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Con los niños lindos, condón. por Raven Rotten

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Notas del capitulo:

Bueno, gracias a todas y/o a todos por comentar aquí les traigo la actualización jashjasghdhadsgjhadsgjhas disfruten perras hermosas !!! jasjash

Desde que cumplió los doce años, jamás dejó de fumar. Fumaba dentro de la casa, en su dormitorio, en el mío, en la cocina mientras almorzábamos, en el camino de ida a la escuela y de camino de vuelta a casa, antes de dormir y después de dormir. Su cabello siempre estaba con olor a tabaco barato.

 

También llevaba el pelo largo, le encantaba tener el pelo largo, despeinado y cayendo sobre su cara. Pero solía amarrárselo en una coleta la mayoría de las veces, ya que varias veces se quemaba el cabello con el cigarro.

 

Cuando pequeño papá le obsequió una guitarra clásica, ya que había visto que tenía grandes dotes artísticos en el ámbito musical, al igual que él a su edad.

 

Itachi estaba tan entusiasmado que estuvo toda la noche tocando la guitarra, tratando de dominarla. Y, al final, terminó descubriendo su voz que llegaba a alcanzar altas notas musicales. Compuso varias canciones, dejándolas todas a la mitad, ya sea porque la letra ya dejaba de tener sentido o ya le empezaba a aburrir de un momento a otro.

 

Me encantaba ese increíble cuerpo atlético que tenía, podía sostener perfectamente su cuerpo, tenía una velocidad impresionante y daba increíbles saltos, llegando a alcanzar una altura de 1,50 entre él y el suelo. Bueno, no era algo que fuera raro, ya que siempre tenía que estar escapando de la policía.

 

Era un verdadero vándalo. Junto a sus amigos, solía meterse a las casas de burgueses y les rompían las ventanas a piedrazos o a patadas. También pintaban con colores neón los autos de la policía, o pillaban de improviso a los uniformados y los pintaban a ellos, para después salir corriendo.

 

Algunas veces no llegaba en varios días y cuando llegaba, su cara venía adornada con un ojo morado o el labio reventado. Una vez llego con una costilla rota y la pierna fracturada, papá se enojó tanto que golpeó a casi todo el cuartel de policía para saber quién le había hecho eso a su hijo.

 

Siempre pensé que no le tenía miedo a nada, ya que hacía estupidez tras estupidez. Recuerdo que una vez que corrió al contrario de Deidara y ambos se rompieron la nariz por el fuerte golpe que se habían dado.

 

Oh, ser así de desquiciado e indiferente, me había robado al corazón. Todo lo que hacía o decía me embobecía a tal punto de dejarme como un imbécil mirándolo por un buen rato.

 

Me encantaba los aretes que tenía en las orejas o los muchos tatuajes que tenía en los brazos.

 

Además, cuando cumplió los 14 años empezó a fumar un habano que me gustó mucho, parecía un cigarro, pero era extremadamente fuerte y me era imposible fumarlo. Y ahora su cabello olía a tabaco y un delicado olor a ciruela roja.

 

¡Oh, y esa boca!, tenía sabor a vodka y a habano, combinado perfectamente con moras que robaba con frecuencia junto a sus amigos de una plantación que tenían unos curas que vivían cerca de la iglesia. Lo hacía desde que tenía 5 años, se subía a la barrera de alambre y se las comían. Se veían muy divertidos comiendo, ahí sentados en la tierra fértil, todos los Akatsuki juntos comiendo una gran cantidad de moros.

 

El sabor de su carne… era tan rica, sabía a alcohol de manzana; tan dulce y amargo a la vez. Amaba como ese sabor se mezclaba con su perfume de hombre, ya que le mordía y besaba su cuello cuando me dejaba acostarme encima de él.

 

 

Adoraba todo de él…

 

Su forma de expresarse en sus canciones, el sentimiento que le ponía a la melodía de su ruido blanco, en la forma de caminar, en sus gestos de sus manos al hablar, la manera de enredarse un mechón de pelo en su dedo mientras componía su música, su mano veloz para escribir y su letra fea y casi inentendible, (sólo él llegaba a entenderla a veces, y otras cuantas no llegaba a entenderla siquiera), su forma de vestirse, de peinarse, de su actitud, de su personalidad algo errática, de su buen sentido del humor. De absolutamente todo.

 

Un hombre de verdad y todo un artista…

 

Mi Itachi.

 

Mi novio.

 

Mi hermano mayor.

 

Mi inadaptado social.

 

Notas finales:

ojala, este también les haya gustado uvu aksjjahsjash me esforcé wn po jshjash

 

 

 

 

Se despide: El Cuervo Podrido. 


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