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Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Un poco tardecito pero sin falta. 

Ah, casi lo olvido: Esta historia tambien esta en wattpad, aqui mi perfil, por si prefieren leer ahi. 

Muchas gracias por leer y a las personas que han comentado, espero les guste.

O Como no caer en desesperación

 

 

 

Estúpido, maldito… ¡Pero que vergonzoso! Mi cara esta ardiendo, y no es para menos. Ese maldito demonio idiota ha… ¡no puedo ni decirlo!

 

Estoy casi a punto de dirigirme al cuarto de Neil, pero creo que no se tomara bien el que quiera dormir con el, además aun estoy muy avergonzado por lo que hizo ese demonio y no se como explicarle porque quiero dormir en su cuarto así que con un resoplido de fastidio me tiro al primer sofá que se me cruza. Arrrg…. No puedo creer que ese tipo me haya tocado, y lo peor es que no pude decirle absolutamente nada… ah, que complicada situación, estuve a punto de pedirle que se detuviera, pero eso sin duda me hubiera condenado… aunque me duela admitirlo es muy listo.

 

El sofá es verdaderamente incomodo para dormir, pero ahora mismo no tengo intención alguna de dormirme, no quiero que ese demonio me tome desprevenido otra vez… además mi cuerpo aun se siente caliente.

 

— estúpido demonio…—  murmuro, levantándome para ir al  baño y darme un buen baño de agua fría no solo para quitarme el calor sino también porque no me agrada la sensación de sus manos tocándome. Como la casa es antigua, no es de extrañar que haya una bañera en el baño,  en la cual me sumerjo una vez que la llene y me quito la ropa— ¿Por qué no se larga al infierno?- refunfuño, frotándome con la esponja con más fuerza de la que se requiere— jamás volveré a jugar con esas cosas… sabia que los únicos libros que sirven son los de ciencia…

 

— ¿Quiin?—  Pff… me había olvidado de Neil por completo.

 

— ¿ocupas algo?

 

— no... Pensaba que es algo tarde para darse un baño.

 

— Tuve un accidente…- me callo, sonrojándome al pensar lo que Neil va a deducir de mis palabras, ¡rayos! Esto está siendo más estresante de lo que pensé. Pensando mejor las cosas, podría vender mi alma con tal de olvidar los dos últimos días de mi vida.

 

— ah… Quiin, quizá deba descansar. Creo que tanto estudiar le esta estresando ¿tiene exámenes pronto?

 

— no, no es eso…

 

— esta preocupándome.

 

— Lo siento…- respondo, suspirando— ¿te parece si hablamos mañana?

 

— está bien si así lo quiere.

 

— y por favor, deja de hablarme así… es muy formal, ya te lo había dicho— sigo refunfuñando. A pesar de que Neil es un poco extraño es un buen chico y me agrada mucho.

 

— Claro… que descanse— escucho sus pasos alejándose antes de hundirme en la bañera. Me quiero ahogar ahora mismo.  Cuando comienzo a temblar a causa del frio es cuando por fin salgo de la bañera. La casa está en silencio,  un silencio tranquilo pero aun así no me confió, no pienso subir para nada esta noche. Después de vestirme me devuelvo al sofá, donde me quedo acurrucado en un rincón tratando de olvidarme lo que paso hace rato. No quiero encender la televisión por miedo a despertar a Neil, será difícil explicar que no quiero subir a mi habitación porque hay un demonio que intento violarme.

 

Mientras estoy ahí, en la oscuridad, comienzo a temblar no sé si de frio o de algo más. Es muy vergonzoso pensar en lo que paso… que me haya excitado solo por…

 

— ¡quiero morirme!

 

— ¿Es eso una petición?- la voz suena demasiado tétrica en la oscuridad, y toda mi vergüenza se esfuma dejando solo un leve miedo.

 

— Noooo. Vete, largo… púdrete en el infierno— suelto, hundiendo la cara en los cojines del sofá y olvidando que debo tener cuidado con lo que le diga.

 

— ¿Ahora que hice? —  cuando siento que se acerca, comienzo a agitar un cojín como arma para que no se acerque más— tsk, te estás portando como señorita virgen ultrajada… ¡Oh, espera! No me digas que en serio…-

 

— cierra la boca.

 

— ¿no crees que ya estas grande como para hacer esas cosas?

 

— con una chica, no con un chico, mucho menos con uno que es un demonio.

 

— ¿y el problema es que soy un hombre o un demonio? Estoy algo confundido— no le respondo, no quiero hablarle y mucho menos verle— solo fue unos toqueteos, nada fuera de lo normal.

 

— yo no soy gay…

 

—  ah, yo no dije que lo fueras. Aunque puedo hacer que cualquiera lo sea si así lo quiero.

 

— solo cállate… no me interesan tus intereses— interrumpo cuando escucho que quiere seguir hablando. Mi cara se ha puesto roja de nuevo, y me siento muy apenado ¿Cómo no si es la primera vez que hago cosas como estas?  No soy un maldito pervertido, y aunque en ocasiones si me llegado a tocar yo mismo, que alguien más lo haga y que además se un hombre es demasiado para mí. 

 

— ah, como quieras. ¿No vienes a la cama?- puedo percibir el tono de burla en su voz con facilidad en la oscuridad.

 

— ¡No!—   grito, demasiado alto para ser tan tarde. Espero unos momentos, escuchando atento por si Neil viene.

 

— Que lastima…—  es lo único que escucho antes de sentirme de nuevo a solas en la sala. Esto está mal,  no me agrada para nada lo que trama ese demonio. ¿Acaso planea aprovecharse de mí? ¿También quiere mi cuerpo además de mi alma? Siento que me quedo helado en el sofá, sin ningún rastro de sueño.  Ahora me vengo a dar cuenta de lo poco que se sobre ese tipo de cosas… quizá me encuentre con una terrible desventaja, pero no por nada mi mamá se empeñó en que pasara toda mi niñez y parte de mi adolescencia practicando karate. No dejare que ese demonio se salga con la suya tan fácil. El reloj que hay en la sala avanza terriblemente lento, parece que esta será una larga noche.

 

Sin embargo, en algún momento me debí de quedar dormido, pues cuando abro los ojos, estoy acostado en el sofá y la luz inunda la sala.

 

— ¿uh?

 

— ¿Dormiste bien, cariño?—  algo se remueve en mi espalda mientras me abrazan. Pego un grito bastante femenino mientras salto como gato del sofá. 

 

— ¿Qué…? ¡¿Qué carajos haces aquí?!—  exclamo, alejándome aun lo más que puedo, pero Deccal sigue recostado en el sofá, en una pose como de revista y sonriéndome con burla.

 

— Pensé que te sentirías muy solo acá abajo, y quise acompañarte— me dice cínicamente.

 

— ¡No te acerques a mí!— exclamo, y luego como aun traigo la ropa del día de ayer salgo corriendo sin más hacia la calle. No me quedare ni un minuto más con este demonio y hasta ahora solo tengo una opción así que sigo corriendo sin detenerme. No sé qué hora es, pero me toca la suerte de las calles que cruzo no tienen autos pasando en esos momentos.

 

— oye... Deberías fijarte por donde cruzas.

 

— …

 

— ¿puedo llevarme tu alma ya? Me pediste que me alejara de ti…—  la voz de Deccal suena un poco por encima de mí, y no se escucha para nada agitado como pasa conmigo. Lo ignoro, ya casi llego a mi destino y me alegra saber que Deccal no tiene idea de lo que pretendo. Cuando soy vuelta a la calle y veo las puertas de la iglesia abiertas casi siento que me desmayo— ¿Eizam? Oye, humano…

 

— Ah— suspiro cuando entro, e inmediatamente la presencia de Deccal desaparece. Por si las dudas sigo avanzando hasta entrar a la iglesia y no solo en el patio. Jadeando, me inclino sobre mis rodillas respirando profundamente. No hay ruido y mis jadeos resuenan en la iglesia vacía. Cuando siento que ya puedo respirar con más facilidad, avanzo mirando alrededor.

 

La iglesia es grande, huele a incienso y está algo oscura.  ¿Aquí es donde encontrare mi salvación? Los cuadros e imágenes que hay en ella me causan escalofríos.  Las filas y filas de bancas están vacías, y mis pasos se amortiguan en la alfombra mientras camino hacia la primera fila de bancas.

 

— ¿puedo ayudarte?

 

— ¡Ah…!—  la exclamación es involuntaria, pero no es más que una señora algo mayor que me sonríe amablemente. Su sonrisa se desvanece unos momentos cuando me giro— lo siento, me asusto…

 

— no te preocupes. ¿Necesitas algo?

 

— eh… si, de echo sí. Me gustaría hablar con el sacerdote— respondo. Ayer no pude hacer nada porque la iglesia estaba cerrada, pero mi intención es contarle todo lo que paso y pedirle con urgencia que haga un exorcismo. Según todos los libros es la única forma de poder librarme de él y en vista de lo que paso anoche me urge que se largue.

 

—oh, el sacerdote ya se fue, la misa fue hace una hora— ¡No puede ser! ¿No debe estar en la iglesia todo el día? Creo que debo investigar sobre esto antes de venir nada más— pero él está aquí mañana en la mañana.

 

— No puedo venir mañana temprano— murmuro desanimado. La idea de pasar otra semana igual que ayer solo hace que me duela la cabeza.

 

— bueno, si te urge mucho puedes dejarle una nota y él podría pasar a visitarte. 

 

— eso sería de mucha ayuda.

 

— Iré por algo para que escribas— yo solo de digo que si con la cabeza antes de sentarme en una banca, aliviado. Una noche mas no será gran problema… espero. Mientras la espero, miro con más atención la iglesia y mis ojos se quedan fijos en la pileta de agua bendita. Según todas las películas que he visto cuando hay un exorcismo se usa agua bendita, quizá pueda usarla esta noche para solucionar mi problema.

 

— aquí esta…—  la amable señora me extiende una libreta y un lápiz.

 

— gracias… disculpe ¿habrá una manera de poder llevar agua bendita?-  si ya estoy acá, no importa si me dice que no.

 

— por supuesto. Te dejare mientras escribes—  la veo irse de nuevo. Ah, qué alivio por fin las cosas volverán a la normalidad.

 

 

 

“Señor:

 

Tengo un serio problema con un demonio. Ha aparecido hace tres días que le invoque por una broma, un error que me costó muy caro, y no puedo vivir tranquilamente en mi casa con su presencia rondándome todo el tiempo, además de que se quiere llevar mi alma al infierno. He intentado resistir pero no se cuanto más podre durar sin caer en sus trampas.  Mi dirección está abajo, por favor ayúdeme lo antes posible

 

P.D: Esto no es una broma.

 

Eizam Q.

 

Releo la nota varias veces,  creo que no esta tan mal y mis problemas son entendibles. Arranco la hoja y la doblo varias veces. Los pasos de la señora me indican que está regresando.

 

— Termine, muchas gracias por todo— le digo, devolviéndole la libreta y la hoja.

 

— muy bien.  Aquí tienes el agua bendita— me extiende una botella de plástico tapada.

 

— de nuevo gracias. ¿Podría asegurarse de que esto le llegue al sacerdote lo más pronto posible? Es un caso urgente— le digo en tono desesperado mientras le doy mi nota.

 

— lo hare, no te preocupes. Que tengas un buen día— me dice antes de irse nuevamente. Yo también me despido y luego camino hacia la salida. La tranquilidad de la iglesia me ha hecho olvidar lo ruidoso y molesto que ese ese demonio. La luz de la calle me lastima los ojos, pero yo me siento mucho más tranquilo.

 

— ¿¡que estabas haciendo?!—  apenas pongo un pie fuera de la iglesia, Deccal hace acto de presencia. He ocultado el agua bendita que llevo dentro de mi suéter.

 

— Nada— me limito a responderle. Afuera no hace tanto frio como en la iglesia. Y creo que algo de la calma que había en la iglesia se me contagio, pues regreso a casa con paso tranquilo. Solo un día más. 

 

— dime que solo estabas intentando pedir por tu alma…

 

— No te diré nada.

 

— oye, cuando entras a una iglesia las cosas se ponen serias—  su mano me detiene, girándome a encararlo. Deccal parece preocupado.

 

— Solo no me apetecía escucharte— le paso por un lado. No tengo porque contarle lo que hice y me sorprende mucho ver que no insiste en todo el camino de regreso. Toda la mañana a penas y noto su presencia en casa.  Como aún tengo algunas tareas pendientes me concentro en terminarlas, de hecho todo esta tan tranquilo que no noto que Deccal no está hasta que me voy a la cama y me doy cuenta de que no esta. Mi intención es quedarme despierto otra vez pero la falta de sueño de la noche anterior hace que me quede dormido mucho más rápido de lo que quiero. El sonido de mi despertador es lo que me hace despertar a medias.

 

— ¿No vas a despertar?- algo frio me toca el rostro, y abro los ojos. Solo veo el manchón rosa del cabello de Deccal inclinado sobre mí. Esta tan cerca de mi cara que mi reacción es muy involuntaria, con la base de la palma de mi mano le doy un golpe en la cara, donde creo que esta la nariz— ¿¡Carajo, otra vez?!— la figura de Deccal desaparece de mi visión, pero eso no me impide levantarme aun, algo perdido, y comenzar a regar la botella de agua bendita por todos lados.

 

— aléjate, aléjate.

 

— ¡Por Lucifer! ¡Arde, arde!- con mi mano libre tanteo en busca de mis lentes, mientras con la otra sostengo la botella como si fuera un bate de beisbol. Deccal está en el suelo, rodando mientras se queja— ¿en qué carajos piensas?

 

—  En alejarte de mí.

 

— tsk, esa maldita agua… ¿Tienes idea de lo doloso que es?- me espeta, levantándose y mirándome molesto.

 

— es culpa tuya por hacer cosas que no debes.

 

— ¡Solo vine a despertarte! Y hasta donde se eso no es un pecado aun.

 

— uh… ¿lo siento?...

 

— ¿Quiin? ¿Todo bien? Se le hace tarde para salir— la voz de Neil me hace pegar un brinco, no porque me sorprenda sino porque tiene razón.  Me olvido de todo mientras salgo al baño para cambiarme.

 

— Tengo más de esa agua— le digo a Deccal en un susurro antes de salir.

 

— ¿Estás amenazándome?—  lo ignoro, saliendo junto a Neil. Todo el camino a la universidad y las primeras clases pasan con tranquilidad, pero no puedo evitar estar alerta a todo.

 

— ¡Hola, Eizam!

 

— ¡Todo esto es tu culpa!- exclamo dándole un golpe a Luke, que llega pasándome un brazo por los hombros.

 

— ¿Ahora qué hice?- suelta, sobándose.

 

— pues… eso— suelto. No le puedo decir que efectivamente su ritual funciono.

 

— ah, estas volviéndote loco… ¡mira! Es Sharon, vamos, ve a decirle algo— me dice. Efectivamente Sharon viene  caminando en dirección nuestra. 

 

— ¿Qué? No…

 

— Ve— Luke me da un empujón que me deja en medio del camino de Sharon.

 

— ah, hola Eizam.

 

— ho-hola…

 

— ¿tienes clase o descanso?

 

— bueno, ahora mismo no tengo clases…

 

— ¿Por qué te comportas tan raro?- justo detrás de Sharon, la presencia de Deccal se roba cualquier otra. Le dirijo una mirada aterrada, y lo que quería decir muere en mis labios.

 

— ¿Eizam? ¿Pasa algo?

 

— ¡ah!, claro… debe gustarte esta chica ¿no? ¿Por eso estabas tan molesto la otra noche?

 

— Sharon lo siento, ahora tengo algo que hacer…— me excuso, sin esperar a escuchar su respuesta y me apresuro a buscar un salón vacio— ¿Qué estás haciendo aquí?

 

— seguirte, obvio. Este lugar es genial, debo admitirlo.

 

— no puedes solo venir y hablarme de la nada.  Los demás pensaran que estoy demente.

 

  — ese no es problema mío. Solo tienes que pedirme que me vaya, o algo más.

 

— no voy a pedir nada… es mas…- suelto, molesto— pronto te irás sin que pida nada. He pedido que te exorcicen.

 

— espera, ¿Qué?

 

— eso mismo. Un sacerdote ira a obligarte a marcharte.

 

— No, no, no… ¡no puedes hacer eso!—   el frio me invade mientras siento que el suelo tiembla un poco ante su explosivo arranque. Deccal está completamente desesperado.

 

— puedo…

 

— Tú no entiendes… ah— suspira, sentándose en una de las mesas y pasando sus manos por su cabello en un gesto desesperado— esta era mi oportunidad. Lord Astaroth no estará contento.

 

— ¿Quién es lord Astaroth?

 

— mi jefe, por llamarle de algún modo. En realidad es un pesado que no aguanta unas cuantas bromas. Tengo el peor trabajo de todo el maldito universo… miento, aun no lo tengo. Lo tendré en cuanto regrese— su expresión me hace sentir pena.

 

— pero, eres un demonio… esto deber ser… bueno para ti.

 

— ¿bueno? El infierno es un asco. Odio que me digan que hacer, y ¿a ti te gustaría estar todo el tiempo en el infierno?

 

— eh… supongo que no…—  a decir verdad nunca lo había pensando siempre pensé asumí que todos los demonios eran malos.

 

— claro que no. No me gusta, y hacer esto ya no es tan divertido, por eso lord Astaroth me dijo que era mi última oportunidad para hacer las cosas bien.

 

—…- no entiendo muy bien lo que me quiere decir, pero parece que tampoco es muy popular en el infierno y ha cometido muchos errores antes, y  no lo está haciendo muy bien que digamos.

 

— ¡Seré la burla del infierno!

 

— las cosas no pueden estar tan mal… en algún lugar debe haber alguien que si te venda su alma— ¿en qué momento pase a ser yo el que consuele a un demonio?

 

— es el infierno, las cosas están mal. Seré el único demonio conocido que hará la limpieza del sótano. ¡Es una vergüenza demasiado grande!

 

— uh… ¿lo siento?

 

— Déjame quedarme— susurra de pronto, poniéndose frente a mí con expresión anhelante.

 

— ¿Qué? Espera…

 

— si no vuelvo al infierno no pasara nada de eso.  Déjame quedarme contigo.

 

— no… tú quieres llevarte mi alma…

 

— pero solo porque es mi trabajo. Vamos, no quiero volver al infierno, mi existencia será un infierno en el infierno ¿tienes idea de cómo es eso?

 

— no.

 

— por favor, Eizam…—  su mirada es muy intensa. Y de verdad me da mucha pena, pero no, el es un demonio que quiere llevarse mi alma. Sus ojos grises me miran con lastima, como un cachorro abandonado. ¡NO, NO VOY A CAER! No cedas— por favor—

 

… no puedo dejar de  sentir lástima al pensar en lo que me dice. ¿Cómo puedo ser tan cruel? Suspiro, rindiéndome.

 

— Pero tendrás que obedecer mis reglas.

 

— ¡Yeii!- Deccal pega un saltito. ¿Estaré haciendo bien?

 

— Nada de llevarte mi alma  usando frases de doble sentido, no interpretaras mis peticiones de otra manera.

 

 — ¡como órdenes! Pero me llevare tu alma si me lo pides expresamente.

 

—  bien. Y nada de acosarme todo el tiempo, ni aparecer en mi cama por las mañanas— añado, recordando ese detalle.

 

— Ok— ¿esto no es estar haciendo un trato con el demonio? No tengo ni la menor idea, pero parece que no, Deccal luce completamente feliz con lo que acabo de decir, y yo de alguna manera siento que acabo de vender mi alma.

Notas finales:

Si ahy algun error, tuve unos problemillas al estar editando, algunas palabras se cambiaron al abrir el archivo en otra version de word, y como a todo le di corregir, si algo se ve mal por ahi no fui yo :p

Bueno, ahora si que las cosas se estan descontrolando ¿O no?  jajajaja Pobre, pobre eizam, esperemos que no se arrepienta de esa decision XD


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