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El cervatillo en la trampa del perro de caza por Gamancay

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Notas del capitulo:

Holaaa, lo sé. He tardado años en continuar éste fanfic y me disculpo de corazón.

-Enserio, Cissa. No es necesario que me acompañen todos…-.
Hoy era el festejo del aniversario del Tribunal de Magistrados. Una fiesta lujosa y elitista... Tanto, que era una obligación, indirectamente, que llevaras pareja. Así que decidí invitar a mi gran amigo, Lucius... pero…
-Sev, Sev, Sev ¿Recuerdas que somos un equipo? Creo que lo dejamos bastante claro en la universidad, si tienes que ir a algún lado, te acompañaremos. ¿No es cierto, Draco?-. Mientras decía eso, Narcissa acomodaba mi corbata verde botella y el esmoquin negro.
-Sí, mami- Draco estaba recostado en mi sillón, mirando sus caricaturas favoritas, mientras movía sus piecitos. Tenía que admitir que mi amiga siempre tuvo buen gusto en la moda, especialmente con su hijo, que se veía como una copia en mini mí de Lucius. Estaba realmente adorable con su trajecito gris.
-Listo, Sev- Terminó de acomodarme y me miró con aire soñador. – ¡Te ves tan guapo!-
-Tío Sev, siempre se ve bonito- El pequeño ya se había bajado del sillón y se dirigía hacia mí, pidiéndome que lo alzara. Cosa que hice al instante.
-¿Nos vamos?- Lucius, que recién volvía de la cocina, estiró su brazo de forma elegante hacia su amada esposa.
 
Cuando llegamos, el lugar estaba repleto. Cientos de personalidades importantes del país, más los empleados del Tribunal.
Sentí como Draco me pedía que lo bajara, así que caminamos tomados de las manos entre la multitud.
Lucius había encontrado a un viejo diplomático y se fue con Narcissa a conversar, dejándome con mi ahijado.
-Sevie, Sevie- Tironeaba mi manga para que lo mirara, ya que me había distraído con mis pensamientos.
-Dime. ¿Qué pasa?-
-Hay una fuente de chocolate. ¿Vamos? Porfis-
-Claro- En realidad, si no fuera por Draco seguramente no sabría qué hacer. Apenas y hablaba con algunos compañeros, la mayoría tendía a ignorarme y viceversa.
Mientras nos dirigíamos a la fuente, me saludaron algunos jueces y abogados de mediana edad, que veían a Draco como un oso de peluche, porque lo pellizcaban y besaban en las mejillas.
Algunos compañeros nos veían de forma asombrada y cuchicheaban entre ellos, quizás pensaban que era padre soltero. No pude evitar sonreír ante ese pensamiento.
Cuando llegamos a las mesas, Draco se paró sobre una silla para poder untar en la fuente unas cuantas galletas. Yo me dediqué a observar la fiesta.
Como siempre la mayoría de la gente invitada, buscaba obtener buenas relaciones económicas con gente importante. Otros –especialmente los viejos- buscar buenos pretendientes para sus jóvenes hijas. Y el menor porcentaje iba a disfrutar de la velada.
-¿Sev?- Salí de mis pensamientos y miré a las personas en frente mío.
-Lily... James, Harry. Hola.- Lily me saludó con un fuerte abrazo –al igual que su hijo- y Potter estrechó mi mano.
-Sabía que iba a encontrarte aquí. Te estuve gritando hace rato, pero se ve que estabas perdido en tus pensamientos-.
-Lo siento, sólo observaba la fiesta-
-¿Con quién viniste?- Recordé que Draco estaba conmigo y quise darme una patada por haberlo olvidado. Voltee mi cabeza rápidamente hacia la fuente, pero mi Dragón seguía comiendo felizmente sus galletas con chocolate. Ya arreglaría el problema de su consumo extremo en dulces.
-Invité a Lucius y Narcissa. Pero a medio camino los perdimos y me quedé con mi ahijado-
-¿Lucius está aquí?- Preguntó Potter con su rostro asombrado.
-Sí, estaba cerca de la entrada hablando con un político y…-
-¡Iré a hablarle sobre sus nuevos puestos de trabajo! ¡Vamos Lily!- Tomó la mano de su esposa y salió, por poco, corriendo como un desquiciado.
-¡Espera, James! Ahora vuelvo Sev-
-Claro… pero…-
-¿Sev?-
-¿Sí?-
-Se olvidaron de mí otra vez… ¿no?-
-Algo así…- Los Potter eran buenos padres (dentro de lo que cabe) pero a veces eran demasiado distraídos. Como ahora.
-Descuida Harry, ven conmigo. Vamos a la fuente de chocolate- El niño tomó mi mano de forma inmediata -como si hubiera dicho una palabra mágica- y comenzó a dar brinquitos mientras nos acercábamos a la mesa.
-¿Draco? Él es Harry, el hijo de una amiga mía- Draco se giró y pudimos ver su rostro cubierto de chocolate. Pero, con toda la elegancia que un niño de 5 años puede tener, se limpió con una servilleta antes de hablarnos.
-Un gusto. Dime Draco, Draco Malfoy- Había estirado su manito hacia Harry y éste, al no entender de elegancia, simplemente lo abrazó.
-Yo soy Harry, Harry Potter. Tu padrino me habla mucho de ti. Seamos amigos, ¿vale?- Pude notar como un pequeño sonrojo manchaba las mejillas de Draco. Supongo que los ojos verdes hipnotizan a cualquiera.
-Vamos niños- Me agaché a la altura de ambos. -Vi una mesa repleta de pasteles. ¿Quieren ir?-
-¡Sí!- Gritaron al unísono.
Los niños estaban encantados comiendo todo lo que le ponían en frente. “Seguramente después andarán hiperactivos por tanta azúcar”, pensé.
-¡Harry! ¡Harry! ¡Dios! Tus padres te perdieron otra vez. ¿Estás bien?- Quien gritaba y venía corriendo de forma desesperada, era nadie más y nada menos que Black.
-Estoy bien, Paddy. Tío Severus se quedó conmigo y nos trajo a comer pasteles-
-¿Snivellus?- En ese momento dirigió su mirada hacia mí y se quedó unos minutos mirándome fijamente, algo que me incomodó bastante.
-Vaya, vaya. Creí que un ermitaño como tú, se quedaría encerrado antes de venir a una fiesta- Y ahí estaba, no podía simplemente cerrar la boca.
-Veo que se te es imposible mantenerte al margen, Black. No te he dicho absolutamente nada, así que preferiría que no me dirigieras la palabra fuera del trabajo- La sonrisa del pulgoso se ensanchó. Parecía que le encantaba que le contestara.
-Pero si estamos en un trabajo ¿No?- Ladeó se cabeza de forma inocente- Si no te has dado cuenta, éstas fiestas no son más que meras reuniones. Así que supongo que puedo hablarte cuanto se me venga en gana- Con cada palabra se iba acercando más a mí.
-¿Qué tipo de cosas obtendrías el relacionarte conmigo? Porque en éste lugar se viene a eso, como tú dijiste, así que no tiene mucho sentido que me dirijas la palabra- Estaba arrinconándome contra una de las paredes cercanas a las mesas. Quizás quería golpearme o dejarme humillado de alguna forma…
-¿Por qué te alejas Snivellus? ¿Tienes miedo?- Sonrió de forma ladeada, casi seductora. Pero eso jamás podría ser, menos si yo estaba dentro de la ecuación.
-¡SE LLAMA SEVERUS!- Black pegó un grito desgarrador y tuvo que encorvarse por el dolor.
Draco, mi pequeño príncipe, el niño más educado del mundo, acababa de darle una patada llena de furia, justo en la pantorrilla.
-¡Vamos, tío Sev!- Tomó mi mano y comenzó a correr. No pude evitar reírme, mientras escapábamos del alboroto. Había olvidado que mi dragón tenía parte de la sangre de Lucius.
 
Habíamos corrido hasta el centro del gran salón, cuando escuchamos la voz de Narcissa llamándonos.
-Esos malditos viejos, no dejan de parlotear- Tomó a Draco en brazos y le depositó un beso en la mejilla. -¿Te has portado bien con tu tío?-
-Sí, es mi pequeño héroe- Acaricié sus cabellos rubios mientras me sonreía.
En ese momento, empezó a sonar un vals y la gente comenzó a agruparse en el centro.
-Lucius, amor. ¿Vamos a bailar?- Lucius simplemente tomó la mano de su amada esposa y depositó un beso en ella.
La familia Malfoy bailaba en el centro de la pista, mientras se escuchaba al cantante y a la orquesta interpretando una melodía lenta.
 
Darling I will be loving you till we're seventy
And baby my heart could still feel as hard at twenty three

And I'm thinking about how
People fall in love in mysterious ways
Maybe just the touch of a hand

 
Se veían tan felices. Lucius depositaba pequeños besos en los labios de Narcissa y en las mejillas de su pequeño hijo, el cual sonreía encantado.

Well me I fall in love with you every single day
And I just want to tell you I am

So honey now
Take me into your loving arms

 
Era una escena hermosa, digna de un delicado cuadro.
 
Kiss me under the light of a thousand stars
Place your head on my beating heart
I'm thinking out loud
Maybe we found love
Right where we are

 
When my hairs all but gone
And my memory fades
And the crowds don't remember my name
When my hands don't play the strings the same way
I know you will still love me the same

 
Because honey your soul could never grow old
It's evergreen
And baby your smile is forever
In my mind and memory
I'm thinking about how

 
No pude evitar sentirme melancólico. Quizás en mi vida podría tener una escena así. Quizás no era mi destino el formar una familia. Quizás era ese mi castigo por lo que había hecho. Quizás…
 
People fall in love in mysterious ways
And maybe it's all part of a plan
I'll just keep on making the same mistakes
 
“La gente se enamora de formas misteriosas,
y quizás sea todo parte de un plan.
Yo solo seguiré cometiendo los mismos errores…”  
Esa frase quedó rondando en mi cabeza.
 
Salí de mi ensoñación y vi que Lucius se acercaba a mí con Draco en brazos.
-Dice que quiere estar contigo…- El pequeño me sonrió… Demonios. Hasta mi sobrino tiene lastima de mi soledad.
-¿Quieres que vayamos al patio?- Draco sólo asintió con su cabecita. Se veía un poco cansado.
El patio de la gran mansión era increíble. Tenía una fuente cercana a la puerta, el resto del patio eran bosques de flores variadas, pasando de tulipanes a rosas. El lugar estaba solo, toda la gente se encontraba adentro.
Nos sentamos en una de las bancas, éstas estaban adornadas con enredaderas y flores blancas.
-Sev, tengo sueño- Ya se estaba restregando sus ojitos. Le hice una señal con mi mano para que se acostara en mis piernas.
Miramos el cielo en silencio, estaba completamente despejado y las estrellas relucían como diamantes.
-Sevie ¿Te sabes los nombres de las estrellas?- Lo medité unos segundos.
-Algunas sí, pero no soy muy experto en el tema-
-Dime las que conozcas-
-Bueno… Esas estrellas de allá, las que forman una cruz- Draco asintió- Se la llama Cygnus, o más sencillo, la Cruz del Norte-
-¿Qué significa Cygnus?-
-Significa cisne en latín. Si le pones un poco de imaginación, verás que se parece a uno. ¿Lo ves?-
-¡Sí! ¿Y esas de allá? Mamá dice que se llama Osa Mayor… pero yo no le veo forma de oso- Los dos quedamos dubitativos unos segundos.
-Eso sí que no puedo negártelo, los griegos tenían mucha imaginación- Los dos largamos unas risitas.
-¿Y esa?… ¿La estrella más brillante? ¿Cómo se llama?-
-Sirio… o… Sirius en latín…-
-Ooh ¿Cómo mi tío?- Asentí.
-¿Y qué significa?-
-Tiene muchos, pero el que ahora recuerdo es en sánscrito… Ellos la nombraban Mrgavyadha- Draco puso una cara de no entender nada y yo le sonreí. –Significa “cazador de ciervos”- Quedamos en silencio unos segundos.
-Yo no quería golpearlo… pero no me gustó como te llamaba… Algunos niños en el jardín también me ponen sobrenombres. Y aunque no entiendo qué significa Sniv… Svini… Bueno, eso. Lo decía como si fuera malo- Acaricié su cabecita y le dí un beso en la frente.
-Eres muy valiente Draco, a diferencia mío. Lo que quiere decir ese sobrenombre es que soy un llorón- Draco se sentó de un salto.
-¡Tú no eres llorón, Sev!- Largué una sencilla risa.
-No te preocupes por mí, Draco. Ya no me molesta que me diga de esa forma-
-El tío Sirius es un tonto. Ya es grande, como me dice papá: “Esas cosas son de inmaduros y niños tontos”-
-Tu papá tiene mucha razón- Draco me sonrió y volvió a recostarse en mis piernas.
Después de unos minutos, Draco cayó en los brazos de Morfeo. Me quité mi saco lo más lento que pude, para no despertarlo, y lo cubrí con él.
-¿Severus?- Giré mi rostro y vi a Bartemius Jr., había olvidado que quería que habláramos en ésta fiesta.
-Crouch… Hola- Me sonrió de forma gentil y se acercó a la banca.
-Bartemius. ¿Puedo sentarme?- Asentí y se sentó al lado.
-Veo que los rumores son ciertos. ¿Eres padre soltero?- Mis ojos seguramente estaban como platos y después de razonar, comencé a reírme por lo bajo.
-Éste bebé, es mi ahijado. Es hijo de Lucius Malfoy y Narcissa Black- Bartemius enrojeció y bajó la mirada.
-Sabía que no debía creer en las palabrerías de la gente. Lo siento. Debería haberme dado cuenta, es una copia exacta de Malfoy-
-¿Conoces a Lucius?-
-Sí, éramos compañeros en una licenciatura. Aunque hace muchos años que no hablamos- Miró el cielo unos segundos y prosiguió. -¿Qué haces aquí? ¿Estás escapando de charlas con ancianos?-
-No, no tengo una relación amistosa con la gente del Tribunal, salvo contadas personas. Por lo que no me hablan mucho. He pasado casi toda la noche con mi ahijado, en las mesas de postres-
-Ya veo, hemos estado iguales. Pero mi padre ha estado presentándome a casi todo el edificio del Tribunal, mis manos duelen de tener que estrecharlas tantas veces- Reímos ante el comentario.
Estuvimos en un silencio cómodo, durante varios minutos.
-Vi que estabas hablando con el agente Black. Mi padre habla maravillas de él. ¿Se llevan bien?- Mi rostro dejó una sonrisa sarcástica.
-Todo lo contrario a ello… Nos conocemos desde la secundaria y por alguna razón yo le caí mal. Desde entonces he sido su objeto preferido de burlas e insultos- Crouch mostró su asombro.
-Vaya, quién lo diría…-
-Sí, normalmente es amable y simpático con los demás. Por eso a la mayoría se le hace difícil creerme-
-Ya veo. Que idiota. Aunque no logro entender qué es lo que le molesta de ti-
-No lo sé, tengo conciencia de que no soy una persona simpática, pero nunca me he metido con nadie por diversión. Me molesta el hecho de que a pesar de los años, no pueda cambiar ésto. A veces son bromas de niños, pero otras van muy lejos. Incluso a saboteado documentación para que deba rehacerla- No entendía por qué me sinceraba de esa manera con un desconocido, pero era inevitable. Bartemius no me estaba juzgando para nada, no se le hacía ridículo el hecho de que con 26 años no pudiera defenderme de un bullie.
-No debes sentirte mal por eso, Severus. Lamentablemente, en el área laboral, los acosos y el bullying siguen vigentes-
-Lo sé, pero… me siento cansado de esto. Varias veces he pensado en dejar éste trabajo. Sé que muchos matarían por el empleo, pero sinceramente no me siento cómodo en él-
-A veces lo mejor es cambiar de ámbito cuando no te sientes bien en él- Asentí.
-He pensado en quedarme unos meses más aquí, cerrar algunos casos e irme a Noruega. Tengo un amigo que me ha invitado a vivir ahí. Si me he quedado aquí es por mis pocos seres queridos… Pero cuando los acosos se propagan hasta en tu vida personal… No lo sé. Simplemente te cansa-
Bartemius sólo me observaba en silencio. Era agradable platicar con alguien así, que sabe escuchar.
-¡Paddy! ¿Dónde estabas? ¡Vamos al patio!- Era la voz de Harry. Instintivamente giramos hacía la puerta. Y ahí estaba, apoyado en el umbral, Sirius Black, junto con Harry que tiraba de su mano. Nos miró fijamente. Su mirada parecía vacía...
-No, Harry. Vamos adentro, aquí está ocupado- Cuando se estaban yendo, llegó Narcissa. Ambos se saludaron cortésmente.
-Sev, Lucius nos espera en el auto- Cuando se dio cuenta de Barty, primero me dirigió una mirada pícara y luego lo saludó.
-Un gusto, Bartemius Crouch Jr.- Besó la mano de Cissa de forma educada.
-Narcissa Malfoy Black-
-Me despido, un gusto hablar contigo Severus. Buenas noches-
Narcissa no dijo nada -más allá de las miradas insinuantes que me tiraba cuando se iba Barty- simplemente tomó a Draco en sus brazos y nos dirigimos al interior del salón.
 
Lamentablemente, no podía sacarme de la cabeza el que Black quizás estuviera escuchando nuestra conversación. Y si lo hizo… Sólo esperaba que no me hiciera la vida más difícil…
 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Imágen del capítulo: http://pre05.deviantart.net/5ea2/th/pre/f/2016/236/4/d/cazador_de_ciervos_by_gamancayokami-daf6btb.jpg

Sinceramente estuve súper ocupada, estoy trabajando y tuve muchos problemas personales y bueno...tampoco me sentía animada para subir el capítulo...

Pero prometo volver con más capítulos y más seguido <3


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