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Je vais t'aimer por Kunay_dlz

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HP27 (Harry/Tsuna)

 

 

 

I

Al abrir los ojos intento ubicar el lugar donde estoy. Genial, si no es techo blanco es olor que acompaña al ambiente lo que me indica que esto es… un hospital. Un alboroto a un lado de mi cama, oculto por una especie de cortinas, indica el ingreso de más pacientes. Diablos. Esa lengua que hablan… no es una que entienda. No es una lengua que haya escuchado anteriormente. Aunque no hay ser un genio para interpretar esos sonidos de desesperación.

Una enfermera llega hasta a mí y empieza a hacer preguntas. No le entiendo nada pero ella actúa como si mi confusión fuera normal, estoy entre aliviado y preocupado: veo que no me reconoce por lo tanto no hay que huir, también, no le entiendo, no puedo comunicarme, pero si mi ‘enfermedad’ viajó al igual que yo… entonces no hay mucho que decir ni hacer.

Después de todo, dejé el Mundo Mágico para poder morir en paz.

Antes de sumergirme en mis pensamientos no tan sanos aunque sí muy reales, una cabellera castaña se asoma hacia mi espacio del cuarto de hospital, con su mirada pide que no haga ruido y que le permita esconderse aquí en mi lado de la cortina… cómo negarme. No le entiendo nada pero su mirada expresa tanto como seguro sus palabras.

Avanza a mi otro lado de la cama, la que está a tope con la pared, con dificultad pues trae un par de muletas consigo, se hace lo más pequeño que puede y esconde sus muletas, tras unos minutos, más ruidos provienen de su lado de la cortina… son varias voces, ruidosas, molestas e irritadas, algunas con pánico y, se asoman varias personas. Rogando que no sea tan sospechoso, finjo acomodarme para ‘seguir durmiendo’… funciona, ellos no ven más allá de mi intento de buscar reposo y luego se alejan haciendo más ruido que cuando llegaron.

El castaño sale de su escondite y empieza a balbucear, se pone colorado y empieza toda una letanía que de no ser por sus expresiones no habría tenido ni la más remota idea de lo que habla. Su rostro muestra desesperación, terror, confusión, un poco de impotencia y sus ojos… sus lindos ojos caramelo… muestran que se divirtió, muestran que a pesar de estar herido, la aventura de la que salió es algo que nunca había experimentado y que fue aterradoramente divertida.

Quedó en silencio y le sonreí, él pareció intentar buscar algún sentido a mi sonrisa y luego, sonrió por su cuenta… ahí está, esa sonrisa sí demuestra lo que siente. Qué chico tan lindo. Sus ojos y sonrisa se ven genuinas, sin la corrupción que traen las guerras, sin el miedo de tener a alguien tras sus pasos… sí, este lugar, sea donde sea, es mucho mejor que el lugar de donde vengo.

 

 

II

Al fin me quitaron las vendas de las heridas que causó Hibari-san. Faltan pocos días para que pueda ir a casa a que mi pierna termine de sanar. Pero, creo que extrañaré al chico que está en la cama al lado de la mía: es un chico misterioso, taciturno, con un aire melancólico; sus ojos verdes ocultos tras unos lentes redondos, medio cubiertos por sus cabellos rebeldes color castaño obscuro, casi negro, resaltan ese toque de misterio en él. No habla mucho, ni siquiera sé su nombre.

¿Será que sabe de mi historia como ‘Dame-Tsuna’? ¿Lo habré conocido en alguna parte? ¿Asiste a Nami-chu? ¿Por qué está en el hospital si no tiene heridas visibles? ¿Por qué nadie lo visita?

¿Tendrá problemas con su voz?

Aun con dudas, seguí hablando con ese chico. Él solo escuchaba y jamás intervino, jamás juzgó y siempre parecía comprensivo.

Las horas se convirtieron en días y los días se alargaron en meses… el tiempo que ya no estuve internado vine a visitarlo en ocasiones que podía zafarme de Reborn y de los demás. No es que les quiera ocultar cosas, es que no quiero arrastrar a mi nuevo amigo a ese mundo del que ni yo quiero entrar.

Hubo veces en las que no podía visitarlo con frecuencia y aun así, cuando nos veíamos no parecía que hubiese pasado mucho tiempo. Hay cierta familiaridad, pese a ser una ilusión, me gusta sentirme cerca de él.

Cada que le cuento mis problemas y miro sus ojos verdes siento que todo estará mejor.

 

 

III

Con esa ‘terquedad’ con la que me meto en líos, aprendí un poco del idioma que me rodea… entiendo más, entendí desde la tercera semana que Tsuna me contaba sobre él, justo antes que le dieran de alta. Sinceramente, sus expresiones son más informativas que sus palabras.

Lo que hubiera dado por tiempo y salud para conocerlo mejor.

Sus visitas, esporádicas, contienen tanto que me siento contagiado. Cuando él está cerca, no hay enfermedad, no hay síntomas y hasta olvido que pronto dejaré de existir. Hasta siento que podría contarle sobre mí, sobre la vida que dejé atrás y sobre todo, lo bien que me hace su presencia.

Pero no quiero atarlo a una ilusión que durará poco.

El susurro de la entidad que me persigue está cada vez más cerca. Mis días están contados, con la compañía de Tsuna es manejable pero no lo he olvidado. No cuando tantos aparatos y las visitas de enfermeras aumentan cada vez más. Si mis cálculos no fallan, a partir de la próxima semana inicia mi cuenta regresiva.

 

 

IV

El viaje al futuro es descabellado y extraño, lo que ocurrirá, los cambios del mundo que conozco y las tragedias que surgieron… las perdidas… y, mi propia muerte. Las pruebas de que debemos superar para hacernos más fuertes, los obstáculos que debemos enfrentar… me pregunto si… si en lugar de cumplir mejor huyera—no, no podría hacerlo. No si mis amigos, kaa-san, I-pin, Lambo, Fuuta y todas las personas que conozco sufrieran un futuro peor del que ya les espera… si no logramos cambiarlo a tiempo.

Es tan confuso.

Es aterrador.

Me pregunto lo que mi amigo podría decirme… me pregunto si, me pregunto si él podría decirme lo que debo hacer. Lo que sería mejor. Y esta vez, pude escuchar su voz.

--Por supuesto que es aterrador. –dijo dese su cama, con la vista fija en el techo como recordando algo –¿Quién no se sentiría aterrado cuando sabe que el destino del mundo entero está en sus hombros? –suspiró.

>>Sería extraño que no sintieras esas ganas de huir. Después de todo, cada paso, cada movimiento, todos lo ven y esperan que la respuesta a sus problemas llegué de tus manos así, tan sencillamente, sin sufrimiento y sin el sudor que demuestre que se lo han ganado.

Sus palabras, serenas, estaban llenas de otras emociones que no pude interpretar a tiempo… tan solo, sentí que, verdaderamente, él sabía lo que estaba sintiendo en esos momentos.

>>Quieres huir, quieres llorar, quieres gritar y negar lo que dicen que debes hacer. En primera, te meten en un mundo al que no pediste entrar, te dicen solo lo que preguntas y a veces eso mismo te niegan; luego, dicen que hay algo que tan solo tú debes hacer, todos los demás están aterrados y no intervienen y si lo hacen… terminan muertos.

Una corriente de lánguidos escalofríos recorre mi espalda… esas palabras son más que palabras, él lo ha vivido.

>>Se presentan tantas ocasiones para huir y a veces te encuentras caminando hacia esa salida. Pero, las voces de tus amigos, tus seres queridos, te alcanzan y aunque estén cerca de la puerta a la libertad regresas por no querer dejarlos atrás… porque no sufran. Entonces guardas tus miedos, tus lágrimas y tus ganas de gritar que tú no tienes nada que ver con eso. Y te enfrentar a lo que te tienes que enfrentar… aun si eso significa morir.

Quedé sin aliento.

Sin duda, él ya ha estado… en esta situación.

Me mira y sonríe con cansancio, parece que tienen la misma habilidad de Roborn de leerme la mente porque contesta mi duda.

--Sí, ya estuve en ‘ese momento’. Me enfrenté a quien debía enfrentarme. Gané. Aunque tuve varias pérdidas… mis amigos están libres, mi carga desapareció y todo parece ir mejor. Sin embargo, yo no fui tan afortunado, quedaron secuelas de mi ‘enfrentamiento’, estoy en una cama de hospital ya casi un año y no creo volver a levantarme. Me fui del lugar donde hice lo que tenía que hacer, no quería que me vieran así ni que hicieran un escándalo.

Suspiró nuevamente.

>>No te diré que lo haría de nuevo sin pensarlo. De hecho, hay algo de lo que podría arrepentirme… –esperó un momento, como pensando lo que diría luego –Tsuna, toma tu decisión, sea cual sea, pero jamás te arrepientas de ella.

Fue lo que dijo... al igual que su nombre.

 

 

V

Al parecer… sí le conté un poco sobre mí. Ojalá hubiera sido algo menos obscuro, quizá algo sobre las cosas que me gustan, quizá podría haberle respondido las tantas preguntas que me ha hecho durante sus visitas, quizá pude haberle comentado la impresión que me da su familia y lo mucho que admiro su voluntad de protegerla.

Quizá pude haberle dicho lo mucho que me habría gustado conocerla.

Pero, mi hora de partir ha llegado. Siento la presencia de aquel ente a mi lado, esperando a que le de mi permiso para irnos… lleva esperándome dos días, los mismos que estoy esperan a Tsuna y verlo por última vez. Aunque cada vez, cada hora que pasa, ese deseo parece injusto… no quisiera verle tan solo para despedirme. Si tomo en cuenta su corazón, seguramente se sentiría mal, podría hasta sentirse responsable de alguna manera.

Es mejor así.

Es hora de partir a ese viaje que ya he pospuesto varias veces.

Me pregunto si aun estando en un plano existencial distinto al que nací podré ver a mis padres, a Sirius, Remus, Cedric y todos aquellos que murieron en la Guerra del Mundo Mágico… aquellos que murieron por mí.

Tsuna… Tsuna… estoy feliz de haberte conocido.  

 

 

VI

No puedo creerlo.

Esto tiene que ser un error… él tiene que estar en alguna parte… sus ojos traviesos, sus ojos verdes han de estar admirando algo en algún lugar. ¿Cierto?

Tan solo me ausenté una semana en la que estuve en futuro nuevamente, donde derroté a Byakuran, donde se dijo que el futuro ya no será aterrador ni el mundo convertido en ruinas.

 Una semana… y él  no está. Su cama está vacía, él no está.

Las sábanas blancas del hospital están dobladas, la almohada apilada con lo demás y sin rastro del medicamento de él. Los monitores y demás aparatos tampoco están. Y, en la masita cercana a la cama no están sus redondos lentes descuidadamente acomodados… ligeramente ‘olvidados’ para poder dormir mejor.

 

Él no está.

 

No hay una tablilla donde indique que lo han llevado a alguna otra parte para hacerle estudios, no hay un horario en que pueda ver dónde se encuentra… me niego, no puede ser, él no puede morir… no puede dejarme.

 

No así.

 

Harry.

 

 

 

 

 

Fin.

Notas finales:

Gracias por leer.


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