Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fuimos algo imposible de olvidar por Niji_Takagawa

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola de nuevo a todos mis queridos lectores~ ha pasado una semana desde que subí el fic, así que ya les traigo la actualización que seguramente estuvieron esperando. Tengo pensado actualizar cada semana como máximo, pues ya no quiero hacerlos esperar por tanto tiempo; sin embargo, en caso de que tenga el capítulo listo antes de ese tiempo, y si recibo buena respuesta de parte de ustedes, sería posible que lo tengan antes. En fin, dejo de dar rodeos y les dejo leer ya, disfruten:

El sábado por el que Gackt tanto había esperado por fin llegó, trayendo consigo la cita con su amado bajista que incluso le había robado el sueño desde que fue concertada; por ello, su día comenzó más temprano de lo usual… lo cual era mucho qué decir para un hombre tan activo como el solista. Durante las primeras horas de la mañana se mantuvo encerrado en su estudio resolviendo algunos asuntos de trabajo, con el propósito de no dejar ningún pendiente que pudiera interrumpir su reunión con Tetsu, pues no iba a perdonarse si algo arruinaba sus planes de que todo resultara perfecto. Así, terminó a una hora adecuada para comenzar a prepararse; la noche anterior se había tomado el tiempo de elegir el que sería su atuendo, pues deseaba que fuera tan perfecto, que esa simple tarea le tomó horas. De esa manera, y con el afán de lucir casual, optó por un par de sus acostumbrados pantalones de cuero ajustados, la chaqueta que hacía juego, y una sencilla camiseta blanca de mangas largas. Probablemente había elegido ese conjunto de manera intencional, pues su querido bajista le había hecho saber cuánto le gustaba que vistiera así… pero quién podía culparlo por ello, después de todo era un hombre enamorado que estaba tratando de recuperar a la persona poseedora de su amor y devoción.

Con esa idea tan esperanzadora en mente terminó de arreglarse lo más pronto posible para poder salir a una hora adecuada de su casa: a él más que a nadie le constaba que la fama de admirador de la puntualidad que Tetsu Ogawa poseía era un hecho totalmente real, por lo que, aunque él tampoco acostumbraba llegar tarde a ningún compromiso, siempre que se reunía con él, buscaba esmerarse aún más. Salió de su hogar con una hora de antelación a la cita, por lo cual arribó diez minutos antes de la hora acordada… es decir, justo al mismo tiempo que el hombre que sería su acompañante.

–Diría que me sorprende ver que llegamos al mismo tiempo, pero estaría mintiendo –en el momento que se encontraron frente a frente, mirándose directamente a los ojos, un corto silencio se posó entre ellos. No resultaba incómodo, a pesar de las predicciones que Tetsu tenía para ese encuentro; sin embargo se sintió en la necesidad de romperlo, comenzando así con un poco ortodoxo pero cordial saludo dirigido al solista.

–La puntualidad es un hábito que siempre hemos compartido, así que por fortuna en ningún momento tuvimos problemas con eso –con aquello, evidentemente hacía referencia a sus citas, por lo cual se dio cuenta del tenue sonrojo apenado que coloreaba las mejillas ajenas. Con eso supo que podía anotarse un punto a su favor, pues él había notado su referencia, pero fue lo suficientemente sutil para no conseguir un reclamo; así, con el bajista mirando en otra dirección, tuvo la oportunidad de observarle más detalladamente, llegando así a la conclusión de que lucía simplemente hermoso. Llevaba pantalones de cuero igualmente, a pesar de que en él no era un verdadero distintivo de su estilo, además de una ligera camisa de color blanco y una chaqueta roja; así, Gackt no pudo evitar que la atención absoluta de todos sus sentidos fuera robada por Tetsu, y todo lo referente a él.

–¡Gackt! –Exclamó el hombre, blanco de sus profundas miradas, haciéndole abandonar su estupor de golpe para atender a su llamado.

–¿Eh? Perdona Tetsu, me distraje… ¿me decías algo…? –Trató de disimular para que no se diera cuenta de que él era el motivo de su distracción, por lo cual realmente deseó que no se hubiese notado los pensamientos que cruzaban por su mente al verle.

–Te decía que si ya vamos a pedir nuestra mesa… no hay motivos para seguir esperando.

–Tienes razón, vamos… y una vez más, disculpa que esté tan distraído –definitivamente la situación le pareció algo vergonzosa; no obstante, le quedaba el consuelo de percatarse de que sus insistentes miradas habían pasado inadvertidas. Por ello, inmediatamente se limitó a caminar detrás de su acompañante, dirigiéndose al área de las mesas, a la cual fueron escoltados por el empleado encargado de asignarles sitio a los clientes. Una vez que les dejó en el privado que les correspondía, se retiró para dejarlos a solas; fue en ese momento que Gackt supo que, si deseaba reconquistar sutilmente el corazón de su amado, debía de comenzar a hacer algo ya. Por este motivo se acercó a la silla más cercana al líder de L’Arc y la retiró un poco de la mesa, lo suficiente para que él tuviera espacio de sentarse.

–Gracias… aunque no era necesario que lo hicieras Gackt…–el solista había sido la primera y única persona que había tenido semejante gesto de caballerosidad con él; razón por la cual, a pesar de que se sintió avergonzado por volver a recibir esa acción, no pudo evitar que realmente le gustara que lo hubiese hecho… era como si el tiempo no hubiera pasado.

–Hay costumbres que no se pueden olvidar Tetsu… y sabes que contigo hay muchos gestos y detalles que siempre me gustó tener; así que te aseguro que seguirás recibiéndolos de mi parte. Esto por ejemplo –respondió, guiñándole un ojo con una sonrisa que, aunque no mostraba malicia alguna, no tardó en hacer sentir al bajista un poco nervioso.

–Bueno… dejemos eso de lado por ahora ¿sí? Mejor cuéntame, cómo te ha ido en el trabajo estos días; la última vez que me contaste al respecto, dijiste que tenías muchos proyectos por delante –por fortuna su búsqueda por un rápido cambio de tema no le tomó demasiado tiempo ni esfuerzo, pues de inmediato encontró el tema ideal para olvidarse de los nervios que ese hombre seguía ocasionando en su persona.

–Es así… aunque qué te digo, si tú debes saber perfectamente lo que es eso; hace un par de días grabé una canción nueva, justo ahora estoy trabajando en una melodía que no he podido sacarme de la cabeza. Aunado a esto, las entrevistas, dos sesiones de fotos y los planes preliminares para una serie de conciertos en un par de meses. Suena a mucho, pero es menos de lo que tengo pendiente en las rachas de trabajo más demandantes.

–Sé a lo que te refieres… yo, que también soy líder de mi “equipo de trabajo” sé todo lo que en realidad significa ser líder; en cambio Ken no deja de demostrar que piensa que por ser el líder yo sólo doy órdenes, ondeo mi látigo y espero a que el dinero, producto del trabajo de los demás, me caiga del cielo –por supuesto que sabía que cuando su compañero de cuerdas decía ese tipo de comentarios no lo hacía en serio, por lo cual él tampoco se lo tomaba a pecho y podía verlo como broma.

–Si ésa fuera nuestra verdadera labor, creo que yo no tendría que internarme en el hospital con tanta frecuencia; me harta ese lugar…

–Bueno, si te cuidaras mejor, creo que evitarías muchas visitas a ese lugar Gackt, así que no te quejes porque tú eres el mayor culpable –hasta cierto punto aquello podía parecer un regaño; no obstante, Tetsu mantuvo en sus labios una sonrisa tal, que su interlocutor supo que lo decía motivado por una preocupación genuina… hecho, que le hizo sonreír.

–Y yo que creía que eras la única persona en el mundo que me entendía debido a que eres igual de trabajólico y perfeccionista que yo… ahora veo que viví engañado –al mismo tiempo que hablaba se llevó una mano al pecho para lucir más dramático.

–Ya ves que no, estabas muy equivocado Gackt…–respondió el bajista con una simpleza que no ocasionó más que risa divertida y abierta de parte de ambos: precisamente el tipo de risa que ninguno de los dos creyó posible volver a compartir con el otro– ¿sabes? Te he de confesar que me alegra ver que no has perdido tu sentido del humor; algo que siempre me gustó fue tener conversaciones como ésta… extrañaba esto.

–No sabes lo mucho que me alegra escuchar eso Tetsu… yo también extrañaba poder estar así contigo; tan tranquilos, sólo riendo y conversando… Creí que jamás iba a poder repetir algo como esto, sin embargo me siento emocionado al saber que tú te sentías igual.

Luego de que sus animadas risas fueran acalladas, y que en sus labios quedara solamente una sonrisa tranquila, ambos compartieron nuevamente un silencio; éste no estuvo cargado de pesadez y hostilidad como lo habían estado muchos momentos así en el pasado. Muy por el contrario, fue pacífico, dejándoles una agradable sensación de entendimiento mutuo que realmente agradecieron; así, ése fue el inicio de lo que se convertiría en una larga tarde de plática y risas. Para Tetsu fue un tanto extraño encontrarse ahí, pues tan sólo unos meses atrás habría podido asegurar con total certeza que no deseaba estar cerca de Gackt de nuevo, y que aunque la situación se diera sin consentirlo, no podría experimentar otra cosa que no fuera incomodidad y recelo. No obstante, las cosas en su vida habían cambiado a tal grado, que ahora podía encontrarse a solas con él mientras conversaban de una forma bastante amena y confortable. Por este motivo las horas se pasaron sumamente rápido en esa cafetería; era como si dos viejos amigos se hubieran reunido luego de muchos años para poder contarle al otro los detalles de su vida en ese tiempo. Empero, en la profundidad del subconsciente, los corazones de ambos sabían que ese encuentro tenía un significado mucho más profundo del que se atrevían a expresar…

–Es una lástima que este día se tenga que terminar… me siento tan cómodo contigo Tetsu, que durante todas estas horas me he olvidado de todo lo que tengo pendiente del trabajo. Gracias por haberme regalado este día –ya habían salido de la cafetería, tras compartir un número bastante grande de diversas bebidas, un almuerzo abundante y una charla que no se detuvo en ningún momento. Ahora se encontraban fuera del local, uno frente al otro, en medio de una cálida y cortés despedida.

–Debo admitir que al principio dudé en aceptar Gackt, pero justo ahora me alegro mucho de haber aceptado; pasé una tarde muy agradable, así que yo también te lo agradezco. He estado bastante ocupado con los deberes relacionados con la banda, pero estar contigo y conversar me ha relajado nuevamente… e igualmente me parece una lástima que este día tenga que terminar…–En ese instante hizo una pausa; su corazón le hizo llegar un rápido impulso de hacer algo que, aunque su cerebro trataba de rechazar, la voz de su corazón fue mucho más fuerte, por lo cual terminó cediendo– aunque quizá el trabajo pueda esperar un poco más; ¿qué dices si te invito a mi casa a tomar algo que no sea café ni refresco y seguimos conversando un poco más?

–¿Me estás invitando a tu casa en verdad? Vaya señor Ogawa, no pensé que usted fuera tan atrevido, es la primera cita y ya me quiere llevar a su casa –comentó el solista a manera de broma, por lo cual rió de manera abierta al darse cuenta del sonrojo y el ceño fruncido en el rostro apenado del bajista: había conseguido la reacción que esperaba.

–¡Idiota! Si sigues haciendo esos comentarios dejaré de invitarte…–por supuesto que notó el sonrojo de sus propias mejillas, por lo que desvió su rostro, tratando de ocultarlo.

–Es broma Tet-chan… por supuesto que acepto encantado…

La ligereza del más alto de los dos habría podido hacer que el pelinegro se tranquilizara de nuevo y olvidara la broma para poder irse… empero, el hecho de ser llamado por ese mote le ocasionó un sonrojo bastante más intenso, y un nerviosismo que aunque trató de ocultar al aclararse un poco la garganta, no pasó desapercibido por el alto solista. No obstante éste no dijo nada al respecto, y fue así como finalmente emprendieron el camino al departamento donde residía el líder de L’Arc~en~Ciel, cada uno en su auto ya que ambos habían llegado a la cafetería por ese medio. El destino al que ahora se dirigían les era tan bien conocido a los dos, que no hubo necesidad de más que unos cuantos minutos para arribar a éste, sin indicaciones de ningún tipo; con esa misma naturalidad se adentraron en el apartamento, al mismo tiempo que el bajista ofrecía una moderada variedad de bebidas a su invitado.

–Bueno Tetsu tú debes conocer muy bien mis gustos así que sorpréndeme –contestó Gackt una vez que fingió analizar las opciones ofrecidas por su anfitrión; por esta razón, el mayor de los dos no tardó en mostrarse sorprendido ante semejante respuesta, aunque recuperó su calma rápidamente. Dedicó apenas un par de segundos a pensar qué podía ser lo más adecuado para la ocasión, y tras mostrar una sonrisa misteriosa, se retiró en dirección a la cocina, dejando a su invitado por demás intrigado; empero, su curiosidad no tardó mucho en ser satisfecha, pues no pasaron ni dos minutos cuando Tetsu volvía a la sala, trayendo una botella de vino, dos copas y un descorchador consigo.

–Ciertamente te conozco bastante, y tú lo sabes, pero espero poder sorprenderte un poco en realidad –estaba consciente de que Gackt ya se esperaba el hecho de que eligiera algo ideal; no obstante, no pudo evitar sonreír al darse cuenta de que aun así, mostró una sonrisa un tanto asombrada, pero bastante amplia.

–Ya imaginaba que elegirías algo de mi gusto Tetsu, pero es verdad, no creí que sería algo tan perfecto –no pudo evitar que una ligera risa escapara de sus labios, pues de repente se sintió extrañamente torpe debido a sus palabras.

–Bueno, me alegra seguir siendo capaz de sorprender al gran Gackt Camui… eso me hace sentir poderoso –por supuesto que bromeaba, aunque su expresión trató de mostrarse seria, lo cual consiguió únicamente gracias a que concentró la mayor parte de su atención en abrir la botella de vino y servir ambas copas con él.

–Podría decirse que ciertamente eres poderoso sobre mí… eres simplemente increíble…

A pesar de que no deseaba incomodar a su anfitrión de ninguna manera, aquellas palabras salieron casi por inercia de los labios del solista, quien no pudo evitar sentir un dejo de pena al darse cuenta de lo que realmente había dicho. No se arrepentía desde luego, aunque le era extraño volver a expresar semejantes sentimientos en frente de la persona causante de ellos; Tetsu por otro lado, sintió que su sonrojo regresaba de golpe a sus mejillas, pues sin importar lo mucho que se esforzara por ocultarlo, su corazón acelerado agradecía escuchar que los sentimientos que Gackt le hubo profesado hace tiempo, parecían seguir vivos. No obstante, por más que sus corazones desearan fervientemente ponerle un alto a la tortura del silencio de sus sentimientos, no podían decir nada; había sido un pacto como condición para la realización de esa cita, además habría sido doloroso. Cada vez que el tema de su relación y del amor que compartían salía a flote, también lo hacía el espantoso recuerdo de la fatídica noche en que lo habían perdido todo.

Muy en el fondo sabían que era imposible huir de volver a hablar al respecto alguna vez en el futuro, pues era un ciclo que seguía abierto entre ellos; empero, no se sentían preparados como para que sucediera precisamente ese día. Por este motivo, decidieron olvidarse del tema, y al menos por ese momento, mantener en pie el pacto que los protegía de aquello que les lastimaba y que les permitía volver a hablar tranquilamente, tal como hacían en esa época en que apenas comenzaban a construir una amistad. Esos eran sus planes iniciales, los cuales acordaron con sólo una mirada cargada de un entendimiento compartido… pero por desgracia para ambos, un par de factores que no habían considerado se presentaron de manera repentina, cambiando por completo la situación inicialmente tranquila. El alcohol fue el primero de ellos, pues aunque una botella no podía ser suficiente para hacerles sentir completamente ebrios, sí consiguió nublar su razonamiento de forma leve; dentro de la casa de Tetsu no sucedió nada qué lamentar, pues la conversación que siguieron manteniendo, tuvo el mismo rumbo tranquilo y relajado. Desafortunadamente para ambos, el momento de despedirse tuvo que llegar en algún momento, y en su caso, éste se hizo presente debido a una llamada de trabajo que estuvo dirigida a Gackt; por eso, aún por encima de sí mismo, decidió que era momento de separarse del bajista para volver a su propia casa…

–Créeme que estaría encantado de quedarme más tiempo Tetsu, pero tal como escuchaste, el deber llama; y bueno, dejaría de ser Gackt Camui si comenzara a relegar los asuntos de trabajo cuando son tan importantes –mencionó el intérprete de Returner una vez que ambos se hallaron fuera del departamento, hablando justamente en el umbral de la puerta.

–Es verdad, ya no serías tú… así que anda, ve a atender tus responsabilidades, ya después podemos ponernos de acuerdo para salir otro día y seguir conversando. –Por supuesto que al bajista también le causaba un terrible dolor la sola idea de terminar con ese día que, lejos de sus pronósticos de incomodidad, había resultado bastante maravilloso; empero, no se atrevía a expresarlo, pues hacerlo implicaría revelar sus verdaderos sentimientos.

–Me queda ese consuelo al menos… Tetsu, quiero confesarte que, a pesar de haber estado sumamente feliz, sentí mucho miedo cuando aceptaste mi invitación –le había costado algo de trabajo revelar aquello, aunque la expresión cargada de extrañeza que recibió de parte de su anfitrión irremediablemente le restó un poco de tensión. Durante la pausa que siguió a aquellas palabras, el anteriormente aludido se dedicó a tratar de asimilarlas; sentía que de algún modo habría sido comprensible decir que era él quien tenía miedo de volver a ver a su ex pareja a solas, con el propósito de conversar. Sin embargo, le parecía insólito que quien se mostraba tan entusiasta ante el hecho de reunirse, y que fue quien tuvo la idea en primer lugar, igualmente sintiera miedo. Gackt se dio cuenta fácilmente de los pensamientos que cruzaban la mente confundida de su interlocutor, por lo cual prosiguió con su discurso, tratando de darle una explicación–. Te parece extraño, lo sé… pero es que no podía dejar de pensar en todas las posibilidades que podían ocurrir durante este día, y en la mayoría de las circunstancias que me imaginaba, terminaba arruinando todo; yo deseaba que esta reunión fuera perfecta, porque sentí que mi oportunidad de comenzar a enmendar las cosas por fin había llegado. Pasé los últimos días pensando en temas de conversación que podía utilizar contigo, para así descartar todos aquellos que resultaran inadecuados; supuse que si cometía un error en ese respecto podía incomodarte, y eso era lo que menos quería porque si tú volvieras a sentirte perturbado en mi presencia significaría que habría arruinado mi última oportunidad y tú ya no querrías volver a verme…

–Gackt… no pensé que el simple hecho de vernos para tomar algo resultara tan importante para ti… es que a pesar de la manera en que las cosas terminaron entre nosotros, tú y yo nos tratamos por mucho tiempo. Nos conocemos, por lo tanto tú sabes cómo lidiar conmigo, sabes muy bien cómo sostener una conversación conmigo… para lo cual, lo único que tú necesitas, es ser natural como siempre fuiste –no pudo evitar maldecir ese nerviosismo que regresaba irremediablemente, pues estaba convencido de que su voz temblorosa delataría su sentir, y esa idea lo incrementaba aún más.

–Estando frente a ti es difícil ser natural… y esto no surgió repentinamente, tú siempre me has hecho sentir nervioso… ¿no lo ves? El poder que tú ejerces sobre mí es tan grande que ni siquiera tú mismo te das cuenta de lo que me provocas –en ese instante, a pesar de lo que su cabeza trataba de ordenarle, parecía que su corazón fue más fuerte una vez más, haciéndole ceder. Por ello dirigió sus manos a tomar las mejillas de ese bajista que seguía robándole el sueño, y se aproximó un poco más para hablar mientras contemplaba más de cerca sus ojos marrones– cuando estás frente a mí, tú te robas todos mis sentidos. Todo lo que pueda haber alrededor de nosotros desaparece y dejo de ser consciente del espacio y del tiempo; cuando tuvimos esa entrevista hace tiempo y te volví a ver después de años de sólo ver tu fotografía… sentí que mi corazón volvía a latir gracias a ti, me enamoraste una vez más, y me di cuenta de que no importa el tiempo que me hagas pasar lejos de ti, nunca voy a dejar de amarte con la misma intensidad. Me haces sentir como un adolescente torpe e inexperto, y al mismo tiempo como un hombre que ha encontrado esa pieza faltante en su vida… por eso no pienso descansar hasta recuperarte; no importa cuánto tiempo me tome ni todo lo que tenga que hacer para demostrarte que soy sincero, tú serás mío…

En todo momento mientras escuchaba aquel discurso, Tetsu le miró a los ojos; en un inicio había pensado en desviar la mirada de la suya para poder evadirle… pero fue inútil. El amor que aún se mantenía guardado en su corazón creció debido a las palabras que escuchaba, y esto le impidió dejar de mirar esos ojos disfrazados de azul que tanto había adorado por años; se quedó mudo durante los siguientes minutos, dejando que fuera Gackt el único que hablara. Empero, en cuanto sintió que recuperaba la capacidad de hablar, sus intentos por hacerlo fueron interrumpidos de nuevo; apenas había entreabierto los labios para responder, cuando estos se vieron totalmente sellados por un inesperado beso. En ningún momento se esperaba recibir aquel contacto, aunque el impacto no fue motivo para rechazarle; claro, su cabeza le ordenó reiteradamente que lo empujara, que se alejara de inmediato y que no volviera a verlo… pero al mismo tiempo su corazón, en medio de los latidos más fuertes que había experimentado en años, le gritó con aún más fuerza que debía mantenerse así, lo más cerca posible de ese hombre, corresponder a su contacto, e incluso buscar más. La segunda orden fue la que siguió, pues fue pronunciada por la voz que no pudo ignorar; ya la había dejado en el olvido durante mucho tiempo, y ahora que se hacía presente con tal fuerza, supo que tenía que ceder. Por ello, sus manos se deslizaron de manera gentil y sutil por los costados del cuerpo ajeno, desde la cintura hasta la zona de las costillas, de donde se movieron hasta alcanzar los omóplatos, aferrándose completamente a estos. No podía recordar cuándo había sido la última vez que se sintió tan perdido en un beso, en esa dulce sensación de entrega absoluta y verdadera, la cual sólo pudo definir de una forma: era una delicia delirante. Los ocasionales besos que compartía con su actual novia solían ser tan breves y superficiales, que nunca le había nacido pasar a otro nivel con ella; en cambio con Gackt hasta el más pequeño beso podía volverse apasionado y tan profundo, que le robaba el alma entera con sólo ese acto.

Así, el beso se prolongó más de lo que hubieran planeado… probablemente debido a que el inconsciente hacía de las suyas, apoderándose de sus cuerpos, aprovechando el mar de sensaciones que había despertado en sus corazones mediante el reencuentro de sus labios, y les guiaba para no romper ese contacto que tanto habían anhelado “secretamente”. En el fondo ambos sabían que ninguno de los dos mencionaría nada al respecto después de que se separaran, pues cuando eso sucediera, la vergüenza y la confusión se harían presentes; no obstante, no cabía la menor duda de que ese beso era la prueba irrefutable de lo mucho que se habían extrañado, y de lo mucho que seguían amándose sin importar el tiempo ni la distancia que el bajista trataba de imponer para que su orgullo estuviera intacto, muy por encima de lo que realmente deseaba… Aunque no importaba cuánto desearan callarlo o cuánto trataran de disimular, pues aquella acción podía traducirse en la inocente prueba de que ese amor verdadero que los unía nunca murió, y que tras pasar por tantos años sumido en la tortura del silencio y del rencor ahora buscaba salir a la luz.

Desafortunadamente no todos podían interpretar ese beso de la misma manera, pues podía haber personas que no comprendieran el profundo significado que tenía ese avance entre ellos… y penosamente una de ellas se hallaba a unos metros de ellos, presenciando dicha demostración de amor tan inesperada como anhelada. Era el único testigo de lo que había sucedido, tanto de la charla que sostuvieron una vez que salieron del departamento, como de ese beso tan lleno de un silencioso amor y una devoción que nunca murió. La susodicha observó la escena con una mirada asesina y una expresión que bien podía describirse como amarga; usualmente esos rosados labios podían mostrar una sonrisa tierna y cálida, esos ojos solían irradiar candidez, y esa presencia era capaz de transmitir un dejo de frescura y alegría por donde quiera que fuere. Sin embargo, sólo un segundo de aquel escenario fue suficiente para que toda esa belleza angelical se transformara en algo oscuro; esa boca se frunció con furia, esas rosadas mejillas se cubrieron de lágrimas dolorosamente cargadas de rencor, y su siempre inocente semblante se desfiguró en una mueca de desagrado y de un odio que nunca pensó ser capaz de experimentar, aunado a una sensación de traición que sólo incrementaba la tensión que se había colocado en su rostro…

–Ya no tengo más dudas al respecto… haré que te cases conmigo lo quieras o no, Tetsuya Ogawa…–susurró apenas para sí misma, al mismo tiempo que apretaba tanto los puños, que sus uñas dejaron marcas rojizas en sus palmas. Y fue así, con un aura comenzando a ennegrecerse, que Ayana Sakai se escabulló de aquel pasillo para abandonar el edificio donde su ahora odiado novio residía, pues sintió que era tiempo de planear la manera de llevar a cabo sus nuevos planes de vida…

Notas finales:

Creo que no necesito decir más para que ustedes intuyan un poco de lo que va a suceder~ así que no se pierdan los siguientes capítulos, los cuales estarán más emocionantes cada vez. Por el momento me despido, no sin antes recordarles que tienen disponible mi página en facebook, así que denle un like y manténganse al tanto de las novedades que tengo para ustedes. Déjenme sus reviews y sigan leyendo, hasta la próxima ocasión, que tengan dulces lunas ♥

http//:www.facebook.com/Niji.Takagawa92


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).