nuevo hechizo que le sería completamente inútil durante la batalla, pero Tony no tuvo quejas.