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UN NUEVO Y CONOCIDO MUNDO por LILITH_HIWATARI

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Notas del capitulo:

: A todos aquellos que siguen mi otro fic “Lobo Carmesí” una pequeña disculpa por no actualizar la siguiente semana, me eh metido tanto en este otro que no me di cuenta que ya no tenía capítulos completos y no me dio tiempo de terminar el otro, así que lo deje para esta semana para no traerles chanderas mañana sin falta actualización, por ahora disfruten que las cosas se ponen buenas.

Capítulo 7: Aceptando lo inevitable.

 

Si te gusta alguien por su físico… no es amor, es deseo.

Si te gusta por su inteligencia… no es amor, es admiración.

Si te gusta por su riqueza… no es amor, es interés.

Pero si no sabes porque te gusta… entonces eso es amor.”

 

 

-          Tenemos que hablar – murmuro el árabe entrando a la habitación cerrando la puerta tras de sí.

-          ¿Has dejado de ser un inmaduro?, de no ser así  no tenemos nada de qué hablar – respondió el chico levantándose de la cama donde estaba estudiando sacando una pequeña daga que desde ahora traía consigo siempre y ocultándola en su espalda.

-          Quieres soltar eso – Jay se había dado cuenta para sorpresa de Cameron que creyó que realmente no le noto.

-          No si estas entre mi única vía de escape y yo – señalo el dejando de ocultar su arma refiriéndose a la puerta.

-          Lo siento – hablo Jay tras unos largos minutos alejándose de la puerta y levantando las manos en señal de rendición – es solo que no soporte verte con él y joder perdí el control.

-          ¿Que no hay flores o algo? – respondió con sarcasmo – o tal vez las guardas para la próxima vez que vuelvas a perder el control y me dejes un ojo morado.

-          Yo nunca te lastimaría C.

-          Se nota – gruño el levantando su manga y mostrando lo que parecía un moretón desvaneciéndose – no voy a ser un chico sumiso y lleno de devoción hacia ti Jay, no sé a qué clase de chicos estés acostumbrado de tratar o chicas yo no voy a tirarme a tus pies, no voy a ser un objeto.

-          Enserio lo siento.

-          Pues yo lo sentí más y si esta violencia va a ser parte de esto entonces se terminó Jay.

-          Es solo que no puedo soportar la idea de que me dejes, no cuando puedes tener a alguien mejor, Azis es un príncipe él podría darte todo lo que yo…  - voz sonaba realmente resignada como si al terminar aquella frase Cameron iba a abrir sus ojos y dejarle. 

-          Por dios cuantas veces tendré que decirle a todos, deja de menos preciarte, tú no eres menor que nadie, ambos son tan diferentes y si quisiera salir con Azis estoy seguro que ya lo haría, él no es a quien yo quiero – frunció la nariz molesto – él no me gusta, porque no puedes entender que eres tú, tu eres la razón por la quiero permanecer aquí - Cameron se cayó analizando sus palabras, el realmente sentía aquello, su corazón ya no le pedía regresar, el solo deseaba quedarse ahí, con Jay con el chico que le necesitaba, con el joven que le amaba, en el mundo donde era feliz – eres mi novio – susurro de repente sintiéndose nervioso pues era la primera vez que decía aquellas palabras – y no voy a cambiarte por nadie, príncipe o no.

-          También te amo  – Jay se acercó con mucho cuidado al joven – lo siento.

-          Si vuelves a ponerme una mano encima Jay – Cameron le paró en seco justo antes de que le rodeara con su presencia levantando aquella daga en su pecho – voy a  arrancarte las bolas – amenazo dejando en claro que no dejaría pasar otro arranque de celos.

-          Si vuelvo a hacerte daño yo mismo me arrancare el corazón – aseguro con total sinceridad.

 

Así que Cameron bajo su arma pero aun así lo conservo muy cerca,    empezó llevar dicho objeto todo el tiempo solo para recordar a Jay su promesa, solo para hacerle ver que no iba ser la indefensa doncella que todos creían que era.

 

Jay no volvió a invadir su espacio en un largo tiempo.                                                                

 

****************************

 

Era como cualquier otro fin de semana normal, como muchos que ya había tenido, pero a la vez era diferente, desde el  día en el lago las cosas con todos aquellos chicos cambiaron, no sabía bien que era,  ellos no parecían furiosos o molestos por lo que no creyó ser descubierto  tampoco eran más amables  solo  sentía algo diferente, algo extraño en la forma en que todos ellos le veían, sin embargo como no hubo ninguna amenaza él lo dejo pasar y desde que él y Jay arreglaron todo su relación había crecido aún más.

 

Tenía muchas dudas, sus  deseos de regresar al mundo real, a su universo eran cada vez menos, claro que extrañaba a  Kate  y a toda su familia,  quería volver a ver a su padre   y madre, jugar con su hermana y joder discutir con su abuelo pero simplemente aquella necesidad de regresar de inmediato, la inquietud en su corazón se fue aplacado cada día más, cada  vez más gracias a aquellos chicos, Evie se había transformado de inmediato en su mejor amiga, claro que le asustaba un poco podía ser muy intimidante y aun que supo que intentaba ayudarle la vez   que le hechizo no podía evitar sentir cierto temor pero entonces había conocido a la verdadera ella, a aquella chica llena de inseguridades tan parecido a él que  de inmediato se identificó, la había empezado a apreciar y sabía que ella hacía lo mismo, fue de las pocas personas que jamás cuestiono su repentino cambio de actitud y siempre le apoyo en todo, incluso estaba preparando su atuendo para aquella presentación, Evie era definitivamente genial.  

 

Mal ella era otra historia, esa chica parecía demasiado cerrada con todos sus amigos, incluso con Ben quien para que negarlo era todo lo que decía en el libro decía y más, era comprensible y alentador, muy positivo para su propio bien pero sobre todo bondadoso,  bueno todo lo bondadoso que podía ser tomando en cuenta que solamente pudo traer unos cuantos chicos más de la isla, solo aquellos que tuvieron el visto bueno de Mal, aquellos que en su parecer no representaban una amenaza. Lo que más le asustaba de Mal no eran sus intimidantes ojos verdes, o aquéllas  escamas que se  esparcían por su cuerpo cuando empezaban a enojar, solo paso una vez en su presencia y realmente fue horrible para el tipo claro, no, lo que realmente le asustaba de aquélla hada era el hecho de que parecía saberlo, ella le miraba como si supiera la verdad, como si pudiera ver a través de su alma y le daba pavor saber que alguien más le conociera mejor que el mismo.

 

 Un lindo picnic en uno de patios de la escuela fue el lugar seleccionado, incluso Ben se dio el tiempo para pasarlo con ellos,  Cameron como ya era costumbre estaba  frustrado por no tener practica aquel día, el recital seria pronto pero su profesora tuvo que  salir de emergencia y darles el día libre y como era de esperarse sus amigos aprovecharon para empujarle al picnic donde se sentó debajo de la sombra de un gran roble a perder el tiempo, al menos ocuparía el tiempo para estirarse y hacer calentamientos, o ese era su idea cuando aquel perrito que ahora seguía a Evie a todas parte llego corriendo para sentarse en su regazo, suspirando dejo en paz su intento de practicar para dedicarse a acariciar al animal que felizmente agradecía sus caricias, a su lado Evie leía un poco recargada contra Doug quien sonreía por tener la atención de la princesa en aquel aspecto, Cameron sonrió un poco pues definitivamente hacían linda pareja se prometió  que si este  resultaba no ser bueno realmente para ella definitivamente se las pagaría, al otro lado, Mal dibujaba con fervor en su pequeña libreta recostada sobre su estómago en el césped de vez en cuando su mano se alargaba para comer aquellas fresas que había reclamado como suyas, más allá frente a ellos en el espacio abierto  Jay y Ben jugaban intentándose robar un balón, era algo muy parecido al futbol americano pero a saber de lo que se traba en este mundo, muchos otros estudiantes que ya fuera porque no fueron a visitar a sus familias o  como ellos no tenían a donde regresar se quedaron en la escuela y disfrutaron de unirse a ellos, el verlos golpearse contra si para ganar dicho balón pera un poco gracioso, más aun cuando Ben grito a Mal para prometerle su victoria a lo que Mal fingiendo ponerle atención levanto su mano como una reina despidiendo  a su súbdito, casi ríe ante eso si no fuera porque un nuevo grito se escuchó ahora Jay quien igualando el meloso tono de Ben le dedicaba su victoria.

 

Jay nuevamente le sorprendía, estaba siendo detallista, estaba intentando ser un bueno novio como los de Auradon, aun no sabía bien que pensar de él, pues técnicamente todo sobre aquel chico le confundía, claro que al principio se portó muy amable, diciendo palabras de amor que le habían hecho sentir mal por al pensar en su novia, pero después aquéllos gestos cambiaron, eran diferentes, no era simplemente la posesividad de la que fue testigo, aun no le perdonaba del todo por comportarse como un imbécil pero era obvio que Jay se esforzaba, aquel chico después de todo fue creció en un  mundo diferente, donde posiblemente los celos y la violencia eran mucho más comunes que las buenas costumbres, un mundo donde era probable que el cariño no estaba permitido, Camerón entendía eso, pero también fue muy claro con Jay en ese aspecto y había funcionado el árabe se esforzaba cada minuto en cambiar, en seguir siendo el pero definitivamente dejando de lado aquellos celos, después de aquellos no volvió a tocarle de aquella manera y aunque obviamente tenían sus riñas eran  más simples que  nada, Cameron tuvo que reconocer que Jay era un hombre de palabra pues tras prometerle cambiar lo había intentado con ahincó y eso le confundía, porque si aquel chico era capaz de intentar dejar su rabia, sus instintos de robar por alguien como él creía que era justo que fuera amado, pero él tenía una novia que lo esperaba y darle esperanzas a Jay más de las que ya le daba era simplemente cruel, estaba mal porque Cameron no debería sentir nada por él, porque no podía darle a Jay lo que quería aunque solo fuera por un simple rato, porque él debía  regresar a casa y…

 

-           Mierda – gruño una voz muy cercana a sus pies, tan distraído estaba que no noto  como el balón aterrizo justo a sus pies y como buenos jugadores aquellos chicos le siguieren uno sobre otro  cayeron justo  a su lado entre  risas de los presentes, pues Jay había quedado hasta abajo.

-           Auch eso va a dejar un moretón- hablo Doug sin ninguna burla en sus palabras haciendo una mueca ante aquello.

-           Hey si lo rompen lo pagan –Cameron decidió bromear al notar como cada uno de aquellos ya  se iban levantando. 

-          Estoy seguro que Jay no se rompe –uno de los chicos respondió golpeando la espalda de Jay tras ayudarle a levantarle

-          Tranquilo de Vil aun resiste un poco más, solo no seas tan brusco esa noche- gruño otro que al parecer era de la isla, Cameron no tenía idea de quién era pero al igual que ellos su sonrisa estaba lleno de enormes dientes puntiagudos, si definitivamente habitante de la isla.  

-          Tranquilo Baby sabes que soy más resistente que eso – Jay respondió a aquel comentario giñando un ojo en su dirección, sonriéndole de aquella hermosa manera y sin razón Cameron se sonrojaba al tener en cuenta aquellas palabras, causando la risa de todos los presentes entonces  Jay se inclinó frente a él aprovechando su despiste y le beso y joder el maldito chico había besado su nariz,   no toco sus labios,  recordaba lo mucho que aún le incomodaba eso sobre todo en público y se limitó a besar su nariz  para después alejarse a continuar su partido sin dejar de sonreír.

 

Los ojos de Cameron entonces no perdieron la vista de aquélla ancha espalda, no perdieron detalle de sus movimientos y cuando hizo lo que parecía una anotación volvió a ver aquella hermosa sonrisa en su rostro entonces lo supo,    se había enamorado y aquello le horrorizo, porque estaba traicionando a  una chica que   le amaba,    se había enamorado realmente de Jay.   

 

-           Carlos- la voz de Mal le saco de sus cavilaciones – Carlos joder –y una fresa se estrelló contra su frente.

-           ¿qué pasa Mal? – frunció su nariz.  

-           Veo que tú y Jay se llevan mejor- señalo ella tras recordar que ella parecía como una madre sobre protectora.

-          Si lo estamos – respondió  intentando olvidar aquellos pensamientos de Jay en camiseta porque joder empezaba a  quitarse la playera y no, Cameron mira hacia otro lado.

-          Perfecto puedes volver a llevarte tu peluda bestia   no soporto sus lamentos en la noche – gruño la hada refiriéndose a Dude sobre sus piernas.

-          Si  como sea- volvió acariciar al perrito que con gusto meneaba la cola al saberse bienvenido de nuevo en su cama. 

-          Estuve a punto de lanzar un hechizo para hacerle hablar u callarlo de una buena vez.

-          Los perros no hablan Mal, aunque me gustaría que lo hicieras y poder entenderte pequeño –y Cameron se lamentó al  instante que esas palabras  salieron de su boca, levanto la mirada asustado para ver al hada que solo sonería como un niño en dulcería, aquello no parecía nada bueno – para que ustedes pudieran entenderle –trato de componerle pero las palabras ya habían sido dichas.

-          Claro que sí, Carlos – y la forma en la que Mal dijo su nombre envió un escalofrió a espalda, uno no  muy bueno.

 

Aquella intensa  mirada se posó sobre él hasta que Ben llego para abrazar a su novia y alejar su atención, Jay también llego a él, anunciando un juego terminado dejándose caer su lado y ordenándole darle uvas en su  boca, tardo un poco en reaccionar a su intento de broma pues su corazón aun latía por lo sucedió, Jay tras notarlo toco su hombro suavemente  saliendo de aquél trance le  miro y nuevamente todo aquel miedo desapareció, para ser remplazado por unas simples dudas por las mismas que tenía momentos antes, él se inclinó nuevamente, dándole   la opción de huir, de alejarse como muchas otras veces lo hizo y sin embargo ahora no, Cameron se dejó besar tan dulce y suave como el toque de una mariposa, entonces la sonrisa brillante de Jay le lleno   con calor re confortable en su pecho y se recordó que si efectivamente se había enamorado de Jay,  definitivamente ya no estaba  seguro de querer regresar.

 

 

**************

El recital había sido un total éxito, claro que los nervios le habían invadido  en todo momento, era extraño como él, un chico acostumbrado a las cámaras y la atención de miles de personas mirándole de repente se sentía tan cohibido, ¿la razón? El joven árabe que le miraba desde una de las últimas filas porque al parecer llego  tarde de quien sabe dónde y no alcanzo lugar junto a sus amigos, y  ya que Ben se negó  a poner el mal ejemplo dejando a Mal o Evie apartar un lujar con ellos.

 

Sentir aquellos ojos durante toda la presentación fue una total tortura, agonía que el mismo alimentaba al dirigir pequeñas miradas en su dirección y encontrar aquélla brillante sonrisa en sus labios, para cuando el acto termino y el telón cayo no quería otra cosa más que salir corriendo y esconderse  pues la intensa mirada de Jay parecía haber penetrado su alma, se quedó ahí en los vestidores mucho, más de lo necesario, más tiempo que debería fingiendo guardas sus cosas o alistándose, se despidió de su profesora que le felicitaba con gusto, le dijo adiós a cada una de sus compañeras e intercambio alabanzas con sus compañeros, retrasó aquel encuentro lo más que podía.

 

Entonces  cuando al fin tuvo el valor de salir se topó con Azis que platicando alegremente con Ben palmeo su hombro y entrego en broma un enorme ramillete de rosas dedicadas “a la mejor bailarina del lugar” todo entre sarcasmo, entre burlas un juego acostumbrado entre aquellos amigos, el carraspeo de una garganta le hizo girarse  totalmente petrificado, era Jay y nuevamente les había visto con lo que se podría mal interpretar.

 

Pero el nuevamente le sorprendió, saludo cortésmente al príncipe reprimiendo de manera muy efectiva su desagrado por él, entregándole entonces una única rosa roja, era pequeña  ni siquiera había abierto en su totalidad pero fue todo lo que Jay pudo conseguir aquella noche donde al parecer todo Auradon se puso de acuerdo para regalar rosas, aquella pequeña flor que palidecía en comparación del enorme ramo del príncipe y sin embargo  la sonrisa de Cameron se ilumino como mil bombillas de felicidad pues   a aquella flor unas simples palabras le acompañaron “te dije que saldría bien” y si, así lo había hecho desde una semana antes aquél árabe, una semana en la que Cameron paso el día repitiendo la rutina, siete días en los que  el estrés del niño le hicieron insoportable, 168  horas de Jay asegurándole que sí, su recital saldría muy bien.

 

Azis noto aquel cambio, el comportamiento tan cambiante de Jay, del chico tan agresivo en el campo para con aquel niño, la mirada de amor entre ellos mismos y sonrió porque si,  había visto esa misma mirada antes, la veía en sus padres cada día, aquella era la misma mirada que le daba a Jordán el amor de su vida, por lo que cualquier resentimiento tonto que aun tuviera con aquel chico desapareció, pues si alguien aun siendo hijo de un gran villano podía amar con aquella pasión entonces no podía ser realmente tan malo.

 

Esa noche todos regresaron a la habitación de los chicos donde comieron pizza para celebrar y refrescos hasta hartarse, se quedaron a dormir ahí  en el suelo de habitación tras desvelarse cantando en karaoke que Ben trajo desde su habitación, unos encima de otros, Jay convertido en una almohada por la chica de cabellos azules que simplemente se desplomó contra él, Ben abrazando protectoramente a Mal y Cameron,    se acordó de colocar aquélla única rosa en un florero cerca de la ventana, pensó totalmente en subirse a su cama y dormir pero entonces tras mirar a los niños  tirados en el suelo dudo, ahí estaban ellos, aquellos chicos a los cuales rehuía cuando llego a ese mundo, aquellos que le daban miedo a morir pero también le eran muy agradables, miro a Evie quien se había convertido en su confidente y mejor amiga, a Mal la chica que le asustaba a muerte y sin embargo le protegía con uñas y dientes, vio  a Ben aquel rey adolecente que buscaba siempre la forma de permanecer con ellos, vio a Jay el chico por el cual si bien empezó sintiendo pavor ahora tenía aquellos sentimientos, el vio en aquél cuadro tan desastroso un lugar donde realmente era aceptado, Jay abriendo  entonces sus ojos para mirarle fijamente levanto su mano en su dirección, una invitación abierta él no dudo se acercó a él y se dejó abrazar, se durmió al otro costado del chico, su brazo rodeo su cintura hasta  atrapar a Evie del otro lado y se dejó dormir.

 

Cameron había encontrado un nuevo hogar.

 

*******************

 

Varios días después de su recital empezó a notar a Jay muy extraño, siempre que él y Ben estaban hablando y él se acercaba ellos parecían callar, entonces Ben se disculpaba y les dejaba confundiendo totalmente a Cameron que tras pedir una explicación a Jay este se limitó a besarle como ahora era su costumbre e ignorarle.

 

Entonces una tarde de aquél fin de semana porque era el único día en que podían verse libres de la escuela, incluso el que con el recital pasado sus clases de danza habían disminuido, por lo que salir los fines de semana se habían vuelto una cosa para ellos, pero entonces Jay había declinado la oferta de Evie de ir al museo porque enserio “Evie ya hemos estado ahí” y “de noche es muy diferente Jay” y tal vez Mal les pateo a ambos debajo de la mesa, porque ahí estaban Doug y Ben y bueno, obviamente no se tenían que enterarse de su intento fallido de robar la varita.

 

El punto es que Jay negó y luego le pidió hacerlo también porque según el tenía algo muy importante que mostrarle, solo esperaba que no fuera  una tontería porque de lo contrario el realmente iba a matarle, no por que quisiera ir  al museo si no porque después de aquello irían al centro comercial y  el definitivamente quería ir a distraerse.

 

-          ¿Qué es este lugar? – pregunto dudoso, tras entrar aquel desván luego de llegar a ese edificio donde una anciana, la del primer piso les miro fijamente, seguramente por Jay quien realmente llamaba la atención por su aspecto y bueno Cameron no se quedaba atrás por el color tan inusual de cabello.

-          Sabías que todos lo que venimos de la isla tenemos un fideicomiso cortesía del Rey Ben – comentó casualmente adentrándose más a la habitación para quedar en medio de esta a donde le siguió el pequeño - voy a graduarme este año   pero no iré a la universidad.

-          Si hay un fideicomiso ¿porque no pagas la universidad? – bien ahora si estaba confundido, Jay le llevaba a ese lugar para decirle ¿qué exactamente?

-          He comprado este piso –señalo extendiendo los brazos en el aire - bueno Ben me  ayudo un poco pero pienso regresarle cada centavo cuando empiece a trabajar.

-          Bueno –Cameron empezó a comprender un poco la razón de  estar aquí, este era el nuevo hogar de Jay - el lugar tiene potencial – trato de ser optimista bueno realmente lo tenía, claro las paredes necesitaban pintura, los grandes ventanales limpieza de inmediato y alguno que otro cristal debía ser cambiado, y eso sin contar con las bisagras de la puerta que chillaban al moverse y solo dios sabe el demás estado del  lugar, pues el piso de madera realmente pedía urgente ser pulido.

-          Lo se había mejores lugares – Jay noto la vacilación en la voz del menor -pero está a 10 minutos de la Academia de danza de Auradon, la mejor academia de todas – hizo énfasis en aquello.

-          Bien ahora estoy confundido – y si definitivamente está completamente confundido, no entendía por qué Jay quería estar cerca de esa clase de escuela.

-          Sé que esto parece una locura y que aun tienes un año más en la escuela pero –y Cameron dejo de buscar en las paredes, dejo de analizar el lugar con demasiados defectos para mirar fijamente a Jay - me gustaría que vivieras conmigo después –soltó al fin esperando alguna reacción pero aquel niño solo se congelo al escucharle -  escucha Mal ira a la escuela de arte, fideicomiso  o no Ben se encargara de todo seguramente mandara a construir un castillo solo para que ella lo habite durante sus estudios, en cuanto a Evie ella es tan jodidamente inteligente que seguramente conseguirá una beca completa a donde quiera y bueno, sé que todos esperan que continúes con el legado de Cruella en modas o en robótica como algunos profesores piensan, pero sé que amas bailar,   estoy seguro que entrarías a esa escuela de inmediato aun sin beca tienes con que pagar la matrícula  y yo te ayudare con todo lo demás.

 

Realmente Jay parecía capaz de sorprenderle de alguna forma cada semana, este chico era como un completo  sueño, Cameron se quedó helado, todo este tiempo paso de querer regresar, despertar de  ese  horrendo sueño a aceptar su destino y finalmente sentirse como en un hogar, pero si en algún  momento   aquello como solo una pesadilla ahora realmente podía confirmar que solo estaba  soñando, porque no podía simplemente aquello no podía ser verdad, porque Jay no podía   estar ahí ofreciéndole un futuro, un futuro el cual Cameron no había pensado antes.

 

-          ¿Jay?- en una pregunta silenciosa   le miro confundido, esperando el momento en que aquello fuera solo una jodida broma, esperando despertar en cualquier momento.

-          Quiero apoyarte, quiero que estudies danza y seas el mejor bailarín de todo jodido Auradon- Mas Jay nunca vacilo, se mantuvo firme en cada palabra - sé que no es la casita con la cerca blanca de las películas o la mansión que tenía tu madre pero – y por primera vez tras sus palabras aquel niño dudo - quiero que vivas conmigo- susurro - maldita sea quiero que estés conmigo para siempre, no sé porque pero simplemente te amo – confeso finalmente pues realmente no sabía  bien en qué momento aquél pequeño niño había pasado a significar todo para él, el segundo exacto en el que sus sentimientos cambiaron, en realidad  lo sabía   todo había cambiado, la forma de mirar a este chico, todo cuando descubrió que él era de alguna forma alguien más.

-          No soy una chica no necesito que cuides de mí, se cuidarme solo – respondió únicamente a aquellas palabras sintiéndose un poco confundido, el definitivamente no necesitaba ser tratado como una doncella, puede que estuvieran en Auradon, que Jay mejorara su forma de ser y ahora sea parecido a un príncipe pero realmente no era un niño desvalido.

-          Lo sé – pero Jay nuevamente le sorprendió – se perfectamente que puedes lograr tu objetivo si te lo propones – le miró fijamente seguro de sus palabras – no quiero sostener tu mano llevándote, quiero que me aceptes,   esperaba poder estar a tu lado todo el camino – termino con tanta sinceridad y seguridad.

 

Cameron estaba impactado, una cosa era apoyarle para entrar aun clase de danza y una muy diferente planear toda su futuro en torno a alguien más, Jay estaba ahí mirándole con verdadero amor, abriendo su corazón, un niño que no era perfecto, uno que definitivamente no era un  príncipe, un chico que aún tenía problemas para dejar de robar, cuyos ataques de ira le llevaban a destrozar parte del baño cada semana donde se encerraba para evitar cometer una locura, un chico que se esforzaba realmente por ser mejor.

 

Aquel gesto era el más romántico que cualquiera hubiera hecho por él, el lugar no era el mejor, el vecindario era pasable, las paredes necesitarían mucho trabajo  y definitivamente no era una casita con una cerca blanca pero era todo lo que ese chico tenia y ahora ofrecía a él, Jay le estaba entregando su corazón en aquel momento.

 

Él era una completa basura, se sintió sucio por engañar a aquel joven que lo daba todo por él,   debía decirle, pero entonces Jay volvió a tomar su mano entre lazando sus dedos y sonreírle de aquélla manera que le derretía por dentro, Cameron hizo algo que nunca había  hecho él se levantó en las puntas de sus pies y le beso. El primero beso que el iniciaba y aquel joven correspondió con gusto abrazándole por la cintura, la primera promesa de un amor.

 

El último clavo de su ataúd.

 

No noto  que Jay  le había dejado de  llamar Carlos.

Notas finales:

Todo parece estar pasando demasiado rápido pero debo aclarar esto no es de un día para otro, están pasando días, viviendo cada diferente ocasión tras largos periodos aburridos, su amor simplemente empezó a florecer. 

 

La violencia domestica no es buena, sin importar el motivo ni las circunstancias, si tu pareja es violenta es posible que vuelva a serlo aun cuando no se disculpe varias veces, esto no solo pasa con mujeres, en hombres pasa también a grados alarmantes solo que ellos no lo reportan por vergüenza al ser señalados como el hombre al que su mujer le pega, chicos o chicas si tienen una pareja que les  maltrate no solo física si no mental y emocionalmente es posible que lo vuelva a hacer, es difícil que cambie, un abusador por lo regular no cambia, se puede pero es necesario mucha voluntad, claro que en este fic Jay lo está intentando muy duro.

 

Una mención muy pequeña sobre el paradero de los demás chicos de la isla, más adelante más aclaraciones.

 

En otras noticias Mal lo ha descubierto  waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ya era hora y sip al fin Cameron lo admite ama a Jay, alguien pidió ver a Mal pidiéndole que le tradujera algo a perro sobre Dude, para que Cameron no pudiera hablar perro, la verdad no se me ocurrió nada y esto fue todo lo que pude lograr, lo siento si te decepcione Gollum u.u.

 

Mas apariciones de Azis el realmente no lo hace con mala intención, bueno ya no lo hará…

 

No jodas Jay está tirando todo por la borda prácticamente le pidió matrimonio a Cameron, pero oh dios él no es Carlos mauajaja yo creo que ya va siendo hora de que sepa la verdad.

 

Alguien más   noto que Jay dejo de llamar a Cameron Carlos, él simplemente lo llamaba Baby, sip lo dejo de hacer desde que confirmo que ese no era Carlos.

 

Recuerden una galleta hace feliz a Lilith y si Lilith es feliz, tal vez Cameron lo sea.

 


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