Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

365 Días con él por Luluu

[Reviews - 130]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste. 

Pov Luluu

Cada uno se dirigió a acomodar sus cosas en sus respectivos cuartos. Ambos pensaban en el año que se avecinaba. Llevarse bien iba a ser todo un reto.

Harry terminó de acomodar sus varios balones de futbol, dejando su ropa aventada en el suelo. Se dejó caer en su cama exhausto, no creía posible que se llevaran bien. Nunca se habían llevado bien…

 

Pov  Harry

*Flashback*

Estaba sentado en el jardín de mi casa. Estaba lloviendo pero no me importaba. Ya habían pasado unos meses y sabía que ahora cuando más debía ser fuerte para ayudar a mi mamá. Ambos estábamos destrozados pero… ¡Demonios! En verdad dolía.

Deseaba ver a Ron o Hermione para poder desahogarme pero ambos habías salido de vacaciones. Ron había ido a Egipto con su familia y Hermione estaba visitando a algún familiar en el campo. Claro que había recibido mensajes de ambos pero… me sentía más solo de lo que me había sentido en toda mi vida; aún más solo que cuando había tenido que pasar un verano en casa de la hermana de mi mamá. Eso había sido una pesadilla. Pero estas vacaciones navideñas lo superaban por mucho.  

Mi mamá había dejado de pedirme que entrara a la casa hace un rato. La lluvia caía por mi cara y pegaba mi cabello a mi frente. Cerré los ojos para escuchar los ruidos de la noche.  

-Hola –escuché una suave voz.

Abrí un ojo y vi a un muchacho sentado junto a mí. Draco. Íbamos en la misma escuela desde que tenía once años. Él era un muchacho muy atractivo; alto, de ojos grises, cabello rubio y según Hermione, buen cuerpo.
Aun así nunca nos habíamos hablado propiamente: yo era el capitán del equipo de futbol y aunque hablaba con todos, sólo me juntaba con Ron, Hermione, Neville y Luna. Draco, por el otro lado, era uno de los mejores alumnos y uno de los más cotizados. Era el “rey” de la escuela. Los profesores lo amaban, los alumnos lo admiraban.
Nadie se atrevía a acercarse a él cuando estaba con Pansy, Blaise, Crabbe, Goyle, Millicent y Nott. El grupo de los populares.

-Hola –respondí.
-¿Qué haces aquí?
-¿No debería preguntarte eso yo? –pregunté –Estás en mi casa.
-Cierto –dijo soltando una leve risa –mi papá vino a hablar con tu mamá, y me pidió que lo acompañara.
-Si sigues sentado aquí te vas a enfermar.
-Ya estoy mojado –repuso él –Ahora sí, ¿qué haces sentado bajo la lluvia?
-Me gusta la lluvia –dije simplemente.
-¿Y te gusta estar enfermo? ¿Tienes algún extraño fetiche con los mocos y el caldo de pollo? –no sé por qué pero eso me hizo reír con ganas.
-No –respiré hondo intentando controlar la risa –la lluvia me ayuda a pensar.
-Sí –de repente se veía más serio –ayuda bastante a aliviar el dolor.
Ambos guardamos silencio, absortos en nuestros recuerdos.
-Ahora vuelvo –dijo levantándose.

Me quedé ahí. La soledad me parecía menos acogedora ahora por alguna razón.

-Volví –anunció Draco abrazándome por detrás mientras nos cubría a ambos con un paraguas para luego soltarme y entregarme una toalla.
-Gracias –dije. Mi corazón latía como loco. Seguro ya me estaba enfermando.
-Dice tu mamá que va a preparar chocolate caliente para que veamos una película o algo.

Caminamos hasta mi casa y llevé a Draco a mi cuarto.
-¿Quieres que te preste ropa?
-Gracias –dijo.
Le entregue un pantalón y playera de pijama. Él se cambió en el baño mientras yo lo hacía en el cuarto.


Ya secos tomamos las tazas y fuimos al estudio para ver Merlin. Era mi serie favorita: llena de magia, dragones y batallas. Draco parecía bastante interesado en la historia.

-Morgana es increíble –dijo Draco después de 5 capítulos.
-Es mejor Arturo.
-¿Bromeas? Arturo no sería nada sin Merlin.
-Que bueno que Arturo sea el destino de Merlin, ¿no crees?
-Eso suena un poco… gay.
-¿Eres homofóbico?
-No, no. Para nada.
-Ok –un silencio incómodo se instaló entre los dos.
-¿Y aún te juntas con Ron y Hermione?
-Por supuesto –dije y luego estornudé estruendosamente.
-Ves, sí te enfermaste –dijo Draco pasando un brazo por mis hombros y jugando con mi cabello.
-Cállate –repuse riendo.
-¿Y… no te gustaría juntarte conmigo y mis amigos en la escuela?
-¡Claro! Regresando a clases les digo a Ron, Herm…
-Me refería a… si querías.
-¿Mis amigos no están invitados?
-Pues, verás, los Weasley son literalmente la familia más pobre en toda la escuela -¿en verdad estaba diciendo eso? Mis ojos empezaron a arder –y Granger es bastante… no atractiva, sin mencionar al incompetente de Longbottom y la Lunática. Pero tú eres diferente. Seguro entenderás porque mis amigos no se interesan en los tuyos.
-Lo único que entiendo es que quiero que salgas de mi cuarto ahora –dije controlando mi enojo.
-¿Qué? ¿Qué dices, Harry?
-Sal, ya –pero Draco no se movió. Le tomé su fina mano y lo arrastré hasta la puerta.
-Perdón, Harry –dijo deteniéndose justo afuera de mi cuarto –Todo lo que dije… no era para ofenderte, era sólo la forma en que la gente ve a tus amigos. Tal vez no debí ser tan insensible.
-Tal vez tu mamá debió haber abortado –el enojo ya había nublado mi pensamiento y autocontrol –pero tampoco ocurrió, ¿verdad?
-Ok, Harry. Eso no fue muy lindo pero te perdono –estiró  su mano hacia mí como esperando a que yo la tomara -¿Me perdonas ahora tú a mí?
Miré su mano y luego su cara, sus ojos grises estaban fijos en mí. Cerré la puerta con bastante fuera, puse seguro y me acosté a dormir. Eran las 2 a.m.

*Fin del Flashback*

 

El primer día que conocí a Draco pensé y deseé muy dentro de mí que nos lleváramos bien, pero es imposible, es un metiche, grosero, engreído niño mimado. Además de molesto, siempre anda viendo lo que hago, no sé cómo lo soporta su estúpida novia Pansy, la que me odia por no sé cuál razón. Los muy tarados sólo pelean conmigo sin razón alguna… tal vez eran más parecidos de lo que creía.


Draco nunca me regresó mi pijama, aunque después de que se secara su ropa  mi mamá sí se la devolvió a él. Las visitas de los Malfoy a mi casa eran más seguidas hasta que mi mamá me confesó que planeaba casarse con Lucius. Cuando se mudaron con nosotros, las peleas aumentaron; peleábamos por el control de la televisión, por el lugar en la mesa, por alguna galleta o cualquier comida, por el baño, por el asiento del sofá, por cualquier cosa.
Al principio me daba gracia verlo enojar pero después lo seguí haciendo por puro instinto, y Draco, con su carácter, siempre acababa agrandando el problema. Tal vez todo era culpa de lo que pasó ese día. A partir de ese día Draco y yo no dejamos de pelar.

Cansado y sin ganas de ver a mi “hermano”, me tapé con las colchas y me quedé dormido. 

Notas finales:

Gracias por leer ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).