Los rayos del sol le tocaron la cara y Luhan tuvo que removerse de la cama poco a poco. Un brazo rodeaba su cintura, apresándolo contra otro cuerpo, muy conocido. Luhan no quería admitirlo, pero siempre que despertaba con Xiumin a su lado, de esa manera, se sentía extrañamente bien, una sensación extraña que invadía su cuerpo y su corazón. Se removió lentamente, cuidando de no despertar al demonio, pero el brazo que le sujetaba estaba bien firme.
-Mierda… -Susurró.
-No escapar. –Escuchó.
Luhan, como pudo, se dio media vuelta hasta quedar frente a frente con Xiumin, el cual aun con sus cuernos y mucho más alto, podía dormir perfectamente en aquella cama. Menos mal que la cama era grande.
-Estabas despierto.
-Sí. –Dijo –Siempre yo despertar antes. Yo soler hacerme dormido.
Luhan no pudo evitar reír y se abrazó a Xiumin, queriendo sentirle un poco más. Xiumin apretó un poco más el abrazo, ahora con sus dos brazos mientras acariciaba su espalda. Ambos se sentían tan bien en esos momentos que ninguno sentía la necesidad de levantarse de la cama, aun cuando Luhan tenía que prepararse para irse a la universidad. Con la cabeza apoyada en el firme pecho del demonio, podía sentir sus latidos del corazón, extrañamente rápidos. ¿Ponía nervioso a Xiumin?
Pensarlo le subía el ego.
Al final, después de tanta pereza decidieron levantarse. Mientras Luhan se metía en la ducha, Xiumin le hacía el desayuno rápidamente. Cuando salió totalmente vestido y con sus cabellos solo un poco húmedos debido a habérselo secado con el secador, se sentó para poder desayunar, sabiendo que si no se daba prisa llegaría tarde y eso podría bajar la nota dependiendo del profesor. Teniendo en cuenta que el profesor que le tocaba era Junmyeon, sí; bajaba nota.
-Me voy, Bao… Xiumin.
Xiumin frunció el ceño por un segundo, pero se calmó cuando Luhan rectificó. Desde que supo que Baozi era una comida y, sobretodo, desde ayer que vio una imagen de lo que eran los baozis, se negaba más que nunca a ser llamado así.
¡…l no se parecía en nada a eso!
-Buena suerte.
-Gracias, nos vemos después.
Al parecer, pensó Xiumin cuando Luhan se fue, no se acordaba de que esa forma le duraba tres días tan solo, sin poder cambiar a la humana y que, de hecho, estaban a punto de pasar los tres días. Pasarían en unas dos horas, si calculaba bien. Sonrió, entonces, de lado con una ceja alzada; lamió sus labios por el pensamiento de por fin, después de muchos meses viviendo al lado de Luhan, poder hacerle suyo y marcarle como lo que era, su compañero de por vida.
Solo pensarlo se calentaba, no podía evitarlo. Su atracción hacia Luhan era demasiado grande como para poder ignorarla. Desde el primer momento que le vio se sintió extraño, una corriente pasó por su cuerpo y por su olor lo supo: era suyo.
Se sentó en el sofá a esperar a que Luhan llegara, sabiendo que para cuando este lo hiciera él por fin estaría de nuevo en su forma humana y podría aparearse con él.
Bien, solo había que esperar unas cinco horas. Podía esperar.
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En la universidad, en el primer descanso que hubo después de la primera clase con Junmyeon, Luhan se recostó en su silla. Jongdae estaba hablando con Junmyeon, en lo que aparentaba ser una conversación ‘’ para pedirle ayuda con algunas cosas que no entendía ‘’ y que en realidad era una conversación ‘’ sobre lo que harían después de clases los dos juntos ‘’.
-Maldito Jongdae… -Susurró Luhan –Tiene sexo casi todos los días y encima es con un profesor… Que resultó ser un maldito perro.
Creyó escuchar un gruñido. Miró hacia Junmyeon, el cual le miraba de reojo y asustado se disculpó ¡Ahora entendía porque siempre les escuchaba susurrar! Joder, ahora muchas cosas encajaban en el extraño profesor.
Que miedo…
Jongdae caminó hasta su amigo, se sentó a su lado y sonrió gatunamente.
-Tiene un gran oído, no le gusta que le llamen perro –Dijo -¿No es adorable?
-Adorable mis cojones, da miedo.
-Vamos, solo hay que acostumbrarse a él. Es lindo, amable, educado y puede que serio, sí, pero una máquina sexual en la cama.
-No me interesa, mentiroso. Me dijiste que eras activo y resulta que a la que te acorraló pusiste el culo. –Se quejó, Jongdae hizo una mueca y golpeó a su amigo.
-Intenté ser activo, pero en algún punto terminé siendo pasivo –Explicó –No me quejo, pero me daba vergüenza admitirlo, siempre fui activo y de repente me dejo dominar. En todo caso, no diré que ahora que sé la verdad, estoy cómodo. Junmyeon sabe que me siento incómodo aun, de hecho, no hemos tenido nada de sexo desde ese día. Solo han sido tres días, pero se siente una eternidad.
-¿No puedes ahora tener sexo con él?
-Es que no puedo evitar pensar que cometo zoofilia –Se quejó –Sé que no lo es, pero tengo que acostumbrarme.
Luhan rió, sacando los libros y los apuntes para la próxima clase. Jongdae decidió repetir dicha acción, viendo que el profesor de dicha materia había llegado y ya estaba dando órdenes a diestro y siniestro. Al acabar las clases y ser la hora de comer, fueron a la cafetería de la universidad sentándose en una mesa junto a Zico, Zelo y Jackson, el trío de amigos coquetos que los querían en su cama pero nunca lo conseguían y mientras eran solo buenos amigos y conocidos de la universidad.
-Mira, vinieron las preciosuras de la universidad –Dijo Jackson -¿Qué tal las clases?
-Bien –Respondió Luhan –Todo bien. ¿Vosotros qué? Creo que os acaba de tocar con Junmyeon hyung.
Al estar en la universidad, ambos solían mantener un respeto hacia Junmyeon delante de los demás, para que así nadie sospechara lo que era evidente.
-Joder, yo creo que la tiene tomada conmigo –Dijo Zico –Siempre me mira mal, me habla mal y otras tantas cosas. ¿Qué le he hecho?
Jongdae pensó que podría que quizás Junmyeon supiera que Zico le coqueteaba mucho y por eso, por sus celos, la tomaba contra él. Con una pequeña sonrisa en su rostro, orgulloso de su lindo profesor, habló.
-Tú sabrás, a Luhan y a mí nos trata bien.
-A vosotros hasta los profesores os quieren follar –Se quejó Zelo –Bueno, a mí el entrenador del equipo de fútbol.
-Ese entrenador quiere llevarse a la cama a cualquiera que sea mínimamente atractivo –habló Luhan riendo. –Pero qué más da, no es como si quisiéramos tener algo con algún profesor, ¿Verdad Jongdae?
Jongdae carraspeó.
-Claro… Claro que no.
Después de comer, volvieron a las clases hasta que por fin tanto Luhan como Jongdae podían volver a casa. Como a Junmyeon le quedaban aun dos horas de trabajo, Jongdae decidió que se iría con Luhan a su casa para ver a Xiumin – se le hacía raro llamarle así después de meses diciéndole Baozi – y pasar el rato con ellos.
Por el camino, hablaron de la universidad y Luhan no pudo evitar burlarse de Jongdae, porque el pobre siempre tenía que fingir no tener novio cuando en realidad sí que se acostaba con un profesor y eran pareja. Luhan sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta. Entraron ambos a la casa, cuando de repente se encontraron con un Xiumin que estaba en una apariencia normal mirándoles fijamente. De la nada, apareció frente a Jongdae, al cual empujó fuera de casa y le cerró la puerta en la casa.
-¡Yo también valoro nuestra amistad! –Gritó Jongdae desde fuera.
-¡Tú no querer ver lo que pasar aquí dentro! ¡Luhan no querer tu ver sexo!
-¡Oh, no gracias! Oh dios… Quita imagen mental… -Se escuchó –¡Suerte Luhan!
-¡¿Qué?!
Xiumin acorraló a Luhan contra la pared, respirando con fuerza, y este sintió un nudo en su garganta junto a mil sensaciones diferentes unidas al fuerte latido de su corazón. Xiumin podía olerlo, olía la sorpresa, la excitación y el miedo en Luhan. Todo a la vez. Pensar que era capaz de causarle todas esas sensaciones a la vez le hacía sentirse poderoso, más dominante de lo que era y no aparentaba ser.
-¡Vamos muy rápido! –Gritó nervioso Luhan. -¡Primero las citas! ¡¿No te han dicho que nosotros lo hacemos así?! ¡Primero las citas luego el sexo!
Silencio.
-¡Diez citas! ¿Te parece bien? ¡A mi razonable!
Silencio.
Xiumin se pegó su cuerpo más al de Luhan, el cual no pudo evitar jadear y ponerse rojo como un tomate.
-¡Nueve! –Gritó -¡Ocho citas! ¿Te parece mejor?
Silencio.
Xiumin pegó por fin su cuerpo completamente al de Luhan y este pudo sentir la erección en sus pantalones. Mierda. Apenas había pasado nada, que mierda, es que no habían hecho nada aun y el maldito demonio estaba excitado ya. Luhan pensó en que podría haber estado pensando ese maldito para estar así.
-¡Cuatro! ¡Cuatro citas! –Gritó –Tres… Una cita…
-Shh… -Le susurró en su oído con una sonrisa –Solo dejar llevar por instintos.
-Solo me quieres para el sexo.
Si la estrategia de las cita son valía, podría ser buena la estrategia del chantaje emocional ¿No?
-No, tú saber que no –Susurró –Te amo, estos meses servir para amarte más de lo que yo pensar hacer cuando yo enterar que tú ser mi predestinado. Nosotros tener todas las citas que tú quieras, pero primero yo marcar como mío.
Y lo besó.
Posó sus labios sobre los del chino. Este llevó sus brazos a los hombros de Xiumin y forcejeó para apartarlo, en un intento de detener aquello, pero cuando sintió la lengua del demonio lamer sus labios simplemente no pudo más. Abrió su boca dejando a la lengua de Xiumin entrar y explorar, en un beso húmedo y delirante que le hizo perder las fuerzas.
A la mierda, pensó, para que negar que se sentía muy atraído por Xiumin y que podía sentir algo por él.
Xiumin no pudo evitar sonreír en medio del húmedo y candente beso al notar como Luhan dejó de forcejear para pasar sus brazos por su cuello, para dejarse llevar, cerrar sus ojos y comenzar a participar. Se separaron para poder coger oxígeno, apenas unos segundos, para volver a juntar sus bocas en un furioso, devorador y apasionado beso, con un Luhan acorralado contra la pared que intentaba desnudar cuanto antes a Xiumin y con un demonio sexy cuya mano ya estaba dentro de la camiseta de Luhan tocando sus pezones.
Por fin pudo quitarle la camiseta a Xiumin y se quedó embobado al poder apreciar de nuevo sus abdominales. El chico estaba caliente.
Besó de nuevo a Xiumin mientras entre besos caminaban por la sala de estar, con un Luhan que había perdido la camiseta en esa caminata y que obligó a Xiumin a sentarse en el sofá colocándose encima de este con una sonrisa.
-Serás el activo, pero eso no significa que me deje dominar del todo. –Susurró contra sus labios –Ambos lo pasaremos muy bien.
Xiumin bufó de placer ¿De dónde había salido ese Luhan? No tenía ni idea, pero le encantaba.
Se sentó posicionando su trasero encima del gran bulto en medio de sus piernas, consiguiendo así que Xiumin gimiera, y se movió un poco para restregar su bulto con su trasero mientras sentía como este lamía su cuello y succionaba. Luhan se dejó hacer por Xiumin mientras su mano viajaba por el torso del demonio, subiendo hasta sus pezones los cuales retorció entre sus dedos. Xiumin gimió, embistiendo con sus caderas y haciendo que Luhan gimiera, frotando ambos bultos en el proceso.
-Joder… -Susurró Xiumin –Seguir.
Luhan sonrió y siguió acariciando sus pezones, encontrando el lenguaje algo primitivo de Xiumin como algo muy sexy y erótico, como si lo estuviera haciendo con alguien salvaje. Bueno, era un demonio, podía entrar en esa categoría ¿No?
Xiumin cogió en brazos a Luhan y entre besos lo llevó hasta la mesa de la cocina donde lo sentó y comenzó a besar sus clavículas hasta llegar a sus pezones, los cuales lamió sin pudor alguno mientras una de sus manos atendía el otro y la otra mano viajaba por debajo de los pantalones, liberando el erecto miembro del de origen chino, el cual gimió al sentirlo libre. Xiumin viajó hacia abajo y comenzó a masturbarle con fuerza, Luhan gimiendo mientras observaba como Xiumin sacaba su lengua para lamer toda la extensión, de arriba abajo, de abajo arriba y de nuevo de arriba abajo.
-Joder… Sí… -Gimió -¿Cuánta información debiste ver? Ah…
-Mucha –Murmuró con una sonrisa pervertida –Pero no ser lo único que yo poder hacer.
-Joder, me caliento de imaginar que cosas debiste aprender… Sí… Sigue… Joder, tu lengua es magia…
Xiumin dejó que su lengua se quedara lamiendo el glande, el pequeño agujerito aquel también, mientras Luhan observaba. …l también quería hacer esas cosas, él también necesitaba saber que sabor tendría Xiumin. Como pudo, se bajó de la mesa y sentó a Xiumin en una de las sillas de la cocina. Este desabrochó sus pantalones y liberó su enorme miembro, el cual fue visto por el chino.
Enorme.
Lo cogió sin dudarlo con la mano y comenzó a moverla mientras su lengua lamía el glande. Xiumin echó su cabeza hacia atrás, sintiéndose en la gloria, mucho mejor que cuando se tocaba él pensando en el chino. La realidad siempre superaría la ficción, era un hecho. Abrió totalmente su boca y metió la punta del miembro erecto en su boca, Xiumin ahogó un gemido y sujetó con fuerza los cabellos del otro, observando como bajaba hasta meterlo todo en su boca con cuidado.
-Joder… -Gimió –Más… Tu poder…
Luhan comenzó a mover su cabeza mientras acompañaba los movimientos con su mano. Xiumin no se molestaba en bajar el volumen de sus gemidos para nada, sintiéndose en el cielo en esos instantes. Luhan tenía una lengua prodigiosa. Aumentó el ritmo de sus movimientos, notando como el demonio movía sus caderas embistiendo contra su boca, follándole literalmente la boca.
-Sí, pequeño –Gimió Xiumin –Sí… Ah… Vamos, Vamos…
Luhan se sacó el miembro de la boca, le dolían los músculos faciales pero aun así siguió con la mano rápidamente. Xiumin le detuvo, sin querer alcanzar aun el orgasmo, el cual estaba a punto de venirle si esto seguía así. Cogió de nuevo a Luhan en brazos y lo llevó hasta la habitación, donde lo tiró contra la cama. Se deshicieron completamente de sus ropas quedando ahora sí totalmente desnudos y se colocó encima, besándole con pasión.
Restregaron sus cueros en medio de aquellos besos, miembro con miembro, callando los gemidos entre besuqueos, pero la hora de la verdad estaba por llegar. Xiumin obligó a Luhan a que abriera más sus piernas y bajó. Metió un dedo ensalivado hace poco por él mismo, notando que estaba muy estrecho. Sí, era virgen. Sonrió de pensarlo y lo metió completamente, tensando a Luhan.
-Shh… Relajar.
-Es más fácil decirlo que… Joder… Hacerlo.
Embistió lentamente con ese dedo y lo retiró, lamiendo un segundo que metió. Luhan se tensó de nuevo, pensando que realmente comenzaba a doler un poco. Xiumin pensó en algo que había leído y decidió ponerlo en práctica. Sacó los dos dedos de la entrada de Luhan y separó bien sus nalgas, metiendo su cabeza ahí y lamió el agujero por encima, Luhan gimió.
-Oh… Joder… -Dijo –Xiu… Xiumin…
Sonriendo, metió su lengua dentro y Luhan gimió. Eso era ya otra cosa. ¿Dónde había leído o visto eso? Fuera como fuera, el placer estaba comprobado. Junto a su lengua, metió un dedo dentro sabiendo que ahora Luhan no sentía dolor, y pudo ver como respondía con ligeros movimientos de cadera, entre gemidos, como deseando más placer. Sacó su lengua, escuchando un reproche, y sonrió.
-Luego no quejar, pequeño –Dijo –Tú gritar de placer.
Metió un segundo dedo y después un tercero, notando que se tensó de nuevo. Cogió su erecto miembro y lo masturbó, sabiendo que se calmaría. Retiró, entonces, sus dedos y se colocó totalmente encima de él y alineó su miembro contra la entrada ya dilatada de la persona que por fin sería suya, de su propiedad. Metió la punta de su miembro dentro y entró entonces completamente; Luhan ahogó un grito.
-Dios… -Dijo –Duele.
-Shh… Cálmate.
Cuando por fin Luhan parecía acostumbrarse, comenzó a moverse y embestir lentamente. Luhan llevó ambos brazos al cuello de Xiumin y sus piernas se cerraron entorno su cadera, notando como el demonio iba cada vez más rápido. Echó la cabeza hacia atrás gimiendo, gritando por más. No podía evitarlo, jamás pensó que se sentiría tan bien ser el de abajo.
Xiumin, con su cabeza escondida entre el cuello y el hombro de Luhan, aumentó la velocidad al máximo, dando una y otra vez contra su próstata mientras escuchaba los delirantes gritos de placer de su compañero. Estaba haciendo acopio de todas sus fuerzas, y eso no era poco. La resistencia, velocidad y fuerza de un demonio en forma humana solían ser el doble que las de un humano promedio.
Luhan pensaba que podría morirse de todo el placer que estaba recibiendo.
-¡¡Sí!! –Gritó -¡¡Joder, más rápido!!
Xiumin sonrió y sus ojos se volvieron completamente rojos. Luhan observó cómo abría la boca, sacando colmillos y, de repente, mordió su cuello. Aun cuando hizo sangre, contrario a lo que pensó de sentir dolor, solo sintió aún más placer que nubló su vista por completo y le hizo gritar al máximo, hasta quedarse afónico seguramente.
Dejó el cuello de Luhan, viendo como poco a poco se formaba una forma oscura en su cuello.
Por fin.
Por fin estaba marcado como suyo.
Sintiendo que estaba cerca y Luhan también, mantuvo el ritmo hasta que Luhan alcanzó el orgasmo, siguiéndole él poco después.
Se separó de Luhan tumbándose a su lado, abrazándole en el proceso, haciendo que el chino quedara con su cabeza apoyada en el pecho del demonio, totalmente agotado, y dormido. Se había dormido apenas acabó su orgasmo. Acarició sus cabellos lentamente, abrazándolo con clara posesividad.
Suyo… Por fin era suyo.
Ahora nunca jamás podría apartarse de su lado.
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