Ya habían transcurrido dos años desde que el día en que Ayana salió definitivamente de la vida de Tetsu; mismo tiempo que éste había podido disfrutar una vida tranquila junto a la única persona que amaba en todo el mundo. De hecho, cada uno de los miembros de L’Arc finalmente podía presumir que llevaba una vida feliz y sin esos abrumadores problemas que en un inicio habían pensado que jamás iban a terminar. Todavía les parecía increíble todo lo que habían vivido, ya que parecía ser algo digno de una telenovela: la loca psicópata tras Ken que trataba de deshacerse de Takanori para que aquél accediera a casarse con ella, el otro demente que persiguió a Hyde hasta poder secuestrarlo, guiado por los celos que le despertó el hecho de ver al vocalista al lado de Morrie, y la bestia manipuladora que utilizó la nobleza de Tetsu para poder engañarlo y que así hiciera lo que ella quería. Todo aquello había provocado un nivel de tensión tan alto en todos los músicos, que durante ese tiempo ninguno de ellos pudo atender apropiadamente su trabajo. Empero, todo lo malo parecía haber llegado a su tan esperado final; toda la maraña de mentiras, engaños y dolor en que habían quedado sumidos finalmente quedaba desenredada, por lo cual el amor y la amistad quedaban como los triunfadores absolutos…
─Pero cuánto más van a tardar Ken y Takanori… que yo ya estoy muriendo de hambre ─se quejó el vocalista de L’Arc~en~Ciel al mismo tiempo que se cruzaba de brazos, mostrando un ceño fruncido y una nariz arrugada; llevaban cerca de veinte minutos esperando por la pareja faltante, por lo cual había comenzado a desesperarse. Sin embargo, aquel berrinche tan típico de él había provocado una risa general, y le había permitido obtener un abrazo y un beso en la mejilla de parte de su pareja, quien se encontraba a su lado.
─Tranquilo Hyde, estoy seguro de que ya no tardan… ten en cuenta que ellos son los únicos de nosotros que tienen hijos… bueno tú tienes uno pero él está con su madre ─mencionó con la intención de tranquilizar un poco al más bajo, lo cual afortunadamente funcionó ya que éste no tardó en relajar sus brazos, y en seguida le devolvió el abrazo.
─Tienes razón… es que tú sabes que no soy una persona muy paciente; aunque claro, cabe destacar que son los únicos que tienen hijos por ahora, ¿verdad Yukkie? ─Cuestionó con cierto dejo de travesura en su voz y en su mirada, al mismo tiempo que dirigía su atención al baterista, logrando que se apenara por ello.
─Hyde cada vez que me miras de ese modo siento que quisiera ser invisible ─paralelamente a sus palabras, desvió el rostro para evadir aquellos ojos que lo miraban tan fijamente; a pesar de ello, su ahora esposa se mostró mucho más tranquila al respecto y tan sólo sonrió para el compañero del rubio sonrojado, la cual le fue correspondida de inmediato.
─Es debido a este tipo de situaciones que, para mi propia sorpresa, extraño a Ken; él sí me responde de vuelta y así todo se vuelve más divertido ─mencionó en un evidente tono de broma, causando una risa general nuevamente.
─Ustedes tienen tanto en común, que me sorprende que a estas alturas sigan peleando de esa manera tan infantil… esa discusión que tuvieron hace tiempo acerca de “quién de los dos es el más pervertido” no tuvo sentido, ya que están en el mismo peligroso nivel ─terció Tetsu, al mismo tiempo que bebía un poco de té de su humeante taza.
─Creo que es precisamente por eso que se pelean y discuten tanto; sus personalidades son tan parecidas, que simplemente chocan entre sí. Ya saben lo que dicen: polos opuestos se atraen, y los que son iguales, se repelen…─el siguiente en tomar la palabra fue Morrie, pues estaba al tanto de aquel constante pleito en que su pareja y el guitarrista se involucraban.
─Eso podría explicar cómo alguien tan serio, maduro y centrado como tú, Morrie, está con alguien como… Hyde ─antes de que el vocalista de Dead End terminara de hablar, la pareja que faltaba finalmente llegó, y cuando Ken se dio cuenta de que estaban refiriéndose a él, lo cual le pareció obvio debido a las coas que decían, no perdió la oportunidad de molestar a Hyde una vez más: ése era su deporte preferido.
─Pues podría decir lo mismo al ver a alguien tan dulce, amable y agradable como Takanori con… ya sabes, alguien como tú ─agregó con un tono de voz despectivo, al mismo tiempo que le mostraba la lengua al más alto, pues jamás iba a perder la costumbre de reaccionar de esa manera tan infantil cuando se trataba de pelear con Ken─ mira que haber llegado al matrimonio contigo… eso demuestra su nivel de compromiso Kitamura, así que nunca lo dejes ir o este milagro podría no repetirse.
─Niños, ¿qué les hemos dicho de pelear frente a Kenzo y Bara? No quiero que mis sobrinos se vuelvan unos pequeños maleducados como su padre y su tío Hyde ─intervino Gackt, por lo cual recibió un par de miradas fulminantes que simplemente le hicieron reír a carcajada abierta, al igual que al resto de los presentes.
─Camui, en lugar de criticarnos tanto y de hacerme quedar como un mal ejemplo para mis hijos, ¿se puede saber el motivo por el que nos convocaron a esta reunión? ─Cuestionó el guitarrista, al mismo tiempo que finalmente se dirigía a tomar asiento con su pareja, pues sus hijos se habían quedado con sus tíos: Bara con Yuko, y Kenzo con Hyde.
─No pueden saberlo todavía, ya que ni siquiera Tetsu lo sabe, así que lo mejor será que lo primero sea cenar… antes de que Hyde nos asesine a todos debido a ese usual mal humor que le causa el hambre.
─Gracias por tantas consideraciones a mi estómago Gackt, me has leído la mente respecto a eso de asesinarlos si no me alimentan ahora ─dijo, entrecerrando los ojos; por supuesto sabían que bromeaba acerca de los alcances de su mal humor; sin embargo, lo que sabían que no era broma, era que sí podía ponerse agresivo en esas ocasiones.
Por ello, luego de aquella contestación por parte del vocalista de L’Arc~en~Ciel, la charla fue aplazada para dedicarse a realizar el pedido de la comida para cada uno, y después de haber sido retomada, fue acompañada precisamente de la cena. Aquellas reuniones donde se incluía a las cuatro parejas se habían hecho bastante frecuentes desde que recuperaron la paz y la estabilidad que creyeron perdidas; sin embargo, éstas solían efectuarse en casa de alguno, con el objetivo de tener un poco más de privacidad. Por este motivo fue que no pudieron evitar sorprenderse tras la invitación por parte de Gackt, quien los había citado en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Tal parecía que se había esforzado mucho en organizar aquella reunión, pues incluso se había preocupado por pedir una mesa dentro de una de las salas privadas donde únicamente se encontraran ellos. No deseaba que nada perturbara su tranquilidad, pues el motivo de su llamado se basaba en algo que únicamente deseaba compartir con las personas que más apreciaba…
─Así que ya tienes seis meses de embarazo Yuko… te recomiendo que te prepares porque es a partir de aquí que todo se torna un poco más complicado ─mencionaba Takanori, pues de todos los presentes él era el único que tenía experiencia en ese tema─ y no lo digo para que te asustes, sino para que estés consciente de lo que ocurrirá.
─¿A ti te fue muy difícil sobrellevar el embarazo, Taka-san? ─Cuestionó la única chica ahí presente, con excepción de la pequeña hija del aludido; siempre que el solista tocaba aquel tema se mostraba bastante más atenta, al igual que Yukihiro, pues deseaban aprender lo más posible con respecto al tema.
─Un poco nada más; debo decir que los cuidados y consejos que Tetsu me dio, los cuales le dieron sus hermanas, me fueron de mucha ayuda ─mencionó en medio de una leve risa, pues antes de haber aclarado que la verdadera fuente de aquellos consejos fueron las dos hermanas del bajista, pudo darse cuenta de la expresión de asombro de sus acompañantes.
─Vaya, estuve a punto de preguntar cómo era que Tetsu sabía tanto sobre ese tema ─terció Morrie con cierto tono de voz de sospecha, por lo cual ocasionó que éste se sonrojara.
─Oh no, nada de eso Morrie, que yo todavía no he conseguido que lo experimente en carne propia… pero les aseguro que seguiré trabajando en ello ─agregó Gackt, con el objetivo de intensificar el rubor que teñía las mejillas de su amado. Por ese motivo, sonrió de manera amplia al darse cuenta de que lo había conseguido, aunque también había provocado, una vez más, una risa general de los demás.
─¡Lo ves Ken! Te lo dije, Tetsu es el pasivo, así que págame la apuesta ─agregó Hyde, con un evidente tono de broma, ocasionando algunas risas, pero también algunos sonrojos, y la mirada asesina de parte de su líder.
─Demonios… te tuve demasiada fe Tetsu ─pronunció Ken, contribuyendo a la broma de su compañero, y aunque también estaba bromeando, trató de parecer seriamente consternado.
─Si no se callan los dos en este instante juro que les daré una patada tal, que nuestros fans en Sudamérica cumplirán su deseo de tener a L’Arc~en~Ciel en sus tierras… o por lo menos a dos de sus miembros ─respondió, al mismo tiempo que entrecerraba los ojos, sin dejar de mirar a sus compañeros de esa misma manera asesina y fulminante.
─Bien, ya basta chicos… no deberíamos hacer enojar a Tetsu el día de hoy, ya que tengo preparado algo especialmente para él, así que quisiera que éste día sea de pura felicidad y buenos momentos para él ─finalmente Gackt retomó la palabra, al mismo tiempo que se ponía de pie de su asiento. Todos lo observaban con intriga, cuestionándose acerca de lo que el solista planeaba hacer, por lo cual se mantuvieron en absoluto silencio, por primera vez en aquella velada─ Tetsu es el motivo por el cual los cité a todos aquí. Verán, yo estoy consciente de que L’Arc~en~Ciel es más que un sueño realizado para Tetsu; ustedes son su familia, sus hermanos… por ello he tenido la fortuna de convivir con cada uno de ustedes y me siento muy honrado debido a la oportunidad que me dieron de ser parte de todo ese amor fraternal y ese ambiente tan ligero que también me hacía, y aún me hace sentir como en casa. Después llegaron también Takanori, Yuko y Morrie, y estoy seguro de que ustedes opinan lo mismo que yo al sentirse parte de esta maravillosa familia ─en ese instante hizo una breve pausa para recibir una respuesta de parte de los mencionados, quienes además de corear un “por supuesto”, asintieron con la cabeza. Sonrió tranquilamente al observarlos, por lo que aquélla fue su señal de que podía proseguir─ hace exactamente dos años, Tetsu y yo regresamos a Tokio para reintegrarnos a nuestra vida, luego de habernos ausentado por dos semanas, desconectándonos del resto del mundo. Afortunadamente me parece que durante esos días solucionamos muchos asuntos, y retomamos finalmente nuestra relación como yo tanto había anhelado; desde entonces todo ha sido amor, felicidad y calma, y les aseguro que lo que tengo al lado de Tetsu, no lo cambiaría por nada. Estando con él, siento que la tranquilidad solamente se rompe debido a sus sorpresas, a sus detalles… Tetsuya Ogawa ha sido la única persona que he conocido en toda mi vida, que me ha hecho desear que algo perdure por siempre. Solía ser el tipo de persona que busca aventuras, cambios cada vez que se aburre… pero no con él; con él deseo la eternidad, pues la seguridad que me hace sentir no la puedo comparar con nada más. Es por esto que he tomado una muy importante decisión, la cual deseo compartir con ustedes ─nuevamente hizo una pausa para poder aclararse la garganta, y una vez que lo hubo hecho, se agachó hasta colocar sólo una rodilla sobre el suelo, y en esa posición sacó una pequeña caja de terciopelo color rosa del bolsillo interior de su saco. En ese instante pudo notar que su adorado bajista ya estaba anticipando sus intenciones; éste se había sonrojado, conteniendo un poco la respiración debido a la sorpresa, y tan sólo se quedó inmóvil y en silencio, completamente expectante y atento─ Tetsuya Ogawa… tal como he dicho, estoy seguro de que jamás podría volver a encontrar a alguien que me haga sentir esto tan maravilloso que he encontrado en ti. Yo ya no pienso permitir que nada me aleje de ti, porque mi corazón y mi alma se encuentran en tus manos completamente… es por eso que quiero preguntarte: ¿aceptarías hacerme el hombre más feliz del mundo, y me concederías esa eternidad que tanto anhelo compartir únicamente contigo? ¿Quieres casarte conmigo?
─Gackt…─¿cómo podía reaccionar ante semejante situación? Por supuesto que no dudaba con respecto a cuál sería su respuesta, pues eso lo tenía completamente claro; sin embargo, la emoción y el nerviosismo que lo embargaban, lo habían paralizado, por lo cual continuó sin moverse y sin pronunciar una sola palabra. Sus amigos los miraban, estaba consciente de ello… pero eso era lo menos relevante, pues toda su atención estaba centrada en Gackt. Ese hombre que se había robado totalmente su corazón tanto tiempo atrás, que ya no era capaz de concebir la vida sin él; le tenía enfrente, de rodillas y sosteniendo una cajita con un anillo en su interior, el cual le era ofrecido junto con el ofrecimiento de una vida juntos. De esa manera transcurrieron algunos segundos en absoluto silencio; todos estaban igual de expectantes que el solista, quien se sentía plenamente seguro de que sería aceptado, por lo cual esperó pacientemente a que su amado pudiera reaccionar. Por ello le dedicó una amplia sonrisa, de esas que simplemente derretían al bajista, y sin dejar más espacio a dudas o nerviosismo, éste terminó por decidirse gracias a ese gesto… a esa sonrisa que tanto deseaba poder atesorar y contemplar por siempre─ sí quiero… ¡claro que me quiero casar contigo! ─Exclamó con evidente entusiasmo, y ya con lágrimas de felicidad brotando desde sus ojos, las cuales bañaban sus mejillas como un rocío tan brillante, que Gackt no pudo evitar sentirse aún más enamorado debido a esa imagen. Por ello, sin dejar de sonreír del mismo modo, e incluso quizás más ampliamente, colocó el anillo en el dedo anular de la mano que ahora le era ofrecida, aunque temblaba de la emoción. A continuación la tomó entre las propias para poder besar su dorso, y una vez hecho aquello los dos se pusieron de pie; ahora Tetsu no era el único que lloraba, pues cuando ambos estuvieron de frente pudo notar ese brillo en los ojos y las mejillas de su amado. Empero, ninguno de los dos dijo nada más, y solamente se abrazaron estrechamente, propiciando así un amoroso y tierno beso que fue inmediatamente aplaudido por el resto de los presentes.
─¡Muchas felicidades! ─Exclamaron todos una vez que la pareja dio por terminado su beso de celebración, aunque no lo dijeron a coro; no obstante eso no era lo importante, sino esos maravillosos y genuinos sentimientos que experimentaban debido a que podían compartir la felicidad y la emoción de los recién comprometidos. Motivados por ellos, se pusieron de pie en seguida, y se acercaron a la pareja para darle paso a toda una ola de abrazos y más palabras de felicitaciones y apoyo, las cuales demostraban que definitivamente compartían aquella dicha debido a la gran noticia.
─No es por nada Gackt, pero creo que ya te habías tardado en hacer esto… ustedes eran los únicos que faltaban en dar ese paso hacia el matrimonio ─luego de haber terminado con las congratulaciones, Hyde fue quien tomó la palabra, y al haber pronunciado lo último, su mirada se dirigió hacia Morrie, quien se había convertido en su prometido apenas un par de meses antes. Al mirarlo, le dedicó un guiño, el cual recibió una sonrisa de medio lado como toda respuesta.
─Bueno, creo que no podía hacerlo inmediatamente después que Morrie, les habría quitado a ustedes ese foco de atención que sé que te encanta tener, Hyde ─mencionó en medio de una risa divertida, especialmente cuando recibió una respuesta afirmativa de parte de su querido amigo─ eres un ególatra, no me cabe la menor duda.
─Ésa es parte de su esencia, Gackt… sin embargo, finalmente ha aprendido a serlo en una medida equilibrada; motivado por el amor propio, no por egoísmo o vanidad ─en seguida el prometido del vocalista salió en su defensa, al mismo tiempo que lo abrazaba por la espalda.
─Exactamente… y por cierto, me parece que esto nos brinda una excelente oportunidad de una boda doble… a menos que Hyde no desee compartir la atención de ese día porque la desea tener toda ─agregó Tetsu, al mismo tiempo que entrecerraba los ojos, mirando a su amigo con cierto reproche aunque él todavía no decía nada.
─Hey, que yo no he dicho nada así que no me mires así Ogawa ─respondió el aludido, y de igual manera entrecerró los ojos con gesto de dignidad ofendida─ la verdad es que es una buena idea… ¿se imaginan las reacciones de las fans cuando lo sepan? “Los últimos dos miembros de L’Arc~en~Ciel se casarán el mismo día”, suena bastante bien.
─Y por supuesto, nuestra boda será más grande y más impresionante que la de Ken y la de Yukihiro ─nuevamente el bajista tomó la palabra, aunque con un evidente tono de broma; no obstante, en el fondo sabía que debido a los gustos que tenían, especialmente Gackt y Hyde, aquello iba a convertirse en un evento bastante vistoso e inusual.
─Así que crees que su boda será mejor que las nuestras… yo no definiría de esa manera a un estallido rosa de excentricidades ─intervino Ken, haciendo una evidente alusión al gusto por el color rosa que su líder siempre había tenido, y a los gustos poco usuales del solista que acababa de convertirse en el prometido de éste.
─Ten mucho cuidado con lo que dices Ken, porque te recuerdo que a tu esposo también le gusta el color rosa ─mencionó el baterista mientras que con su dedo índice le señalaba al susodicho para que pudiera notar que no lucía muy contento.
Tras aquel comentario de parte de Ken que evidentemente tenía como objetivo provocar el enojo por parte de los aludidos, y la intervención de Yukkie para que su compañero notara el enfado de Takanori, éste no tardó en disculparse de rodillas ante su esposo: el siempre dramático Ken Kitamura no podía dejar de lado sus reacciones exageradas. Por ese motivo, el resto de los presentes estallaron en fuertes risas, y fue así que las peleas, bromas y risas continuaron en medio de ese ambiente tan cálido y agradable que siempre había sido muy característico de L’Arc~en~Ciel. Ciertamente eran como una familia, llena de amor fraternal, comprensión y apoyo; por mucho tiempo habían dejado todo aquello de lado debido a las dificultades que se hubieron acumulado. Parecía una broma cruel de parte del destino que durante aquella época habían recibido una tragedia tras otra sin descanso, por lo cual se iban alejando más y más; sin embargo, la tormenta finalmente se había ido por completo, y ahora podían disfrutar de un sosiego sumamente agradable… todos…
─Dime cariño, ¿qué te pareció tu sorpresa?, ¿te gustó? Mira que si dices que no, romperás el corazón de tu prometido ─una vez que la reunión se dio por terminada y que cada una de las parejas tomó su propio camino, Gackt y Tetsu no fueron la excepción en regresar a su hogar. Ambos habían regresado a la casa que habían compartido durante su “relación anterior”, aunque no sin realizar algunos cambios que ya no les recordaran los sucesos tan dolorosos que habían vivido ahí. Así, el solista se adentró en el sitio con tanta familiaridad, que no le fue necesario encender las luces; sin embargo tenía precaución, pues llevaba a su amado entre sus brazos. Al principio éste se había negado, mostrándose avergonzado ante la idea; sin embargo, Tetsu resultaba bastante débil cuando se trataba de su amado.
─Oye, pero qué clase de preguntas son ésas… por supuesto que me gustó; me encantó que invitaras también a nuestros amigos, para así compartir nuestra felicidad con ellos. Así ellos fueron los primeros en enterarse y eso me llena el corazón de alegría ─decía, al mismo tiempo que recargaba la cabeza en la curva del cuello de su pareja, buscando más cercanía.
─Eso es justo lo que tenía en mente, además te conozco tan bien que anticipe esas ideas que ahora me estás confirmando que sí tuviste… ¿ves? A que soy el mejor novio de todo el mundo ─mencionó medio en broma, aunque trataba de mantenerse completamente serio. No obstante, su pareja no pudo mantenerse del mismo modo, y no tardó en reír con cierto dejo de diversión─. Te ríes, pero yo sé que estás de acuerdo conmigo ─fue en ese punto que arribaron a su habitación, donde gracias a las cortinas abiertas, la luz de luna se colaba en el interior de la recámara, brindándoles la iluminación perfecta para mirarse el uno al otro, y para adentrarse en un ambiente más romántico.
─Bien, debo admitir que definitivamente lo eres… hoy ha sido un día de pura alegría, lleno de sorpresas maravillosas, y ¿sabes qué es lo mejor? ─Cuestionó al mismo tiempo que, ya que se encontraban junto a la cama, Gackt lo había colocado cuidadosamente sobre ella para acomodarse igualmente a su lado. No obstante, la única respuesta que obtuvo fue una expresión de confusión e intriga, por lo cual prosiguió─ que aún no termina, ya que la noche es joven y… tú sabes, aún podemos celebrar nuestro compromiso a solas.
─Oye, ¿no se supone que esas demostraciones de amor deberían posponerse hasta que nos hayamos casado? Cariño, me pones en un terrible predicamento moral ─agregó con una angustia que era evidentemente fingida, pues la sonrisa ladina que sus labios habían dibujado al escuchar aquella propuesta, distaba de concordar con sus palabras─. Hablando en serio, deberías darme méritos porque el día de hoy te compartí con tus amigos durante mucho tiempo… sin embargo debo decir que ya me cansé de compartirte por hoy. Te quiero sólo para mí lo que resta de la noche.
─Gacchan… tú me tendrás para ti lo que resta de nuestra eternidad, nada menos que eso, porque te aseguro que mi mayor deseo en esta vida es compartir cada uno de mis días y cada una de mis noches contigo. Tú y sólo tú podrías ser ese compañero de la vida que yo tanto deseaba; así que yo también te quiero sólo para mí, siempre.
A continuación se dedicaron una amorosa mirada, seguida de una demostración verbal de lo fuertes que eran los sentimientos que compartían; ciertamente acababan de aceptar una promesa que los uniría durante toda la vida, por lo cual únicamente les quedaba sellarla de manera oficial. Sin embargo, a pesar de lo mucho que les emocionaba haber dado el gran paso que acababan de dar, en el fondo sentían que no les era necesario que una ceremonia oficial validara su amor; para ellos, su mutua aceptación era la mayor validez que se podían otorgar. Ya no podía haber nada más fuerte que su amor, ni nada capaz de separarlos, ni siquiera por un instante; a esas alturas en que habían superado tantas pruebas que habían hecho parecer que todo estaba en su contra, estaban seguros de que iban a poder con lo que fuera que llegara. La tormenta se había ido, juntos habían llegado al final del laberinto tan doloroso en que se habían sumido, y lo habían conseguido caminando de la mano, tal como iban a hacer siempre a partir del preciso instante en que se enamoraron. Sí, al inicio, cuando el asunto del engaño que los hubo separado estaba sumamente reciente, ambos supieron que iban a ser algo difícil de superar debido a la intensidad de los sentimientos que los unían. Gackt no estaba dispuesto a perder al amor de su vida, a pesar de que Tetsu si hubo deseado olvidarse de todo lo que lo conectaba a ese hombre… Empero, no hubo ningún engaño, ningún orgullo ni ninguna persona capaz de interponerse lo suficiente entre ellos, por lo que descubrieron que su amor era algo que estaba destinado a perdurar por la eternidad, ya que simplemente fue algo imposible de olvidar…