Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Belle de Jour por KatsumiKurosawa

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Volví :v nomás aquí trayendo el gtop :v :v :v :v 

Belle de Jour

 

Por Katsumi Kurosawa

 

Capítulo 2

 

 

 

Diciembre 27 – Seúl, Corea del sur 2:30 de la madrugada

 

Estoy comenzando a tener ese sentimiento prohibido por una persona prohibida…

 

Ayer llegó como a las ocho pm por una noche en mis brazos y como siempre, pagó mis honorarios por unas cinco horas.

       

Cuando me dijeron: “Seunghyun ha venido…” sentí como si mi estómago estuviese vacío y mi corazón galopara salvaje.

 

Era él… el nieto del Papá Yang, que gusta de mis servicios de vez en cuando, en esos momentos en los que se siente perdido debido a que su esposa (y elegida por los padres) no es de su completa satisfacción. Simples negocios creo yo… y lo entiendo porque para mí jamás existió el amor.

 

Me puse aquella camisa negra y unos pantalones de cuero que él me había regalado, junto con más bellas prendas de mi guardarropa que sólo utilizaba cuando él llegaba y con nadie más.

 

El timbre de mi suite sonó justo después de que me perfumara con Chanel, mi favorito entre los perfumes finos que utilizaban los trabajadores de Belle de Jour.

 

Se arrojó sobre mi cuerpo inmediatamente cuando abrí la puerta y apenas alcancé a cerrarla.

 

—Señor Choi, ¿A qué viene el apuro? —susurré cuando pude zafarme de sus sofocantes besos y mordiscos en mi clavícula.

 

—Ji, se mío por un instante —dijo casi tranquilo mientras sus besos en mi cuello se volvían imposibles de controlar y yo estaba cayendo como una colegiala enamorada.

 

Me arrojó a la cama y abrió con agilidad la camisa. Básicamente arrancó mis pantalones de cuero para bajar sus pantalones y se posarse entre mis piernas.

 

¿Cuántos años tenía yo de conocer a Seunghyun?

 

Exactamente tres.

 

Yo tenía quince años, él tenía sencillos dieciocho y su padre, como cualquier macho que no cree que su hijo tenga futuro con las mujeres, lo trajo a Belle de Jour, a tener su primer encuentro sexual.

       

El hombre ni siquiera se dio cuenta de que Seung había elegido un hombre del catálogo. Yo siempre fui muy andrógino y mi cabello era castaño y largo en aquel tiempo.

 

Siempre fue para mí un misterio que Papá Yang dejara a Seunghyun pasar a mi alcoba esa noche. Yo era muy pequeño aún, no me vendía a cualquiera… estuve sólo con tres personas ese año… al siguiente dos, al siguiente tres. Hasta que a los dieciocho abrió mi catálogo para todo el mundo.

 

Mientras tanto, me mantenía practicando con Youngbae, con los adolescentes calientes que éramos y que no podíamos practicar con nadie más. A papá Yang no le molestaba.

 

Fue un honor para un pervertido de mi calaña, desvirgar a uno de los herederos de Yang, hijo de la hija mayor del anciano; y que, aunque nos diferenciaban tres años, tomar su virginidad seguía siendo perversión para mí.

 

Seunghyun era y es hasta la fecha un chico tímido y casi retraído, que gusta del arte, los poemas y el diseño de muebles. Sus preciosos ojos negros eran enmarcados por unas pobladas cejas que le hacían ver muy masculino a su corta edad.

       

Era muy alto y su cabello negro caía elegantemente sobre sus pómulos, peinado perfectamente como un niño rico que era. Lo vi entrar a mi habitación sin confianza alguna, ya que sabía que tenía que complacer a su padre en su idea estúpida.

 

También sabía que había elegido a un hombre, incluso si su padre no se dio cuenta. Tal vez pensó que, si salía gritando que yo era hombre, su padre se avergonzaría de haberle llevado ahí.

 

Aunque realmente, cuando me vio, se quedó pasmado un largo momento y no reaccionó cuando supo que estábamos solos.

 

—Mirar, es parte de los gastos de tu padre —susurré ya que me estaba impacientando al mirarme casi sin parpadear, la cara, el cabello, la boca y los ojos una y otra vez. Ni un lugar más—. Sin embargo, le diré señor Choi, que no herirá mi corazón si usted declina de este acto… puedo contarle a su padre maravillas. Pero dado que soy un hombre también, sería mejor que encontrase a una mujer que ame…

 

—Quiero hacerlo —fue lo único que musitó y me dejó completamente helado.

 

¿Qué me había querido decir? ¿Qué acababa de enamorarse de mí a primera vista? ¿O que realmente no importaba si yo era hombre o mujer mientras tuviera su íntimo encuentro?

 

—Venga pues…—susurré entonces tratando de no parecer sorprendido y tomé su mano para acercarlo mí.

 

Temblaba. Me miraba profundamente y no entendía por qué exactamente y aunque cuando mis manos acariciaron su rostro, no dejo de mirarme.

 

Mi trabajo, darle el coraje para actuar por sí mismo y disfrutar del acto él mismo, no solo por mí. A mí me habían instruido en todo lo que debía hacer en la habitación, era un experto absoluto, aunque no lo hubiera llevado precisamente a cabo antes, por lo cual analizaba la situación y daba un diagnóstico perfectamente.

 

— ¿No te acuerdas, Ji? —susurró cerrando los ojos y disfrutando de las caricias gentiles con las que me deshacía de su ropa.

 

No me llamó “G-Dragon”, como todos… me llamó simplemente “Ji”.

 

—Por supuesto que si… tenía cinco cuando dejé de verle, señor Choi… —mi boca viajó por su cuello mientras él respiraba rápidamente y sin poder contener aquella mirada espesa, llena de deseos inocentemente impuros—, han pasado 10 años, pero eso no significa de pueda haberle olvidado.

       

Sonreí. Observándome en persona recordó que el muñeco maquillado del catálogo era aquel niño que su abuelo había recogido de la calle. Aquel niño con el que jugaba hacía muchos años.

 

Rodeó mi cintura y pude sentir su repentino cambio de actitud, la temperatura de su cuerpo que se elevó y sus manos adquirieron seguridad para viajar por mi cuerpo, donde se le ocurría, donde deseaba, donde necesitaba tocar para saber cuáles eran los niveles de locura a los cuales debía o no llegar.

       

Lo llevé a mi cama tratando de que no se perdiera el contacto de sus dedos en mi cuerpo y le permití desnudarme dándole ayuda indirecta a mi pequeño cliente novato.

 

Era tan dulce.

 

Sus caricias gentiles y su preocupación por si estaba o no disfrutando del acto.

 

Era tan dulce en verdad… de cualquier manera si el acto no me gustaba, iba a fingir como buen vendedor de amor, que sabe qué, en cualquier negocio, el cliente es primero.

 

Pero… él era lo que yo deseé en la vez que debuté como estrella del Belle de Jour.

 

Un niño casi tímido que se preocupaba por mí.

 

Aquello volvió locas mis hormonas, tocando al muchacho donde deseaba que yo tocase.

 

Tomé su miembro ante su sorpresa y me arrodillé ante él para degustarlo sin tener una mínima de piedad, rompiendo inmediatamente su mágica atmósfera de amor, cambiándola por lujuria pura.

 

De cualquier manera, me era problemático lidiar con lo romántico de algunos de los clientes, porque aparte de seco en la vida real, soy bastante torpe en cuanto a romance se trata.

 

El niño simplemente acarició mis cabellos sin ser capaz de alguna otra cosa, parado por el éxtasis y los callados gemidos que emanaban de su boca informándome que aquello era maravilloso.

 

Me detuve antes que él se arrepintiera de la idea loca que seguramente cruzó por su cabeza y lo más seguro es que fue correrse en mi boca.

       

Me miró suplicante cuando lo recostaba en la cama.

       

Le sonreí mirándole a los ojos. ¿Sonreír, yo? ¿Qué era eso? Es que ese niño me provocaba cosas… indescriptibles.

       

Era un niño… lo sentía como un niño… y aunque yo era tres años menor, me parecía haber vivido más años aún que él.

 

Me recosté a su lado y sus caricias volvieron a envolverme. Se notaba que el muchacho jamás había comprado compañía antes… parecía que no sabía que no había necesidad de todo su amor.

 

Y fui instruido con ese lema, nunca supe por qué, pero esa noche comprendí el asunto y comencé ese estúpido sentimiento prohibido.

 

Me abrazó y besó mi cuello, sin dejar de lado las dulces caricias mientras mi voz llenaba la alcoba con gemiditos sensuales. Se colocó sobre mí mientras olía mi cabello, cosa que me puso nervioso porque se paseaba por mi mandíbula sin que yo previera sus movimientos y había cercanía con mi boca.

 

No debía… ni siquiera atreverse…

 

—Ji… —susurró mientras no pude predecir su movimiento.

 

Posó sus labios sobre los míos y se me congeló el cerebro cuando el beso se profundizó. Se había acomodado torpemente entre mis piernas mientras no rompía el contacto; para ese entonces yo degustaba, lamía, mordía tenuemente sus labios, enloquecido por la sensación, regalándole un gritito cuando se introdujo como un bruto en mí.

 

Pero yo estaba acostumbrado a eso, me dilataba en el momento en el que anunciaban que tendría un cliente porque así me instruyeron, por lo que no dejé que interrumpiera mi nueva obsesión por sus labios.

 

El chico torpemente continuó el vaivén, como sus instintos le concedían, mientras me llenaba de besos y yo disfrutaba de su inexperto cuerpo.

 

Acaricié su cabello. Tenía es olor de inocencia perdida, ese olor que me incitaba a pasear mis manos por toda su suave y delicada piel canela.

 

Le obligué a cambiar de posición dejándolo recostado, mirando aturdido y después fijamente a cada uno de los movimientos que yo ejercía sobre él.

 

Yo, arriba, me dispuse a cabalgarlo sin perder el cuidado que debía tener con el precoz primerizo.

 

Él, embelesado me observaba. Con las facciones desorientadas por el placer de mi cuerpo sobre el suyo, miraba mis cabellos castaños agitándose con delicioso ritmo, adhiriéndose a mi frente por la fina capa de sudor.

 

Escuchaba el compás melódico y sugerente de mi voz quien le hacía saber que disfrutaba plenamente de su cuerpo y estaba sediento de más de él, de todo de él.

 

Sus ojos perdidos en la lascivia se detuvieron un instante como si el tiempo lo hubiese hecho también. Con un ruido ronco que salió de su boca, le sentí correrse.

 

Estaba satisfecho.

 

Me recosté en su pecho, como lo acostumbro con la mayoría de mis clientes, y me envolvió con sus brazos.

 

Ese día conocí a Seunghyun, sí. Sexualmente.

 

¿Qué clase de persona era Seunghyun?

 

¿Por qué siempre ha tenido ese poder de sabotearme a mí y a mis tácticas frías y absurdas, así como increíblemente funcionales de seducción?

 

Volviendo en el tiempo a este 26 de diciembre, Seung simplemente llegó irreconocible.

 

Si no hubiese sido un sexo servidor, habría sentido que me violó.

 

Simplemente abrió mis piernas y me la metió sin quitarse siquiera el resto de la ropa.

 

No me preocupó que no usara un preservativo… yo jamás dejaba que nadie más que Youngbae y Seunghyun me lo hicieran sin el preservativo.

 

Mis ojos se abrieron de par en par. Me quité yo mismo la camisa negra y le quité la ropa lentamente sin ser interrumpido por el vaivén de sus embestidas.

 

No tocó mis labios en lo absoluto, eso me dejó pasmado y algo sentido. ¿A caso no es ese aspecto un aspecto prohibido para un sexo servidor como yo? ¿Ponerme así porque uno de mis clientes no comparte besos conmigo un día?

 

Luego salió de mi cuerpo para halarme del brazo y obligarme a darme la vuelta, ponerme en cuatro y asegurar mis caderas, luego volvió a alojarse dentro de mí.

 

Los años le habían dado la experiencia… tenía una resistencia inaudita y un delicioso ritmo que siempre me satisfacía.

 

Sin embargo, daba la impresión de que sólo quería ver cómo me sometía. Quería ver mis cabellos ahora rojos brillantes esparcidos por la almohada, lamer mi cuello desnudo y mirar con lascivia el perfecto camino que agudizaba mi cintura y marcaba mis caderas, a las cuales él arremetía tosca y brutalmente.

 

Sus jadeos roncos eran música para mis oídos. Su voz era increíblemente grave y sus gemidos eran una experiencia simplemente de otro mundo, una experiencia religiosa.

 

Mis gritos inundaron la habitación. Aquello podía ser un poco salvaje pero no le quitaba lo delicioso y tener tendencias masoquistas me hacía disfrutarlo.

 

Sentí sus músculos tensos cuando se corría dentro de mí, arrastrándome con su placer a mi nirvana.

 

Se recostó en mi espalda, respirando con dificultad mientras acariciaba el resto de mi piel desnuda.

 

Yo sabía que su frustración recaería en mí de esa manera salvaje. Nunca creí que llegaría el día en que Seunghyun realmente me usara… y llegó.

 

Yo sé que, en medio del frenético acto, los sentimientos regresaron y me obligó a que no le viera el rostro de angustia. No quería que viera aquellos ojos empapados en lágrimas…

 

Aquellas lágrimas que derramaba en mi espalda, y su débil sollozo había reemplazado mi armoniosa voz.

 

—Mi abuela… quieren que… —dijo en voz muy queda y entrecortada— tenga un hijo… con ella… y pronto…

 

Sólo atiné a darme la vuelta y recibirlo en mis brazos con fuerza, con el consuelo que necesitaba. Besé su frente y él continuó sollozando el resto del tiempo que había rentado mis servicios.

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

Y así xDDDDD

 

Ya saben que me encuentran en twitter, wattpad y facebook page como KatsumiKurosawa xDD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).