Esperó nervioso a que Jongdae tocara el timbre de su casa. Desde aquel incidente en la escuela, más que nunca iban siempre juntos a todos lados y Minseok y Junmyeon lo veían bien así, preferían que sus dos chicos fueran juntos a separados, y es que el miedo no desaparecía, aun cuando había pasado ya un tiempo desde aquello y nada más había pasado fuera de lo normal.
Además, de lejos, Minseok les vigilaría para saber y asegurarse que llegaban bien a la universidad.
-Llegar en poco tiempo, Luhan –Le dijo Minseok, sentándose a su lado. –No pasar nada.
-¿Cómo sabes…?
-tú ser fácil de predecir –Admitió sonriente, acariciando su espalda, Luhan le sonrió y se abrazó a él.
-Gracias, Minseok, por todo.
Aunque, en realidad, Minseok no pensaba revelar que podía leer algunos pensamientos de Luhan y el pensamiento predominante de su pareja era que tenía miedo de que a Jongdae le pasara algo, recordando el momento aquel donde hirieron a Jongdae y a él, donde su mejor amigo podría haber muerto según le dijeron.
El pensarlo le estremecía entero, con mucho miedo.
-Él llegar en poco tiempo –Habló Minseok –Aun no ser la hora, de hecho.
-Sí… es que suele llegar siempre un poco antes de la hora y como pronto lo será y aun no aparece… Pues…
Minseok le cortó, besándole, y lo abrazó con fuerza tumbándolo en el sofá. Luhan cerró sus ojos, dejándose llevar por completo, porque siempre que fuera Minseok la persona que lo calmara, usara el método que usara, estaba bien para él. Porque Minseok era el único que con tan solo una o dos palabras podía hacer que su corazón latiera rápidamente y sus miedos desaparecieran, aunque fuera momentáneamente.
Minseok era como una droga. Una poderosa y efectiva droga de la cual no podía, ni quería, escapar.
Estar en sus garras no era nada malo, después de todo.
El timbre de la puerta sonó y Minseok se levantó de encima de Luhan, deteniendo el lento beso, para que el menor corriera hacia la puerta y la abriera, topándose cara a cara con su mejor amigo, al cual abrazó de la misma alegría que le daba verle. Jongdae rió, bromeando sobre que también se alegraba de verle mientras Luhan le gritaba por haber tardado apenas unos minutos más. No lo parecía, pero a ambos les quedaron secuelas en su mente de aquel suceso.
A la mayoría de la universidad, de hecho, la cual estuvo cerrada tres días para guardar luto a la profesora y para no impedir la investigación de la policía, la cual no salía del círculo de ‘’ Hades, Satanás y más variantes habían venido con Cancerbero a llevarse a esos delincuentes ‘’.
Divertido, pero nadie se creía ese caso de ‘’ histeria colectiva ‘’ como había sido catalogado por psicólogos.
-Bueno, nos vamos –Habló Jongdae a Minseok –Nos vemos después.
-Adiós.
Luhan y Jongdae se fueron hablando de la universidad mientras de lejos Minseok, aprendiendo a camuflarse por una serie de entrenamientos con sus hermanos, les perseguía para asegurarse de que nada les pasaba hasta que les vio entrar. Miró alrededor de la universidad, asegurándose de que nadie sospechoso estuviera cerca y se fue a casa, sabiendo que ese día Junmyeon iba a estar todo el día dentro de la universidad y que, por lo tanto, no había peligro alguno.
Las primeras clases, para Luhan y Jongdae, pasaron como siempre, sin pena ni gloria, algunas haciéndose más largas que otras, unas materias más sencillas y otras más difíciles de entender o poner en práctica, pero siempre atendiendo, cogiendo apuntes que creían necesarios y prestando la máxima atención al profesor o profesora.
Cuando llegó la hora de comer, se reunieron con Zico y Zelo, de los cuales Zico faltó un poco más de tiempo que los demás debido a que, en su clase, le golpearon por enfrentarse a uno de ellos al ser un chico sin escrúpulos y miedos y se llevó una buena paliza. Pero ahí estaba, vivo y como siempre, aunque algunas heridas podían verse aun en su rostro.
-Eh, ¿Cómo os va con las parejas? –Preguntó –Es increíble que los dos chicos más deseados estén cogidos ya.
-Es lo que hay –Dijo Luhan riendo –Va genial, Minseok es lo mejor.
-Él mío también, no puedo estar más feliz.
Aunque Jongdae admitió estar con alguien por la insistencia de Zico a tener algo con él, aunque fuera una noche, jamás dijo quién era o su nombre, ni siquiera pistas por si descubrían que era su profesor. Bastantes problemas había como para que encima se descubriera. No gracias, pensó.
-Al menos os darán sexo todas las noches –Cuestionó Zelo riendo –Como mínimo.
-Todas las noches –Aseguró Jongdae –Y si no hay por la noche, habrá por la mañana.
-¡Wow! ¡Eso es tener una satisfactoria vida sexual! –Rió Zico, Luhan rió.
-Minseok es igual, su apetito sexual es enorme. –Admitió –Mejor de esta manera.
-Y yo aquí, que llevo un mes sin nada, joder… -Zico miró a Zelo –Tu no estas mal…
-¡No me mires! –Rió el rubio -¡No estoy disponible para ti! ¡Fuera, bicho!
Luhan y Jongdae rieron divertidos mientras Zico fingía haberse herido por las palabras del que consideraba su mejor amigo, haciendo una escena digna de dorama con frases tales como ‘’ no soy suficiente para ti ‘’ o la que más hacía reír a Luhan y Jongdae ‘’ ya no me miras como antes ‘’. Zelo golpeó a su amigo, rojo cual tomate, por la escena que estaba haciendo su amigo y por cómo les miraban algunos de la universidad, como juzgándoles.
¡Ahora iba a quedar como una mala persona!
-Dejando atrás a este idiota que me acaba de rechazar ¿Por qué tengo la sensación de que Luhan, eres pasivo y no activo? Venga, di, ese tal Minseok te domina cual perra.
-¡Y eso qué! No me hace menos hombre…
-No, no lo hace –Aseguró Zelo.
-Entre pasivas se consuelan –Rió Zico salvajemente –Hasta donde sé nadie jamás te había dominado.
-No, era completamente virgen de ahí. Se lo dije, de hecho.
-Es verdad, eso me recuerda a que Minseok cree que eras totalmente virgen, quiero decir, que nunca te habías acostado con nadie. No especificaste.
-¡Sí lo hice! El problema es que entendió mal, que es diferente. –Dijo Luhan –En todo caso ¿Qué importa eso?
-Creo que el mío piensa lo mismo… -Murmuró Jongdae, en su propio mundo, Luhan alzó una ceja.
¿Junmyeon, en serio, creía que Jongdae era un ser puro y casto cuando se acostó con él? No sabía si reír de la ingenuidad de este o lamentarse por su pobre alma porque Jongdae era incluso más experimentado que él en el sexo, habiendo tenido más relaciones y más follamigos, incluso habiendo perdido su virginidad mucho antes que él.
Lo que no sabía era que Junmyeon estaba cerca y como lobo que era, entre muchas otras cualidades estaba su fino oído el cual captó toda la conversación. Los celos le invadía, ellos eran territoriales y celosos en extremos enormes, aunque quizás menos celosos que los demonios, pero lo eran y mucho.
No iba a quedar así, esos promiscuos humanos tenían que ser castigados por mentirles – mejor dicho, ocultarles una verdad –.
Escondiéndose, llamó a Minseok.
-¿Junmyeon?
-Minseok ¿Sabes que acabo de escuchar en la universidad? Luhan no era virgen cuando lo tomaste.
El silencio se hizo.
-¡¡Luhan mentir a mí!! –Gritó -¡¡Yo enfadado!! ¡¡Yo castigar!!
-Lo sé, lo sé –Susurró –Créeme, lo sé. Me llevaré a Jongdae directamente a casa, así que busca al tuyo.
-Castigar… -Gruñó Minseok –Yo enseñar a Luhan quien mandar…
Junmyeon asintió, colgando. Por mucho que a Luhan y Jongdae les costara entender, ellos y los humanos tenían mentalidades y formas de actuar diferentes que, algunas veces, podían causar problemas. Aunque algunos como Chanyeol, Jong In o Tao estaban más que acostumbrados a esa manera de actuar y lo sobrellevaban como podían, sin problemas aparentes, ellos eran nuevos en ese tema.
Al salir de la universidad, de repente Jongdae se vio arrastrado por Junmyeon el cual con una excusa salió antes del trabajo.
-¡Oye! ¡Se supone que siempre voy a casa con Luhan y Minseok!
-¡Hoy no!
-¡Pero podrían saber que…!
-¡Mentiste! ¡Ahora pagarás las consecuencias de mentir a un cambiaformas lobo!
-¡Eh!
Mientras, Luhan se había quedado estático viendo como su amigo era arrastrado por su novio ¿Tantas ganas tenía de fornicar? Wow, pensó. Continuó andando, entonces, hasta donde siempre les esperaba Minseok rápidamente, no queriendo estar solo demasiado tiempo, paranoico. Lo encontró en la entrada, donde no debería de estar. Normalmente, Minseok los esperaba a unos metros fuera de la universidad, donde se le viera desde la salida, pero ahí estaba, enfrente.
-Oye, Minseok ¿Cómo es que…?
-Mentiroso. –Habló, Luhan frunció el ceño.
-¿Eh? ¡Con que derecho me dices eso! –Saltó indignado.
-¡Tu mentir! –Gritó Minseok agarrándole del brazo -¡Yo estar muy enfadado contigo!
-¡¿Eh?!
En el camino a casa, Minseok no le habló por mucho que Luhan intentara establecer un tema de conversación, era como si no le escuchara o, mejor dicho, se estuviera haciendo el loco. ¡Así no podía funcionar una relación! Pensó puchereando. Al llegar a casa, Minseok lo hizo entrar empujándolo, cerró la puerta tras un portazo y de repente se quitó la camiseta, transformándose rápidamente en su verdadera forma. Luhan tragó saliva.
Tenía un mal presentimiento de esto.
-Ba…Bao… Xiumin. Oye, Xiumin, esto… No entiendo.
-¡Tu mentir! Yo enterar por Junmyeon que tu promiscuo.
-¿Eh? Oye perdona, perdí mi virginidad a una edad razonable y… Oh… ¿¡Cómo diablos sabéis eso!?
-¡Ves! ¡Tú mentir a mí!
-¡No mentí! Te dije la verdad, era virgen por ese lado, jamás fui pasivo, pero sí activo. Lo que dije fue que yo era virgen por esa zona.
-¡Pero no completar! ¡Promiscuo!
-¡Oye, eso es ofensivo! No he hecho nada, Minseok. No sé qué temes ¿Qué te sea infiel? No lo haré, no soy ese tipo de persona, valoro la fidelidad ¿Vale? Además, dijiste que no se podía…
-No, pero yo no preocupar por eso –Dijo acorralándole contra la pared –Yo saber eso, Luhan…
Luhan tragó saliva porque Minseok en su verdadera forma, más atractivo que antes, más alto y dominante junto a unos rasgos adultos, un cuerpo más desarrollado y rasgos demoniacos le atraían demasiado sexualmente hablando y dios, lo tenía sin camiseta acorralándolo.
-Yo oler la excitación –Susurró Minseok -¿Soy sexy?
-Lo eres…
-Si tu decir quiénes fueron los anteriores a mí… Yo prometer hacerte gritar en esta forma…
Luhan negó, sabía que había algo detrás de todo eso. ¡Lo sabía!
-Que les harás.
-Nada importante, habla.
-No si no me dices que harás con ellos.
-Lo mismo que yo hacer a los que dañar a ti la otra vez –Dijo siendo sincero, Luhan tragó saliva.
-No tienen culpa, no sabía que estaría contigo, ni siquiera tengo contacto con ellos, Minseok. No te diré nada.
-Decir…
Luhan suspiró y comenzó a decir nombres, no eran demasiados, pero eran unos cuantos. Minseok no necesitó apuntarlo, se acordaría de esos nombres. Sonrió de lado, ahora castigaría a Luhan por ser mal chico, por ser promiscuo. Le castigaría por mentir pero eh, sería un castigo que ambos disfrutarían mucho.
Sabía que ahora que Luhan estaba marcado podían tener sexo con él en esa forma porque Luhan podría soportarlo sin morirse, y es que su fuerza, velocidad y demás eran superiores, un humano normal no lo soportaría.
Besó a Luhan con pasión y este correspondió rápidamente, y es que jamás podría resistirse a Minseok aun si lo quisiera, porque estaba marcado, porque esa marca que tenía en el cuerpo era casi como unas esposas. Unas placenteras esposas, eso sí. Le arrancó la ropa, literalmente, rompiéndola en pedazos y lo dejó desnudo completamente, siendo llevado por Minseok contra otra pared, donde le dio la vuelta.
Minseok se arrancó su ropa y con su verdadera forma siendo más alta que Luhan, comenzó a restregar su erecto miembro, que Luhan podía notar como mucho más grande y gordo, entre sus nalgas mientras sus manos masturbaban al chino.
-Te gusta… ¿Verdad?
-Oh joder… Sí… -Dijo Luhan –Me encanta… Sí… Mm…
-No me enfades…
Ahí estaba otra vez, Minseok hablando como una persona normal. Luhan tenía la leve sospecha de que Minseok solía hablar mal porque quería, porque con la rápida capacidad de aprendizaje que tenían los demonios, que no supiera aun hablar era extraño. Maldito idiota, pensó Luhan entre gemidos y con una sonrisa en su rostro.
Si eso era un castigo, sería un mal chico más a menudo.
Minseok metió dos dedos dentro de su entrada, preparándolo apenas un tiempo y se metió completamente dentro de Luhan. Este gritó, joder, esa cosa era enorme. Minseok comenzó a embestir con una enorme fuerza y rapidez, sujetando a Luhan con una mano para que no se cayera al suelo de la fuerza con la que lo estaba haciendo, y es que ahora Luhan podía entender que no era una broma o una exageración eso de que Minseok en su verdadera forma tendría demasiada fuerza.
Joder…
Pero se disfrutaba.
-¡Ah, sí, joder sí! –Gritó Luhan de placer, siendo su próstata alcanzada en cada fuerte impacto que era seguido de otro en menos de un segundo, una velocidad increíble -¡Ah, Ah, Minseok, sí, dame más, sí!
Minseok aumentó aún más la fuerza y Luhan casi podía jurar que se iba a quedar afónico de tanto grito, pero poco le importaba eso ahora, porque Minseok le estaba embistiendo con muchísima fuerza, porque estaba siendo duro y salvaje y eso le gustaba. ¡No era una princesita!
Minseok salió de dentro de Luhan y con fuerza lo arrastró hasta la mesa de la cocina donde lo sentó y le empujó para que se tumbara, abriéndole de piernas y entrando de golpe, embistiéndole tan fuerte como antes. Luhan llevó sus manos a la mesa, arañándola con fuerza mientras gritaba por mucho más, mientras gemía delirante y la saliva caía por su boca.
Al final, ambos alcanzaron sus orgasmos pero a Luhan no le dio tiempo a recuperarse cuando Minseok ya lo estaba besando de nuevo, excitándolo otra vez.
Oh joder… Pensó ante el dolor.
Ahora entendía el castigo… Las secuelas de ese sexo salvaje…
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Para que ambos pudieran ir a la universidad, tuvo que pasar una semana entera. Pero cuando fueron, Jongdae estaba marcado por Junmyeon y es que en medio de sus celos lo marcó, siendo por fin completamente suyo.
Porque Jongdae tardó tanto como Luhan era fácil y sencillo de explicar, que Junmyeon no pudiera hacérselo en su verdadera forma – en realidad sí, pero Jongdae se negaba a fornicar con un lobo, era asqueroso según su punto de vista aun siendo Junmyeon – no implicaba que no tuviera fuerza y se encargó de hacérselo lo suficientemente fuerte y las veces adecuadas para que no se pudiera mover.
Ah… El sexo fue bueno, al menos.
Eso sí, aprenderían a no mentirles.