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The V Kings por Mal-Dita

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Notas del capitulo:

Hola!!!!! viernes nuevamente. 

Agradezco todos los hermosos comentarios que me han llegado (no borre ninguno esta vez xd) y a quienes han seguido el fic un capitulo más.

Espero que les guste.

Playlist song n°5:    Explorers- Muse

 

La brisa corría por las frías calles de Tokio, mientras Daichi caminaba en dirección a unos de sus sitios favoritos en busca de tranquilidad. Sabía que se arriesgaba al ir solo y sin mucha precaución. ¿Pero no eran Kuroo, Bokuto y Oikawa los que siempre hacían estupideces sin medir las consecuencias y salir victoriosos? Él es quien siempre suele hacer lo correcto mientras los otros se divierten sin meditación (palabra que de seguro no estaba en el diccionario mental de ninguno). Daichi los quería porque eran sus amigos y compañeros de equipo, pero eran unos tontos sin remedio que lo estresaban desde el momento en que se conocieron (para bien o para mal).

Al llegar a la entrada de Shinjuku Gyoen sintió como su corazón comenzó a latir con la emoción de los años pasados cuando visitaba el inmenso jardín con sus padres. Pago la entrada sin ser notado por la cajera que se mantenía inmersa en la recepción del dinero sin mucho cuidado de quien pasaba por delante de sus ojos.

Su jardín favorito siempre se debatió entre en ingles y el japonés, pero ahora con más años en el cuerpo concluyo que el japonés era el ganador, el que siempre lograba tranquilizar sus ideas.

Tenía suerte de que ese sábado en particular el público no fuese demasiado, ya que él solo quería sumergirse en aquella paz sin ser notado. Perdió la noción del tiempo observando la laguna y los pétalos de crisantemos que caían en ella, pero un grupo de voces lo saco de su meditación o mejor dicho un coro no muy lejos de ahí. Eran niños cantando una melodía conocida que concluyo a los pocos segundos de escuchar un trozo de estrofa se trataba de "Somebody to love" de Queen,  pero que con sus voces lograban capturar y reinventar nuevamente aquella canción. Daichi sintió curiosidad, aun así no quiso acercarse por miedo a interrumpir, pero sus intenciones cambiaron cuando el coro de niños dejo de cantar y una voz se dio paso entre los arboles hasta los oídos del azabache.

"Hermosa" pensó cautivado por aquel hermoso timbre de voz que sonaba en la lejanía.

Sin pensarlo y prácticamente de una forma mecánica e instantánea su cuerpo se movió del frio césped en busca de la voz que atraía sus sentidos. Se sentía como un marinero en alta mar siendo cautivado por la hermosa voz de una sirena sin piedad que lo atraía a la muerte. Cuando tras los arboles pudo encontrar el grupo de niños se sintió satisfecho ante su descubrimiento ya que nadie se dio cuenta de su presencia, sin embargo al ver de quien era dueño esa hermosa voz no pudo evitar que su boca se abriera sin contención.

Nuevamente se encontraba frente a sus ojos el chico de cabellos plateados y hermosa sonrisa ¿Quién diría que además poseía aquella increíble voz?. Cuando finalizo su interpretación los niños comenzaron a gritar a la misma vez asombrados mientras que el chico de cabellos plateados trataba de calmarlos. Muchas preguntas se formaban en el cerebro de Daichi quien trataba de dilucidar que hacia el chico con ese grupo de niños en un lugar como este.

Los niños luego comenzaron a correr y jugar entre ellos bajo la  atenta mirada de su tutor, mientras Daichi deliberaba si se le acercaba o no. ¿Que perdía? si no lo hacía era seguro que perdería una increíble e irrepetible oportunidad, lo tenía claro. Tomo todo el valor que consiguió y se acerco a paso lento, como tratando de no espantar a una criatura mágica en el bosque.

-Hola -dijo después de tres intentos para que su voz saliera-

Cuando el chico volteo y dilucido de quien se trataba su impresión no fue mínima. Sus ojos se abrieron a más no poder mientras sus labios se separaron milimétricamente uno del otro.

-Ho-hola...hola-dijo choqueado-

-Disculpa si te molesto, solo que te vi y quise pasar a saludar.

-No eres una molestia, yo...bueno-dijo tratando de ordenar su mente luego de aquella aparición-

-Lamento haberte interrumpido -"es una tontería, el quizás ni siquiera estaba interesado en verme nuevamente"-, es solo que oí tu voz y...

-¡¿Me oíste?! -dijo visiblemente abrumado, colocando sus manos sobre su boca para luego pasar a un suave color rojizo en sus mejillas-, yo no me esperaba que alguien nos escuchara, ósea es un lugar público, pero...¡dios qué vergüenza!

-¡¿De qué hablas?!¡tu voz es increíble!

Con la última frase el rostro de Suga se volvió completamente rojo, pero luego de unos segundos comenzó a reír con lo que Daichi quedo paralizado y luego acompaño con una alegre risa.

-¡Oh! lo siento, pero me tomaste desprevenido.

-No, es mi culpa por interrumpirte.

-Supongo que nadie se espera que un músico famoso escuche tu clase.

-¿Eres profesor?

-Sí, profesor de música y hoy vinimos con los niños a un espacio con acústica diferente, pensé que cambiar el salón de clases por aire fresco era una buena idea, además así aprenden de historia y cuidado de la naturaleza.

-Es la primera vez que escucho que un profesor de música haga algo como eso.

-Bueno, digamos que no es fácil cuando le haces clases a niños en situación vulnerable.

-¿A qué te refieres?

-Todos esos niños viven en un ambiente bastante difícil, ya sabes, violencia en general o simplemente sus padres no tienen suficiente dinero.

-Eres genial al hacer esto ,yo siento que no hago mucho por otros.

-¡Vamos!¡eres increíble!. Tu música es como un pozo profundo y sincero, en verdad llegas a millones de personas con tu voz y tus letras. Creo que ambos tratamos de hacer la diferencia, tú con la difusión y yo con las clases. Quizás es a diferente escala, pero eso no significa que este mal.

Daichi se sentía desarmado, estaba claro que la primera vez que vio aquel chico sintió algo bastante punzante, de hecho en los últimos días no había dejado de recordar al chico del lunar bajo el ojo izquierdo. Aunque claramente se estaba cuestionando su sexualidad de la cual no había dudado hasta la noche del concierto y en realidad de toda su existencia ante esos pensamientos tan arrebatadores. Pero tenerlo delante y escuchar sus palabras lo conducían a una contradicción total, sabía que no debía sentir eso, pero le era imposible no hacerlo. No era amor a primera vista, era un deja vu, ¿Pero de donde conocía a ese chico?. Aunque una parte de él sabía que lo conocía mucho antes del concierto no lo recordaba, quizás solo lo soñó o podría ser alguien que había conocido en otra vida. No lo sabía, pero quería saberlo.

Pero antes de intentar preguntar si se habían visto antes, fue interrumpido sin ningún escrúpulo.

-¡Hey! ¡¿quién eres tú?!¡¿qué haces con Sugawara sempai?!-dijo una aguda voz-

-¡Es Daichi de The v Kings!

-¡No seas tonta!, Daichi no estaría en un lugar como este.

-Daichi debe estar en su mansión.

-¡Daichi tiene un castillo!-protesto la niña-

-¡Chicos vamos!¡tranquilos!

Frente a los dos adultos había un grupo de dos niños y una niña enfadados y curiosos. Por primera vez en lo que iba de la tarde Daichi sintió que había sido descubierto y fue por unos niños de primaria.

El azabache observo como el profesor tranquilizaba a los niños bajando hasta su altura con amabilidad pero sin dejar de lado su cargo como docente. Era una tierna imagen donde los niños a pesar de su actitud retadora escucharon atentos lo que Suga tenía que decirles para luego terminar sonriéndoles a los tres para dar por finalizada la "reprimenda"

-Lo sentimos-dijeron los tres es coro-

-Pensamos que estabas molestando a Suga sempai-dijo uno de los niños-

-Solo estaba saludando, me disculpo por interrumpirlos -dijo Daichi ante los niños- Aunque ustedes cantan muy bien quede impresionado.-tratando de tranquilizar el ambiente-

-No trates de alagarnos, ya lo sabemos -dijo uno de los niños-

-¡Sí!, es porque Suga sempai nos enseña.-dijo el más bajo de los dos niños-

-Vamos chicos -con tono severo-

-Lo sentimos -dijeron ambos niños-

Daichi se sentía mal por hacer que el profesor retace a los niños por su culpa, pero es que el azabache no estaba acostumbrado a tratar con niños y en realidad no sabía que decirles, es por eso cuando noto que el chico más alto llevaba una camiseta de Avengers y el más bajo una con el escudo de capitán América pensó que su problema se había solucionado.

-¡Wow! ¡les gustan los súper héroes!

-Claro tonto, digo...-el de camiseta de Avengers sintió la mirada de Suga- ¡son geniales!

-¡Sí!, aunque el equipo de capitán América es mejor que el de Iron man.

-¡Iron man es mejor!¡ya lo sabes!

"Oh no, hice un desastre de nuevo" pensó Daichi al ver como los niños se peleaban entre ellos esta vez por culpa de su comentario.

-Loki es mejor.

Tanto los niños como la pareja de adultos miraron sorprendidos a la niña por aquel comentario tan repentino.

-¡¿Que dices?! ¡Loki es malo!-el fan de Iron man-

-¡Sí!, incluso Hulk le puede ganar.

-Por lo menos Loki no es un idiota como Toni o Steve.

-¡¿Qué?!-gritaron ambos niños a la vez-

-Sí, porque Loki por lo menos sabe que está haciendo algo malo no como Toni que se da cuenta tarde que hacer armas es malo y Loki no se deja arrastrar como Steve por su amigo. Además Loki lee mucho y es un dios. También deadpool es genial -sacando la lengua a sus compañeros- mejor que esos dos.

-¡No entiendes nada!

-¡Eres una niña tonta-

-¡Chicos! ¿qué les dije de los insultos?

Ambos niños miraron con indignación a la niña quien había dicho una aberración del tamaño de Rusia, pero por suerte en ese mismo instante se acerco a ellos otro grupo de niños junto a una joven mujer.

-Traje refrescos -dijo la mujer-

-¡Oh! gracias Shimizu.

Daichi quedo sorprendido por lo bella que era la chica con aspecto serio y que en ese momento entregaba los refrescos a los niños que faltaban.

-Ten -le dijo Kiyoko al azabache-

-¡Oh!, pero yo...

-No hay problema -dijo Suga con una sonrisa amable-

-Está bien -sacando el refresco de la bolsa que sostenía la chica-

-Bien chicos ya estamos todos ahora vamos al jardín francés.

-¡Sí!

-¡No vallan tan rápido!¡siempre junto a su pareja!

Los niños frenaron ante la orden de profesor y comenzaron a caminar en dirección al otro jardín.

-Creo que es un trabajo bastante difícil -dijo Daichi caminando junto a Suga quien le sonreía con un dejo de cansancio-

A kilómetros de la capital...

Conducía Tobio su Ford Mustang negro con la intención de visitar por el fin de semana a sus padres, sería una visita rápida para regresar lo antes posible a Tokio. No es que no quisiera a sus padres, es solo que jamás había pasado demasiado tiempo con ellos debido a sus trabajos y estar en casa por más de dos días con ellos le hacía sentir enclaustrado.

No tardo mucho en llegar a la ciudad que a diferencia de la atestada capital parecía desolada. Cuando sus padres lo vieron en el umbral de la puerta corrieron a recibirlo; es que la visita era toda una sorpresa para ambos.

-¡Tobio!¡no nos avisaste!- exclamo el padre-

-Quise que fuera una sorpresa -reconoció el azabache-.

-Iré a preparar algo para cenar -dijo su madre aun aturdida-

-No es necesario...-trato decir el chico-

-Déjala, no cocina jamás -confidencio su padre- Veo que tienes un buen auto.

-Sí, es rápido.

-¿Puedo verlo?

-Claro.

Para Tobio era extraño hacer algo junto a sus padres, y por muy mínimo que significase para otros tener una cena en familia o hablar de trivialidades. Él jamás gozo de esos detalles.

Luego de que el padre hurgara  de cabo a rabo el vehículo entraron nuevamente a la casa con intenciones de conversar.

-¿Cuánto tiempo estarás aquí?

-Hasta mañana.

-¡¿Qué?!-grito la madre de la cocina-

-Aun tengo cosas que hacer, entrevistas y cosas por el estilo.

-Pensamos que estarías más días.

-Ustedes también deben trabajar.-haciendo notar algo importante-

-Tienes razón-susurrón ambos-

-Hemos visto tus presentaciones.-dijo su padre tratando de cambiar el tema-

-¿A sí?

-Claro las vemos por internet. Lo haces increíble.

-Bueno, no es para tanto. Los demás lo hacen genial también.

-No lo digo tan solo porque sea tu padre, tus fans también lo creen -dijo enseñándole un grupo de fans con treinta y dos mil cuatrocientos cincuenta y seis seguidores- y este solo es un grupo de los tantos que existen.

-Oikawa tiene más fans.

-Pero a mí me interesas tu.

-Lo sé.

Conversaron acerca de los viajes y los conciertos, de cómo eran sus amigos y algunas de las cientos de historias tontas que había vivido durante el último tiempo.

En el parque ingles de Shinjuku Gyoen...

La visita había cambiado de contexto completamente y ahora Daichi era un tutor preocupado por la seguridad del grupo de diez niños.

-Veo que te diviertes-dijo Suga-. Pueden ser algo difíciles, pero contigo se han llevado bastante bien.

-Sí  bueno, creo que después de todo no soy tan malo con los niños.

-No sé cómo agradecerte nuevamente, ¿Por qué será que cuando te veo me ayudas? -dijo el profesor mirando a los niños sin notar el leve rubor del azabache-

-No debes agradecer nada, creo que simplemente yo fui quien los siguió todo el camino hasta aquí.

-Tres adultos son mejores que dos.

-Tienes razón.

-¿Cuánto tiempo estarán en Japón?

-No lo sé, quizás hasta marzo o quizás en julio. Por ahora estamos en una especie de vacaciones con entrevistas de por medio, pero si todo sale bien se supone que comenzaremos a grabar el nuevo disco el próximo año.

-Sabes, eres más sencillo de lo que imagine.

-¿Ah?-"¿eso es bueno o malo?"-

-A lo que me refiero es que no eres de esa clase de músicos que se les va la cabeza a las nubes cuando tienen fama. No cualquiera estaría aquí ayudando a controlar un grupo de niños de una clase gratuita.

-¿Haces todo esto gratis?-muy sorprendido-

-Bueno -era algo incomodo- en un inicio solo hacía una taller de canto a la semana, pero a los niños les gusto tanto la clase que una vez a la semana no era suficiente y me ofrecí a dar una clase los sábados sin paga.

-Wow, pero no puedes vivir de eso. Digo...

-Se a lo que te refieres -dijo con una sonrisa cálida mientras observaba a los niños-, pero no quiero dejarlos de lado. En un principio fue difícil porque no me prestaban mucha atención, pero cuando comenzaron a ver que esto no era solo una clase para cantar coros gregorianos y cosas por el estilo, si no que cosas que a ellos les gustaba se comenzaron a encantar con la música. Además creo que es indispensable que tengan una forma de liberar sus frustraciones, una vía de escape de la realidad, ya sabes su vida no es fácil.

"Oh shit. Este chico es increíble" pensó Daichi en un espiral de confusión interna, pero que era disimulado con una agradable sonrisa.

-Bien, ya se hace tarde y debemos regresar con los niños antes de que oscurezca. Gracias por todo.

-¡Hey!

-¿Sí?¿qué sucede? -volteándose sorprendido-

-Bien, esto. ¿No te gustaría ayuda extra en la clase?

-¿A qué te refieres?

-Ayudarte los sábados, pensé que podría ser de ayuda y...

-¿De verdad harías algo como eso?

-Claro, conozco algo de música. -encogiéndose de hombros-

-Dicen que la paga no es muy buena.

-Podre con eso.

-Son los sábados a las nueve.

-No tengo planes a esa hora -dijo encogiéndose de hombros-

-Mmm, es una escuela pública, no es muy lujosa que digamos.

-Tampoco esperaba un castillo, aunque al parecer yo vivo en uno según la niña.

-Jajaja, ella es así. Bien, no tengo nada más que objetar.

-¿Eso es un sí?

-Sí, gracias. -dijo resignado y satisfecho a la misma vez- Te daré las indicaciones, espera tengo papel y lápiz.

-¿No tienes teléfono?

-Oh, lo había olvidado. -revolviendo su bolso-

Daichi anoto el numero de su nuevo compañero de trabajo en su teléfono y no podía dejar de sentirse emocionado al respecto.

"Vamos Daichi es un hombre, tiene lo mismo que tú y de seguro esa chica es su novia. Me siento como un idiota y un embaucador pidiendo su número. ¿De verdad voy hacer todo esto para tratar de recordar de donde lo conozco?" se torturaba el azabache.

-Bien, nos vemos el próximo sábado. Aunque ¿no crees que un tipo tan famoso como tú no va a tener problemas en una escuela pública?. Los sábados está prácticamente desierto, pero los niños se darán cuenta tarde o temprano y va a ser un problema para ti. -dijo preocupado-

-Tienes razón, pero ya veremos que sucede. Algo se me va a ocurrir.

Se despidieron y Suga emprendió camino junto a los diez niños y niñas más  la mujer de la cual Daichi sentía algo se celos. Pero sin previo aviso una de las niñas corrió nuevamente hasta su dirección.

-¡Ten! -dijo misma niña que le gustaba Loki entregando una flor-

-¡Oh! gracias es hermosa. -bajando a la altura de la niña-

-Escuche que ahora vas a ser nuestro profesor.

-¿Nos espiabas?

-Claro, tengo nueve eso es lo que hago. -se encogió de hombros sin darle importancia- ¿Nos vas hacer clases?

-Sí-con un dejo de resignación-

-Lo sabía. También se que eres Daichi de la banda famosa -la cara del chico se desfiguro un poco-, tranquilo con los demás hicimos una promesa y no le diremos a nadie.

-Eso es muy atento de tu parte.

-Lo sé. Otra cosa.

-¡Akane!-grito el profesor- ¡vamos es tarde!

-¡Ya voy!-grito en respuesta-

-Ya debes irte.

-Tengo que decirte algo más.

-¿Qué cosa?

-Suga sempai no tiene novia.

-¿Qué? -dijo pestañando rápido-

-Soy pequeña no ciega, se te nota. Bien nos vemos.

La niña corrió en dirección a su profesor y se despidió con la mano de Daichi quien hizo lo mismo. La situación había sido graciosa e incomoda a la vez. ¿Tan obvio era que incluso una niña se había dado cuenta de su poco normal interés al profesor?

Luego de ver como desaparecían las siluetas tras la puerta de entrada volvió a sumirse en sus pensamientos. Desde hace algún tiempo se había comenzado a sentir hastiado del mundo de la música con todo sus lujos y apariencias que consumen hasta la última gota de amor propio. Se sentía aprisionado a ese mundo sin escapatoria, pero al conocer a este chico una nueva puerta se abrió a un terreno que había pensado ya lejano y fuera de su alcance. Quizás una ligadura inquebrantable los atara al caos y horror del planeta tierra, donde la pena y el dolor son imposibles de abandonar; pero si de algo estaba seguro es que este chico, Suga, él estaba mostrando una nueva salida a una libertad quizás no física, pero sí de  mente y espíritu.

Bajo la oscuridad de la noche...

Caminaba con las manos en los bolsillos sin un rumbo fijo por las desoladas calles del vecindario. Eran casi las nueve de la noche y Tobio no tenía mucho que hacer luego de su llegada, porque al momento de terminar la cena su padre tenía una video llamada importante y a su madre le llego un informe de último momento que no podía dejar de lado. Las cosas no habían cambiado en absoluto, se sentía como un chico de quince nuevamente.  Para sentirse menos deprimido decidió salir a caminar durante un rato. Se sorprendió de algunos cambios, de las casas que ya no estaban o habían sido remodeladas, pero sentía que dentro de todo el tiempo en aquel vecindario no cambiaba. Sin darse cuenta llego a una pequeña plaza de juegos tan fría y solitaria como siempre, se sentó en la cima de un tobogán y percibió como su nariz rápidamente se volvía aun más fría. Pero algo lo distrajo del silencio nocturno, era un sonido sordo y no muy lejano, un golpe parecido al choque de un balón. Tobio busco con la mirada la procedencia de aquel sonido y dio con la respuesta detrás de los arboles.

No pudo quedar indiferente con aquello que le mostraban sus ojos, al principio le pareció una ilusión y dudo si se encontraba mentalmente estable, pero luego comprendió que no era una mala pasada de su cerebro.

Bajo del tobogán y camino en dirección al balón para quedar tras de la red que dividía la pequeña cancha. Sus ojos seguían los movimientos rápidos del chico y no pudo contenerse. El voleibol era una de sus más grandes paciones.

-Te inclinas mucho y eso hace desestabilizar el balón.

-...-el asombro dejo al chico sin palabras- ¡Tu!¡¿qué haces aquí?!

El balón recién golpeado dio con la pared para luego rápidamente dar con el rostro desprotegido de Shoyo.

--¡Ah!

-¿Eres idiota o qué?

-¡Es tu culpa, tú me distrajiste!

-Era un consejo, ¿acaso no quieres mejorar?

-¡Claro que quiero!, por eso estoy aquí. Además ¿qué tan bueno te crees en esto?

Kageyama le pidió en balón a Hinata que observaba exceptivo al músico. Pero cuando el azabache cerró los ojos para concentrarse y luego extendió el balón en el aire, su saque dejo boquiabierto al de cabellos anaranjados.

-¡Wow!¡eso fue increíble!

-Ya no lo hago tan bien como antes.-dijo un poco ruborizado por la impresión eufórica del más bajo-

-¡¿Qué?!¡¿puedes lanzármela?!

-¿Qué?

-¡Sí!, quiero que la lances por favor -juntando sus palmas frente su rostro- Suga dijo que jugabas, pero jamás dijo que eras tan bueno.

-¿El te conto que jugaba?

-¡Claro!, ¡vamos lánzala!

-No lo sé, ya debo irme.

-¡¿Qué?!, pero si acabas de llegar -con un puchero-

-Sí, ya hace frio y se hace tarde.

-Yo no tengo frio y tampoco apuro. ¿Qué haces aquí?

-Caminaba.

-No me refiero a eso, ¿qué haces en la ciudad?

-Visito a mis padres.

-¿También vivías por aquí?

-Sí, pero hace años. Pensé que eras de Tokio

-No, no. Bueno ahora vivo allá porque estudio y trabajo, pero soy de aquí.

-Ya veo.

-Si bueno, pase a dejar a mi hermana pequeña a la casa de una amiga que esta de cumpleaños y aproveche de practicar un poco.

-Tu control es bueno, pero debes mejorar.

-Ya lo sé, Kenma siempre me lo dice.

-Sí bueno-"¿quién es Kenma?, eso no me interesa"-, ¿estás en un equipo?

-¡Sí! -jugando con el balón- estoy en la selección.

-¿Te refieres a la nacional? -Tobio lo miro sorprendido-

-¡Claro!, también en la universidad.

-Bien, dame el balón.

-¡¿Lo harás?!

-Sí, prepárate.

Tobio no jugaba tan seguido como le gustaría, su carrera era muy demandante y con los chicos solo podía tener partidos esporádicos, es por eso que no le pareció una mala idea jugar con el tipo raro. Sí el sujeto decía la verdad sería capaz de recibir sus saques.

Pasaron los minutos rápidamente para ambos quienes sudaban y jadeaban por el arduo entrenamiento. A pesar del cansancio Tobio se sentía sumamente animado y de ser por él habría estado toda la noche dando pases y rematando.

-¡Oh!, ya son las once y media-dijo Hinata revisando su teléfono-, creo que ya debo irme.

-Sí, supongo -dijo algo decepcionado-

-¡Ha sido genial rey!

-No es necesario que me digas así.-dijo serio-

-Bien, ¿cómo te llamas?. Lo siento, no tengo muy buena memoria con los nombres.

-Kageyama Tobio.

-¡Oh cierto!

-¿Y tú?

-Hinata Shoyo.

-No eres tan malo Hinata.

-¡Hey!, lo dices como si hubieses esperado que fuese malo.

-No juzgo a los jugadores hasta que veo como son en la cancha.

-No sonríes mucho ¿eh?.

-Ese no es tu problema.

-¡Hey! no tienes que colocar esa cara asesina, da miedo.

-Tks, eres molesto.

-Tu engreído.

-Enano.

-Ogro.

-Zanahoria.

-¡Hey!

Se miraron de forma retadora durante unos segundos, pero el cansancio ya se estaba haciendo latente y ambos dejaron  la discusión.

-Si no tuvieses ese carácter diría que fue un placer conocerte -dijo Shoyo recogiendo sus cosas-

-Lo mismo digo.

-Eres muy bueno con la música y mega súper impresionante con el voleibol como ¡guau! y ¡puaj!, -moviendo sus brazos por los aires- pero no sabes cómo tratar a la gente. ¿Crees por ser famoso todos deben ser sumisos contigo?

-¡Claro que no! -dijo indignado-

-Bueno, eso es lo que dejas ver a los demás -colgando su bolso en su hombro-. Pero mentiría si te digo que no me divertí, cuando juegas estas más relajado y no tienes esa cara de asesino.  -tomando su casco- Adiós y buena suerte.

Shoyo se alejo impresionado y orgulloso de sí mismo por decir aquellas palabras al músico, quizás en el fondo no era una mala persona solo alguien con mal carácter y reactivo. Ahora ya no era su problema y más importante, debía regresar a su casa pronto.

En tanto Tobio se alejo en dirección a la casa de sus padres dejando atrás el rugido de un motor lejano. Cuando llego a esta noto que ambos padres aun se encontraban inmersos en sus computadoras tecleando de forma incesante.

-Tobio ¿Quieres algo caliente?-pregunto su madre-

-No gracias, quiero descansar.

-Está bien, buenas noches cariño.

-Buenas noches a ambos.

Subió a su antigua habitación que se encontraba prácticamente igual a cuando la ocupaba años antes. Las pesas, revistas deportivas y la computadora, todo se encontraba en el mismo sitio. Se recostó sobre su cama y tomo el balón que se encontraba a un lado de esta, y al igual que en su adolescencia comenzó a lanzar el balón sobre su cabeza mientras meditaba los sucesos del día.

En conclusión:

-Las cosas en casa no habían cambiado.

-Sus padres lo querían, pero estaban demasiado obsesionados con sus carreras como para dedicar tiempo a la vida familiar.

-Odiaba estar deprimido.

-El tipo de cabellos anaranjado llamado Hinata no era malo en voleibol.

-Se había divertido jugando.

-El tipo era molesto y un idiota.

-El tipo no estaba tan equivocado sobre su personalidad.

-No sabía qué hacer para que su rostro no diese miedo y eso le frustraba.

-Quería jugar nuevamente con el tipo, pero de seguro él lo odiaba.

-Prefería estar enfadado a estar deprimido.

-Debía escribir más canciones.

-La música era la única forma de exteriorizar lo que sentía y que los demás lo entendiesen.

-En la mañana regresaría a Tokio.

Aquellos pensamientos inundaron la mente de Kageyama, pero no sabía muy bien qué hacer con ellos porque no estaba acostumbrado a meditar sobre sus emociones y sabía que era algo que debía resolver. Esa noche se durmió con el balón a un costado y con muchas dudas acerca de su personalidad, pero con una pequeña melodía sonando en su cabeza.

En la mañana al despertar bajo los escalones y se encontró con su padre quien preparaba el desayuno.

-Despertaste temprano-comento su padre-

-Sí, luego de comer algo me iré.

-¿Tobio?.

-¿Sí?

-Siento no darte todo el tiempo que necesitabas, bueno tu madre piensa lo mismo y se siente igual o más culpable que yo. Y eso es decir demasiado.

-No te preocupes, los entiendo. No es fácil mantener su trabajo y un hogar.

-Pero te hemos dejado muy solo.

-Eso ya no se puede cambiar.

-Lo sé, lo siento.

-No te disculpes, me han dado todo lo que he necesitado y me han apoyado en mis decisiones. Con eso es suficiente.

-Te quiero hijo.

-Yo igual.

En ese momento llego su madre con aspecto cansado, pero al ver a Tobio su rostro se ilumino. Los tres comieron juntos, lo cual no dejaba de ser un acontecimiento extraño. Al terminar Tobio fue en busca de unos paquetes a su auto y se los obsequio a sus padres.

-Bien, ya es hora.

-¿De verdad no puedes estar un tiempo más?-pregunto su madre-

-No, es mejor así.

-Ya veo -sonrió triste-. Ten cuidado por favor, no bebas mucho y no te drogues como lo hacen los musicos en las películas.

-¿Qué clase de persona piensas que soy?

-Eres un niño para mi aun, y yo no puedo controlar con quienes te relacionas.

-Está bien mamá.

Su madre lo abrazo fuerte y le dio dos fuertes besos en las mejillas, en tanto su padre también le dio un fuerte abrazo y unas pequeñas palmadas en la espalda. El azabache se subió a su Ford y se despidió por última vez de la pareja tras el cristal para luego echar a andar rumbo a la capital. Se sentía algo triste por dejar a sus padres, pero él ya no pertenecía a ese sitio y debía continuar con su propia vida.

De  camino a la capital en la radio se sintonizo Somebody to love, pero no pudo evitar recordar la melodía que la noche anterior comenzó a rondar por su cabeza y apago el aparato para concentrarse mejor. El sol que brillaba entre unas nubes grises le trajo una especie de confort en su interior a pesar de que en general prefería los días nublados. Es así como las palabras comenzaron a fluir como un manantial incesante. Sin darse cuenta completo la nueva canción en su mente. Paro el vehículo a un lado de la calzada y de la guantera saco una libreta y un lápiz que tenía guardados para estos casos cuando un arrebato musical lo inundaba. Escribió las  palabras e incluso los acordes del bajo y la guitarra. Al terminar inspecciono lo escrito quedando satisfecho y aliviado al poder exteriorizar sus emociones para luego ponerse en marcha, pero esta vez con una nueva canción que no dejo de tararear durante el resto del viaje, aquella canción dedicada al sol.

 

 

Notas finales:

He pesado que clase de videos musicales tendrían The V Kings, y serían muy eclecticos la verdad, ya que cada uno de los chicos tiene su estilo. Pero también pienso que alguno de los videos podrían ser del tipo de "Ok Go". Son tan geniales sus videos, por favor tomen cinco minutos de su tiempo o si pueden un poco más y vean lo precisos e increíblemente detallados que son. Lo asombroso es que ellos desde el segundo uno no paran la cámara, ósea todo debe salir perfecto.

Les recomiendo ver "upside down & inside down" o "I won´t let you down". Yo se que en el fondo de sus cerebros los conocen, son esos tipos que saltan en las corredoras muy sincronicamente "here it goes again".

Me imagino a Kuroo y Tooru craneando como hacer todo físicamente posible mientras Daichi organiza, Tobio dispone las cosas y Bokuto prueba.

Imagino a los chicos en bungee o saltando en paraidas con Tooru aterrado.

Ese sería clase de video para canciones felices, pero también imagino historias completas en los videos donde quedan en desenlaces dramáticos y continuara...(y uno queda con el corazón en la mano esperando que suban el siguiente video)

Videos dramaticos donde salgan vestidos de reyes luchando contra guerras. Cosas miserables y donde alguno muere (y uno queda como "NOOOOOOOOOOO!!!!!!!!! Solo de imaginar a Daichi mueriendo desangrado por el filo de una espada al intentar proteger a Tobio y que los chicos busquen venganza).

Bueno, aqui dejo mi recomendación musical semanal e ideas locas.

Espero que les guste el capitulo.

Nos leemos c:


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