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Fuimos algo imposible de olvidar por Niji_Takagawa

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Notas del capitulo:

Buenas noches estimados lectores~ ha llegado el momento de traerles el nuevo capítulo, el cual por cierto contiene una pequeña pero significativa sorpresa que seguramente van a disfrutar mucho. Por eso no les doy más avances y simplemente les permitiré leer; disfruten:

Todos los integrantes de L’Arc~en~Ciel se sentían consternados y preocupados por la difícil situación en que el guitarrista se había sumido, y con él, Takanori; debido a tan espantoso accidente en que el solista se vio involucrado, Ken se vio obligado a contarles a todos sobre la cara oculta de Midori, ya que no podía sentirse tranquilo al imaginar que también podía hacerle daño a uno de sus amigos. Lo primordial fue contarles acerca de su plan contra ella, buscando la aprobación de todos, además de consejos para manejar mejor las condiciones en que se encontraba; todos estuvieron de acuerdo en que su plan podía lograr su objetivo tal como esperaba, siempre y cuando lo ejecutara de la manera adecuada. Sin embargo ya se preocuparía de eso una vez que tuviera la información necesaria entre sus manos; por lo pronto, la prioridad era decidir dónde se quedaría la pequeña Bara: con uno de sus padres en el hospital, y el otro siendo acosado incesantemente por la autora del accidente que casi mata al primero, no podía permanecer con ninguno de los dos por el momento. Pensando en esto, todos decidieron que el más adecuado para acogerla era Hyde, pues él ya tenía experiencia como padre, además vivía en un lugar con mucha más seguridad y un acceso más dificultoso que el resto de los miembros de la banda. Desde luego, el hecho de que la pequeña pasara las noches en un lugar desconocido para Midori no fue suficiente para que se confiaran, por lo que decidieron no sacarla del departamento hasta nuevo aviso. Hyde seguía asistiendo a sus ensayos, los cuales se volvieron más cortos, y durante ese tiempo la hija de Ken y Takanori se quedaba a cargo de una niñera, profesional y lo suficientemente discreta como para no llamar la atención, además de seguir sus órdenes al pie de la letra: tenía terminantemente prohibido sacar a la bebé del departamento, bajo ningún motivo. Así, una vez que el trabajo terminaba, Hyde regresaba a su hogar y la niñera se retiraba, por lo que nadie podía sospechar que el cantante había comenzado a alojar a un bebé en casa.

De esa manera transcurrieron algunas semanas más, tiempo durante el cual el vocalista se había habituado totalmente a la presencia de Bara y a la rutina que conllevaba brindarle los cuidados necesarios a un bebé. El hijo de Hyde ya era prácticamente un adolescente, por lo que habían pasado muchos años desde la última vez que cuidó de un infante de apenas unos meses de edad; empero, gracias a esa situación se dio cuenta de que su experiencia no se perdía por más tiempo que transcurriera, e incluso lo disfrutaba bastante.

─Es increíble cómo llevo días viéndote hacerte cargo de esa bebé y me sigue sorprendiendo la destreza que muestras ─durante el mismo periodo de tiempo, Morrie se había convertido en un visitante bastante frecuente de la casa de Hyde, por lo que ya estaba acostumbrado a verle con una bebé en brazos, haciéndose cargo de ella completamente. En esa ocasión en particular se sintió realmente admirado: él mismo había quedado a cargo de Bara-chan por algunos minutos mientras su anfitrión se dedicaba a preparar la comida de ellos; apenas pasaron diez minutos desde que el menor se hubo retirado en dirección a la cocina cuando la pequeña comenzó a llorar de manera insistente. A continuación siguió las instrucciones de Hyde para verificar las posibles causas de su llanto: desde el hambre hasta la necesidad de un pañal nuevo, pero ninguna de éstas parecía ser correcta; por ello el vocalista menor regresó para atender él mismo a esa pequeña que consideraba su sobrina, quien se calmó con tan sólo arrullarla de manera que ella quedara boca abajo─. Supiste exactamente qué hacer en cuanto estuvo en tus brazos, mientras que yo comenzaba a entrar en pánico…

─Es normal Morrie, yo ya tuve un hijo y tú no… sólo eso es suficiente para permitirme saber qué es lo un bebé quiere; incluso, si convives lo suficiente con uno, puedes aprender que su llanto es diferente según lo que necesita. Cuando mi hijo era bebé, era como si llorara y yo pudiera decirte “ése es llanto de hambre”; suena extraño pero así es como funciona ─al mismo tiempo que hablaba, comenzó a caminar por la sala para que sus arrullos terminaran por dormirla, acompañando estos con el tarareo de una suave canción.

─Así que aprendes a diferenciar el tipo de llanto del bebé… bueno, supongo que no me es suficiente con verla unas cuantas horas al día ─el vocalista de Dead End parecía seguir un tanto tenso, pues tal como había dicho, debido a que no podía calmar a la bebé comenzó a sentirse nervioso y con un dejo de pánico. Sin embargo, todo aquello se fue al olvido poco a poco con el simple hecho de observar a su acompañante: el modo gentil en que observaba a la bebé que tenía en brazos y la ternura y cuidado con que trataba de hacer que durmiera despertaron en su corazón una profunda calidez que no había sentido nunca antes. Por ello se quedó sumido en sus pensamientos durante los próximos minutos, como desconectado del mundo que lo rodeaba, por lo que salió de su estupor únicamente cuando se dio cuenta de que Hyde se acercaba al sofá en que se hallaba sentado.

─¿Estás bien Morrie? ─Tal como el mencionado temía: parecía ser que el vocalista de baja estatura había notado que su mirada se fijaba en él tan insistentemente que se le acercó para tomar asiento a su lado; una vez en esa posición, Hyde subió las piernas cruzadas a su lugar para adoptar una postura más cómoda. Sin embargo, le preocupaba esa expresión en su acompañante, pues parecía ausente─ es como si no estuvieras aquí.

─Vaya, qué perceptivo has resultado ─mencionó con cierto dejo de diversión, tras lo cual se cruzó de brazos a la altura de su pecho, cerrando los ojos para adoptar una pose pensativa, casi reflexiva─ aunque no tienes nada de qué preocuparte; es sólo que he estado un tanto cargado de trabajo, así que tú comprenderás lo normal que es tensarse ─mentía, y aunque en el fondo se sintiera culpable por ello, no estaba preparado para dar explicaciones acerca de aquello que no había abandonado su cabeza desde hacía bastante tiempo.

─¿Sabes algo? Eres pésimo para mentir Motoyuki Otsuka ─hasta el momento, Morrie había intentado mantenerse sereno para no levantar sospechas de su anfitrión; no obstante recibir esa contestación le provocó mostrarse nervioso nuevamente, pues eso le confirmaba que sus intentos de relajarse no habían funcionado como hubiese deseado─. Pero está bien, yo comprendo que si algo te ocurre y no me lo dices es porque hay algún motivo de importancia para orillarte a mantenerlo en secreto; sólo no quiero que olvides que, si en algún momento deseas dejar de callar y contarme, seré todo oídos para ti. Tú has sido la persona en quien más he podido confiar desde hace un tiempo ya que fuiste el único que me escuchó y dio consejos cuando me quedé sin amigos, así que me gustaría poder devolverte ese apoyo si es que lo necesitas.

Aquel discurso de parte de Hyde culminó con un guiño, tras lo cual dejó a la casi dormida Bara en brazos de Morrie, con el cual se disculpó para retirarse nuevamente ya que la cena seguía esperándole en la cocina. Así, en cuanto este último se quedó solo de nuevo dedicó su mente a pensar en aquello que comenzaba a sentir por causa de aquel cantante que al parecer lo había empezado a enamorar sin darse cuenta. Aún para él mismo era complicado admitir dichos sentimientos, y más aún el hecho de sentirse tan nervioso en presencia del objeto de ellos; él, que siempre se había caracterizado por ser directo y sin temor alguno de expresar lo que pensaba y sentía, experimentaba terribles dudas acerca de si resultaba prudente confesarle a Hyde su creciente afecto por él. Era extraña la manera en que pasó de sentir cierto rechazo hacia él debido a sus ya declaradas intenciones sexuales hacia sí mismo, hasta ese punto en que deseaba fervientemente darse una oportunidad de algo más que una amistad con él. La soledad de aquel pequeño vocalista le había ocasionado un fuerte instinto de protección, por ello le había ofrecido comenzar de cero para construir una verdadera amistad; así, poco a poco una relación meramente laboral le dio paso a esa amistad llena de confianza y apoyo recíproco. Así, fue mediante esa cercanía cada vez más estrecha que tuvo la oportunidad de conocer la cara oculta de Hyde Takarai: conoció, como nadie más había podido, a ese hombre frágil, lleno de sentimientos hermosos y que actuaba de la manera indiferente y egoísta en que lo hacía con la única intención de protegerse a sí mismo. Eso simplemente le dejó fascinado, y era por esa razón que su ideal romántico al lado del vocalista de L’Arc~en~Ciel crecía conforme descubría más sobre él.

Al mismo tiempo, la cabeza de Hyde igualmente comenzó a darle vueltas a diversas cosas relacionadas con el vocalista mayor; si bien cuando recién lo conoció quedó fascinado por él, supuso que dicho sentir se orientaría únicamente a un sentido sexual como siempre le sucedía. Por lo menos de eso se convenció debido a su ego, herido por el tajante rechazo del objeto de sus deseos; empero, tras haber tenido la oportunidad de acercarse a él debido a la amistad sincera e incondicional que éste le ofreció, descubrió que esos deseos de estar cerca de él iban más allá de lo esperado. Con el hecho de conocer el lado más sensible y cálido que el vocalista de Dead End guardaba debajo de los hielos con que había envuelto su mirada y corazón, experimentó el ferviente anhelo de darse una nueva oportunidad en ese sentimiento que tanto había dicho despreciar durante años, muy a pesar de ese miedo que no se esfumaba.

Resultaba admirable el hecho de que, simultáneamente, examinaban el mismo asunto sin saberlo: ambos experimentaban los mismos sentimientos por el otro y deseaban expresarlo abiertamente. No obstante, las dudas y el miedo a arruinar la amistad que finalmente pudo florecer plenamente entre ellos los mantenía a raya; lo más increíble al respecto, era que se trataba de dos hombres maduros y experimentados en cierta forma, que se comportaban como un par de adolescentes primerizos. Semejante idea provocó una sonrisa distraída en ambos vocalistas, quienes ya estaban conectados a niveles que no podían sospechar, pero que mantenía sus mentes y corazones sincronizados entre sí; por este motivo, lo único que les hacía falta, era poner en palabras los sentimientos que ya sabían que compartían.

El resto de la velada transcurrió de esa manera apacible y tranquila; no sólo por el hecho de que la pequeña Bara había dejado de lado sus momentáneos ataques de llanto, sino por la atmósfera tan fresca y agradable que se había instalado en esa casa. Dicha calma brindó a ambos músicos la oportunidad de conversar, de manera que alternaban dicha charla con algunos mimos y juegos con la pequeña a quien cuidaban; así, debido a la situación en la que se encontraban, sus corazones volvieron a sincronizarse en un dulce pensamiento: el deseo de congelar ese instante para que perdurara por siempre. No era sólo la calidez que flotaba en el aire gracias a la ternura de la pequeña Bara, sino también esos sentimientos que sus corazones guardaban por el otro a pesar de no haberlos expresado todavía; por este motivo, sus miradas se cruzaron en el instante que las manos de ambos se encontraron sobre la pequeña espalda de Bara, quien comenzaba a quedarse dormida entre los brazos de Morrie. Ya que no había ningún ruido alrededor y a que ninguna distracción se presentó para interrumpirles, guardaron absoluto silencio, sin desviar los ojos del otro: solamente esa mirada hizo falta para transmitirse muchas cosas, sin necesidad de palabras. Aunque sus cabezas no supieran interpretarlas con claridad, sus corazones lo comprendían, por lo cual la unión que mantenían se volvía mucho más profunda que antes; ante esto, sus cuerpos comenzaron a moverse por sí mismos, guiados por aquello que, inconscientemente, sabían que sentían recíprocamente. Despacio, sus manos se entrelazaron sin moverse de aquella posición donde se habían encontrado, y sus rostros avanzaban en dirección al opuesto, un centímetro a la vez… o eso parecía.

Sin embargo, el destino parecía empeñado en retrasar ese suceso tan importante para los dos, pues antes de poder acercarse más, un leve llanto les obligó a regresar de golpe a la realidad: estaban a cargo de un infante que aún no dormía profundamente. Ese hecho les ocasionó un leve respingo que fue seguido de una leve risa debido a semejante reacción a manera de espejo, y a continuación fue Hyde quien tomó en brazos a Bara; una vez que la acunó contra su pecho se puso de pie, disculpándose con su invitado, pues en seguida se dirigió a su habitación, lugar donde se localizaba la cuna provisional de la bebé. Morrie se limitó a asentir con la cabeza viéndolo retirarse, y en cuanto se quedó totalmente solo, dejó escapar un suspiro profundo. No podía evitar experimentar cierta frustración, pues aquélla era su segunda oportunidad de comunicarle sus sentimientos al hombre que los despertó, e igualmente se vio interrumpida. No obstante, supo que ya no podía retrasarlo más, por lo que decidió aprovechar cual fuera el tiempo que la pequeña estuviera dormida para hablar con Hyde: del resultado de esa conversación dependía un aspecto muy importante de su vida y ya no estaba dispuesto a vivir con dudas ni miedos.

─Ya volví, disculpa si me tardé ─aunque aquella voz le había causado otro respingo debido a su llegada tan inesperada, esta vez sólo sonrió y dirigió su mirada al dueño de ésta para hacerle saber que no había problema.

─No te preocupes… el llanto es la forma en que los bebés comunican sus necesidades, así que Bara sólo te estaba diciendo que la llevaras a dormir; me parece algo muy adorable por cierto ─agregó, al mismo tiempo que su acompañante regresó a su lugar anterior, sentado sobre el sofá, justo al lado de él.

─Bueno cuando son así de pequeños todo lo que hacen es adorable… aunque debo admitir que esa pequeña en especial, tiene algo que me ablanda el corazón con sólo mirarla ─esa bebé había removido muchas cosas en Hyde desde que la conoció; se hizo evidente en el momento que la cargó, y debido a la manera en que cambiaba su estado de ánimo si ella estaba cerca. En ningún momento se lo había podido explicar, pero supuso que el motivo era que ella le recordaba su paternidad: una de las pocas cosas en su vida que en verdad le causaban felicidad. Aunque también debía admitir la existencia de otro motivo.

─Es verdad, ella tiene una dulzura muy especial… aunque yo no me refería únicamente a ella de hecho ─su momento se acercaba, podía sentirlo en el fondo de su corazón; por ello se decidió a instalar entre ellos la situación más apropiada. Supuso que el mejor comienzo era mediante un halago que le hiciera ciertas insinuaciones al vocalista menor; por ello, no pudo evitar sonreír de manera ladina al notar que éste se sonrojaba, haciéndole saber que había captado perfectamente las intenciones de sus palabras.

─Pero qué dices Morrie… si te refieres a mí lamento decirte que yo puedo ser muchas cosas, menos adorable; mi sobrenombre de “demonio” no surgió de la nada ─había comenzado a sentirse nervioso, y eso fue evidente debido a la manera en que se sonrojaba cada vez más y al leve temblor de sus manos. Odiaba sentirse tan vulnerable, tan evidente; sin embargo no lo pudo evitar, pues su cuerpo demostraba sus emociones de una forma tan expresiva que no fue capaz de controlarla.

─Ése podrá ser tu punto de vista, incluso el de muchos otros; pero has de saber que yo te veo de una manera muy distinta. Yo no creo que seas un demonio Hyde, deberías tener en cuenta que en ti mismo hay evidencia de que eres un ángel ─al mismo tiempo que hablaba, una de sus manos se dirigió a posarse sobre la espalda ajena. Ese simple movimiento le hizo saber que se refería a las alas de tinta que coronaban su espalda.

─Después de todas las cosas que te conté que hice, de lo hedonista, egoísta y cruel que he sido durante años, ¿en verdad puedes siquiera insinuar que soy un ángel? Morrie, creo que te has golpeado la cabeza y no razonas como se debe ─no era ninguna broma, al menos no de su parte. Se hizo evidente cuando desvió la mirada para fijarla en algún punto de la nada, con los ojos inundados en lágrimas y los puños apretados sobre las rodillas, tomando así la tela de su pantalón; sin embargo, antes de poder decir o hacer algo más, una mano gentil se dirigió a su propio mentón para hacerle regresar la mirada a su acompañante. En un inicio se mostró reacio a hacerlo, aunque no tardó mucho en obedecer dicha silenciosa petición y enfocarse en aquellos orbes oscuros y profundos que le miraban con ternura.

─Tú simplemente has cometido muchos errores Hyde, y yo no soy quién para juzgarte por ellos; nadie merece ser satanizado por sus errores y tú no eres la excepción. Lo importante de todo esto es que aprendas de ellos para no volver a cometerlos, que estés dispuesto a cambiar para ser una mejor persona y a hacer lo posible por arreglar las consecuencias que estos conllevan. Me consta que has cambiado y que has hecho cambios importantes en tu vida, que has arreglado lo que tus errores destruyeron, y eso es lo que te diferencia de quienes sí son malas personas ─durante todo su discurso sus ojos se mantuvieron fijos en aquellos que tenía enfrente; definitivamente no podía negar lo mucho que le gustaba el perderse en esa mirada color chocolate, pues cada vez le transmitía pensamientos mucho más dulces que los anteriores y eso era lo que lo mantenía atrapado por ella.

─Gracias Morrie… esas palabras significan mucho para mí…─no le había podido responder de inmediato, ya que había quedado sumido en un shock paralizante; sin embargo, procuró contestar apenas se hubo recuperado lo suficiente, aunque no pudo evitar titubear.

─No necesitas agradecer aquello que sale sinceramente del alma Hyde ─ese sonrojo estaba a punto de hacerlo explotar, de conseguir que no pudiera contenerse más; empero, él quería ser sutil, así que hizo acopio de todo el auto-control que poseía y continuó hablando lo más calmadamente posible─. Realmente me alegra saber que puedo reconfortarte Hyde, no me gusta verte triste o desanimado… yo quisiera ser el bálsamo que cure todas tus heridas, en especial ésas que atormentan a tu corazón y no te dejan ser tan feliz como mereces ─al fin había sido capaz de exponer parte de sus sentimientos. Aquello había sido suficientemente directo como para brindarle al vocalista menor la posibilidad de adivinar cuál era el sentido verdadero de sus insinuaciones, pero también sutil para no asustarlo en caso de que él no correspondiera a sus sentimientos.

Así, una vez que aquella semi-confesión llegara a oídos de Hyde, el silencio se apoderó de la situación; no era un silencio incómodo, pues ninguno de los dos se mostró perturbado de ningún modo. A pesar de ello, el cantante de L’Arc~en~Ciel no pudo evitar sumirse en mil pensamientos que giraban en torno a esas palabras; no estaba seguro del sentido en que debía tomarlas: ésas bien podían ser las alentadoras palabras de un amigo que desea que su apoyo y cariño fraternal sean de ayuda para que el otro se sienta mejor; empero, también podía ser la confesión de un enamorado que desea sanar las heridas de un corazón, pues su objetivo es apoderarse del amor que éste pudiera guardar. Su cabeza se hizo un lío en cuestión de segundos, y se sentía demasiado abrumado y confundido como para poner en orden sus ideas y preguntar algo; deseaba aferrarse a la segunda opción, ya que su corazón acelerado sentía precisamente aquello. Desafortunadamente sus miedos e inseguridades le impedían expresarlo, ya que no sabía si ése era el significado verdadero y sabía que si ése no era el caso, su amistad con Morrie podía derrumbarse.

Por fortuna, éste no tardó en darse cuenta de la expresión embrollada de su acompañante y decidió darle mayores pistas de sus intenciones para que no le quedaran más dudas. Con eso en mente, su diestra se dirigió a buscar la ajena, la cual aún se encontraba apretando la rodilla de su dueño; por ello, éste la relajó, lo cual le permitió entrelazar sus dedos en un contacto cálido y cariñoso. Antes de proceder a lo que su corazón tanto le pedía, miró hacia el ventanal de reojo apenas: la luna llena se encontraba en su punto ideal, convirtiéndose en la mayor fuente de luz que los iluminaba, ya que la luz eléctrica de la sala era la única que se hallaba encendida, y a una potencia muy leve. Este hecho le hizo sonreír de forma ladina, pues el ambiente era simplemente ideal; por ello, más decidido que nunca, comenzó a avanzar nuevamente en dirección al rostro contrario. Poco a poco la distancia entre los labios de ambos se reducía, por lo que sus alientos chocaban, mezclándose; en ese punto Hyde comenzó a sentirse nervioso de sobremanera. Había correspondido al agarre de sus manos sin decir nada, pues aunque le apenaba, le hacía sentirse bien; sin embargo, ver ese rostro acercarse tanto sólo podía significar una cosa. Ya no había espacio a algún doble significado; por este motivo, cerró los ojos, dejando que su instinto le guiara en busca de ese anhelado contacto. Así, los dos continuaron el movimiento con los ojos cerrados, hasta que finalmente ambas bocas chocaron con suavidad; se mantuvieron quietos apenas un par de segundos, como una manera de que sus labios se acostumbraran al tacto y sabor de la ajena. A continuación, finalmente comenzaron a mover los labios, propiciando suaves roces entre ellos, por lo cual ese contacto se fue profundizando; entonces, supieron que era oportuno permitir un encuentro entre sus lenguas, permitiéndose explorar a fondo la cavidad oral del contrario. De esa manera, buscaron que ese sabor se quedara tan grabado en sus memorias, que nunca pudieran olvidarlo.

Siguieron del mismo modo durante algunos minutos más, tiempo durante el cual, sin saber cómo ni cuándo exactamente ocurrió, Morrie llevó la mano libre a  tomar la cintura ajena, y Hyde llevó la propia hacia la nuca del más alto. No deseaban romper ese momento, pues la espera para que se concretara les había parecido eterna; empero, la necesidad de aire fue lo que los detuvo, por lo que rompieron el contacto en medio de un profundo suspiro que buscaba proveerles del oxígeno necesitado. Permanecieron en silencio los próximos segundos, tan sólo mirándose a los ojos, y aunque al inicio no estaban seguros de lo que debían decir en esas circunstancias, Morrie fue quien se atrevió a romper el silencio.

─Imagino que este beso lo deja muy claro, pero es algo que no me puedo permitir no decir de manera directa: Hyde, a pesar de mi inicial rechazo hacia ti, el hecho de que me dejaras ver a tu verdadero ser me ha dejado cautivado. Me gustas, y te quiero de una manera que va mucho más allá que una simple amistad; es por eso que llevaba días pensativo… sólo me pasaba las horas pensando en cómo decírtelo ya que sé que todo lo relacionado con el amor te asusta, y no quería arruinar nuestra amistad. Sin embargo yo no soy de los que se callan lo que sienten, por eso era momento de que lo supieras; además quiero pensar que el hecho de que me correspondieras significa que sientes lo mismo…─En ese momento hizo una pausa pues sabía que si deseaba recibir una respuesta debía brindarle al más bajo la oportunidad de pronunciarla.

─Morrie… yo…─comenzó a pronunciar por fin, aunque nuevamente titubeaba; en seguida únicamente abrió la boca, pero las palabras no salieron ya que alguien había comenzado a tocar la puerta. Por ello, el intérprete de “The Cape of Storms” había bufado con cierto hastío debido a la interrupción; a pesar de ello había decidido firmemente no atender, ya que quiso continuar con su respuesta─ sé que por años me he empeñado en ocultar que tengo algún tipo de sentimiento, sin embargo yo dije que sería diferente así que debo… decirte que…

Ambos podían considerar que aquel beso y la confesión de parte de Morrie había sido un gran avance y el empuje que Hyde necesitaba para igualmente expresar directamente sus sentimientos; no obstante, antes de que esto último ocurriera, la puerta principal se abrió casi de golpe, dejándoles ver a los tres miembros restantes de L’Arc~en~Ciel. Este hecho le causó un fuerte sonrojo al vocalista de dicha banda, además de una expresión de pocos amigos, que se tradujo en miradas asesinas para los recién llegados.

─¡Hyde! Si estabas en casa por qué no querías abrirnos, ¡qué cruel eres! ─El primero que decidió romper el silencio fue Ken, quien miró al mencionado con un dejo de reproche y con los ojos entrecerrados.

─Es verdad Hyde, y por eso, con la pena, decidí usar la llave que me diste para situaciones de emergencia ─el siguiente en hablar fue Tetsu, quien al igual que los demás había entrado tanto en el departamento, que llegó a la sala de estar frente a ambos cantantes─ ah hola Morrie-san, qué sorpresa verte por aquí… bueno en realidad ya no tanto.

─¡¿Se puede saber qué demonios hacen aquí trío de estúpidos?! ─Antes de que el aludido pudiera responder a los saludos recién recibidos, Hyde no pudo más y estalló en cólera; no era sólo el hecho de que hubieron entrado a su casa sin permiso, si no que al hacerlo habían interrumpido lo que para él era la confesión más importante de su vida. Por ello se había puesto de pie para acercarse a sus compañeros y atacarlos con un zape a cada uno─ ¿no saben acaso lo maleducado que es entrar a una casa ajena sin permiso? Serán bestias…

─¡Hey! ¡Pero por qué diablos nos golpeas enano del demonio! Nosotros deberíamos ser los ofendidos… no querías abrirnos y yo sólo quería ver a MI hija; y pensar que además estaba preocupado al pensar que te sentirías muy cansado al tener que atenderla ─se defendió el guitarrista mientras se cruzaba de brazos con evidente enfado.

─Chicos basta… no puedo creer que ni siquiera se comporten estando enfrente de personas ajenas a la banda ─añadió el baterista con el afán de conciliar todo.

─¡Él empezó! ─Exclamaron simultáneamente Hyde y Ken, quienes al notar que hablaron a coro se miraron con aún más enojo, hasta que ambos desviaron el rostro con una expresión indignada mientras se daban la espalda.

─Serán niñas ─luego de aquello, Yukkie optó por separarlos, por lo cual se disculpó con los demás y tomó del brazo a Ken, llevándolo a la habitación de Hyde; estaba seguro de que ahí encontrarían a Bara, por lo cual el guitarrista podría dejar de estar molesto.

─Doiha no te enfades con nosotros, comprende que Ken extraña mucho a su hija y el hecho de que no nos abrieras la puerta lo angustió mucho; ya lo conoces… empezó a ponerse de paranoico imaginándose mil cosas de lo más exageradas ─al mismo tiempo que hablaba, terminó de acercarse al susodicho, posando ambas manos sobre sus hombros, lo cual le hizo relajarse de inmediato.

─Está bien Tet-chan… lo siento… es que estaba ocupado…─en ese instante el sonrojo en sus mejillas regresó, por lo cual agradeció que el bajista se encontrara detrás suyo. Empero, Morrie sí lo vio ya que lo tenía de frente, por lo cual le dedicó una sonrisa enternecida.

Definitivamente Morrie no iba a olvidar que les había quedado un asunto pendiente, por lo cual buscaría propiciar otro buen momento para recibir esas palabras que tanto anhelaba escuchar; procuró transmitirle ese pensamiento al más bajo de los tres ahí presentes, con una sonrisa que podía derretir a cualquiera. Por ello, Hyde se sonrojó aún más, aunque eso no le impidió mostrarle una sonrisa igual ya que había captado el mensaje perfectamente; él tampoco iba a olvidar que su confesión se había quedado a medias y eso no le dejaría estar tranquilo hasta haber expresado sus sentimientos con todas sus letras. Tetsu por otro lado solamente pudo observar al vocalista de Dead End; sin embargo, sabía perfectamente lo que esa mirada y esa sonrisa significaban, por lo que intercambió una mirada cómplice con él. Hyde era uno de sus mejores amigos, y también sentía un sincero aprecio por Morrie; por ello, estaba dispuesto a ayudar, de serle posible, a que esos dos finalmente estuvieran juntos como evidentemente deseaban estar.

Notas finales:

Por fin hemos visto un avance importante el día de hoy ¿no lo creen? Por cierto, esto me lleva al pequeño anuncia que tengo para ustedes: este capítulo ha traído un cambio bastante drástico a la historia, pues a partir de este punto habrá más drama y muchas otras sorpresas. Comenzaremos a llevar un ritmo un poco más acelerado así que prepárense... ¡ah! Y otra cosa, tendrán lemon muy pronto~ entre más reviews me dejen, más rápido tendrán su lemon así que andando (?) Y bueno para terminar sólo les recuerdo que sigan pendientes de las actualizaciones; ya saben que si quieren enterarse más fácilmente pueden darle like a mi página en facebook. Por lo tronto me despido, nos leeremos a la próxima, y como siempre, les deseo dulces lunas ♥


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