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Cuanto me haces falta por Arteemisse

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Notas del capitulo:

Tambien se publica en Wattpad...
Digo, por si querian saber...

¡¡Espero que les guste!!

¡Hasta luego!

Nunca había estado más decidido en toda mi vida.

No pude dormir pensando en lo que haría para recuperar a mi prometido; todo lo que quería era volver a tenerlo entre mis brazos, y poder decirle lo que nunca pude.

Sera una lucha difícil, pero tratare lograrlo; no, lo lograre.

Salí de mi habitación después de haberme preparado; había estado preparándome para capturar el interés de Natsu.
Tenía que conquistarlo cueste lo que cueste.

Camine por todos lados, hasta que por suerte llegue a la cocina; encontrándome con una enternecedora escena.

Natsu se encontraba preparando el desayuno; tenia puesto un sencillo yukata de color olivo que realzaba sus bellos ojos, y un lindo delantal de holanes blancos; haciendo todo con sus lindas manos mientras tarareaba una canción.

A mi mente llegaron los recuerdos que había olvidado de hace tantos años, cuando veía la misma escena cada día hace ocho años.

Tuve que contenerme para no hacerle algo; si lo hacía, seguro y Jellal-san me ahorcaba.

--Buenos días, Natsu-san—exclame con un tono seductor; ¡sí! empezando con el pie derecho esta mañana.

El pelirrosa no me contesto; solo note como se tensaba, dejando todo a un lado; girando lentamente, dando una mirada de confusión y miedo.

--¿Q-quien e-eres t-tu? —tartamudeo con un tono de miedo, tratando de tomar aire.

--¿Qué? P-pero… tu…-- no podía pronunciar ninguna palabra, ¿Qué estaba pasando aquí?

--Ll-llamare a l-la p-policía, n-no p-puede ha-hacer n-nada p-para d-detenerme—

¿Qué demonios?... Actúa como si no me conociera.

Trate de acercarme lentamente; pero eso solo empeoro las cosas.

--¡JELLAL! ¡JELLAL! ¡AYÚDAME! ¡JELLAL! —gritaba a todo pulmón, alejándose de mí; y colocando sus manos sobre su cabeza.

--¿¡Que es lo que sucede aquí!?—exclamo mi jefa, entrando a la cocina junto con Juvia y el señor Laxus.

--¡Por favor! ¡No se acerquen! ¡JELLAL! –

Todos se quedaron petrificados ante la escena, Natsu se comportaba como si nunca nos hubiera visto; no sabíamos que era lo que pasaba.

--¡Natsu! ¿¡Que sucede!?—exclamo el peliazul entrando a la cocina; mientras tomaba a Natsu entre sus brazos, recargando su cabeza en su hombro—Tranquilízate, no pasa nada—

--P-pero t-tengo m-miedo; n-no m-me d-dejes s-solo—decía el pelirrosa, soltando algunas lágrimas.

--No pasa nada, solo olvidaste leer tu diario esta mañana, otra vez; tranquilízate, no hay nada de qué preocuparse, ve a hacerlo; y de paso despiertas a Haru y Aki; ¿Si? —exclamo, dándole un beso en la mejilla.

--S-sí; l-lo ha-hare—dijo Natsu, saliendo rápidamente de la cocina.

Nadie decía nada, todos se quedaron perplejos con la escena que habíamos visto.

--Bien…, creo que les debo algunas explicaciones—exclamo este, frotándose la nuca con la mano derecha --Bueno… ¿Cómo lo digo?... – dijo, dando un suspiro –Natsu sufre de algunos problemitas en la memoria; es solo que olvida todo lo ocurrido de la noche a la mañana; su cerebro no puede contener demasiada información por más de un día—

“Problemita”; ¡¡ESO ERA UN GRAN PROBLEMA!!

--¿Qué? ¿Es enserio? – exclamo Erza, sosteniendo su mentón con su mano.

--Lamentablemente sí; puede que ahora no los recuerde, pero en uno dos días comenzara a reconocerlos; solo traten de no alterarle mucho, como ven, se asusta fácilmente—

--Perdónenos por eso, no queríamos hacerle daño—dijo Juvia; inclinándose hacia el frente.

--No se preocupen por eso; no es su culpa—

Desayunamos tranquilamente después de eso; nadie menciono nada acerca de lo ocurrido; tratamos de hacer pasar el tiempo hablando de trabajo y alguna que otra cosa.

Me sentía culpable de todo lo sucedido; si yo nunca le hubiera hecho daño el no sufriría de todo esto; y aunque tratara de arreglar todo lo que cause; cada vez me sería más difícil.

Tenía varios obstáculos para lograr conquistarlo; primero, no me recordaba; segundo, estaba casado y tenía hijos; y, por último, ¡¡Su memoria se borraba cada noche!!

Todos mis planes se habían venido abajo, tenía que planear una mejor estrategia para lograrlo.

--Bien, tengo algunos asuntos que resolver; pueden pasear alrededor de la casa, o hacer lo que quieran, mi casa es su casa; pero no rompan nada, si no Harumi se enfadara—exclamo Jellal-san; levantándose de su lugar—No se preocupen en levantar la mesa, el servicio llegara aquí en unos minutos; los veré a la hora de la comida—dijo, saliendo de la habitación.

--¿Qué es lo que haremos ahora? —exclamo Laxus, con un tono serio.

--Creo que tendremos que ajustarnos a esto, y no molestar a Natsu-san; si le hacemos daño, aunque sea inconscientemente; Jellal-san se molestara, y todos nuestros planes se podrían venir abajo—dijo Erza, con el mismo tono.

Asentí ligeramente; tenía que recordar que no solo estaba de vacaciones; tambien era una clase de viaje de negocios.

--¡Buenos días a todos! —exclamo una pequeña pelirrosa, acompañado de su hermano; caminando detrás de ella, unidos por un listón; que extrañamente combinaba con sus ropas.

--Buenos días, Harumi, Akito; parece que están de buen humor hoy—dijo mi jefa; asustándonos a todos con su carácter materno.

--¡Es que hoy mamá, papá, Aki y yo iremos de día de campo al lago; y no puedo contener mi emoción! —decía mientras esbozaba una sonrisa, al igual que su gemelo.

Lo juro, si se cortaran el cabello, parecería como si estuviera sosteniendo un espejo.

--¡Qué bien! ¿Sabes?, Yo nunca he ido a un día de campo; ¿me dirías como son? —dijo la pelirroja; mientras los mocosos se sentaban a un lado de ella.

--¡Si, con gusto! —

Después de algunos minutos de estar escuchando como son los días de campo; el dueño de mis suspiros apareció por la puerta; con ropa diferente, que, por cierto, le quedaba demasiado bien.

--S-siento mucho lo que hice en la mañana; perdonen si les ofendí—exclamo, haciendo una pequeña reverencia.

--Perdónenos usted, Natsu-san; por hacerle pasar por eso—dijo Erza, inclinando la cabeza.

--Si lo sentimos; no sabíamos que podríamos causarle algún daño—soltó Juvia, haciendo el mismo gesto que la pelirroja.

--Así es, mami; tu nunca podrías ofender a nadie; eres la persona más linda que conozco—exclamo la enana, abrazando al pelirrosa; mientras su gemelo hacia lo mismo y asentía.

--Gracias, cariño—dijo, inclinándose y dándole un pequeño beso en la frente a cada uno—No se tu; pero yo me muero de hambre, ¿Quieren algo de desayunar? —

--¡PANQUEQUES! —exclamaron los mocosos, dando saltos de emoción.

--¡Entonces denlo por hecho! Solo espera a que despeje el comedor y…--

--No se preocupe por eso, Natsu-sama; nosotros lo haremos—dijo un hombre elegantemente vestido saliendo de la cocina; acompañado de dos mujeres vestidas de mucamas.

--¡Yeii! ¡Driant-san está aquí! —exclamo la pequeña, saltando hacia los brazos de dicho hombre; jalando a su hermano, quien se aferró a la pierna del mismo.

--¡Oh! Señorita Harumi, señorito Akito; están mas radiantes que hace dos días—

--Jajá, ¡Eres muy gracioso, Driant-san! —

--¡Me alegra que hayan llegado a salvo! — dijo el pelirrosa, acercándosele al hombre y dándole un beso en la mejilla.

¡Demonios! ¡Como deseaba ser ese hombre!

--No se preocupe por nosotros; no le defraudaríamos nunca, ni aunque estuviéramos en plena guerra—exclamo el hombre, tomando la mano de MI pelirrosa; y dándole un beso en sus nudillos.

--No digas eso—dijo Natsu, con un pequeño sonrojo en sus mejillas—Te presentare ante los demás; él es Driant Astia, trabaja para mi esposo desde hace muchos años—

--Es un placer conocerlos—

--El gusto es nuestro—exclamamos todos al mismo tiempo.

--Bien, ahora que ya nos presentamos; querido Natsu-sama, por favor tome asiento, en un momento estará su desayuno y el de los señoritos—musito, haciendo un gesto excesivamente caballeroso para que se sentara.

--Gracias, Driant-san; no sé qué haríamos sin ti—

Obviamente lo dijo por educación; pero su cara demostraba sinceridad, y eso me hacía hervir hasta los huesos.

--No se preocupe, Natsu-sama; mi trabajo es servirle a Jellal-san, al señorito Akito y a las dos bellezas de esta casa—exclamo el mayordomo; haciendo un guiño con su ojo izquierdo y entrando a la cocina.

¡Ese bastardo de Driant! De seguro y tambien estaba detrás de Natsu.

No sé por qué, pero tuve que soportar todas las injurias que hacía este bastardo hacia mi Natsu.

Digo, ¡Es demasiado sospechoso!
Le sirvió su desayuno; y los panqueques estaban en forma de corazón; después, le ayudo a utilizar el cuchillo para cortarlos; y luego, cuando se ensucio con el jarabe, le limpio los labios con una servilleta; y cuando termino de comer, ese aprovechado le dio un beso en la mejilla.

¡SI ESO NO ES SOSPECHOSO, NO SE QUE LO ES!

Así que somos tres en este juego, ¿Ehh…, Natsu?
No te preocupes, mi amado pelirrosa; uno más en este juego no me hará caer; juro que algún día serás mío.


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