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The V Kings por Mal-Dita

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Notas del capitulo:

HOLA!!!

Mil disculpas por la demora >.<...no pude subir antes el capitulo, lo siento mucho :c.

 

Aunque suene repetitivo gracias por leer hasta aqui y gracias a todxs lxs que leen :_D.

 

 

Playlist song n°9:    Book from boxes  -  Maximo Park

 

En medio de una misión secreta...

Se encontraba Kuroo en esos momentos ¿La razón?: el extraño comportamiento de su bro.

Hace varios días el azabache había notado algo extraño a Koutaro que de un momento a otro comenzó a salir con raras excusas. Kuroo sabía que su hermano era mayor de edad en teoría (de hecho mayor que él por dos meses), pero siempre había sido él quien actuaba de forma más "sensata". Los dos tenían vidas propias, pero a Kuroo le asustaba un poco las cosas que podía hacer Bokuto solo de recordar cuando el búho al final del instituto cayo hondo.

Es por esa razón que al momento de salir Bokuto por la puerta del departamento Kuroo espero unos segundos para tomar un bolso, chaqueta, bufanda y lentes para así seguir el sujeto en cuestión. Bajo por las escaleras de emergencia y ya en el primer piso diviso al Búho tomar dirección norte, y con su sencillo disfraz comenzó a seguir sus pasos.

"¿Dónde demonios va este tipo? ya pasamos la heladería, la tienda de música, la tienda de revistas y la de deportes. Maldito búho ¿Dónde vas?, por favor no vayas a ningún callejón solitario" rogaba Kuroo para sus adentros

Pero de improviso paro frente a un gimnasio un momento y Kuroo tuvo que esconderse tras una parada de buses bajo la atenta mirada de dos niños de primaria que lamian sus paletas acarameladas desconcertados con el hombre raro.

El búho continuo su viaje mientras el gato seguía sigiloso sus pasos sin ser notado. Ya llevaban más de nueve cuadras y gracias al invierno que permitía cubrir lo suficiente para no ser acosados por fans es que ninguno de los dos fue molestado. Finalmente y casi volando Bokuto entro a una tienda o por lo menos eso vio Kuroo desde su posición. Espero y espero, pero los minutos pasaban y su bro no salía. Decidió poner fin a su incertidumbre y fue a ver de qué se trataba todo.

Impactado: Dícese de un golpe emocional producido por una noticia desconcertante o dramática.

Bien, el significado de impactado era precisamente lo que sentía Kuroo que al acercarse lo suficiente pudo ver que no era una simple tienda, de hecho no era una tienda en lo absoluto el lugar donde Bokuto había entrado, si no una biblioteca.  No entro obviamente para no molestar, solo se quedo mirando tras el cristal a su hermano leyendo en una mesa cerca del mostrador.

-"Bro, siento haber dudado de ti"- pensó emocionado  Kuroo casi hasta las lagrimas debido al orgullo.

Pero la sorpresa fue mayor cuando el búho se paro y fue hasta el mostrador.

-"No-puede-ser. ¡Bro! ¡Encontraste al chico lindo del libro!. Estas tan grande mi pequeño búho, ayer eras solo un bebe idiota sin remedio, hoy sigues siendo un bebe idiota sin remedio pero que lee libros y encontró su flechazo"- Ahora si no podía contener más la emoción.

Se fue del lugar más tranquilo que nunca de dejar a Bokuto solo. Se sentía mal por haber desconfiado de él, pero a la vez orgulloso de sí mismo por su curiosidad felina que le permitió descubrir otra faceta de su hermano.

El también tenía cosas que hacer no tan lejos de ahí, diría que unas doce cuadras aproximadamente si sus cálculos mentales no estaban mal. Tenía la suficiente energía como para caminar todo ese trecho y llevaba en su bolso lo necesario para continuar su tarde.

 

En una oficina del centro...

Se encontraba Kei observando el curriculum del nuevo postulante a ser su ayudante. Ya llevaba seis que fracasaron penosamente y humillantemente el intento por conseguir el puesto, pero esta vez para sorpresa de Kei el postulante había sabido responder a la serie de preguntas hechas especialmente para probar la fortaleza mental del sujeto.

-Bien, con eso es suficiente. -dijo Kei interviniendo la respuesta del chico-

-Oh, ya veo. Bien, gracias por su tiempo -levantándose para retirarse de la oficina-

-Jamás dije que te fueras, estas dentro.

-¿En serio? -volteo sorprendido- Muchas gracias -haciendo una reverencia-

-No es para tanto Yahaba.

-Lo siento.

-Está bien, comenzaras de inmediato. Quiero que confirmes la entrevista del jueves, llama a la cadena de televisión. Luego necesito que te contactes con el productor para una reunión lo antes posible.

-¿Algo más? -dijo anotando en una libreta-

-No, eso por ahora. Este es mi numero -entregando una tarjeta- me llamaras para informar todo.

-Sí.

-Bien, tengo otros temas pendientes que solucionar.

Pero en ese momento sonó la puerta y luego se abrió dejando al descubierto a un nuevo miembro del equipo o mejor dicho una restitución en su antiguo puesto.

Lamentablemente para el nuevo ayudante del manager el sujeto en el umbral de la puerta era un viejo conocido con el cual no tenía muy buenos recuerdos.

-Llegas a tiempo Kyotani. Yahaba, ya puedes irte -pero tanto él como Kyotani no podían salir del asombro- Yahaba.

-S-si, lo siento. -dijo retirándose de la oficina-

Cuando salió no pudo evitar dar una mirada cargada de desprecio a Kyotani que hizo lo mismo por su parte.

Yahaba tratando de ordenar sus ideas hizo lo que se le había ordenado cumpliendo a cabalidad los puntos en cuestión y cuando estuvo listo regreso a la oficina de Tsukishima, pero para su desgracia lo único que encontró fue a su antiguo compañero de instituto fuera.

-¿Tsukishima está adentro? -pregunto al rubio con franjas en la cabeza con todo el dolor de su corazón-

-Sí.

-¿Está ocupado?

-Sí.

No le quedo más remedio que esperar junto a Koutani en un incomodo silencio hasta que el de lentes hiciera nuevamente su aparición.

De todos los humanos del planeta tierra tenía que toparse nuevamente con ese bruto y salvaje que no tenía conciencia del orden y del respeto ¿Qué hacia un tipo como él en ese lugar? Pero hasta ese momento no había notado que estaba vestido con un traje negro pulcro y a pesar de mantener su usual cabello rubio, ya no llevaba la expansión en su oreja tal como a los diecisiete. ¿Acaso la bestia se había civilizado?

Pero sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos con una inusual pareja que se hizo presente en aquel pasillo y que solo percibió cuando Koutani comenzó a expeler un aura asesina que desconcertó a Yahaba.

-¡Wow!¡mira lo que trae la perrera! -exclamo Oikawa-

-¿Koutani?

-¿Iwazumi-sensei?

-¿Iwazumi sensei? -dijeron a coro Oikawa y Yahaba-

La situación estaba así: Oikawa estaba sorprendido por su reencuentro con Koutani, y  a modo de bienvenida decidió molestarlo como en los viejos tiempos, pero fue simplemente ignorado debido a la presencia de Hajime. Todo eso bajo la incrédula mirada de Yahaba que observaba por una parte al guitarrista principal de la banda y a su vez la impresionante imagen del rubio contento ante otra persona.

-¡Espera, espera, espera! -se interpuso Oikawa entre Iwazumi y Koutani- ¿Ustedes se conocen?

-Ese no es tu problema -contesto Hajime-

-¡No puedo creerlo, lo que me faltaba! -exclamo dramáticamente Tooru- Tener a Iwa-chan y el perro loco juntos ¡Dios!¡¿Que hice para merecer esto?!

-¿Iwa-chan? -pregunto incrédulo Koutani por el apodo-

-¿Perro loco? -pregunto sorprendido-

-Sí, sí como sea. -dijo Oikawa bajando el perfil a lo de los apodos- Centrémonos en lo que importa ¿De dónde demonios se conocen? ¿No me digas que nuevamente vas a ser mi guarda espalda?

-¿El fue a quien miserablemente sacaste la ultima vez? -pregunto Iwazumi a Oikawa-

-Corrección, yo no lo saque -corrigió Oikawa- él decidió irse por su cuenta ¿O no perro loco?

-Tks, cállate -dijo Koutani utilizando todo su autocontrol-

-Ignóralo, es un idiota sin remedio -dijo Iwazumi apoyando a su compañero de armas-

 -¿No me van a decir? -protesto Tooru con las manos en sus caderas-

-No, prefiero dejarte con la duda -dijo sinceramente Iwazumi-

Iwazumi alentó a Koutani a conversar un poco más alejados de Oikawa mientras este último se revolcaba en su indignación por ser ignorado olímpicamente.

-¡Ah! ¡¿Como se supone que soporte a esos dos ahora?!

-Es el ser humano más molesto y horrible de la faz de la tierra.

-Un monstruo aguafiestas que solo destruye la alegría de los otros.

-Un salvaje que no tiene conciencia y humanidad.

-Una bestia malgenio.

-Un  bruto desalmado.

-Un completo dolor en el trasero.

-Un estúpido insensible que no comprende los sentimientos de los demás y los destruye sin ninguna compasión y misericordia.

Tanto Oikawa como Yahaba se miraron sorprendidos. Claramente cada uno hablaba de su propio y despreciable guardaespaldas, pero coincidieron en sus declaraciones sin querer.

-¡Oh! ¿Tú eres?... -dijo Oikawa notando recién la presencia de Yahaba-

-Mucho gusto mi nombre es Yahaba, soy el nuevo ayudante del manager Tsukishima -dijo respetuosamente-

-Oh, ya veo -con rostro preocupado- mis condolecías. Espero que puedas sobrevivir con ese tipo al mando.

-Gracias -se limito a contestar-

-¿Y bien? ¿Conoces al perro?

-Se refiere a Koutani.

-Sí, si ¿Lo conoces?

-Digamos que nos hemos visto antes.

-Con que enemigos públicos ¿Eh?

-No sé si es exactamente eso, pero no nos llevamos bien.

-Te comprendo, ¿Y por casualidad no conoces al otro tipo también?

-No, jamás lo había visto. Pero...

-¿Pero? -levantando la ceja-

-Es la primera vez que veo a ese salvaje tan...-buscando la palabra correcta- amable.

-Ahora que lo dices -mirando a los guardaespaldas- tienes razón. Jamás vi al perro loco sonreír antes. ¡Dios! ¡es el fin del mundo!

En ese momento la puerta de la oficina se abrió y dejo al descubierto a Tsukishima junto a Kageyama que al ver a Tooru solo dio un resoplido y se fue.

-Bien, ya es hora de irme...

-Yahaba

-Sí, Yahaba. ¡Suerte! -dijo despidiéndose con la mano del chico nuevo-

Yahaba que no podía creer que tantas cosas pudiesen suceder en tan poco tiempo mientras observaba como Oikawa reñía a Iwazumi quien lo ignoraba mientras iban tras los pasos de Kageyama. En tanto Koutani dio un último vistazo hasta la posición del castaño con su típico seño fruncido para también desaparecer al final del pasillo.

-¿Y bien? ¿Hiciste lo que te pedí?

-Sí.

-Terminemos con esto. Necesito urgente una reunión con la publicista y la aseguradora.

-Bien.

Tsukishima entro nuevamente a la oficina acompañado por su nuevo asistente para continuar con la introducción a lo que era su nuevo trabajo.

En el servicio técnico...

 

Se mantenía Kuroo atento a los movimientos  agiles de las manos de Kenma que revisaba su computadora. El rubio con su semblante indiferente no demostraba lo impresionado que estaba ante los esfuerzos del gato negro por mantener su computadora segura, ya que al revisar el aparato noto la cantidad de avances que hizo el músico para desencriptar su computadora sin aparentemente ser un experto en el tema. Un nivel bastante avanzando para un simple idiota.

-A pesar de todo lo que hice no logre recuperar mi computadora -dijo Kuroo apoyándose en el mostrador-

-A decir verdad, hiciste más de lo que piensas -declaro Kenma-

-Oh, supongo. -mirando la pantalla en una posición un tanto incomoda al tener que pasar su torso sobre el mostrador para lograr ver lo que hacia Kenma-

-Bien, debes esperar que el sistema se restituya completamente.

-¿Eso significa que ya lo solucionaste? -incorporándose-

-Sí.

-Wow, eres asombroso.

-No es para tanto la verdad, es como un juego.

-Eso parece -sonriendo satisfecho- ¿Cuánto tiempo será aproximadamente?

-Quizás con la cantidad de ajustes, una media hora a cuarenta y cinco minutos.

-¿Bromeas, cierto?

-No, no bromeo.

-Ya lo sé, es solo una expresión.

-Puedes volver en otro momento.

-No está bien, esperare.

Kuroo comenzó a rondar el pequeño lugar que apilaba varios electrodomésticos, cables y circuitos rotos, ese claramente no era el lugar más ordenado del mundo pensó el azabache.

Kenma continuaba la reparación de otros objetos absorto en sus propios pensamientos, mientras Kuroo de vez en cuando daba una miraba furtiva para observar al técnico trabajando. Había pensado en decirle a Kenma que él era "K<3TVK", pero cambio de opinión cuando llego al lugar y lo vio nuevamente desde su ultimo y dramático encuentro. El rubio al parecer no recordaba nada y quizás eso era bueno; prefería al Kenma virtual que era más abierto y sincero. No es que el Kenma real estuviese mal, todo lo contrario porque tenerlo en vivo era asombroso y en realidad todo lo que hablaban por mensajes le gustaría hablarlo en vivo y en directo, pero se le hacía difícil entrar en ese acorazado que formaba a su alrededor sin parecer sospechoso de conocer información extraoficial.

Es por eso que decidió permanecer con el Kenma invisible y no perder el real.

-Debo ir por algo atrás -dijo Kenma parándose de su asiento tras el mostrador-

-Está bien, me quedo aquí.

Por lo menos en un inicio el plan de Kuroo era mantenerse al margen y no tocar nada del lugar, pero debido a una inesperada aparición no tuvo más opción que saltar sobre el mostrador y esconderse tras de él.  ¿La causa? Luego de que Kenma desapareciera tras una puerta trasera, el gato escucho una melodía muy familiar, demasiado familiar para su gusto, ya que se trataba de su propia voz. Volteo a ver de qué se trataba y lo que vio tras el ventanal de la entrada solo hizo que se pusiera en alerta. Era una pareja de chicas adolecentes y ambas llevaban bajo sus abrigos camisetas de la banda, pero antes de entrar al servicio técnico una de ellas recibió una llamada entregando al gato tiempo para huir.

El músico pensó en milisegundos las posibles consecuencias de ese encuentro:

1-Existia la posibilidad de que fuesen fans bastante efusivas, por lo que al verlo podrían reaccionar o con un grito ensordecedor o un desmayo inminente.

2-Si lo veían en ese lugar ya no podría regresar, porque los fans sabrían que frecuenta el sitio y ya no sería agradable y tranquilo.

3-De seguro a Kenma no le haría gracia tener un griterío y menos cámaras por todo el lugar.

Esos pensamientos a unos segundos antes que se abriera la puerta principal llevaron a Kuroo a actuar sin más preámbulo.

Cuando Kenma regreso con un PS Vita en sus manos no pudo evitar sorprenderse al encontrar tras del mostrador a Kuroo hecho un ovillo en el piso mientras una pareja de adolecentes esperaban al otro lado ser atendidas.

-¡Al fin apareces?

-Sí, siento la demora -disimulo ignorando a Kuroo quien lo miraba suplicante-

-¿Ese es mi PS? -pregunto la misma chica-

-Sí, ya está listo.

-¡Oh! ¡cuanto lo extrañaba! -dijo al ver su aparato en las manos de Kenma-

-Sí.

Pero una mota de polvo cayó sobre la nariz Kuroo que le provoco una picazón y un inevitable estornudo que despertó el interés de las dos menores.

-¿Tienes un gato?

-S-si. -contesto algo nervioso-

-¡Ahh! ¿¡Puedo verlo?! -dijo la dueña del PS tratando de ver al otro lado del mostrador-

-Eh, es mejor que no. Esta algo enfermo. -tratando de tapar la visión de la chica-

-¡Oh!¡pequeño! -dijeron las dos en coro- ¿Lo tienes ahí abajo?

-Sí, pero es un gato negro y viejo, es mejor que no lo vean.

Kuroo lo miro algo ofendido, pero sabía que en el fondo el técnico lo estaba cubriendo.  Por suerte las cosas terminaron rápidamente y las dos chicas se fueron en poco tiempo para alivio de ambos.

-Eso fue molesto ¿Que sucede contigo? -pregunto Kenma irritado-

-Solo quería prevenir un desastre.

Pero cuando iba a ponerse de  pie se apoyo en una caja que llevaba encima un block de notas lleno de papeles que termino desparramado por el piso cuando Kuroo lo empujo con la mano. Kenma puso cara de horror al ver las hojas en el piso.

-Yo, lo siento -dijo Kuroo sorprendido por la reacción de Kenma- lo ordeno de inmediato.

-No -dijo antes de tirarse al piso a recoger sus cosas, pero no fue lo suficientemente rápido -

-Esto...esto es muy bueno -dijo Kuroo con uno de los papeles en las manos- dibujas hermoso -levantando lentamente la cabeza en dirección a Kenma que estaba arrodillado frente él-

-No es nada -dijo mirando en otra dirección visiblemente ruborizado de vergüenza-

-Lo siento, no querías que alguien más lo viera. Ten -entregando el block de notas y los papeles a su dueño-

-Sí, gracias.

-Esto -rascándose la nuca incomodo- Entiendo que no quieras mostrarlo, aunque en realidad no entiendo porque no los muestras si son tan buenos como el que vi, pero entiendo que eres tímido y no quieras enseñarlo a otra persona. Lo siento, estoy hablando algo enredado.

Kuroo tomo todos los papeles tirados y se los entrego a su dueño con cuidado de no espantarlo aun más. La situación se había vuelto incomoda desde hace un rato, pero aquella tensión era insostenible. Por un segundo el músico pensó en irse sin más, pero recordó su computadora y le fue imposible.

-Ya está listo -dijo Kenma-

-¿En serio?

-Sí

-Oh, eso es genial -acercándose al monitor-

-Revisare algunos elementos y es toda tuya.

-Gracias.

El rubio trato de distanciarse de la realidad, o mejor dicho de la presencia de Kuroo que ya le estaba pareciendo molesto debido al pequeño incidente, pero sus esfuerzos eran en vano, porque la presencia del músico era demasiado fuerte como para ser ignorada.

-Quiero que veas algo -indico Kuroo cuando Kenma se separo del aparato-

Kuroo estaba tremendamente feliz luego de semanas de no poder utilizar su computadora. Reviso rápidamente sus carpetas y comprobó que todo estaba en el mismo sitio sin ninguna falta.

-Mira -dijo Kuroo enseñando la pantalla a Kenma- Esto...pensé que si veías esto te ibas a sentir menos avergonzado.

Kuroo también era un ávido en el dibujo, era un buen pasatiempo para relajar sus nervios o conseguir nuevas ideas, pero era algo que en realidad no compartía con muchas personas.

-Espera ¿Tu eres Nekotetsu? -dijo Kenma sorprendido al observar las imágenes-

-¿C-como sabes eso? -no pensó que Kenma lo pudiese conocer-

-Tus dibujos son conocidos en internet, pero jamás pensé que fueses tu. -tomando una pausa- Pero ahora al ver tu seudónimo creo que es bastante obvio.

-E-esto...creo que me atrapaste.

El plan de Kuroo jamás fue que el rubio lo atrapara, solo quería reconfortarlo y demostrarle que él no era el único que gustaba del dibujo. Pero Kuroo hace algún tiempo atrás decidió hacer una cuenta y subir sus dibujos a la red para compartirlos con otros usuarios sin rostro, solo por mera diversión. No sabía que uno de ellos terminaría siendo Kenma.

-Jajajaja -rio de buena gana el azabache-

-¿Qué es tan gracioso? -pregunto Kenma con extrañeza- ¿Ya enloqueciste?

-No, lo siento. Solo que me siento atrapado ¿Quién diría que teníamos tanto en común? -dijo mirando a Kenma con una cálida sonrisa apoyado en el mostrador-

-Le das mucha importancia.

-No lo creo. Tú me agradas.

-Eres raro ¿Por qué un tipo como tú le agradaría alguien como yo? Somos opuestos, nada en común. Tu eres un músico famoso, yo solo reparo cosas dañadas.

-Quizás tengamos más cosas en común de lo que piensas. Por ejemplo esto -indicando el dibujo en la computadora-

-Cualquiera puede dibujar.

-Sí cualquiera puede hacerlo, pero no todos lo hacen.

-Sí -se limito a contestar-

-¿No usas tableta grafica? -intentando no cortar la comunicación-

-Sí.

-Yo aun tengo algunas complicaciones ¿Sabes?

-Ya lo veo -dijo Kenma mirando la pantalla- Se nota aquí -indicando una parte del dibujo- No tiene un buen contraste, deberías usar otra capa para arreglarlo y un pincel más delgado.

-Oh, tienes razón -dijo sorprendido-

-Espera.

Kenma volvió a desaparecer de la vista de Kuroo y pasado unos pocos segundos regreso con una caja en las manos de la cual extrajo una tableta.

-¿Y esto? -pregunto sorprendido Kuroo-

-Es una tableta que repare ayer, tenía que probarla -contesto indiferente-

El rubio instalo el aparato al computador de Kuroo e hizo algunas pequeñas modificaciones tonales y cambios de pinceles que dejaron maravillado al azabache.

-Wow, eres asombroso.

-No tienes que decirlo tan emocionado -dijo algo incomodo por la excesiva atención-

-¿Puedo probar? -pregunto Kuroo-

Kenma simplemente le entrego la tableta sin contestar lo que genero gran satisfacción al músico. Estuvieron largo rato haciendo modificaciones a un par de dibujos de Kuroo y aunque el rubio no lo quisiera admitir abiertamente, se estaba divirtiendo bastante. Pero antes de poder continuar recibió una llamada molesta por lo cual tuvo que alejarse del azabache que se sorprendió ante la repentina separación.

-Sí, hoy -enmudeció al escuchar a la persona de la otra línea- Ok.

 Kuroo lo miro curioso al notar el cuerpo de Kenma se volvía tenso, sabía que era una llamada incomoda y de seguro el rubio no le contaría nada al respecto.

-Ya debo cerrar- se limito a decir Kenma-

-Está bien -dijo incorporándose- Gracias por tu ayuda.

-No fue nada.

-Claro que sí, te subestimas.

Kenma se encogió de hombros y comenzó a ordenar sus cosas sin prestarle atención a Kuroo, quien sintió una especie de nostalgia solo de la idea de no tener más razones de volver a ver al rubio. Pero claramente sabía que debía ser él quien tenía que tomar la iniciativa.

-Volveré. -dijo tomando sus cosas-

-¿Ah? -se volteo abriendo más sus grandes orbes dorados- ¿Volver?

-Sí, quiero que me enseñes más.

-No te comprendo -se limito a contestar Kenma algo molesto- ¿Por qué insistes en venir a un lugar como este? Eres famoso y tienes dinero,  debes conocer a personas más aptas que yo para que te enseñen ¿Acaso eres idiota o qué?

-Quizás, pero no se trata de eso. Me interesas -lo que ruborizo un poco al rubio- Me intrigas y para serte sincero no me interesa que gente "más aptas" me digan que hacer.

-¿Y qué diferencia hay con que yo te lo diga?

-Tú no quieres ordenar a nadie que hacer como lo haría cualquier otro, solo señalas lo que consideras importante. Además, es agradable pasar el tiempo contigo.

-¿Qué tiene de agradable estar con alguien que no te habla prácticamente?

-Tranquilidad y paz.

Kuroo se limito a pasar por el umbral de la puerta y antes de cerrar dio una última mirada rápida a Kenma que se mantenía inmerso en sus asuntos sin levantar la cabeza.

-Nos vemos.

Eso fue lo último que se limito a decir antes de que la puerta se cerrara tras de él y Kenma viera como la gran espalda de Kuroo se perdía de su visión tan rápido como había llegado.

Sentía ansiedad, esa incomoda sensación cuando alguien lo inquietaba y lo quitaba de su zona de confort. Kenma se sentía nervioso con facilidad cuando era el centro de atención por eso odiaba ser notado y a pesar de lo estúpido que podía soñar para otros, esa era la razón por la cual se había teñido el cabello de rubio. Simplemente no resaltar.

No sabía qué hacer para frenar al tipo raro así  no volviese nunca más, y sin querer pensó en una persona que lo pudiese tranquilizar.

"Hola"

":D Justamente estaba pensando en ti ¿Qué tal tu día?" [19:09 pm-enviado por: K<3TVK]

"No sé como describirlo"

"¿Tan malo fue? D:" "[19:10 pm-enviado por: K<3TVK]

"Hoy vino un tipo y me puso nervioso"

"¿A sí?¿En qué sentido?" "[19:11 pm-enviado por: K<3TVK]

"No sé cómo describirlo, pero me hizo sentir incomodo"

"Te sentiste muy presionado quizás""[19:11 pm-enviado por: K<3TVK]

"Sí. Dijo que volvería y yo no quiero que regrese"

"¿Fue malo contigo?" "[19:12 pm-enviado por: K<3TVK]

"No, para nada. Solo que no resisto tanta atención"

"Quizás debas darle una oportunidad. Si no es malo puede que incluso te lleves una buena sorpresa, si no, puedes decirle que no regrese ¿No crees?" [19:12 pm-enviado por: K<3TVK]

"Puede que tengas razón"

"Claro que sí :3. Eres como un gato escurridizo; cuando conoces a alguien nuevo te escondes, pero si llegas a conocerlo te puedes sentir cómodo""[19:13 pm-enviado por: K<3TVK]

"No soy un gato"

"No te enfades >.<!!! A mi también me dicen gato y me gusta pensar que tenemos cosas en común"[19:13 pm-enviado por: K<3TVK]

"No estoy enfadado, solo que es raro que me digan algo así"

"Kenma, decidas lo que decidas yo siempre estaré disponible para hablar contigo. No lo olvides c:" "[19:14 pm-enviado por: K<3TVK]

"No tienes que decir cosas tan vergonzosas. Ya lo sé"

"Me alegro :D. A mí me paso lo contrario hoy cuando hable con alguien que se puso algo mal al verme, quizás debo ser más cuidadoso con esa persona  ¿Qué crees?¿Debo seguir viendo a esa persona o no molestarla nunca más?" "[19:14 pm-enviado por: K<3TVK]

 "Quizás necesita más tiempo para adaptarse"

"Sí, yo pienso lo mismo. Es bueno que tu pienses lo mismo, me tranquiliza""[19:14 pm-enviado por: K<3TVK]

Kenma leyó la ultima parte del mensaje y vino a su mente las palabras que había dicho el azabache esa misma tarde."Tranquilidad y paz" dijo sin ninguna contemplación ¿En serio pensaba eso o solo estaba jugando con él?¿Como podía decir cosas así sin avergonzarse?

No sabía cómo iba a terminar todo eso, pero si de algo estaba seguro es que debía entregar un paquete en poco tiempo cerca del mismo sitio donde " K<3TVK" lo había encontrado. De alguna manera cada vez que iba a ese sitio tenía la esperanza de encontrarse con el desconocido que últimamente cautivaba su atención.

"Ya debo irme"

"Luego hablamos :D. Ten cuidado"[19:16 pm-enviado por: K<3TVK]

"Lo sé. Adiós"

"Adiós, nos leemos pronto <3"[19:16 pm-enviado por: K<3TVK]

"Sí, nos leemos"

 

 

En la biblioteca...

Akaashi llevaba gran parte de la tarde desempacando e inscribiendo una nueva partida de libros junto a su compañero Akinori, que organizaba por orden de Kanji para que luego el azabache les adhiriera un código de identificación y los ingresara al sistema computacional. Un gran y arduo trabajo que les llevo bastante tiempo y que hasta la hora de salida aun quedaban varios ejemplares esperando su turno.

-Ya debo irme -dijo Akinori- siento dejarte solo ¿Por qué no te vas ahora y continuamos mañana?

-Prefiero terminar hoy -contesto amable Akaashi- es mejor así, no me molesta en realidad.

-¡Tu! rata de biblioteca -dijo en forma de regaño- no te sobre exijas, no vendrán a rescatarte ninguno de tus héroes si te sucede algo.

-Lo sé, -dijo con un pequeña sonrisa culpable- pero me gusta esto.

-¡Ah! ¿Qué voy a hacer contigo? -resignado-

-Lo siento.

-Como sea. -Tomando sus cosas para irse- ¿Hoy nuevamente vino el músico ese?

-¿Ah? -levantando la vista hasta su compañero- ¿Te refieres a Bokuto?

-Sí, sí ese mismo. ¿No crees que ha pasado demasiado tiempo aquí últimamente? -dijo algo extrañado- Pensé que no era del tipo que lee, por lo menos no lo parece.

-No lo es. -contesto indiferente-

-¿Entonces?

-Dijo algo de una apuesta con su hermano o algo así.

-Mmm, ya veo. Aunque, -meditando los hechos- ¿Porqué no leerá el libro en su casa?¿No es raro? Digo, no comprarlo y tenerlo consigo es mejor que venir a un lugar como este.

-Yo se lo dije, pero él me contesto que le gustaba este lugar. A sido un poco molesto tenerlo rondando por aquí el último tiempo, es algo escandaloso.

-Mmm, yo no diría lo mismo.

-¿Qué dices?

-Bueno tu pareces ignorarlo por completo, no pensé que te molestara. Por lo menos al tipo le agradas eso es seguro.

-¿Ah? -ahora había perdido toda su concentración-

-Siempre te pregunta cosas y se levanta a la mitad de la lectura para decirte cosas.

-Por eso creo que es molesto.

-Si tu lo dices -rodando los ojos-

-¿Qué fue ese gesto?

-Eres el único tipo que ignoraría olímpicamente a un músico internacional de esa forma.

-Yo no sabía que él era músico hasta llego aquí.

-¿Debes estar bromeando?

-No, no lo hago.

-¿De verdad Akaashi?¿De verdad? -levantando sus manos al cielo- ¿Hasta qué punto puedes ser tan indiferente a tu entorno?¡Ese tipo está en todas partes! -dijo explotando de incomprensión- Incluso saliendo de esta biblioteca hay un cartel gigante con la cara de ese tipo.

-Ah, sí. Ayer la vi.

-Esta hace dos meses en ese lugar.

-¿En serio?

-Siento que estoy hablando con una pared. -dijo resignado- Me sorprende como para algunas cosas puedes ser un analista increíble con lujos y detalles que no deja nada por alto, pero para otras cosas...

-Soy un desinteresado total.

-Tú mismo lo dijiste, aunque yo le agregaría indiferencia nivel dios con toques de anestesia emocional.

-¿Qué?

-¡Vamos! ¡Jamás te he visto emocionarte por algo o alguien! Exceptuando los libros claro,y eso que nos conocemos hace ya varios años.

-Eso no es verdad -refuto con notorio disgusto-

-Por lo menos yo no recuerdo ninguna vez. -pero al ver el rostro disgustado de Akashi decidió terminar con el tema- Como sea, ya debo irme y tú debes descansar. No te vayas muy tarde ¿Ok?

-Sí.

-Bien, ten cuidado cuando cierres.

-Está bien tu ten cuidado en el camino.

-Sí señor -colocando su mano sobre su frente en señal de obediencia- Adiós -saliendo-

-Adiós.

Quedo solo en su santuario personal y amaba ese tiempo preciado.  Akinori era una persona animada a diferencia de él, pero le daba su espacio y era muy consciente de lo que podía o no molestar al azabache. Era una relación agradable sin altos ni bajos, lo suficientemente buena para mantener una armonía en su trabajo. Pero a pesar de lo bien que se llevaba con el castaño, amaba su tiempo a solas.

Akaashi pensó en lo que le había señalado su compañero y le parecía algo incomodo, no quería pensar mucho en el hecho de que su indiferencia pudiese afectar su vida diaria y el no expresar mucho sus sentimientos podría generar confusiones. Por lo menos hasta ese  punto de su vida ser expresivo jamás había sido una necesidad y no pretendía cambiarlo ahora.

-¿Olvidaste algo? -dijo sin mirar-

-Esto...

La puerta de la entrada volvió a sonar y Akaashi pensó que a Akinori se le había quedado algo, pero grande fue su impresión cuando no  vio al castaño sino al mix de cabellos alocados.

-¿Qué haces aquí a estas horas?

-Y-yo yo solo quería, -evidentemente nervioso- regrese para ayudarte.

-¿Ah? -con evidente asombro- ¿Ayudarme?

-Dijiste que podía ayudarte con los libros ¿No lo recuerdas?

-Yo  -tratando de recordar sus palabras- no lo recuerdo, lo siento.

-Bueno -dijo visiblemente desanimado- no quiero molestarte. Siento interrumpirte.

En la mente de Akaashi había un caos total. ¿En qué momento le había dicho eso a Bokuto? ¿Era esta la indiferencia a la que se refería Akinori? ¿Cómo se podía deprimir tanto el músico por eso? No le quedo más que ceder en ese momento.

-Pero si quieres puedes quedarte.

-¡¿En serio?! -cambiando el semblante instantáneamente-

-S-sí -choqueado por el cambio extraordinario en el ánimo de Bokuto-

-¿Estás seguro?

"No realmente, pero no me dejas más elección." Pensó resignado.

-Sí.

-¿Que quieres que haga? -dijo sentándose a su lado-

-Sería de mucha ayuda si ordenas por el kanji inicial de los autores de esos libros -indicando una ruma frente a ellos- así yo los ingreso al sistema.

-E-está bien -dijo consternado por la cantidad-

En un principio la cosa no fue fácil para ninguno de los dos, ya que Bokuto a veces se veía complicado al ordenar algunos apellidos y Akaashi se veía retrasado por las preguntas del Búho. Pero luego de un rato las cosas comenzaron a fluir más fácilmente y el músico ya no preguntaba tanto como en un inicio, haciendo que el bibliotecario adquiriera un ritmo de trabajo bastante agradable.

El azabache se pregunto por primera vez por qué el músico estaba ahí ¿Por qué tomarse tantas molestias? Estaba claro que ese chico tenía cinco mil cosas mejores que hacer que estar una noche gris en un lugar lleno de libros.

Pero antes de poder preguntar nada fue sacado de sus pensamientos por el sujeto en cuestión.

-Eeeh ¿Me escuchas? -se sentía mal por interrumpir al chico-

-Claro ¿Qué sucede?

-Es solo que me preguntaba por tu nombre.- juntando sus dedos algo avergonzado-Sí, esto...aun no se tu nombre.

-Oh, ¿No me presente adecuadamente? Lo siento mucho Bokuto. ¿Pero has estado aquí varias veces, por qué no lo preguntaste antes?

-Tenía muchas ganas de preguntarte, pero cada vez que iba a hacerlo algo sucedía. -dijo algo triste lo que hizo sentir culpable a Akaashi-

Dijo Bokuto aludiendo a que cada vez que se acercaba al azabache algo o alguien hacia que no le prestara atención al músico. Saber el nombre de Akaashi se transformo para Bokuto en algo para quitarle el sueño, ya que no sabía cómo nombrar al hermoso e indiferente bibliotecario que sin darse cuenta le estaba robando suspiros.

-Akaashi Keiji es un gusto Bokuto-san. -dijo con una sonrisa sincera que duro unos pocos segundos-

No es necesario explicar el impacto que genero aquella presentación para Bokuto, fue un momento decisivo para él, y aunque claramente no lo dimensiono por completo en ese instante pudo sentir como cientos de mini búhos se alborotaban en su cabeza por esa sonrisa sin saber cómo reaccionar. Se pregunto si era el libro la única razón para ir hasta ese lugar o había otra razón más obvia pero por eso no menos difícil de admitir por la cual estaba ahí.

Quizás fue el "Bokuto-san" o la forma en cómo lo dijo, pero algo se había movido en el interior del músico. Claramente ese chico no estaba muy interesado en él y quizás también eso era parte de su encanto, porque lo trataba como a otro más sin consideración ni privilegios.

-Tienes una hermosa sonrisa -dijo pensando en voz alta-

-Oh. -contesto Akaashi sorprendido por el inesperado comentario-

-¡N-no pienses mal ni nada! -dijo moviendo sus brazos  sin parar-¡Y-yo, yo!

-Gracias, supongo. -dijo sin saber que decir-

Pero la tensión se corto gracias a la tormenta que azoto sin piedad la noche de Tokio.

-Oh oh -dijo Bokuto mirando al exterior-

-¿Olvidaste tu paraguas?

-Sí -dijo con una mueca de disconformidad-

-Esperemos a que pase un poco, nos quedan pocos libros.

-¡Sí! -dijo emocionado ante el inminente termino-

-¿Quieres un té o un café? -ofreció el azabache-

-Un café estaría bien.

-Bien, espera aquí .

El bibliotecario se dirigió a un cuarto trasero utilizado por el personal como comedor dejando a Bokuto solo con los libros. El músico aun no cabía de la impresión de estar esos momentos en una biblioteca, si hace un mes le hubiesen dicho que por voluntad propia se quedaría una noche lluviosa en un lugar lleno de libros se habría reído en cara de quien hiciese el mal chiste.

 

Cuando Akaashi regreso llevaba consigo una humilde bandeja de plástico sobre la cual sostenía dos tasas humeantes y un plato de galletas.

-Ten -dijo disponiendo la bandeja sobre la mesa-

-¡Oh!¡Galletas!

-Sí, las hacen en la cafetería que trabajan unos amigos.

-¡Estun mu boenas! -con un par dentro de boca- ¡Gruicias Akaashi!

-De nada, -dijo sorprendido al escuchar su nombre de forma tan efusiva- el que debe dar las gracias aquí soy yo Bokuto.

-¿Mmgh? -a medio tragar las galletas-

-Aun no comprendo como una persona que se supone que es famosa esta aquí ayudando a organizar libros. -sin cambiar el semblante-

-Esto...-rascándose la nuca- ¿Sabes que soy famoso?

-¿Escuchaste lo que te dije?

-S-si, solo que pensé que pensabas que yo no era alguien nadie en especial.

-No lo sabía hasta que llegaste aquí.

-¡Oh! -mirando al techo como encontrando una respuesta trascendental-  eso explica muchas cosas ¡¿Y?! -pregunto emocionado- ¡¿Qué crees?!

-¿Qué cosa?

-¡Las presentaciones!¡¿Te gusta como toco batería?!

-Esto...

-¡Soy uno de los cinco mejores del mundo! -dijo levantándose efusivo de la silla y enseñando los dedos de su mano izquierda-

-En realidad nunca te he visto tocar.

-Oh -dijo como si una pesada pared le hubiese caído encima-

"Nuevamente se desanimo así de rápido ¿Qué sucede con este tipo?¿Siempre es así? Este tipo es raro, tiene apariencia de alguien genial, pero abre la boca..."

-Es solo que en realidad no conozco muy bien la banda, -dijo tratando de excusarse- pero veré algún video de la banda.

Los ojos de Bokuto brillaron al instante y no tardo ni un segundo sacar su teléfono y buscar alguno de los videos donde él consideraba que se lucia con el mayor de sus talentos buscando impresionar al azabache.

-¡Este!¡Mira! -dijo enseñándole la pantalla del aparato a Akaashi-

Akaashi tomo el aparato entre sus manos mientras el búho esperaba de cerca la reacción, que rogaba fuese positiva.

Cuando el bibliotecario pulso el botón se dio inicio a algo que jamás se espero. En realidad no tenía muchas nociones de batería y el rock no era lo suyo, pero debía admitir que era impresionante como Bokuto movía los brazos y las piernas al compas de la música.

-Eres muy bueno Bokuto. -mirando aun la pantalla del teléfono-

-¡¿En serio lo crees?!¡Soy muy bueno!¡¿No?!

-Sí, lo eres. -dijo al levantar la cabeza y encontrarse con un efusivo músico-

-¡Hey, hey, hey! Un día de estos te mostrare como lo hago, así podrás ver que tan genial soy.

-Está bien -dijo con resignación total, era inútil llevarle la contraria-

-¡¿En serio?!

-Sí

-¡Hey,hey, hey! -dijo como si de una victoria se tratase-

-Bien, terminemos con esto.

-¡Sí!

El azabache quería terminar rápidamente su trabajo para irse luego a casa, pero de cierto modo no lo estaba pasando tan mal. Bueno, estaba claro que Bokuto cuando estaba feliz llegaba a ser un poco desesperante, pero era alguien muy entusiasta y era bueno contando sus aventuras junto a la banda o a su hermano.

Cuando finalmente terminaron el reloj marcaba las nueve con quince minutos, lo cual hacia casi tres horas del cierre de la biblioteca. Aun la lluvia se mantenía imparable en el exterior golpeando con furia el cristal en señal de autoridad.

-Wow, llueve aun peor -dijo Bokuto parándose a un lado del cristal-

-Sí, creo que no tiene intenciones de parar por lo menos por ahora. Debo apurarme para tomar el último tren.

-¿Vives muy lejos?

-A cuarenta y cinco minutos aproximadamente.

-¿Vives solo?

-No, vivo con mi padre. -arreglando sus cosas-

-Eso es genial ¿Y tu mamá?

-Bueno, ella murió. -deteniéndose un segundo-

-Oh, y-yo -pálido por la respuesta- l-lo siento mucho.

-No te preocupes, fue hace mucho tiempo. -dijo tratando de tranquilizar a Bokuto que se puso realmente nervioso por su intrusión-

-En verdad, verdad lo siento mucho, siempre digo cosas tontas e imprudentes -agobiado mirando en dirección al piso sin poder mirar a Akaashi a los ojos-

-Tranquilo en verdad no hay problema -dijo Akaashi colocando su mano en el hombro de Bokuto- En verdad yo no la recuerdo, pero sé que era una persona especial y que vivió plenamente. Por favor no te preocupes por esto.

Cuando Bokuto levanto la mirada dejo en shock al azabache, porque en sus ojos se vislumbraban unas pequeñas lagrimas.

-Debes haber estado muy triste -dijo en un susurro-

-Un poco, sí. Pero mi padre y mi abuela me han cuidado.

-Y-yo no sé qué me pasa -limpiándose el rostro-

-Ten -entregándole un pañuelo de papel para que se limpiara- Esta bien, eres una persona muy sensible con los otros.

-Siempre me he preguntado que es vivir sin padres y a veces he deseado jamás tenerlos.

-¿No te llevas bien con ellos?

-No, -dijo con un semblante más frio- ellos no me quieren.

-También lo siento mucho -dijo visiblemente preocupado- ¿Quieres hablar de eso?

 -No lo sé, Kuroo dice que debo olvidarlos de una vez. Pero no sé,  -se encogió de hombros y ahora parecía un niño pequeño- siempre regreso y me ignoran o me tratan mal.

-¿Pero como tratan a tu hermano?

-Kuroo no es mi hermano de sangre, somos bros de otra sangre.

-Oh, ya veo -dijo al comprender las visibles diferencias anatómicas-

-Mi abuela dice que los padres que no quieren a sus hijos es porque no han sido amados. -dijo recordando las palabras de su santa abuela- Quizás no nacieron para ser padres. Pero eso no quita que has sufrido mucho ¿no?

-Puede que tengas razón, yo -inspirando hondo- siento que debas verme así.

-No hay problema. -dijo con una casi imperceptible sonrisa que levanto instantáneamente a Bokuto de su pena- Ya es hora de irnos ¿No crees?

-¡Sí!

Tomaron sus cosas, Akaashi reviso por última vez que todo estuviese en su sitio y cerro tras de sí la puerta. Afuera la lluvia era acompañada por un frio viento y en cuanto el azabache cerro con candado la entrada, tanto él como Bokuto se vieron en una situación compleja. A pesar de no haber llovido durante tanto tiempo, la cantidad de agua era considerable dejando anegadas algunas de las calles, por lo que no les quedo otra opción que esperar a que un taxi vacio pasara por ahí.

Esperaron algunos minutos, pero parecía inútil hasta que un milagroso cartel de "libre" les entrego una esperanza.

-Ve tu ahí, yo esperare uno próximo -dijo Akaashi-

-¡¿Qué?!¡No!¡Vamos! -dijo tapándose con la palma el rostro para que las gotas no le segaran la visión-

-Pero -protesto el azabache-

-¡Vamos! -dijo tirando del abrigo de Akaashi-

-Está bien.

Ambos se subieron empapados al vehículos bajo la atenta mirada del conductor, que aun no lograba dilucidar si el tipo raro era o no Bokuto. En tanto los pasajeros se mantenían en un incomodo silencio.

-Yo vivo a una pocas cuadras de aquí, si quieres puedes pasar la noche ahí -algo avergonzado- digo, a Kuroo le gustaría conocerte también.

-¿Vives con él?

-¡Sí! , desde hace varios años. Siempre hacemos locuras juntos, es un gato maldito con un alma vil a veces, pero es un buen hermano -confeso el búho-

-Eso suena bien -dijo tranquilo de cierta forma por saber que el músico no vivía solo- Pero es mejor que vaya a casa.

-Sí, bueno si tu quieres -dijo algo desanimado nuevamente-

-Eres muy amable, pero me bajare en la próxima estación.

-Está bien. Oh, oh -dijo notando algo importante-

-¿Qué sucede?

-Creo que deje el libro sobre el escritorio de la biblioteca.

-No hay problema, la próxima vez que vayas estará ahí.

-¡Sí! -ilusionado por la próxima vez-

-Bien, en la próxima calle me bajo. Pagare la parte de mi viaje.

-No te preocupes, pago yo. -tratando de ser caballero-

-Gracias, pero no es justo. Es tu dinero y debes cuidarlo.

-Está bien. -asintiendo como un niño pequeño-

-Gracias por hoy -dijo antes de que el vehículo paraba- fue divertido.

-S-sí.  -mirando como Akaashi le entraba el dinero al conductor-

-Nos vemos pronto -dijo abriendo la puerta- Ten -entregando un trozo de papel- Adiós.

-A-adiós.

Cuando la puerta se cerro Bokuto no caía del asombro, era como si los dioses al fin estaban a su favor. En ese trozo deforme de papel estaba escrito con letra limpia y clara el número telefónico de Akaashi. Era como tener un trozo de cielo en sus manos.

-¿Señor?¿Y ahora? -miraba el conductor por el espejo retrovisor- ¿Señor?

-S-si, esto -aun emocionado- a tres cuadras a la izquierda-

-Está bien.

El conductor hizo tal como le había sido ordenado.

 

En cuanto a Akaashi que iba bastante empapado sobre un vagón solitario, medito sobre los recientes sucesos.

1-Definitivamente no tomaba mucha atención a lo que no le importaba.

2-Debía ser más consciente de eso o podría dañar a alguien (Bokuto se sintió bastante mal cuando supo que había sido ignorado)

3-¿Cuántas veces habría ignorado a alguien de ese modo?

4-Bokuto tiene una personalidad muy frágil y es algo predecible.

5-Puede ser muy impredecible también.

6-A pesar de todo le gusto pasar tiempo con él.

7-Creía que se podría acostumbrar a eso.

No estaba muy seguro de porque le había dado su número (en general no lo hacía de buenas a primeras y menos con alguien que no conocía prácticamente). Pero el músico a pesar de lo extraño y completamente opuesto a él era una buena persona, algo torpe, sensible e insensato, pero al final era alguien sincero y con mucha alegría. Recordó a Kenma y su indescriptible cariño a Hinata, porque jamás había logrado comprender como es que el rubio quería a alguien tan completamente opuesto a él, pero si el tiempo estaba a su favor lo lograría entender al fin gracias a ese raro músico con problemas de humor y autoestima.

 

En un departamento del centro...

Estaba Kuroo tirado en el sofá principal con los ojos cerrados escuchando el murmullo de la lluvia que golpeteaba en el balcón.  En silencio de la habitación le permitía meditar con mayor concentración acerca de los pensamientos que perturbaban su mente, pensamientos relacionados con su vida y la vida del mundo. A pesar de su apariencia relajada el azabache era un ser bastante melancólico, de pensamientos profundos  y complejos que a veces no lograba sentirse comprendido, por lo cual guardaba bastante dentro de sí.

Recordó los acontecimientos de esa tarde y no pudo evitar sonreír debido al recuerdo del pequeño rubio de tez blanca y ojos dorados que intrigaban su alma gatuna. Supuso que se sentía atraído al chico, lo concluyo no sin largas cavilaciones, pero era bastante obvio de base. Solo que no se sentía como veces anteriores  donde su instinto lo llamaba con intenciones claramente sexuales, dejando de lado en su mayoría los sentimientos. Solo eran cosas pasajeras que no requerían mucho esfuerzo ni amargura, pero las cosas con Kenma iban diferente porque de partida acercarse al rubio no era cosa fácil en vivo y en directo, debía ir con calma si lo quería llegar a conocer de verdad y no solo por medio de mensajes. Sí algún día lograba probar esos labios delgados y finos que lo hacían sentir sediento era probable que moriría y vivía otra vez.

Se sentía fatal por esconder su identidad, pero debía mantenerse enfocado en los puntos a favor.

En medio del silencio Bokuto irrumpió en gloría y majestad empapado hasta los bóxer, pero satisfecho como si hubiese ganado una gran batalla.

-Ni se te ocurra entrar así -dijo Kuroo levantándose de su aposento- Espera.

El gato fue hasta el armario y tomo un par de toallas que lanzo a Bokuto para que se secara.  

-Veo que tuviste un día ocupado -señalo Kuroo-

-¿Habías notado  lo grandioso que se ve Tokio cuando llueve? -omitiendo por completo a Kuroo-

-¿Desde cuándo la belleza de esta ciudad se volvió interesante para ti? -Pregunto exceptivo- ¿No será que hay alguien que hace que la lluvia vuelva a Tokio especial?

-E-esto, claro que no -dijo Bokuto con la lengua trabada-

-Bokuto...-dijo con tono severo-

-¡Ah!¡No es nada! -exclamo indignado antes de entrar a su habitación indignado-

Bokuto dio un fuerte golpe a la puerta al cerrarla, dejando a Kuroo nuevamente en la soledad. El gato no se sintió mal por la reacción de su hermano, al contrarío, le hacía gracia atrapar al búho de una forma tan sencilla.

Mientras tanto Bokuto secaba su cuerpo empapado dentro de su habitación con clara molestia por ser rápidamente atrapado por Kuroo. En ocasiones el búho se preguntaba si el azabache no sería capaz de leer mentes.

"Espero que llegues bien"

Esas cuatro palabras demoraron una eternidad en ser enviadas por el músico, y luego de haberlo hecho se puso bastante nervioso. Pensó en todas las terribles posibilidades donde el bibliotecario no recibiría el mensaje, donde Akaashi perdía su teléfono en el subterráneo o era raptado por una banda de yakuzas. Pero cuando se revolcaba en su cama agobiado por la vida del bibliotecario sintió su teléfono vibrar.

"Sí, estoy bien" [23:36 pm-enviado por: AKAASHI]

Cuando recibió la respuesta fue como si su alma hubiese vuelto a él. Quería que Akaashi le contara de él, de lo que le gustaba y lo que no, de lo que lo ponía feliz y lo entristecía. Quería contarle mil cosas y que el azabache le sonriera nuevamente. Por esa sonrisa haría lo que fuera con tal de verla nuevamente.

¿Quién diría que los libros habrían acercado su existencia con la de Akaashi?

Notas finales:

Espero que les guste el capitulo :s.

Tenía como mil cosas que decir, pero ahora olvide todo...si lo recuerdo lo editare ...

Nos leemos c:


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