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Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 Y aqui seguimos, ya relativamente cerca del final, asi que espero sorprenderlos en estos capitulos ^^

 

O Cosas que son mejor no saber

 

 

— Te dije que era mejor regresar hace horas— refunfuña Eizam, que ahora mismo está completamente molesto. La buena actitud que tenía en la mañana se ha evaporado con la misma velocidad que el alcohol en una fiesta de ebrios.

— No dijiste eso cuando nos besábamos— Eizam solo me dirige una mirada envenenada antes de cerrar de un portazo la puerta de su habitación. Se estarán preguntado ¿Cuál es el problema?  El problema fue cuando Eizam recordó, cerca de la una de la mañana, que en unas horas tendría que ir a la universidad. Y comenzó un discurso sobre las distracciones y bla, bla, bla.  Admito que soy culpable de tal distracción, pero no merecía el tremendo puñetazo que me dio cuando vio la hora. 

— Deccal…— la voz tétrica de Rosierh solo me hace suspirar con cansancio.

— ¿Qué quieres ahora? No estoy de humor.  

 — ¿no estas de humor? Carajo ¿Por qué te estuviste ocultando todo el día? Me meterás en problemas con lord Astaroth.

— como si me preocupara por eso—  le digo, dejándome caer en el sofá con pereza. Puedo molestar un poco a Rosierh.

— pues deberías. No soy yo el que tiene ahora mismo un gran problema con él por no poder llevar una simple alma humana al infierno— miserable… ¿Por qué tiene que echármelo en cara justo ahora? Le dirijo una inexpresiva mirada— oh, ¿acaso estás perdiendo el toque? Ya no eres el mismo… ¿o acaso le tomaste cariño a ese humano?

— ¿cariño? Pff, por favor.

— estas muy apegado a él. Incluso permites que te humille de esa manera…— ¿humillarme? Claro que no. Sé que Rosierh solo me está provocando para que  le suelte toda la verdad.

— no ha pedido nada. No le obligare a pedirlo porque… oh, amigo raro de Eizam— la puerta se abrió, dejando pasar a ese chico inexpresivo. 

— buenos días… ¿Quién es él? ¿Quiin invoco otro demonio?

— ah, ¿el? Naa, solo está de colado.

— está bien. Iré a dormir, con permiso—  dice, desanudando una bufanda en color blanco y verde que juraría por satán, es de ese exorcista albino.  A penas desaparece por el pasillo, la mano de Rosierh me levanta bruscamente del sofá.  

— ¿Quién es él?— Rosierh sigue mirando el lugar por donde ese chico se fue.

— ¿el amigo de Eizam?... pues es el amigo de Eizam. Se llama Neil— solo se me su nombre porque el  exorcista se la pasaba diciéndolo a cada cinco segundos. Ladeo la cabeza,  mirando a Rosierh. Umm, pero que interesante— es lindo ¿no?

— si… digo,  más que él humano promedio— pero sí que esto se pondrá bueno, tanto que no puedo dejar de sonreír. 

— creí que no te interesaban los chicos, ya vez con eso del incubo y mujeres bonitas.

— las cosas cambian.

— ¿Por qué no intentas seducirle?—Hablo lento, al tiempo que suelto su mano de mi ropa y la arreglo. Y luego le dejo ahí, dejándole con esa idea. Ja, espero que caiga y entonces podría deshacerme de él sin mover  ni un dedo. 

Rosierh no me sigue a la habitación, donde Eizam como por arte de magia está completamente dormido ¿Cuánto tiempo paso? ¿Cinco, diez minutos? Ah, es increíble la tenacidad de los humanos cuando se proponen algo en serio.  Desde que vi a este chico desmayado en la entrada de su habitación note que su rostro inconsciente es mucho más atractivo. Tampoco había pasado tanto tiempo con humano como Eizam. Nunca deje que ninguno tuviera muchas oportunidades, además de que la mayoría me invoco y me dio su alma a cambio.    

Con todo esto, casi ni he tenido tiempo de preguntarme por el extraño comportamiento de Eizam. Sé que me invoco solo por un juego, y por eso mismo yo también seguí ese mismo juego. Molestar a los humanos es algo que siempre he disfrutado, y esta vez no es la excepción.

 

 

Por la mañana tengo que ser yo mismo quien despierte a Eizam, que aun sin los lentes  se las arregla para dirigirme una mirada de molestia.

— ¿aun sigues molesto?

— es tu culpa que llegara tarde anoche. No me gusta dormir tarde, hace que el rendimiento por la mañana decaiga mucho.

— suena a algo que tu dirías ¿Por qué te enfocas solo en lo negativo? Puedes pensar en lo agradable que fue pasar el día de ayer en mi maravillosa compañía, pero no, el chico quiere hacerse el mártir—  digo, usando un tono dramático y dejándome caer en la silla del escritorio mientras hago ademanes igual de exagerados con las manos.

— Ah, eres realmente imposible. No mires— me dice, mientras se desabotona los primeros dos botones del pijama.

— pff, ¿Por qué no? He visto mucho más que eso. No seas tímido ahora— es más, incluso sería muy bueno que le ayudara ¿no? ¿Acaso no es eso lo que se predica allá arriba?— parece que necesitas ayuda por aquí.

— ¿eh? ¡Ah!— exclama cuando paso mis manos por su torso— n-no… no te atrevas— susurra, con el cuerpo tenso.

— créeme, estoy a casi nada de ignorar lo que me dices. Pero como te pones a llorar como nena cuando me meto con tus estudios, no hare mucho.

— ¡Yo no lloro como nena!— sus palabras terminan con un escalofrió, cuando acaricio más abajo por su piel tibia— umm…

— Lo haces, así que no me provoques— susurro, rozando mis labios por su hombro y el cuello hasta llegar a la oreja— ah,  eres tan inocente—  sonrió,  quitándole la camisa del pijama.  En los cajones del ropero rebusco hasta encontrar algo de la ropa que le conseguí en el centro comercial.   

— yo no te provoco…

— Lo haces…— me acerco de nuevo hasta él y le extiendo la camisa— deberías ponerte esto— Eizam se da la vuelta, dándome la espalda. Ah… pero mira nada más, no deberías quedarte tan desprotegido estando yo ahí. Ahora mismo solo quiero morderle, marcarle esa piel clara… y no me quedare con las ganas. Eizam ahoga un gritito cuando le muerdo el hombro con suficiente fuerza para dejarle una notoria marca rojiza.  

— maldito…— exclama, soltándose de mi agarre y sobándose la mordida. La marca es notoria desde donde estoy, y me hace sentir gran satisfacción. Quizá si todo sale bien, esta noche podre hacer una segunda ronda— ¿Por qué tienes que hacer siempre lo que te da la gana?— refunfuña, poniéndose la camisa.

— ¿te molesta que te mordiera? Oh, lo siento, no sabía que pensabas desnudarte delante de alguien más.

 — no hare eso, idiota. Pero… ah, olvídalo. Jamás ganare una discusión contigo— suelto una carcajada, siguiendo a Eizam hasta la salida. Eizam siempre se ha negado a ir a la escuela en el auto que conseguí, y hoy me alegra mucho que sea tan terco, pues el pesado de Rosierh de seguro armaría un gran escándalo cuando se enterara  para que he estado usando mis poderes.

— ¿Qué es este lugar?— pregunta, cuando llegamos aparte a la universidad. Eizam aún no llega, pero si hay mucho otros humanos.

— una clase de infierno para algunos humanos.

— ¿en serio?

— sí, solo sígueme y lo veras. Es casi tan malo como un sermón de lord Astaroth—  tal y como lo dije, las clases con Eizam son igual de aburridas que siempre y la única diferencia es la larga partida de póker que nos ponemos a jugar Rosierh y yo al final de la clase— oye, ese es el quinto cinco de corazones que sacas.

— claro que no.

— ah, por lucifer ¿también necesitas hacer trampa aquí? No podrías ganarme sin trampas.

— yo no hice trampa. Si alguien está haciendo trampa eres tú, la barja es tuya— Eizam nos dirige una mirada seria, pero la ignoro y seguimos jugando.

— ¿Podrían dejar de hacer tanto ruido cuando estoy en clase?— ya es hora de la salida, y el aula está vacía.

— no, y mejor vámonos ya. No sé por qué tengo que soportar esto— suspiro.

— Eso me pregunto yo— murmura Eizam. No es que tenga nada en contra de este lugar, pero es bastante molesto, y  sin duda podría aprovechar mejor mí tiempo en la tierra antes de que tenga que volver al infierno. ¿Cuándo terminan las vacaciones de lord Astaroth? Estoy seguro de que cuando menos lo espere estaré de regreso en el infierno, y lo único que me queda es pedirle que me de otra oportunidad. Ash, odio mucho tener que rogar… en especial cuando tengo que rogar para conservar un trabajo que odio, en una vida que odio en una eternidad que odio. Así de miserable es mi vida. 

— Los humanos sí que son curiosos— Rosierh va caminando mirando alrededor— sabia de estos lugares pero nunca había estado en uno… me parece que sería necesario más investigación de campo.

— ¿investigación? Disculpe ¿Qué trabajo tiene usted?

— Eizam, no necesitas se educado con ese—   maldito, a mí me golpeo y me desprecio hasta que no le demostré que era en verdad un demonio. Rosierh me da un empujón nada amigable— además ya te lo dije, es un incubo.

— Ah— Eizam se sonroja de pronto— él… pensé que por la investigación…

— escenarios para las fantasías—  Eizam termina más rojo que las llamas del infierno, mientras yo ahogo una risa— imagina nada más el potencial de un ardiente encuentro en una de las aulas, jugar con los roles del alumno y profesor, o solo dos alumnos en medio de un vacío salón de clases, con el peligro de ser descubiertos en cualquier momento… un trio, una orgia…

— No, gracias— a penas y se escucha la voz de Eizam. Le paso el brazo por los hombros.

— ¿Entiendes porque quiero estar en íncubos y súcubos?— Eizam me da un codazo en el estómago, pero no demasiado fuerte.

— no me interesa—  dice, aunque su cara no parece decir eso. Mientras caminamos hacia la vieja casa de Eizam, pienso en cuanto tiempo he esperado algún cambio…  desde que recuerdo he pasado  por casi todas las áreas en el infierno, he llevado almas al infierno de maneras inimaginables, pero nunca he estado en íncubos.  En teoría en el trabajo más fácil, bien, también en la práctica y desde hace algunos años me he preguntado si eso me hará sentir mejor.

— ¿crees que tu amigo Neil este en la casa ya?

— eh… si, casi siempre llega primero que yo ¿Por qué necesitas a Neil?

— hay cosas que quiero preguntarle…— dice, poniendo una sonrisa nada sana en su cara.

— No creo que quieras…—  Eizam jamás termina la frase porque uso mis poderes para que se quede sin hablar. 

— tener compañía en ese momento ¿cierto?— humano idiota, si llegas a mencionar lo que puede pasar arruinaras todo.

— No me molesta en realidad— dice, sin notar lo que hice, ni el hecho de que Eizam está gesticulando con las manos en mi dirección y dándome una mala mirada.   Yo solo le arrojo un beso antes de dejar que vuelva a hablar,  y vamos tampoco habla en todo el regreso, parece que se ha indignado con lo que hice.

En casa, Neil no está en la sala, si  no en su habitación. Para total sorpresa mía Eizam pone una película, lo cual si es un milagro creía que este chico solo leía, estudiaba y hacia tareas.   Rosierh se ha puesto a escribir en una pequeña libreta, y yo aprovecho para ver la película también. La película es muy larga, pero es bastante entretenida.   

— oh, me encantan los campos de concentración nazis.

— ¿ah? ¡Pero si son horribles!... olvídalo y no digas nada mas o terminare asqueado.

— Pero puedo darte algunos detalles más, estuve en algunos…— Eizam solo sube el volumen de la televisión.

— debes dejar de fastidiar tanto. Si él no quiere saberlo no debes torturarlo antes de tiempo. Ya habrá infinitas oportunidades cuando terminen el contrato.

— no hables de lo que no sabes ¿Cuándo has hecho un contrato? Ya quisiera verte haciéndolo. Tener sexo todas las noches no es nada difícil.

— ¿Quiin?

— ah, lo siento Neil. Bajare el volumen ahora.

— no era eso. Termine de estudiar hace rato. ¿Cree que podría quedarme aquí?— ¿y luego porque digo que es raro?

— ¡Por supuesto!— quien responde es Rosierh, que inmediatamente se aparta para dejar un espacio. Eizam me voltea a ver, interrogándome con la mirada. Yo solo sonrió y me llevo el dedo a los labios en el gesto universal de silencio.  Pronto habrá algo mejor que la película, es lo que he esperado desde anoche. Sin embargo, pasan casi dos horas más. La película termina, y ya estoy pensando que el inútil de ese exorcista no vendrá. Rosierh está coqueteando de manera muy notable, e incluso Eizam les dirige miradas alarmadas por la conversación que Rosierh intenta mantener con el otro chico.

— Deccal ¿Qué es lo que pretendes?— me susurra Eizam, alejándose de la conversación cuando ve que me levanto a la cocina.

— es obvio ¿no? Voy a deshacerme de él. Bueno, yo no, pero es lo mismo— veo que Eizam entiende un poco sobre el plan que tengo— Y parece que esto está a punto de estallar—  sonrió, sintiendo al exorcista ese llegar a la casa. Y justo en el momento preciso, con el idiota de Rosierh está muy cerca del chico raro,  con un brazo “casualmente” por detrás del respaldo del sofá. Esto tiene que verlo…

— No sé si eso sea una buena…— Silencio, humano. Solo es un poco de diversión, así que extiendo mi mano hacia la puerta, abriéndola de golpe y dejando ver al chico exorcista. Por unos momentos, nada más se mueve en la casa. Vamos, vamos… solo quiero ver un poco de acción, chico exorcista no me decepciones ahora— Deccal…

— shh…— digo, mirando con atención a la sala. Casi puedo seguir los pensamientos del exorcista, al ver como mira algo desinteresado hacia dentro, luego con sorpresa, y al final con molestia.  Apenas le da tiempo a Rosierh de pararse antes de que llegue a él, sacando esa espada que siempre trae y haciendo un corte justo en donde esta Rosierh.

— ¿Qué…?— Eizam parpadea, mirando el lugar donde el cuerpo humano de Rosierh se ha desvanecido como humo.

— ¿¡Eso fue todo?!— ah, por lucifer, que yo esperaba algo más violento, con más resistencia. No cabe duda que solo andar teniendo sexo hace que pierdas práctica en otras cosas. El exorcista se dirige rápidamente hacia donde estoy, apuntándome con la espada. Ah, tan torpes humanos objetos de mi entretenimiento. Aun así, solo por prevenir, levanto mis manos pero sin dejar de sonreír.

— ¿Quién era él?

— umm, nadie. Que mira que le dije que meterse con el chico raro era una mala idea ¿eh? Pero nunca le creen a uno—  añado, con expresión de pena. Él solo me ve, aun con recelo.

— ¿Clyne? ¿Por qué atacaste a ese demonio? No estaba haciendo nada malo— la voz del chico raro desde la sala, solo hace que el exorcista regrese, ahora usando tonos melosos. Iugh, que asco.

— Vámonos antes de que vomite— le digo a Eizam, arrastrándolo conmigo a la salida. Ya casi ha anochecido, y el cielo esta nublado, nada raro en Inglaterra.  

— ¿Por qué hiciste eso?

— ¿hacer qué? Yo no hice nada— Eizam suspira, negando con la cabeza.

—   fue cruel hacerle eso a Clyne. Además, ese demonio no estaba haciendo nada.

— aun. ¿Nunca has escuchado que es mejor prevenir que lamentar? Yo estaba previniendo. Conozco a Rosierh, en un par de días habría deshecho todo lo que he logrado.

— ¿Y cómo que has logrado?— pregunta perspicazmente.  Yo solo comienzo a reír, y Eizam tampoco se puede aguantar, pues su risa pronto se hace presente. Caminando por la calle, de seguro parecemos dos amigos riendo de un buen chiste, y de hecho Eizam comienza a platicar de la forma más humana posible sobre sus aún más mundanos problemas. Es extraño, casi todos los humanos me temen, aunque no haga gran cosa con ellos.

— ¿y qué te parece si vamos a un hotel ahora sí?—  Eizam se queda callado, estamos en medio de una calle vacía.

— ¿ahora sí?— murmura.

— bueno, conociéndote no me hubieras dejado tocarte con Rosierh rondando por ahí. A mí no me molestaría.

— ¿entonces eso fue todo? ¿Querías deshacerte de él porque no podrías tener sexo conmigo?

— ¿Algún problema con eso?— arqueo una ceja, sin entender por qué ahora Eizam está actuando así.

— ¿jamás piensas en los demás? Quizá ese demonio quería hacer otras cosas… o no sé.

— No. La verdad me da igual.

— ¿Y te da igual lo que yo piense?— ¿de qué va todo esto? No es divertido, y me molesta. ¿Qué tiene que ver lo que paso con Rosierh?

— ¿Qué es lo que quieres saber Eizam? esto no es por Rosierh y me harás molestarme si sigues así.

— Solo responde— Eizam tampoco retrocede.

— Bien, ¿quieres saber que pienso de ti?—  gruño, sujetando a Eizam de la camisa y acercándolo a mí.

— eso no…

— Solo eres el humano con el que estoy pasando el tiempo, las vacaciones fuera del infierno…. ¿Qué? ¿No te gusto esa respuesta?—  sonrió, sin alejarlo y tomando la apariencia de demonio con la que me conoció— ¿Qué esperabas? Soy un demonio. No sentimos, así que no siento nada por lo que hice— Eizam me ve con una mirada de sorpresa y dolor. 

— ¿Nada…?— ah, así que esto era el verdadero problema.

— no, nada. Debiste saberlo antes de comenzar a tener sentimientos por mí. No eres más que un humano quizá un poco más memorable que otros que he conocido. Morirás y todo seguirá igual para mí.

— Suéltame— susurra, con la mirada en el suelo no puedo ver más que el reflejo de sus lentes.

— Jamás me enamorare de ti Eizam— su mano me retuerce la mía. No tengo nada más que decir, así que lo suelto, dejándolo ir. Él solo sale corriendo de la calle ¿está dolido? No sé, no me importa. No me causa nada si le he herido sus sentimientos. En la calle, mi sombra me muestra lo que soy: Cuernos, alas y cola, soy un demonio y eso no cambiara. 

Notas finales:

 ¿Y bien? me cuesta un poco ser cruel en mis escritos, asi que al menos lo intento de poco a poco. 

Hoy tenia planeado subir el primer capitulo de la nueva historia, pero me di cuenta me faltan algunos detalles y pues no quedo para hoy, espero en la semana subirlo, y como no lo pude subir hoy, les adeltanto el titulo: Cuando decir "te quiero" no es posible.

 Hasta la proxima!!


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